SONETOS SIGLO XX
ANTONIO DOMINGUEZ POSADILLA:
No encontramos ninguna referencia biográfica suya. Sospechamos que pueda estar relacionado con CANARIAS. El soneto que nos deja RGG es el siguiente:
SONETO AL DRAGO DE ICOD
Acto de fe, en esperanza inmerso,
¿eres acaso el árbol de la vida?
O ¿Tal ves en tus vísceras anida
el alma vegetal del Universo?
Todo es vuelo ante ti, y tú, reverso
-tolva del tiempo- de esencial medida
de ave, luz, primavera fenecida,
como ésta que hoy se escapa de mi verso.
Quiero quedarme aquí, meta clavada,
yunque de aire, copa levantada
sobre el mar tenebroso de mi abismo.
Y pensar mientras gano mi ladera,
si no será la ciencia verdadera
vivir anclado así, fiel a sí mismo.
EXPONGO COMO CURIOSIDAD ETE INTERESANTE ARTÍCULO SOBRE EL DRAGO DE ICOD. En él también se recoge el soneto de autor
Introducción
El drago es una planta autóctona de Canarias, de la familia de las liláceas. Científicamente se le conoce con los nombres de: Dracoena Draco o Draco Palma Canariensis. Se encuentra con relativa abundancia en las Islas Canarias, aunque se mantiene el dilema de su exclusividad para las islas. En los últimos años el número de ejemplares ha aumentado considerablemente por su popularidad como planta ornamental y simbólica.
Se trata de un árbol de tronco grueso y con la copa llena de ramas espesas, cuyas hojas son ensiformes y se rematan en forma de espada. Sus flores son numerosas y pequeñas. Cada una consta de seis pétalos y su fruto es una baya amarillenta. La madera del drago es esponjosa y ligera.
La fama de este árbol deriva de su longevidad, pero especialmente de la resina o jugo que segrega este árbol de su tronco, que se condensa y adquiere el color de la sangre. A este líquido se le atribuyen muchas propiedades curativas. Ya los romanos conocían la sangre de Drago a la que llamaban “Cinnabaris” , según Plinio, y venían en busca de ella a las islas para usarla con fines medicinales. Debido a esto es por lo que quedan pocos ejemplares de gran edad ya que su savia ha sido extraída con fines medicinales, lo que ha producido el deterioro de la planta. Además, los guanches daban a este árbol un carácter totémico, es decir, consideraban al árbol como un fetiche protector.
Asimismo, en torno a este árbol rondan muchos mitos, siendo el más famoso el que identifica al árbol con el mítico dragón que guardaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides.
Cuenta el mito que más allá de las Columnas de Hércules (lugar que los griegos situaban en el Estrecho de Gibraltar) se encontraba el famoso Jardín de las Hespérides.
Las Hespérides eran siete, vivían en la Mauritania, aunque otras tradiciones míticas las sitúan en las Islas Canarias y cultivaban un Jardín magnífico, cuyos árboles cargados de manzanas de oro, excitaban la codicia de hombres y dioses. Estas manzanas se las había regalado Gea, la madre tierra, a Hera con motivo de su boda con Zeus. Un dragón con siete cabezas se encargaba de custodiar la preciada fruta y se hallaba en la entrada del jardín con los ojos siempre abiertos.
Euristeo le había ordenado a Hércules realizar Doce Trabajos y uno de ellos era robar las manzanas de oro. Hércules tuvo que sortear muchos peligros, pero lo peor fue enfrentarse al dragón que custodiaba el jardín. Tras una dura pelea logró matarlo y apoderarse de las manzanas de oro. La Hespérides le advirtieron que los dioses no lo permitirían y que las manzanas volverían a su lugar. Cuando Hércules llevó las manzanas a Euristeo, le comentó la advertencia hecha por las Hespérides, por lo que el astuto Euristeo se las regaló a Hércules como premio por su valor. Este inmediatamente se las llevó a la diosa Atenea que las restituyó en su lugar.
A las Hespérides también se les da el nombre de Atlántidas o Pléyades. Todas se casaron con dioses o héroes y después de su muerte fueron colocadas en el firmamento formando la constelación de las Pléyades.
