POESÍA SOCIAL XVII

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Renuncia a tu cuidado, bien lo sé...


Renuncia a tu cuidado, bien lo sé: tras
ese dolor que tu embestida aqueja,
en alivio y placer muda la queja,
más sosegada cuanto más penetras.

Cerveza transmutada o sidra añeja,
del oro tibio la furiosa recta
su apagado licor suma y proyecta
sobre el cuerpo deseoso que festeja

tanto derrame. A bálsamos o ardides
que atenúen la quema de tu entrada
nunca recurras. Mientras menos cuides,

unjas, prevengas, o envaselinada
disimules, mejor. Para que olvides
el mudo simulacro de la nada.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Que se quede el infinito sin estrellas...

Que se quede el infinito sin estrellas,
que la curva del tiempo se enderece.
Y pierda su fulgor, cuando se mece
un planeta en su abismo y en las huellas

del estallido primordial. Aquellas
noticias recibidas del comienzo
de las galaxias, del vacío inmenso,
hoy son luz fósil. Paradojas bellas

que anuncian por venir lo transcurrido
y postulan pasado lo futuro.
Universo del pensamiento puro:

un espacio que fluye como un río
y un tiempo sin presente, opaco y frío.
El tiempo de la espera y del olvido.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Otros poemas:

Corta, Changó con tu espada...

Corta, Changó con tu espada
el alcohol, y haz que ese río
crecido, no bien vacío,
vuelva a su cauce y, saciada
tanta sed, halle morada
el nadador a la orilla
de tu fuente y en tu arcilla.
Que la sangre que consagras
dé su fuerza a las bisagras
del puño y de la rodilla.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Otros poemas:


Cuerpo con cuerpo: las pieles...


Cuerpo con cuerpo: las pieles
se aproximan y se alejan
entre espejos que reflejan
su deseo. No develes
la imagen -esos laureles
fenecen-; no te aconsejo
confiar en ese reflejo,
porque ese doble perverso
te revelará el reverso:
hueso con hueso, pellejo.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Otros poemas:

El mar con destructora música invocando la helada quietud...


El mar con destructora música invocando la helada quietud, la ciudad que la luz
redescubre jubilosa. El ave gritando toscamente hacia un círculo que el agua desdibuja.
Todo su amplia vigilia lo gobierna -a tientas sus señales conjuro, sus palabras invoco-
menos el agua amenazando desde un duro jardín, menos el agua.
El hombre está solo frente a la luz soñada por Dios. Los gritos de los ángeles, las aguas
de la tierra por él han sido nombradas. He aquí que él se descubre soñado y acepta su señal:
la furia de los ángeles, la nada, el olvido de Dios.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Otros poemas:


El gamo


El gamo, contra el naranja
del bosque, pasa mojado,
veloz. El aire cuajado
añade al bosque una franja

de aros dispersos. En esos
Cartílagos de paisaje
se divide, o en el oleaje,
o en el jardín de sus huesos.





Flauta. Son. La madrugada...

Flauta. Son. La madrugada
se descompone en su prisma
de grises donde se abisma
el gris de tu voz rajada.
Blanco. La línea borrada
de una guitarra. Lo sabes:
corresponden con los graves
las diferentes texturas
del tres. El color sutura
y da el compás de las claves.

Gracias a ti, por estar siempre y por tu paciencia infinita.
Besos.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


La letra con sangre entra...

A Arturo Carrera

La letra con sangre entra
como el amor. Mas no dura
en el cuerpo la escritura,
ni con esa herida encuentra
paz el amante. Se adentra
en el cuerpo deseoso
y más aumenta su gozo
con su mal. Alegoría
de nuestra postrimería:
jeroglífico morboso.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)





No acudas a linimento...

No acudas a linimento,
alcanfor, miel o saliva,
que atenúen el momento
de más ardor. No se esquiva
con ardid, ni se deriva
esa quema: se convierte
en su contrario. Divierte
el placer así obtenido
por el sendero invertido:
más vida cuanto más muerte




No porfíes. No rememores...

No porfíes. No rememores
que no se olvida el olvido
ni su embriaguez: lo que ha sido,
es y será. Sinsabores,
dramas discretos y amores
sin nombre, van a la quema
final, como un torpe emblema
de eternidad. No perdura
más que el goce y la textura
de un instante: ése es mi lema.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



Se esforzaba. Su jadeo...

