Última edición por Maria Lua el Mar 14 Mayo 2024, 10:30, editado 1 vez
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Maria Lua
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JAIME SABINES (1926-1999)
Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°31
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Última edición por Maria Lua el Mar 14 Mayo 2024, 10:30, editado 1 vez
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
- Mensaje n°32
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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compartir contigo sol y luna,
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cecilia gargantini- Administrador-Moderador
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Edad : 71
Localización : buenos aires
- Mensaje n°33
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias, mis queridas Lua y Evangelina, por todo lo que nos dan!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besitossssssssssss, amigas
Besitossssssssssss, amigas
Evangelina Valdez- Administrador-Moderador
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Edad : 68
- Mensaje n°34
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias María por más aportes.
Gracias Ceci por tu cariño.
Besos a ambas.
Cuba 65
VII
Un día, en Banagüises, una pequeña aldea,
sentí las gentes, sentí el campo, sentí la verdad de Cuba.
Son gentes viejas y tranquilas
(yo lloré con Ignacio, con Jabay, con Juanita)
las casas de madera y los portales amplios
(yo lloré con su paz y su melancolía).
Una calle asfaltada, orgullosa, atraviesa
el vecindario hasta la vía.
Cerca, los trenes jalan la caña
y cargan el mediodía.
Están allí como los árboles:
las mujeres, los niños, la panadería.
Tienen el suelo abajo y el sol encima.
Aquí las cosas pasan lentamente,
las ideas se comen, los alimentos se meditan,
los brazos salen de la tierra,
los yerbazales se agitan,
un perro de piedra corre en las calles
y corre un pozo de agua bendita.
Un joven muerto es un obelisco
y el aire es el sueño de una muchacha bonita.
Banagüises, que llevó mi padre
en el pecho como una reliquia,
es un pueblo joven y viejo
de esta nueva Cuba tan antigua.
----------
SEGUNDA PARTE
IV
Un año o dos o tres,
te da lo mismo.
¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué campana
incesante, silenciosa, llama y llama?
¿qué subterránea voz no pronunciada?
¿qué grito hundido, hundiéndose, infinito
de los dientes atrás, en la garganta
aérea, flotante, pare escamas?
¿Para esto vivir? ¿para sentir prestados
los brazos y las piernas y la cara,
arrendados al hoyo, entretenidos
los jugos en la cáscara?
¿para exprimir los ojos noche
a noche en el temblor obscuro de la cama,
remolino de quietas transparencias,
descendimiento de la náusea?
¿Para esto morir?
¿para inventar el alma,
el vestido de Dios, la eternidad, el agua
del aguacero de la muerte, la esperanza?
¿morir para pescar?
¿para atrapar con su red a la araña?
Estás sobre la playa de algodones
y tu marca de sombras sube y baja.
Gracias Ceci por tu cariño.
Besos a ambas.
Cuba 65
VII
Un día, en Banagüises, una pequeña aldea,
sentí las gentes, sentí el campo, sentí la verdad de Cuba.
Son gentes viejas y tranquilas
(yo lloré con Ignacio, con Jabay, con Juanita)
las casas de madera y los portales amplios
(yo lloré con su paz y su melancolía).
Una calle asfaltada, orgullosa, atraviesa
el vecindario hasta la vía.
Cerca, los trenes jalan la caña
y cargan el mediodía.
Están allí como los árboles:
las mujeres, los niños, la panadería.
Tienen el suelo abajo y el sol encima.
Aquí las cosas pasan lentamente,
las ideas se comen, los alimentos se meditan,
los brazos salen de la tierra,
los yerbazales se agitan,
un perro de piedra corre en las calles
y corre un pozo de agua bendita.
Un joven muerto es un obelisco
y el aire es el sueño de una muchacha bonita.
Banagüises, que llevó mi padre
en el pecho como una reliquia,
es un pueblo joven y viejo
de esta nueva Cuba tan antigua.
----------
SEGUNDA PARTE
IV
Un año o dos o tres,
te da lo mismo.
¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué campana
incesante, silenciosa, llama y llama?
¿qué subterránea voz no pronunciada?
¿qué grito hundido, hundiéndose, infinito
de los dientes atrás, en la garganta
aérea, flotante, pare escamas?
¿Para esto vivir? ¿para sentir prestados
los brazos y las piernas y la cara,
arrendados al hoyo, entretenidos
los jugos en la cáscara?
¿para exprimir los ojos noche
a noche en el temblor obscuro de la cama,
remolino de quietas transparencias,
descendimiento de la náusea?
¿Para esto morir?
¿para inventar el alma,
el vestido de Dios, la eternidad, el agua
del aguacero de la muerte, la esperanza?
¿morir para pescar?
¿para atrapar con su red a la araña?
Estás sobre la playa de algodones
y tu marca de sombras sube y baja.
Evangelina Valdez- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 24/07/2009
Edad : 68
- Mensaje n°35
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Tú eres mi marido
Tú eres mi marido y yo soy tu mujer.
Tú eres mi hermana y yo soy tu hermano.
Tú eres mi madre y yo soy tu hijo.
Los dos somos nada más uno.
Tú te abres y yo te penetro.
Tú eres María y yo soy José.
Tú me abrazas y yo te envuelvo.
Tú eres mi sangre y yo soy tu piel.
Carmen y Rosa, Berta y Beatriz,
Carlos y Pedro, Jorge, Rubén,
tú eres el vaso, el agua, la piedra,
el carbón, el vinagre, la miel,
yo soy tu boca, tu mano, tu ombligo,
tu oreja, tu lengua, tu uña, tu pie.
Los dos somos nada más uno,
somos qué, cuándo, quién.
Tú eres mi hija, mi nieta, mi extraña.
Yo soy tu marido, tú eres mi mujer.
------------
AMANECE LA SANGRE DICIÉNDOME...
Amanece la sangre doliéndome
y el cigarro amargo.
La herida de los ojos abierta para el alcohol del sol.
Y una fatiga, un cansancio, un remordimiento de estar vivo.
¿A quién le hago el juego, Tarumba?
(Perdóname. Tú sabes que digo esas cosas por decir algo.
Es un remordimiento de estar muerto).
Mi mujer y mi hijo esperan allá fuera,
y yo me quejo.
Voy a comprar unas frutas para los tres;
me gusta ver que mi hijo brinca en el vientre de su madre
al olor remoto de los mangos.
(Cuando nazca mi hijo, Tarumba, tú le vas a enseñar
los árboles y los caballos).
Tú eres mi marido y yo soy tu mujer.
Tú eres mi hermana y yo soy tu hermano.
Tú eres mi madre y yo soy tu hijo.
Los dos somos nada más uno.
Tú te abres y yo te penetro.
Tú eres María y yo soy José.
Tú me abrazas y yo te envuelvo.
Tú eres mi sangre y yo soy tu piel.
Carmen y Rosa, Berta y Beatriz,
Carlos y Pedro, Jorge, Rubén,
tú eres el vaso, el agua, la piedra,
el carbón, el vinagre, la miel,
yo soy tu boca, tu mano, tu ombligo,
tu oreja, tu lengua, tu uña, tu pie.
Los dos somos nada más uno,
somos qué, cuándo, quién.
Tú eres mi hija, mi nieta, mi extraña.
Yo soy tu marido, tú eres mi mujer.
------------
AMANECE LA SANGRE DICIÉNDOME...
Amanece la sangre doliéndome
y el cigarro amargo.
La herida de los ojos abierta para el alcohol del sol.
Y una fatiga, un cansancio, un remordimiento de estar vivo.
¿A quién le hago el juego, Tarumba?
(Perdóname. Tú sabes que digo esas cosas por decir algo.
Es un remordimiento de estar muerto).
Mi mujer y mi hijo esperan allá fuera,
y yo me quejo.
Voy a comprar unas frutas para los tres;
me gusta ver que mi hijo brinca en el vientre de su madre
al olor remoto de los mangos.
(Cuando nazca mi hijo, Tarumba, tú le vas a enseñar
los árboles y los caballos).
SILVIA SAVALL- España
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Edad : 56
Localización : Alzira / Valencia/ España
- Mensaje n°36
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Me encanta este poeta, no lo conocía, muchas gracias por compartirlo.
Un abrazo inmenso.
Un abrazo inmenso.
Maria Lua- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 12/04/2009
Localización : Nova Friburgo / RJ / Brasil
- Mensaje n°37
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias, Silvia...
Jaime Sabines es un poeta
que me encanta!
Besos
Maria Lua
Jaime Sabines es un poeta
que me encanta!
Besos
Maria Lua
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Evangelina Valdez- Administrador-Moderador
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Fecha de inscripción : 24/07/2009
Edad : 68
- Mensaje n°38
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
ADÁN Y EVA I
—Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos. Eva, levántate.
—Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?.
—Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y empiezan a galopar los árboles. Escucha.
—Yo quiero morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti.
Adán fue hacia ella y la tomó. Y parecía que los dos se habían metido en un río muy ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas.
---------------
"ALELUYA"
Si hubiera de morir dentro de unos instantes, escribiría estas sabias palabras: árbol del pan y de la miel, ruibarbo, cocacola, zonite, cruz gamada. Y me echaría a llorar.
Uno puede llorar hasta con la palabra «excusado» si tiene ganas de llorar.
Y esto es lo que hoy me pasa. Estoy dispuesto a perder hasta las uñas, a sacarme los ojos y exprimirlos como limones sobre la taza de café. («Te convido a una taza de café con cascaritas de ojo, corazón mío»).
Antes de que caiga sobre mi lengua el hielo del silencio, antes de que se raje mi garganta y mi corazón se desplome como una bolsa de cuero, quiero decirte, vida mía, lo agradecido que estoy, por este hígado estupendo que me dejó comer todas tus rosas, el día que entré a tu jardín oculto sin que nadie me viera.
Lo recuerdo. Me llené el corazón de diamantes —que son estrellas caídas y envejecidas en el polvo de la tierra— y lo anduve sonando como una sonaja mientras reía. No tengo otro rencor que el que tengo, y eso porque pude nacer antes y no lo hiciste.
No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto.
—Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos. Eva, levántate.
—Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció?.
—Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y empiezan a galopar los árboles. Escucha.
—Yo quiero morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti.
Adán fue hacia ella y la tomó. Y parecía que los dos se habían metido en un río muy ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas.
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"ALELUYA"
Si hubiera de morir dentro de unos instantes, escribiría estas sabias palabras: árbol del pan y de la miel, ruibarbo, cocacola, zonite, cruz gamada. Y me echaría a llorar.
Uno puede llorar hasta con la palabra «excusado» si tiene ganas de llorar.
Y esto es lo que hoy me pasa. Estoy dispuesto a perder hasta las uñas, a sacarme los ojos y exprimirlos como limones sobre la taza de café. («Te convido a una taza de café con cascaritas de ojo, corazón mío»).
Antes de que caiga sobre mi lengua el hielo del silencio, antes de que se raje mi garganta y mi corazón se desplome como una bolsa de cuero, quiero decirte, vida mía, lo agradecido que estoy, por este hígado estupendo que me dejó comer todas tus rosas, el día que entré a tu jardín oculto sin que nadie me viera.
Lo recuerdo. Me llené el corazón de diamantes —que son estrellas caídas y envejecidas en el polvo de la tierra— y lo anduve sonando como una sonaja mientras reía. No tengo otro rencor que el que tengo, y eso porque pude nacer antes y no lo hiciste.
No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto.
Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°39
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias, amiga Evangelina!
Tu participación es preciosa!
Besos
Maria Lua
Tu participación es preciosa!
Besos
Maria Lua
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
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Simon Abadia- España
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- Mensaje n°40
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Hacia tiempo que no lo leía
y me gustaba mucho,
ahora lo estoy disfrutando. GRANDE SU POESÍA.
Gracias Maria y Evangelina
Besos
y me gustaba mucho,
ahora lo estoy disfrutando. GRANDE SU POESÍA.
Gracias Maria y Evangelina
Besos
cecilia gargantini- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°41
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias Luita y Evangelina, por este bello aporte!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Besitosssssssssss miles para cada una
Besitosssssssssss miles para cada una
Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°42
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
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- Mensaje n°43
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
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Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
_________________
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°44
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
«No es que muera de amor, muero de ti…»
No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°45
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
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compartir contigo sol y luna,
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- Mensaje n°46
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
TU NOMBRE
Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
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- Mensaje n°47
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Lento, amargo animal
que soy, que he sido.
Horal, 1950
Yo no lo sé de cierto...
Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre algún día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.
Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo).
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- Mensaje n°48
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Los amorosos
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables.
Los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota corno sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas, a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables.
Los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota corno sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas, a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°49
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Entresuelo
Un ropero, un espejo, una silla,
ninguna estrella, mi cuarto, una ventana,
la noche como siempre, y yo sin hambre,
con un chicle y un sueño, una esperanza.
Hay muchos hombres fuera, en todas partes,
y más allá la niebla, la mañana.
Hay árboles helados, tierra seca,
peces fijos idénticos al agua,
nidos durmiendo bajo tibias palomas.
Aquí, no hay mujer. Me falta.
Mi corazón desde hace días quiere hincarse
bajo alguna caricia, una palabra.
Es áspera la noche. Contra muros, la sombra
lenta como los muertos, se arrastra.
Esa mujer y yo estuvimos pegados con agua.
Su piel sobre mis huesos
y mis ojos dentro de su mirada.
Nos hemos muerto muchas veces
al pie del alba.
Recuerdo que recuerdo su nombre,
sus labios, su transparente falda.
Tiene los pechos dulces, y de un lugar
a otro de su cuerpo hay una gran distancia:
de pezón a pezón cien labios y una hora,
de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas.
Yo la quiero hasta el fondo de todos los abismos,
hasta el último vuelo de la última ala,
cuando la carne toda no sea carne, ni el alma
sea alma.
Es precioso querer. Yo ya lo sé. La quiero.
¡Es tan dura, tan tibia, tan clara!
Esta noche me falta.
Sube un violín desde la calle hasta mi cama.
Ayer miré dos niños que ante un escaparate
de maniquíes desnudos se peinaban.
El silbato del tren me preocupó tres años,
hoy se que es una máquina.
Ningún adiós mejor que el de todos los días
a cada cosa, en cada instante, alta
la sangre iluminada.
Desamparada sangre, noche blanda,
tabaco del insomnio, triste cama.
Yo me voy a otra parte.
Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla.
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Un ropero, un espejo, una silla,
ninguna estrella, mi cuarto, una ventana,
la noche como siempre, y yo sin hambre,
con un chicle y un sueño, una esperanza.
Hay muchos hombres fuera, en todas partes,
y más allá la niebla, la mañana.
Hay árboles helados, tierra seca,
peces fijos idénticos al agua,
nidos durmiendo bajo tibias palomas.
Aquí, no hay mujer. Me falta.
Mi corazón desde hace días quiere hincarse
bajo alguna caricia, una palabra.
Es áspera la noche. Contra muros, la sombra
lenta como los muertos, se arrastra.
Esa mujer y yo estuvimos pegados con agua.
Su piel sobre mis huesos
y mis ojos dentro de su mirada.
Nos hemos muerto muchas veces
al pie del alba.
Recuerdo que recuerdo su nombre,
sus labios, su transparente falda.
Tiene los pechos dulces, y de un lugar
a otro de su cuerpo hay una gran distancia:
de pezón a pezón cien labios y una hora,
de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas.
Yo la quiero hasta el fondo de todos los abismos,
hasta el último vuelo de la última ala,
cuando la carne toda no sea carne, ni el alma
sea alma.
Es precioso querer. Yo ya lo sé. La quiero.
¡Es tan dura, tan tibia, tan clara!
Esta noche me falta.
Sube un violín desde la calle hasta mi cama.
Ayer miré dos niños que ante un escaparate
de maniquíes desnudos se peinaban.
El silbato del tren me preocupó tres años,
hoy se que es una máquina.
Ningún adiós mejor que el de todos los días
a cada cosa, en cada instante, alta
la sangre iluminada.
Desamparada sangre, noche blanda,
tabaco del insomnio, triste cama.
Yo me voy a otra parte.
Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla.
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y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
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Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
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- Mensaje n°50
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
.