En el Jardín de las Hespérides había un Dragón de la misma manera que en Icod hay un drago. Para entender esta relación tendríamos que remontarnos a la concepción antigua que tenían los dragones. Generalmente, en muchas mitologías mundiales aparecen como seres que guardaban o protegían doncellas, lugares o tesoros. Se le representa como un animal feroz, de fétido aliento, que lanza fuego por su boca.
Según el escritor isleño Juan Alvarez Delgado, el mítico dragón personifica una gran fuerza de la Naturaleza que se podría identificar en estas islas volcánicas con la fuerza de los volcanes, ya que esa gran fuerza de la Naturaleza sale de su cueva en las entrañas de la tierra y se reparte por toda ella, lanzando fuego y arrasándolo todo. Por ello, es posible que en esa mentalidad antigua que todo lo personificaba, surgiera el mito del Dragón en medio de una erupción volcánica, de modo que los navegantes griegos, que recorrieron nuestras costas, en las noches de erupciones volcánicas pudieron creer que veían al Dragón que se despertaba, lanzaba llamaradas y rugía defendiendo a las Hespérides.
Finalmente, ese Dragón mítico adquirió una plasmación real en el Drago de Canarias. A ello contribuyeron una serie de coincidencias, como por ejemplo, la existencia de la sangre de Drago, la forma y estructura de este árbol parece una serpiente con muchas cabezas ( al igual que la Hidra de Lerna), y es curioso ver como si se le corta una de las ramas al árbol, en ese lugar surgen unas diez más ( igual que a la Hidra).
El Drago de Icod de los Vinos es como un gigantesco dragón, que parece que estuviera vivo. Si se le pincha o hiere enseguida mana una sangre roja, intensa , medicinal. De ahí que se le relacione con el dragón de las múltiples cabezas que custodiaba el Jardín de las Hespérides en la mitología griega.
El Drago de Icod cuenta con algunas leyendas de origen guanche. Además, se dice que bajo este árbol se celebró la última reunión de los cuatro últimos menceyes guanches: Belicar de Icod, Romen de Daute, Pelinor de Adeje y Adjoria de Abona para acordar ajustar la paz con el Rey de España, con el fin de evitar un baño de sangre para su ya castigado pueblo.
Una de las leyendas más importantes sobre el Drago de Icod narra lo siguiente: Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo desembarcó en la playa de San marcos de Icod un mercader procedente de tierras mediterráneas en busca de “sangre de drago” (Se trataba de la savia de dicho árbol que por aquel entonces era un producto utilizado en algunos productos farmacéuticos).Cuando llegó a la playa sorprendió a unas jovencitas guanches que se bañaban solas en el mar siguiendo el rito tradicional. Inmediatamente comenzó a perseguirlas y logró apoderarse de una de ellas. La joven viéndose capturada intentó cautivar su corazón ofreciéndole manjares de la tierra. El navegante que venía en busca de la “sangre de Drago” y que traía en su imaginación el viejo *mito griego de las Hespérides, le pareció que los frutos que le ofrecía la joven eran las míticas manzanas del Jardín de las Hespérides. Mientras comía dando rienda suelta a sus pensamientos, ella aprovechó para escaparse, cruzó el barranco y se refugió en un bosque cercano. El la persiguió, pero de pronto se dio cuenta de que algo se interponía entre él y su presa: era un árbol, que majestuoso meneaba sus ramas como si de espadas se trataran. Su tronco se semejaba a una serpiente y en su interior se ocultaba la doncella guanche. El navegante, asustado, le lanzó al supuesto monstruo una flecha que al clavarse en el árbol hizo que de este brotara sangre líquida de Drago. Confundido y atemorizado huyó despavorido hacia el mar y rápidamente se subió a la barca y y comenzó a alejarse de la costa ya que estaba convencido de que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón.”
SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y CONDICIONES ACTUALES
El Drago de Icod es el más famoso y hermoso de esta especie. Siempre se le ha dado una edad milenaria, en torno a los tres mil años, pero recientes estudios hablan de edad centenaria. Mide alrededor de 25 metros de alto y 10 metros de perímetro de base. Su copa es enorme, con casi 300 ramas y un peso de unas 80 toneladas.
Supone el principal atractivo turístico de la ciudad de Icod de los Vinos, pues unas 6000 personas acuden diariamente a verlo, a fotografiarse y a maravillarse de la asombrosa monumentalidad del drago.
