Entrevista realizada a Manuel Sánchez por Aurora Prieto

Porque es conocido el poco público que tiene la poesía hoy en día, y lo difícil que va siendo encontrar  buenos poetas, Manuel, empezaré por preguntarte ¿ por qué la poesía?

Yo soy un escritor frustrado, de esos que equivocaron su profesión, y se encontraron haciendo algo por lo que no tenía ninguna pasión, cuando en realidad lo que me gustaba hacer era escribir. Aún así he escrito bastante: 16 libros en total, entre novela corta, cuento, ensayo, artículos de opinión y poesía. Pero de todas estas disciplinas la que nunca pude dejar de realizar, incluso mientras me dedicaba a las demás, fue la poesía. Y ahora contesto directamente a tu pregunta: la poesía es el medio en el que puedo expresar con más claridad y profundidad  lo que siento, y hacerlo por medio de golpes mentales que, cuando están acompañados del ingenio, persiguen directamente el placer. Ningún otro medio de escritura consigue en mi caso, ni de lejos, los objetivos que yo deseo.

¿ Desde cuándo escribes poesía?

Yo me puse a escribir poesía, después de leer un libro que me compró mi madre que se llamaba “Las mil mejores poesías de la lengua castellana”, libro que hoy en día se sigue reeditando con éxito. Pero sobre todo, después de que en el colegio, donde estudié el bachillerato, me invitasen a comprar otro libro, casi con el mismo título del anterior que se llamaba “Las mil peores poesías de la lengua castellana” escrito por Jorge LLopis. Ese fue el libro que me mostró lo que se puede hacer con ingenio, en este mundo de la poesía, y supuso para mí un descubrimiento mágico( tenía yo unos 15 años) naturalmente todo lo que escribí a esa edad y mucho tiempo después, es tan malo que me daría mucha vergüenza que alguien lo pudiese leer.


Me parece muy interesante saber de quienes has aprendido, cómo has evolucionado, por estas tierras nos fijamos mucho en los poetas españoles.  ¿ Cuales son tus fuentes poéticas, de dónde has bebido?


Quiero confesar que casi todo lo que he leído de poesía, y he leído mucho, ha sido poesía en castellano. Hay poetas a los que les he leído todo lo que han escrito: Lorca. Hernández, Machado….. De estos poetas tengo poemas aprendidos de memoria, entre los que destaca el que más me influyó  en mi primera época: Elegía, de Miguel Hernández. Después leí mucho la poesía popular de autores como Carlos de Luna. Sobre todo, de alguien que fue para mí un autentico ídolo: Rafael de león. Y por ahí me introduje en la poesía andaluza, que he seguido leyendo hasta hoy. Leí mucho a Rosales, a Cernuda. Pero el salto definitivo en mi biografía poética, el impacto absoluto e indescriptible se produce en mí al leer por primera vez a Gil de Biedma. Entonces comprendí que me había identificado con un tipo de poesía, un tipo de poesía que estaba por encima del resto: nunca había disfrutado tanto como leyendo aquella poesía.
Desde hace ya mucho tiempo, quizás treinta años, solo leo a poetas contemporáneos elegidos, aquí no diría nombres, pero sí que hay uno por el que tengo una especial atracción: Elsa López.


Seguramente habrás tenido dificultad para editar tus libros. No abundan los editores dispuestos a publicar la obra de nadie como no tenga un nombre acreditado. ¿ Qué te llevó a publicar tu obra?

Sin duda el deseo de contrastar las opiniones de otros. Hay que tener en cuenta que yo tenía un volumen muy grande de poesía escrito y no lo había leído nadie. También es cierto que si llego a saber que este libro, por el que me estás haciendo la entrevista, iba a seguir sin lectores, no lo hubiese editado. A lo que sí me quiero referir es al fenómeno Internet. Para mí Internet  ha sido, de verdad, la manera de llegar a un lector aficionado a la poesía. Se suele decir que la poesía solo es leída por poetas, y creo que, en términos generales eso es cierto. Por eso el nacimiento de foros de poesía en Internet donde puedes publicar y leer poesía de otros es un medio potentísimo para dar a conocer lo que haces. Tiene la enorme ventaja de saber que el que te lea es una persona interesada y supuestamente conocedora de esta disciplina literaria, y eso es un valor incuestionable.



Hace poco tuve la oportunidad de conversar con un escritor que apenas se había iniciado en esta lucha de la escritura y me decía que tenía serias dudas de que su forma de escribir gustase. ¿ Eres consciente de que tu poesía gusta?