Otros poemas de Jaime Sabines:
De Horal, 1950:
HORAL
El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
,,,,,,,,,nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
,,,,,,,,,nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...
De La señal, 1951:
DEL CORAZÓN DEL HOMBRE
He mirado a estas horas muchas cosas sobre la tierra
y sólo me ha dolido el corazón del hombre.
Sueña y no descansa.
No tiene casa sobre el mundo.
Es solo.
Se apoya en Dios o cae sobre la muerte,
pero no descansa.
El corazón del hombre sueña
y anda solo en la tierra
a lo largo de los días, perpetuamente.
Es una mala jugada
DE LA ESPERANZA
Entreteneos aquí con la esperanza.
El júbilo del día que vendrá
os germina en los ojos como una luz reciente.
Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste.
DEL DOLOR
Había sido escrito en el primer testamento del hombre:
No lo desprecies porque ha de enseñarte muchas cosas.
Hospédalo en tu corazón esta noche.
Al amanecer ha de irse. Pero no olvidarás
lo que te dijo desde la dura sombra.
DE LA MUERTE
Enterradla.
Hay muchos hombre quietos, bajo tierra,
que han de cuidarla.
No la dejéis aquí,
enterradla.
NO LO SALVES DE LA TRISTEZA, SOLEDAD
No lo salves de la tristeza, sokedad,
no lo cures de la ternura que lo enferma.
Dale dolor, apriétalo en tus manos,
muérdele el corazón hasta que apenda.
No lo consueles, déjalo tirado,
sobre su lecho como un haz de yerba.
ÉSA ES SU VENTANA
Esa es su ventana.
Allí la espera el tiempo.
Tras el cristal su rostro
invisible, en silencio.
Me mira, ciega y dulce,
con los ojos abiertos.
La noche está a mi lado,
su ventana está lejos.
Alguien la busca a veces
vestida de negro,
joven madre del luto,
flor del viento.
Sus manos rezan
sobre su pecho.
Y ella, niña, me mira
con sus ojos viejos.
Y yo la busco
dulce, muerto.
CAPRICHOS
1
La niña toca el piano
mientras un gato la mira.
En la pared hay un cuadro
con una flor amarilla.
La niña morena y flaca
le pega al piano y la mira
mientras un duende le jala
las trenzas y la risa.
La niña y el piano siguen
en la casa vacía.
2
El cielo estaba en las nubes
y las nubes en los pájaros,
los pájaros en el aire
y el aire sobre sus manos.
La yerba le acariciaba
ásperamente los labios
y sus ojos le contaban
una tristeza de algo:
como ropa de mujer
tendida, limpia, en el campo.
3
Llenas de tierra las manos
y los ojos llenos de agua,
voy a decirte un secreto:
no tengo casa.
No, no tengo casa.
Desabrochame la piel
de la espalda
y úntame yodo y arena
para borrar esa marca.
Tengo una marca.
No me dejes en el cuello
la garganta
callándose tanto tiempo
lo de mi casa.
Que me duele, de veras,
no tener casa.
¡QUÉ RISUEÑO CONTACTO
¡Qué risueño contacto el de tus ojos,
ligeros como palomas asustadas a la orilla del agua!
¡Qué rápido contacto el de tus ojos
con mi mirada!
¿Quién eres tú? ¡Qué importa!
A pesar de ti misma,
hay en tus ojos una breve palabra
enigmática.
No quiero saberla. Me gustas
mirándome de lado, escondida, asustada.
Así puedo pensar que huyes de algo,
de mí o de ti, de nada,
de esas tentaciones que dicen que persiguen a la mujer
..........casada.
EL DIABLO Y YO NOS ENTENDEMOS
El diablo y yo nos entendemos
como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
va a todas partes conmigo.
Se me trepa a la nariz
y me la muerde
y la quiebra con sus dientes finos.
Cuando estoy en la ventana
me dice ¡brinca!
detrás del oído.
Aquí en la cama se acuesta
a mis pies como un niño
y me ilumina el insomnio
con luces de artificio.
Nunca se está quieto.
Anda como un maldito,
como un loco, adivinando
cosas que no me digo.
Quien sabe qué gotas pone
en mis ojos, que me miro
a veces cara de diablo
cuando estoy distraído.
De vez en cuando me toma
los dedos mientras escribo.
Es raro y simple. Parece
a veces arrepentido.
El pobre no sabe nada
de sí mismo.
Cuando soy santo me pongo
a murmurarle al oído
y lo mareo y me desquito.
Pero después de todo
somos amigos
y tiene una ternura como un membrillo
y se siente solo el pobrecito
A ESTAS HORAS, AQUÍ
Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es oscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.
¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo,
hecho un tonto, mirando!
LOS HE VISTO EN EL CINE
Los he visto en el cine,
frente a los teatros,
en los tranvías y en los parques,
los dedos y los ojos apretados.
Las muchachas ofrecen en las salas oscuras
sus senos a las manos
y abren la boca a la caricia húmeda
y separan los muslos para invisibles sátiros.
Los he visto quererse anticipadamente, adivinando
el goce que los vestidos cubren, el engaño
de la palabra tierna que desea,
el uno al otro extraño.
Es la flor que florece
en el día más largo,
el corazón que espera,
el que tiembla lo mismo que un ciego en un presagio.
Esa niña que hoy vi tenía catorce años,
a su lado sus padres le miraban la risa
igual que si ella se la hubiera robado.
Los he visto a menudo
—a ellos, a los enamorados—
en las aceras, sobre la yerba, bajo un árbol,
encontrarse en la carne,
sellarse con los labios.
Y he visto el cielo negro
en el que no hay ni pájaros,
y estructuras de acero
y casa pobres, patios,
lugares olvidados.
Y ellos, constantes, tiemblan
se ponen en sus manos,
y el amor se sonríe, los mueve, les enseña,
igual que un viejo abuelo desengañado.
DESPUÉS DE TODO
Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.
Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.
A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.
Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.
Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.
EN MEDIO DE LAS RISAS
En medio de las risas y testigo del llanto,
oyendo y viendo gentes remotas a mi lado,
en una soledad sin palabras ni gestos,
acaso solo y triste, me doy cuenta, me hablo.
Por este no morirme me estoy muriendo a diario.
Desde mi cuerpo grito noche a noche, me espanto
de que sean míos mis brazos,
de que yo sea mi cuerpo, tan ajeno, tan largo.
El dolor de mi espalda no es mi dolor. ¡Qué amargo
el endulzar las horas con libros sabios!
Podría estar aquí si no estuviera
en un hombre sin labios.
Me aproximo a la tinta cuando escribo llorando.
Hace una hora estuve en un Café, en la calle,
en un colegio del que mejor no hablo.
Ayer fui al cine. Antier
me quedé en mi cuarto.
Todos hacen que viven o que mueren,
yo hago que hago.
Hablo de este dolor y de esta ausencia,
de tu dolor y de tu ausencia es que hablo.
De tu pleito de anoche con tu hermano,
de tu tristeza, huérfano, de tu disgusto, enamorado,
de tu esperanza, pobre, de tu ternura, desgraciado.
Hablo de todo lo que tiene origen
en este estar aquí desesperado
y hablo también de lo que no lo tiene
y nos zozobra dentro y nos golpea
como un pájaro ciego enajenado.
Mi sangre es sangre de hombre
y yo no la compré ni la regalo.
Cae gota a gota de mi lengua cuando hablo
porque tengo la lengua en mi quijada
clavada con un clavo.
Pero mi sangre abunda,
viene de todos los desamparados,
de todos los que no esperan nada esperanzados.
Terribles, largos días, breves años,
sin casa nunca, sin descanso.
El corazón golpeándome en las manos,
los ojos sumergidos en un vaso con noche
sobre el buró, mirando.
Y otra vez el rebelde y el manso.
Y el buscarse entre extraños
que se visten de uno y hablan como uno a ratos.
Quizás yo soy este dolor de muelas
en la cara del diablo.
Detrás de todas ventanas vacías
que ven pasar de noche el viejo espanto
yo soy como una vela enmudecida
en las manos de sombra del milagro.
De Tarumba, 1956:
PRÓLOGO
Estamos haciendo un libro
testimonio de lo que no decimos.
Reunimos nuestro tiempo, nuestros dolores,
nuestros ojos, las manos que tuvimos,
los corazones que ensayamos;
nos traemos al libro,
y quedamos, no obstante,
más grandes y más miserables que el libro.
El lamento no es el dolor.
El canto no es el pájaro.
El libro no soy yo, ni es mi hijo,
ni es la sombra de mi hijo.
El libro es sólo el tiempo,
un tiempo mío entre todos mis tiempos,
un grano en la mazorca,
un pedazo de hidra.
LA MUJER GORDA
La mujer gorda, Tarumba,
camina con la cabeza levantada.
El cojo le dice al idiota: Te alcancé.
El boticario llora por enfermedades.
Yo los miro a todos desde la puerta de mi casa,
desde el agua de un pozo,
desde el cielo,
y sólo tú me gustas, Tarumba,
que quieres café y que llueva.
No sé qué cosa eres,
cuál es tu nombre verdadero,
pero podrías ser mi hermano o yo mismo.
Podrías ser también un fantasma,
o el hijo de un fantasma,
o el nieto de alguien que no existió nunca.
Porque a veces quiero decirte: Tarumba,
¿en dónde estás?
A CABALLO
A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección.
A caballo tus ojos,
el salmo de tus ojos,
el sueño de tus piernas cansadas.
A caballo en el territorio de la malaria,
tiempo enfermo,
hembra caliente,
risa a gotas.
A donde llegan noticias de vírgenes,
periódicos con santos,
y telegramas de corazones deportivos como una bandera.
A caballo, Tarumba, sobre el río,
sobre la laja de agua, la vigilia,
la hoja frágil del sueño
(cuando tus manos se despiertan con nalgas),
y el vidrio de la muerte en el que miras
tu corazón pequeño.
A caballo, Tarumba,
hasta el vertedero del sol.
¡QUÉ PUTAS PUEDO HACER CON MI RODILLA
¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?
LA PRIMERA LLUVIA DEL AÑO MOJA LAS CALLES
La primera lluvia del año moja las calles,
abre el aire,
humedece mi sangre.
¡Me siento tan agusto y tan triste, Tarumba,
viendo caer el agua desde quién sabe,
sobre tantos y tanto!
Ayúdame a mirar sin llorar,
Ayúdame a llover yo mismo sobre mi corazón
para que crezca como la planta del chayote
como la yerbabuena.
¡Amo tanto la luz adolescente
de esta mañana
y su tierna humedad!
¡Ayúdame, Tarumba, a no morirme,
a que el viento no desate mis hojas
ni me arranque de esta tierra alegre!
DESPUÉS DE LEER TANTAS PÁGINAS QUE EL TIEMPO
Después de leer tantas páginas que el tiempo escribe con mi mano,
quedo triste, Tarumba, de no haber dicho más,
quedo triste de ser tan pequeño
y quedo triste y colérico de no estar solo.
Me quejo de estar todo el día en manos de las gentes,
me duele que se me echen encima y me aplasten
y no me dejen siquiera saber dónde tengo los brazos,
o mirar si mis piernas están completas.
"Abandona a tu padre y a tu madre"
y a tu mujer y a tu hijo y a tu hermano
y métete en el costal de tus huesos
y échate a rodar, si quieres ser poeta.
Que no esclavicen ni tu ombligo ni tu sangre,
ni el bien ni el mal,
ni el amor consuetudinario.
Tienes que ser actor de todas las cosas.
Tienes que romperte la cabeza diariamente
sobre la piedra, para que brote el agua.
Después quedarás tirado a un lado
como un saco vacío
(guante de cuero que la mano de la poesía usó),
pero también quedarías tirado por nada.
Yo me quejo, Tarumba, de estar sirviendo a la poesía y al diablo.
Y a veces soy como mi hijo, que se orina en la cama,
y no puede moverse, y llora.
QUIERO QUE ME SOCORRAS, SEÑOR, DE TANTA SOMBRA
Quiero que me socorras, Señor, de tanta sombra
que me rodea, de tanta hora que me asfixia.
Quiero que me socorras. Nadie, de esta intranquila
supervivencia, de esta sobremuerte agotadora.
Quiero que me hundas, Padre, de una vez para siempre
en tu caldera de aceite.
Quiero, hijo, que me entierres, bajo piedra y lodo,
y una plancha de acero, sin un árbol.
Quiero que todos griten por mí,
quiero que me acompañen y me auxilien
antes de caerme a mis pies.
(Sobre mis zapatos me voy a caer
Como si me quitara el traje.)
Quiero que tu divina presencia, Comecaca,
apuntale mi espíritu eterno.
Quiero que el coro de las estrellas
cacofónicas truene.
Quiero que el viento me recorra de norte a sur,
de este a siempre.
Quiero crecer como una piedra regada todas las mañanas
por el jardinero del sol.
DUÉRMETE, MI NIÑO, CON CALENTURA
Duérmete, mi niño, con calentura,
con dolor de cabeza.
estírate.
Duérmete con todo el cuerpo, niño,
envidia de los ángeles,
hijito enfermo.
Duérmete sin el grillo,
sin la aguja,
sin hambre.
Duérmete hasta mañana.
Duérmete, duérmete.
Vámonos a dormir,
a dormirnos.
El tubo de la noche, estírate.
Que se diga que Julio se duerme.
(Porque en la noche viene Tará
y te quita la enfermedad.
Luego encendemos el sol
con un cerillo de alcohol.)
Pero duérmete mi niño,
mi pedacito, a dormir,
a dormirse ya.
(Don Julito el fanfarrón,
don Julito es un fregón.)
Voy a sacudir tu cama:
que no tenga calentura
ni dolor de barriga
ni pulgas.
Aquí pongo este letrero
contra los mosquitos:
que nadie moleste a mi hijo.
Vamos a cantar:
tararí, tatá.
El viejito cojo
se duerme con sólo un ojo.
El viejito manco
duerme trepado en un zanco.
Tararí, totó.
No me diga nada usted:
se empieza a dormir mi pie.
Voy a subirlo a mi cuna
antes que venga la tía Luna.
Tararí, tuí,
tuí.
De Diario en semanario y poemas en prosa, 1961:
TE QUIERO A LAS DIEZ DE LA MAÑANA
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo.
Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
ME ALEGRO DE QUE EL SOL HAYA SALIDO
Me alegro de que el sol haya salido después de tantas horas: me alegro de que los árboles se estiren como quien sale de la cama; me alegro de que los carros tengan gasolina y de que yo tenga amor; me alegro de que éste sea el día 26 del mes; me alegro de que no nos hayamos muerto.
Me alegro de que haya gentes tristes, como esa muchacha que podría quererme si no quisiera a otro. Me alegro del bueno de Dios que me deja alegrarme.
¡Tilín, Pirrín! Yo estoy alegre: quiero hacerlo todo. No emborracharme con este vaso de tequila sino curar tu alma. Pararme de cabeza para que rías. Sacarte la lengua para que te aprietes la barriga.
Te muerdo debajo de la lengua, te ensalivo el pezón izquierdo, y sé que estoy cerca de tu corazón, ciertamente.
Mira, día: vamos a ser buenos amigos. No daré nada a nadie. Seré generoso: me arrodillaré en una esquina y extenderé mis manos abiertas. Que me den un centavo el sol, el hombre que pasa, las niñas que van a la escuela y hasta las viejecitas que vienen de la iglesia. Quiero ser bueno, como el que acaba de salir de la cárcel.
¡Salud, esqueletos!
Otros poemas de Jaime Sabines:
De Horal, 1950:
HORAL
El mar se mide por olas,
el cielo por alas,
,,,,,,,,,nosotros por lágrimas.
El aire descansa en las hojas,
el agua en los ojos,
,,,,,,,,,nosotros en nada.
Parece que sales y soles,
nosotros y nada...
De La señal, 1951:
DEL CORAZÓN DEL HOMBRE
He mirado a estas horas muchas cosas sobre la tierra
y sólo me ha dolido el corazón del hombre.
Sueña y no descansa.
No tiene casa sobre el mundo.
Es solo.
Se apoya en Dios o cae sobre la muerte,
pero no descansa.
El corazón del hombre sueña
y anda solo en la tierra
a lo largo de los días, perpetuamente.
