MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

908.

—¡En lo que ha parado el chulo!
Cualquiera ya se le arrima...
—¿En qué? —Atiende a la rima.
—Bien, tengamos disimulo.

14 de marzo, 1929.

909

Lila lilaila
velay que baila
mi corazón,

mas llega el fraile
le llama al baile
mi perdición.

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

910.

¡La sopa a las finas yerbas!
Que viejo dejo conservas
del viejo materno hogar;
al venir el tío rico
a comer —hoy me lo explico—
comida particular.

Dos principios, colineta
y gnocchi hecho a la receta
que de Italia nos llevó.
¡Qué fiesta de los sobrinos^.
Finas yerbas, aun más finos
recuerdos me guardo yo.

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

911.

Va al galope el galopín,
flor del hampa,
y al saltar el trampolín
da en la trampa,
que le zampa,
y es su fin,

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

912.

¡Qué cementerio un diccionario!
¡Qué diccionario un cementerio!
Huesos y nombres de misterio,
en uno y otro en el osario,

sin barro de resurrección;
¿recogerá en un monasterio
el ángel del abecedario
nombres y huesos de pasión?

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

913.

En cada estrofa una echa
redondea un pensamiento;
mies de palabras aecha,
grano al suelo, tamo al viento.

14 de marzo, 1929.

914

Dice diciendo con decir eterno
¡sea la luz!
Sufre sufriendo con sufrir eterno
pena de cruz.

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

915.

Un gran incendio vi en la lontananza
—soy corto de vista—,
púseme gafas —la cosa se alcanza—
¡...era una revista!

14 de marzo, 1929.

916

La Rábida vive ávida
de América
y grávida e histérica
de Unión Ibérica.
Y siempre impávida.

14 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

917.

I Pedro, II, 7-8.

Es leche sin engaño,
leche de la palabra,
leche del mejor año,
de oveja y no de cabra.

La piedra de la esquina
es piedra de tropiezo;
Dios nos puso la espina
de romper el bostezo.

15 de marzo, 1929

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

918.

Peguy

Abuso de la victoria
es victoria del abuso;
nos trae el mundo confuso
y más confusa la historia.

15 de marzo, 1929.

919

Se pierde tanto tiempo
en recorrer espacio
como se pierde espacio
en ir pasando el tiempo.

15 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

92O.

Agonía de amor es lucha a vida
entrada la salida,
dámela, Señor;

antagonía sin dolor es muerte;
Señor, yo quiero verte,
quiero verte, Señor.

15 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

921.

Al alba la letanía
de las estrellas
canta a María
bajo sus huellas
con voz latina
Stella matutina;
ellas, las estrellas, letanía;
Madre de la Palabra, María.

15 de marzo, 1929

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

922.

Gótico: gozque; gálico: galgo;
perro de aguas; spaniel;
y el perro del buen Hidalgo,
para las liebres, lebrel.

Acaso fue perdiguero,
en La Mancha la perdiz;
hoy nos peta lombricero,
que sepa hozar la lombriz.

Perro dogo, pedagogo;
o del pastor el mastín,
que nos acucia el ahogo
nutriéndose del motín.

El policía a Juan Lanas,
perros los dos a la par,
le está quitando las ganas
de ladrar, no de mear.

15 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

923.

Canción de ola de playa,
melodía de arabesco,
para mi boca refresco
cabe a la mar de mi Hendaya,

pues melodía de greca,
recio cantar de la roca,
dejan de jadeo seca
sus esquinas a mi boca.

Jadeos de sacudidas
olas, rocas, ríos, montes,
cercados por horizontes;
así se nos van las vidas.

¡Ay arrullo de la ola!
¡Ay jadeo de mi verso!
Soledad del universo
mi alma se revuelve sola.

15 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

924.

—PEPEPEPE pipedepe
pepepipetoperiape...
—Ese niño, que se tape,
digo...
o le tapo.

15 de marzo, 1929.

925

EL TETRÁGONO DEL DANTE Y DE MAZZINI

Pedro en procura de medro
y asentar su tetraedro,
que no tetrágono, a redro
se ha hecho ¡ay Líbano y su cedro!

15 de marzo, 1929

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

926.

Marcos, X, 18 (Sed perfectos);
Mateo, VI, 10; XXVI, 42;
Romanos, VII, 19.

Hay que ser buen hombre bueno,
lo más que se puede ser,
falto de sí, de Dios lleno;
los dos un solo querer.

Quiero Yo lo que Dios quiere,
mas no el dios que mora en mí,
y es el yo que se me muere
desde el día en que nací.

16 y 17 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

927.

Juegos de manos
juegos de villanos;
juegos de palabras
caprichos y cabriolas;

juegos de cabras
se encabritan las olas;
cabrilleos, mareos
y olas macabras.

16 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

928.

«Caracolee el cabrito
y haga cien eses al sol,
no por eso me encabrito»
dice serio el caracol.

Idea en que nunca prende
respingo de algún cantar,
caracol que no comprende
caracolear.

16y 17 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

929.

Dejadme dar fuego al juego
y quemarme la agudeza,
dejadme dar juego al fuego
y jugarme la cabeza;
¿qué vendrá luego?