Se esforzaba. Su jadeo
ante el jardín clausurado
era el de un ciervo asustado.
La furia -más que el deseo-
de penetrar, era el reo
que lo impedía... Que ejerza,
según la torre se tuerza,
jaque anexo, desviada,
y cifre, en esa morada:
"más vale maña que fuerza".





Tanto arder, tanto valor...

Tanto arder, tanto valor
tanto ataque y retirada
ante ese umbral en que nada
alivia más el dolor
que su incremento. O mejor:
hay un punto en que el exceso
-y que mediten en eso
los mesurados- bascula
en su contrario. Calcula:
ir más allá es un regreso.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



Tu cuerpo se recortaba...

Tu cuerpo se recortaba
contra la persiana oscura
trazando una línea pura
-la del torso- que ondulaba
con tus gestos. La chilaba
-una línea paralela-
en el espejo, una vela
y la curva de una fruta
eran la doble voluta
que estructuraba la tela.




Ya lo ves, de aquella brasa...

Ya lo ves, de aquella brasa
cuyo ardor te calcinó,
saciado, sólo quedó
dispersa ceniza escasa.
Muda inconstancia que abraza
el aparente sentido
del cuerpo obscuro y prohibido
-o del tuyo en el espejo
de la otra piel-. No me quejo
de arder. Ni de haber ardido.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Etapa de vanguardia:

Big bang

Las galaxias parecen alejarse unas de otras a velocidades
considerables.
Las más lejanas huyen con la aceleración de doscientos
treinta mil kilómetros por segundo,
próxima a la de la luz.
el universo se hincha.
Asistimos al resultado de una gigantesca explosión.



Black and white


La raya negra y el batello,
el monte siamo tutti,
el barco blanco sobre el agua blanca
y la fijeza
de los pájaros sobre la Salute.
Pase,
il fait beau del otro lado
del otro lado, digo,
del río.
Estamos todos

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Harley Red

El sueño no:
la pérdida.
El blanco roedor,
que ciega.
Pierdo pie. Todo es compuerta.
Mira:
el muro sangra.




Isabel La Católica

El coro de sopranos pintarrajeados
entona tu loa:
"Te comiste un Zohar
te comiste un Corán."

Y de tu mano de azogue
bendijiste las cabezas cortadas con tu mano de azufre
y plantaste jazmines en ellas.

Te goteaba la rodilla de San Ignacio,
diste el zapatazo de Santa Teresa.

Te retorciste toda, te rompiste los huesos,
pintada de oro, incrustada tu piel de joyas diminutas
para formar la inicial de un evangelio.

Saltaban a tu alrededor
-cofias de ojillos verdosos-
tus hidrocéfalos, tus mongoles,
tus negros y eunucos:
"Te comiste un Zohar
te comiste un Corán."
Que ardas per secula seculorum,
con tus biblias y tus brújulas.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



L'enfant a l'oie

La menta y las alhajas funerarias, el gallo blanco y
los últimos children pets. Combate cernido:
la música del río respirante, arrastrando hierros;
de las grúas mohosas el estrépito y el verde de la herrumbre
van creciendo entre cacharros y laterío.

Ya donde el sueño de los hermafroditas y el coro.
El niño le retuerce el cuello. El agua sube.

Cada uno en su río.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



La cuarta noche


Oye, qué acordeones falsos.
La lucidez, el muro blanco,

(la voz gangosa del disco)
rayado, un leopardo arisco
preso entre los hilos rojos.
(las agujas de sus ojos

me miran). La hoja en blanco,
la mano que escribe, temblando

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



Páginas en blanco
Cuadros de Franz Kline:


1. wax wing

No hay silencio
sino
cuando el Otro
habla
(Blanco no:
colores que se escapan
por los bordes).
Ahora
que el poema está escrito.
La página vacía.

2. shenandoah wall

La pared cruje.
Grieta en lo blanco.
Allá va, desunido,
el cuarto.
Detrás del tragaluz
un rostro, otro,
mirándose,
mirándonos.

3. étude pour crow dancer

Un cubo despegado.
Pegada la oreja a la pared.
Oye.
Algo va a romperse. Algo
crece.
Lo que en el muro
hierve.


4. harley red

El sueño no:
la pérdida.
El blanco roedor,
que ciega.
Pierdo pie. Todo es compuerta.
Mira:
el muro sangra.