Es una mala jugada
DE LA ESPERANZA
Entreteneos aquí con la esperanza.
El júbilo del día que vendrá
os germina en los ojos como una luz reciente.
Pero ese día que vendrá no ha de venir: es éste.
DEL DOLOR
Había sido escrito en el primer testamento del hombre:
No lo desprecies porque ha de enseñarte muchas cosas.
Hospédalo en tu corazón esta noche.
Al amanecer ha de irse. Pero no olvidarás
lo que te dijo desde la dura sombra.
DE LA MUERTE
Enterradla.
Hay muchos hombre quietos, bajo tierra,
que han de cuidarla.
No la dejéis aquí,
enterradla.
NO LO SALVES DE LA TRISTEZA, SOLEDAD
No lo salves de la tristeza, sokedad,
no lo cures de la ternura que lo enferma.
Dale dolor, apriétalo en tus manos,
muérdele el corazón hasta que apenda.
No lo consueles, déjalo tirado,
sobre su lecho como un haz de yerba.
ÉSA ES SU VENTANA
Esa es su ventana.
Allí la espera el tiempo.
Tras el cristal su rostro
invisible, en silencio.
Me mira, ciega y dulce,
con los ojos abiertos.
La noche está a mi lado,
su ventana está lejos.
Alguien la busca a veces
vestida de negro,
joven madre del luto,
flor del viento.
Sus manos rezan
sobre su pecho.
Y ella, niña, me mira
con sus ojos viejos.
Y yo la busco
dulce, muerto.
CAPRICHOS
1
La niña toca el piano
mientras un gato la mira.
En la pared hay un cuadro
con una flor amarilla.
La niña morena y flaca
le pega al piano y la mira
mientras un duende le jala
las trenzas y la risa.
La niña y el piano siguen
en la casa vacía.
2
El cielo estaba en las nubes
y las nubes en los pájaros,
los pájaros en el aire
y el aire sobre sus manos.
La yerba le acariciaba
ásperamente los labios
y sus ojos le contaban
una tristeza de algo:
como ropa de mujer
tendida, limpia, en el campo.
3
Llenas de tierra las manos
y los ojos llenos de agua,
voy a decirte un secreto:
no tengo casa.
No, no tengo casa.
Desabrochame la piel
de la espalda
y úntame yodo y arena
para borrar esa marca.
Tengo una marca.
No me dejes en el cuello
la garganta
callándose tanto tiempo
lo de mi casa.
Que me duele, de veras,
no tener casa.
¡QUÉ RISUEÑO CONTACTO
¡Qué risueño contacto el de tus ojos,
ligeros como palomas asustadas a la orilla del agua!
¡Qué rápido contacto el de tus ojos
con mi mirada!
¿Quién eres tú? ¡Qué importa!
A pesar de ti misma,
hay en tus ojos una breve palabra
enigmática.
No quiero saberla. Me gustas
mirándome de lado, escondida, asustada.
Así puedo pensar que huyes de algo,
de mí o de ti, de nada,
de esas tentaciones que dicen que persiguen a la mujer
..........casada.
EL DIABLO Y YO NOS ENTENDEMOS
El diablo y yo nos entendemos
como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
va a todas partes conmigo.
Se me trepa a la nariz
y me la muerde
y la quiebra con sus dientes finos.
Cuando estoy en la ventana
me dice ¡brinca!
detrás del oído.
Aquí en la cama se acuesta
a mis pies como un niño
y me ilumina el insomnio
con luces de artificio.
Nunca se está quieto.
Anda como un maldito,
como un loco, adivinando
cosas que no me digo.
Quien sabe qué gotas pone
en mis ojos, que me miro
a veces cara de diablo
cuando estoy distraído.
De vez en cuando me toma
los dedos mientras escribo.
Es raro y simple. Parece
a veces arrepentido.
El pobre no sabe nada
de sí mismo.
Cuando soy santo me pongo
a murmurarle al oído
y lo mareo y me desquito.
Pero después de todo
somos amigos
y tiene una ternura como un membrillo
y se siente solo el pobrecito
A ESTAS HORAS, AQUÍ
Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es oscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, no, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, cuándo.
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas, como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.
¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo,
hecho un tonto, mirando!
LOS HE VISTO EN EL CINE
Los he visto en el cine,
frente a los teatros,
en los tranvías y en los parques,
los dedos y los ojos apretados.
Las muchachas ofrecen en las salas oscuras
sus senos a las manos
y abren la boca a la caricia húmeda
y separan los muslos para invisibles sátiros.
Los he visto quererse anticipadamente, adivinando
el goce que los vestidos cubren, el engaño
de la palabra tierna que desea,
el uno al otro extraño.
Es la flor que florece
en el día más largo,
el corazón que espera,
el que tiembla lo mismo que un ciego en un presagio.
Esa niña que hoy vi tenía catorce años,
a su lado sus padres le miraban la risa
igual que si ella se la hubiera robado.
Los he visto a menudo
—a ellos, a los enamorados—
en las aceras, sobre la yerba, bajo un árbol,
encontrarse en la carne,
sellarse con los labios.
Y he visto el cielo negro
en el que no hay ni pájaros,
y estructuras de acero
y casa pobres, patios,
lugares olvidados.
Y ellos, constantes, tiemblan
se ponen en sus manos,
y el amor se sonríe, los mueve, les enseña,
igual que un viejo abuelo desengañado.
DESPUÉS DE TODO
Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.
Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.
A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.
Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.
Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.
EN MEDIO DE LAS RISAS
En medio de las risas y testigo del llanto,
oyendo y viendo gentes remotas a mi lado,
en una soledad sin palabras ni gestos,
acaso solo y triste, me doy cuenta, me hablo.
Por este no morirme me estoy muriendo a diario.
Desde mi cuerpo grito noche a noche, me espanto
de que sean míos mis brazos,
de que yo sea mi cuerpo, tan ajeno, tan largo.
El dolor de mi espalda no es mi dolor. ¡Qué amargo
el endulzar las horas con libros sabios!
Podría estar aquí si no estuviera
en un hombre sin labios.
Me aproximo a la tinta cuando escribo llorando.
Hace una hora estuve en un Café, en la calle,
en un colegio del que mejor no hablo.
Ayer fui al cine. Antier
me quedé en mi cuarto.
Todos hacen que viven o que mueren,
yo hago que hago.
Hablo de este dolor y de esta ausencia,
de tu dolor y de tu ausencia es que hablo.
De tu pleito de anoche con tu hermano,
de tu tristeza, huérfano, de tu disgusto, enamorado,
de tu esperanza, pobre, de tu ternura, desgraciado.
Hablo de todo lo que tiene origen
en este estar aquí desesperado
y hablo también de lo que no lo tiene
y nos zozobra dentro y nos golpea
como un pájaro ciego enajenado.
Mi sangre es sangre de hombre
y yo no la compré ni la regalo.
Cae gota a gota de mi lengua cuando hablo
porque tengo la lengua en mi quijada
clavada con un clavo.
Pero mi sangre abunda,
viene de todos los desamparados,
de todos los que no esperan nada esperanzados.
Terribles, largos días, breves años,
sin casa nunca, sin descanso.
El corazón golpeándome en las manos,
los ojos sumergidos en un vaso con noche
sobre el buró, mirando.
Y otra vez el rebelde y el manso.
Y el buscarse entre extraños
que se visten de uno y hablan como uno a ratos.
Quizás yo soy este dolor de muelas
en la cara del diablo.
Detrás de todas ventanas vacías
que ven pasar de noche el viejo espanto
yo soy como una vela enmudecida
en las manos de sombra del milagro.
De Tarumba, 1956:
PRÓLOGO
Estamos haciendo un libro
testimonio de lo que no decimos.
Reunimos nuestro tiempo, nuestros dolores,
nuestros ojos, las manos que tuvimos,
los corazones que ensayamos;
nos traemos al libro,
y quedamos, no obstante,
más grandes y más miserables que el libro.
El lamento no es el dolor.
El canto no es el pájaro.
El libro no soy yo, ni es mi hijo,
ni es la sombra de mi hijo.
El libro es sólo el tiempo,
un tiempo mío entre todos mis tiempos,
un grano en la mazorca,
un pedazo de hidra.
LA MUJER GORDA
La mujer gorda, Tarumba,
camina con la cabeza levantada.
El cojo le dice al idiota: Te alcancé.
El boticario llora por enfermedades.
Yo los miro a todos desde la puerta de mi casa,
desde el agua de un pozo,
desde el cielo,
y sólo tú me gustas, Tarumba,
que quieres café y que llueva.
No sé qué cosa eres,
cuál es tu nombre verdadero,
pero podrías ser mi hermano o yo mismo.
Podrías ser también un fantasma,
o el hijo de un fantasma,
o el nieto de alguien que no existió nunca.
Porque a veces quiero decirte: Tarumba,
¿en dónde estás?
A CABALLO
A caballo, Tarumba,
hay que montar a caballo
para recorrer este país,
para conocer a tu mujer,
para desear a la que deseas,
para abrir el hoyo de tu muerte,
para levantar tu resurrección.
A caballo tus ojos,
el salmo de tus ojos,
el sueño de tus piernas cansadas.
A caballo en el territorio de la malaria,
tiempo enfermo,
hembra caliente,
risa a gotas.
A donde llegan noticias de vírgenes,
periódicos con santos,
y telegramas de corazones deportivos como una bandera.
A caballo, Tarumba, sobre el río,
sobre la laja de agua, la vigilia,
la hoja frágil del sueño
(cuando tus manos se despiertan con nalgas),
y el vidrio de la muerte en el que miras
tu corazón pequeño.
A caballo, Tarumba,
hasta el vertedero del sol.
¡QUÉ PUTAS PUEDO HACER CON MI RODILLA
¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?
LA PRIMERA LLUVIA DEL AÑO MOJA LAS CALLES
La primera lluvia del año moja las calles,
abre el aire,
humedece mi sangre.
¡Me siento tan agusto y tan triste, Tarumba,
viendo caer el agua desde quién sabe,
sobre tantos y tanto!
Ayúdame a mirar sin llorar,
Ayúdame a llover yo mismo sobre mi corazón
para que crezca como la planta del chayote
como la yerbabuena.
¡Amo tanto la luz adolescente
de esta mañana
y su tierna humedad!
¡Ayúdame, Tarumba, a no morirme,
a que el viento no desate mis hojas
ni me arranque de esta tierra alegre!
DESPUÉS DE LEER TANTAS PÁGINAS QUE EL TIEMPO
Después de leer tantas páginas que el tiempo escribe con mi mano,
quedo triste, Tarumba, de no haber dicho más,
quedo triste de ser tan pequeño
y quedo triste y colérico de no estar solo.
Me quejo de estar todo el día en manos de las gentes,
me duele que se me echen encima y me aplasten
y no me dejen siquiera saber dónde tengo los brazos,
o mirar si mis piernas están completas.
"Abandona a tu padre y a tu madre"
y a tu mujer y a tu hijo y a tu hermano
y métete en el costal de tus huesos
y échate a rodar, si quieres ser poeta.
Que no esclavicen ni tu ombligo ni tu sangre,
ni el bien ni el mal,
ni el amor consuetudinario.
Tienes que ser actor de todas las cosas.
Tienes que romperte la cabeza diariamente
sobre la piedra, para que brote el agua.
Después quedarás tirado a un lado
como un saco vacío
(guante de cuero que la mano de la poesía usó),
pero también quedarías tirado por nada.
Yo me quejo, Tarumba, de estar sirviendo a la poesía y al diablo.
Y a veces soy como mi hijo, que se orina en la cama,
y no puede moverse, y llora.
QUIERO QUE ME SOCORRAS, SEÑOR, DE TANTA SOMBRA
Quiero que me socorras, Señor, de tanta sombra
que me rodea, de tanta hora que me asfixia.
Quiero que me socorras. Nadie, de esta intranquila
supervivencia, de esta sobremuerte agotadora.
Quiero que me hundas, Padre, de una vez para siempre
en tu caldera de aceite.
Quiero, hijo, que me entierres, bajo piedra y lodo,
y una plancha de acero, sin un árbol.
Quiero que todos griten por mí,
quiero que me acompañen y me auxilien
antes de caerme a mis pies.
(Sobre mis zapatos me voy a caer
Como si me quitara el traje.)
Quiero que tu divina presencia, Comecaca,
apuntale mi espíritu eterno.
Quiero que el coro de las estrellas
cacofónicas truene.
Quiero que el viento me recorra de norte a sur,
de este a siempre.
Quiero crecer como una piedra regada todas las mañanas
por el jardinero del sol.
DUÉRMETE, MI NIÑO, CON CALENTURA
Duérmete, mi niño, con calentura,
con dolor de cabeza.
estírate.
Duérmete con todo el cuerpo, niño,
envidia de los ángeles,
hijito enfermo.
Duérmete sin el grillo,
sin la aguja,
sin hambre.
Duérmete hasta mañana.
Duérmete, duérmete.
Vámonos a dormir,
a dormirnos.
El tubo de la noche, estírate.
Que se diga que Julio se duerme.
(Porque en la noche viene Tará
y te quita la enfermedad.
Luego encendemos el sol
con un cerillo de alcohol.)
Pero duérmete mi niño,
mi pedacito, a dormir,
a dormirse ya.
(Don Julito el fanfarrón,
don Julito es un fregón.)
Voy a sacudir tu cama:
que no tenga calentura
ni dolor de barriga
ni pulgas.
Aquí pongo este letrero
contra los mosquitos:
que nadie moleste a mi hijo.
Vamos a cantar:
tararí, tatá.
El viejito cojo
se duerme con sólo un ojo.
El viejito manco
duerme trepado en un zanco.
Tararí, totó.
No me diga nada usted:
se empieza a dormir mi pie.
Voy a subirlo a mi cuna
antes que venga la tía Luna.
Tararí, tuí,
tuí.
De Diario en semanario y poemas en prosa, 1961:
TE QUIERO A LAS DIEZ DE LA MAÑANA
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo.
Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
ME ALEGRO DE QUE EL SOL HAYA SALIDO
Me alegro de que el sol haya salido después de tantas horas: me alegro de que los árboles se estiren como quien sale de la cama; me alegro de que los carros tengan gasolina y de que yo tenga amor; me alegro de que éste sea el día 26 del mes; me alegro de que no nos hayamos muerto.
Me alegro de que haya gentes tristes, como esa muchacha que podría quererme si no quisiera a otro. Me alegro del bueno de Dios que me deja alegrarme.
¡Tilín, Pirrín! Yo estoy alegre: quiero hacerlo todo. No emborracharme con este vaso de tequila sino curar tu alma. Pararme de cabeza para que rías. Sacarte la lengua para que te aprietes la barriga.
Te muerdo debajo de la lengua, te ensalivo el pezón izquierdo, y sé que estoy cerca de tu corazón, ciertamente.
Mira, día: vamos a ser buenos amigos. No daré nada a nadie. Seré generoso: me arrodillaré en una esquina y extenderé mis manos abiertas. Que me den un centavo el sol, el hombre que pasa, las niñas que van a la escuela y hasta las viejecitas que vienen de la iglesia. Quiero ser bueno, como el que acaba de salir de la cárcel.
¡Salud, esqueletos!
Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 22 Nov 2022, 09:02, editado 1 vez
Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
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- Mensaje n°51
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
.
De Poemas sueltos (1951-1961):
HE AQUÍ LO QUE SUCEDE
He aquí lo que sucede:
es el once de octubre en la mañana,
1951, en México.
Frío y sol, pero frío
en viento, agudo, alegre. Frío
por todas partes.
En un tercer piso de la calle de Cuba
vivimos varias gentes
de las que el más importante, ahora, soy yo.
Yo soy.
Yo estoy tirado en mi cama
y yo escribo esto.
Yo escucho en el piano del radio
un anuncio de Beethoven.
Yo tomo café y escucho
también motocicletas y camiones
y martillos y gentes.
Yo estoy alegre.
Supe, hace rato, que estaba alegre
porque me puse a cantar
y a decirle al locutor que era un tonto
y a la vida que era estupenda.
Me alegraron unos cieguitos del piso de abajo
que tenían una guitarra y cantaban.
