Aires de Libertad

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    Juan Vicente Piqueras (1960-

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 22 Ago 2024, 07:43

    .


    Juan Vicente Piqueras (Los Duques, Requena; 17 de diciembre de 1960)1​ es un poeta español. Además ha trabajado como locutor de radio, actor, guionista, traductor, subtitulador, profesor de español para extranjeros y jefe de estudios del Instituto Cervantes.

    Biografía

    Nació en Los Duques de Requena, una aldea del interior de la provincia de Valencia que hoy cuenta con menos de 100 habitantes. Allí vivió hasta los 16 años. Se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia. Fue fundador, director y locutor de Radio Requena en 1984.
    Durante el curso 1985-1986 fue profesor de lengua española en el colegio francés Chatêau de Chamousseau en Villedieu sur Indre, cerca del río Loira. Allí escribió sus libros Castillos de Aquitania y La palabra cuando. Entre 1988 y 2007 vivió en Roma, donde fue profesor del Instituto Cervantes y trabajó como traductor, doblador y subtitulador de películas italianas al español. De 2007 a 2012 residió en Atenas donde fue Jefe de Estudios del Instituto Cervantes. Del 2012 al 2017 vivió en Argel, a partir de 2017 fue jefe de estudios en el Instituto Cervantes de Lisboa, y en 2019 se trasladó a Jordania. También es destacable su faceta de traductor.

    Premios
    • Premio José Hierro, por La palabra cuando (1991)
    • Premio Antonio Machado, por La latitud de los caballos (1999)
    • Accésit Premio Ciudad de Melilla, por Adverbios de lugar (2003)
    • Premio València, premio de la Crítica valenciana y premio del Festival Internacional de Medellín (Colombia), por Aldea (2006)
    • Premio Jaén de poesía, por La hora de irse (2010)
    • Premio Manuel Alcántara, por La habitación vacía (2012)
    • Premio Fundación Loewe, por Atenas (2012)13
    • Premio de Poesía Hermanos Argensola, por La habitación vacía (2022)
    • Premio Nacional de Poesía Ciudad de Lucena Lara Cantizani, por Cerezas (2023)


    (Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Vicente_Piqueras )

    ***


    Algunos poemas de Juan Vicente Piqueras:


    De Adverbios de lugar (2004):


    CONFESIÓN DEL FUGITIVO

    Sólo soy feliz yéndome.

    No entre cuatro paredes, con sus sendas espadas,
    sino entre aquí y allí, una casa y otra,
    ajenas ambas preferiblemente.

    No puedo ya, ni quiero, estarme quieto.
    Ni ahora ni después. Ni aquí ni allí.
    En todo caso ahí, donde estás tú,
    seas quien seas tú, ponme tu nombre
    en los labios sedientos, insaciables.

    Yo no soy yo ni puedo tener casa.
    No digo ya porque nunca lo fui,
    nunca la tuve, siempre fui extranjero
    dentro y fuera de mí. Soy lo que no:
    el mendigo que duerme bajo el puente
    que une mis dos orillas y yo cruzo
    sin poder, día y noche, detenerme.

    Escribo porque busco, porque espero.
    Pero ya no sé qué, se me ha olvidado.
    Espero que escribiendo
    llegue a acordarme. Insisto en la intemperie.

    Sinvivo entre paréntesis
    en el espacio vivo y tiempo muerto
    de la espera de qué, entre dos aquíes.
    Nunca en sino entre. Sal de mí,
    seas quien seas tú, déjame en paz
    o acaba ya conmigo y con la miel
    amarga de estar solo hablando solo.

    He decidido que mi patria sea
    no decidir, no estar en ningún sitio
    sino de paso, puentes, naves, trenes,
    donde yo sea sólo el pasajero
    que sé que soy, sintiendo
    que me inquieta la paz,
    que la quietud me asusta,
    que la seguridad no me interesa,
    y sólo soy feliz cuando me sé fugaz.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 23 Ago 2024, 05:10

    .



    TODAVÍA CUANDO

    I

    Todo en nosotros fluye como savia,
    como el agua de la palabra cuando,
    con acento y sin él. Somos adverbios
    de lugar sin lugar.
    ..................................Nuestro caudal
    busca el mar y lo llama y no conoce
    las tierras que atraviesa, las ciudades
    que se miran en él, la sed, los puentes
    que lo salvan, los frutos que algún día
    nos deberán su jugo, las historias
    que contará el rumor de nuestra ida,
    qué tormentas nos aman ni qué pájaros
    bajarán a saciar su sed a nuestra orilla.

    Fugaces, raudos casi, pasamos por el mundo
    como por los sembrados las sombras de las nubes.
    Y nos vamos lo mismo que vinimos,
    sin saber hacia dónde ni a quién ni para qué.

    Vasallos de la edad, siervos del siglo,
    esclavos de ir tirando, cuántas noches
    nos preguntamos cuándo y todo calla
    y soñamos que desaparecemos
    sin dejar más mensaje que un puñado de humo
    en las manos atónitas de quienes nos amaron,
    un hueco de calor entre las sábanas.

    II

    Somos edad y donde. Somos cuando.

    La memoria es un cuando indefinido
    (cuando te conocí, cuando te fuiste)
    o imperfecto (cuando éramos felices,
    cuando llegabas tarde)
    . Al desear
    somos aún más cuandos (cuando vuelvas,
    cuando llegue el momento, cuando quieras),

    más subjuntivos y desamparados.
    Incluso cada día, en la costumbre
    que nos somete y nos identifica
    (cuando salgo de casa, cuando escribo),
    somos adverbios, con o sin acento.
    Y sólo cuando duermo duerme el cuando.
    Todo es cuando se acaba.
    Sin cómo ni por qué, la vida es cuándo.