5. zinc door

Abierta, no,
entrejunta.
Esa ranura mira.
Detrás de lo blanco,
blanco.
Ahora el silencio.
Las paredes se cuartean.
El cuarto desmoronado,
navega. Y ese brillo.
La puerta transparente.


6. black and white


La raya negra y el battello,
el monte siamo tutti,
el barco blanco sobre el agua blanca
y la fijeza
de los pájaros sobre la Salute.
Pase,
il fait beau del otro lado
del otro lado, digo,
del río.
Estamos todos.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Poema uno

Escritos en el suelo han quedado los signos de la muerte.
Y en los mosaicos de piedra roja
el estampido de los rostros de oro.

La humedad ha cubierto los frescos.
En la escalera
las manchas de los pies rajados.

El polvo ennegrece el resto.

La ventana está abierta.
La ciudad saqueada.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)


Poema 3

Incrustarte cascabeles en las mejillas
con cal escribirte en la frente
con rayas espirales pintarte el sexo
las nalgas con discos fluorescentes

líneas de puntos blancas
agrimensor de tu cuerpo negro

firmarte la cabeza
cubrirte los pies de yeso
flores de oro en las manos
ojos egipcios en el pecho

ideogramas blancos
un mapa negro tu cuerpo

UN EXCELENTE TRABAJO EL DE SEVERO SARDUY..

GRACIAS, LLUVIA.

BESOS.

La verdad es que no esperaba encontrar tanto y mira por donde.
Gracias, Pascual y besos.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)



¿Qué se hicieron los cantantes?

¿Qué se hicieron los cantantes,
los reyes, los Matamoros
de dril nevado y los oros
de las barajas de antes?
¿Quién las tardes del Cervantes
recuerda, y aquel grabado
del Diario, desdibujado,
y los bailables de Sagua?

(Las guitarras llenas de agua
están, y el tambor rajado.)



Sexteto habanero

¿Los dioses
se fueron, se quedaron,
murieron con Beny Moré
ellos que con él alucinaban,
o habitan aún las orquestas habaneras,
las trompetas como dos lluvias de flechas,
los cascabeles roncos,
y las tardes de músicos y monos?

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)




Shebabdoah wall

La pared cruje.
Grieta en lo blanco.
Allá va, desunido,
el cuarto.
Detrás del tragaluz
un rostro, otro,
mirándose,
mirándonos.




Zinc door

Abierta, no,
entrejunta.
Esa ranura mira.
Detrás de lo blanco,
blanco.
Ahora el silencio.
Las paredes se cuartean.
El cuarto desmoronado,
navega. Y ese brillo.
la puerta transparente.

CUBA


SEVERO SARDUY
(1937-93)

................

Omítemela más, que lo omitida
cuando alcanza y define su aporía,
ENCIENDE en el reverso de su día
un PLANETA en la noche del sentido.
A pulso no: que no disfruta HERIDO,
por FLECHA berniniana o por manía
de brusquedad, el templo humedecido
(de Venus, el segundo). Ya algún día
lubricantes o medios naturales
pondrás entre los bordes con taimada
prudencia, o con cautela ensalivada
que atenúen la QUEMA de tu entrada:
pues de amor y ARDOR en los anales
de la historia la nupcia está cifrada.

CUBA



JUAN OSCAR ALVARADO.
(1938-58)


ALVARADO, Juan Óscar (Santa Clara, 24.11.1938-La Habana, 10.4.1958). A los seis años escribió su primer poema. Cursó sus estudios primarios en los Maristas de Santa Clara y el bachillerato en La Havana Military Academy, en la cual fundó la revista Diana. Ganó el premio «Pluma Invisible», convocado por uno de los periódicos habaneros en los que colaboró. Fundó, con otros jóvenes, el grupo literario «Renuevo», con el que rompe más tarde por razones políticas, expuestas en una carta publicada en Prensa Libre por Mario Kuchilán. Ingresó en la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling» en 1957. En esos momentos ya era miembro del Movimiento 26 de julio. Participó en la organización de la huelga general del 9 de abril y en otras actividades clandestinas. Escribió poemas, cuentos, notas críticas y trabajos de carácter político. Cayó asesinado por los esbirros del dictador Batista.

