Martí y la Niña de GuatemalaMaría García Granados y Saborío, hija del general Miguel García Granados y nieta de la hermana del general, la periodista y poetisa María Josefa García GranadosNota 1 Se enamoró de Martí cuando éste llegó a Guatemala, y su temprana muerte dio origen a la leyenda de La Niña de Guatemala.
El 10 de mayo de 1878 murió la guatemalteca María García Granados y Saborío, lo que daría lugar a una triste leyenda inspirada por los amores frustrados entre Martí y María.Nota 2 Martí dejó su tristeza plasmada en el poema IX de sus Versos Sencillos.
Además de los versos de Martí de 1891, existen documentos que han contribuido a esclarecer parcialmente el episodio:
Otros dos poemas, que le dedicara Martí a María antes de su fallecimiento
Algunos testimonios de amigos comunes
Un pequeño mensaje que María le hiciera llegar al cubano al regresar él casado, procedente de México
Una carta en que Martí la recordaba dolorosamente, dirigida a su amigo Manuel Mercado
Un personaje de su única novela.
Sobre María, Martí escribió:
Guatemala, 1877
Si en la fiesta teatral —corrido el velo—
Desciende la revuelta escalinata,
Su pie semeja cisne pequeñuelo
Que el seno muestra de luciente plata.
[…]
Quisiera el bardo, cuando al sol la mece,
Colgarle al cuello esclavo los amores;
¡Si se yergue de súbito, parece
Que la tierra se va a cubrir de flores!
¡Oh! Cada vez que a la mujer hermosa
Con fraternal amor habla el proscripto,
Duerme soñando en la palmera airosa,
Novia del Sol en el ardiente Egipto.
Y en un segundo poema de mayo de 1877:
Amo el bello desorden, muy más bello
Desde que tú, la espléndida María,
Tendiste en tus espaldas el cabello,
¡Como una palma al destocarse haría!
Desempolvo el laúd, beso tu mano
Y a ti va alegre mi canción de hermano.
¡Cuán otro el canto fuera
Si en hebras de tu trenza se tañera!
Tomado de: Martínez, M.B. Viejos datos reverdecen la leyenda: Martí y la Niña.
La historia se inicia cuando Martí, con solo 24 años, llegó a Guatemala procedente de México. En el país azteca había tenido éxito profesional como periodista y escritor y se había reencontrado con su familia tras su deportación política a España (1871-1875). En Guatemala conoce a la actriz dramática Eloísa Agüero y, finalmente, se compromete en matrimonio con su futura esposa, Carmen. En realidad, arribaba a tierra centroamericana tras su decepción política frente al gobierno autoritario de Porfirio Díaz, aunque luego terminaría decepcionándole también el gobierno de Justo Rufino Barrios. Al llegar a Guatemala no deja de manifestar una visión crítica respecto a la inferiorización de que ha sido objeto la mujer en ese país: en un artículo denominado «Los códigos nuevos», publicado en El Progreso, el 22 de abril de 1877 realiza una reflexión a pedido de Joaquín Macal, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala: «¿Cuál es el primero de los lastres coloniales de la legislación depuesta que menciona? El poder omnímodo del señor bestial sobre la esposa venerable. Da la patria potestad a la mujer, la capacita para atestiguar y, obligándola a la observancia de la ley, completa su persona jurídica. ¿La que nos enseña la ley del cielo, no es capaz de conocer la de la tierra?».
Así pues, centró su atención en las damas guatemaltecas de «andar indolente, de miradas castas, vestidas como las mujeres del pueblo,—con las trenzas tendidas sobre el manto, que ellas llaman pañolón; la mano ociosa contando a las puntas flotantes del manto los goces infantiles o las primeras penas de su dueña»;5 y cuando encontró a María García Granados, una dama semejante, pero más cosmopolita e ilustrada, quedó inmediatamente prendado de ella. He aquí algunas descripciones de la señorita García Granados:
M.B. Martínez: «Era una joven interesantísima. Llevé a Martí a un baile de trajes, que se daba en casa de García Granados, a los dos días de haber llegado [por primera vez] a Guatemala; estábamos los dos de pie, en uno de los hermosos salones, viendo desfilar las parejas [cuando vimos venir] del brazo dos hermanas señoritas. Me preguntó Martí, “¿Quién es esa niña vestida de egipcia?”—“Es María, hija de la casa” [le contesté]. La detuve y le presenté a mi amigo y paisano Martí, y se encendió la chispa eléctrica».