    Cuándo la libertad. Cuándo nos vemos.
    Cuándo el amor. Cuándo la poesía,
    capaz de seducir al tiempo y darle
    la voz que va buscando, nuestra sangre.

    Hoy es mi cumpleaños
    y no ha venido nadie a visitarme.
    Soy feliz de estar vivo. ¡Cuánto cuándo!



    LETANÍA DEL GAVIERO

    Mis ojos sin destino ni lágrimas ni ley
    piden al horizonte
    patria para una pausa, piedad firme,
    mis ojos color tierra
    que más que ver dibujan,
    mis ojos que aprendieron la ceguera
    para sobrevivir, mis ojos huérfanos
    como recién salvados
    de las aguas que miran,
    mis ojos que podrían y lo saben
    apagarse mañana, decir basta,
    mis ojos que me abren y me cierran,
    mis ojos que se empañan, se habitúan,
    enfermos de mí escapan y me llevan
    secuestrado, crueles, caprichosos
    a ver lo que no quiero,
    rehén de mi retina y viceversa,
    mis ojos que no atienden a razones,
    mis ojos que no ven que no los veo,
    mis ojos dos cerezas en la oreja
    de un niño no nacido todavía,
    mis ojos derroteros, esferas, espejismos,
    mis ojos donde cabe
    un mundo donde sobro,
    mis ojos ven jardines de ceniza,
    faros de fuego, sin razón, tu cuerpo,
    mis ojos sin memoria, extraviados
    en una ciudad nuestra cuyo nombre
    es el amor mirándose al espejo,
    mis ojos son viajeros desbrozando
    su rumbo en la maleza
    de lo que miran, testigos que callan,
    anémonas abiertas a la luz,
    mis ojos como dos bolsillos rotos
    donde todo cabe porque todo cae,
    mis ojos se alimentan de los tuyos,
    mis ojos que son páginas carnívoras,
    faros falsos que piden a tu cuerpo
    patria para una pausa, fuego firme,
    mis ojos que dibujan tempestades,
    mis ojos ya, mis ojos todavía,
    mis ojos dónde, mis ojos jamás,
    ojos borrachos de lo que no ven,
    ojos mendigos que piden al cielo
    limosna de la luz,
    limosna de la luz, misericordia.



    PLEGARIA DEL DESCREÍDO

    Lo importante es rezar, no importa a quién,
    que las preguntas sean las plegarias
    del pensamiento, planten su semilla
    en nuestra soledad, y no haya paz
    que, a fuerza de insistir, sea capaz
    de no existir, no tenga más remedio
    que acudir a la voz de quien la llama.

    Que dios no exista, ¿acaso
    es razón para no creer en él?

    Dios es el nombre de la sed, el sino
    y la querencia de esta soledad
    en que ambos consistimos.

    De nadie hablo con dios, de dios con nadie.
    Lo escribo con cuidado y con minúscula.
    Yo soy ateo y laico cada día.
    Pero hay noches amnióticas
    en que mi alma reza de rodillas
    no importa a quién,
    pregunta, espera, pide.

    Y mi alma arrodillada es una vela
    a cuya luz, en cuya noche, escribo.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 24 Ago 2024, 07:25

    .


    OFICIO DE COBARDES

    "Yo no he muerto de pena
    porque no he sabío sentir.
    A mi corto entendimiento
    le debo yo mi vivir."
    (COPLA FLAMENCA)

    Nadie es perfecto, claro, y nadie sabe
    que por eso está vivo, que le debe
    la vida a sus defectos, que vivir
    es tarea de astutos, de cobardes.

    Si hemos sobrevivido a aquel dolor
    que amenazaba con aniquilarnos
    es porque no supimos sufrir como queríamos
    y fuimos incapaces de fallecer en él.
    O fue la vida, que se ama a sí misma
    más que nosotros, la que lo impidió.

    El miedo es, a menudo, un buen refugio.
    La pereza protege. La cobardía salva.
    Quizá exagero para que me entiendas:
    si seguimos viviendo lo debemos
    a no saber sentir, al deterioro
    de nuestro asombro, al miedo
    y la astucia de los supervivientes.

    Yo sé bien que la muerte se enamora
    de lo mejores, se los lleva pronto.
    Los demás olvidamos si podemos
    que no somos lo que desearíamos,
    que la memoria inventa lo vivido
    para ayudarnos a seguir viviendo.

    Todo nuestro saber es nuestra astucia
    en adaptarse al medio, en ir tirando,
    en adaptarse al miedo, en no morir.
    Y así nos va, nos vamos
    perdiendo el tiempo, devorando días
    y llevando la vida que podemos
    por no saber llevar la que soñamos.



    ASCUA

    a Giancarlo,
    mi hermano italiano,
    y a Lorenzo.

    Un hombre que es un ascua más que un hombre
    ve nevar, se enamora
    de la palabra nieve,
    coge su abrigo negro con forro de faisanes,
    un sombrero prestado, una bufanda
    y se echa así a la calle como buscando ayuda,
    pausa, perdón, alivio, algo que apague
    el incendio que es y del que huye.

    Y se ve caminar bajo la nieve
    y no halla a nadie en todo su paseo
    y mira las estrellas. No las ve.