Los campesinos del lugar auguran el estado de las cosechas por la flor del árbol, ya que estos árboles actúan como auténticos relojes biológicos. Cuando florece por el sur, el invierno será lluvioso en la costa. Si lo hace por el norte, sólo lloverá en la montaña. En cambio, cuando florece toda la copa las lluvias serán generalizadas. En el año 1995 produjo una floración espectacular, pues las flores hicieron aumentar su peso en 2’7 toneladas, de donde nacieron decenas de miles de semillas. Esta floración estival anunció el final de uno de los peores períodos de sequía que se han conocido en Tenerife.
Actualmente, está rodeado de un hermoso parque: El Parque del Drago que se encuentra alrededor del importante conjunto patrimonial histórico-artístico de Icod. Tiene una extensión superior a las tres hectáreas y está repleto de plantas auctóctonas de nuestras islas. A lo largo de su recorrido se muestran los diferentes pisos bioclimáticos de Tenerife así como una huerta de plantas medicinales canarias, además de varias zonas etnográficas que representan diversas tradiciones de Icod de los Vinos. Desde el barranco de Caforiño se inicia un recorrido a través de espacios de laurisilva hasta llegar a la visión del Drago con el Teide de fondo. Después los diferentes caminos llevan a los distintos rincones del Parque. Un pequeño puente une las riveras de los citados barrancos. La mayoría de los senderos en el interior del parque se tienden a base de picón o tierra compacta bordeada con cantos de piedra.
EL ENTORNO DEL ÁRBOL EN EL SIGLO XXl
6 de septiembre de 1916, siendo Alcalde D. Francisco G Fajardo, el Ayuntamiento de Icod adquiere esta parcela donde está situado el Drago por la cantidad de nueve mil pesetas con el rescate de la propiedad del emblemático y milenarista DRAGO, , que se hace efectiva (verbalmente) después de la visita del General Primo de Rivera al “que nuestros paisanos le piden que en sus alrededores se haga un gran parque y que se declare nacional, lo que fue concedido en el acto, esperando que el rey prestara su aprobación “ que no llega hasta que las gestiones del alcalde, de entonces, Felipe Guzmán y, Domingo Martínez de la Peña, amigo de Ramón Feria, las hacen efectivas, “habiéndose adquirido por el Ayuntamiento, a Guillermina Fajardo y Carballo, la finca con el árbol por la cantidad de 9.000 pesetas según escritura que otorgo dicha señora ante el notario de esta Villa D. Ramón Feria y Concepción.
Sin embargo, la situación del entorno del árbol no siempre fue así. Los datos de los que disponemos nos indican que el árbol estaba en medio de una finca que pertenecía a Doña Guillermina Fajardo Carballo. Dicha finca se regaba con un chorro diario de 480 litros de agua.
En 1917 se le aplicó la ley de Parque Nacionales con el fin de que el célebre árbol dispusiera de un sitio más decoroso, después de haber sido declarado Sitio Nacional por el Gobierno.
El 30 de junio de 1919 pasa de ser propiedad del Ayuntamiento a ser de la Dirección General de Agricultura.
Fue en 1921 cuando el Ayuntamiento junto con el Ministerio de Fomento decide mejorar las condiciones de esta huerta, convirtiéndolo así en un pequeño parque cercado con una valla de hierro. En los años sucesivos se continúan las mejoras intentando abarcar las parcelas limítrofes y el Ayuntamiento decide derruir las viejas casas que lo rodeaban y deslucían.
El 19 de agosto de 1927 el Ayuntamiento solicita al Ministerio de Fomento que El Drago sea declarado “Monumento Natural de Interés Nacional”.
El 18 de octubre de 1928 se le hace esta petición de derribo al general Primo de Rivera con motivo de su visita a esta ciudad .
El 26 de julio de 1929 se solicita al Director General de Agricultura la cesión gratuita del Drago al Ayuntamiento así como de la casa y huerto donde se levanta con el fin de proceder al acondicionamiento adecuado del parque. Esta petición es concedida aunque con la condición de que ante cualquier obra que se realice sea con el informe previo de la Jefatura Agronómica de Tenerife.
