La edad. ¡Dichosa edad…!

Para Juan José Cautivo

Te leo, te releo, y no puedo evitar sentir
un poco de envidia en cada letra.
La diferencia entre esos viejos a los que aludes
es que tú no eres viejo, eres sabio.
Se es viejo cuando se muere por dentro
y yo te percibo un interior lleno de vida,
deseoso de años y de inquietudes...
El resto, querido Affelix, es sólo el envoltorio.
¿Sabes...?
Hay unos móviles, (yo tengo uno)
a los que se les puede ir cambiando la carcasa
y cada vez que se la cambias,
es como si lo estrenaras otra vez.
Pues aunque ya sé que la comparación
no es nada poética,
la vida debería ser así para algunos.
A ti, por ejemplo, se te podría cambiar la carcasa
que es lo único que denota tu edad
y seguirías viviendo y sintiendo
con la misma intensidad que cuando eras más jóven.
¿No sería maravilloso...?

Bueno, de todas formas, te lo digo siempre,
eres un ejemplo a seguir,
y yo, de mayor, quiero ser como tú.
¡Que me traigan el libro
que quiero rubricarlo!
Gracias por ser parte de este espacio,
querido compañero.

Un abrazo.

"Pasó un año y otro año
y un mes y otro mes pasó
...."

y Félix no respondía
al mensaje que recibió.
Y lleno de vergüenza
con Ángel se excusó,
a sabiendas que su amigo
muy presto le perdonó
por ser hidalgo de Chile
y tener gran corazón.

Lluvia Abril