    Sabe que está sencillamente solo
    como todos, sonríe, mal de muchos.
    Habla y su aliento es humo, vaho de voz,
    y pronuncia palabras que no quiero
    recordar. Y recuerda que hay un niño
    durmiendo en otra casa y cuyo sueño
    él ya no vela o vela
    tan sólo de lejos.
    Se echan de menos. Cuando se ven ríen.
    Luego vuelven a casa,
    cada uno a la suya, si es posible
    que vuelva a casa quien no tiene casa
    sino la de un amigo de la guarda,
    un hermano que es huérfano de madre
    y acogió mi dolor dentro del suyo,
    puso en mis manos su amistad, las llaves
    que ahora abren esta puerta, ciao gattina,
    y conducen a este hombre, que es un ascua
    más que un hombre, a su cama,
    donde antes de dormir lee otra vez
    una carta, por qué, mira una foto.
    Sabe que ya no hay vuelta de hoja,
    que el amor ha dictado su sentencia
    y se ha ido, que la suerte está echada,
    que la noche es un vientre,
    la gruta salvaje que lo ha convertido
    en poeta rupestre.
    No hay salida al silencio, no hay manera
    de escapar a esta absurda ceremonia
    de decir lo que no puede decirse,
    se dice mientras va hacia su escritorio,
    coge un folio y escribe
    que un hombre que es un ascua más que un hombre,
    etcétera, etcétera, etcétera.



    HISTORIA DE LA SED

    1

    En el principio fue la Sed. El Verbo
    vino después y no supo saciarla.

    La sed se asomó al mar.
    Se vio insaciable y sola.
    Fecundada por su infelicidad
    dio a luz el Horizonte del que somos
    prisioneros y alma,
    ...................................descendientes.

    2

    Palmas, oasis, astros y batallas,
    tempestades de arena o de niñez,
    un turbante de sal, el verbo irse,
    rosas y dunas, amantes beduinos
    que entretienen la espera
    de un final que ya fue
    dibujando en la arena el mar y el mapa
    de una tierra por nadie prometida
    sino nacida de la sed, regada
    día y noche por ruegos,
    por lentas oraciones de ceniza.

    3

    La sed se asomó al agua y vio unja espada hundida.
    Y pensó: "Es el amor".
    Cuando alzó la mirada había envejecido.
    Una voz que era un eco
    sediento desde siglos susurró:
    "Tenías que beber y amar, que no mirarte".

    4

    Palmas, oasis, astros y derrotas,
    amantes encelados
    bajo la cúpula de sus jadeos,
    peligros y plegarias.

    La Sed se asomó al mar.
    Se vio desnuda y sola.
    De nada le sirvió
    ignorar que la espera es una espada
    que se acaba clavando en quien la empuña.

    5

    En el principio fue la Sed. El Verbo
    vino después y dijo su impotencia.

    Fecundada por su infelicidad
    dio origen a la estéril
    estirpe que pretende
    saciar su sed lamiendo los espejos.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 25 Ago 2024, 06:00

    .


    PALMERAS

    Nacemos de la sed. Somos palmeras
    que van creciendo a fuerza de perder
    sus ramas. Nuestros troncos son heridas,
    cicatrices que el viento y la luz cierran,
    cuando el tiempo, el que hace y el que pasa,
    ocupa el corazón y lo hace nido
    de pérdidas, erige
    en él su templo, su áspera columna.

    Por eso las palmeras son alegres
    como los que han sabido sufrir en soledad
    y se mecen al aire, barren nubes
    y entregan en sus copas
    salomas a la luz, fuentes de fuego,
    abanicos a dios, adiós a todo.
    Tiemblan como testigos de un milagro
    que sólo ellas conocen.

    Somos como la sed de las palmeras,
    y cada herida abierta hacia la luz
    nos va haciendo más altos, más alegres.
    Nuestros troncos son pérdidas. Es trono
    nuestro dolor. Es malo
    sufrir pero es preciso haber sufrido
    para sentir, como un nido en la sangre,
    el asombro de los supervivientes
    al aire agradecidos y estallar
    de alta alegría en medio del desierto.




    INSTRUCCIONES PARA CRUZAR EL DESIERTO

    Para cruzar este íntimo desierto
    hace falta coraje, tiempo, ganas
    de no perder la vida preparando
    un viaje que jamás emprenderemos,
    un camello leal, un compañero
    lo mismo, un mapa vano,
    un turbante, una brújula,
    diez cajas de bombones (recuerdo de Occidente)
    y una chilaba azul… ¿qué más? Un libro
    que haga las veces de Corán, de Biblia,
    de Torah y Tao y tenga
    las páginas en blanco o esté escrito
    en una lengua que nadie comprenda.

    Hace falta una cierta confianza en la sed,
    una mirada limpia, y un cuaderno
    de notas que los días
    son largos, lentos, y las noches tristes,
    y no hay tienda ni tribu
    ni dios que asista en tanta soledad.

    Para cruzar este íntimo desierto
    hace falta querer, tener que, decidir
    echarse a andar y no mirar atrás,
    no cejar, no tener otro remedio.



    EL CIPRÉS Y LA PALMERA

    "La hiedra se abraza al primer árbol que
    encuentra; ésta es en pocas palabras la
    historia del amor..."
    NAPOLEÓN BONAPARTE

    Y el delicado abrazo de la hiedra
    cuyo deseo ha declarado suyo
    al tronco que le sirve
    para sus arabescos y ascensiones,
    para su exhibición de aciaga gracia,
    acaba ahogando al árbol elegido,
    sorbiéndole la savia.
    Es modelo de unión y de firmeza
    esa fidelidad con que lo asfixia,
    esa constancia con que lo amenaza
    de muerte por amor diciéndole amor mío.

    No el de la hiedra quiero, el de las aves
    que anidan, cantan, tiemblan y se van
    o la admiración mutua y silenciosa
    que sienten el ciprés y la palmera.

    Lo demás es pasión parasitaria,
    ternura enredadera, húmeda cárcel,
    hiedra tenaz que afirma su amor ciego
    el árbol del que vive y al que mata,
    hiedra del yo que asfixia lo que abraza.



