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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 06 Mayo 2021, 10:42

    .



    .Sin embargo, no debes admirarte
    Que puedan los corpúsculos tan finos
    Empujar y volver a su albedrío
    Una mole tan grave como el cuerpo: 1230
    El viento así sutil y muy delgado
    Es poderoso para hacer que anden
    Las más disformes naves por las ondas:
    Por rápida que sea su derrota,
    Una mano tan sola las dirige,
    Y las vira doquier un timón solo.
    Por medio de poleas y de ruedas
    Las máquinas manejan y levantan
    Los pesos más enormes sin esfuerzo.
    .Para explicarte ahora cómo el sueño 1240
    Derrama por los miembros el descanso
    Y ahuyenta los cuidados de los pechos,
    Recurriré al encanto de los versos,
    Y no a su multitud. Así del cisne
    Los débiles acentos más regalan
    Las orejas que aquel cridar de grullas
    Que se llevan los aires. Pronta oreja
    Y un ánimo sagaz préstame ahora
    Para que no me niegues ser posible
    Lo que voy a decirte: no repruebes 1250
    Con obstinado pecho la evidencia:
    De tu ceguera cúlpate a ti mismo.
    .El sueño viene cuando el alimento
    Llega a descomponerse por los miembros;
    Y alguna de sus partes sale fuera
    Y otra se junta más y se condensa
    En lo interior del cuerpo; se desatan
    Y se aflojan entonces ya los miembros;
    Pues debemos al alma el sentimiento
    De que no puede el sueño despojarnos, 1260
    Sin que entonces nos fuera perturbada
    Y echada fuera el alma, aunque no toda,
    Pues yacería el cuerpo rodeado
    Con el eterno frío de la muerte:
    La más leve partícula de alma
    No quedara escondida por los miembros,
    Como el fuego tapado con ceniza,
    Que encendiera de nuevo el sentimiento
    De pronto por los miembros como fuego.
    Diré la causa de este nuevo estado, 1270
    Y cómo puede el alma perturbarse,
    Y el cuerpo desfallece lentamente:
    Haz que no azote el viento con palabras.
    .Como la superficie de los cuerpos
    El contacto del aire experimenta,
    Es preciso que sea sacudida
    Sin cesar por sus golpes repetidos.
    Razón por qué los seres casi todos
    Están cubiertos de pellejo, o cerda,
    O de conchas, o callos, o cortezas: 1280
    Y el aire respirado de continuo,
    Por medio de su flujo y su reflujo
    Los azota también interiormente.
    Así es chocado el cuerpo por los lados,
    Y este choque por medio de los poros
    Llegando a los primeros elementos
    La destrucción prepara poco a poco.
    Los principios del ánimo y del cuerpo
    Se trastornan de modo que una parte
    Del alma es arrojada, y otra queda 1290
    En lo interior del cuerpo recogida:
    Repartida en los miembros la tercera,
    No puede reunirse, ni su parte
    Alarga al movimiento de la vida,
    Porque ha cortado la naturaleza
    Las vías y conductos: huye al punto
    El sentimiento en medio del desorden.
    Y como el cuerpo ya no tiene apoyo,
    Todo él se debilita y descaece,
    Los brazos caen, los párpados se cierran, 1300
    Y quedan los jarretes aplomados.
    .Después de la comida viene el sueño,
    Porque el efecto que produce el aire,
    Ese mismo produce el alimento
    Cuando se va escondiendo por las venas;
    Y aquel sopor es mucho más profundo
    Que se sigue a la hartura, o la fatiga,
    Pues trastorna ésta más los elementos,
    Deja el alma encerrada por adentro
    Y la echa más copiosa y dividida, 1310
    Y la desune más entre sí misma.
    .Y aquello en que más uno se ha ocupado,
    Y en las cosas que más se ha detenido
    Y en que más atención hubiese puesto,
    Eso mismo en el sueño nos parece
    Hacer por lo común; los abogados
    Defienden causas, e interpretan leyes;
    Combates dan y asaltos los caudillos;
    Con los vientos se baten los pilotos;
    Yo mismo no interrumpo mi trabajo, 1320
    Y siempre busco la naturaleza,
    Y encontrada, a mi patria la declaro.
    .De este modo las otras facultades
    Y los estudios de ordinario ocupan
    En sueños a los hombres con engaños.
    .Y aquéllos que a los juegos de continuo
    Asisten muchos días de seguida,
    Los vemos casi siempre, aun cuando deje
    La diversión de herir a sus sentidos,
    Conservar en sus almas paso franco 1330
    Por do puedan los mismos simulacros
    Introducirse; y los objetos mismos
    Por muchos días se les representan:
    Aunque despiertos ven los danzarines
    Meneando sus miembros diestramente
    Y oyen la consonancia de la lira,
    Y el lenguaje suave de las cuerdas;
    Ven el mismo concurso, y ven la escena
    Que brilla con adornos variados.
    La inclinación, el gusto y la costumbre 1340
    Tanto influyen en hombres y animales.
    .Como que los caballos animosos,
    Sepultados sus miembros en el sueño,
    Los verás en sudor todos bañados
    Y resoplar y hacer esfuerzos grandes,
    Soñando así como si disputaran
    Sobre la palma, abiertas las barreras.
    .También los perros de los cazadores
    Durante el blando sueño de repente
    Sus pies agitan, ladran y a menudo 1350
    Oliscar se les ve cual si tuvieran
    El rastro de la caza descubierto;
    Y volviendo del sueño continúan
    Persiguiendo los vanos simulacros
    De los ciervos que huyendo se figuran,
    Hasta que en sí volviendo, el error dejan.
    .Mas el perro leal y cariñoso
    Que vive con nosotros en la casa,
    Sacude en un instante el leve sueño
    Que sus ojos velaba, y se levanta 1360
    Listo como si viera cara nueva
    Y rostro sospechoso: porque inquietan
    Los simulacros tanto más en sueños
    Cuanto sus elementos son más rudos.
    .Las varias aves huyen, al contrario,
    Y agitando sus alas, al momento
    Se acogen a los bosques de los dioses,
    Por la noche, si en blando sueño vieron
    El gavilán sobre ellas arrojarse
    Y con rápido vuelo perseguirlas. 1370
    A la verdad que grandes movimientos
    Agitan a las almas de los hombres:
    Proyectos vastos forman y ejecutan;
    Soñando hacen los reyes prisioneros;
    Esclavos son en sueños de los mismos;
    Un combate se sigue a otro combate;
    Claman como si allí los degollaran;
    Muchos bregan y gimen doloridos
    Y como si pantera o león fiero
    Los hicieran pedazos a bocados, 1380
    Así llenan el aire de chillidos:
    Muchos tratan negocios importantes,
    Y su acción declararon muchas veces;
    Otros. en sueños ven venir la muerte;
    Creyendo dar con todo el cuerpo en tierra
    Desde elevados montes arrojados,
    Con gran congoja se despiertan muchos,
    Y a duras penas vuelven en sí mismos
    Con tanta agitación como han tenido:
    Un sediento también a par de un río 1390
    O de una fuente amena está sentado,
    Y se quiere beber el agua toda;
    De ordinario, dormidos los muchachos
    Al lado de un servicio o meadero
    Para orinar creen alzar la ropa,
    Inundando las telas exquisitas
    Que hizo para su cama Babilonia.
    .Mas los que sienten por la vez primera
    La juventud lozana cuando el tiempo
    El semen por los miembros desenvuelve, 1400
    Se les ofrecen muchos simulacros
    De cualquier cuerpo en sueños mensajeros
    De un rostro hermoso, fresco y agraciado,
    Que provocan el órgano atestado
    De semilla abundante; y así como
    Hubieran penetrado muchas veces,
    El santuario del placer, arrojan
    Chorros de semen que los contaminan.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 07 Mayo 2021, 02:46

    .



    .Bulle en nosotros, como dije, e1 semen
    Cuando la juventud nos robustece: 1410
    Cada órgano es movido y provocado
    Por el objeto propio: humana imagen
    El órgano prolífico conmueve;
    Cuando de sus depósitos se sale
    El semen esparcido por el cuerpo,
    Y se junta en los nervios destinados
    Y penetra de pronto el mismo sitio
    Engendrador, se atiesan los conductos,
    Quiere arrojarlo la naturaleza
    Do el bárbaro deseo se encamina: 1420
    Y el alma se dirige a aquel objeto
    Que la hirió con sus flechas amorosas:
    Todos salen heridos del combate
    Y los tiros asestan hacia aquélla
    Que hiriéndonos se dio ella por vencida,
    Y el mismo vencedor ensangrentado
    En medio de su triunfo se presenta.
    .Así, pues, a quien Venus ha llagado,
    Ya tomando los miembros delicados
    De un muchacho, o haciendo que respire 1430
    Una mujer amor por todo el cuerpo,
    Se dirige al objeto que la hiere,
    Impaciente desea a él ayuntarse
    Y llenarle de semen todo el cuerpo:
    El deleite presagia la ansia ciega:
    Ésta, pues, es la Venus que tenemos,
    De aquí el nombre de amor trajo su origen,
    De aquí en el corazón se destilara
    Aquella gota de dulzor de Venus
    Que en un mar de inquietudes ha parado: 1440
    Porque si ausente está el objeto amado,
    Vienen sus simulacros a sitiarnos
    Y en los oídos anda el dulce nombre.
    .Conviene, pues, huir los simulacros,
    De fomentos de amores alejarnos,
    Y volver a otra parte el pensamiento,
    Y divertirse con cualquiera objeto;
    No fijar el amor en uno solo,
    Pues la llama se irrita y se envejece
    Con el fomento, y el furor se extiende 1450
    Y el mal de día en día se empeora.
    Si no entretienes tú con llagas nuevas
    Las heridas que te hizo amor primero,
    Y haciéndote veleta en los amores
    No reprimes el mal desde su origen
    Y llevas la pasión hacia otra parte.
    .Las dulzuras de Venus no renuncia
    Aquél que huye de amor: por el contrario,
    Coge sus frutos solo sin disgusto.
    Gozan siempre las almas racionales 1460
    De un deleite purísimo y seguro,
    Mejor que los amantes desgraciados,
    Que al mismo tiempo de gozar fluctúan
    Sobre el hechizo de su amor incierto.
    No saben do fijar ojos y manos;
    Aprietan con furor entre sus brazos
    El objeto primero que agarraron,
    Le molestan muchísimo, y sus dientes
    Clavan cuando le besan en los labios,
    Porque no tienen un deleite puro; 1470
    Secretamente son aguijoneados
    A maltratar aquel objeto vago
    Que motivó su frenesí rabioso:
    Pero Venus mitiga los dolores
    Gozando del amor suavemente,
    Y con blando placer las llagas cura.
    .Pues los amantes tienen esperanza
    De que aquel mismo cuerpo que ha inflamado
    Su pecho en amor ciego, puede él mismo
    Apagar el incendio que ha movido; 1480
    Pero se opone la naturaleza:
    Y es la única pasión de cuyos goces
    Con bárbaro apetito se arde el pecho;
    Pues el hambre y la sed se satisfacen
    Fácilmente por dentro repartidos
    Bebidas y alimentos en los miembros,
    Y se pueden pegar a ciertas partes.
    Pero un semblante hermoso y peregrino,
    Sólo deja gozar en nuestro cuerpo
    Ligeros simulacros que arrebata 1490
    Miserable esperanza por los aires.
    Así como un sediento busca en sueños
    El agua ansiosamente, y no la encuentra,
    Para apagar el fuego de su cuerpo,
    Y sólo da con simulacros de agua,
    Y con vana fatiga de sed muere
    Bebiendo en un río caudaloso;
    Del mismo modo engaña a los amantes
    Venus con simulacros: ni la vista
    De un cuerpo hermoso hartura puede darlos, 1500
    Ni quitar de sus miembros delicados
    Alguna parte pueden con sus manos
    Que inciertas manosean todo el cuerpo.
    .En fin, cuando sus miembros enlazados
    Gozan el fruto de la edad florida,
    Cuando el cuerpo presagia los contentos
    Y a punto Venus de sembrar los campos,
    Los amantes agárranse con ansia,
    Y juntando saliva con saliva
    El aliento detienen apretando 1510
    Los labios y los dientes; pero en vano,
    Porque de allí no pueden sacar nada
    Ni penetrar ni hacerse un mismo cuerpo;
    Al parecer son estos sus intentos;
    Venus los junta con ansiosos lazos
    Cuando en el seno del placer sus miembros
    En licor abundante se derriten
    Conmovidos en fuerza del deleite;
    En fin, cuando la Venus recogida
    De los nervios saltó, por un momento 1520
    El ardor violento se amortigua
    Vuelve después con más furor la rabia,
    Buscando sin cesar tocar el blanco
    De sus deseos; pero no hallan medio
    Con que puedan triunfar de su desgracia:
    ¡Tan ciega herida errantes los consume!
    .Agrega a los tormentos que padecen
    Sus fuerzas agotadas y perdidas,
    Una vida pasada en servidumbre,
    La hacienda destruida, muchas deudas, 1530
    Abandonadas las obligaciones,
    Y vacilante la opinión perdida:
    Perfumes y calzado primoroso
    De Sición, que sus plantas hermosea:
    Y en el oro se engastan esmeraldas
    Mayores y de verde más subido
    Y se usan en continuos ejercicios
    De la Venus las telas exquisitas,
    Que en su sudor se quedan empapadas:
    Y el caudal bien ganado por sus padres 1540
    En cintas y en adornos es gastado:
    Le emplean otras veces en vestidos
    De Malta y de Scio: le disipan
    En menaje, en convites, en excesos,
    En juegos, en perfumes, en coronas,
    En las guirnaldas, pero inútilmente;
    Porque en el manantial de los placeres
    Una cierta amargura sobresalta,
    Que molesta y angustia entonces mismo;
    Bien porque acaso arguye la conciencia 1550
    De una vida holgazana y desidiosa
    Pasada en ramerías; o bien sea
    Que una palabra equívoca tirada
    Por el objeto amado, como flecha,
    Traspasa el corazón apasionado
    Y toma en él fomento como fuego;
    O bien celoso observa en sus miradas
    Distracción hacia él mirando a otro,
    O ve en su cara risa mofadora.
    .Si en el amor feliz hay tantas penas, 1560
    Innumerables son las inquietudes
    De un amor desgraciado y miserable:
    Se vienen a los ojos tan de claro,
    Que es mejor abrazar, como he enseñado,
    El estar siempre alerta, y no dejarse
    Enredar en sus lazos; pues más fácil
    Es evitar las redes, que escaparse
    Y de Venus romper los fuertes lazos
    Cuando el amor nos tiene ya prendidos,
    .Y aunque fueras cogido y enredado 1570
    Podrías evitar el infortunio
    Si tú mismo no fueras a buscarle;
    Si primero los ojos no cerraras
    Sobre todos los vicios de su alma
    Y sobre los defectos corporales
    De aquel objeto por quien sólo anhelas:
    Ciega por lo común a los amantes
    La pasión, y les muestra perfecciones
    Aéreas; porque vemos que las feas
    Aprisionan los hombres de mil modos, 1580
    Y hacen obsequio grande a las viciosas:
    Y unos de otros se burlan y aconsejan
    El aplacar a Venus mutuamente
    Que los aflige con amor infame:
    Si es negra su querida, para ellos
    Es una morenita muy graciosa;
    Si sucia y asquerosa, es descuidada;
    Si es de ojos pardos, se asemeja a Palas;
    Si seca y descarnada, es una corza
    Del Ménalo; si enana y pequeñita, 1590
    Es una de las gracias, muy salada;
    Si alta y agigantada, es majestuosa,
    Llena de dignidad; tartamudea
    Y no pronuncia bien, es un tropiezo
    Gracioso; taciturna, es vergonzosa;
    Colérica, envidiosa, bachillera,
    Es un fuego Vivaz que no reposa;
    Cuando de puro tísica se muere,
    Es de un temperamento delicado;
    Si con la tos se ahoga y desfallece, 1600
    Entonces es beldad descaecida;
    Y si gorda y tetuda, es una Ceres,
    La querida de Baco: si chatilla,
    Es silla de placer; ¡nadie podría
    Enumerar tan ciegas ilusiones!