Bueno, esto es difícil de contestar. Si uno se fija en los comentarios  que llegan de cualquier foro de poesía todo el mundo es un fuera de serie, y esto devalúa automáticamente cualquier opinión. A mí me cuesta mucho, en esas circunstancias, separar lo que es real de lo que pueda ser un cumplido. Puedo decir que, hoy en día, no tengo claro lo que representa mi obra poética para los demás. Además ¿ gustar?: creo que a uno le puede gustar cualquier cosa, una película un cuadro, un paisaje…..pero lo que a mí me garantiza la máxima valoración es el entusiasmo. Y eso, porque yo sé lo que es entusiasmarse leyendo un poema, y aspiraría a que a otros les pasase lo mismo con lo que yo escribo. Lo que sí suelo hacer es fiarme mucho más de aquellas opiniones de personas cuya obra y conocimientos me merecen mucho respeto, que me parecen buenos escritores y personas muy involucradas en este mundo. La verdad es que si me refiero a esas opiniones es para estar muy satisfecho. Ahora, también te tengo que decir que fuera de este ámbito a mi no me conoce nadie, y que los que me conocen no me leen.




Parece una opción practica la de ganar algún premio importante. Sé que tu opinión sobre los premios literarios no es muy buena. ¿Me puedes hablar sobre esto?



Sí, hay poco que decir. No creo en los premios literarios, más que como elemento publicitario. Mi experiencia es la de alguien que acude a leer la obra de un premiado y queda defraudado. Esto no significa que no haya premios con los que coincido, pero en general, para lo que creo que sirven, además de para hacer publicidad de alguien, es para demostrar la falta de imparcialidad, o en su caso la falta de nivel del certamen en cuestión. Ese es el motivo fundamental por el que no me presento a concursos.
El único premio que me gustaría recibir es aquel que se diera aun autor por su obra completa. Algo parecido al Óscar a toda una vida, y dado por una ingente cantidad de lectores. Ya sé que esto es imposible y por eso me permito bromear.


Tú sabes que ahora hay una tendencia a la abstracción. Manuel, creo que tu poesía es de esas que está pidiendo a gritos un desmenuce, un análisis que ahonde en sus características y en sus tripas. Háblanos un poco sobre tu poesía. ¿ Qué dirías de ella?

Esta pregunta es la que deben  responder los lectores, porque creo que tienen una idea mucho menos implicada que la que pueda tener yo de mi propia obra. Pero aquí de lo que se trata es de contestar a tus preguntas, y eso es lo que voy a hacer.
Mi poesía es una poesía que responde al tiempo que me ha tocado vivir. Es una poesía de la idea, no de la palabra. Pretende desarrollar un texto sencillo, con contenidos esenciales pero tratados de manera original. Es una poesía intimista que busca contactar con la parte común a todos los seres humanos, porque su pretensión es la de poder compartir su contenido. Y lo que busca es producir placer. Detrás de cada verso mío siempre hay una causa racional o sentimental, pero racionalizable. Normalmente son textos que tratan de colocar en papel situaciones poéticas de una vida cotidiana para alguien que se cuestiona casi todo lo que supone vivir. Me di cuenta enseguida que lo más difícil era escribir sencillo, y lo más fácil la abstracción. Y a partir de aquí intenté escribir la poesía que me gustaba leer. De sus característica técnicas, sí que creo que debería  hablar un especialista y no yo.

¿Después de este libro piensas editar más?

No sé. No lo creo. Yo no pretendo lucrarme con la poesía ( menos mal, porque sería imposible) y el que quiera leerme lo puede hacer en el foro de poesía  en el que actualmente publico que es La Revista Alaire.

Muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado, Manuel. Y te deseamos el éxito y el reconocimiento que mereces. A nosotros sí nos entusiasma tu poesía.

Muchas gracias a ti, Aurora.


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( CONTINUACIÓN, UN AÑO DESPUES)


Hola Manuel, otra vez tengo que agradecerte tu tiempo y tu amabilidad. Es un placer poder continuar aquella conversación que tuvimos el año pasado ¿ te acuerdas?  Esta vez tomándonos un café típicamente colombiano, pero, en esta ocasión,  en Madrid.
Te he citado en el café Gijón, porque conozco la tradición literaria de este café, y hablar de poesía aquí tiene un significado especial, ¿no te parece?