    HE VISTO HOMBRES

    He visto hombres caídos
    convertirse en arenas movedizas.

    He visto hombres ahogados en el vaso de agua
    podrida, que podría, cuando aún estaba limpia,
    haber lavado su voz y saciado su sed.

    He visto hombres leonados como buitres
    necesitar carroña cada día. Eran tipos
    amables, educados. La voluntad del buitre
    no le resta belleza ni elegancia al vuelo.

    He visto hombres que un día decidieron
    dejar de serlo, ser lo que no eran,
    ponerse en venta y rellenar el hueco
    de lo que hubieran sido
    con la pena de lo que no serán.

    He visto hombres huir de su talento,
    temer su amor, odiar lo que desean,
    abandonar su don, dar su alegría
    y su alma al diablo. He visto
    hombres morir para seguir viviendo.

    He visto hombres tumores, asesinos
    condecorados, y me ha dado miedo
    convertirme en estatua de mí mismo,
    sospechar que no eran tan distintos a mí.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 26 Ago 2024, 07:34

    .


    SÁBANAS HEREDADAS

    La más íntima herida es heredada.

    El dónde, el cómo, el cuándo,
    la muerte, el nacimiento,
    lengua, familia, dios, época, amor:
    lo decisivo de lo que nos pasa,
    y lo que somos,
    no es algo deseado ni elegido.

    Y pasamos la vida, sin embargo o por eso,
    creyendo que el deseo es nuestro dios
    y no una rosa rara que en nosotros cultiva
    el azar
    que nos guía, nos ciega y nos ignora.

    Nadie ha elegido el mundo en que ha nacido.
    Ni siquiera su nombre, su memoria.

    Lo importante se impone, no se elige.

    Y sin embargo somos seres libres
    de escoger entre dar y destruir
    lo que tenemos, desearlo, amarlo
    más que a lo que no hay, luchar sin mundo,
    aceptar lo que ocurre y trabajar
    duro para que ocurra
    lo que de todos modos va a ocurrir.

    No hay más sabiduría ni remedio
    que amar la vida más que su sentido
    y dejarse llevar por las aguas salvajes
    de estar aquí y así, con sed de irse,
    de elegir lo que hay y, ay de nosotros,
    ser quienes somos, pródigos, saber
    que no tenemos más que lo que damos.

    Llamamos libertad a esta tarea
    minuciosa y secreta de bordar,
    manchar, romper, lavar, tender, plegar,
    guardar en el armario entre membrillos
    sábanas heredadas de la abuela
    que a su vez heredó de la suya, extraño ajuar
    para esta soledad que me ha esposado.



    TORNAVIAJE

    Nadie nos dijo nunca, y lo sabemos,
    que no hay viaje que no sea un retorno
    a la ítaca ardida de la infancia,
    a la isla que somos y no existe.

    En mis manos la luz
    antigua del pasado que me espera,
    su pasión y sus rumbos. En la página,
    la huella dactilar de la memoria.

    Nadie nos dijo nunca
    nada sobre esta nave de nada que nos mece
    como una madre mala, sobre el tiempo
    que va al revés y raudo
    del engaño de la palabra siempre
    al desengaño de lo que jamás.

    Miro mis manos como quien no entiende.
    Busco en ellas las vía del retorno.



    DON DE SER NADIE

    Escribir es lugar donde ser nadie
    y todos a la vez, país desierto
    en espera de pájaros-palabras
    que consigan nombrar lo que no es,
    salvarlo del olvido y de mí mismo,
    de la jaula de ser sólo quien soy.

    Tal es mi religión, mi sed, mi territorio,
    donde pájaros idos o no vistos jamás
    hacen su nido y cantan,
    como el himno de humo de su ausencia,
    este don de ser nadie.



    ADVERBIOS DE LUGAR

    Aquí es donde estoy yo. Esté donde esté
    yo siempre estoy aquí donde me ves.
    Esta casa, estas caras, estas cosas
    cansan, porque aquí cansa.
    Aquí hace sed de irse, sed de allí.
    Pero allí es el lugar donde jamás podré estar,
    donde yo soy imposible. Vaya adonde vaya,
    allá donde yo llegue será aquí
    y estaré ya esperándome a mí mismo
    con un ramo de rosas iguales en la mano.

    Ahí es tu aquí.
    Ahí parece un grito porque es donde te duele.
    Yo quiero estar ahí, donde estás tú,
    tú aquí o, mejor, los dos allí, remotos, juntos
    porque lo vivo es lo junto.
    Ahí hay el amor que no hay aquí.
    Esas cosas tocadas por tus manos,
    eso que piensas, dices, callas, sueñas,
    esos lugares donde estás sin mí,
    eso deseo, eso necesito.
    Y ser tu ahí, tu aliento intercalado.

    Allí es la salvación, el espejismo
    nacido de la sed de estar aquí.
    Allí sí que seríamos felices,
    donde tu aquí y mi ahí estarían juntos,
    comerían perdices que no existen.
    Allí es la lluvia aquella
    que cae sobre este páramo sediento.
    Allí es Jauja, el Dorado. No hay palabras
    que puedan dar idea de aquel sitio.
    Las palabras son éstas, nunca aquéllas.

    Yo estoy aquí y tú ahí y allá nosotros cuándo.
    Esto es piedra. Eso es seda. Aquello es mar.

    Aquí, hogar imposible, íntima ausencia,
    odiado domicilio, cárcel del cada día.

    Ahí, calor del tú, tu vida mía,
    tesoro de tu isla, aire de amor.

    Allí, donde no estamos, llueve sobre la vida
    que nunca será nuestra y nos aguarda.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 27 Ago 2024, 03:27

    .