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 08 Mayo 2021, 03:33

    .



    .Pero demos que sea ella un hechizo
    Y que la haya agraciado Venus misma;
    No faltan en el mundo otras hermosas,
    Y sin ellas pasamos. La hermosura
    A las mismas miserias está expuesta, 1610
    Y a las mismas flaquezas que la fea;
    Tenemos evidencia: y la infelice
    Por su hedor insufrible se sahúma,
    De la cual huyen mucho sus doncellas,
    Y a escondidas dan grandes carcajadas.
    .Llorando, empero, el despedido amante
    Muchas veces adorna los umbrales
    Con flores y guirnaldas, derramando
    Perfumes en los postes altaneros,
    Y da en las puertas besos infelices; 1620
    A quien si ya una vez introducido
    Un ligero olorcillo molestara
    Al entrar en la casa buscaría
    Al punto algún pretexto de alejarse;
    Se olvida de las quejas elocuentes
    Tanto tiempo pensadas, y se acusa
    De mentecato por haber supuesto
    En aquella mortal más perfecciones
    Que és justo conceder: muy bien lo saben
    Nuestras diosas: ocultan por lo mismo 1630
    Estas flaquezas de la vida a quienes
    Desean sujetar de amor con grillos:
    Muy necias son en esto; porque puedes
    Correr el velo a todos sus misterios,
    E informarte de todos sus secretos:
    Y si es de buena índole y modesta,
    A mal no llevará que tú igualmente
    Veas y observes la miseria humana.
    .No siempre la mujer con amor falso
    Suspira: cuando el cuerpo de su amante 1640
    Contra su seno aprieta entre sus brazos;
    Cuando sus labios húmedos imprimen
    Besos que fluyen el deleite, entonces
    Su amor es verdadero, y deseosa
    De gozar el placer común a entrambos,
    Le incita a que concluya la carrera
    Del amor: no podrían de otro modo
    Las aves, los ganados y las fieras
    Y yeguas a los machos ayuntarse,
    Si las hembras calientes no estuvieran, 1650
    Sin ellas no excitaran los hervores
    Del placer esta dulce resistencia
    Tan favorable a la caliente Venus.
    .¿Por ventura no ves también aquéllos
    Que un deleite recíproco ayuntara
    En mutua ligadura atormentados?
    ¿Y queriendo los perros desligarse,
    En las encrucijadas muchas veces
    Cada uno tira mucho por su parte
    Cuando los tiene Venus aún pegados 1660
    Con fuertes ataduras? No lo harían
    Si no fueran comunes los contentos
    Que en aquel dulce lazo los unieron,
    Teniéndolos a entrambos en prisiones
    Sólo el placer recíproco es deleite.
    .Y por fortuna en el ayuntamiento,
    Cuando ordeñó con suma ligereza
    Y el viril semen embebió la hembra,
    Al padre o a la madre se parecen
    Los hijos, en razón que dominare 1670
    El semen de uno u otro; y si de entrambos
    Fueren los hijos un retrato vivo,
    De la sangre más pura de sus padres
    Fueron formados, cuando las semillas
    Excitadas por Venus en los miembros
    El recíproco ardor equilibrara,
    Y con igual influjo concurrieron.
    A las veces sucede parecerse
    A los abuelos, o a los bisabuelos,
    Porque encierran los padres de ordinario 1680
    En su cuerpo muchísimos principios
    Que, de padres a hijos transmitidos,
    Vienen de un mismo tronco: después Venus
    Varía las figuras, y remeda
    El semblante, la voz y los cabellos
    De los abuelos, porque son formadas
    Aquestas partes de nosotros mismos
    No menos que la cara, cuerpo y miembros
    De germen fijo. Y la viril semilla
    En producir el sexo femenino 1690
    Influye, y los varones engendrados
    Son del materno semen; porque el hijo
    Resulta siempre de las dos semillas,
    Y aquel a quien el hijo más saliere
    Suministró más parte de elementos,
    Como en varones y hembras verlo puedes.
    .No impiden a ninguno las deidades
    El propagar su especie, y que le llamen
    Padre sus dulces hijos; o que vivan
    En un perpetuo estéril himeneo, 1700
    Como lo creen muchos, y afligidos
    Las aras bañan de copiosa sangre
    Y llenan de presentes los altares
    Para que con raudales de semilla
    Empreñen sus mujeres: pero en vano
    A los dioses y oráculos fatigan.
    Estériles se quedan las mujeres
    Cuando el semen es fluido o espeso
    Con extremo: muy fluido no puede
    Fijarse en los parajes destinados, 1710
    Se corre y se derrama en el momento;
    Muy espeso, su misma consistencia
    No le deja saltar bastante lejos
    Y penetrar los sitios igualmente,
    O penetrando en ellos, con el semen
    De la mujer no es fácil se entrevere.
    .Porque en efecto, hay mucha diferencia
    Por la organización en las uniones,
    Y unos mejor empreñan unas que otras,
    Y muchas fueron antes infecundas 1720
    En varios himeneos, y no obstante
    Llegaron a tener un buen marido
    Que supo fecundarlas, y quedaron
    Enriquecidas con sabrosos hijos:
    Y después de infinitos matrimonios
    Infructuosos, encontraron otros
    Apoyos de vejez con nueva esposa:
    Tan esencial es la correspondencia
    De la organización en los esposos,
    Para poder unirse las semillas 1730
    Con las que tengan más analogía
    Y adquieran la precisa consistencia.
    .Es preciso también ser circunspecto
    Sobre la calidad del alimento,
    Pues se espesan los sémenes con unos,
    Con otros se atenúan y disuelven.
    También debe observarse la manera
    De tratar a la misma dulce venus;
    Pues como los cuadrúpedos se ayuntan
    Muchos son de opinión que los esposos 1740
    Deben hacerlo, porque de este modo
    Pueden las partes recibir el semen
    Echando el pecho y levantando el lomo.
    .No conviene que hagan las esposas
    Movimientos lascivos, porque impiden
    Hacerse la mujer embarazada
    Cuando con los meneos de las nalgas
    La venus del varón estorba inquieta
    Y da oleadas con el tierno pecho;
    La reja del arado echa del surco, 1750
    Y el chorro seminal quita del sitio.
    Por utilidad propia las rameras
    Tuvieron la costumbre de moverse,
    Por no hacerse preñadas con frecuencia
    Y porque al mismo tiempo los varones
    Tuviesen una venus más gustosa:
    Mas la honesta mujer no las imite.
    .No es preciso el auxilio de los dioses
    Ni las flechas de Venus para amarse.
    A veces la más fea mujercilla, 1760
    Su conducta, su agrado su limpieza,
    Sus artificios inocentes hacen
    Que se acostumbre el hombre fácilmente
    A vivir en su trato y compañía,
    Porque engendra cariño el mucho trato:
    Golpes reiterados, aunque leves,
    Al cabo de años triunfan de los cuerpos
    Más sólidos. ¿No observas que las gotas
    De la lluvia que caen sobre las peñas
    Después de mucho tiempo las socavan? 1770





    (Fin del Libro IV)




    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 09 Mayo 2021, 04:11

    .



    Libro V


    .¿Quién con robusto pecho cantar puede 1
    Según la majestad de los objetos
    Estos descubrimientos asombrosos;
    O quién tan elocuentes labios tiene
    Que pueda celebrar las alabanzas
    Según merece aquel sublime genio
    Que nos dejó los frutos de su mente?
    Nadie que mortal cuerpo haya tenido;
    Porque, si como exige la grandeza
    De los descubrimientos de las cosas 10
    Es preciso que hablemos de las mismas,
    Un dios fue aquél, un dios, ínclito
    Memmio, Que primero inventó aquel plan de vida
    Que hoy de sabiduría tiene nombre,
    Haciendo que por medio de este arte
    Sucediese la calma a las tormentas,
    Y a las tinieblas una luz hermosa.
    .Los inventos antiguos de otros dioses
    Compara tú con éstos: porque dicen
    Haber a los mortales enseñado 20
    Ceres el modo de coger los frutos
    Y el zumo de la vid el padre Baco;
    Pudiéndose vivir sin estos dones,
    Como cuentan que viven al presente
    Muchas naciones: pero sin virtudes,
    Vivir no se podría felizmente:
    Tenemos, pues, justísimos motivos
    De ser un dios para nosotros éste
    Cuyos dulces consuelos extendidos
    Por todas las naciones de la tierra 30
    Los ánimos halagan en sus cuitas.
    .Estás muy engañado si presumes
    Que los trabajos de Hércules le exceden;
    ¿Pues, qué daño al presente nos harían
    Aquella boca del león nemeo Anchurosa,
    y las cerdas erizadas Del jabalí de Arcadia?
    ¿qué podrían De Creta el toro, y la lernea plaga
    De la hidra atrincherada de serpientes
    Ponzoñosas? o ¿qué de los tres cuerpos 40
    Del enorme Gerión se nos daría?
    ¿Y acaso los caballos de Diomedes,
    Cuyas narices fuego resollaban
    Allá cerca del Ísmaro en la Tracia
    Y en las Bistonias costas nos dañaran?
    ¿Qué las aves de Arcadia con sus garras,
    Del Estínfalo horribles moradoras?
    ¿Qué daño, en fin, hiciera el guardián fiero
    Del jardín y fulgentes pomas de oro
    De Hespérides, aquel dragón furioso 50
    Que vibraba amenazas de sus ojos,
    Y cuyo enorme cuerpo el rico tronco
    Con roscas y más roscas abrazaba
    Del océano Atlántico las playas
    Y cerca de aquel mar inaccesible
    Sobre el cual nunca osaron exponerse
    Ni romanos ni bárbaros? ¿qué hicieran,
    Aunque se viesen monstruos semejantes
    Y el mundo no estuviera limpio de ellos?
    No causarían daño, según pienso; 60
    Ahora hierve la tierra todavía
    En alimañas, y el espanto reina
    Por los bosques, y selvas y montañas;
    Podemos evitarlas sin embargo.
    .Pero si no tenemos limpio el pecho,
    ¡Qué combates tan recios sostendremos!
    Y a pesar nuestro, entonces, ¡cuántos riesgos
    Tenemos que vencer! ¡de qué inquietudes,
    De qué cuidados y de qué temores
    No es desgarrado el corazón del hombre 70
    Que se entrega sin freno a sus pasiones!
    ¡Cuántos estragos hacen en su alma
    Orgullo, obscenidad y petulancia!
    ¡Cuántos el lujo y la desidia torpe!
    Así el que a todos estos enemigos
    Hubiera sujetado, y de su pecho
    Los hubiese lanzado con las armas
    De la razón tan sólo, ¿no debemos
    Colocar este hombre entre los dioses?
    ¿Qué diremos si en términos divinos 80
    Su lengua desató este mismo sabio
    Para hablar de los dioses inmortales
    Y para descubrir a nuestros ojos
    De la naturaleza los misterios?
    .Entrando yo en la senda que me he abierto,
    Proseguiré enseñándote las leyes
    Que hacen que todo ser tenga su límite
    Según su formación, y que no pueda
    Pasar jamás los límites prescritos
    A su duración propia: pues habiendo 90
    Probado nace el alma con nosotros,
    Que no puede durar eternamente,
    Que no son más que vanos simulacros
    Las fantasmas, imágenes de muertos,
    Que creemos en sueños ver nosotros:
    Y el orden mismo de mi objeto ahora
    Me conduce a tratar del nacimiento
    Del mundo y de su término postrero;
    Y también a explicarte de qué modo
    Los átomos unidos han formado 100
    La tierra, el cielo, el mar, el Sol, los astros,
    Y el globo de la Luna: qué animales
    Ha parido la tierra, y cuáles nunca
    Pudieron existir: y por qué encanto,
    Variando los hombres las palabras
    Entre sí, establecieron el comercio
    De las ideas; cómo se introdujo
    Aquel miedo a los dioses en los pechos
    Que en todos los países de la tierra
    Conserva templos, lagos, bosques, aras, 110
    Y las santas estatuas de los dioses.
    .Explicaré las leyes que ha prescrito
    Del Sol al curso la Naturaleza
    Y a las revoluciones de la Luna;
    Para que no creamos falsamente
    Que por un espontáneo movimiento
    Eternamente ruedan estos astros
    Tan obsequiosos entre cielo y tierra,
    Para acrecentamiento de los frutos
    Y de los animales: o que sea 120
    A los dioses debido en cierto modo
    El período de sus revoluciones:
    Porque los que estuvieren persuadidos
    Del descuido en que viven las deidades,
    Si no obstante se admiran de las causas,
    Aun de las naturales apariencias
    Que se observan encima de nosotros
    En la región etérea, nuevamente
    Caen en su inveterado fanatismo
    Y nos ponen tiranos inflexibles, 130
    A quienes para colmo de miseria
    Conceder un poder ilimitado,
    Por no saber qué cosa existir puede,
    Cuál no puede, y los límites precisos
    Que ha señalado la Naturaleza,
    En fin, a la energía de los cuerpos.
    .Yo no ignoro cuán nueva e increíble
    Es la opinión de que la tierra y cielo
    Se acabarán, y cuán difícil sea
    Para mí convencer a los mortales 140
    De una verdad que hasta ahora no ha llegado,
    A sus oídos; que por otra parte
    No pueden a la vista sujetarla
    Ni al tacto, los dos únicos caminos
    Que a la evidencia guían hasta el templo
    Del espíritu humano: sin embargo,
    Yo romperé el silencio: la experiencia
    Vendrá quizá en apoyo de mi aserto;
    Verás quizá dentro de poco tiempo,
    Agitado de horribles terremotos,
    150 Todo el orbe en ruinas convertido.
    Aleje de nosotros el destino
    Desastre semejante; el raciocinio
    Convénzanos más bien que la experiencia
    De que es posible se hunda todo el Globo
    Con un fragor horrísono deshecho.
    .Antes de que yo empiece a revelarte
    Los decretos del hado más sagrados
    Y mucho más seguros que no aquéllos
    Que pronuncia la Pitia coronada 160
    De laurel en la trípode de Apolo,
    Quiero infundirte aliento con verdades
    Consoladoras, por si acaso piensas,
    De la superstición aherrojado,
    Que la Tierra y el Sol, el mar, el cielo,
    Los astros y la Luna son substancias
    Eternas y divinas; presumiendo
    Que son impíos como los gigantes,
    Dignos de los suplicios más atroces
    Por su horrible atentado, los que quieran 170
    Desbaratar las bóvedas del Mundo
    Y apagar la clarísima lumbrera
    Del Sol con vanas argumentaciones,
    Tratando lo inmortal con mortal labio.
    .Pero están estos cuerpos tan distantes
    De la divinidad, y nos parecen
    Tan indignos de estar entre los dioses,
    Que, al contrario, más bien nos dan ideas
    De una materia bruta inanimada:
    No se debe creer que el sentimiento 180
    E inteligencia sean propiedades
    De cualquier cuerpo indiferentemente.
    Así como en el aire estar no puede
    El árbol, ni en el mar salado nubes,
    Ni peces en los campos, ni en los leños
    La sangre, ni los jugos en las piedras,
    Porque ha prescrito la naturaleza
    A cada ser el sitio donde nazca,
    Y do se desarrolle; así no puede
    Nacer el alma aislada sin un cuerpo, 190
    Sin nervios y sin sangre: si posible
    Y fácil fuera, mucho más podría
    Formarse en la cabeza o en los hombros,
    O en los talones o en cualquiera parte
    Del cuerpo; porque al fin ella estaría
    En el mismo hombre y vaso de continuo.
    .Mas como estamos ciertos que en el cuerpo
    Tienen ánimo y alma en sitio fijo
    Donde nacen y crecen apartados;
    Por lo mismo diremos que no puede 200
    El alma subsistir sino en un cuerpo,
    Y sin forma animal en los terrones
    Pesados de la tierra, o en el fuego
    Del Sol, o en el agua o en los aires:
    Luego no están dotadas estas masas
    De alma divina, puesto que no pueden
    Gozar el movimiento de la vida.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 10 Mayo 2021, 03:11

    .