El 21 de febrero de 1942 la Junta Insular de Turismo solicita un informe al Ayuntamiento sobre lugares en el municipio que puedan ser declarados monumentos de Interés Nacional. En marzo del mismo año. El Ayuntamiento contesta que las características y fama del Drago le hacen digno merecedor de este título, ya que en el preámbulo de Real Decreto del 28 de febrero de 1917 se cita al Drago como “una de las particularidades aisladas notables de la naturaleza que deben catalogarse en unión del Pino de las Tres Ramas, o por el simbolismo histórico con el árbol de Guernica”.
En los años siguientes se realizan las obras de acondicionamiento del parque, de modo que en febrero de 1944 se decide que para mayor ornato del lugar se deberían retocar algunas fachadas de las casas colindantes, dándoles aspecto canario. El Ayuntamiento decide colaborar con los propietarios de las mismas poniendo un cincuenta por ciento del coste de las reformas.
En enero de 1969 se incluye la figura del drago en el diseño del escudo oficial de la ciudad de Icod de los Vinos. El acta que recoge esta decisión dice lo siguiente en relación al drago: ……“En el segundo cuartel debe ostentar el milenario Drago, árbol sagrado y venerable, declarado sitio nacional por el Ministerio de Fomento, sobre el fondo de plata, por significar la plata la franqueza, la belleza artística, el agua y la paz sin sangre, que fue uno de los hechos históricos que se realizaron en Icod, al incorporarse esta isla a la corona de castilla en 1496….”
LA ENFERMEDAD DEL DRAGO DE ICOD
A finales de la década de los setenta se pone en entredicho la salud del Drago, a lo que en febrero de 1979 fuentes oficiales responden que el árbol no corre peligro y que además hay un proyecto de protección del mismo en colaboración con el Cabildo, con el fin de crear en todo su contorno un parque de flora canaria, alejando de su contorno la carretera que pasa por allí, para lo cual ya el Ayuntamiento ya ha adquirido los terrenos cercanos.
A principios de la década de los ochenta se descubre que el inmenso hueco interior del Drago alcanza cuatro metros de alto, tres de ancho y cuatro y medio de largo.
Ante esto, en 1985 el Ayuntamiento de la ciudad decide consultar a un prestigioso arbolista americano: Kenneth Allen sobre el estado actual de árbol.
Después de un examen de tres días, el científico señala la gravedad del estado del mismo, determina que el árbol tiene el tronco hueco, podrido y debilitado en los últimos años, indicando que existe una alta probabilidad de que pueda caer con una tormenta de vientos huracanados. Además, En la parte alta del tronco y en la base de las ramas hay principales hay un considerable número de heridas de origen desconocido, aunque afortunadamente, la podredumbre de estas heridas no es mucha. También hay pequeñas heridas en la base del tronco, seguramente producidas por el mal trato y el vandalismo, así como por la extracción de la “sangre de Drago” en tiempos pasados. Sin embargo, no se puede descartar que las heridas hayan sido producidas por enfermedades o ataques de insectos. En resumen, lo que es evidente es que las causas parecen ser diversas y complejas. Se le realiza entonces una limpieza de la madera y se instala en su interior un ventilador.
Al mismo tiempo presenta un proyecto de restauración o plan de conservación cuya idea principal es la construcción de un estructura artificial, metálica que actuaría de soporte de este árbol hueco y que evitaría la caída del árbol un día de fuerte tormenta.
También, el señor Allen hace algunas recomendaciones sobre otros aspectos exteriores del Drago, aunque lo más inmediato es evitar su derrumbe. Entre estas recomendaciones destacan:
En el interior del árbol:
– Quitar el cemento colocado en un proyecto de conservación anterior hace 45 años por un botánico vasco, ya que el cemento a la larga empeora la situación.
– Colocar una puerta de entrada, de tea.
– No herir las partes sanas del tronco.
– Colocar tubos de tierra para el crecimiento de las raíces aéreas interiores.
– Poner un ventilador eléctrico, pequeño y silencioso para evitar la humedad de la cueva interior, etc.
En el exterior del árbol:
– Retirar el jardín como mínimo un metro más, ya que el suelo alrededor del drago debería estar desprovisto de cualquier otra planta, debido a que el exceso de agua tiende a pudrir la planta.
– Alejar la carretera a una distancia considerable, intentando evitar dañar las raíces del árbol que crecen debajo de la misma carretera.