BIBLIOGRAFÍA ACTIVA


Juan Óscar Alvarado. Texto y recopilación [de] Luis R. Nogueras. La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1971. BIBLIOGRAFÍA PASIVA Carreras Cuevas, Delio Juan. «Galería de mártires universitarios. Juan Óscar Alvarado», en Vida Universitaria. La Habana, 15 (164): 18, 41, abr., 1964. | Díaz Martínez, Manuel. «Otra víctima», en Revolución. La Habana, 2 (36): 7, ene. 16, 1959. | «Dos mártires: José Adolfo Macau y Cossío y Juan Óscar Alvarado Miranda», en Núñez Machín, Ana, Tiempo de sombra. Poesía revolucionaria. 1953-1957. [La Habana], Imp. del Instituto Nacional de Reforma Agraria [1959], s. p. | Pott, Ángel N. Entre sangre y esperanzas (acentos de queja y rebeldía bajo la dictadura). Homenaje a Juan Óscar Alvarado. La Habana, Imp. Vique-Ram, 1960; Juan Óscar Alvarado y la conciencia intelectual. La Habana, INRA, 1960.





El guerrillero y el poeta

El 9 de abril de 1958, el pueblo cubano escribió otra hermosa página de heroísmo. Ese día se desencadenó la huelga general revolucionaria contra la tiranía batistiana. Jóvenes valerosos, escasamente armados, libraron audaces acciones en casi todo el país.

Juan Oscar Alvarado, Ciro Frías, los jóvenes combatientes de abril de 1958 en Sagua la Grande y en muchos lugares más de Cuba, están vivos en la memoria de la patria

Cuando Luis Suardíaz publicó la antología La Generación de los años cincuenta dio espacio en las primeras páginas a un poema del joven Juan Oscar Alvarado. Él y otros que lo acompañan en ese libro fueron —y son— digna representación de lo mejor de los cubanos de aquella época y de cualquier tiempo.

Alvarado era poeta. Perdió la vida antes de que sus versos maduraran. Poesía trunca, se ha dicho, y fue, en efecto, poesía, no vida sin realizar, porque si bien su existencia fue breve como un relámpago y no pudo llegar a la construcción de una nueva sociedad como había soñado, dejó luz, que a cincuenta años de su muerte aún resplandece.

El 9 de abril de 1958 fue el día escogido para la huelga general contra la tiranía batistiana. Huelga que, como es sabido, no pudo lograrse, pero fue un intento que sacudió al país. En ciudades importantes hubo valientes demostraciones y en las sierras, tropas del Ejército Rebelde llevaron a cabo acciones de apoyo a la huelga. Las fuerzas del régimen desataron una represión sangrienta.

En el rosario de héroes de aquella fecha están los jóvenes que en Sagua la Grande, en la costa norte de la actual provincia de Villaclara, centro del país, se alzaron con armas viejas y pobres, tomaron puntos vitales y mantuvieron su control hasta que fueron violentamente reprimidos y perseguidos por el Ejército. Quince cayeron sin rendirse, víctimas unos del bombardeo y otros asesinados fríamente. Ese mismo día, en la capital, fue abatido en plena calle el joven Marcelo Salado, jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en La Habana.

En el ataque al cuartel de Imías, entre Santiago y Guantánamo, en la costa sur de la antigua provincia de Oriente, cayó el valeroso combatiente Ciro Frías. Raúl Castro, en su informe al Comandante en Jefe, detalla los hechos: "Ciro, de pie, detrás de un árbol, en el ángulo de frente al cuartel, hacia la derecha, iluminado por el incendio de la casa que tenía enfrente, les gritó, ‘Ríndanse, les habla el Capitán, les garantizamos la vida’. La respuesta fue la descarga cerrada sobre ese punto, atravesándole algunas balas el corazón".

Ciro se había incorporado al Ejército Rebelde desde los primeros días. Vivía con su familia en aquellos agrestes parajes. Uno de sus hermanos fue asesinado, en virtud de una traición. Su familia, perseguida; su casa, quemada por los soldados. Era un revolucionario cabal. Por su audacia y combatividad había sido ascendido a capitán. Atendiendo a sus condiciones, Raúl le confió el mando del ataque a Imías, para apoyar la huelga.