    .Tampoco puedes presumir que tengan
    Los dioses sus moradas sacrosantas
    En una de las partes de este mundo: 210
    Porque ellos son substancias tan sutiles,
    Que el sentido no puede percibirlas,
    Ni el espíritu apenas comprenderlas:
    Si escapan al contacto de las manos,
    No deben tocar ellos ningún cuerpo
    Que podamos tocar; porque no puede
    Tocar el que de suyo es intangible:
    Luego muy diferentes de las nuestras
    Deben ser sus moradas, tan sutiles
    Como sus cuerpos: lo que extensamente 220
    Te probaré en la serie de mi escrito.
    .Decir, a la verdad, que en favor nuestro
    Han querido los dioses disponernos
    El orden bello de naturaleza;
    Que debemos loar por esto mismo
    Esta obra admirable de los dioses;
    Por inmortal y eterna reputarla;
    Que es un crimen minar con lengua osada
    De este edificio eterno los cimientos,
    Que levantó para la especie humana 230
    El saber de los dioses inmortales:
    Estas fábulas y otras semejantes
    Indicio, ¡oh Memmio!, son de gran locura.
    ¿Qué utilidad nuestro agradecimiento
    Podría acarrear a aquellos seres
    Inmortales por sí y afortunados,
    Para empeñarlos en obsequio nuestro
    A emprender esta obra y concluirla?
    ¿O qué nuevo interés pudo inducirlos
    Pacíficos después de tantos siglos 240
    A codiciar nuevo tenor de vida?
    Aquél sólo apetece las mudanzas
    Que de suerte infeliz es perseguido:
    Pero aquél que jamás probó infortunio
    Gozando de tranquila y dulce vida,
    ¿Qué nuevo estado pudo enamorarle?
    ¿En las tinieblas y en angustia estaba
    Su vida acaso hundida hasta el momento
    En que nueva brilló naturaleza?
    Y de no haber nacido, ¿qué desgracia 250
    Nos podía venir? Cualquier nacido
    Tan sólo debe apetecer la vida
    Mientras blando placer le tenga en ella:
    Pero aquél que jamás contado fuera
    Entre los que gustaron su dulzura,
    ¿En no haber existido, qué perdiera?
    ¿De dónde, pues, sacaron las deidades
    Para la creación del Universo
    El ejemplar y la primera idea
    De los hombres, de modo que pudiesen 260
    .Concebir claramente su proyecto
    Y ejecutarle? o ¿cómo conocieron
    Las cualidades de los elementos,
    Y lo que pueden sus combinaciones
    Diferentes, a no ser que la misma
    Naturaleza lo haya declarado?
    Porque al cabo de siglos infinitos
    Los muchos elementos de materia
    Por choques exteriores sacudidos,
    Y de su mismo peso arrebatados 270
    Y llevados con raudo movimiento,
    De diversas maneras se juntaron,
    Probaron todas las combinaciones
    De que pudiesen resultar los seres;
    Por lo que no es extraño que hayan dado
    Con la disposición y movimientos
    Que forman este mundo y le renuevan.
    .Suponiendo que yo mismo ignorara
    De los principios la naturaleza,
    A asegurar, no obstante, me atreviera, 280
    Cielo y naturaleza contemplando,
    Que no puede ser hecha por los dioses
    Máquina tan viciosa e imperfecta.
    .Cuanto coge la bóveda celeste
    Del globo que habitamos, en gran parte
    Las montañas y selvas y las fieras
    Como si fuera propio lo dominan;
    El mar que nos lo estrecha con sus brazos
    Las rocas y lagunas lo poseen;
    Un ardor insufrible, un hielo eterno 290
    Casi dos partes roba a los mortales:
    Y llenara de abrojos lo restante
    Naturaleza a si misma entregada,
    Si la industria del hombre no acudiera,
    Hecho a gemir por alargar la vida
    Bajo penoso afán, y a abrir la tierra
    Con la pesada reja; si volviendo
    Con ella los terrones, y domando
    El suelo ingrato no le precisamos.
    Los gérmenes no pueden por sí mismos 300
    Salir y levantarse al aire puro:
    Y a veces estos frutos son costosos
    Cuando ya tienen hoja y ya florecen,
    O los abrasa el sol con sus ardores,
    O con ellos acaban los turbiones,
    O frecuentes heladas los destruyen.
    ¿Por qué causa sustenta y multiplica
    En mar y tierra la Naturaleza
    Esa horrífera casta de las fieras
    Que a la raza humanal es tan dañosa? 310
    ¿Por qué las estaciones traen los morbos?
    ¿Por qué vaga la muerte prematura?
    .Y el niño, semejante al marinero
    Que a la playa lanzó borrasca fiera,
    Tendido está en la tierra, sin abrigo,
    Sin habla, en la indigencia y desprovisto
    De todos los socorros de la vida,
    Desde el momento en que naturaleza
    A la luz le arrancó con grande esfuerzo
    Del vientre de la madre, y llena el sitio 320
    De lúgubre vagido como debe
    Quien tiene que pasar tan grandes cuitas.
    Crecen las fieras y ganados varios,
    Y ni el chupar ruidoso necesitan,
    Ni con alma nodriza se les pone
    Para acallarlos con lenguaje tierno;
    Ni acomodan al tiempo sus vestidos
    Ni de armas ni de muros elevados
    Necesitan, en fin, con que defiendan
    Sus bienes y riquezas; pues la tierra 330
    Y la naturaleza largamente
    Abastecen de todo a cada uno.
    .Primeramente, si la tierra y agua
    Y los soplos ligeros de los aires
    Y los vapores cálidos del fuego
    A nacimiento y muerte están sujetos,
    Debe correr la misma suerte el mundo,
    Que de estos elementos se compone;
    Porque siendo nativas y mortales
    Las partes, debe el todo ser lo mismo: 340
    Por lo que cuando veo renacidas
    Las partes y los miembros agotados
    Del mundo, me persuado que han tenido
    Algún primer instante Cielo y Tierra,
    Y me persuado su final ruina.
    .No te presumas, Memmio, que yo avanzo
    Una proposición aventurada
    Al decir que es mortal la tierra y fuego
    Y que perecerán el aire y agua;
    Que los mismos renacen y se aumentan. 350
    Abrasada una parte de la tierra
    Por los continuos soles, y hecha polvo
    Con el pisar, se agrupa en torbellinos
    Que los vientos robustos desparraman
    Como ligeras nubes por los aires.
    Parte de los terrones se resuelve
    En agua con las lluvias y los ríos
    Continuamente roen las orillas:
    Cualquiera cuerpo, en fin, que aumenta otro
    Con su propia substancia, se consume; 360
    Y puesto que la Tierra es común madre
    Y general sepulcro de los cuerpos,
    Se gasta se repara de continuo.
    Que el mar, ríos y fuentes siempre abundan
    Y arrojan sin cesar copiosas aguas,
    Lo declara la inmensa copia de ellas,
    Que a enriquecerlos va por todas partes:
    Mas las continuas y hórridas tormentas
    Impiden llegue a ser muy abundante:
    Barriéndola los vientos con su soplo 370
    Y etéreo Sol chupándola con rayos
    Reducen su volumen: otra parte
    Se sume por las tierras y se filtra.
    Se limpia de sus sales, se recoge
    Toda en el nacimiento de los ríos,
    Fluye sobre la tierra dulcemente
    Por donde, una vez rota, facilita
    Que con líquido pie corran las aguas.
    .Del aire voy a hablar, que cada instante
    Prueba vicisitudes infinitas, 380
    Pues todo cuanto fluye de los cuerpos
    En este vasto océano se pierde;
    El cual, si no les diera partes nuevas
    Y sus pérdidas siempre reparara,
    Ya se hubiera disuelto todo cuerpo
    Y convertido en aire: luego siempre
    Es producido el aire por los cuerpos
    Y los cuerpos en aire se resuelven,
    Pues es ley de la vida que los seres
    Fluyan en general continuamente. 390
    .Y la perenne fuente de luz pura
    El Sol etéreo, baña de continuo
    El cielo con un brillo renaciente,
    Y alimenta la luz con otra nueva;
    Pues sus rayos se pierden al ponerse.
    Lo puedes observar cuando las nubes
    Hacia el Sol empezaron a arrimarse,
    Y los rayos de luz casi ya cortan;
    Toda su inferior parte en el momento.
    Desaparece, obscúrase la tierra 400
    Por todo cuanto abrazan los nublados,
    Para que veas necesitan siempre
    De nueva luz los cuerpos, y que muere
    Cada rayo en su mismo nacimiento;
    Y sería imposible de otro modo
    Percibir los objetos sin que diera
    El manantial de luz rayos perpetuos.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 11 Mayo 2021, 03:15

    .



    .La misma luz artificial de casa
    Y las coloradas lámparas y teas,
    Que despiden de sí unos torbellinos 410
    De llama y humo, corren de este modo
    Con auxilio de fuegos tembladores
    A dar una luz nueva de continuo,
    Sus emisiones nunca se interrumpen:
    Con tanta rapidez todos los fuegos
    Reemplazan a la llama que se apaga
    Con otra luz de súbito formada.
    Así en vez de tener el Sol, la Luna
    Y estrellas como cuerpos inviolables,
    Debes creer que sólo nos alumbran 420
    Siempre por emisiones sucesivas,
    Que sin cesar se pierden y renuevan.
    .Por último; ¿no ves triunfar el tiempo
    Aun de las piedras, y venirse al suelo
    Altas torres, y a polvo reducirse
    Los peñascos, hundirse y arruinarse
    A pesar de los dioses, sus estatuas;
    Que la deidad no puede hacer traspasen
    Los límites prescriptos por el hado,
    Ni ella misma luchar contra las leyes 430
    Que la Naturaleza ha establecido?
    ¿No vemos los humanos monumentos
    Caer desmoronados ciertamente
    Como si fueran por vejez minados?
    ¿No ves rodar desde los altos montes
    Peñascos desprendidos, incapaces
    De resistir a las gigantes fuerzas
    De un tiempo limitado? De repente
    No se desprenderían ni cayeran,
    Si al cabo de un gran número de siglos 440
    Hubieran resistido los asaltos
    Del tiempo, sin jamás rendirse a ellos.
    Esa bóveda inmensa, en fin, contempla
    Que dentro de sí abraza todo el orbe;
    El cielo mismo, que al decir de algunos
    Crea todos los seres, y disueltos
    Los vuelve a recibir, tuvo principio,
    Y cuerpo mortal tiene, aunque es inmenso;
    Porque el ser que otros seres alimenta
    Con su substancia, debe consumirse, 450
    Cuando acción creadora los repara.
    .Si la Tierra y el Cielo no tuvieron
    Jamás principio y fueron siempre eternos,
    ¿Cómo es que no cantaron los poetas
    Los sucesos también que precedieron
    A la guerra tebana y fin de Troya?
    ¿Dó fueron a parar tantas hazañas
    De varones ilustres, excluidas
    De los eternos fastos de la fama?
    Nuevo es empero el mundo según pienso, 460
    En la infancia está aún, y muy reciente
    Tiene la fecha: pues se perfeccionan
    También algunas artes al presente,
    Y ahora se inventan otras; se adelanta
    En la navegación bastante ahora;
    Inventaron los músicos ha poco
    Las Voces y sonidos melodiosos:
    Esta naturaleza de las cosas
    Y esta filosofía ahora han nacido
    Y ahora soy yo mismo el que primero 470
    Puedo de ellas hablar en nuestra lengua.
    .Pues si acaso presumes tuvo el Mundo
    Todas estas ventajas en lo antiguo,
    Mas que generalmente perecieron
    Con voraz llama las generaciones,
    O que se destruyeron las ciudades,
    Aun debes afirmar más convencido
    La ruina también de Cielo y Tierra:
    Porque atacado de tan grandes males
    Y expuesto el universo a tantos riesgos 480
    Se hubiera destruido y arruinado
    Si hubieran atacado más de recio;
    Una prueba clarísima tenemos
    De que somos mortales, enfermando
    Con las mismas dolencias que enfermaron
    Aquéllos que salieron de la vida.
    .Subsiste, pues, un cuerpo eternamente,
    O porque siendo sólido resiste
    Al choque y no permite le penetre
    Otro que pueda disociar sus partes, 490
    Como hacen los principios de materia,
    Cuya naturaleza expliqué antes;
    O porque es inaccesible al choque
    Como el vacío, el impalpable espacio
    A que acción destructora nunca llega;
    O porque no le cerca algún espacio
    Que pueda recibir en sí los restos
    Después de disolverse; como el todo,
    Fuera del cual no escaparán sus partes,
    Ni hay cuerpos que las choquen y dividan. 500
    .Aunque sólido el Mundo, como dije,
    No es inmortal, porque se da vacío
    En la Naturaleza: ni tampoco
    Lo es como el vacío, porque hay cuerpos
    Innumerables en el vasto espacio
    Cuyos ataques súbitos conmueven
    Nuestro Mundo y le ponen en peligro
    De perecer. Espacios hay inmensos
    También en donde pueden dispersarse
    Todas las partes de sus elementos, 510
    O de otro cualquier modo aniquilarse.
    No se cierran las puertas de la muerte
    Al Cielo, Sol, y Tierra, y hondos mares;
    Antes para tragarlos les presenta
    Una boca disforme y anchurosa:
    Por lo que a confesar te ves forzado
    Haber tenido todos estos cuerpos
    Principio, porque siendo destructibles,
    Después de haber corrido tantos siglos,
    De ningún modo hubieran resistido 520
    De tiempo inmenso el poderoso esfuerzo.
    .La lucha, en fin, que reina entre los miembros
    Vastísimos del Mundo, guerra impía
    Que siempre los agita, ¿no declara
    Que pueden acabarse y concluirse
    Estos largos combates algún día?
    .Cuando hubieren el Sol y todo el fuego
    Las aguas totalmente consumido,
    Y hubieren conseguido una victoria
    A que todas sus fuerzas se dirigen 530
    Sin un feliz suceso todavía,
    Pues abastecen tanto al mar los ríos,
    Y amenazan los mares anegarnos
    Desde el profundo abismo inútilmente:
    Porque siendo barridos por los vientos,
    Y del Sol absorbidos por los rayos,
    Se van disminuyendo y los secaran
    Primero que su fin lograse el agua.
    .De grandes intereses animados,
    Estos dos elementos se hacen guerra 540
    Con fuerza igual; aunque, según es fama,
    Habiendo una vez sola dominado
    El fuego ya en la tierra, y habiendo otra
    Reinado el agua sobre el continente,
    Triunfó no obstante el fuego, y una parte
    Del mundo consumió con voraz llama
    Cuando fue arrebatado Faetonte
    Del Sol por los caballos desbocados,
    Y por el aire y climas le arrastraron;
    Pero entonces el Padre Omnipotente 550
    Colérico y furioso lanzó a tierra
    Un pronto rayo desde el mismo carro
    A Faetón magnánimo, y su padre
    Volvió a tomar después de su caída
    La sempiterna lámpara del mundo;
    Y ordenó nuevamente los corceles
    Por el terror atónitos, dispersos,
    Y su antigua carrera prosiguiendo,
    Calmó de nuevo la naturaleza:
    Los poetas antiguos de la Grecia 560
    Así cantaron; la razón lo impugna,
    Puesto que puede superar el fuego,
    Si moléculas ígneas abundantes
    Caen desde el Universo en nuestro Globo;
    O algún poder contrario sobrepuja
    La acción del fuego o a la vez perecen
    Los seres vorazmente consumidos.
    Cuentan también que en otro tiempo el agua
    Victoriosa quedó, cuando anegadas
    Dejó muchas ciudades; pero cuando 570
    Desvaneció contraria fuerza al agua
    De todo el Universo congregada,
    Se pararon las lluvias y los ríos
    Refrenaron el ímpetu furioso.
    Pero de qué manera haya fundado
    El casual concurso de principios
    Cielo y Tierra y abismos de los mares,
    La carrera del Sol y de la Luna,
    Lo dirá por su orden este canto:
    No por efecto de su inteligencia 580
    Ni por su reflexión se colocaron
    En el orden que vemos los principios;
    Ni entre sí, a la verdad, han concertado
    Sus movimientos; sino que infinitos
    Los principios, movidos de mil modos,
    Sujetos a impulsiones exteriores
    Después de tanto número de siglos,
    Y conducidos a su mismo peso,
    Cuando de todos modos se juntaron,
    Y cuando todas las combinaciones 590
    Posibles, entre sí experimentaron,
    Después de mucho tiempo y muchas juntas
    Y movimientos, se coordinaron
    Por último, y se hicieron grandes masas,
    Que llegaron a ser en cierto modo
    El bosquejo primero de la Tierra,
    Del mar, del Cielo y seres animados.
    .No se veía entonces remontado
    Por los aires el carro luminoso
    Del Sol, ni las estrellas del gran mundo, 600
    Ni el mar, ni el Cielo, ni por fin la Tierra,
    Ni el aire ni otra cosa semejante
    A las que nos rodean; sí un conjunto
    De confusos principios borrascoso;
    Después algunas partes empezaron
    De esta masa disforme a separarse,
    Los homogéneos átomos se juntan,
    Desenvolviose el mundo y se formaron
    Sus vastos miembros, y sus grandes partes
    De toda especie de átomos se hicieron: 610
    La discordia que había en los principios
    Turbaba y confundía grandemente
    Los intervalos, direcciones, lazos,
    Las pesadeces, fuerzas impulsivas,
    Combinaciones, y los movimientos
    A causa de sus formas diferentes,
    Y por la variedad de sus figuras
    No podrían así quedar unidos;
    El Cielo separose de la Tierra,
    Y se atrajo la mar todas las aguas 620
    Y los fuegos del éter también fueron
    A brillar separados con luz pura.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 12 Mayo 2021, 02:55