    De La habitación vacía, Visor, 2022:


    LA HABITACIÓN VACÍA

    A Carlos Edmundo de Ory

    Era uno de tus juegos preferidos.
    ¿Qué hay en una habitación vacía?,
    preguntabas. Guardábamos silencio.

    ¿Qué hay en una habitación vacía?

    Los que no conocían el juego
    tal vez decían: Nada, y tú decías: No.
    Nada es nada, he dicho qué.

    Hasta que alguien decía, por ejemplo: Silencio.
    Y tú decías: Sí.
    Y otro decía: Polvo.
    Y el juego comenzaba a tomar vuelo.

    Unas huellas de pasos en el suelo.
    Un fantasma. Un enchufe. El agujero
    de un clavo. La penumbra.
    El cuadrado que deja en la pared
    la ausencia de un cuadro. Un hilo.
    Una carta en el suelo.
    La huella de una mano en la pared.
    Un rayito de sol que entra por la ventana.
    Una telaraña. Un trozo
    de papel. Una uña. Una hormiga extraviada.
    La música que llega de la calle
    (¿hay música sin alguien que la escuche?).
    Una mancha de humo o de humedad.
    Garabatos o pájaros o nombres
    o un dibujo de Laura en la pared.

    Tú ibas diciendo sí o no.
    Tú lo sabías. Eras el inventor del juego.
    Tú ya sabías, Carlos, lo que hay
    en la habitación vacía donde acabas de entrar.

    Era uno de tus juegos preferidos.
    -¿Qué hay en una habitación vacía?
    -Un fantasma.
    -Ya lo han dicho.
    -Sí, pero el que yo digo es otro.



    CÓMO ESTÁS

    A Margherita y Pino

    Morí el martes pasado y nadie se dio cuenta.

    El mundo siguió igual, cambiando e inmutable.
    No hubo anuncio, tormenta ni huracán
    ni nubes que dejaran que entre ellas
    se colase aquel rayo de luz que aparecía
    en las portadas de los catecismos.

    Mi hija siguió sirviéndome el té a la misma hora
    y yo sigo tomándolo a sorbos sin sabor
    con la pajita que ella coloca entre mis labios.

    Mi marido me dijo no te vayas,
    y yo ya me había ido.

    Las visitas me cogen de una mano.
    La otra ya no está aquí.

    Me traen regalos que ya no me sirven,
    y preguntas que no sé responder.

    Cómo estoy, por ejemplo,
    o qué tal he dormido, qué me apetece, cosas.

    Veo, sin abrir los ojos, cómo mueven los labios.
    Dicen palabras que ahuyenten su miedo.

    Palabras como éstas.
    .........................................¿Cómo estás?
    ¿Cómo has dormido hoy?


    Morí el martes pasado.
    .............................................Estoy mejor.



    NOTICIAS DEL PARAÍSO

    A Jesús Bregante, vivo en mí

    Dice el telediario que este año
    el índice de lástima ha subido
    un noventa por ciento
    sobre el nivel de nieve, ahora lo sé,
    ahora sé que no sé cómo decírtelo,
    llevo años intentándolo, pero no lo consigo,
    no encuentro las palabras ni el momento,
    no veo ni la hora ni el día ni el lugar,
    solo esta sensación de cobardía
    por no saber decírtelo, hace años,
    hace ya muchos años que no tengo palabras,
    que escribo porque no tengo palabras.

    Dice el telediario que ayer fue el fin del mundo,
    que sin sentir nos hemos acabado,
    que este olor a podrido y a gardenia
    no debe preocuparnos, al contrario,
    es la prueba, la única, la última,
    de que seguimos vivos,
    quejándonos de frío en pleno paraíso,
    ardiendo en ganas de salir de aquí.

    Dice el telediario que esta pena
    podría ser el cielo donde estás
    ahora que ya no estás, ahora que nada,
    ahora que ya no sé cómo decírtelo.

    A ti, que eras mi amigo demasiado.

    A ti, que decidiste morir en mi lugar.



    PROPUESTA DE EPITAFIO

    A Fernando Aramburu

    De niño fui inmortal. De adolescente
    me rebelé contra lo que ahora soy.
    De joven fui salvaje. Hice sufrir
    y sufrí mucho más de lo que quise. 
    Poco a poco la muerte (era semilla
    y parecía ajena) fue creciendo
    dentro de mí, feliz, recuperando
    lo que era suyo y supe de qué iba
    la vida ya muy tarde. En la vejez
    besaba el agua y abrazaba el aire
    como abraza el enfermo la esperanza
    o el náufrago la espera. Nunca el mundo
    fue tan hermoso como antes de irme.
    Ahora ya no existe. Ahora sueño
    que lo que ya no soy vuelve a nacer.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 28 Ago 2024, 04:25

    .


    LA PALABRA DIOS

    A Kostas Vrachnós,
    que sospecha que estamos muertos

    De tanta incertidumbre nació Dios,
    de la necesidad de que Alguien sepa.
    Un dios con D mayúscula,
    la más rara invención del ser humano,
    la gran necesidad
    de todo miedo y toda gratitud.

    El que sabe, el que puede, el que decide
    el cuándo, el dónde, el cómo y el porqué.
    Quien todo sabe, y calla.

    Tal vez crear, creer, sean el mismo verbo.
    Intentamos creer en un ser que nos crea.
    Lo hemos creado para creer en él.

    Dios es una palabra muy parecida a un pájaro.

    Dios no tiene lugar. Hace su nido
    en una rama de nuestra cerebro
    con las ramitas más raras y frágiles
    que encuentra en él, con barro.

    Es una golondrina de mi aldea.

    Duerme en el hipotálamo. Allí canta,
    y de allí sube al cielo
    su bandada de rezos, preguntas y plegarias,
    ojalás, porfavores, ofrendas, lo que somos,
    lo que decimos, lo que no se sabe.