– Aclarar ligeramente en un futuro la copa del árbol, especialmente por la zona oeste, que está más densa, Para evitar el sobrepeso en el tronco ante la posibilidad de derrumbe. Proteger la corteza para evitar el contagio de enfermedades.
Esta información se contrasta con especialistas de la Facultad de Biología de la Universidad de la Laguna, a quienes el Ayuntamiento de Icod remitió el informe del arbolista norteamericano.
A partir de ese momento, tanto el Ayuntamiento como el Cabildo y el Gobierno de Canarias deciden que ha llegado el momento de actuar conjuntamente para salvar al Drago e iniciar una labor de conservación y adecuación del árbol y su entorno. Se realiza entonces un “trabajo topográfico del Drago de Icod de los Vinos y su entorno”, ordenado por la Consejería de obras públicas. Ordenación del territorio y medio ambiente, realizado por el topógrafo José González García Estrada, Ingeniero Técnico en Topografía en la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola de la Universidad Politécnica de las Palmas. La principal conclusión de este detallado y exhaustivo informe de la situación del Drago, es confirmar su delicado estado, a pesar de que su actividad vegetal es normal, ya que su principal soporte que es, evidentemente, el tronco, está muy deteriorado. Además, la pretensión de este informe es sentar las bases para iniciar las obras de reestructuración y mejora del futuro parque.
PROCESO PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL ACTUAL PARQUE DEL DRAGO
Se prepara entonces el proyecto para desviar la carretera C-820 que une Icod- Guía de Isora en el tramo que circunda el drago. La Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Agua proyecta iniciar las obras en febrero de 1988, desde el Tránsito a la Curva de Elías en Los Charcos, pero como consecuencia de haberse producido una movilización ciudadana y una fuerte discusión en las prensa y otros medios de comunicación en relación al impacto medio-ambiental de dicha zona, la consejería para el proyecto y solicita un informe a la Dirección General de Medio Ambiente sobre tales efectos negativos, para realizar las modificaciones oportunas con el fin de evitar la menor agresión al medio natural. Medio Ambiente muestra su disconformidad con el proyecto por parecerle bastante dañino para el paisaje de la zona, proponiendo desviar la posible carretera por la ladera oeste del barranco como alternativa, después de realizar el pertinente estudio.
Por otro lado, en 1984 sale a concurso la presentación de proyectos para posibles diseños de un futuro Parque del Drago. Se presentan alrededor de una treintena de proyectos. Hay un proceso de exposición pública y finalmente, gana el concurso uno de ellos. Concretamente, el del catedrático de Botánica de la Universidad de La Laguna Wilfredo Wildpret quien titula su trabajo “ El Parque Natural del Drago”. En 1994 se inician las obras para su realización.
Polémica en torno a la construcción del Parque Natural del Drago Pero muy pronto, en el verano de 1996, surgen las discrepancias, ya que los ecologistas y parte de la opinión ciudadana no están de acuerdo con un muro que se levanta para delimitar el Parque del Drago y el casco histórico de la ciudad, mientras que Ayuntamiento y los arquitectos que elaboraron el proyecto parecen totalmente de acuerdo. Además de TEA (Tagoror Alternativo Ecologista), en esta polémica intervienen de forma destacada la Coordinadora Pro-Defensa del Entorno de los Dragos y Furnias de Icod de los Vinos y la asociación de vecinos “Pelicar”.
Las posturas se presentan irreconciliables, ya que los ecologistas opinan que “el murallón impide la visión del drago milenario y es aberrante y atentatorio contra todos los fundamentos de la estética”.. Además “la lógica de la obra es obtener provecho económico de un bien público y al margen de la sensibilidad más elemental de todo el pueblo canario”.
Según los arquitectos, que no desean entrar en polémica, es sorprendente que las críticas hayan surgido cuando la obra está a punto de finalizar, cuando en el propio proyecto había quedado claro que la intención era “liberar ambos lados del barranco por donde giraba la antigua carretera, repoblando los terrenos del parque con plantas auctóctonas”….Asimismo “el futuro jardín temático se basa, por un lado, en la recuperación de los muros de sorriba y de las acequias, puesto que representa una colonización tradicional del territorio estrechamente ligada al valor paisajístico del barranco, y por otro lado, en la evolución del entorno más inmediato al drago a su primitiva condición de ladera hacia el cauce”. Sobre el polémico muro, el equipo afirma que actúa como un telón de fondo del parque, con el que se pretende separar y aislar el drago del tráfico rodado que circula por la calle aledaña y evitar la acción de los agentes contaminantes.