    .



    .Porque los elementos de la Tierra
    Más graves y embrollados se juntaban
    Y en el centro ocupaban las regiones
    Más inferiores; cuanto más estrecho
    Su enlace fue, tanto mejor sacaron
    Con superabundancia la materia
    Que formase los mares, las estrellas,
    El Sol y Luna y el recinto vasto 630
    Del mundo; porque siendo los principios
    De todos estos cuerpos más sutiles,
    Esféricos y lisos que los otros
    De la Tierra, rompiendo por lo mismo
    El éter del primero por sus poros
    Se subió a lo más alto, y muchos fuegos
    Robó consigo en su ligera marcha:
    No de otro modo así por la mañana
    Cuando la luz dorada del Sol tiñe
    Sus rayos en las hierbas esmaltadas, 640
    Los lagos y los ríos perennales
    Exhalan una niebla, y a las veces
    Parece que la misma tierra exhala
    Una especie de humor; emanaciones
    Sutiles que, después de levantadas
    Y en la atmósfera unidas, se dilatan
    Debajo de las bóvedas del Cielo
    En opaco tejido; y así el éter
    Fluido y leve entonces condensado
    Formó un vasto recinto, y esparcido 650
    Por todas partes y hacia todos lados,
    Todo lo rodeó con cerco inmenso.
    .Después el Sol y Luna se formaron,
    Cuyos globos dan vueltas en el aire
    Por entre Cielo y Tierra; sus principios
    No se agregaron a los de la Tierra
    Ni a los del éter vasto, porque ni eran
    Tan pesados que a lo ínfimo bajasen,
    Ni tan ligeros que a la parte opuesta
    Pudieran elevarse; están en medio 660
    Suspensos de manera que voltean
    Como cuerpos vivientes, como partes
    Las más activas de Naturaleza:
    No de otro modo algunos miembros nuestros
    Inmóviles se quedan en su puesto
    A pesar de que hay otros que se mueven.
    .Por fin, entresacados estos cuerpos,
    Se hundió la Tierra de repente, abriendo
    Un hondo foso a las saladas aguas,
    Por do al presente la llanura inmensa 670
    Se extiende de los mares azulados;
    Y cuánto más la tierra cada día
    Abierta por la misma superficie,
    Estaba recogida y condensada
    Y más metida hacia su propio centro
    Por la acción repetida de los fuegos
    Del éter, y del Sol por todos lados,
    Más el sudor salado se exprimía
    De su cuerpo, y los mares aumentaba
    Con sus emanaciones; y asimismo 680
    Infinitas moléculas de fuego
    Y del aire, escapando de la tierra
    Por esta misma compresión, volaban
    Y espesaban la bóveda fulgente
    Del Cielo, tan distante de la Tierra:
    Los campos se bajaban por lo mismo,
    Las cumbres de los montes se empinaban,
    Porque hundirse las peñas no podían,
    Ni la tierra allanar todas sus partes.
    .De esta manera el orbe condensado 690
    A la vez adquirió peso y firmeza;
    Todo el limo del mundo se hundió abajo,
    Si así puede decirse, con su peso,
    Y quedó allí sentado como poso:
    Encima de la tierra quedó el agua;
    Después el aire; luego el mismo éter,
    Con sus fuegos; los más puros principios
    Hicieron estos fluidos que no tienen
    La misma ligereza; el fluido éter,
    Que es el más transparente más ligero, 700
    Circula sobre el aire sin mezclarse
    Con las auras del aire borrascosas;
    Le permite que todo lo revuelva
    Con raudo torbellino; le permite
    Con borrasca inconstante alborotarlo:
    Con ímpetu arreglado él resbalando
    Lleva consigo sus brillantes fuegos;
    Porque el poder así uniformemente
    Moverse el fluido éter lo declaran
    Las olas de los mares, cuyo flujo 710
    Periódico y reflujo sigue siempre
    En continuo mover las mismas leyes.
    .Ora indaguemos cuál será la causa
    Que a los astros obliga al movimiento:
    Y diremos primero, que si rueda
    Del Cielo la gran bóveda, debemos
    Suponer comprimidos los dos polos
    Del mundo, y encerrados y cogidos
    Por dos corrientes de aire, la una de ellas
    Que empuja por encima y mueve el Cielo 720
    Según la misma dirección que siguen
    Del mundo eterno los brillantes astros;
    Por debajo la otra los traslada
    En dirección contraria, como vemos
    Volver los ríos ruedas y arcaduces.
    .También podría ser que el firmamento,
    Estando inmóvil, sus lucientes astros
    Describiesen un círculo; bien sea
    Que la materia etérea recogida
    Dentro del Cielo y sin cesar rodando 730
    En derredor para encontrar salida,
    Haga que se revuelvan por el Cielo
    Los astros; o que en círculo los mueva
    El aire externo; o bien que puedan ellos
    Irse arrastrando a donde su alimento
    Los llama y los convida recogiendo
    En su carrera la materia ardiente
    Que anda por todo el cielo derramada:
    Porque es difícil explicar el cómo
    En nuestro mundo pasan estas cosas: 740
    Con exponer tan sólo me contento
    Todos los medios que naturaleza
    Puede emplear y en realidad emplea
    En el gran todo, en estos mundos varios
    Que de distinto modo ha fabricado:
    Y prosigo explicando ya las causas
    Todas posibles de los movimientos
    De los astros, entre las que una sola
    Necesariamente obra en nuestro mundo,
    La cual no puede señalar quien sigue 750
    Paso tras paso la naturaleza.
    .Y para que la Tierra quede inmóvil
    En el centro del mundo, lentamente
    Es preciso que pierda de su peso,
    Y que se desvanezca; que sus partes
    Más inferiores hayan contraído
    Nueva naturaleza por haberse
    Unido íntimamente con el aire,
    Sobre el que están sentadas, y a quien ellas
    Desde el principio fueron agregadas: 760
    Y así la Tierra no es de peso al aire,
    Ni en él se engulle: al modo que cada hombre
    No siente el peso de sus propios miembros,
    Ni pesa sobre el cuello la cabeza,
    Ni sentimos del cuerpo todo el peso
    Sobre los pies: al paso que fatiga
    Cualquier peso, aunque leve, en nuestros hombros.
    Es fuerza el observar atentamente
    Con qué cuerpo otro cuerpo se incorpora:
    Así la Tierra no es un peso extraño 770
    De pronto a extraño fluido agregado,
    Sino que concebida con el aire
    A un mismo tiempo fue desde el primero
    En que el mundo nació, del que parece
    Una parte distinta, a la manera
    Que hacen parte del cuerpo nuestros miembros.
    .El estremecimiento que ocasionan
    Los truenos violentos en la Tierra
    De tal modo la agitan, que al instante
    Se comunica por los cuerpos todos: 780
    Lo cual no sucediera si cogida
    No la tuvieran las aéreas partes
    Del mundo todo y la materia etérea;
    Porque se enlazan estas tres substancias
    Con raíces comunes muy unidas
    Entre sí mismas desde aquel instante
    En que fueron formadas. ¿No reparas
    Cómo sostiene el alma el peso enorme
    De nuestro cuerpo, aunque es tan delicada,
    Porque se une con él íntimamente? 790
    ¿Quién puede, en fin, con un ligero salto
    El cuerpo levantar, si no es el alma,
    Que gobierna y dirige nuestros miembros?
    Ya ves puede adquirir muy grande fuerza
    La substancia ligera cuando se une
    Con substancia pesada como el aire
    Con la Tierra y el alma con el cuerpo.
    .Ni mayor ni menor de lo que vemos
    Puede el disco del Sol ser al sentido;
    Si un cuerpo con su luz puede alumbrarnos 800
    Y calentar los miembros con su llama
    Por distante que esté, nada nos roba
    De su grandeza esta distancia misma,
    Ni su aparente dimensión estrecha;
    Como el calor del Sol y su luz hieren
    Nuestros sentidos, cuando se derrama,
    Y bañando con ella los objetos,
    De aquí es que debe ser tal la apariencia
    De su forma y figura, que no puedes
    Suponerlas más grandes o más chicas. 810





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 13 Mayo 2021, 02:51

    .