    La gramática entera no es más que una oración
    desde lo más profundo
    de nuestro corazón condicional.

    I don't know what tomorrow will bring,
    dicen que dijo Fernando Pessoa
    en su lecho de muerte.
    Después pidió sus gafas, se las puso
    y murió.

    Nadie sabe qué va a ocurrir mañana.
    Nadie sabe por qué pidió sus gafas,
    qué cosas hay que ver después de muerto.



    GRACIAS POR SU VISITA

    (El título ya estaba en la servilleta del bar
    donde el poema fue escrito)

    En la ciudad caníbal que devora
    sus carnes cada día, a cada instante
    la vida se le va de entre las manos
    a una velocidad que no es ceniza
    sino ferocidad.
    ...........................Sus gestos gimen.

    Sus días son palabras que los demás pronuncian.

    Construye en ese engaño alimenticio,
    que da en llamar amor, su nueva aldea,
    su hogar, su madriguera,
    y abrazado a su sueño, agazapado, escucha
    cómo pasa ante él, por encima de él,
    el estruendo del mundo.

    Acaba siendo nadie porque a nada se dio
    sino a la fuga, al fuego, a la poesía
    que lo ataba a la vida con un hilo de voz
    y de saliva, un don de desnudez
    que lo fue aislando cada día más.

    Sus días son palabras que los demás subrayan.

    Pidió perdón por lo que nunca dijo
    y dio las gracias por haberse muerto.



    DE LO QUE NO HAY


    A un poeta olvidado

    Eres de lo que no hay, te decían de niño.

    Y lo que no hay buscaste.

    Diste tu vida a cosas que no había.
    Lo que estaba a tu lado
    ni siquiera lo vista.

    Eras de lo que no había.
    Te diste a lo perdido de antemano.

    Si hoy podemos decir que has existido
    es porque respiraste el aire de esta tierra
    durante algunos años.

    Y porque lo no habido
    te obligó a perseguirlo con poemas
    de cansada belleza donde hoy
    das a otros tu voz, das a la vida
    lo que no hubo, lo que no tuviste.



    SOUVENIR DE MAÑANA

    Salimos en las fotos todos juntos
    (vivos, muertos, da igual, sí, todos juntos)
    con caras de turistas ya cansados
    de recorrer ciudades invisibles
    en busca de las madres. El turismo
    es una alegre forma de orfandad.
    Pagar pa padecer, perder países.

    Hartos de hacernos fotos, epitafios
    en color, y felices de no comprender nada,
    nos volvimos a casa, ya era  hora,
    cargados de recuerdos y deseos
    de no salir ya más,
    de dejarnos de viajes y de historias,
    de no tener que recorrer el mundo
    preguntándole al mundo,
    con un mapa en la mano,
    dónde estamos, quién falta, adónde vamos.

    Tiene el caos su preciso calendario
    y la nada sus fiestas de guardar.

    Te he traído estas fotos, míralas.

    Son un raro recuerdo de la muerte.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 29 Ago 2024, 06:46

    .


    CEMENTERIO EN NAVIDAD

    A alguien que se mató en mí

    Del espeso sopor y la melancolía
    empañada de hogar que son las navidades
    solo puedes salir si sales de paseo
    y tus pasos te llevan
    sin rumbo al cementerio.

    En estos pueblos donde nada y nadie,
    humo en las chimeneas, silencio, el bar cerrado,
    suele ser a menudo el cementerio
    el lugar con más vida.

    Los muertos no defraudan. Puedes contar con ellos.
    Si tú no los olvidas ellos no te abandonan.

    El cementerio está en medio del bosque.
    A la entrada se alquilan regaderas
    por un euro, enganchadas por una cadenita,
    igual que los carritos en los supermercados.

    Hay flores, muchas flores en las lápidas,
    pequeños panteones familiares.
    Una mujer cambiaba macetas de lugar,
    lavaba los floreros, recogía hojas secas,
    sacaba brillo al mármol con un hueso de sepia,
    ponía agua en los búcaros.

    Hace bastante frío. En estas fechas
    hace siempre más frío del que hace.

    Recogí un caracol seco y piñas de ciprés.

    Mi madre está en su casa.
    Nuestro hijo no existe.
    En este cementerio, cualquier tumba
    podría ser la suya, la de todos, la mía.

    De vuelta al pueblo, ya cayendo el sol,
    cogidos de las manos congeladas
    (hace siempre más frío del que hace)
    encontramos un árbol sin una sola hoja
    y, en sus ramas desnudas,
    las lámparas maduras de los caquis.



    CIAO, TONINO

    En el funeral de Tonino Guerra

    Ha muerto el inventor de las colmenas
    y de los funerales de altamar. 

    Ha muerto el inventor de las iglesias
    abandonadas, del almendro en flor,
    de las hogueras bajo la nevada.

    Ha muerto el inventor del propio viento,
    el viento que nacía de sus pasos,
    el que construyó Rusia con una telaraña,
    el que vio África en un vaso de agua.

    Ha muerto el rey de las hojas secas y de los abejorros,
    el coleccionista de jaulas vacías, el poeta,
    el hombre que llevaba en los ojos un mundo
    que no era éste, el ángel con bigote
    que declaró a la prensa que la muerte
    es una mariposa,
    el niño que cantaba nanas a los ancianos,
    el pastor de las nubes, el zar de las semillas,
    el que tuvo en sus manos un mundo que moría.

    Ha muerto el ángel que inventó la nieve,
    el que plantó un buen día en Pennabilli
    el huerto de los frutos olvidados,
    el que escribió la miel en mi alacena.