José María Izaguirre la describió así: «Era alta, esbelta y airosa: su cabello negro como el ébano, abundante, crespo y suave como la seda; su rostro, sin ser soberanamente bello, era dulce y simpático; sus ojos profundamente negros y melancólicos, velados por pestañas largas, revelaban una exquisita sensibilidad. Su voz era apacible y armoniosa, y sus maneras tan afables, que no era posible tratarla sin amarla. Tocaba el piano admirablemente, y cuando su mano resbalaba con cierto abandono por el teclado, sabía sacar de él notas que parecían salir de su alma y pasaban a impresionar el alma de sus oyentes.»6
José María Izaguirre, cubano que quien vivía en Guatemala en ese tiempo y era director del entonces prestigioso Instituto Nacional Central para Varones, nombró a Martí profesor de Literatura y de Ejercicios de Composición. Izaguirre, además de ocuparse de las labores docentes, organizaba veladas artísticas y literarias a las que Martí asistía con frecuencia. Allí fue donde conoció a María el 21 de abril de 1877: una hermosa adolescente, siete años menor que él. El padre de ella, el general Miguel García Granados había sido presidente unos cuantos años antes y gozaba de mucho prestigio en la sociedad guatemalteca del gobierno de Barrios; pronto se hizo amigo del emigrado cubano y lo invitaba a su residencia a jugar al ajedrez con frecuencia, oportunidades en que Martí se encontraba con María.
A fines de 1877, Martí se fue a México y regresó hasta inicios del siguiente año, ya casado con Carmen. Lo que sucedió después de su matrimonio, ha sido comentado con posterioridad también por quienes presenciaron los hechosNota 4 José María Izaguirre, por ejemplo, se propuso fortalecer el mito de muerte por amor: «Cuando Martí regresó con Carmen no fue más a casa del general, pero el sentimiento se había arraigado profundamente en el alma de María, y no era ella del temple de las que olvidan. Su pasión se encerraba en este dilema: verse satisfecha, o morir. No pudiendo verificarse lo primero, le quedaba el otro recurso. En efecto, su naturaleza se resintió del golpe, fue decayendo paulatinamente, un suspiro continuo la consumía y, a pesar de los cuidados de la familia y los esfuerzos de la ciencia, después de estar algunos días en cama sin exhalar una queja, su vida se extinguió como el perfume de un lirio.»
Cuando Martí consiguió publicar los Versos Sencillos, en 1891, Carmen y su hijo habían ido a visitarlo a Nueva YorkNota 5 Poco después, Carmen embarcó hacia La Habana a escondidas, para lo cual solicitó colaboración a las autoridades españolas, produciéndose así la separación irreversible del matrimonio y el alejamiento definitivo de su hijo. Martí entonces le escribió a un amigo: «Y pensar que sacrifiqué a la pobrecita, a María, por Carmen, que ha subido las escaleras del consulado español para pedir protección de mí».
Martí dejó entrever en su poema IX incluso más que una muerte por tristeza: insinúa, alegóricamente, el suicidio de la amante rechazada:
Poema IXQuiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...
Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.
Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores...
Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.
Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!...
Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.
Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.
Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.
Tomado de:
Poemas de José Martí
Aunque persiste la leyenda creada como consecuencia de una interpretación demasiado recta del poema, no existen evidencias documentales de suficiente peso capaces de acreditar que María García Granados atentara contra su vida o, incluso, falleciera producto de un estado psicológico depresivo. Una entrevista con un descendiente de los García Granados,Nota 6 da luz sobre la versión familiar, transmitida por tradición oral: se dice que María, aunque acatarrada, aceptó ir a nadar con su prima, lo que era actividad habitual para ellas, quizá para distraerse de la tristeza en que se hallaba sumida tras el regreso de Martí, ya casado con Carmen. Después del paseo, María empeoró y murió a causa de una enfermedad de las vías respiratorias que, según aseguraba la familia del informante, ya padecía.