    .Y la Luna, bien sea nos refleje
    Una prestada luz, o bien la saque
    Del mismo cuerpo, sea lo que fuere,
    El Cielo no recorre con volumen
    Mayor que el que aparece a nuestros ojos;
    Porque desde muy lejos los objetos
    Por entre aire densísimo mirados
    Un aspecto confuso nos presentan
    Más bien que sus finísimos contornos:
    Así pues, ofreciéndonos la Luna 820
    Clara apariencia y una forma cierta,
    Y aun de su superficie los extremos,
    Es preciso que sea allá en los Cielos
    Lo mismo que aparece aquí en la tierra.
    .Si los fuegos, por último, que vemos
    A cualquiera distancia que estén puestos,
    No aparentan tener mudanza alguna
    En su grandor, mientras que distinguimos
    Su luz y su temblor, deduciremos
    No poder ser mayores ni menores 830
    De lo que vemos los etéreos fuegos.
    .Tampoco es de admirar cómo el Sol puede
    Con su circunferencia tan estrecha
    Bañar de luz el mar, la tierra, el cielo,
    Y extender su calor por todas partes:
    Tal vez puede que no haya en todo el mundo
    Más que esta fuente y manantial copioso
    Por do salga la luz del mundo entero;
    O que sea tal vez único foco
    Donde los elementos de los fuegos 840
    De todas partes puedan congregarse
    Para correr por todo el Universo.
    ¿No ves también cómo una fuentecilla
    Riega los prados y rebosa el campo?
    Suceder también puede que los fuegos
    Del Sol, aunque no muchos, arder hagan
    El aire a ellos vecino, suponiendo
    Que al más mínimo ardor es inflamable
    El aire, como vemos a las veces
    Las mieses y la paja consumidas 850
    Por una sola chispa; al Sol acaso,
    A esta rosada lámpara, rodean
    Innumerables fuegos invisibles
    Privados de fulgor, para que aumenten
    El calor y la fuerza de sus rayos.
    .Y cómo el Sol se pasa desde Cáncer,
    De esta región ardiente, al signo helado
    De Capricornio, para dar la vuelta
    De nuevo hacia el solsticio del Estío;
    Y cómo es que la Luna en un mes anda 860
    El espacio que el Sol corre en un año;
    Estos problemas digo se resuelven
    De muchos modos, y es dificultoso
    El asignar la causa verdadera.
    Parece verisímil la que pone
    Demócrito, hombre sabio y respetable;
    Pues cuanto más vecinos a la Tierra
    Están los astros, tanto menos puede
    A su entender el torbellino etéreo
    Conmoverlos; porque la ligereza 870
    Y acción del firmamento poco a poco,
    Se va debilitando hacía el extremo
    Inferior: que el Sol, mucho más bajo
    Que las constelaciones abrasantes,
    Debe quedarse atrás muy lentamente
    Con los signos más bajos: que la Luna,
    Cuanto del Cielo está más apartada
    Y cuanto más vecina de la Tierra,
    Debe experimentar mayor trabajo
    En seguir la carrera de los astros: 880
    Que cuanto el torbellino que la lleva
    Es más pesado que el del Sol, los signos
    La deben alcanzar más fácilmente
    Y adelantarla; por lo cual la Luna
    Parece que a los signos del Zodiaco
    Con mucha más presteza torna a unirse,
    Siendo en la realidad los que se acercan
    Aquellos signos otra vez a ella.
    .Puede también que de la parte opuesta
    Del Mundo aire periódico se agite 890
    Que alternativamente empujar pueda
    El Sol desde los signos del Estío
    Del Septentrión hasta las frías playas,
    Y volverle a traer desde estos climas
    Tenebrosos y helados a la ardiente
    Mansión de Cáncer, y se explicaría
    Entonces con el aire alternativo
    El giro de la Luna y las estrellas,
    Que tardan un gran número de años
    En describir sus círculos inmensos. 900
    ¿No ves también cómo las nubes mismas,
    Impelidas por vientos encontrados,
    Siguen unas abajo, otras arriba,
    Direcciones opuestas? ¿Transportados
    No podrán ser por aires diferentes
    Los astros en los cielos dilatados?
    .Cubre la noche con tiniebla espesa
    La Tierra, o porque el Sol, en fin, llegando
    Al último confín del firmamento
    Y fatigado de su largo curso 910
    Deja expirar sus fuegos entibiados
    Por el largo camino y aire inmenso
    Que han penetrado; o porque la acción misma
    Que transporta su disco por encima
    Le hace rodar debajo de la Tierra.
    .También en tiempo fijo Lenestea
    Pasea por en medio de los aires
    A la rosada Aurora, para que abra
    Las puertas de la luz: porque el Sol mismo,
    Que debajo de Tierra se ocultaba, 920
    De vuelta, adelantándole sus rayos,
    Procura iluminar el firmamento:
    O bien porque un gran número de fuegos
    Y corpúsculos ígneos se congregan
    A tiempo fijo y horas señaladas,
    Y hacen un nuevo Sol todos los días.
    Así cuenta la Fama que se observa
    Desde las cumbres elevadas de Ida
    Recogerse al momento que abre el día
    Fuegos dispersos bajo la figura 930
    De un globo luminoso que anda el Cielo.
    .Tampoco debe ser maravilloso
    Que se junten así los elementos
    De fuego en cierto tiempo, y que reparen
    El resplandor del Sol, puesto que vemos
    Infinitos fenómenos sujetos
    En todo el universo a tiempo fijo.
    Los árboles florecen, y a su tiempo
    De la flor se despojan; y al anciano
    A cierto tiempo se le caen los dientes; 940
    Se llena el joven de un suave vello,
    Y tierna barba arrojan sus mejillas:
    A ley eterna e inviolable yace
    La serie de fenómenos sujeta;
    Porque de cada causa la energía
    Habiendo sido así determinada,
    Y una vez dada la impulsión primera
    Desde su formación al Universo,
    Los rayos, nieve, lluvias y nublados
    De la varia estación el curso siguen. 950
    .Y vemos además crecer los días
    Y descrecer las noches, y al contrario;
    O porque el Sol, quedando siempre el mismo
    Y describiendo desiguales arcos
    Sobre nuestras cabezas y debajo
    De nuestros pies, el Cielo corta y parte
    Su orbe en dos porciones desiguales,
    Pero con tal compensación, que vuelve
    Al hemisferio que le está más próximo
    La porción de la luz que él ha quitado 960
    Del hemisferio opuesto, hasta que llega
    A este signo del Cielo que hace iguales
    Las noches y los días, cuando corta
    El Ecuador y Eclíptica en un punto,
    Pues la parte del Cielo que describe
    Se halla del Aquilón y Mediodía
    A igual distancia por la positura
    Oblicua del Zodiaco, en que describe
    Su anual carrera el Sol y desde donde
    Lanza sus fuegos hacia Cielo y Tierra: 970
    Así lo enseñan estos hombres sabios,
    Que todas las regiones representan
    Fielmente de los Cielos en sus mapas
    De imágenes sensibles adornados.
    .Mucho más craso el aire en ciertas partes
    Tal vez para debajo de la Tierra
    También del Sol los fuegos tembladores,
    Que no pueden pasar tan fácilmente
    Este fluido inmenso y remontarse
    Hacia el Oriente, por lo cual se espera 980
    Mientras las noches largas del invierno
    A que vuelva la tarda luz del día:
    En fin, quizá los fuegos reunidos
    Que hacen salir el Sol en puntos fijos
    Del horizonte alternativamente
    Con más o menos prontitud se juntan
    Según las estaciones alternadas.
    Puede tomar del Sol su luz la Luna,
    Y puede más y más de día en día
    Una faz luminosa presentarnos 990
    Cuanto del solar disco se apartare
    Hasta que puesta enfrente dél reluce
    Con luz bien llena, y desde el alto sitio
    Do se levanta ve que el Sol se pone:
    Debe esconder después en cierto modo
    Detrás de sí su luz muy poco a poco,
    A medida que el Sol se va acercando,
    La otra mitad de círculo en los signos
    Corriendo; así lo explican los que fingen Ser la
    Luna a una bola semejante 1000
    Que siempre por debajo del Sol rueda:
    Su explicación parece verisímil.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 14 Mayo 2021, 02:59

    .



    .Aun dándola luz propia se podían
    Sus varias fases concebir: bastaba
    Suponer otro cuerpo para esto
    Que tenga un movimiento paralelo
    Al que tiene en su órbita la Luna,
    Y que a su disco sin cesar se oponga
    Bajo todos aspectos y figuras,
    Mas que invisible fuese el mismo cuerpo 1010
    Desprovisto de luz: puede la Luna
    Rodar sobre sí misma a la manera
    De gran pelota, cuya mitad fuera
    Con luz teñida, y sus distintas fases
    Con esta rotación central pudiese
    Ir descubriendo hasta que aquella parte
    Nos vuelve iluminada enteramente;
    Después nos va por grados ocultando
    Su parte luminosa, que de nuevo
    Detrás de sí se lleva: así pretende 1020
    La doctrina caldea establecerlo
    En ruinas de griega astrología:
    Como si verisímiles no fueran
    Las dos explicaciones igualmente;
    O como sin razón alguna hubiese
    Que forzase a seguir una más que otra.
    ¿Por qué, en fin, no podrá Naturaleza
    Producir una Luna cada día
    Con una serie regular de formas
    Y aspectos diferentes, destruyendo 1030
    La de ayer reparándola con otra?
    La imposibilidad de lo que digo
    No es fácil demostrar, principalmente
    Cuando ves producciones semejantes
    Cada día surgir en tiempo fijo.
    Viene la primavera, y Amor viene;
    Viene junto con el Céfiro alado,
    Precursor del Amor, mientras que Flora
    Su madre llega derramando flores
    Y olorosos perfumes de antemano 1040
    Por donde pasa: en comitiva vienen
    Seco calor y polvorienta Ceres
    Y los vientos etesios Aquilones.
    El otoño en seguida se presenta:
    Viene en su compañía el dios de viñas,
    Y detrás las tormentas y borrascas,
    Vulturno atronador, y el Austro, fuerte
    En rayos; y, por último, entorpecen
    Las nieves y los hielos y los fríos
    A la Naturaleza, y tras sí arrastran 1050
    El frío invierno, el aterido viejo
    Que da diente con diente. No es milagro
    El que sea formada y destruida
    La Luna en tiempo fijo, cuando vemos
    Que pueden infinitas producciones
    Aparecer en tiempo señalado.
    .Los eclipses del Sol y de la Luna
    Pueden de muchos modos explicarse:
    Si a la Tierra robar puede la Luna
    La luz del Sol, y su brillante frente 1060
    Ocultar a la Tierra, interponiendo
    Su masa opaca a los ardientes rayos,
    ¿Por qué otro cuerpo puesto en movimiento
    Y privado de luz perpetuamente
    No puede producir el mismo efecto
    En tiempo igual? ¿Y no puede el Sol mismo
    Eclipsarse y perder en cierta hora
    También su brillo, que recobra al punto
    Que atravesó por medio de los aires
    Regiones enemigas de sus llamas 1070
    Y le precisan a extinguir sus fuegos?
    Si puede despojar también la Tierra
    De su luz a la Luna, y prisioneros
    Tener todos los rayos, colocada
    Sobre el Sol ella misma ínterin pasa
    El astro de los meses por la sombra
    De nuestro Globo cónica y espesa,
    ¿Otro cuerpo no puede al mismo tiempo
    Rodar bajo del globo de la Luna,
    Y resbalarse sobre el mismo disco 1080
    Del Sol, cerrando, así interpuesto, el paso
    A sus rayos y luz? Y si la Luna
    Con brillo propio luce, ¿no puede ella
    Lentamente eclipsarse en cierta parte
    Del Mundo, atravesando por parajes
    Capaces de apagar sus mismos fuegos?
    .Ya que expliqué, por fin, cómo ha podido
    Formarse cualquier cuerpo de este Mundo
    En el recinto azul del firmamento,
    Y cómo conociéramos nosotros 1090
    De Sol y Luna las revoluciones
    Diversas, y la causa y energía
    Que dan a estos dos astros movimiento
    Y de qué modo suelen eclipsarse;
    Cómo se cierran estos grandes ojos
    De la naturaleza y alternando
    Se abren de nuevo, y de repente esparcen
    Sobre la Tierra inesperada noche,
    Y toda la hermosean con luz clara;
    A la infancia del Mundo vuelvo ahora, 1100
    Y a los nacientes campos de la tierra,
    A examinar las nuevas producciones
    Que aventuró exponer la vez primera
    A los aires y vientos inconstantes.
    .La tierra engalanó primeramente
    De diferentes hierbas y verduras
    Los cerros, y los campos extendidos,
    Y brillaron los prados con las flores
    Así como si fueran esmaltados;
    Los árboles después, llenos de savia, 1110
    A porfía crecieron por los aires:
    Como las plumas, pelos y las cerdas
    Es lo primero que en el cuerpo sale
    De animales cuadrúpedos y de aves;
    De este modo la tierra, entonces nueva,
    Echó primero hierbas y arbolillos.
    Las especies mortales creó luego
    Variadas de modos muy distintos;
    Porque es un imposible hayan caído
    Del Cielo las especies de animales, 1120
    Y que los habitantes de la tierra
    Hayan nacido de la mar salada.
    La Tierra con razón adquirió el nombre
    De madre, por haber sido criados
    Todos los seres por la misma Tierra;
    Y existiendo al presente muchos seres
    En la Tierra formados con las lluvias
    Y del calor del Sol, no es maravilla
    Que naciesen entonces animales
    En número mayor y más robustos, 1130
    Estando en su vigor el aire y Tierra.
    .Las varias aves por la vez primera
    Salían de sus huevos, y el verano
    En libertad a todas las ponía,
    Como ahora las cigarras en estío
    Se quitan los zurrones delicados,
    Buscándose la vida y el sustento.
    Por la primera vez la Tierra entonces
    Crió la raza humana, porque entonces
    El mucho fuego y aguas abundantes 1140
    De los campos hicieron que creciesen
    En los parajes más acomodados
    Especies de matrices, agarradas
    Por medio de raíces a la tierra:
    Cuando la edad y madurez abrieron
    Una salida a nuevos embriones
    Causados de humedad e impacientes
    Por respirar el aire, dirigía
    Hacia aquel lado la Naturaleza
    Los poros de la tierra, y enviaba 1150
    Por estas venas jugo como leche;
    Como al presente la mujer parida
    Rebosa en dulce leche, dirigiendo
    Ella todo su ímpetu a los pechos:
    Y la tierra a los niños sustentaba,
    Y vestido el calor, y blanda cama
    Las hierbas y los céspedes les daban.
    .Pero en su infancia el Mundo no tenía
    Los duros fríos, ni calores nimios,
    Ni vientos destructores; porque crecen 1160
    Y van robusteciéndose estas plagas
    Como todos los seres: lo repito;
    Hemos llamado con razón la Tierra
    Madre común, porque ha criado el hombre,
    Y casi al mismo tiempo ha producido
    Todos los animales cuya furia
    Se desenfrena por los grandes montes,
    Y produjo también distintas aves,
    Que atraviesan los aires libremente.
    .Mas como debe un término preciso 1170
    Tener la facultad engendradora,
    La Tierra se cansó, como la hembra
    Consumida de años, porque el tiempo
    Hace mude de faz el mundo entero,
    Y un nuevo orden de cosas se sucede
    Al primer orden necesariamente:
    Ni siempre guarda un mismo ser su estado:
    Todo a la ley del cambio está sujeto;
    Todo lo muda la Naturaleza,
    Todo lo altera, todo lo transforma: 1180
    Pues empobrece un cuerpo y se consume
    A fuerza de años; otro crece y sale
    A la verdad del cieno: de este modo
    Todo lo muda el tiempo, y de continuo
    Pasa la tierra de un estado a otro
    Y pierde la energía que tenía
    Por hacerse de nuevas propiedades,
    .Y la Tierra aún entonces se esforzaba
    Por sacar animales de figura
    Y de disposición extraordinaria: 1190
    Se vio el hermafrodita monstruoso,
    Que teniendo la forma de ambos sexos,
    Igualmente difiere de uno y otro;
    Cuerpos sin pies, sin manos y sin boca
    Y sin ojos salieron; también otros
    Cuyos miembros lo largo que tenían
    Al tronco íntimamente se pegaban;
    Los cuales no podían manejarse,
    Ni dar un paso, ni evitar un riesgo,
    Ni buscarse el sustento necesario. 1200
    Viéronse además de éstos otros monstruos
    Y otros prodigios, pero inútilmente,
    Porque Naturaleza les quitara
    El poder ir creciendo y avanzando
    Hacia la edad florida; no pudieron
    Encontrar su alimento, ni ayuntarse
    Con los lazos de Venus: es preciso
    Para que se propaguen las especies
    El concurso de un número infinito
    De circunstancias, y primeramente 1210
    Los alimentos son indispensables:
    Es preciso que estén diseminadas
    Las fecundas semillas por los miembros,
    Y los conductos por do vengan éstas
    Desde cualquiera parte de los miembros:
    Por último, en los órganos externos
    Tal proporción, que puedan macho y hembra
    Ayuntarse entre sí con mutuos gozos.





    (Continuará)


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    Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.) - Página 2 Empty Re: Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 15 Mayo 2021, 12:35

    .