Según el Ayuntamiento, reconoce que “se han producido algunas variaciones en el proyecto inicial, dirigidas a respetar al máximo el entorno del drago, pero no fue hasta la construcción del muro cuando se produjeron las primeras protestas”. Reconoce que “lo más rechazable es la altura del muro”, pero también entiende que “ después de todos los procesos legales habidos hasta la fecha para hacer posible la ejecución del parque, el Gobierno Municipal no puede, desde el punto de vista moral ni legal, iniciar un procedimiento de expediente administrativo para su modificación, al menos hasta que no se culmine el Centro de Visitantes”. Además subrayó que “en este momento no podemos ceder a una presión que pueda empantanar las obras”. Por otra parte rechazó que “el muro tenga relación con el deseo de cobrar entrada, si bien no lo descartó ante la necesidad de contar con liquidez para el mantenimiento de un parque digno, controlado y seguro”. Aseguró que “lo que se pretende es cobrar el acceso al museo y no al parque. Además , el drago se sigue viendo desde el exterior del muro y lo único que desea esta corporación con estas iniciativas es la salud del drago milenario”.
En 1994 se crea el Comité Técnico del Drago que está compuesto por nueve especialistas: Aurelio Carnero, fitopatólogo del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias; Luisa Gallo, micóloga del ICIA; Lázaro Sánchez Pinto, biólogo del Museo de Ciencias Naturales; Juan Alberto Rodríguez, profesor de Ciencias Agrarias de la Universidad de La Laguna; Marino Fernández, químico del Centro Superior de Investigaciones Científicas y Arnoldo Santos, biólogo del Jardín de Aclimatación del Puerto de la Cruz.
EL PARQUE NATURAL DEL DRAGO
El Parque del Drago se encuentra alrededor del importante conjunto patrimonial histórico-artístico de Icod. Tiene una extensión superior a las tres hectáreas y está repleto de plantas auctóctonas de nuestras islas.
El recinto está limitado por lugares de gran interés botánico y por otros de gran contenido histórico. Se caracteriza por la incorporación a las plantas ya existentes, otras como : cardones, tabaibas, laurisilva, cocúferas endémicas… Además , se incorpora la ladera del barranco Caforiño, que recupera su flora en las terrazas que lo limitan. Un arroyo atraviesa el parque, como réplica de un naciente de los tantos que existían en Icod hace mucho tiempo. Todo el paisaje se halla presidido por dos símbolos de la identidad canaria: El Teide y El Drago de Icod.
A lo largo de su recorrido se muestran los diferentes pisos bioclimáticos de Tenerife así como una huerta de plantas medicinales canarias, además de varias zonas etnográficas que representan diversas tradiciones de Icod de los Vinos. Desde el barranco de Caforiño se inicia un recorrido a través de espacios de laurisilva hasta llegar a la visión del Drago con el Teide de fondo. Después los diferentes caminos llevan a los distintos rincones del Parque. Un pequeño puente une las riveras de los citados barrancos. La mayoría de los senderos en el interior del parque se tienden a base de picón o tierra compacta bordeada con cantos de piedra.
EL DRAGO DE ICOD Y LA INSPIRACIÓN LITERARIA
El Drago de Icod ha sido fuente de inspiración de muchos artistas, especialmente de poetas. Entre estos últimos destacan: Ismael Domínduez, Emeterio Gutiérrez Albelo, Abel Jorge García, Francisco del Toro Ramos, José Alvarez González, Luis Alvarez Cruz, Joaquín de Entrambasaguas, Antonio Domínguez Posadilla, etc,. quienes en sus poemas han ensalzado la figura e historia del Drago de Icod de los Vinos, consiguiendo con sus versos el reconocimiento, en algunos casos, de algún premio literario.
Releyendo este material literario, nos ha sorprendido este soneto del poeta Antonio Domínguez Posadilla:
SONETO AL DRAGO DE ICOD
Acto de fe, en esperanza inmerso,
¿eres acaso el árbol de la vida?
O ¿Tal vez en tus visceras anida
el alma vegetal del Universo?