    EL ALBARICOQUERO QUE YA NO

    A mi padre

    Yo creía que el albaricoquero
    que crecía en el patio
    crecía de la tierra
    como todos los árboles.

    Y sin embargo ahora me doy cuenta
    de que crecía de su corazón.

    Murió cuando él murió.

    Dejó de respirar y de repente
    el árbol se secó.

    Su savia era su sangre.

    Su copa era su mano
    suplicándole al cielo
    limosna de la luz,
    lluvia, misericordia.

    Por eso ya no como albaricoques.
    No me saben a nada.



    LUCIÉRNAGAS


    ... y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
    como el borracho a la taberna
    y el niño a cabalgar
    en el balancín roto.
    Y en el pueblo no tendré nada que hacer
    sino echarme luciérnagas en los bolsillos.
    JORGE TEILLIER

    Ojalá, hermano Jorge, ojalá las luciérnagas
    pudieran consolarnos con la luz de su vientre
    latiendo en nuestra noche.

    Tú acabaste contigo antes de ver
    la desaparición de las luciérnagas.

    Luces al vuelo, velas en las manos
    de abuelos invisibles, fuegos fatuos
    que anunciaban que el trigo estaba ya maduro,
    lámparas en el aire,
    estrellas al alcance de la mano,
    gusanos encendidos que llamaban
    al amor, y su vientre daba luz.

    Hoy andamos a ciegas.
    Vivimos sin luciérnagas.

    Hoy silba el abandono llamando a sus amigos.

    Hermano Jorge, vuelas en mi noche
    con tus bolsillos llenos de luciérnagas.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 30 Ago 2024, 04:14

    .


    QUÉ TAL

    Nos preguntan qué tal
    y decimos muy bien
    y no es verdad.

    Todo bien, todo bien, bastante bien,
    gracias, ¿y tú?
    Hasta el día en que todo se derrumba.

    Nos venimos abajo sonriendo.

    Nadie dice lo que está pasando
    porque nadie lo sabe.

    No lo cuenta al amigo ni al amante
    porque no se lo dice ni siquiera a sí mismo.

    Somos lo que callamos.

    Somos lo que nos duele
    y no nos atrevemos a decirnos.

    Conócete a ti mismo, dijeron los antiguos.
    Los modernos huimos de esta ingrata tarea.

    Morimos sonriendo.

    Estamos bien. Estamos
    siempre mejor que nunca.



    LA RAMA DONDE ESTUVO

    No hay nadie que no sea hoy.
    No hay nadie que no sea yo.

    No hay nadie sin su aquí,
    su así, su ahora.
    No hay nadie que no sueñe con su allí,
    su mañana, su entonces.

    No hay manera de huir de este momento
    que viene de mañana y
    mañana será ayer.

    El presente es un don,
    como su nombre indica.
    El pasado no pasa.
    Y el futuro no llega.

    El pasado es un peso,
    una raíz, un mito.
    El futuro es un fruto
    que no madura nunca.

    El árbol es eterno.

    Solo el presente, solo, como un pájaro
    que estaba y de repente ya no está.

    La rama donde estuvo
    se ha quedado temblando.
    Y luego, nada.

    No hay nadie que no sea hoy.
    No hay nadie que no sea yo.



    VISTO Y NO VISTO

    A los amigos que siguen vivos,
    pero han desaparecido,
    allá donde estén, con un abrazo póstumo

    La gente tiende a desaparecer.

    Un día te hacen reír y al siguiente no están.

    Un día te llamaban cada día
    para saber cómo estabas,
    y ahora ya no puedes ni recordar sus voces.

    Un día dijeron siempre
    Y siempre acabó siendo nunca más.

    La gente se parece a los fantasmas.
    Aparecen, seducen, crees en ellos,
    dan miedo, brillan y desaparecen.

    Se van y, de repente, ya no existen,
    como si nunca hubieran existido.
    Llegas a convencerte de que los has soñado.

    Yo soy uno de ellos.

    Morir, en nuestro caso,
    es una redundancia.



    ENSAYO GENERAL

    Me estoy dejando barba para que crezca blanca.

    No me corto las uñas.

    Hoy he guardado ayuno.

    Me acostumbro a pensar en mí en pasado.

    Camino muy despacio por la calle.

    Miro a los niños. Me parecen lágrimas.

    No llamo a nadie. Callo.

    Las puertas no me sirven.

    Me llaman y no estoy.

    Escribo y luego rompo lo que escribo.

    Soy el hueco que ocupo.

    Me preparo.

    Aprendo poco a poco a desaparecer.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 31 Ago 2024, 06:49

    .



    BESO A UNA MOSCA

    Hoy he besado a una mosca.

    Yo, que he matado conejos de un golpe seco en la nuca.
    Yo, que he degollado pollos.
    Yo, que he castrado cerdos y ayudado a matarlos,
    hoy he cazado al vuelo a una mosca
    con una habilidad que me viene de entonces.

    Pero, en vez de estrujarla entre los dedos
    como hacía de niño,
    me he quedado mirándola.

    Con el pulgar y el índice
    le he sujetado un ala, ella agitaba
    la otra y las patitas con desesperación
    si es que una mosca puede, no sé, desesperarse.

    Pero, en vez de matarla o arrancarle las alas
    como hacía de niño,
    la he besado, he abierto la ventana
    y la he lanzado al aire:
    ........................................Sé libre tú que puedes.

    Me estoy haciendo viejo.



    UN MIRLO

    Un mirlo se ha posado en el alféizar
    de la ventana y mira cómo escribo.

    Se diría que sabe.
    .................................Canta y dice:
    ¿A qué esperas?
    ¿A qué esperar si todo,
    todo te está esperando?
    Detrás de esta ventana está la vida,
    ¿y tú, entretanto, miras las manchas del cristal?
    ¿Quieres morir de sed a orillas de la fuente?

