INCONSCIENCIA

Mala consejera el hambre,
trágica la fea miseria
que se ceba con ahínco
entre millones de gentes
sin otros horizontes
que buscar algún resquicio
para paliar sus sinsabores
en el goce que les brinda
el amor entre los sexos
sin medir las consecuencias
que ese placer conlleva.

Y así nacen los hijos
que fomentan la caterva
de niños depauperados
enfermos y desquiciados,
que acaban en la tragedia
de la prostitución y el crimen,
y que luego son reprendidos
y fatalmente castigados,
por otros más desalmaos
que contando con los medios
para anular esa pobreza,
se limitan a ignorarlos
o meterlos en la cárcel.

¿Acaso tenemos conciencia
de la barbarie humana
capaz de gastar millones
para saciar el placer
de ver darle con los pies
a una pelota de goma,
o destinar el dinero
para un día engalanar las calles,
o mantener a un perro o un gato,
y quedar impasible ante el niño
que famélico, con harapos y con frío,
se va muriendo de hambre
por faltarle la comida,
y, aún peor, por falta de educación
que le abran el camino
para ganarse el sustento
con trabajo, dignidad y vocación?

¿Qué hacen los países ricos?
Prometer y no cumplir.
Y luego aplicar medios represivos
contra aquellos andrajosos
que ellos mismos fomentaron
en su miseria y pobreza.

Época de balance
El rojo luce en mi cara.
Color es de vergüenza
que siento al ver el desaire
infrinjo a buenos amigos
que acordándose de mí,
los dejé en el olvido.

Que no por falta de cariño,
de simpatía y respeto.

Es por causa que soy viejo
y me olvido lo que pienso,
lo que escribo y lo que digo,
y hasta rebusco las gafas
siendo que las llevo puestas.

Por eso, Carlos, te pido
seas misericordioso
con este ancianito que escribe
y se olvida de lo escrito,
y que impetra tu perdón
por este involuntario olvido.

Lo mismo que a Carlos le digo
te lo repito a ti, querida Esther.

Que me perdones te pido,
aunque bien sé no hace falta
insista sobre lo mismo,
que el cariño que nos une
por ser de amigos sinceros,
no requiere de perdones
porque no cabe la ofensa
entre quién de verdad se quiere.