Todo es vuelo ante ti, y tú, reverso
-tolva del tiempo- de esencial medida
de ave, luz, primavera fenecida,
como ésta que hoy se escapa de mi verso.
Quiero quedarme aquí, meta clavada,
yunque del aire, copa levantada
sobre el mar tenebroso de mi abismo.
Y pensar mientras gano mi ladera,
si no será la ciencia verdadera
vivir anclado así, fiel a si mismo.
Se distinguen en este poema dos partes bien diferenciadas. Por un lado, el elogio a la figura del árbol: firme y fuerte y por otro lado, el planteamiento del poeta si no será mejor vivir como el propio árbol fiel a si mismo.
Destacamos también este otro soneto del poeta Luis Alvarez Cruz:
TU ERES LA RAZA
Página muda, férvida, encendida,
símbolo de una raza y una gesta,
hoy que te exalta la votiva fiesta
un himno brota de una nueva herida.
Como el griego poeta amas la vida,
grave, austero señor de la floresta,
aunque vencer la muerte mucho cuesta,
luchó con tu soberbia y fue vencida.
El tiempo, esa inquietud que se renueva,
canta el milagro de tu sangre moza
en el poema de una vida nueva…
Y si a la muerte tu vejez se enlaza,
La gloria, justa, su perfil esboza.
¡Nunca muere el recuerdo de la Raza!
Destacamos en este poema la identificación del árbol con la raza guanche, incluso aunque el árbol muera permanecerá su recuerdo porque es la propia raza.
Hay otro poema de Joaquín de Entrambasaguas, dedicado al Alcalde icodense D. Julio Arencibia Montes de Oca, donde se alaba el hecho de que el árbol se reafirme ante el paso del tiempo
AL DRAGO
¡Qué ascensión vegetal hasta su frente
sobre el desnudo torso endurecido.
Neptuno del desierto, siempre erguido
con acerado y múltiple tridente!
¡Qué primavera eterna en ti se siente
por cada siglo a siglo sucedido.
Corona imperturbable en el olvido,
de esperanzado amor verdor luciente!
Huyendo de la tierra nos entregas
sólo tu árdua y gris melancolía,
para entregar tu lozanía llegas.
al cielo mismo en tu crecer sin día,
y al tiempo, con el tiempo, adusto, niegas,
cuando en él tu simetría.
Otro soneto es el del poeta José Alvarez González, donde nuevo con referencias clásicas, se hace alusión a su fortaleza y longevidad:
ANTE EL DRAGO ICODENSE
Drago longevo de talante augusto,
con firmeza granítica de roca!
¡Raro ejemplar que admiración provoca
mientras se yergue sobre el pie robusto!
Bajo un semblante de matiz adusto
curvada en leve sonreir su boca,
tu larga v¡ida los milenios toca,
cual si tú fueras un eterno busto.
Venerable y olímpico presides,
en tu solemne gravedad, las lides
del ingenio y del arte y le belleza.
Y al ver la corte juvenil y hermosa
tan cercana a tu trono, esplendorosa
brilla de gozo tu inmortal realeza.
Desde siempre, todos los poetas establecen una relación simbólica entre Teide, Drago y Cristo del Calvario. Así, por ejemplo, en este poema de Emeterio Gutiérrez Albelo, donde se identifica al Cristo del Calvario con el Drago por las heridas sangrantes que ambos presentan.
AL SANTÍSIMO CRISTO DE ICOD
Cristo de Icod, mi Cristo del Calvario,
dulce guardián del valle y sus alcores,
en tus heridas, drago milenario,
y Teide augusto, en tu explosión de amores.
Cristo de Icod, mi Cristo del Calvario,
el que alumbró la fe de mis mayores:
deja que hoy me acerque a tu santuario,
y, renovando todos mis fervores,
que mi canción hoy sea tu sudario,
que tu sostén, mis brazos pecadores,
y que mi pecho, roto, tu Sagrario…
Cristo de Icod, oculto y solitario,
en tus heridas, drago milenario,
y Teide augusto, en tu volcán de amores.
En versos de otro poema del mismo autor sobre el Cristo del Calvario queda patente de nuevo esta identificación, pero se añade la comparación del árbol con el cáliz divino:
El Drago por ti es una cáliz
elevándose hacia el cielo,
y como tú, en sus heridas,
canta un dolor de milenios.
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