Me alegró una morena preñada que reía y cantaba.
Me alegró doña Lucita asoleándose.
Me alegraron los que andaban en la calle
temblando de frío, y me alegró una muchacha
en un balcón de enfrente coqueteando y temblando.
Yo pienso muchas cosas y recuerdo y asocio.
El frío me ha hecho místico y alegre.
Quizás el sol en el frío.
Quiero hablar del frío:
El frío es bueno para tomar café,
para acostarse,
para hacer el amor,
para que nos digan “tienes las manos frías”,
para fumar y no salir del cuarto.
Para todo lo demás es malo el frío.
Yo estoy alegre y soy bueno
y me perdono y los perdono a ustedes,
y me río de ser tan padre ahora.
Yo saldría a la calle a abrazar a todos
si no hiciera tanto frío.
Les diría: “Hijos míos, padres míos,
no sean tontos, no vayan a ninguna parte,
no se preocupen. Hace frío.
¿Qué tienen ustedes sino este frío?”
¡Salud por los que están tomando el sol o una copa
para calentarse!
¡Por los alegres y los que quieren estar alegres!
¡Yo saludo a los becerros prendidos a las ubres,
a los pájaros que no salen del nido,
a las mujeres que se están entregando,
a los sabios, a los combatientes del frío!
Yo no quiero ofrecerles un poema,
yo quiero darles un vaso de leche caliente a cada uno.
MI CORAZÓN ME RECUERDA QUE HE DE LLORAR
Mi corazón me recuerda que he de llorar
por el tiempo que se ha ido, por el que se va.
Agua del tiempo que corre, muerte abajo,
tumba abajo, no volverá.
Me muero todos los días
sin darme cuenta, y está
mi cuerpo girando
en la palma de la muerte
como un trompo de verdad.
Hilo de mi sangre, ¿quién te enrollará?
Agua soy que tiene cuerpo,
la tierra la beberá.
Fuego soy, aire compacto,
no he de durar.
El viento sobre la tierra
tumba muertos, sobre el mar,
los siembra en hoyos de arena,
les echa cal.
Yo soy el tiempo que pasa,
es mi muerte la que va
en los relojes andando hacia atrás.
IGUAL QUE LA NOCHE DE LA EMBRIAGUEZ
Igual que la noche de la embriaguez,
igual fue la vida.
¿Qué hice?, ¿qué tengo entre las manos?
Sólo desear, desear, desear,
ir detrás de los sueños
igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos.
ANDO BUSCANDO A UN HOMBRE QUE SE PAREZCA A MÍ
Ando buscando a un hombre que se parezca a mí
para darle mi nombre, mi mujer y mi hijo,
mis librosy mis deudas.
Ando buscando a quién regalarle mi alma,
mi destino, mi muerte.
¡Con qué gusto lo haría,
con qué ternura me dejaría en sus manos!
MI DIOS ES SORDO Y CIEGO Y ARMONIOSO
Mi Dios es sordo y ciego y armonioso.
El azar no es más que instrumento del orden,
la casualidad, un disfraz de la meditación.
En el conjunto de las cosas fui aniquilado gloriosamente
y recreado con indiferencia
que es la virtud del verdadero amor.
Nadie se duela de la muerte de su hermano
más que de la del extraño,
ni se goce en el nacimiento de su hijo
si no se alegra al parto de la desconocida.
Lo mismo es una flor que una hormiga
y la estrella es una flor elevada
y la piedra una flor resistente
—flor del grano de arena,
viento quieto, florecido.
Todo está sumergido y permanece
en el obscuro sol radiante,
en la líquida luz cuya forma enigmática
palpamos con los dedos
mientras el corazón pregunta: ¿qué es?
De Yuria, 1967:
NO SÉ, A ESTAS ALTURAS, CÓMO DECIR LAS COSAS QUE SUCEDEN
No sé, a estas alturas, cómo decir las cosas que suceden.
Soy un poco apagado, un poco triste,
un poco incrédulo y vacío.
Dejé pasar tres meses a propósito
para mirar en mí, mirarte lejos,
sano y salvo de ti, Cuba caliente.
(He aquí el primer error. No quiero atarme
a las palabras ni al ritmo.
Líbreme Dios de mí
igual que me he librado de Dios.)
Suscribo lo que dice la prensa reaccionaria del mundo.
(Así iba a empezar.)
En Cuba hay privaciones, hay escasez, no hay poitos,
no hay vestidos suntuosos ni automóviles último modelo,
hay pocas medicinas y mucho trabajo para todos.
Suscribo esto.
Quiero aclarar que no me paga un sueldo el partido comunista,
ni recibo dólares de la embajada norteamericana
(¡Qué bien la están haciendo los gringos
en Vietnan y en Santo Domingo!)
No acostumbro meterme con la poesía política
ni trato de arreglar el mundo.
Más bien soy un burgués acomodado a todo,
a la vida, a la muerte y a la desesperanza.
No tengo hábitos sanos
ni he aprendido a reír ni a conversar con nadie.
Soy un poco de todo,
y pienso que si fuera en un buque pirata
sería lo mismo el capitán que el cocinero.
HACIÉNDOSE SU CASA, CUBA
Haciéndose su casa, Cuba
tiene las manos limpias.
Será una casa para todos,
una casa hermosa y sencilla,
casa para el pan y el agua,
casa para el aire y la vida.
ES NECESARIO DETENERSE FRENTE AL MAR
Es necesario detenerse frente al mar.
El mar oscuro es del dolor de Miriam,
tiene su mismo oleaje y su claridad.
En las playas del pueblo sentí que era sencillo,
enormemente sencillo, amar.
La arena, el viento,
los árboles, los hombres,
todos se pueden juntar.
¡Cuba, vamos a pelear
para vivir en paz!
UN PERSONAJE
Jaialai es un hombre docto, circunspecto, autoritario. Tiene fama de poeta y es un intelectual de cuerpo entero. Usa lentes y sus ademanes son graves y precisos. Cuando es necesario sonríe y desciende a la confidencia amena, a la ironía oportuna, o al gracejo de la amistad más verdadera. Encanta a su interlocutor agradecido y lo colma de los bienes de su sabiduría paternal, generosa y espléndida.
Jaialai se pregunta por qué no escribe, pero ve con placer el testimonio de su fama: un libro de versos de hace veinte años, que sus amigos llamaron “subjetivos, penetrantes, llenos de descubrimientos...”. Ahora, con la lectura de los libros nuevos y la lectura de lo que se dice sobre los libros nuevos, no hay tiempo sino para las críticas inteligentes que consolidan su
prestigio. Colaborador en dos o tres periódicos y en las más importantes revistas de literatura del país, hacia él se dirigen los ojos de la juventud inexperta en busca de consejo y orientación.
Jaialai es un hombre enormemente feliz. Esto se nota, particularmente, cuando está frente a la mesa: come como un desesperado, con un hambre consciente, vigorosa, enérgica, insistente, atragantándose, dando tumbos, pero con la mirada siempre perdida como si reflexionara, como si meditara en los problemas de la metafísica kantiana. ¡Hay que verlo comer para comprender
la importancia que tiene en el mundo Jaialai!
ESPERO CURARME DE TI EN UNOS DÍAS
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
¿QUÉ COSTUMBRE TAN SALVAJE
¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la faz de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.
Yo siempre estoy esperando que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué llora?
Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales.
Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlo a un río?
Habría que tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir.
CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE
Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.
DIGO QUE NO PUEDE DECIRSE EL AMOR
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal.
El amor no se dice con nada,
ni con palabras ni con callar.
Trata de decirlo el aire
y lo está ensayando el mar.
Pero el amante lo tiene prendido,
untado en la sangre lunar,
y el amor es igual que una brasa
y una espiga de sal.
La mano de un manco lo puede tocar,
la lengua de un mudo, los ojos de un ciego,
decir y mirar.
El amor no tiene remedio
y sólo quiere jugar.
TE QUIERO PORQUE TIENES
Te quiero porque tienes las partes de la mujer
en el lugar preciso
y estás completa. No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.
Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy una mancha, un punto en la pared, alguna raya
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.
Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.
Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.
¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.
JAIME, CARLOS, MANUEL, PEDRO, GILBERTO
Jaime, Carlos, Manuel, Pedro, Gilberto,
tengo todos los nombres de los hombres,
entiendo por garote, cuasimodo, rododendro,
paloagrio y aceite,
azufre, pedernal, gato-pómez, rastrojo...
Si alguien se queja en algún lado,
si alguien mata,
si alguien es muerto,
si alguien ama hasta quedarse mudo,
si alguien se duele o goza de algún modo,
estoy, no cabe duda, soy yo en algún momento.
ESTA MAÑANA IMAGINÉ MI MUERTE
Esta mañana imaginé mi muerte:
despeñado en el coche o de un balazo.
Me tuve lástima. Lloré por mi cadáver un buen rato.
Hablé, luego, de vacas, del gobierno,
de lo cara que cuesta ahora la vida,
y me sentí mejor, un poco bueno.
Iba a decirte que estoy realmente enfermo.
Como sin piel, herido por el aire,
herido por el sol, las palabras, los sueños.
Se me ha trepado en la nuca un cabrón diablo
y no me deja quieto.
Ulcerado, podrido, hay que vivir
a rastras, a gatas, apenas, como puedo.
SE HA VUELTO LLANTO ESTE DOLOR AHORA
Se ha vuelto llanto este dolor ahora
y es bueno que así sea.
Bailemos, amemos, Melibea.
Flor de este viento dulce que me tiene,
rama de mi congoja:
desátame, amor mío, hoja por hoja.
Mécete aquí en mis sueños,
te arropo con mi sangre, ésta es tu cuna:
déjame que te bese una por una,
mujeres tú, mujer, coral de espuma.
Rosario, sí, Dolores cuando Andrea,
déjame que te llore y que te vea.
Me he vuelto llanto nada más ahora
y te arrullo, mujer, llora que llora.
De Poemas sueltos (1951-1961):
HE AQUÍ LO QUE SUCEDE
He aquí lo que sucede:
es el once de octubre en la mañana,
1951, en México.
Frío y sol, pero frío
en viento, agudo, alegre. Frío
por todas partes.
En un tercer piso de la calle de Cuba
vivimos varias gentes
de las que el más importante, ahora, soy yo.
Yo soy.
Yo estoy tirado en mi cama
y yo escribo esto.
Yo escucho en el piano del radio
un anuncio de Beethoven.
Yo tomo café y escucho
también motocicletas y camiones
y martillos y gentes.
Yo estoy alegre.
Supe, hace rato, que estaba alegre
porque me puse a cantar
y a decirle al locutor que era un tonto
y a la vida que era estupenda.
Me alegraron unos cieguitos del piso de abajo
que tenían una guitarra y cantaban.
Me alegró una morena preñada que reía y cantaba.
Me alegró doña Lucita asoleándose.
Me alegraron los que andaban en la calle
temblando de frío, y me alegró una muchacha
en un balcón de enfrente coqueteando y temblando.
Yo pienso muchas cosas y recuerdo y asocio.
El frío me ha hecho místico y alegre.
Quizás el sol en el frío.
Quiero hablar del frío:
El frío es bueno para tomar café,
para acostarse,
para hacer el amor,
para que nos digan “tienes las manos frías”,
para fumar y no salir del cuarto.
Para todo lo demás es malo el frío.
Yo estoy alegre y soy bueno
y me perdono y los perdono a ustedes,
y me río de ser tan padre ahora.
Yo saldría a la calle a abrazar a todos
si no hiciera tanto frío.
Les diría: “Hijos míos, padres míos,
no sean tontos, no vayan a ninguna parte,
no se preocupen. Hace frío.
¿Qué tienen ustedes sino este frío?”
¡Salud por los que están tomando el sol o una copa
para calentarse!
¡Por los alegres y los que quieren estar alegres!
¡Yo saludo a los becerros prendidos a las ubres,
a los pájaros que no salen del nido,
a las mujeres que se están entregando,
a los sabios, a los combatientes del frío!
Yo no quiero ofrecerles un poema,
yo quiero darles un vaso de leche caliente a cada uno.
MI CORAZÓN ME RECUERDA QUE HE DE LLORAR
Mi corazón me recuerda que he de llorar
por el tiempo que se ha ido, por el que se va.
Agua del tiempo que corre, muerte abajo,
tumba abajo, no volverá.
Me muero todos los días
sin darme cuenta, y está
mi cuerpo girando
en la palma de la muerte
como un trompo de verdad.
Hilo de mi sangre, ¿quién te enrollará?
Agua soy que tiene cuerpo,
la tierra la beberá.
Fuego soy, aire compacto,
no he de durar.
El viento sobre la tierra
tumba muertos, sobre el mar,
los siembra en hoyos de arena,
les echa cal.
Yo soy el tiempo que pasa,
es mi muerte la que va
en los relojes andando hacia atrás.
IGUAL QUE LA NOCHE DE LA EMBRIAGUEZ
Igual que la noche de la embriaguez,
igual fue la vida.
¿Qué hice?, ¿qué tengo entre las manos?
Sólo desear, desear, desear,
ir detrás de los sueños
igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos.
ANDO BUSCANDO A UN HOMBRE QUE SE PAREZCA A MÍ
Ando buscando a un hombre que se parezca a mí
para darle mi nombre, mi mujer y mi hijo,
mis librosy mis deudas.
Ando buscando a quién regalarle mi alma,
mi destino, mi muerte.
¡Con qué gusto lo haría,
con qué ternura me dejaría en sus manos!
MI DIOS ES SORDO Y CIEGO Y ARMONIOSO
Mi Dios es sordo y ciego y armonioso.
El azar no es más que instrumento del orden,
la casualidad, un disfraz de la meditación.
En el conjunto de las cosas fui aniquilado gloriosamente
y recreado con indiferencia
que es la virtud del verdadero amor.
Nadie se duela de la muerte de su hermano
más que de la del extraño,
ni se goce en el nacimiento de su hijo
si no se alegra al parto de la desconocida.
Lo mismo es una flor que una hormiga
y la estrella es una flor elevada
y la piedra una flor resistente
—flor del grano de arena,
viento quieto, florecido.
Todo está sumergido y permanece
en el obscuro sol radiante,
en la líquida luz cuya forma enigmática
palpamos con los dedos
mientras el corazón pregunta: ¿qué es?
De Yuria, 1967:
NO SÉ, A ESTAS ALTURAS, CÓMO DECIR LAS COSAS QUE SUCEDEN
No sé, a estas alturas, cómo decir las cosas que suceden.
Soy un poco apagado, un poco triste,
un poco incrédulo y vacío.
Dejé pasar tres meses a propósito
para mirar en mí, mirarte lejos,
sano y salvo de ti, Cuba caliente.
(He aquí el primer error. No quiero atarme
a las palabras ni al ritmo.
Líbreme Dios de mí
igual que me he librado de Dios.)
Suscribo lo que dice la prensa reaccionaria del mundo.
(Así iba a empezar.)
En Cuba hay privaciones, hay escasez, no hay poitos,
no hay vestidos suntuosos ni automóviles último modelo,
hay pocas medicinas y mucho trabajo para todos.
Suscribo esto.
Quiero aclarar que no me paga un sueldo el partido comunista,
ni recibo dólares de la embajada norteamericana
(¡Qué bien la están haciendo los gringos
en Vietnan y en Santo Domingo!)
No acostumbro meterme con la poesía política
ni trato de arreglar el mundo.
Más bien soy un burgués acomodado a todo,
a la vida, a la muerte y a la desesperanza.
No tengo hábitos sanos
ni he aprendido a reír ni a conversar con nadie.
Soy un poco de todo,
y pienso que si fuera en un buque pirata
sería lo mismo el capitán que el cocinero.
HACIÉNDOSE SU CASA, CUBA
Haciéndose su casa, Cuba
tiene las manos limpias.
Será una casa para todos,
una casa hermosa y sencilla,
casa para el pan y el agua,
casa para el aire y la vida.
ES NECESARIO DETENERSE FRENTE AL MAR
Es necesario detenerse frente al mar.
El mar oscuro es del dolor de Miriam,
tiene su mismo oleaje y su claridad.
En las playas del pueblo sentí que era sencillo,
enormemente sencillo, amar.