Sí, es verdad, entre estas paredes parece que hubiese resonancia, parece que se pueden escuchar las voces de tantos escritores como han pasado por aquí, y te sientes en cierta medida participe de una complicidad anónima. Sin duda va a haber algo que nos una a un pasado, cuando estemos charlando. ¡Bueno, a un pasado y a un presente también!, porque siguen viniendo aquí escritores, músicos, pintores, actores……la última tertulia con la que coincidí, y que tuve la ocasión de contemplar, era una en aquella mesa que está pegada a la puerta, la que da a la calle. Asistían con regularidad Manuel Alexander, Manuel Vicens, Rafael Azcona, y algún actor más cuyo nombre no recuerdo ahora, por ejemplo el que hacía de Algarrobo en la serie Curro Giménez.

Bueno, como decís vosotros: vamos al grano.
¿Manuel, que es para ti la belleza en poesía?

Para mí la belleza en poesía es una garantía de placer. No es la única causa que lo provoca, pero siempre lo provoca. Lo que deslumbra en un poema, es esa mano que consigue llegar a nuestra sensibilidad, tocarnos. La belleza es un concepto abstracto, que necesitamos para entendernos, para comunicar lo que nos pasa, que manejamos, como otros muchos, sin saber bien lo que es, pero que nos resulta indispensable para entendernos  con nosotros mismos y para entendernos con los demás.
Nunca he sabido si algo que me estremece, me estremece porque es bello, o es al contrario; llamo bello a aquello que consigue estremecerme.
Así que, al final, cuando dices ¡qué belleza!,  lo que estás diciendo es ¡cuánto me gusta!
A mí me atomiza ese tipo de belleza que tiene que ver con la idea sencilla, con el ingenio de una expresión bien construida, sin llamar demasiado la atención, hasta que uno descubre lo que hay dentro de la gramática, hasta que uno queda sorprendido por su contenido, lo ve nacer, lo hace suyo.
Y se puede explicar, pero sin tocarlo. Te pongo un ejemplo:
“ Te enviaré una canción
( se canta lo que se pierde)
con un papagayo verde
que la cante en tu balcón”
Esta estrofa de Antonio Machado, sucede en un autentico ámbito de sorpresa, de misterio. No se puede enviar una canción, ni cantar algo que no existe, y menos hacerlo teniendo como embajador a un papagayo en un balcón. Bueno, hablo de los tiempos de Antonio Machado; hoy en día se puede enviar una canción en un CD, o por Internet, etc. Pero en eso está el ingenio, y en mi caso el ingenio es belleza, sin duda ninguna.

¿Así que tú consideras que la poesía debe sorprender para que sea buena?

No, no , no he dicho eso. Hay poesía espléndida que te va llevando por donde tú quieres ir, que te va acercando al precipicio paso a paso, que te acompaña con sentimientos predecibles, y que lo hace de una manera íntima, pero con tal eficacia que uno no se da cuenta hasta que se ve convulsionado, triturado por un texto. Esta también es poesía buena, y bella. Lo que ocurre es que este tipo de poesía corre el peligro de recorrer una y otra vez los caminos de la vulgaridad, y eso es lo peor que le puede pasar a un escrito poético, a mi modo de ver.

He escuchado decir que no es necesario entender un texto poético para que aquello sea poesía y de la buena. ¿ que opinas?

Que eso lo suelen decir aquellos que carecen de genialidad y se esconden en el desbarajuste para crear la confusión en la lectura, aquellos que les resulta más fácil poner en el papel todo lo que se les ocurre sin cabeza ni pies, en lugar de tratar de encontrar al genio. Claro, es que esto último, es infinitamente más difícil.
Hay sin embargo un tipo de poesía honesto, que a mí sí me parece que puede producir belleza, y es ese que consigue por medio de la irracionalidad la asociación de ideas reales, identificables, capaces de situarnos en lugares poéticos y hacernos disfrutar. Pero me parece que esa creación debe ser intencionada, nunca casual, nunca fruto del azar: se puede conseguir que, por medio de expresiones sin sentido, el lector coloque su imaginación en lugares poéticamente ricos, pero eso exige un trabajo de lectura que depende en mucha más medida del propio lector.
Lo habitual, es que el que no sabe hacer otra cosa se dedique a ponderar esta forma de hacer poesía( a mi juicio algo que no es poesía)

Para una gran mayoría de lectores que se estrenan en la lectura de poesía, esta resulta indescifrable, y dicen eso de que “es que no la entiendo” ¿No crees que es una barrera para comenzar a familiarizarse con ella?

