HJALMAR FLAX
HERMOSO Y TREMENDO PENULTIMATUM
Hace un lustro tuve el privilegio de presentar ObraBreve, libro que de breve tiene sólo el título, pues sobrepasa quinietas páginas y abarca los primeros nueve poemarios de Hjalmar Flax. Creo que la intensa intimidad que se logra al leer poesía no se da en ningún otro género, así que hoy me honra decir que conozco la obra de Flax, uno de mis poetas preferidos y en lo personal el más querido. A ObraBreve le siguió Mientras tanto, publicado en el 2012 y ahora Penultimatum, recién publicado por Mariana editores y hermosamente diseñado.
El amor por la poesía es el hilo que ata los once libros compuestos a lo largo de cuarentaicinco años de cuidadoso trabajo. Una de las advertencias con las que inicia Penultimatum señala que:
Los grandes temas de la poesía son tres:
Amor, Vida y Muerte.
Quizás sean sólo dos:
Amor y Muerte.
Aunque, bien mirado, sólo hay uno:
Poesía.
En su undécimo libro se funden los tres, pues la cercanía de la muerte incrementa el amor por la vida y se vuelca en una mirada que todo lo observa con detenimiento. Nada hace tan tangible la idea de la propia mortalidad como encarar la de los seres queridos: madre, padre, amigos. La pregunta de qué es el amor, planteada en el poema ESCENA FAMILIAR (p 43) , se va contestando a través del libro aun hasta en los poemas cínicos que despotrican contra la pose de quienes no conocen la autenticidad del amor: los pretenciosos académicos, los materialistas comemierda. Aquí habla una voz completamente franca tanto en su ternura como en su crítica, que hace a un lado el pudor para hablar del cuerpo anochecido y del país agonizante.
La poesía de Flax se ha distinguido siempre por el constante juego con la palabra. Con precisión de pinza cerebral agarra cualquier vocablo, lo mira desde todos los ángulos hasta sacarle filo a sus múltiples significados, lo literal, lo figurado, lo cómico, lo trágico, lo obsceno, todo halla el escrutinio de esta incansable mirada poética. Una palabra, un solo verso, el poema mismo no se puede leer de modo literal ni de una sola vez, pues contienen mensajes múltiples, agazapados para conmover, deslumbrar, mover a risa y hasta ofender al hipócrita lector según lo acusa con complicidad Baudelaire.
Un ejemplo de esa capacidad lúdica es el propio título, término inventado por Flax. Aunque parezca ominoso y sugiera que el próximo libro será el último, no carece de humor e ironía. Sabemos que la palabra ultimátum se refiere a una exigencia que debe cumplirse en un plazo determinado para evitar consecuencias adversas; es decir, quien lo recibe debe someterse a unas condiciones bajo amenaza y ello carga el término de una terrible gravedad. Sin embargo, ningún amante dice a su amada: ¡Ésta es la penúltima vez! Y la amada de Hjalmar siempre fue la poesía.
El libro se divide en siete secciones que comentaré someramente. La primera se titula ESPEJOS (p 11) y plasma reflexiones sobre la vida y nuestra ilusoria percepción de ella, su brevedad y con ella el aprecio por lo vivido no en las presuntas grandes gestas sino en lo más simple y cercano: la rutina, los objetos de uso diario como en el conmovedor poema ABLUCIÓN (p 29), que habla del baño cotidiano, del cuidado del cuerpo envejecido que no sobrevivirá a los objetos que le rodean: cual si fueran familia por ordinarios que sean. Todo me parece milagroso, dice el poema que inicia el conjunto y que expresa la dicha de empezar cada día con el regalo del asombro y la paradoja de una inocencia sabia. La inminencia de la muerte no tiene contundencia como la de EL HOMBRE DETENIDO (p 16), uno de los poemas más extraordinarios del conjunto. En él se describe una foto de una ejecución pendiente (pardon the pun) que es una alegoría exacta y tenaz. Culmina con un Ubi sunt que evoca a Manrique: Adónde te fuiste, vida,/tan calladita y así,/que no percibí tu ida/hasta que mi alma herida/de muerte en mi cama vi. (p 36)
La segunda sección, CORAZÓN ABIERTO (p 37), habla dolorosamente de amores idos, de amores truncos, de los que no fueron. Entre ellos predomina el tema de la familia. En QUERIDA ABUELA (p 47) se estremece ante la comprensión tardía de que: Hoy sé que no hay nada más lleno de gracia/que los niños pequeños. Reconoce que: Hasta este juego al que rendí la vida/ya no entretiene tanto/como las voces y las risas de los niños pequeños. La voz que en Mientras tanto, su libro anterior, afirmaba que: ser poeta es menos importante que ser joven, ya no se lamenta por sí mismo, sino por esos niños que apenas estrenan la vida y cuya belleza no había podido absorber en toda su plenitud sino hasta andar en el otro cabo de la existencia. El poeta entiende por primera vez: las enormes verdades de las cosas trilladas () la irrelevancia de la gran historia/y la enorme importancia de lo efímero. La misma ternura refleja su anécdota de PARQUECITO DE MIRAMAR (p 46), mientras contempla jugar un niño cuya madre no le hace caso porque está leyendo. La madre lee sin darse cuenta de que pierde un momento irrepetible, más importante que las letras.