La arena, el viento,
los árboles, los hombres,
todos se pueden juntar.
¡Cuba, vamos a pelear
para vivir en paz!
UN PERSONAJE
Jaialai es un hombre docto, circunspecto, autoritario. Tiene fama de poeta y es un intelectual de cuerpo entero. Usa lentes y sus ademanes son graves y precisos. Cuando es necesario sonríe y desciende a la confidencia amena, a la ironía oportuna, o al gracejo de la amistad más verdadera. Encanta a su interlocutor agradecido y lo colma de los bienes de su sabiduría paternal, generosa y espléndida.
Jaialai se pregunta por qué no escribe, pero ve con placer el testimonio de su fama: un libro de versos de hace veinte años, que sus amigos llamaron “subjetivos, penetrantes, llenos de descubrimientos...”. Ahora, con la lectura de los libros nuevos y la lectura de lo que se dice sobre los libros nuevos, no hay tiempo sino para las críticas inteligentes que consolidan su
prestigio. Colaborador en dos o tres periódicos y en las más importantes revistas de literatura del país, hacia él se dirigen los ojos de la juventud inexperta en busca de consejo y orientación.
Jaialai es un hombre enormemente feliz. Esto se nota, particularmente, cuando está frente a la mesa: come como un desesperado, con un hambre consciente, vigorosa, enérgica, insistente, atragantándose, dando tumbos, pero con la mirada siempre perdida como si reflexionara, como si meditara en los problemas de la metafísica kantiana. ¡Hay que verlo comer para comprender
la importancia que tiene en el mundo Jaialai!
ESPERO CURARME DE TI EN UNOS DÍAS
Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “qué calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se hizo de noche”... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
¿QUÉ COSTUMBRE TAN SALVAJE
¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la faz de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.
Yo siempre estoy esperando que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué llora?
Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonando, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales.
Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlo a un río?
Habría que tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir.
CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE
Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y verás qué hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.
Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.
DIGO QUE NO PUEDE DECIRSE EL AMOR
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal.
El amor no se dice con nada,
ni con palabras ni con callar.
Trata de decirlo el aire
y lo está ensayando el mar.
Pero el amante lo tiene prendido,
untado en la sangre lunar,
y el amor es igual que una brasa
y una espiga de sal.
La mano de un manco lo puede tocar,
la lengua de un mudo, los ojos de un ciego,
decir y mirar.
El amor no tiene remedio
y sólo quiere jugar.
TE QUIERO PORQUE TIENES
Te quiero porque tienes las partes de la mujer
en el lugar preciso
y estás completa. No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.
Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy una mancha, un punto en la pared, alguna raya
que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.
Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.
Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.
¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.
JAIME, CARLOS, MANUEL, PEDRO, GILBERTO
Jaime, Carlos, Manuel, Pedro, Gilberto,
tengo todos los nombres de los hombres,
entiendo por garote, cuasimodo, rododendro,
paloagrio y aceite,
azufre, pedernal, gato-pómez, rastrojo...
Si alguien se queja en algún lado,
si alguien mata,
si alguien es muerto,
si alguien ama hasta quedarse mudo,
si alguien se duele o goza de algún modo,
estoy, no cabe duda, soy yo en algún momento.
ESTA MAÑANA IMAGINÉ MI MUERTE
Esta mañana imaginé mi muerte:
despeñado en el coche o de un balazo.
Me tuve lástima. Lloré por mi cadáver un buen rato.
Hablé, luego, de vacas, del gobierno,
de lo cara que cuesta ahora la vida,
y me sentí mejor, un poco bueno.
Iba a decirte que estoy realmente enfermo.
Como sin piel, herido por el aire,
herido por el sol, las palabras, los sueños.
Se me ha trepado en la nuca un cabrón diablo
y no me deja quieto.
Ulcerado, podrido, hay que vivir
a rastras, a gatas, apenas, como puedo.
SE HA VUELTO LLANTO ESTE DOLOR AHORA
Se ha vuelto llanto este dolor ahora
y es bueno que así sea.
Bailemos, amemos, Melibea.
Flor de este viento dulce que me tiene,
rama de mi congoja:
desátame, amor mío, hoja por hoja.
Mécete aquí en mis sueños,
te arropo con mi sangre, ésta es tu cuna:
déjame que te bese una por una,
mujeres tú, mujer, coral de espuma.
Rosario, sí, Dolores cuando Andrea,
déjame que te llore y que te vea.
Me he vuelto llanto nada más ahora
y te arrullo, mujer, llora que llora.
cecilia gargantini- Administrador-Moderador
- Cantidad de envíos : 41491
Fecha de inscripción : 25/04/2009
Edad : 71
Localización : buenos aires
- Mensaje n°52
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Bellos y necesarios aportes, querido Pedro, para sumar lo que Evangelina y Lua ya incorporaron en su momento.
Gran autor!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gracias a los tres
Destaco éste que pega fuerte:
IGUAL QUE LA NOCHE DE LA EMBRIAGUEZ
Igual que la noche de la embriaguez,
igual fue la vida.
¿Qué hice?, ¿qué tengo entre las manos?
Sólo desear, desear, desear,
ir detrás de los sueños
igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos.
Gran autor!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gracias a los tres
Destaco éste que pega fuerte:
IGUAL QUE LA NOCHE DE LA EMBRIAGUEZ
Igual que la noche de la embriaguez,
igual fue la vida.
¿Qué hice?, ¿qué tengo entre las manos?
Sólo desear, desear, desear,
ir detrás de los sueños
igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos.
Amalia Lateano- Cantidad de envíos : 4352
Fecha de inscripción : 29/04/2022
- Mensaje n°53
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Gracias Ma. Lua:
Poemas que envuelve la tristeza pero
al mismo tiempo se adornan con tan sutil melodía.
Besos
Amalia
Poemas que envuelve la tristeza pero
al mismo tiempo se adornan con tan sutil melodía.
Besos
Amalia
Pedro Casas Serra- Grupo Metáfora
- Cantidad de envíos : 46983
Fecha de inscripción : 24/06/2009
Edad : 76
Localización : Barcelona
- Mensaje n°54
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
.
De Maltiempo, 1972:
SOBRE TU TUMBA
Sobre tu tumba,
madre, padre,
todo está quieto.
Mapá, te digo,
revancha de los huesos,
oscuro florecimiento,
encima tuyo, ahora,
todo está quieto.
Una piedra, unas flores,
el sol, la noche, el viento
(¿el viento?),
mi corazón, el mundo,
todo está quieto.
NIÑA MUERTE, DESCANSA
Niña muerte, descansa
en nuestros brazos quietos.
En la sombra, descansa
junto a nuestro cuerpo.
Cómete mis ojos
para mirar adentro,
acaba mis labios,
mi boca, el silencio,
bébete mi alma,
bébete mi pecho,
niña muerte, mía,
que yo te mantengo.
La tierra está negra,
mi dolor es negro.
Vacía está mi caja,
vacío está mi cuerpo.
Niña muerte, gota
de rocío en mi pelo.
¿ES QUE EL VIEJO ESTÁ MUERTO Y TÚ
APENAS RECIEN MORIDA?
¿Es que el Viejo está muerto y tú apenas recién morida? (¿Recién parida?, ¿palpitante en el seno de la muerte?, ¿aprendiendo a no ser?, ¿deslatiendo? ¿Cómo decir del que
empiezaa contar al revés una cuenta infinita?)
....¿Es que hay flores frescas y flores marchitas en el rosal oscuro de la muerte?
....¿Por qué me aflijo por ti, como si el Viejo ya fuese un experto en estas cuestiones y tú apenas un aprendiz?
.... Es que han de pasar losaños para que los muertos saquen de su corazón a los intrusos? ¿Cuándo me arrojarás, tú también, de tu tumba?
BUENOS DÍAS, MEMORIA TERC
Buenos días, memoria terca,
buenos días, sangre seca, ,
buenos días, hueso acostado,
buenos días, aire sin mano.
(Pensar es hacer burbujas
con el corazón ahogándose.)
Buenos días, amapola,
buenos, señor oceánico,
buenos, piedra, buenos días
(¿por qué me han de dar de palos?),
tengo unas manos espléndidas
y me sobra mi tamaño.
Buenos días, doña sombra,
don árbol seco y parado,
buenos días, llano grande,
aquí, cajita del rayo,
pareces, nube, una nube
(¿quién es un barril sin aros?),
buenos días, papaoscuro,
buenos, señor cercano.
HAY DOS CLASES DE POETAS MODERNOS
Hay dos clases de poetas modernos: aquellos, sutiles y profundos, que adivinan la esencia de las cosas y escriben:
....“Lucero, luz cero, luz Eros, la garganta de la luz pare colores cóleros”, etcétera,y aquellos que se tropiezan con una piedra y dicen “pinche piedra”.
....Los primeros son los más afortunados. Siempre encuentran un crítico inteligente que escribe un tratado “Sobre las relaciones ocultas entre el objeto y la palabra y las posibilidades existenciales de la metáfora no formulada”. —De ellos es el Olimpo que en estos días se llama simplemente el Club de la Fama.
(Querido Rubén:
Como nunca escribo artículos periodísticos y este
me salió sin quererlo, te lo envío para que tú lo firmes.
SALAZAR MALLÉN)
NO ESCUCHE LOS PASOS DEL GATO SOBRE LA ALFOMBRA
No escuché los pasos del Gato sobre la alfombra, ni su maullido de hambre -casi palabra humana-, ni su ronroneo de satisfacción.
....Algo como el espíritu del gato se enredó entre mis pies y los llevó hacia debajo de la escalera. Allí estaban unas muñecas abandonadas, unas macetas de plástico y las esferas del árbol de navidad en una caja. No había huellas de lucha, ningún rastro de sangrea, ningún indició.
....¿Por qué sospecho que mi gato ha sido asesinado? Porque siempre a estas horas, cuando amanece, o baja de las azoteas vecinas, trasijado y maltrecho, o me saluda desde el sillón en que ha evitado el frío y el amor. Las noches son todas paralelas, y esta, sin embargo, es ominosa y falsa: mi sueño interrumpido constantemente, las casi pesadillas de vigilia, esa atmosfera ruín y silenciosa con olres extraños y bajas sombras.
....Todo ha sido en vano. Lo he buscado y llamado inutilmente. Si no encuentro su cadáver, este va a ser el crimen perfecto.
LAS SIRENAS DE LOS BARCOS
Las sirenas de los barcos que zarpan de la ciudad al mar, se escuchan por entre la neblina al amanecer.
....Estos días son largos. Junio tiene coraje de la noche. Se despiertan las lluvias, tira su piel el aire, crece tranquilo.
....Las paredes sustentan a los árboles.
....Camina solitario, sobre calles baldías, el amor.
DIARIO OFICIAL
(Marzo de 70)
Por decreto presidencial el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en banquetes:
“Brindo por el pueblo de México”,
“Brindo por el pueblo de Estados Unidos”.
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:
“Con el pueblo me limpio el culo”.
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas.
SALEN LOS POEMAS DEL ÚTERO DEL ALMA
Salen los poemas del útero del alma
a su debido tiempo.
(¿Salen del alma?)
Hay hombres con tres almas o con cinco
preñadas incesantemente
por el silbato de las locomotoras o las alas del ángel.
Se muere el hombre
y sus almas sobreviven un tiempo
como las flores puestas en un vaso de agua.
(No hay espacio sobre la tierra para tantas almas.)
¿Qué pasará cuando no haya un lugar para enterrar a un hombre?
Ataúdes en órbita, cementerios volantes
en busca de la estrella deshabitada.
¿No será esto la tierra: un cementerio enorme
girando alrededor del sol
que gira alrededor de la nada?
No son más ciertas las estrellas
que el parpadeo del hombre.
(Toma, ven acá:
muerde el pan engañoso,
bebe la boca dulce de la vida.)
VENÍAS DE MUY LEJOS
Venías de muy lejos hacia la tierra prometida. Y hallaste que la tierra prometida eran dos metros en el cementerio.
....Es mejor estar en la tierra que nadie promete. En esta humilde, llana tierra simple. No te alegres ni te entristezcas. Vive parsimoniosamente, todo lo quieto que puedas en la cuerda floja.
EN ESTAS PROFUNDAS SOLEDADES
En estas profundas soledades te has perdido a timismo. Corres detrás de las personas, les estrechas la mano, deseando que en alguna de ellas estés tú. Y ellas tienen también el mismo gesto: desean encontrarse en ti.
....En estas profundas soledades giran los aspirante, nadan los peces transparentes, idénticos al agua de la resurrección.
HACE MUCHOS AÑOS QUE MURIERON MIS PADRES
Hace muchos años que murieron mis padres,
hace mucho, mis tíos, mis abuelos,
un mundo de gente conocida.
A veces he sentido que estoy a punto de morirme
-como si de pronto envejeciera todo lo viejo que he de ser-
más bien dicho, alguien en mí se da cuenta
de lo profundamente sencilla,
de lo maravillosamente sencilla y simple que es la vida.
Si tengo hambre, como,
si tengo sed, bebo.
No puedo ser mío si no soy de todos.
¡Y qué poco soy! ¡Qué extrañas complicaciones
para ser un mundo mío tan pequeño!
Soy agua, soy calor, soy aire,
todo soy menos tierra.
Sobre la tierra ando.
Le daré mi cuerpo a la tierra
pero otra vez volveré a ser yo.
YO NO TENGO IDEAS
Yo no tengo ideas.
Siento pánico ante los hombres inteligentes.
Yo no puedo decir "haré esto",
no tengo voluntad para nada.
Dejé de buscar explicaciones hace tiempo.
Tomo lo que traen las horas
y a todo digo sí, nada más.
QUIERO UNA CAJA DE MUERTO
Quiero una caja de muerto que esté cómoda,
no vaya a estar angosta o corta.
La almohadilla no muy alta
y el color que quieran.
Herméticamente cerrada
para que no me entre nada de la vida.
ANIMALES SIMULTÁNEOS, LOS POETAS
Animales simultáneos, los poetas, decentes o in, se reúnen gráficamente en las exposiciones del siglo.
....En el camino de las tentaciones siempre estará presente tu imagen, desamada mía.
....Yo soy sólo un investigador de la noche.
....Cuando te beso allí es que estoy buscando, sin darme cuenta, el refugio de la humedad primera, de la ciega, tibia, infinita célula derramada, crecida.
....En la insistencia de la muerte he visto el mismo cuestionario tonto, la misma vieja preocupación de los aspirantes: para las moscas encerradas en un frasco es muy difícil ingresar a la vida.
....¿Que voy a morir pronto? Lo sé. Siempre será demasiado pronto. Por eso duermo poco, quiero estar despierto a todas horas, morir con los ojos abiertos para mirar un poco más.
....En el final fue el verbo. En el principio fue el entendimiento armonioso, el silencioso amor.
....Tú sólo mirarás las llamas, el resplandor instantáneo de este fuego perpetuo que soy yo.
AHORA ME PONGO LENTES PARA ESCRIBIR
Ahora me pongo lentes para escribir. Es el 3 de enero de 1970. Próximamente cumpliré 44 años.
....Desde hace dos o tres meses digo: ¿Llegaré a fin de semana? No creo que tenga cáncer ni ninguna otra enfermedad incurable, pero siento que de un momento a otro me voy a desplomar. ¡Veo morir a la gente tan fácilmente!
....Por lo general no tengo miedo, pero a veces en la madrugada, hay una eternidad de pesadillas, me alejo de mi cuerpo, estoy al acecho, espero el ¡basta! definitivo. Y me tengo lástima: ¡es tan hermoso todo!, ¡amo tanto!
....¡Qué remedio! Por todos lados veo venir mi cadáver, pero se desvanece constantemente. No habrá más que esperar, sentado a la puerta de mi casa...
DESDE LA MUERTE DE MI HIJO JAIME
Desde la muerte de mi hijo Jaime, de 22 años, no he querido hablar más de la muerte. En esos días escribí un poema de ocho o diez cuartillas, pero lo hice trizas y lo arrojé a la calle. No es posible pasarse la vida hablando de los muertos. Estoy harto. Me da vergüenza. (Lo malo es que no acaba uno de encontrar cómo deshacerse de los muertos.)