No debe dejarse de señalar que todo parece indicar que María no respondía al patrón de muchacha tímida y vulnerable; publicaciones guatemaltecas de la época hablan de su participación relativamente activa como música y cantante fuera del hogar, en actividades artísticas públicas, organizadas por sociedades e instituciones —coincide incluso con la presencia de Martí, quien interviene en una de ellas como orador. Al parecer, se trataba de una joven popular dentro de la sociedad capitalina de la época; María seguía así los pasos de su tía y abuela María Josefa, quien había muerto en 1848 y que había sido además de poetisa y periodista, muy influyente en los gobiernos de Guatemala. Tras el fallecimiento de María, aparecieron en la prensa guatemalteca varios poemas en calidad de homenaje póstumo, donde los autores confesaban la admiración que en ellos había despertado.
Pensamiento religiosoJosé Martí no asume una posición antirreligiosa, sino que hace críticas a las religiones establecidas, por sus desviaciones, por el abandono en un momento de su desarrollo histórico de los principios que la originaron y de los fundamentos de la religiosidad.
Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice.
Habiendo recibido Martí una educación religiosa fue capaz de darse cuenta y profundizar en las diferencias estimadas por las distintas religiones, logró demostrar a través de su propia experiencia lo necesario de la conciencia, la razón y la voluntad, elementos que relaciona con claridad en la actuación del hombre en la vida, la que siempre concebía relacionada a la honradez, la justicia y los sentimientos humanos. Las convicciones religiosas las veía con agrado cuando estaban en defensa de los aspectos expresados anteriormente, todo lo que fomentara su limitación y desarrollo constituían un elemento de freno al pensamiento sano y creador del hombre.
Influencia de MartíSu influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia» y «el maestro» son los más usados.
DescendenciaEn 1876 Martí se casó con Carmen Zayas Bazán, con quien tuvo un solo hijo: José Francisco Martí Zayas-Bazan, apodado Ismaelillo (1878-1945). José Francisco se alistó en el Ejército Cubano durante la guerra de 1895, a los 17 años tan pronto como averiguó que su padre había muerto. En ese momento estudiaba en el Rensselaer Institute of Technology, en Troy, New York. Se unió a las fuerzas del general Calixto García y con gran modestia declinó usar a Baconao, el caballo blanco de su padre, el cual le había sido enviado por Salvador Cisneros Betancourt. Calixto García lo promovió a capitán por su valor en la batalla de Las Tunas. Fue asistente de William Taft antes de que éste fuera presidente de Estados Unidos. Durante la república, alcanzó el rango de general y fue Secretario de Defensa y de la Marina, bajo el mando de su amigo íntimo Mario García Menocal, en 1921.
Orden José MartíLa Orden José Martí es una distinción cubana, la más alta del país y el tercer honor más alto (detrás de los títulos de Héroe de la República y de Héroe del Trabajo). Recibe su nombre del prócer nacional José Martí, que aparece en la placa.
Se otorga a ciudadanos cubanos o extranjeros por sus servicios a la causa de la paz o logros sobresalientes en la educación, la cultura, las ciencias, los deportes o el trabajo creativo.1
Fue instituida el 2 de diciembre de 1972 y reformada (también renombrada de «Orden Nacional José Martí» a «Orden José Martí»), como todas las condecoraciones cubanas, en 1979.
El diseño fue realizado por el escultor José Delarra.
(1972-1979)
Y esta es la actual, desde 1979 hasta hoy.
Hoy a las 15:29 por cecilia gargantini
» TAHAR BEN JELLOUN (1944-
Hoy a las 15:21 por Maria Lua
» ALICE RUIZ (1946-
Hoy a las 15:19 por Maria Lua
» TANUSSI CARDOSO (1946-
Hoy a las 15:17 por Maria Lua
» AFFONSO ROMANO DE SANTA'ANNA (1937-
Hoy a las 15:14 por Maria Lua
» Fabricio Carpinejar (1972-
Hoy a las 15:11 por Maria Lua
» NO A LA GUERRA 3
Hoy a las 15:09 por Pascual Lopez Sanchez
» ADONIS (Ali Ahmad Said) (1930-
Hoy a las 15:08 por Maria Lua
» 2021-08-17 a 2021-11-24 APOCALIPSIS, 21: 8 LOS FIELES AMIGOS DE NAPOLEÓN
Hoy a las 15:00 por cecilia gargantini
» Eloy Sánchez Rosillo (1948-
Hoy a las 14:30 por Pedro Casas Serra