Más adelante, la CARTA A UN HIJO (p 48) ofrece una serie de consejos para vivir. Entre ellos, la voz materna dice: pero no te entretengas/con himnos y banderas,/ni con climas y topografías./Son meros accidentes. (p 50) La poesía de Flax ha esquivado estos accidentes sin dejar de ser puertorriqueña y universal.
ELEGÍA (p 53) es una cronología de poemas narrativos sobre la muerte del padre, desde el presentimiento de su inminencia, la despedida junto al lecho final y el entierro. Sin incurrir en religiosidad, culmina con una estremecedora letanía a la Tierra Madre para que reciba el cuerpo de su padre.
EN LA ORILLA (p 61) es el título de la cuarta sección, en la que predomina el tema de la poesía, mas sin abandonar los previos de la muerte y el amor, porque como ya vimos, son lo mismo. Cuarentaicinco años de poesía siguen pareciendo la noche interminable que Jacob pasó luchando con el ángel, pues: A veces el poema es un narciso ciego/que sueña con su imagen y no encuentra caminos (p 64) y el poeta es un pobre esclavo del misterio cuyo oficio es un potro de tortura. Pero ese potro de tortura es también un corcel elegantísimo, como demuestra el impecable ritmo con que desde siempre ha forjado sonetos y que alcanza una cúspide brillante en AGUAFUERTE (p 65), en el que declara: Deambulo por calles descosidas () Junto a ciegos sonámbulos suicidas y cuyo final es tan hermoso que no lo puedo citar.
El poeta busca rabiosamente la belleza y manifiesta enfado contra la belleza artificiosa de la academia. Por eso declara que: ¡Feo estás Orfeo flotando en las aulas! El poema PAPELES (p 76) habla de la destrucción de cartas y obras inconclusas para que no caigan –Dios libre- en manos de hacedores de tesis pues el deseo de permanecer en los ojos y el corazón del prójimo excluye de sus prójimos a los pomposos y opacos profesores. Ataca despiadadamente a la poesía contemporánea que desprecia la tradición, el amoroso cuidado del ritmo y de la métrica engañándose con el uso de versificación provista por un procesador de palabras para vaciar temas cliché como “la denuncia de la opresión del cabrón sistema” (p 78) en la cual Flax no ha incurrido durante sus casi cinco décadas de producción poética, no desde consignas comunes. Ello no descarta la reflexión sobre la injusticia y la denuncia burlona hacia los que ostentan el poder.
La quinta sección se titula DOS POÉTICAS (p 81) y está escrita en prosa; la segunda de ellas aclara al lector que su intención, y cito: ha sido joder con toda seriedad, solemnemente. Para poner en práctica lo antedicho, se luce con los APOTEGMAS (p 85) que componen la siguiente sección. Un apotegma es un dicho breve y sentencioso. Flax lo convierte en aguda plataforma para jugar con las palabras, a veces como broma inocua cuando dice que: el cirujano vivía en la pobreza porque no daba un tajo; a veces como saeta que asesta en el corazón de la ironía como en FOREVER YOUNG: Morir joven. /Tengo setenta y dos años/y aún no pierdo las esperanzas.
El libro concluye con ENCERRONAS (p 91), una mirada adolorida y a veces sarcástica a los males de nuestro presente: la superficialidad, la estupidez, entre otros temas.
Penultimatum es un libro de muchos tonos: va desde el dolor más serio hasta el chiste verbal para comunicar su ingenio, su emoción y su angustia. Como ha dicho el autor:
Los mejores poemas se parecen
a los tremendos choques de automóviles
La gente se detiene ante ellos
a asombrarse, a emocionarse
a pensar en la vida y en la muerte.
El lector no podrá dejar de emocionarse ante este hermoso y tremendo accidente que es Penultimatum.
Kattia Chico*
San Germán, Puerto Rico
5 septiembre 2015
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* Kattia Chico, poeta puertorriqueña, nació en Costa Rica en 1969. Posee un grado de Maestría en Estudios Hispánicos y se desempeña como profesora en la Universidad de Puerto Rico. Cursa un doctorado en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Su poesía ha sido laureada y publicada en antologías, periódicos y revistas en Puerto Rico y el extranjero tales como El Nuevo Día, Sótano 00931, La Jornada Semanal (México) y Hostos Review (Nueva York). Tiene un poemario publicado, Efectos secundarios (2004). Su poemario inédito, Mala luz, obtuvo el Premio Nacional de Poesía otorgado por el PEN Club de Puerto Rico, y será publicado por el Instituto de Cultura próximamente.
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