...."Dejad que los muertos entierren a los muertos", es una frase estupenda de Cristo. Pero, ¿no son los muertos los que entierran a los vivos? , ¿no son los muertos los que nos matan un poco, los que nos jalan un poco hacia su propia tumba? ¿Cómo rescatar nuestra vida de manos de los muertos? Ni a palos ni con lumbre: los muertos nos tienen agarrados furiosamente de los calzones, del pellejo.
....Cristo no tuvo madre. Lo digo como lo dicen los mexicanos, porque en realidad no tuvo ni madre, ni padre, ni hijos, y de este modo no es difícil ser Dios.
....No te ensucies el alma con este mugroso amor terrestre a tu mujer que pelea, a tus padres que regañan, a tus hijos que no agradecen,a tus hermanos que traicionan, a tus amigos que olvidan: dedicate al divino amor de todos, al acuoso amor que perdona las ofensas no recibidas y la gloriosa crucifixión.
LA MÚSICA -DICE IGOR STRAVINSKI-
La música -dice Igor Stravinski- no expresa nada: expresa solamente la música.
....Ahora me explico por qué no me gusta, por qué siempre me ha molestado la música de Stravinski.
....La música expresa la música. La pintura expresa la pintura, la poesía expresa la poesía. Cada vez somos más intelif¡gentes, más abstractos, más espirituales. ¿Llegará el hombre a ser solo un pensamiento del hombre?
HACE TRES DÍAS REGRESARON LOS HOMBRES DE LA LUNA
Hace tres días regresaron los hombres de la luna. Nadie habla de otra cosa. Fue un viaje magnífico y aterrador.
....La televisión nos la enseñó de cerca: ¿arena, cenizas, roca?, el horizonte demasiado breve, parecía que el astronauta se fuese a caer por la borda.
....¡Cuántas cosas averiguaremos de la luna! Su estupenda, desolada soledad infinita, su enrarecimiento, ¿su vacío?, su superficie igual que el espacio que la rodea: caminos empedrados hacia todas las estrellas.
....Sabremos muchas cosas de la luna, composición química, distancias, logos y grafías. Y sin embargo... ¿le quitarán su miel?, ¿perderá su ternura?
....Quiero pensar que no ha pasado nada. La luna no es eso. La luna es la distancia de aquí a la luna. Es la luz da la luna mansa e infinita. Es también su sombra, la certeza de que está allí esperando.
....Mientras no nos la quiten, mientras no la hagan girar en órbita alrededor de otro planeta, la luna será nuestra como siempre hemos pensado: un hermoso sueño, una distante luz que nos penetra, un suave amor profundo y quieto en nuestro corazón. La luna será siempre el resplandor que sale de nosotros en la noche y en la soledad.
ESTOY SEGURO DE QUE ESTOS BRAZOS
Estoy seguro de que estos brazos de hoy no son los mismos de ayer. Tengo la certeza de que mi rostro es distinto, mi estatura es otra, mi voz es diferente. Y sin embargo todos me reconocen, me llaman por mi nombre, me hablan de cosas que sabemos.
....¿Cómo podrían darse cuenta de mis almas de cada día, de la que estoy regenerando,reconstruyendo en este instante?
LA SENSATEZ Y LA CORDURA
La sensarez y la cordura, hijas del temor y la costumbre, no han convencido a mi corazón con sus dulces palabras.
....La prudencia es una puta vieja y flaca que baila, tentadora, delante de los ciegos.
....Cautiva a los ancianos, comodidad, seduce a los cansados y a los enfermos.....Mi corazón solo ama el riesgo.
De Algo sobre la muerte del mayor Sabines, 1973:
DE LAS NUEVE DE LA NOCHE EN ADELANTE
De las nueve de la noche en adelante,
viendo televisión y conversando
estoy esperando la muerte de mi padre.
Desde hace tres meses, esperando.
En el trabajo y en la borrachera,
en la cama sin nadie y en el cuarto de niños,
en su dolor tan lleno y derramado,
su no dormir, su queja y su protesta,
en el tanque de oxígeno y las muelas
del día que amanece, buscando la esperanza.
Mirando su cadáver en los huesos
que es ahora mi padre,
e introduciendo agujas en las escasas venas,
tratando de meterle la vida, de soplarle
en la boca el aire...
(Me avergüenzo de mí hasta los pelos
por tratar de escribir estas cosas.
¡Maldito el que crea que esto es un poema!)
Quiero decir que no soy enfermero,
padrote de la muerte,
orador de panteones, alcahuete,
pinche de Dios, sacerdote de penas.
Quiero decir que a mí me sobre el aire...
TE ENTERRAMOS AYER
Te enterramos ayer.
Ayer te enterramos.
Te echamos tierra ayer.
Quedaste en la tierra ayer.
Estás rodeado de tierra
desde ayer.
Arriba y abajo y a los lados
por tus pies y por tu cabeza
está la tierra desde ayer.
Te metimos en la tierra,
te tapamos con tierra ayer.
Perteneces a la tierra
desde ayer.
Ayer te enterramos
en la tierra, ayer.
MADRE GENEROSA
Madre generosa
de todos los muertos,
madre tierra, madre,
vagina del frío,
brazos de intemperie,
regazo del viento,
nido de la noche,
madre de la muerte,
recógelo, abrígalo,
desnúdalo, tómalo,
guárdalo, acábalo.
NO PODRÁS MORIR
No podrás morir.
Debajo de la tierra
no podrás morir.
Sin agua y sin aire
no podrás morir.
Sin azúcar, sin leche,
sin frijoles, sin carne,
sin harina, sin higos,
no podrás morir.
Sin mujer y sin hijos
no podrás morir.
Debajo de la vida
no podrás morir.
En tu tanque de tierra
no podrás morir.
En tu caja de muerto
no podrás morir.
En tus venas sin sangre
no podrás morir.
En tu pecho vacío
no podrás morir.
En tu boca sin fuego
no podrás morir.
En tus ojos sin nadie
no podrás morir.
En tu carne sin llanto
no podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
Enterramos tu traje,
tus zapatos, el cáncer;
no podrás morir.
Tu silencio enterramos.
Tu cuerpo con candados.
Tus canas finas,
tu dolor clausurado.
No podrás morir.
RECIÉN PARIDO EN EL LECHO DE LA MUERTE
Recién parido en el lecho de la muerte,
criatura de la paz, inmóvil, tierno;
recién niño del sol de rostro negro,
arrullado en la cuna del silencio,
mamando obscuridad, boca vacía,
ojo apagado, corazón desierto.
Pulmón sin aire, niño mío, viejo,
cielo enterrado y manantial aéreo
voy a volverme un llanto subterráneo
para echarte mis ojos en tu pecho.
MORIR ES RETIRARSE, HACERSE A UN LADO
Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.
PADRE MÍO, SEÑOR MÍO, HERMANO MÍO
Padre mío, señor mío, hermano mío,
amigo de mi alma,tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un río,
tu frente limpia en que aprendí a quererte,
tu brazo como un árbol en el frío,
saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme, tu mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero:
¡padre mío, despierta!
NO SE HA ROTO ESE VASO EN QUE BEBISTE
No se ha roto ese vaso en que bebiste,
ni la taza, ni el tubo, ni tu plato.
Ni se quemó la cama en que moriste,
ni sacrificamos un gato.
Te sobrevive todo. Todo existe
a pesar de tu muerte y de mi flato.
Parece que la vida nos embiste
igual que el cáncer sobre tu omoplato.
Te enterramos, te lloramos, te morimos,
te estás bien muerto y bien jodido y yermo
mientras pensamos en lo que no hicimos
y queremos tenerte aunque sea enfermo.
Nada de lo que fuiste, fuiste y fuimos
a no ser habitantes de tu infierno.
PAPÁ POR TREINTA O POR CUARENTA AÑOS
Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara, corazón resuelto,
te has muerto cuando menos falta hacías,
cuando más falta me haces, padre, abuelo,
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.
Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos nunca
completos, en un sitio, de algún modo.
Algo le falta al mundo, y tú te has puesto
a empobrecerlo más, y a hacer a solas
tus gentes tristes y tu Dios contento.
MI MADRE SOLA, EN SU VEJEZ HUNDIDA
Mi madre sola, en su vejez hundida,
sin dolor y sin lástima,
herida de tu muerte y de tu vida.
Esto dejaste. Su pasión enhiesta,
su celo firme, su labor sombría.
Árbol frutal a un paso de la leña,
su curvo sueño que te resucita.
Esto dejaste. Esto dejaste y no querías.
Pasó el viento. Quedaron de la casa
el pozo abierto y la raíz en ruinas.
Y es en vano llorar. Y si golpeas
las paredes de Dios, y si te arrancas
el pelo o la camisa,
nadie te oye jamás, nadie te mira.
No vuelve nadie, nada. No retorna
el polvo de oro de la vida.
Otros poemas sueltos (1973-1993):
EL PEATÓN
Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.
....Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!
....Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?
....¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.
....¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
....Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.
¿NOCTURNO?
Si te despiertas a las dos, ahogándote con tu propia saliva, y das un brinco en la angustia y jalas aire desesperadamente, mortalmente, y vuelves a la vida, no al sueño, porque ya no puedes dormir, y te quedas pensando como una hoja que piensa en el viento, y te acuerdas de Poe, que dicen que murió de su propio vómito en una borrachera, en una madrugada, en una calle, solo, ahogándose, el pobre de Edgar Alían Tremens, agarrándose el cuello, crispándose todito, dando el zapotazo con la cabeza sobre el pavimento; te levantas, te sientas a la orilla de la cama, sientes frío, te cierras bien el suéter, te vas a la cocina, haces café, estás agradecido.
....Sobre el refrigerador la pecera vacía ya no tiene al príncipe encantado, o la princesa, que dormía con los ojos abiertos en el agua. Recuerdas cómo abría su boca para pedirte alimento o para contarte su silenciosa historia. Amaneció flotando un día, como un pez de colores, y fue depositado bajo las yerbas del jardín para que lenta, verde agua, se evaporara.
....Sólo «Pujitos» y las moscas, el perrito lanudo mueve la cola, se despereza, se aproxima, te pide su salida a la calle, pero comprende que es de noche y vuelve a echarse. El gato no molesta y sigue durmiendo con sus tres niños de pecho que la semana pasada, de pronto lo hicieron gata.
....Se asoman las mujeres que perdiste, las que te engañaron, aquella que te dijo «yo soy tu harén».
....Habías visto en la oscuridad los dos féretros en la misma tumba, el rostro quebrado de tu hijo, y ahora, la reciente, ¿cómo se estará cocinando en su cajón la dulce, la pensativa Rosario?
....Las elecciones, la televisión, los poetas, los macheteros de la fábrica, la operación de Julio, habrá tiempo para dormir, las palabras, las imágenes.
....Un coche escandaliza, pasa, ladran, dejan limpio el silencio.
....¡Al abordaje, pues: las sábanas!
ECLIPSE
El eclipse llegó al mediodía.
Llegaron las sombras, la oscuridad total.
Se hizo de noche y era la una de la tarde,
una noche ominosa,
una noche para el asombro y el terror.
Lloramos todos,
todos nos alegramos de vivir.
Amaneció de pronto
y sentimos que Dios sonreía
después de haber jugado con nosotros.
LAS CASAS DURAN UN POCO MÁS QUE LOS HOMBRES
Las casas duran un poco más que los hombres,
pero también las casas un día desaparecen,
las ciudades, los pueblos, las generaciones.
Todo se hace historia,
memoria y olvido,
máas olvido que otra cosa, más olvido.
Ese es el estupendo secreto de la vida:
comienza hoy precisamente, nos espera.
NO ME ACUERDO DE LO QUE COMÍ
No me acuerdo de lo que comí ayer al mediodía.
Mis hijas me preguntan:
¿te acuerdas de esto, papi, y de esto otro
y de esto?
Y no me acuerdo.
Me reprochan mi mala memoria,
pero yo deswcubro que el olvido
es la sobrevivencia.
ESPERO, CONSTANTEMENTE ESPERO
Espero,
constantemente espero
que no haya malas noticias.
Al levantar el teléfono:
que no haya muerto ningún conocido;
al escuchar la televisión:
que no haya estallado la última guerra.
Una aguanta la devaluación,
los discursos, el clima,
el amor de la gente,
pero no quiere ya, no quiere,
de veras ya no quiere
otra puñalada.
SIEMPRE FUI MI PENE
Siempre fui mi pene, Dios mío,
siempre fui el pedazo de mi carne
que entraba en las mujeres,
que me hacía hombre, conocedor del mundo,
propietario de la vida y de la muerte.
¿Por qué me disminuyes?
Yo no quiero aprender de tu sabiduría.
Yo quiero el falo erecto, pero erecto,
para entrar a la hora precisa
en el dulce terrón de la tierra dulce.
¡Concédeme vvir entero
hasta los ochenta!
ME ENCANTA DIOS
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.
....Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo— la vida, sea para siempre.
....Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
....A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho —frente al ataque de los antibióticos— ¡bacterias mutantes!
....Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
....Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
....Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia —y se agita y crece— cuando Dios se aleja.
....Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
....A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
JAIME SABINES, Jaime Sabines. Recuento de poemas 1950-1993, Visor, 2014
De Maltiempo, 1972:
SOBRE TU TUMBA
Sobre tu tumba,
madre, padre,
todo está quieto.
Mapá, te digo,
revancha de los huesos,
oscuro florecimiento,
encima tuyo, ahora,
todo está quieto.
Una piedra, unas flores,
el sol, la noche, el viento
(¿el viento?),
mi corazón, el mundo,
todo está quieto.
NIÑA MUERTE, DESCANSA
Niña muerte, descansa
en nuestros brazos quietos.
En la sombra, descansa
junto a nuestro cuerpo.
Cómete mis ojos
para mirar adentro,
acaba mis labios,
mi boca, el silencio,
bébete mi alma,
bébete mi pecho,
niña muerte, mía,
que yo te mantengo.
La tierra está negra,
mi dolor es negro.
Vacía está mi caja,
vacío está mi cuerpo.
Niña muerte, gota
de rocío en mi pelo.
¿ES QUE EL VIEJO ESTÁ MUERTO Y TÚ
APENAS RECIEN MORIDA?
¿Es que el Viejo está muerto y tú apenas recién morida? (¿Recién parida?, ¿palpitante en el seno de la muerte?, ¿aprendiendo a no ser?, ¿deslatiendo? ¿Cómo decir del que
empiezaa contar al revés una cuenta infinita?)
....¿Es que hay flores frescas y flores marchitas en el rosal oscuro de la muerte?
....¿Por qué me aflijo por ti, como si el Viejo ya fuese un experto en estas cuestiones y tú apenas un aprendiz?
.... Es que han de pasar losaños para que los muertos saquen de su corazón a los intrusos? ¿Cuándo me arrojarás, tú también, de tu tumba?
BUENOS DÍAS, MEMORIA TERC
Buenos días, memoria terca,
buenos días, sangre seca, ,
buenos días, hueso acostado,
buenos días, aire sin mano.
(Pensar es hacer burbujas
con el corazón ahogándose.)
Buenos días, amapola,
buenos, señor oceánico,
buenos, piedra, buenos días
(¿por qué me han de dar de palos?),
tengo unas manos espléndidas
y me sobra mi tamaño.
Buenos días, doña sombra,
don árbol seco y parado,
buenos días, llano grande,
aquí, cajita del rayo,
pareces, nube, una nube
(¿quién es un barril sin aros?),
buenos días, papaoscuro,
buenos, señor cercano.
HAY DOS CLASES DE POETAS MODERNOS
Hay dos clases de poetas modernos: aquellos, sutiles y profundos, que adivinan la esencia de las cosas y escriben:
....“Lucero, luz cero, luz Eros, la garganta de la luz pare colores cóleros”, etcétera,y aquellos que se tropiezan con una piedra y dicen “pinche piedra”.
....Los primeros son los más afortunados. Siempre encuentran un crítico inteligente que escribe un tratado “Sobre las relaciones ocultas entre el objeto y la palabra y las posibilidades existenciales de la metáfora no formulada”. —De ellos es el Olimpo que en estos días se llama simplemente el Club de la Fama.