    .Y entonces fue preciso perecieran
    Muchas especies, y que no pudiesen 1220
    Reproducirse y propagar su vida;
    Porque los animales existentes
    Que ves ahora, sólo se conservan
    O por la astucia, o fuerza, o ligereza
    De que ellos al nacer fueron dotados,
    Menos un cierto número que habemos
    Puesto nosotros bajo nuestro amparo
    Por las utilidades que acarrean.
    La fuerza protegió a la raza fiera
    De los leones y feroces bestias, 1230
    A las zorras el dolo y fuga a ciervos:
    Empero el fiel y vigilante perro,
    Y acémilas, y ovejas regaladas,
    Y bueyes laboriosos son especies
    Generalmente confiadas, Memmio,
    A la guarda y tutela de los hombres:
    Huían de las fieras alimañas
    Y tras la paz se andaban, y querían
    Los pastos con largueza y sin trabajo:
    Se los damos nosotros como en premio 1240
    De los muchos servicios que nos hacen.
    Empero aquellos otros animales
    A quien no diera la Naturaleza
    Lo necesario para que viviesen
    Independientes, o que no traían
    Alguna utilidad, ¿a qué meternos
    En darles el sustento y ampararlos?
    Encadenados con fatales lazos,
    A otros servían de seguro pasto,
    Hasta que destruyó Naturaleza 1250
    De todo punto sus especies todas.
    .Pero ni hubo centauros, ni ha podido
    Formarse en algún tiempo una substancia
    Con dos naturalezas y dos cuerpos,
    De heterogéneos miembros un compuesto:
    No podría existir una substancia
    De fuerzas entre sí tan desiguales:
    Aun el hombre más rudo lo conoce.
    .Primeramente, al cabo de tres años
    En la flor de su edad está el caballo; 1260
    ¡No los niños así; buscan entonces
    Entre sueños los pechos de sus amas.
    Cuando después va la vejez gastando
    Las fuerzas y vigor de los caballos,
    Cuando escapa la vida fugitiva
    De sus lánguidos miembros, entra entonces
    La juventud, por fin, en los muchachos,
    Robustece sus miembros, y les cubre
    Con un ligero bozo las mejillas:
    No creas tú, quizá, que los centauros 1270
    Pudieron engendrarse de semillas
    De hombre o de caballo, o las Escilas
    De los marinos perros rodeadas,
    O los demás compuestos monstruosos
    De incompatibles miembros, que no llegan
    A la flor de la edad al mismo tiempo,
    Ni en madurez ni en la vejez iguales,
    Ni sus inclinaciones son las mismas,
    Ni los abrasa Venus igualmente,
    Ni comen unos mismos alimentos; 1280
    Viendo engordar las cabras con cicuta
    Que es un mortal veneno para el hombre.
    .Como la llama abrase ciertamente
    Y consuma no sólo el cuerpo rojo
    De los leones, mas también la sangre
    Y las entrañas de los animales
    Que tienen existencia; ¿cómo pudo
    Acontecer que esta Quimera misma
    Con la cabeza de león, y el cuerpo
    De cabra al propio tiempo, y con la cola 1290
    De dragón, viva llama resoplase
    Del hondo de su pecho monstruoso?
    .Por lo que, defender como posibles
    Estas y semejantes producciones
    En la infancia del Cielo y de la Tierra
    Sin más razón que esta palabra vaga
    De novedad, esto es abrir la puerta
    A todas las ficciones más absurdas.
    Dígannos que los ríos de aquel tiempo
    Corrieron oro puro por las tierras; 1300
    Que brotaban los árboles diamantes;
    O que el hombre, nació de una estatura
    Y de una fuerza tan extraordinarias,
    Que podía pasar el mar de un tranco,
    Y alrededor de sí volver el cielo
    Con sólo el movimiento de sus manos:
    Porque el haber la tierra en si encerrado
    Semillas infinitas y diversas
    Cuando sacó a la luz los animales,
    Ninguna prueba es de que pudiese 1310
    Criar unas especies tan opuestas,
    Y en un mismo individuo reunirse
    Los miembros de animales diferentes,
    Cuando las hierbas, árboles y frutos
    Que aún hoy día produce en abundancia
    Jamás pueden nacer entre sí unidos.
    Cada ser tiene su progreso propio,
    Y conforme a las leyes inmutables
    De la Naturaleza entre sí guardan
    Todas las diferencias de su especie. 1320
    .Y los hombres que dio la tierra entonces
    Eran más vigorosos que al presente:
    Y así debía ser, porque la Tierra,
    De quien ellos nacieron, por entonces
    Estaba en su vigor y lozanía:
    Era más basta la armazón de huesos
    Y de más solidez, y era el tejido
    De sus nervios y vísceras más fuerte;
    Ni el frío ni el calor les molestaba,
    Ni les dañaban los sustentos nuevos, 1330
    Ni las enfermedades empecían;
    Vivían un gran número de lustros,
    Errantes a manera de alimañas;
    Ninguno manejaba el corvo arado,
    Ni sabía domar con hierro el campo,
    Ni meter en la tierra los renuevos,
    Ni con hoces cortar los viejos ramos
    De árboles grandes; lo que el sol y lluvias
    Les alargaban, y lo que la tierra
    Producía de suyo, les bastaba: 1340
    Estos dones sus pechos aplacaban:
    En medio de glandíferas encinas
    Mantenían sus cuerpos con bellota,
    Y llevaba la tierra en aquel tiempo
    Muchos y más crecidos los madroños
    Que ahora al madurar en el invierno
    Ves que como la púrpura coloran.
    Y la florida novedad del mundo
    Llevó entonces sabrosos alimentos
    Para hartar a los hombres infelices. 1350
    .Más; los ríos y fuentes convidaban
    A apagar nuestra sed, como al presente
    Los torrentes que caen de montes altos
    Convidan a las fieras con su ruido
    Que vengan a saciarse en sus raudales.
    Por fin; de noche en los sagrados bosques
    De las ninfas venían a esconderse,
    En estas soledades, do nacían
    Perennes manantiales de aguas vivas
    Que, después de correr entre las guijas, 1360
    Caían lentamente sobre el musgo
    Verde de los peñascos, para luego
    O saltar en los campos o inundarlos.
    .El uso no sabían aún del fuego,
    Ni el de las pieles, ni cubrirse el cuerpo
    Con despojos de fieras; antes se iban
    A los bosques y cóncavas montañas
    Y a las selvas, metiendo entre hojarasca
    Sus miembros asquerosos, precisados
    A guarecerse allí contra las lluvias 1370
    Y furor de los vientos: no podían
    Por el público bien interesarse;
    Ni leyes ni morales relaciones
    Entre si establecer ellos sabían;
    Y la primera presa que ofrecía
    La suerte cada cual se la llevaba:
    Sólo les enseñó Naturaleza
    A vivir para sí y a conservarse.
    Y Venus ayuntaba los amantes
    En medio de las selvas: sus placeres 1380
    Entre sí mutuamente compensaban;
    Ora arrancados fuesen por violencia
    De brutal apetito, o los gozasen
    A trueque de algún don, como bellotas,
    O madroños, o peras escogidas.
    .Y confiados en sus fuertes manos
    Y en sus ligeros pies, hacían guerra
    A las fieras silvestres, arrojando
    De lejos piedras, y de cerca dando
    Con la pesada maza, y las vencían 1390
    Y huyendo a sus guaridas las burlaban;
    Y cuando las tinieblas de la noche
    Los sorprendían, sus desnudos miembros
    En la tierra tendían a manera
    De jabalí cerdoso, y se envolvían
    Entre hojarasca y broza. No buscaban
    En medio de las sombras de la noche,
    Sobrecogidos de temor con gritos
    La luz del Sol, errantes por los campos;
    Antes bien esperaban silenciosos 1400
    Y en sueño sepultados que subiendo
    El Sol al horizonte, iluminase
    Con su rosada luz de nuevo el cielo;
    Porque desde la infancia acostumbrados
    A ver siempre alternando noche y día,
    No se maravillaban ya sus ojos:
    No llegaron jamás a recelarse
    Que a la Tierra cubriese eterna noche,
    La luz del Sol robada para siempre.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 16 Mayo 2021, 03:49

    .



    .Empero mucho más les inquietaban 1410
    Las fieras que turbaban su reposo,
    Funesto para aquellos infelices,
    Y haciéndolos salir de su vivienda,
    Huían a las cuevas, si llegaba
    Enorme jabalí o león furioso;
    Y, pavoridos, a la media noche
    Cedían a estos huéspedes crueles
    Sus camas con follaje aderezadas.
    .Ni entonces más que ahora los mortales
    Dejaban la sabrosa luz de vida: 1420
    Muchos de ellos es cierto que cogidos
    Y desgarrados con feroces dientes
    Un pasto vivo daban a las fieras,
    Y los bosques y montes y las selvas
    Llenaban de gemidos espantosos,
    Viendo que sus entrañas palpitantes
    En un sepulcro vivo se enterraban.
    Pero aquellos que huyendo se salvaron,
    Lleno de mordeduras todo el cuerpo,
    Y sus trémulas manos aplicando 1430
    En las malignas úlceras, llamaban
    Al infierno con voces formidables,
    Hasta que de la vida los privaban
    Los gusanos crueles sin amparo,
    Sin saber qué aplicar a sus heridas:
    Sin embargo, no daba un solo día
    A la muerte millares de guerreros
    Que seguían banderas diferentes,
    Ni estrellaban los mares borrascosos
    Los hombres y navíos en escollos: 1440
    El mar se enfurecía vanamente;
    Sus bramidos en vano suspendía;
    Ni la engañosa calma de sus ondas
    Era capaz de seducir a alguno
    Con falsa risa: se ignoraba entonces
    De la navegación el arte fiero.
    La falta de alimento daba entonces
    Muerte a los flacos miembros; la abundancia
    Es la que mata hoy día: entonces ellos
    Eran por ignorancia envenenados; 1450
    A otros con mas arte ahora envenenan.
    Cuando por fin, supieron hacer chozas,
    Y de pieles y fuego hicieron uso,
    Y cuando la mujer y el hombre aparte
    Se fueron a vivir en compañía,
    Y cuando los placeres amorosos
    Se limitaron sólo a las dulzuras
    Del casto matrimonio, y cuando vieron
    Los padres a sus hijos porción suya,
    Entonces empezó la especie humana 1460
    A suavizarse por la vez primera:
    El fuego hizo los cuerpos mas sensibles
    Al frío, de manera que ya el cielo
    Abrigo suficiente no prestaba
    Debajo de su bóveda; y las fuerzas
    Disminuyó la Venus excesiva,
    Y las tiernas caricias de los hijos
    Blando y suave hicieron su trabajo
    El natural altivo de los padres.
    Entonces los que estaban más vecinos 1470
    Entre sí establecieron relaciones,
    Se abstuvieron de daño y de violencia,
    Protegían sus hijos y mujeres.
    Y en sus gestos y voces balbucientes
    Indicaban ser muestra de justicia
    De la imbecilidad compadecerse.
    Mas no podía dominar en todos
    Esta concordia, bien que exactamente
    Guardaban estos pactos los más buenos,
    Que eran en mayor número: sin esto 1480
    La raza humana fuera destruida
    Enteramente ya desde aquel tiempo;
    No se hubiera hasta ahora propagado.
    .Enseñó al hombre la Naturaleza
    Las varias inflexiones de la lengua,
    Y la necesidad nombró las cosas.
    Así como los niños en la infancia,
    Por no poder darse a entender, acuden
    A los gestos y muestran con el dedo
    Los objetos presentes, cada uno 1490
    Siente en sí mismo aquellas facultades
    Que puede usar. Airado y enemigo
    El toro topa y hiere con las astas
    Antes de que le apunten en su frente;
    De pantera y leona los cachorros
    Con garras y con pies y con bocados
    Se defienden aun antes de salirles;
    En sus nacientes alas confiados
    Los hijos de las aves, por los aires
    Se ayudan con su vuelo vacilante 1500
    Por lo tanto, creer que un hombre entonces
    A las cosas dio nombre; que los otros
    Dél aprendieron los vocablos nuevos,
    Es mucha necedad: ¿cómo ha podido
    Llamar a cada cosa por su nombre,
    Y los varios sonidos del lenguaje
    Él solo producir, al tiempo que otros
    No pudieron hacer la misma cosa?
    .Porque, además, si no habían usado
    Los demás entre sí de las palabras, 1510
    ¿Cómo es que conocían sus ventajas?
    Y ¿de qué modo el inventor se ha dado
    A entender a los otros, y ha podido
    Hacer que ellos abracen su proyecto?
    Reducir no podía un hombre solo
    Tanta multitud, y precisarla
    A que tan varios nombres aprendiese.
    No podía enseñarlos: imposible
    Era que hubiesen ellos aguantado
    Les majase más tiempo las orejas 1520
    Con aquel ruido vano de sonidos.
    .¿Será, por fin, acaso maravilla
    Que teniendo los hombres voz y lengua,
    Diesen distintos nombres a las cosas
    Según les afectasen, cuando oímos
    La variedad de voces y sonidos
    Que hacen los animales y las fieras
    Conforme se suceden en sus almas
    El miedo o el dolor o el regocijo?
    Pues esto lo declara la experiencia. 1530
    .Cuando de los molosos la gran perra,
    En el primer acceso de su furia,
    Debajo de sus labios apartados
    Y móviles enseña dos carreras
    De formidables dientes, el sonido
    Amenazante de su voz difiere
    De aquél que se oye cuando sus ladridos
    Hacen retumbo en todos los contornos:
    Más cuando con su lengua blandamente
    Lame los tiernos miembros de sus hijos 1540
    Y con sus pies aquí y allí los echa,
    Y cuando los provoca con mordiscos
    Pillándolos sus dientes con blandura,
    Esto difiere mucho del murmullo
    De su voz maternal cuando lamenta
    Su soledad aullando tristemente
    O cuando con acentos doloridos
    Huye, arrastrando el cuerpo, del castigo.
    .En fin; ¿no hay diferencia en el relincho
    Del florido caballo entre las yeguas 1550
    Cuando viene furioso, traspasado
    Por el alado amor, a los que arroja
    Por sus anchas narices en la guerra
    Cuando agita sus miembros otra causa?
    .Y las especies varias de las aves,
    Los gavilanes y quebrantahuesos,
    Los somurgujos que en saladas ondas
    Se buscan el sustento, diferencian
    Según las circunstancias sus clamores,
    Principalmente cuando se disputan 1560
    La subsistencia y luchan por la presa.
    .Y su ronco cantar mudan las otras
    Según las estaciones, como lo hacen
    Cornejas vividoras, y las bandas
    De cuervos cuando anuncian, según dicen,
    Y llaman vientos, lluvias y tormentas.
    Pues si las diferentes sensaciones
    Al animal obligan, siendo mudo
    A proferir sonidos diferentes,
    ¿Cuánto más natural es que haya el hombre 1570
    Podido designar diversas cosas
    Entonces con sonidos peculiares?
    .Mas para prevenirte una pregunta
    Que quizá en tu interior me estás haciendo,
    El rayo fue el primero que a los hombres
    Trajo el fuego a la tierra: de allí nacen
    Todas las llamas que ora disfrutamos.
    ¿No vemos muchos cuerpos abrasados
    Con llamas celestiales cuando lanza
    Su fuego en tierra el aire borrascoso? 1580
    Fuera de que se incendia árbol frondoso
    Cuando, siendo agitado por los vientos,
    Se frota con las ramas de otro árbol.
    Y así como se va aumentando el frote
    Arroja chispas y hace algunas veces
    Brillar fuegos ardientes en las ramas
    En medio de su mutua rozadura:
    De una de aquestas causas nace el fuego.
    .Mas viendo que los rayos del Sol daban
    Sazón y madurez a cualquier fruto, 1590
    Trataron ellos con la acción del fuego
    De cocer y ablandar los alimentos;
    Y aquéllos que tenían más ingenio,
    Y mucho más su espíritu alcanzaba,
    Iban de día en día introduciendo
    En el sustento y vida primitiva
    Otras mudanzas nuevas con el fuego.
    .A levantar ciudades empezaron
    Y a construir alcázares los reyes,
    Do pudiesen tener seguro asilo: 1600
    Repartieron las tierras y ganados
    Conforme a la belleza y al ingenio
    Y la fuerza y valor de cada hombre,
    Porque eran estas prendas naturales
    Las que más a los hombres distinguían;
    Por fin, se introdujeron las riquezas,
    Y descubriose el oro, que al momento
    Envileció la fuerza y hermosura:
    Por lo común hermosos y valientes
    Hacen crecer la corte del más rico. 1610





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 18 Mayo 2021, 04:42

    .