Creo que sí. Es muy útil que, en los comienzos, alguien nos oriente y nos diga lo que vamos a leer, de qué se trata. Nos explique lo que intenta decir el autor, si habla en primera, en segunda, en tercera, o en otra persona cualquiera. No toda la poesía es difícil de entender al principio, y si lo es, es porque mucha utiliza como recurso poético figuras poco habituales en el habla común ( aunque se manejan también en él) como, y básicamente, la metáfora. Pero, tanto al principio como después, una poesía se entiende mejor, y sobre todo se comparte mejor con el autor, cuando se sabe algo de ella antes de empezar a leerla.
No es lo mismo leer por primera vez La Elegía de Miguel Hernández, sin que se sepa por qué se escribe y en qué circunstancias, que si se conoce, cuándo escribe el autor la obra y en qué situación anímica lo hace.  También acerca mucho la poesía de un autor a cualquier lector si se conoce su biografía. De la misma forma, viene muy bien que se entienda la obra con el ritmo que ha querido imprimir su autor. Creo que en cuanto se comprenden estas cuestiones, la lectura de la poesía ya no resulta un problema, pero es cierto que para bastantes lectores, y al principio, tiene  como consecuencia un rechazo. Todo queda resuelto la primera vez que uno se entusiasma con un poema. Entonces, todo parece solucionado, y uno comprende el placer que puede producir la lectura de poesía. Lo que sucede es que desde entonces uno espera que toda la poesía le va a proporcionar ya placer, y eso es un error.

¿Qué poema te produjo a ti, por primera vez, esa sensación de la que me hablas?
Fue El Piyayo de José Carlos de Luna. No lo leí yo, lo escuche en la radio, tampoco sé quien lo recitó, pero lo hizo muy bien. Después, tiempo después, y aunque aún era yo pequeño, lo pude leer, y en casa me explicaron cual era la historia de ese personaje, y me terminé por aprender de memoria el poema.  

Manuel, para terminar por hoy, me gustaría pedirte algo que no hecho todavía: que me leas un poema tuyo. El que tú quieras, si puede ser uno que hayas escrito recientemente.

No sé si sabes que me estás poniendo en un aprieto, por varias razones, la más importante porque yo no leo nada bien poesía. ¿Y si lo lees tú misma?

No, no, yo lo que quiero es escucharte a ti.

Bueno, pues después no te quejes, eh!, porque te lo he advertido.
Si te parece te voy a leer el último poema que he escrito. Apenas hace unos días.
No le pondremos título, porque ya sabes que a mí no me gustan nada los títulos, si por mí fuera nunca pondría titulo aun poema.

Bien, dice así:

Entre el ruido hay  palabras que decirte,
calles sin fin que permanecen quietas.
Apunto está la vida de amañarme
y de echarse respuestas a la espalda.
No me despido nunca de nada ni de nadie,
pero es verdad que un día,
de esos que se detienen  al borde de las llamas,
habrá que despistarse
y terminar de ver a los que amamos.
En mi lugar,
un hombre habrá sentido
los galopes de un viento trasparente.
Pero el derrumbe nos mete tanto miedo,
y el goteo nos mete tanta prisa,
que no quedan  segundos  de ventaja
para poder cumplir con las estrellas.


Se acabó.
Ves como era verdad lo que te decía.


Otra vez gracias, Manuel. Ha sido un gusto compartir con tu palabra este café .

Lo mismo ha sido para mí.



                                                                        Madrid-2 de febrero- de 2016

Entre el ruido hay palabras que decirte,
calles sin fin que permanecen quietas.
Apunto está la vida de amañarme
y de echarse respuestas a la espalda.
No me despido nunca de nada ni de nadie,
pero es verdad que un día,
de esos que se detienen al borde de las llamas,
habrá que despistarse
y terminar de ver a los que amamos.
En mi lugar,
un hombre habrá sentido
los galopes de un viento trasparente.
Pero el derrumbe nos mete tanto miedo,
y el goteo nos mete tanta prisa,
que no quedan segundos de ventaja
para poder cumplir con las estrellas.

Muy interesante esta entrevista, en la cual podés mostrar lo que es la poesía para vos.
Muy bello el poema elegido para leer.
Besitossssssssssssss siempre, querido amigo Manuel

Bueno, este tipo de entrevistas pueden servir para contrastar ideas, y como tú dices, para ver lo que piensan los demás sobre un tema central en nuestras aficiones.
Un gran abrazo, Cecilia.

La verdad que muy interesante, es una de las cosas que dejamos de hacer por falta de visita de los foristas a otros espacios fuera de el foro poesía, una pena porque es muy lindo todo esto y se puede aprender de otra gente a través de su pensamiento.
Abrazos Manuel