Tiempo
De niña pensaba, que el tiempo dormía, día y noche llegaban a ritmo muy lento
las festividades se alargaban tanto, había que esperarlas, soplarles aliento.
en largos bostezos, el tiempo pasaba, en suaves vaivenes quimeras buscaba.
Tener más edad, ese fue mi sueño, transformar mi cuerpo de niña a mujer
y de pronto un día, sin darme yo cuenta, brotó la semilla y emergió el clavel.
ya no más muñecas, ya no más juguetes, no más gritos y brincos por doquier.
Calcé los tacones y cambié los sueños, otros escenarios, otro amanecer
el tiempo pasaba cada vez más pronto, cobijando otros sueños cada anochecer
De pronto observaba, que el tiempo marcaba, que dejaba huella, arrancando amores
algunos marchaban buscando otros mundos, dejando a sus padres, sus hijos, terruño
otros enfermaban, cambiando sus risas, por quejas, lamentos, dolores y angustias
Vi los que partían sin tener retorno, con la esperanza de un mundo alterno
cerrando los ojos, captaba el momento, pidiendo al Señor, ¡detener el tiempo!
Estaba consciente, que el tiempo a los viejos no los respetaba
surcaba su rostro con hondas arrugas, marcaba su cuerpo, encogía su alma
Dejaba en su camino, una triste estela de miradas lánguidas y de espaldas corvas
quitaba esperanzas, arrancaba sueños, y a cada momento su dicha truncaba
Entonces, deseé con el alma atrapar al tiempo y en una plegaria grité al firmamento
Detén tu carrera, ¡oh efímero tiempo! ¡Vuelve a tu andar lento!
De niña pensaba, que el tiempo dormía, día y noche llegaban a ritmo muy lento
las festividades se alargaban tanto, había que esperarlas, soplarles aliento.
en largos bostezos, el tiempo pasaba, en suaves vaivenes quimeras buscaba.
Tener más edad, ese fue mi sueño, transformar mi cuerpo de niña a mujer
y de pronto un día, sin darme yo cuenta, brotó la semilla y emergió el clavel.
ya no más muñecas, ya no más juguetes, no más gritos y brincos por doquier.
Calcé los tacones y cambié los sueños, otros escenarios, otro amanecer
el tiempo pasaba cada vez más pronto, cobijando otros sueños cada anochecer
De pronto observaba, que el tiempo marcaba, que dejaba huella, arrancando amores
algunos marchaban buscando otros mundos, dejando a sus padres, sus hijos, terruño
otros enfermaban, cambiando sus risas, por quejas, lamentos, dolores y angustias
Vi los que partían sin tener retorno, con la esperanza de un mundo alterno
cerrando los ojos, captaba el momento, pidiendo al Señor, ¡detener el tiempo!
Estaba consciente, que el tiempo a los viejos no los respetaba
surcaba su rostro con hondas arrugas, marcaba su cuerpo, encogía su alma
Dejaba en su camino, una triste estela de miradas lánguidas y de espaldas corvas
quitaba esperanzas, arrancaba sueños, y a cada momento su dicha truncaba
Entonces, deseé con el alma atrapar al tiempo y en una plegaria grité al firmamento
Detén tu carrera, ¡oh efímero tiempo! ¡Vuelve a tu andar lento!
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