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por ernesto würth Miér 20 Nov 2013, 19:30A medida que pasa el tiempo y reciclo
parte de la vida, extraviada en cúmulos y flores
la convierten de vital ociosa en placentera
y revierten amapolas con mis rosas rojas casi negras
cultivadas lejos en el segundo piso entre nubes rojas .
Cuanto daría musa mía por verte nuevamente
aunque seas aparecida con tu mortaja adormecida
caminando lentamente junto mis pies cansados y lentos,
cunto daría por tenerte viva en estos días
de sinuosos trazos, entre espátulas, pinceles y poemas tardíos
cuanto daría a medida pasa el tiempo a contrapelo de las horas
poder ver las cosas sin pensar que ya no puedo amarte como antaño
revisar nuestras pisadas marcadas en las maderas
que pisamos día a día en busca de lo perdido
cuanto daría, me imagino, me imagino, pero me cansa imaginarte.
no es que no quiera cambiar las cosas sin regresarlas
para qué, para qué, si cambiadas no servirían
para qué tenerlas sin tenerlas a medida
tú que contemplas ese zorzal conquistando su zorzala
como ave que desea vivir en demasía.
La realidad de las horas que vivo, entre tardes enteras encerrado en mi cuadrado,
pensandso si debiera tomar los pinceles, o tomar el teclado y escribir y escribir,
o dejar que se escurran arreboles,
pues de solo pensnarlo me da desazón.
del libro EOLIA CIUDAD ESCONDIDA
parte de la vida, extraviada en cúmulos y flores
la convierten de vital ociosa en placentera
y revierten amapolas con mis rosas rojas casi negras
cultivadas lejos en el segundo piso entre nubes rojas .
Cuanto daría musa mía por verte nuevamente
aunque seas aparecida con tu mortaja adormecida
caminando lentamente junto mis pies cansados y lentos,
cunto daría por tenerte viva en estos días
de sinuosos trazos, entre espátulas, pinceles y poemas tardíos
cuanto daría a medida pasa el tiempo a contrapelo de las horas
poder ver las cosas sin pensar que ya no puedo amarte como antaño
revisar nuestras pisadas marcadas en las maderas
que pisamos día a día en busca de lo perdido
cuanto daría, me imagino, me imagino, pero me cansa imaginarte.
no es que no quiera cambiar las cosas sin regresarlas
para qué, para qué, si cambiadas no servirían
para qué tenerlas sin tenerlas a medida
tú que contemplas ese zorzal conquistando su zorzala
como ave que desea vivir en demasía.
La realidad de las horas que vivo, entre tardes enteras encerrado en mi cuadrado,
pensandso si debiera tomar los pinceles, o tomar el teclado y escribir y escribir,
o dejar que se escurran arreboles,
pues de solo pensnarlo me da desazón.
del libro EOLIA CIUDAD ESCONDIDA
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