Alvarado, el poeta, antes de los veinte años que no llegó a cumplir, ya se había destacado por su firmeza revolucionaria y por su vocación literaria. La poesía iba en él junto al patriotismo, como en lo más valioso de la tradición nacional. Había nacido en Santa Clara el 24 de noviembre de 1938. En La Habana fundó periódicos literarios, colaboró en otros, ganó algún concurso juvenil. Su entrega a la Revolución guiaba sus actos. Pese a su juventud, decenas de revolucionarios le seguían. El 10 de abril de 1958 la tiranía le asesinó a balazos en las calles capitalinas. En sus versos lo había previsto:

Cuba del alma, tierra oprimida,
Luz del Caribe. Pronto la espada
De los cubanos —clamor de todos—
Guiará tus manos: y yo, cual mártir
Ante tu ocaso, postro mi vida.

El guerrillero de las montañas orientales, Ciro Frías; el poeta de la ciudad, Luis Oscar Alvarado, los jóvenes heroicos de Sagua la Grande y tantos luchadores más en toda Cuba, marcaron con su heroísmo el mapa de la historia. Sus vidas no conocerán el olvido.

Hombre antes de tiempo
POR: RAQUEL MARRERO YANES

"Mi mayor muerte está en saber que voy a morir", escribió Juan Oscar Alvarado Miranda, un periodista que se hizo hombre antes de tiempo.


Muchacho de temperamento vivo, audaz y valiente. Manifiesta su vocación literaria desde pequeño. Con solo seis años, escribe el primer poema dedicado a su madre. Ama los libros de Marti.

Nace en Santa Clara el 24 de noviembre de 1938. Cursa los primeros estudios en los Maristas de esa ciudad y los de bachillerato en la Havana Military Academy. Desde esos tiempos se inclina al periodismo, la literatura y la lucha social. Funda la revista estudiantil Diana y conoce a su amigo José Adolfo Macau. Gana el premio Pluma Invisible, y funda el grupo literario Renuevo.

Juan Oscar sigue el ejemplo de su padre, matrícula en la escuela de periodismo Manuel Marquez Sterling. Allí encuentra otro escenario para la lucha. Se involucra en la actividad clandestina. Sus compañeros pronto descubren en a un joven inquieto, que se transforma en poco tiempo en un periodista atrevido e insurgente.

Organiza la huelga del 9 de abril en la escuela de periodismo. Ya era militante del Movimiento 26 de Julio y miembro de las Brigadas de Acción y Sabotaje.

Llega el día 9 y junto a Macau participa en acciones armadas. A las 11:00 de la mañana el Movimiento 26 de Julio llama a la huelga. Se escucharon en la capital, los tiros y el grito de odio ¡Maten, maten!

Una casa del reparto Sevillano les sirvió de refugio la noche del 10. Juan Oscar no le temía la madrugada. Entre sombras, ven deslizarse cinco perseguidoras que rodearon la casa. Sus tripulantes se aferran en perturbar virtudes. Tras un cerco brutal, un grupo de infames sorprende y dispara sobre ellos. El 10 de abril de 1958 acribillaron a Juan Oscar Alvarado y a José Adolfo Macau.

Este joven deja al morir poemas, cuentos, artículos, notas críticas, pensamientos y trabajos de carácter político. El valor de lo escrito no está en lo literario, sino en la profunda vocación que revelan.

Después del triunfo de la Revolución se publican textos suyos. Momento en que sus compañeros se enteran, que aquel joven inquieto también era poeta.

CUBA



JUAN OSCAR ALVARADO.
(1938-58)


GOLONDRINA

Hermosa golondrina
que vuelas
por los cielos
de mi anhelo;
ven y pósate
en el HIELO
de mi alma
pobre y buena.
Besa dulce
mi gran pena
y haz un nido.
aquí en las ramas
de esta HERIDA
que te ama.
Cubre de ORO
el BARRO insano
donde lloro
cada noche
y luego canta
cual reproche
en su susurro
de palmera.
Rasga el velo
de mi angustia
con tu PICO de marfil,
descubriendo la hermosura
de mi espera.
Grita al VIENTO
lo que siento
y LIBA el néctar
agridulce
de lamento.
Roba al SOL
en un descuido
su FULGOR
y cúbreme de LUCES
por amor.
Vuela luego más allá
del ARCOIRIS,
trayendo a mi capilla
la acuarela de sus IRIS
y su arco de color.
CORTA flores
en jardines invisibles
y coróname las sienes
con ESPINAS perceptibles
de pasión.
Hermosa GOLONDRINA
que vuelas por los cielos
de mi anhelo,
RASGA el velo,
RASGA el velo
y tendrás como morada
mi alma buena,
mi capilla nazarena.
Siempre amiga.
siempre bella,
yo la amo...
¡ve por ella!