    Un mirlo se ha posado en el alféizar
    de la ventana.
    ..........................Y canta.




    IGNORANCIA

    Dios nació de la muerte y todavía
    conserva su cordón umbilical,
    sus ojos, su carácter,
    y su manera de mover los labios.

    Cuando ella va al trabajo se lo lleva
    como a un niño pequeño que no sabe
    con quien dejar.

    En su bufanda el viento
    que sopla al día siguiente,
    en una de esas tardes
    de funeral, con nubes y con rayos
    de sol como escaleras
    donde suben las almas que estudiaron
    soledad en antiguos catecismos.

    Hoy es el día de la Anunciación.
    Mi memoria no alcanza más allá
    del arcángel Gabriel, con su túnica ardiendo,
    su azucena en la mano, y en la voz,
    llena eres de gracia, lo que habrá de venir.

    La gente muere como vive, en vano,
    sin ton ni son, olvida
    que estamos vivos de puro milagro.

    Dios nació de la muerte y se pregunta
    cómo es que todavía no hemos aprendido
    a decir gracias, a besar el aire
    antes de que sea tarde.
    ..........................................A amar.
    ..........................................................Sin más.



    A FUERZA DE

    A fuerza de vivir en el desierto
    se me ha ido olvidando el olor de la lluvia.

    A fuerza de vivir en un mundo irreal
    he perdido el contacto con mi cuerpo.

    A fuerza de morir fui pareciéndome,
    disculpen la tristeza, a mi cadáver.

    A fuerza de vivir en el desierto
    se me fue convirtiendo el corazón
    en un reloj de arena.

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    Juan Vicente Piqueras (1960- Empty Re: Juan Vicente Piqueras (1960-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 01 Sep 2024, 04:24

    .


    LA TUMBA DE DIOS

    Dios ha muerto, lo sé, todo el mundo lo sabe,
    Hace un siglo que sale en los periódicos.
    En internet no se habla de otra cosa.
    Cada día lo cantan todos los noticiarios.

    Dios ha muerto, se sabe, pero quién
    sabrá decirnos dónde está su tumba.
    ¿Qué ha sido del cadáver? ¿Cómo sobrevivimos
    libres ya de aquel ojo en el triángulo
    que nos miraba incluso cuando nadie
    nos miraba? ¿Qué ha sido de nosotros?

    ¿A quién dar cuenta ahora de todos nuestros actos?
    Dios era el Tú con el que hablar a solas.
    Alguien a quien pedirle, a quien agradecerle.
    Era la sal, la luz, la voz del corazón.

    Ahora lo entiendo. Es nuestro corazón
    su tumba. Y lo que escribo, su epitafio.

    Nuestra guía es la mente desde que Él ya no está.
    Y la mente es un ciego guiando a otro ciego
    o, peor, es un ciego guiando a alguien que ve,
    pero ve que lo llevan por no muy buen camino.

    Y así andamos, perdidos, sin más rumbo
    que el que dicta este viento
    que viene del espejo, que sale de la página.



    UNA IMAGEN

    A Laura Cantizani, in memoriam

    Un hombre mira un río.

    Es una hermosa imagen.

    Sobre todo
    si evitamos precisar
    que el hombre está ciego
    y está seco el río.

    Pero, aun así,
    añadido el detalle,
    la imagen es hermosa.

    O más hermosa aún.

    Gana con lo que pierde.

    Así es la poesía.

    Así es la vida.



    UN ÚLTIMO DESEO

    Yo quisiera morir de madrugada
    de repente, embestido por un barco,
    en los brazos de un toro,
    caído de una higuera,
    hundido en un majuelo movedizo,
    ahogado en un incendio,
    ardiendo solo,
    da lo mismo dónde,
    pero, eso sí, antes de despertar.

    Que la muerte se lleve,
    sigilosa y nocturna
    como un ladrón cualquiera,
    mi insomne corazón
    por fin dormido,
    la dictadura de su inapetencia.



    BUENAS NOCHES

    Qué dices cuando dices buenas noches.

    Dices no te me mueras, no lo sabes
    pero eso es lo que dices, no te vayas,
    acuérdate mañana de despertar, regresa
    de la región hundida de los sueños.

    No tengas pesadillas, no te vayas,
    descansa del trabajo que exige la vigilia,
    sueña conmigo, sueña que el amor
    es feliz por lo menos en el sueño.

    Dices no te me mueras, no lo sabes
    pero eso es lo que dices cuando dices

    buenas noches.



    SÍ Y NO

    No hay sí sin no ni no sin sí. A la vida
    le encanta unir lo opuesto, lo contrario:
    día y noche, haz y envés, amor y odio,
    cara y cruz, guerra y paz, eros y tánatos.

    La calabaza lleva en su interior
    una semilla negra del sí del que procede.
    Las raíces se hunden oscuras en lo oscuro
    para que el fruto brille como un pequeño sol.

    De la noche profunda nace el amanecer.

    Sin la muerte la vida no tendría sentido.



    TUMBOS

    A mi madre

    Desde la tumba del vientre materno
    hasta el vientre materno de la tumba
    este viaje sin rumbo ni descanso
    a través de espejismos travesía
    entre dudas y dunas y países
    y paisajes y tumbos y maneras
    de caminar mirar mover los labios
    para decir lo mismo
    -el sol la edad la soledad la sombra-
    que hace siglos que dicen cada uno en su lengua
    los otros yoes que nos precedieron
    los que fuimos y somos y seremos en otros
    a partir de mañana ya sin yo y sin salir
    de este vientre materno que es la vida.


    JUAN VICENTE PIQUERAS


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