(Querido Rubén:
Como nunca escribo artículos periodísticos y este
me salió sin quererlo, te lo envío para que tú lo firmes.
SALAZAR MALLÉN)
NO ESCUCHE LOS PASOS DEL GATO SOBRE LA ALFOMBRA
No escuché los pasos del Gato sobre la alfombra, ni su maullido de hambre -casi palabra humana-, ni su ronroneo de satisfacción.
....Algo como el espíritu del gato se enredó entre mis pies y los llevó hacia debajo de la escalera. Allí estaban unas muñecas abandonadas, unas macetas de plástico y las esferas del árbol de navidad en una caja. No había huellas de lucha, ningún rastro de sangrea, ningún indició.
....¿Por qué sospecho que mi gato ha sido asesinado? Porque siempre a estas horas, cuando amanece, o baja de las azoteas vecinas, trasijado y maltrecho, o me saluda desde el sillón en que ha evitado el frío y el amor. Las noches son todas paralelas, y esta, sin embargo, es ominosa y falsa: mi sueño interrumpido constantemente, las casi pesadillas de vigilia, esa atmosfera ruín y silenciosa con olres extraños y bajas sombras.
....Todo ha sido en vano. Lo he buscado y llamado inutilmente. Si no encuentro su cadáver, este va a ser el crimen perfecto.
LAS SIRENAS DE LOS BARCOS
Las sirenas de los barcos que zarpan de la ciudad al mar, se escuchan por entre la neblina al amanecer.
....Estos días son largos. Junio tiene coraje de la noche. Se despiertan las lluvias, tira su piel el aire, crece tranquilo.
....Las paredes sustentan a los árboles.
....Camina solitario, sobre calles baldías, el amor.
DIARIO OFICIAL
(Marzo de 70)
Por decreto presidencial el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en banquetes:
“Brindo por el pueblo de México”,
“Brindo por el pueblo de Estados Unidos”.
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:
“Con el pueblo me limpio el culo”.
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas.
SALEN LOS POEMAS DEL ÚTERO DEL ALMA
Salen los poemas del útero del alma
a su debido tiempo.
(¿Salen del alma?)
Hay hombres con tres almas o con cinco
preñadas incesantemente
por el silbato de las locomotoras o las alas del ángel.
Se muere el hombre
y sus almas sobreviven un tiempo
como las flores puestas en un vaso de agua.
(No hay espacio sobre la tierra para tantas almas.)
¿Qué pasará cuando no haya un lugar para enterrar a un hombre?
Ataúdes en órbita, cementerios volantes
en busca de la estrella deshabitada.
¿No será esto la tierra: un cementerio enorme
girando alrededor del sol
que gira alrededor de la nada?
No son más ciertas las estrellas
que el parpadeo del hombre.
(Toma, ven acá:
muerde el pan engañoso,
bebe la boca dulce de la vida.)
VENÍAS DE MUY LEJOS
Venías de muy lejos hacia la tierra prometida. Y hallaste que la tierra prometida eran dos metros en el cementerio.
....Es mejor estar en la tierra que nadie promete. En esta humilde, llana tierra simple. No te alegres ni te entristezcas. Vive parsimoniosamente, todo lo quieto que puedas en la cuerda floja.
EN ESTAS PROFUNDAS SOLEDADES
En estas profundas soledades te has perdido a timismo. Corres detrás de las personas, les estrechas la mano, deseando que en alguna de ellas estés tú. Y ellas tienen también el mismo gesto: desean encontrarse en ti.
....En estas profundas soledades giran los aspirante, nadan los peces transparentes, idénticos al agua de la resurrección.
HACE MUCHOS AÑOS QUE MURIERON MIS PADRES
Hace muchos años que murieron mis padres,
hace mucho, mis tíos, mis abuelos,
un mundo de gente conocida.
A veces he sentido que estoy a punto de morirme
-como si de pronto envejeciera todo lo viejo que he de ser-
más bien dicho, alguien en mí se da cuenta
de lo profundamente sencilla,
de lo maravillosamente sencilla y simple que es la vida.
Si tengo hambre, como,
si tengo sed, bebo.
No puedo ser mío si no soy de todos.
¡Y qué poco soy! ¡Qué extrañas complicaciones
para ser un mundo mío tan pequeño!
Soy agua, soy calor, soy aire,
todo soy menos tierra.
Sobre la tierra ando.
Le daré mi cuerpo a la tierra
pero otra vez volveré a ser yo.
YO NO TENGO IDEAS
Yo no tengo ideas.
Siento pánico ante los hombres inteligentes.
Yo no puedo decir "haré esto",
no tengo voluntad para nada.
Dejé de buscar explicaciones hace tiempo.
Tomo lo que traen las horas
y a todo digo sí, nada más.
QUIERO UNA CAJA DE MUERTO
Quiero una caja de muerto que esté cómoda,
no vaya a estar angosta o corta.
La almohadilla no muy alta
y el color que quieran.
Herméticamente cerrada
para que no me entre nada de la vida.
ANIMALES SIMULTÁNEOS, LOS POETAS
Animales simultáneos, los poetas, decentes o in, se reúnen gráficamente en las exposiciones del siglo.
....En el camino de las tentaciones siempre estará presente tu imagen, desamada mía.
....Yo soy sólo un investigador de la noche.
....Cuando te beso allí es que estoy buscando, sin darme cuenta, el refugio de la humedad primera, de la ciega, tibia, infinita célula derramada, crecida.
....En la insistencia de la muerte he visto el mismo cuestionario tonto, la misma vieja preocupación de los aspirantes: para las moscas encerradas en un frasco es muy difícil ingresar a la vida.
....¿Que voy a morir pronto? Lo sé. Siempre será demasiado pronto. Por eso duermo poco, quiero estar despierto a todas horas, morir con los ojos abiertos para mirar un poco más.
....En el final fue el verbo. En el principio fue el entendimiento armonioso, el silencioso amor.
....Tú sólo mirarás las llamas, el resplandor instantáneo de este fuego perpetuo que soy yo.
AHORA ME PONGO LENTES PARA ESCRIBIR
Ahora me pongo lentes para escribir. Es el 3 de enero de 1970. Próximamente cumpliré 44 años.
....Desde hace dos o tres meses digo: ¿Llegaré a fin de semana? No creo que tenga cáncer ni ninguna otra enfermedad incurable, pero siento que de un momento a otro me voy a desplomar. ¡Veo morir a la gente tan fácilmente!
....Por lo general no tengo miedo, pero a veces en la madrugada, hay una eternidad de pesadillas, me alejo de mi cuerpo, estoy al acecho, espero el ¡basta! definitivo. Y me tengo lástima: ¡es tan hermoso todo!, ¡amo tanto!
....¡Qué remedio! Por todos lados veo venir mi cadáver, pero se desvanece constantemente. No habrá más que esperar, sentado a la puerta de mi casa...
DESDE LA MUERTE DE MI HIJO JAIME
Desde la muerte de mi hijo Jaime, de 22 años, no he querido hablar más de la muerte. En esos días escribí un poema de ocho o diez cuartillas, pero lo hice trizas y lo arrojé a la calle. No es posible pasarse la vida hablando de los muertos. Estoy harto. Me da vergüenza. (Lo malo es que no acaba uno de encontrar cómo deshacerse de los muertos.)
...."Dejad que los muertos entierren a los muertos", es una frase estupenda de Cristo. Pero, ¿no son los muertos los que entierran a los vivos? , ¿no son los muertos los que nos matan un poco, los que nos jalan un poco hacia su propia tumba? ¿Cómo rescatar nuestra vida de manos de los muertos? Ni a palos ni con lumbre: los muertos nos tienen agarrados furiosamente de los calzones, del pellejo.
....Cristo no tuvo madre. Lo digo como lo dicen los mexicanos, porque en realidad no tuvo ni madre, ni padre, ni hijos, y de este modo no es difícil ser Dios.
....No te ensucies el alma con este mugroso amor terrestre a tu mujer que pelea, a tus padres que regañan, a tus hijos que no agradecen,a tus hermanos que traicionan, a tus amigos que olvidan: dedicate al divino amor de todos, al acuoso amor que perdona las ofensas no recibidas y la gloriosa crucifixión.
LA MÚSICA -DICE IGOR STRAVINSKI-
La música -dice Igor Stravinski- no expresa nada: expresa solamente la música.
....Ahora me explico por qué no me gusta, por qué siempre me ha molestado la música de Stravinski.
....La música expresa la música. La pintura expresa la pintura, la poesía expresa la poesía. Cada vez somos más intelif¡gentes, más abstractos, más espirituales. ¿Llegará el hombre a ser solo un pensamiento del hombre?
HACE TRES DÍAS REGRESARON LOS HOMBRES DE LA LUNA
Hace tres días regresaron los hombres de la luna. Nadie habla de otra cosa. Fue un viaje magnífico y aterrador.
....La televisión nos la enseñó de cerca: ¿arena, cenizas, roca?, el horizonte demasiado breve, parecía que el astronauta se fuese a caer por la borda.
....¡Cuántas cosas averiguaremos de la luna! Su estupenda, desolada soledad infinita, su enrarecimiento, ¿su vacío?, su superficie igual que el espacio que la rodea: caminos empedrados hacia todas las estrellas.
....Sabremos muchas cosas de la luna, composición química, distancias, logos y grafías. Y sin embargo... ¿le quitarán su miel?, ¿perderá su ternura?
....Quiero pensar que no ha pasado nada. La luna no es eso. La luna es la distancia de aquí a la luna. Es la luz da la luna mansa e infinita. Es también su sombra, la certeza de que está allí esperando.
....Mientras no nos la quiten, mientras no la hagan girar en órbita alrededor de otro planeta, la luna será nuestra como siempre hemos pensado: un hermoso sueño, una distante luz que nos penetra, un suave amor profundo y quieto en nuestro corazón. La luna será siempre el resplandor que sale de nosotros en la noche y en la soledad.
ESTOY SEGURO DE QUE ESTOS BRAZOS
Estoy seguro de que estos brazos de hoy no son los mismos de ayer. Tengo la certeza de que mi rostro es distinto, mi estatura es otra, mi voz es diferente. Y sin embargo todos me reconocen, me llaman por mi nombre, me hablan de cosas que sabemos.
....¿Cómo podrían darse cuenta de mis almas de cada día, de la que estoy regenerando,reconstruyendo en este instante?
LA SENSATEZ Y LA CORDURA
La sensarez y la cordura, hijas del temor y la costumbre, no han convencido a mi corazón con sus dulces palabras.
....La prudencia es una puta vieja y flaca que baila, tentadora, delante de los ciegos.
....Cautiva a los ancianos, comodidad, seduce a los cansados y a los enfermos.....Mi corazón solo ama el riesgo.
De Algo sobre la muerte del mayor Sabines, 1973:
DE LAS NUEVE DE LA NOCHE EN ADELANTE
De las nueve de la noche en adelante,
viendo televisión y conversando
estoy esperando la muerte de mi padre.
Desde hace tres meses, esperando.
En el trabajo y en la borrachera,
en la cama sin nadie y en el cuarto de niños,
en su dolor tan lleno y derramado,
su no dormir, su queja y su protesta,
en el tanque de oxígeno y las muelas
del día que amanece, buscando la esperanza.
Mirando su cadáver en los huesos
que es ahora mi padre,
e introduciendo agujas en las escasas venas,
tratando de meterle la vida, de soplarle
en la boca el aire...
(Me avergüenzo de mí hasta los pelos
por tratar de escribir estas cosas.
¡Maldito el que crea que esto es un poema!)
Quiero decir que no soy enfermero,
padrote de la muerte,
orador de panteones, alcahuete,
pinche de Dios, sacerdote de penas.
Quiero decir que a mí me sobre el aire...
TE ENTERRAMOS AYER
Te enterramos ayer.
Ayer te enterramos.
Te echamos tierra ayer.
Quedaste en la tierra ayer.
Estás rodeado de tierra
desde ayer.
Arriba y abajo y a los lados
por tus pies y por tu cabeza
está la tierra desde ayer.
Te metimos en la tierra,
te tapamos con tierra ayer.
Perteneces a la tierra
desde ayer.
Ayer te enterramos
en la tierra, ayer.
MADRE GENEROSA
Madre generosa
de todos los muertos,
madre tierra, madre,
vagina del frío,
brazos de intemperie,
regazo del viento,
nido de la noche,
madre de la muerte,
recógelo, abrígalo,
desnúdalo, tómalo,
guárdalo, acábalo.
NO PODRÁS MORIR
No podrás morir.
Debajo de la tierra
no podrás morir.
Sin agua y sin aire
no podrás morir.
Sin azúcar, sin leche,
sin frijoles, sin carne,
sin harina, sin higos,
no podrás morir.
Sin mujer y sin hijos
no podrás morir.
Debajo de la vida
no podrás morir.
En tu tanque de tierra
no podrás morir.
En tu caja de muerto
no podrás morir.
En tus venas sin sangre
no podrás morir.
En tu pecho vacío
no podrás morir.
En tu boca sin fuego
no podrás morir.
En tus ojos sin nadie
no podrás morir.
En tu carne sin llanto
no podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
No podrás morir.
Enterramos tu traje,
tus zapatos, el cáncer;
no podrás morir.
Tu silencio enterramos.
Tu cuerpo con candados.
Tus canas finas,
tu dolor clausurado.
No podrás morir.
RECIÉN PARIDO EN EL LECHO DE LA MUERTE
Recién parido en el lecho de la muerte,
criatura de la paz, inmóvil, tierno;
recién niño del sol de rostro negro,
arrullado en la cuna del silencio,
mamando obscuridad, boca vacía,
ojo apagado, corazón desierto.
Pulmón sin aire, niño mío, viejo,
cielo enterrado y manantial aéreo
voy a volverme un llanto subterráneo
para echarte mis ojos en tu pecho.
MORIR ES RETIRARSE, HACERSE A UN LADO
Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.
Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.
Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.
Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.
PADRE MÍO, SEÑOR MÍO, HERMANO MÍO
Padre mío, señor mío, hermano mío,
amigo de mi alma,tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un río,
tu frente limpia en que aprendí a quererte,
tu brazo como un árbol en el frío,
saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme, tu mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero:
¡padre mío, despierta!
NO SE HA ROTO ESE VASO EN QUE BEBISTE
No se ha roto ese vaso en que bebiste,
ni la taza, ni el tubo, ni tu plato.
Ni se quemó la cama en que moriste,
ni sacrificamos un gato.
Te sobrevive todo. Todo existe
a pesar de tu muerte y de mi flato.
Parece que la vida nos embiste
igual que el cáncer sobre tu omoplato.
Te enterramos, te lloramos, te morimos,
te estás bien muerto y bien jodido y yermo
mientras pensamos en lo que no hicimos
y queremos tenerte aunque sea enfermo.
Nada de lo que fuiste, fuiste y fuimos
a no ser habitantes de tu infierno.
PAPÁ POR TREINTA O POR CUARENTA AÑOS
Papá por treinta o por cuarenta años,
amigo de mi vida todo el tiempo,
protector de mi miedo, brazo mío,
palabra clara, corazón resuelto,
te has muerto cuando menos falta hacías,
cuando más falta me haces, padre, abuelo,
hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
pañuelo de mis ojos, almohada de mi sueño.
Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos nunca
completos, en un sitio, de algún modo.
Algo le falta al mundo, y tú te has puesto
a empobrecerlo más, y a hacer a solas
tus gentes tristes y tu Dios contento.
MI MADRE SOLA, EN SU VEJEZ HUNDIDA
Mi madre sola, en su vejez hundida,
sin dolor y sin lástima,
herida de tu muerte y de tu vida.
Esto dejaste. Su pasión enhiesta,
su celo firme, su labor sombría.
Árbol frutal a un paso de la leña,
su curvo sueño que te resucita.
Esto dejaste. Esto dejaste y no querías.
Pasó el viento. Quedaron de la casa
el pozo abierto y la raíz en ruinas.
Y es en vano llorar. Y si golpeas
las paredes de Dios, y si te arrancas
el pelo o la camisa,
nadie te oye jamás, nadie te mira.
No vuelve nadie, nada. No retorna
el polvo de oro de la vida.
Otros poemas sueltos (1973-1993):
EL PEATÓN
Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O simplemente, pero realmente, un poeta.