    .Si la sola razón nos gobernase,
    La suprema riqueza consistiera
    En ser el hombre igual y moderado;
    Cuando hay pocos deseos, todo sobra:
    Mas los hombres quisieron ser ilustres
    Y poderosos, para de este modo
    Hacerse eternamente afortunados
    Y tranquilos vivir en la opulencia.
    ¡Esfuerzos vanos! pues la muchedumbre
    De los hombres que van tras la grandeza 1620
    Llenó todo el camino de peligros;
    Si llegan a encumbrarse, los derroca
    De ordinario la envidia, como un rayo,
    En los horrores de una muerte infame.
    Debe, por tanto, el ánimo prudente
    Anteponer la quieta servidumbre
    A la ambición del trono soberano.
    Deja a estos miserables se consuman,
    Y se amancillen con sudor y sangre,
    Y forcejeen en la senda estrecha 1630
    De la ambición sin fruto; pues no advierten
    Que la envidia recoge, como el rayo,
    Sus fuegos en los sitios más alzados:
    Su saber sólo estriba en dicho ajeno,
    Y apetecen las cosas más de oídas
    Que consultando a sus sentidos mismos:
    Al presente es el hombre como ha sido
    Y como será siempre en cualquier tiempo.
    .Así, cuando a los reyes dieron muerte,
    La majestad antigua de los tronos 1640
    Y los soberbios cetros derribados
    Yacían con infamia; y de sus sienes
    La brillante diadema ensangrentada,
    Pisoteada por los pies del pueblo,
    Se lamentaba de su inmensa gloria:
    Pues codiciosamente se aniquila
    Lo que antes se adoró con miedo acerbo.
    .La autoridad suprema se volvía
    Al pueblo entonces y a la muchedumbre:
    Y cada cual el cetro demandaba, 1650
    El sumo imperio y la soberanía.
    Eligieron de entre ellos magistrados,
    Que obedecieron voluntariamente:
    Porque el género humano, fatigado
    De vivir en la dura servidumbre,
    Y con enemistades extenuado,
    Más de su grado recibió las leyes
    Y los justos derechos: pero como
    El enojo llevase la venganza
    Mucho más lejos de lo que las leyes 1660
    Permiten al presente, se cansaron
    De la anarquía y las venganzas fieras.
    De aquí nació el temor de los castigos,
    Que envenena los gustos de la vida:
    El hombre mismo violento, injusto,
    Queda en sus propios lazos enredado:
    La iniquidad se vuelve casi siempre
    Contra su mismo autor: gozar no puede
    De una vida pacífica y tranquila
    El que viola los sociales pactos. 1670
    Aun cuando sus acciones estuviesen
    A los hombres y dioses encubiertas,
    Debe estar en continuo sobresalto
    De que se haga patente su delito;
    Pues refieren que muchos en el sueño
    O delirando en las enfermedades
    Se descubrieron infinitas veces,
    Y revelaron crímenes que habían
    Tenido mucho tiempo reservados.
    No es difícil el dar razón ahora 1680
    De lo que motivó entre las naciones
    A creer la existencia de los dioses,
    Y las ciudades inundó de altares
    Y estableció los ritos religiosos,
    Estas pompas augustas que en el día
    Se hacen en las empresas importantes
    Por todas las naciones de la Tierra:
    Y cuál sea la causa y el origen
    De este horror infundido a los mortales
    Que erige en todo el orbe de la tierra 1690
    A las divinidades nuevos templos
    Y con días festivos las obsequia.
    .Es que ya desde entonces los mortales,
    Aunque despierto el ánimo, veían
    Los simulacros sobrenaturales,
    Que la ilusión del sueño exageraba
    A su imaginación: así, creyendo
    Que movían sus miembros y que hablaban
    Con imperiosa voz, proporcionada
    A su gran porte y fuerzas desmedidas, 1700
    Por vivos y sensibles los tuvieron.
    .También los suponían inmortales;
    Pues siendo su hermosura inalterable,
    Con la misma belleza se ofrecían
    A ellos los fantasmas celestiales;
    Y porque siempre con tan grandes fuerzas
    Creían imposible que triunfase
    De ellos acción alguna destructora:
    También por muy dichosos los tenían,
    Pues no les inspiraba sobresalto 1710
    El temor de la muerte; y porque en sueños
    Los veían hacer muchos prodigios
    Sin quedarse por ellos fatigados.
    .La morada y palacio de los dioses
    Pusieron en los cielos, porque es donde
    Parece que voltean Sol y Luna;
    De allí viene la noche, de allí el día,
    Y los astros errantes allí brillan
    Y los volantes fuegos por la noche;
    Los nublados, rocíos, lluvias, nieve, 1720
    Vientos, rayos, granizo y raudos truenos,
    Y los murmullos largos de amenazas.
    .¡Oh raza de los hombres sin ventura!
    ¡Cuando a los dioses concedió existencia
    Y los armó de cólera inflexible,
    Cuántos gemidos asimismo entonces,
    Qué heridas a nosotros, y qué llantos
    A nuestra descendencia ocasionaron!
    .No es piedad el dar vueltas a menudo,
    Tapada la cabeza ante una piedra, 1730
    Ni el visitar los templos con frecuencia,
    Ni el andar en humildes postraciones,
    Ni el levantar las manos a los dioses,
    Ni el inundar sus aras con la sangre
    De animales, ni el cúmulo de votos:
    Que la piedad consiste en que miremos
    Todas las cosas con tranquilos ojos;
    Porque cuando hacia arriba los alzamos
    A contemplar las bóvedas inmensas
    Y todo el estrellado firmamento; 1740
    Cuando reflexionamos la carrera
    Del Sol y de la Luna, se despierta
    Entonces en el pecho de repente
    Una inquietud, que al parecer habían
    Los otros males de la vida ahogado,
    Y el hombre se pregunta si por dicha
    Hay alguna deidad omnipotente
    Que estos resplandecientes globos mueve;
    Pues la misma ignorancia de las causas
    Hace que ande el espíritu dudoso: 1750
    Se indaga qué principio tuvo el mundo,
    Y cuál será su fin y hasta qué tiempo
    Él podrá resistir este trabajo
    De estar en un continuo movimiento;
    O si, inmortalizado por los dioses,
    Podrá desafiar por muchos siglos
    De eterna duración las grandes fuerzas.
    .¿Qué espíritu, además, no apoca el miedo
    De los dioses? ¿A qué hombre no se hielan
    Los miembros de pavor cuando la tierra 1760
    Abrasada retiembla con el golpe
    Horrible de los rayos, y recorren
    Todo el cielo murmullos espantosos?
    ¿No se estremecen pueblos y naciones?
    Sobrecogidos los soberbios reyes,
    ¿No abrazan las estatuas de los dioses
    Temblando aquel instante formidable
    De expiar sus acciones criminales
    Y todos sus tiránicos mandatos?
    ¿Y cuando barren los furiosos vientos 1770
    Al jefe de la escuadra por los mares
    Con sus bravas legiones y elefantes,
    Pávido no hace votos a los dioses
    Para obtener a fuerza da plegarias
    Tranquilidad y vientos favorables?
    En vano todo; porque arrebatado
    Por algún violento remolino,
    En los escollos va a encontrar la muerte:
    Ciertamente parece que se burla
    De los humanos acaecimientos 1780
    Una fuerza secreta, y se complace
    En pisar con ludibrio las segures
    Y los fasces hermosos. Por fin, cuando
    Debajo de los pies vacila el orbe,
    Cuando caen las ciudades desplomadas,
    Y están amenazando otras ruina,
    ¿Por ventura, es extraño que los hombres
    Se llenen de desprecio hacia sí mismos,
    Y reconozcan un poder más grande
    Y una fuerza divina extraordinaria 1790
    Que a su gusto dirija el universo?
    .Por lo demás, el oro, cobre y hierro,
    Y la plata y el plomo, se encontraron
    Cuando devoró el fuego vastas selvas
    En las montañas, bien cayendo rayos,
    O bien los hombres peleando en bosques
    Fuego arrojasen contra el enemigo
    Para atemorizarle; y ya movidos
    De la bondad del suelo dispusieron
    Hacer los bosques tierras labrantías, 1800
    O bien en praderías convertirlos:
    O para destruir más fácilmente
    Las fieras y quedar ricos con ellas:
    Pues se usaran primero en cacerías
    Los hoyos y los fuegos que las redes
    Para cercar un bosque, y las jaurías
    Que levantan la caza. Cualquier causa
    Que haya dado principio a aquel incendio,
    Cuando hubo viva llama devorado
    Con un horrible estrépito las selvas 1810
    Hasta la raíz misma, y recocido
    La tierra con su fuego arroyos de oro
    Y de plata, además de cobre y plomo,
    Después de haber corrido por las venas
    Encendidas del Globo, se juntaron
    En cavidades; y consolidados,
    Viendo cómo brillaban en la tierra,
    Prendados de su brillo y hermosura,
    Los recogían cuidadosamente:
    Y observando tenían la figura 1820
    De aquellas cavidades en que estaban,
    Pensaron que con fuegos derretidos
    Se les podía dar cualquiera forma
    Y cualquiera figura; y golpeando,
    Hacer se adelgazasen y extendiesen,
    Y rematasen en aguda punta:
    Vieron también ser buenos para armas,
    Para corta de selvas, pulimento
    De materiales y cuadrar maderos,
    Para taladros, para excavaciones: 1830
    Quisieron emplear la plata y oro
    En los mismos servicios que hizo el cobre,
    Pero fue en vano, porque no tenían:
    Bastante consistencia estos metales,
    Ni la dura fatiga resistían.
    Tuvo entonces el cobre mayor precio,
    Y se despreció el oro como inútil
    Embotando su punta fácilmente:
    Despréciase ahora el cobre; el oro sube
    A la mayor estima: de este modo 1840
    Cambia el tiempo la suerte de las cosas;
    Lo que antes se estimaba, hoy se desprecia;
    Lo que no se quería, vale ahora
    Y se codicia más de día en día,
    Y es el objeto digno de alabanzas,
    Y tiene sumo aprecio entre los hombres.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 19 Mayo 2021, 03:43

    .



    .Cómo se descubrió el uso del hierro
    Tú mismo puedes conocerlo, Memmio.
    Las manos fueron las primeras armas,
    Y las uñas y dientes; y las piedras, 1850
    Y las ramas de árboles, y el fuego,
    Y la llama después que se encontraron.
    Se supieron después las propiedades
    Del hierro y cobre; pero el uso de éste
    Se conoció mucho antes que el del hierro.
    Por ser más a propósito y copioso,
    Se labraba la tierra con el cobre,
    Y con cobre se daban los combates,
    Se sembraba la muerte. y se robaban
    Los campos y ganados; pues desnudos 1860
    E inermes se rendían fácilmente
    A gente armada: convirtiose el hierro
    Casi insensiblemente en las espadas,
    Y llegó a ser tirada con desprecio
    La hoz de cobre; y a romper el suelo
    Empezaron con hierro, y decidiose
    De las batallas la dudosa suerte.
    Y montar un caballo y gobernarle
    Con riendas y con frenos, combatiendo
    Con la mano derecha, fue primero 1870
    Que arrostrar los peligros de la guerra
    Sobre un carro que tiran dos caballos;
    Y precedió este tiro a la cuadriga
    Y a la invención de los falcados carros.
    Llegaron a enseñar cartagineses
    Después al elefante monstruoso,
    Que lleva torres y la trompa pliega,
    A recibir heridas en la guerra
    Y a meter el desorden en las huestes.
    Así inventó Discordia sanguinaria 1880
    Medios de asolación uno tras otro,
    Todos horribles a la humana gente
    Y un nuevo colmo de terror pusiera
    A la guerra espantosa cada día:
    Y se probó también en los combates
    El furor de los toros, y ensayaron
    Que embistiesen crueles jabalíes
    Al enemigo: y los leones bravos
    En la guerra a los Partos precedían
    Con conductores bien provistos de armas, 1890
    Y terribles maestros, destinados
    A refrenar su ardor con las prisiones:
    Inútilmente; porque, enardecidos
    Con la sangre y matanza, derramaban
    El desorden, crueles por doquiera
    Sus melenas horribles sacudiendo.
    Ni dirigir podían los jinetes
    A los caballos atemorizados
    Con los rugidos, ni tampoco hacerlos
    Que volviesen la cara al enemigo. 1900
    Las leonas, furiosas se arrojaban
    Del uno al otro ejército saltando,
    Presentaban su boca amenazante
    A todos los que al paso se encontraban;
    Por detrás los cogían descuidados,
    Y a tierra los echaban destrozados
    Con garras y con dientes: y los toros
    Lanzaban por el aire jabalíes,
    Y después con coraje los pisaban;
    Las tripas del caballo echaban fuera 1910
    Metiéndole las astas por debajo,
    Y después de caído se arrojaban
    Sobre él, amenazándole de nuevo.
    Pero empleaban contra sus aliados
    Los jabalíes sus colmillos fuertes,
    Y teñían furiosos en su sangre
    Las armas rotas, y con nueva furia
    A infantes y jinetes daban muerte.
    Huían velozmente los caballos
    De la fiera embestida de sus dientes, 1920
    Empinándose: puesto que allí vieras
    Rotos sus corvejones, de repente
    Abandonar la mole de su cuerpo
    A pesada caída los caballos.
    Creyendo que estarían bien domados,
    De cara encarnizarse los veían
    En medio de la acción de las heridas,
    De confusión, espanto, gritos, fuga:
    No se podía sujetar ninguno;
    Todos se dispersaban: de manera 1930
    Que hicieron lo que aún hacen hoy en día
    Los elefantes en la guerra heridos,
    Que huyen después de haber desparramado
    El estrago y la muerte entre las filas
    Que con tanta bravura defendieron.
    Sin embargo, no puedo persuadirme
    De que no hayan previsto de antemano
    Las comunes desgracias que traería
    Entre ellos este uso abominable;
    Y quisiera también que comprendieses 1940
    En estos males a los varios mundos
    Que de diverso modo ha construido
    Naturaleza, y no los limitaras
    A sólo nuestro mundo: la esperanza
    De vencer no introdujo estos estragos;
    Más bien los hombres, que desconfiaban
    De su número, y armas no tenían,
    Quisieron, pereciendo en el ataque,
    Dar que gemir a las contrarias filas.
    .Eran entrelazados los vestidos 1950
    Primero que el tejido se inventara:
    El arte de tejer se siguió al hierro;
    Pues sólo con el hierro hacerse pueden
    Instrumentos tan finos como husos,
    Córcolas, lanzaderas y las planchas.
    .A los hombres forzó Naturaleza
    A trabajar la lana antes que diera
    Este oficio a las hembras; porque el hombre
    Tiene mayor industria y sobresale
    En cualquier arte: empero vergonzoso 1960
    Pareció a los robustos labradores,
    Y en manos de las hembras la pusieron,
    Y para sí dejaron los trabajos
    Más duros y penosos, y escogieron
    Fortalecer con ellos cuerpo y manos.
    .Pero enseñó también Naturaleza
    El arte de plantar y los injertos;
    Ella dio estas lecciones la primera,
    Mostrando las semillas y bellotas
    Que cada una a su tiempo producía 1970
    Al pie del árbol mismo do cayera
    Un enjambre de arbustos: desde entonces
    Gustaron injerir ellos en ramas
    Renuevos de otra especie, y por los campos
    Les agradó plantar arbustos nuevos.
    Hicieron nuevo ensayo cada día
    En la cultura de su dulce campo,
    Y veían los frutos más silvestres,
    Con el blanco cultivo y el cuidado,
    Llegar a suavizarse. Y obligaron 1980
    A meterse las selvas hacia el monte
    De día en día, y a dejar los llanos
    A la cultura, para que los prados,
    Los lagos, los arroyos y los frutos
    Y las viñas alegres ocupasen
    Los campos y collados, y el olivo
    Pudiese por el medio derramarse
    Por cerros y por valles y por campos
    En tendidas hileras, como ahora
    Ves la gustosa variedad que ofrecen 1990
    Las campiñas, doquiera divididas
    O guarnecidas de árboles frutales.
    .Mas los claros gorjeos de las aves
    Con la voz se imitaban mucho antes
    Que pudiesen los hombres regalarse
    Los oídos con versos armoniosos
    De melódico son y dulce halago:
    Y el silbido del céfiro en los huecos
    De las cañas les dio lección primera
    De inflar la campesina cañaheja 2000
    Después, por dedos ágiles tocada,
    Y acompañada de la voz, la flauta
    Poco a poco hizo oír sus dulces quejas.
    Fue inventada en los bosques retirados,
    En las selvas y montes solitarios,
    Entre los dulces ocios de pastores.
    Lentamente va el tiempo de este modo
    Sacando a luz las artes diferentes,
    Y el ingenio las va perfeccionando.
    Suavizaban las penas de la vida 2010
    Con estos inocentes pasatiempos
    Cuando acababan la frugal comida,
    Al tiempo que el descanso es más gustoso,
    Y así por lo común, ellos, tendidos
    Sobre la verde grama, al pie del agua
    De un arroyo, debajo de las ramas
    De algún árbol erguido a poca costa
    Gozaban de placeres inocentes,
    Mas sobre todo en la estación risueña,
    Cuando con verde hierba engalanaba 2020
    Y con flores los prados el verano:
    Entonces era el tiempo de las danzas,
    Entonces de las pláticas, entonces
    De las dulces risadas, porque entonces
    La musa pastoril se remontaba:
    Los provocaba entonces la alegría
    A adornarse los hombros y cabeza
    Con guirnaldas de flores y de hojas,
    Y herían sus pies rústicos la tierra,
    Esta madre común, pesadamente 2030
    Sin compás ni soltura, por lo que eran
    Las risas e inocentes carcajadas;
    Haciendo los placeres, más extraños
    Su misma novedad: y, desvelados,
    De aquí sacaban ellos sus consuelos,
    La voz acomodando a varios cantos
    Y pasando sus labios apretados
    Sobre sus caramillos. Al presente
    Recreamos así nuestros desvelos,
    Y aprendemos la música con reglas; 2040
    Mas no cogemos frutos tan colmados
    De la dulzura como los cogía
    La raza inculta de hijos de la Tierra.
    .Así que, el bien presente preferimos
    Y nos agrada más suavemente
    Si otro más superior no conocemos,
    Y los nuevos inventos perjudican
    A los antiguos y del todo mudan
    Nuestros gustos: por eso aborrecimos
    La bellota; por eso hemos dejado 2050
    Las camas de los céspedes y hojas:
    La piel cayó también en el desprecio;
    Aquel vestido de feroces bestias.
    ¡Cuánto me temo que la envidia entonces
    Contra aquel inventor se encarnizase
    Que la vistió primero asesinando
    Traidoramente este hombre; y a la postre
    Los demás entre sí se repartieron
    La piel sangrienta sin querer dejarla!
    .Porque entonces las pieles, ahora el oro 2060
    Y púrpura ejercitan a los hombres
    Con zozobras, combates y fatigas:
    Nosotros somos más culpables que ellos,
    Pues sin pieles el frío atormentaba
    A los desnudos hijos de la Tierra;
    Nosotros ningún daño recibimos,
    Careciendo de púrpura y de oro
    Y de ricos bordados, si tenemos
    Un vestido común que nos abriga.
    Así en vano se afana el hombre siempre 2070
    Y de continuo se atormenta en vano,
    Y en cuidados superfluos gasta el tiempo,
    Porque no pone límite al deseo,
    Y porque no conoce hasta qué punto
    El placer verdadero va creciendo:
    Y esto es lo que ha lanzado poco a poco
    Entre borrascas a la humana vida,
    Y ha movido unas guerras tan crueles
    Para arruinar la sociedad entera,
    .El Sol y Luna, estos brillantes globos 2080
    Que van luciendo alternativamente
    Por el rico palacio de los cielos,
    Han dado bien a conocer al hombre
    Vicisitud constante en estaciones
    Y de naturaleza el orden cierto.
    .El hombre ya vivía en fuertes torres,
    Y la tierra se había repartido,
    Y estaba floreciente su cultura;
    Florecía la mar con hondas naves;
    Y por medio de pactos y alianzas 2090
    Entre sí ya se unían las naciones,
    Cuando con sus canciones los poetas
    A transmitir hazañas empezaron
    A la posteridad: no mucho antes
    Se inventó la escritura: por lo tanto,
    De estos antiguos siglos no logramos
    Más vestigios que aquéllos que entrevemos
    Por la razón guiados solamente.
    Y la navegación, la agricultura,
    La arquitectura, la jurisprudencia, 2100
    El arte de hacer armas y caminos,
    De preparar las telas, y las otras
    Invenciones a estas semejantes,
    Y aun todas las que son de mero gusto,
    La pintura, escultura y poesía,
    Se inventaron a fuerza de experiencias
    Por la necesidad y por la industria.
    El tiempo de este modo poco a poco
    Trae los descubrimientos de las cosas,
    Y la industria adelanta sus progresos; 2110
    Pues vemos que el ingenio perfecciona
    Las artes sin cesar unas con otras,
    Hasta que logran perfección cumplida. 2113