CUBA



JUAN OSCAR ALVARADO.
(1938-58)


MADRE

El que de tus entrañas saliera
Prometió a Dios, no a cualquiera
Que cuando la musa se encendiera
Poema haría de tu ternura, de tu belleza.
Eres madre, valentía y fragilidad
La unión perfecta e inexplicable
De la fuerza y la debilidad
Creación sabia, bendita, llena de dignidad.
Hermosa madre, no es solo por halagarte
Quiero reconocerte por sacrificarte
Al dejar de lado tus sueños,
Para atenderme, para cuidarme
Nueve meses esperaste con paciencia y amor
Los dolores que tuviste no se pueden comparar
Al gozo que sentiste de ser madre una vez mas
La sonrisa volvió a tu rostro el dolor quedo atrás
Luego los desvelos no pudiste evitar
Atender a tu bebe no te importo nada mas
Que comiera, que creciera, que de salud pudiera gozar
Era tu meta encomiable alcanzar mi bienestar
Cuando fui creciendo tu amor seguí viviendo
Viendo tu atención, tu entrega y tus esfuerzos
En tiempos de crisis te vi luchar nuestro alimento
No te importaba que hacer dentro de la moral y el respeto
Nunca podre olvidar aquel ejemplar momento.
Aun en tus regaños, tus sermones, tus consejos
Debe ver un hijo el amor, aunque no lo entienda de momento
Esa gran preocupación que no cesa en sus deseos
De ver a sus hijos andar por el camino más correcto.
Oh madre honrarte quiero como dice el mandamiento
Eres digna de gran honra ya lo decía el Supremo
Quien no lo entienda no se ha detenido un momento
A evaluar la gran labor que desempeñas, una misión del mismo cielo
Quiero siempre esforzarme por tu sonrisa alargar
Querida madre no pretendo con poesías pagar
Lo que con un millón de frases bellas y elocuentes
No alcanzaría a explicar, divino don te dio el padre celestial.
Triste el caso de la madre que a sus hijos educó
Y con mucho sacrifico su enseñanza compensó
Llevándoles a alcanzar un tan elevado honor
Y luego tan solo recibe la indiferencia en retribución
Malos hijos que olvidaron sus principios y el amor
Que les diera esa madre semejante al de Dios
Incondicional, sin medida, sin ninguna restricción
Amor que llevara hasta la tumba
Por eso madre es una, como ella nunca hay dos.


Cuando puedas, todo tuyo, amigo mío.
Gracias y besos.

Gracias amiga mía.

Besos.

CUBA

RENÉ ARIZA ( 1940 - 94)


Wikipedia:


René Ariza (La Habana, 1940-San Francisco, 1994) fue un dramaturgo, poeta y autor plástico cubano. Muy crítico con la Revolución Cubana, sufrió la represión del régimen de distintas formas, llegando incluso a ser preso político en la isla. Acusado de diversionismo ideológico, sufrió persecución y su obra fue confiscada y destruida. Abandonó Cuba durante el Éxodo del Mariel, llegando a Miami, donde continuó desarrollando su carrera profesional.
Su obra, de marcada intencionalidad política, ha sido estrenada, mayormente, en salas de los Estados Unidos, incluso antes de que Ariza se trasladara a este país. 


REFERENCIAS

• Álvarez del Real, María Eloísa (1991). 12.000 minibiografías. Panamá: Editorial América, S.A. p. 47. ISBN 0944499767.
  
• Montes Huidobro, Matías. Cervantes Virtual, ed. «El teatro cubano». España.
  
• Los cuentos de René Ariza, llevados a escena.El Nuevo Herald
  
• Los cuentos de René Ariza en el Miami Dade County Auditorium.Neo Club Press
  
• "El cuento de René regresa a la escena de Miami".Diario las Américas
  
• Los cuentos de René Ariza aterrizan en la escena Miamense, veintitrés años después de su muerte.Diario de Cuba
  
• "El cuento de René" la tragedia del artista bajo el totalitarismo.El Nuevo Herald
  
• Larry Villanueva teatraliza los cuentos de René Ariza, bajo el título "El cuento de René", por Eduard Reboll para Nagari Magazine.
  
  
  
• VÉASE TAMBIÉN 
  

• Instituto Cultural René Ariza [1]
  
• Premio René Ariza