17 de marzo, 1929.

930

En un arrebato de pereza
seguir durmiendo
es en arrebato de tristeza
seguir muriendo.

18 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

931.

Dios te salve, María,
las olas vienen;
Santa María,
las olas van.

Dios te salve, María,
rezan las olas;
Santa María,
reza la mar.

Dios te salve, María,
es el rosario,
Santa María,
sin acabar.

Gloria Patris; un punto
sonríe el Padre,
y reza el mundo,
amén y Dios también.

18 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

932.

¿Dónde están las crías del cochorro?
¿Dónde tiene el nido?
El cochorro es —¡dura ley!— muy zorro
y muy precavido,
porque son los chicos tan crueles:
todo el mundo juego,
los bichitos del Señor,
todo peleles,
sólo, y ¿pero luego?

18 de marzo, 1929

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

933.

Corán, sura II, 24.

Las primeras moscas de primavera,
las primeras del año,
domésticas, urbanas, de manera
que me traen el engaño

de un año de más;
las mismas que cacé de mozalbete,
las mismas, mi juguete
de tantos y tantos años atrás.

18 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

934.

Sonó la queda y quedó un dejo
del día que se fue
dejando al irse el día viejo
la huella de su pie,

dejando el dejo de la queda
que quedando dejó,
rodera sin fin de la rueda
que el recuerdo borró.

18 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

935.

El saltamontes chino
se traga el camino,
pues no le hace falta;
no corre, que salta.

Camino es la vida
que corre escondida;
nos libra de mal
el salto mortal.

19 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

936.

Corán, sura II, 35, 149.

«El Señor es el que vuelve»
y el pasado el que resuelve
por venir,
porque todo quedó escrito
¡sea su nombre bendito!
y a morir.
No hay más Dios que Dios; se calla
mientras dura la batalla
del Corán,
la derrota o la victoria
todo redunda en su gloria,
musulmán.

Enciende el sol en tu frente
sangre, sello del viviente
al morir;
de las huríes los brazos
te guardan y en sus regazos
revivir.

20 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

937.

II Pedro, III, 8.

Negra, blanca, roja o gualda
trae cada hora en su falda,
la del momento, una fe;
hay que nacer cada aurora,
nueva vez es portadora
de otro nuevo para qué.

«Un día es como cien años»
un siglo de desengaños
«a la cara del Señor
y cien años como un día»:
no ha empezado todavía
el reinado del Amor.

22 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

938.

No busques, niño, en la vida
la que llaman realidad;
más allá es que te convida,
puro sueño, ¡allendidad!,
todo lo demás se olvida.

22 de marzo, 1929

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

939.

No logro encontrarme yo
este yo, ¡pobre de mí!
¡Dentro no oigo sino no!,
fuera es donde suena: ¡sí!

Mas cuando busco un amigo
o lo rebusco, mejor
tengo que contar conmigo,
que Tú me diste, Señor.

Y en esta gran confusión
ni sé bien lo que no sé;
recovecos de pasión;
Tú, mi Yo, perdóname.

23 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

940.

Cruzó el cielo la pregunta,
un agorero «¿y si no...?»;
contesté desde la yunta
vista al suelo: «¡qué se yo...!».

23 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

941.

Nuestra Señora de Marzo,
la primavera, vergel,
apartado, tras el zarzo,
sonrisa de ángel Gabriel.

En la azulez de la cima
la rosa: la Anunciación,
y en el verdor de la sima
la espina: la Encarnación.

- - - - - - - - - - - - - - - - - (Lucas, i, 38)

«Sea, según tu palabra
en mí» —palabra de luz—;
el corazón se lo labra,
laya de clavos, la cruz.

Es el misterio gozoso
anunciador del porqué,
y padre del doloroso
la agonía de la fe.

23 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

942.

Olor recocido a morado,
al recuerdo de lo que fui,
a la sangre que ya ha cuajado,
al alelí, al alelí.

23 de marzo, 1929.

MIGUEL DE UNAMUNO (1864 - 1936)

POEMAS Y CANCIONES
DE HENDAYA II (1929)

943.

UNA VEZ MÁS

«Una vez más...» Recuerdo que esta frase
comenzaba otra vez —¿cuándo?... sigamos...—
otra meditación —no; era esta misma—
que escribí —¿escribí?— cosa bien triste,
meditar por escrito, y que la letra
sirva al alma de lecho en que se muera,
y a la vez muera la meditación,
es aborto de oficio, triste oficio
de abortación el de escribir; se piensa
para poder vivir vida que pase
y quede en los demás hombres, se vive
quién sabe para qué... para fraguarse
para qué de vivir, para leerse
el alma de las cosas en la cosa
que es nuestra alma, el espejo peregrino
que pasa... pasa el mar, pasan las olas
y las meditaciones espaciosas
en los endecasílabos espesos...

«Una vez más», que son todas las veces
una vez sola, que la vez es sima
que a las veces se vive, se medita,
y que la vez se pasa meditando
una vez más —el alma se adormece—
¡la eterna vez!

24 de marzo, 1929.