....Le llega la noticia a Jaime y éste se alegra: ¡qué maravilla! ¡Soy un poeta! ¡Soy un poeta importante! ¡Soy un gran poeta!
....Convencido, sale a la calle, o llega a la casa, convencido. Pero en la calle nadie, y en la casa menos: nadie se da cuenta de que es un poeta. ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas?
....¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón.
....¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón.
....Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila.
¿NOCTURNO?
Si te despiertas a las dos, ahogándote con tu propia saliva, y das un brinco en la angustia y jalas aire desesperadamente, mortalmente, y vuelves a la vida, no al sueño, porque ya no puedes dormir, y te quedas pensando como una hoja que piensa en el viento, y te acuerdas de Poe, que dicen que murió de su propio vómito en una borrachera, en una madrugada, en una calle, solo, ahogándose, el pobre de Edgar Alían Tremens, agarrándose el cuello, crispándose todito, dando el zapotazo con la cabeza sobre el pavimento; te levantas, te sientas a la orilla de la cama, sientes frío, te cierras bien el suéter, te vas a la cocina, haces café, estás agradecido.
....Sobre el refrigerador la pecera vacía ya no tiene al príncipe encantado, o la princesa, que dormía con los ojos abiertos en el agua. Recuerdas cómo abría su boca para pedirte alimento o para contarte su silenciosa historia. Amaneció flotando un día, como un pez de colores, y fue depositado bajo las yerbas del jardín para que lenta, verde agua, se evaporara.
....Sólo «Pujitos» y las moscas, el perrito lanudo mueve la cola, se despereza, se aproxima, te pide su salida a la calle, pero comprende que es de noche y vuelve a echarse. El gato no molesta y sigue durmiendo con sus tres niños de pecho que la semana pasada, de pronto lo hicieron gata.
....Se asoman las mujeres que perdiste, las que te engañaron, aquella que te dijo «yo soy tu harén».
....Habías visto en la oscuridad los dos féretros en la misma tumba, el rostro quebrado de tu hijo, y ahora, la reciente, ¿cómo se estará cocinando en su cajón la dulce, la pensativa Rosario?
....Las elecciones, la televisión, los poetas, los macheteros de la fábrica, la operación de Julio, habrá tiempo para dormir, las palabras, las imágenes.
....Un coche escandaliza, pasa, ladran, dejan limpio el silencio.
....¡Al abordaje, pues: las sábanas!
ECLIPSE
El eclipse llegó al mediodía.
Llegaron las sombras, la oscuridad total.
Se hizo de noche y era la una de la tarde,
una noche ominosa,
una noche para el asombro y el terror.
Lloramos todos,
todos nos alegramos de vivir.
Amaneció de pronto
y sentimos que Dios sonreía
después de haber jugado con nosotros.
LAS CASAS DURAN UN POCO MÁS QUE LOS HOMBRES
Las casas duran un poco más que los hombres,
pero también las casas un día desaparecen,
las ciudades, los pueblos, las generaciones.
Todo se hace historia,
memoria y olvido,
máas olvido que otra cosa, más olvido.
Ese es el estupendo secreto de la vida:
comienza hoy precisamente, nos espera.
NO ME ACUERDO DE LO QUE COMÍ
No me acuerdo de lo que comí ayer al mediodía.
Mis hijas me preguntan:
¿te acuerdas de esto, papi, y de esto otro
y de esto?
Y no me acuerdo.
Me reprochan mi mala memoria,
pero yo deswcubro que el olvido
es la sobrevivencia.
ESPERO, CONSTANTEMENTE ESPERO
Espero,
constantemente espero
que no haya malas noticias.
Al levantar el teléfono:
que no haya muerto ningún conocido;
al escuchar la televisión:
que no haya estallado la última guerra.
Una aguanta la devaluación,
los discursos, el clima,
el amor de la gente,
pero no quiere ya, no quiere,
de veras ya no quiere
otra puñalada.
SIEMPRE FUI MI PENE
Siempre fui mi pene, Dios mío,
siempre fui el pedazo de mi carne
que entraba en las mujeres,
que me hacía hombre, conocedor del mundo,
propietario de la vida y de la muerte.
¿Por qué me disminuyes?
Yo no quiero aprender de tu sabiduría.
Yo quiero el falo erecto, pero erecto,
para entrar a la hora precisa
en el dulce terrón de la tierra dulce.
¡Concédeme vvir entero
hasta los ochenta!
ME ENCANTA DIOS
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.
....Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo— la vida, sea para siempre.
....Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
....A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho —frente al ataque de los antibióticos— ¡bacterias mutantes!
....Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
....Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
....Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia —y se agita y crece— cuando Dios se aleja.
....Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
....A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.
JAIME SABINES, Jaime Sabines. Recuento de poemas 1950-1993, Visor, 2014
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- Mensaje n°55
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
"Sobre tu tumba" y lo que escribe a la muerte de sus padres y de su hijo... estremecedoras palabras.
Sus palabras a Dios, realmente emocionantes también.
Es una escritura que, a pesar del ahogo, deja profundas huellas.
Muchas gracias, querido Pedro
Sus palabras a Dios, realmente emocionantes también.
Es una escritura que, a pesar del ahogo, deja profundas huellas.
Muchas gracias, querido Pedro
Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°56
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
_________________
"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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Maria Lua- Administrador-Moderador
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- Mensaje n°57
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Tu nombre
Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
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Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego, lleno de ti, derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre, vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer.
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
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- Mensaje n°58
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
TÚ TIENES LO QUE BUSCO, LO QUE DESEO, LO QUE AMO
Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo,
tú lo tienes.
El puño de mi corazón está golpeando, llamando.
Te agradezco a los cuentos,
doy gracias a tu madre y a tu padre,
y a la muerte que no te ha visto.
Te agradezco al aire.
Eres esbelta como el trigo,
frágil como la línea de tu cuerpo.
Nunca he amado a una mujer delgada
pero tú has enamorado mis manos,
ataste mi deseo,
cogiste mis ojos como dos peces.
Por eso estoy a tu puerta, esperando.
Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo,
tú lo tienes.
El puño de mi corazón está golpeando, llamando.
Te agradezco a los cuentos,
doy gracias a tu madre y a tu padre,
y a la muerte que no te ha visto.
Te agradezco al aire.
Eres esbelta como el trigo,
frágil como la línea de tu cuerpo.
Nunca he amado a una mujer delgada
pero tú has enamorado mis manos,
ataste mi deseo,
cogiste mis ojos como dos peces.
Por eso estoy a tu puerta, esperando.
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o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
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- Mensaje n°59
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
Jaime Sabines
Jaime Sabines Gutiérrez
Nacimiento 25 de marzo de 1926
Tuxtla Gutiérrez, México
Fallecimiento 19 de marzo de 1999 (72 años)
Ciudad de México, México
Jaime Sabines Gutiérrez
(Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 25 de marzo de 1926-Ciudad de México; 19 de marzo de 1999) fue un poeta y político mexicano, reconocido como uno de los grandes poetas mexicanos del siglo xx.1
Biografía
Su padre, Julio Sabines, de origen libanés, emigró con su familia a Cuba y en 1914 se radicó en México, donde participó en la Revolución. En Chiapas conoció a Luz Gutiérrez Moguel, nieta de Joaquín Miguel Gutiérrez, militar y gobernador del estado en cuyo honor la capital estatal, Tuxtla Gutiérrez, lleva su apellido. Tuvieron tres hijos: Juan, Jorge y Jaime.2
Julio Sabines, fomentó en su hijo el gusto por la literatura. El mismo Sabines habla de él como una de las razones por las cuales se dedicó a escribir poesía. En el poema Algo sobre la muerte del mayor Sabines -mismo que el poeta reconocía como su mejor creación- Sabines nos habla de la muerte de su padre, pero más que eso, también de la importancia que tuvo este en su vida.1
En 1945 viajó a la Ciudad de México para comenzar sus estudios como médico en la Escuela Nacional de Medicina. Mientras estudiaba, se dio cuenta de que la carrera de medicina no era para él; poco después comenzó su carrera como escritor. Regresó a Chiapas por una corta temporada y estuvo trabajando en la tienda de telas El Modelo, propiedad de su hermano Juan, en donde escribió su célebre poemario Tarumba.2
En 1953 se casó con Josefa «Chepita» Rodríguez Zebadúa, con quien tuvo cuatro hijos: Julio, Julieta, Judith y Jazmín.2 En este mismo año, trabajando durante el día como vendedor de tela, escribía poesía. Un hombre sencillo, vivía como la gente común, inserto en la cotidianidad urbana:1
Me sentía humillado y ofendido por la vida; ¿cómo era posible que estuviese en aquella actividad, la más antipoética del mundo? Después de dos o tres años comencé a ser humilde, a decirme: 'que se vaya al carajo el poeta'.1
Su padre murió el 30 de octubre de 1961 y, tan sólo cinco años después, en 1966, murió su madre. El duelo ante la muerte de la madre, de nuevo, aparece en su escritura en su poema Doña Luz.1
Con el tiempo, obtuvo reconocimiento entre sus contemporáneos y sus lectores. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores, de 1964 a 1965 y obtuvo el Premio Chiapas, otorgado por El Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, en 1959. En 1972, recibió el Xavier Villaurrutia; el Elías Sourasky en 1982; el Premio Nacional de Ciencias y Artes Lingüísticas y Literatura en 1983; la presea Ciudad de México en 1991, la medalla Belisario Domínguez en 1994, y en 1996, le otorgaron el Premio Mazatlán de Literatura.1Fue un poeta reconocido y querido por sus lectores y laureado por los críticos y estudiosos de las letras. Del 28 de junio al 1 de agosto de 1986 se realizaron varios eventos en su honor. En 1991, se celebró el Encuentro de Poesía Jaime Sabines, y cuando el poeta cumplió los 70 años, el gobierno del Distrito Federal organizó un homenaje.1 Falleció el 19 de marzo de 1999 en la Ciudad de México, tras varios años de enfermedades, a la edad de 72 años.2
El poeta
Sus primeros pasos por la poesía fueron Introspección, A mi madre, Siento que te pierdo y Primaveral, los anteriores fueron publicados en el periódico El Estudiante, una publicación de las sociedades estudiantiles de la Escuela Normal Superior y de la Preparatoria de Tuxtla Gutiérrez.2
En 1949 regresa a la Ciudad de México para ingresar a la licenciatura en «Lengua y literatura española» en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue alumno de María Magdalena Hernández Pereira, Agustín Yáñez, José Gaos y Eduardo Nicol. Entre sus compañeros de clase, destacan los nombres de Emilio Carballido, Sergio Magaña, Sergio Galindo, Rosario Castellanos y Ramón Xirau.1 La generación de Jaime Sabines -poetas, novelistas, dramaturgos, se reunía en un taller literario con Efrén Hernández, de quien Sabines comentó:
Convivir con ellos y el estudio de la carrera me hizo poeta en el sentido técnico [...]. Me di cuenta de que tenía que evolucionar, aprender cosas nuevas para no quedarme atrás.1
—¿Se daba cuenta de las influencias que se apoderaban de su escritura o no las percibía?
—¡Claro que me daba cuenta de que esos poemas no eran míos! Son obras de García Lorca o son obras de Neruda, me decía a mí mismo. Pero poco a poco empecé a escribir cosas diferentes... fui notando que ya era una voz propia que se iba abriendo paso entre tantas influencias.
(Ana Cruz, «La poesía es un destino»)
En 1949 publicó Horal, su primer poemario. Carlos Pellicer le ofreció prologar la edición, pero Sabines rechazó la oferta pues deseaba que su obra se afirmara en méritos propios, y no en prestigios ajenos.2
En 1951 es publicado su libro titulado La señal. En 1952 regresa a Chiapas debido a que su padre sufre un accidente, por lo tanto no puede terminar su carrera. Sin embargo, en 1952 aparece su libro Adán y Eva, su primera incursión en la poesía en prosa, del que afirmó:
Yo quería hacer una poesía lo más independiente de las palabras, que resistiera cualquier traducción y es a través de la prosa, -cuyo ritmo es el que más se acerca al de la sangre- donde se consigue mejor.
En 1954 se publicó uno de sus libros, quizá el menos entendido en su país y el más apreciado fuera de él, Tarumba.
En 1959 se muda a México nuevamente para ayudar a establecer un negocio familiar, la fabricación de alimentos para animales, junto con su hermano Juan y al mismo tiempo continúa escribiendo.
En 1965, la compañía discográfica Voz Viva de México, grabó un disco con algunos poemas de Sabines con la propia voz del autor.4
Sabines sufrió un accidente al caer por una escalera en el que se fracturó una pierna y la cadera, quedando con secuelas de por vida. Después de siete años de vivir en Tuxtla, regresa a la Ciudad de México en donde escribe Diario Semanario. En 1966 muere su madre, Doña Luz Gutiérrez, y en 1967 se publica la primera edición de Yuria.
En 1983 publica "Los amorosos: Cartas a Chepita" es quizá su poema más conocido. Es el que más éxito ha tenido y es el que más gente conoce. La mayor parte de sus poemas terminaban en una cuartilla, en una hoja de libreta, porque son breves; en algunos como "Los amorosos", donde tenía muchas cosas que decir; salió de la misma manera que todos sus poemas: de un golpe todo y con una que otra pequeña corrección.5
Jaime Sabines era conocido como «El francotirador de la literatura» por pertenecer a un grupo que transformaba la literatura en realidad. Sus escritos se basaron en su presencia en diversos lugares cotidianos como la calle, hospitales, patios etcétera. Sus obras fueron traducidas a varios idiomas.6 Octavio Paz, calificó a Sabines como uno de los mejores poetas contemporáneos de nuestra lengua, y agregó: "Su humor es un chaparrón de bofetadas, su risa culmina en un aullido, su cólera es acelerada y su ternura colérica. Pasa del jardín de la infancia a la sala de operaciones. Para Sabines, todos los días son el primero y el último día del mundo".
Obra poética publicada
Horal (1950)
La señal (1950)
Adán y Eva (1952)
Tarumba (1956)
Diario semanario y poemas en prosa (1961)
Poemas sueltos (1951-1961)
Yuria (1967)
Tlatelolco (1968)
Maltiempo (1972)
Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973)
Otros poemas sueltos (1973-1994)
Espero curarme de ti (1975)
Nuevo recuento de poemas (1977)
No es que muera de amor (1981)
Los amorosos: cartas a Chepita (1983)
La luna (1988)
Después de todo
Me gustó que lloraras
Para amarte a ti
Tu nombre
Con la flor del domingo
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"Ser como un verso volando
o un ciego soñando
y en ese vuelo y en ese sueño
compartir contigo sol y luna,
siendo guardián en tu cielo
y tren de tus ilusiones."
(Hánjel)
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- Mensaje n°60
Re: JAIME SABINES (1926-1999)
AMANECE LA SANGRE DICIÉNDOME
Amanece la sangre doliéndome
y el cigarro amargo.
La herida de los ojos abierta para el alcohol del sol.
Y una fatiga, un cansancio, un remordimiento de estar vivo.
¿A quién le hago el juego, Tarumba?
(Perdóname. Tú sabes que digo esas cosas por decir algo.
Es un remordimiento de estar muerto).
Mi mujer y mi hijo esperan allá fuera,
y yo me quejo.
Voy a comprar unas frutas para los tres;
me gusta ver que mi hijo brinca en el vientre de su madre
al olor remoto de los mangos.
(Cuando nazca mi hijo, Tarumba, tú le vas a enseñar
los árboles y los caballos).
Amanece la sangre doliéndome
y el cigarro amargo.
La herida de los ojos abierta para el alcohol del sol.
Y una fatiga, un cansancio, un remordimiento de estar vivo.
¿A quién le hago el juego, Tarumba?
(Perdóname. Tú sabes que digo esas cosas por decir algo.
Es un remordimiento de estar muerto).
Mi mujer y mi hijo esperan allá fuera,
y yo me quejo.
Voy a comprar unas frutas para los tres;
me gusta ver que mi hijo brinca en el vientre de su madre
al olor remoto de los mangos.
(Cuando nazca mi hijo, Tarumba, tú le vas a enseñar
los árboles y los caballos).
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