    (Fin Libro V)


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    Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.) - Página 2 Empty Re: Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 20 Mayo 2021, 04:06

    .



    Libro VI


    .En otro tiempo Atenas la primera, 1
    Ciudad famosa, descubrió los frutos
    A los mortales desafortunados,
    Y les dio nueva vida, y les dio leyes,
    Y la primera dio dulces consuelos
    Contra las desventuras de la vida;
    Cuando produjo al mundo el varón sabio
    De cuya boca la verdad salía,
    Y de cuyas divinas invenciones
    Se asombra, el universo, y cuya gloria, 10
    Triunfando de la muerte, se levanta
    A lo más encumbrado de los cielos.
    .Porque viendo este hombre que ya habían
    Todo lo más preciso los mortales
    Para vivir y conservar la vida;
    Que tenían riquezas abundantes,
    Y honor, y gloria, y bien nacidos hijos;
    Pero que no dejaban de angustiarse
    Y gemir como esclavos en prisiones,
    Llegó a entender que todo el mal venía 20
    Del mismo vaso, que teniendo vicio
    Malea lo que se echa más precioso:
    Ya porque permeable y sin asiento
    No se llena por mucho que se le eche,
    Ya porque el interior todo emporcado,
    Con su negro veneno inficionaba
    Cualquier cosa en el vaso contenida.
    .Limpió, pues, los humanos corazones
    Con la verdad; les limitó el deseo,
    Les curó sus cuidados y temores, 30
    Y declaroles la naturaleza
    Del sumo bien, a que aspiramos todos,
    Y el camino más fácil y más corto
    Para llegar a él derechamente;
    Y demostroles cuáles son los males
    A que sujeta a los mortales todos,
    El poderío de Naturaleza,
    Y que asaltan al hombre acometiéndole,
    O por acaso o necesariamente,
    Según Naturaleza dispusiera: 40
    Les dijo por qué lado debe el alma
    A sus asaltos resistir invicta,
    Y probó cuán en vano ella fomenta
    De ordinario en el fondo de sí misma
    Las zozobras de tristes aflicciones:
    Así como los niños temerosos
    Se recelan de todo por la noche,
    Así nosotros, tímidos, de día
    Nos asustamos de lo mismo a veces
    Que despavorir suele a los muchachos. 50
    Preciso es que nosotros desterremos
    Estas tinieblas y estos sobresaltos,
    No con los rayos de la luz del día,
    Sino pensando en la Naturaleza:
    Mi voz la cantará con nuevo aliento.
    .Y como te enseñé que el edificio
    Del Mundo era finible, y que tenía
    Principio el cielo, y que los seres todos
    Que nacen y nacieron es preciso
    Que necesariamente se disuelvan, 60
    Oye lo que me falta descubrirte,
    Puesto que la esperanza de mi triunfo
    Me animó a que subiese sobre el carro
    Brillante de la gloria, y nuevo aliento
    Me han dado los obstáculos que había.
    .Y los demás fenómenos que observan
    En el Cielo y la Tierra los mortales
    Tienen suspensas con pavor sus almas,
    Las humillan con miedo de los dioses,
    Y las tienen cosidas con la tierra, 70
    Puesto qué la ignorancia de las causas
    Los fuerza a sujetar Naturaleza
    Al imperio de dioses y a ponerles
    En sus manos el cetro, y se imaginan
    Que algún poder divino hace las obras
    Cuyo primer resorte ellos ignoran:
    Porque los que estuvieren persuadidos
    De que los dioses viven descuidados,
    Si no obstante se admiran de las causas,
    En especial de aquellas apariencias 80
    Que encima de nosotros se descubren
    En la región etérea, nuevamente
    Caen en su inveterado fanatismo,
    Y nos ponen tiranos inflexibles,
    A quienes para colmo de miseria
    Les conceden poder ilimitado;
    Ignorando qué cosa existir puede,
    Cuál no puede, y los límites precisos
    Que la Naturaleza ha señalado,
    En fin, a la energía de los cuerpos, 90
    Por lo que más y más se descaminan.
    .Si no desechas semejantes yerros
    Teniendo por indignos de los dioses
    Y ajenos de su calma estos cuidados,
    Vendrán a tu presencia de continuo
    Estas santas deidades resentidas;
    No porque capaz sea de enojarse
    La majestad suprema de los dioses,
    Y deseen coléricos vengarse
    Con ejemplar castigo de los hombres; 100
    Sino porque estarás muy persuadido
    Que en el seno de un plácido reposo
    Revuelven las venganzas en su pecho;
    No entrarás en los templos de los dioses
    Con pacífico pecho, ni es posible
    Que aquellos simulacros emanados
    De sus augustos cuerpos te presenten
    Sus divinas imágenes con calma;
    ¡Ya ves cuán triste vida te amenaza!
    .Aunque sabiduría por mis labios 110
    Te ha explicado verdades infinitas
    Para alejar de ti tan dura suerte;
    Otras muchas me faltan todavía,
    Y tengo yo además que engalanarlas
    Con lindos versos; tengo que explicarte
    Los diversos fenómenos del cielo:
    Cantaremos también las tempestades,
    Y las causas y efecto de los rayos,
    Porque, supersticioso, neciamente
    En regiones diversas no repartas 120
    El cielo para ver, todo temblando,
    De qué parte salió el alado fuego,
    O hacia dónde tiró precipitado,
    Y cómo por las tapias se introduce,
    Y cómo sale de ellas victorioso:
    Pues todos son efectos naturales,
    Que atribuyen los hombres a los dioses
    Porque no pueden penetrar las causas.
    Calíope, diestra musa, que a los hombres
    Alivias, y recreas a los dioses, 130
    Ven a instruirme tú de mi corrida
    Hacia la ruta de carrera ilustre,
    Para ceñir, guiándome tú ahora,
    De corona inmortal mi sien gloriosa.
    .Tan sólo se estremecen con el trueno
    Las azuladas bóvedas celestes,
    Cuando agitadas por contrarios vientos
    Se chocan mutuamente etéreas nubes
    Por las altas regiones remontadas;
    Pues no viene el tronido de aquel lado 140
    Que hay sereno en el cielo: pero cuando
    Las nubes condensadas se amontonan
    En una parte, allí con mayor fuerza
    Suele sentirse el tormentoso ruido.
    .Además, que no pueden ser las nubes
    De una masa tan densa como piedras
    Y vigas; ni tampoco tan sutiles
    Como la niebla y humo, pues debieran
    Caer en fuerza de su mucho peso
    En el caso primero como piedras; 150
    Si tuvieran la misma consistencia
    Que tiene el humo, no pudieran ellas
    Contener los granizos y las nieves.
    .En la inmensa llanura de los aires
    Hacen también un ruido semejante
    Al de los grandes lienzos que se agitan
    Por entre las columnas y las vigas
    De nuestros coliseos; otras veces,
    Rasgadas por la furia de los vientos,
    Imitan el sonido delicado 160
    Que hace roto el papel entre los dedos,
    Como en el trueno puedes observarlo;
    O el ruido de un vestido que hay colgado,
    O de una hoja volante que los vientos
    En fuerza de sus golpes repetidos
    Agitan y remueven por los aires.
    .También sucede a veces que las nubes
    En lugar de chocarse por delante
    Se comprimen de lado, y van raspando
    Por medio de encontrados movimientos 170
    Lo largo de su cuerpo, de do nace
    Aquel sonido seco que magulla
    Los oídos, y dura mucho tiempo,
    Hasta que se ven libres de aquel lazo.
    Otra causa hay también por la que el trueno
    Nuestro mundo conmueve en ocasiones
    Con estremecimientos tan horribles
    Que parecen las bóvedas del Mundo
    Por todas partes reventar deshechas
    Con repentino golpe; cuando entrado 180
    De pronto el huracán impetuoso
    En medio de las nubes allí brega:
    Rápido torbellino que condensa
    La nube con esfuerzos redoblados,
    La estrecha por los lados, y la ahueca;
    Pero cuando por fin abrieron paso
    Su impetuosidad y su violencia,
    Con horrible estampido sale el viento:
    No es maravilla, cuando el mismo ruido
    De un estallido igual da muchas veces 190
    Una simple vejiga llena de aire.
    También puede explicarse de otro modo
    Aquel ruido que excitan en las nubes
    Los vientos; porque vemos de ordinario
    Que las nubes presentan superficies
    De ramificación larga e incierta:
    Luego deben hacer el mismo ruido
    Que las hojas y ramas de una selva
    Cuando son de los cierzos agitadas.
    .Puede también la furia de los vientos 200
    Reventar una nube si la embisten
    Directamente con furioso aliento:
    La experiencia nos dice cuánta fuerza
    Debe tener su soplo por arriba,
    Cuando aquí bajo, siendo más suave,
    Echan a tierra el árbol más erguido
    Y arráncanle de cuajo fácilmente.
    Hay también en las nubes como olas
    Que deben, estrellándose con furia,
    Producir un murmullo tan profundo 210
    Como el que hace un gran río y océano
    Cuando es por las tormentas agitado.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 21 Mayo 2021, 03:40

    .



    .También del rayo los ardientes fuegos,
    Cuando de nube en nube van cayendo,
    Quizá vienen a dar en nube acuosa,
    Donde mueren con ruido semejante
    Al chirrío del hierro caldeado,
    Cuando rápidamente le metemos
    Desde la misma fragua en agua fría:
    Pero si árida nube coge al rayo, 220
    Se inflama de repente con gran ruido:
    De esta manera el fuego provocado
    Con torbellino de furiosos vientos
    Se extiende por los montes coronados
    De laureles al punto consumidos:
    No hay cuerpo combustible que devore
    El fuego con un ruido más terrible
    Que el árbol consagrado al dios de Delfos.
    .Por fin, el hielo haciéndose pedazos,
    Y el granizo cayendo hacen retumben 230
    Las nubes a lo lejos, cuando el viento
    Las junta y amontona semejantes
    A las montañas, y por fin quebradas
    Caen en tierra revueltas con granizo.
    .También relampaguea si las nubes
    Arrojan mucha ignífera semilla
    En fuerza de su choque, a la manera
    Que sacudiendo un pedernal con otro,
    O dando con un hierro, se ve entonces
    Brillar la luz y chispear de lejos: 240
    Y el relámpago ya vieron los ojos
    Cuando llegan los truenos al oído;
    Porque hieren mas pronto los objetos
    La vista que el oído, como puedes
    Observando tú mismo, si te pones
    A ver cortar al leñador las ramas
    Superfluas de algún árbol con el hacha;
    Pues le verás primero dar el golpe
    Que llegue a tus orejas el sonido:
    El relámpago vemos asimismo 250
    Antes que percibamos el sonido,
    Siendo uno y otro a un tiempo y siendo hijos
    Del mismo choque y de la misma causa.
    .También explicaré de otra manera
    Por qué de rauda luz bañan la tierra
    Las nubes y sus fuegos tembladores
    Hacen brillar durante la borrasca.
    Luego que el viento acometió a la nube,
    Y agitándola siempre, como dije,
    Logró ahuecarla, y recogerla al centro, 260
    Con movimiento rápido se inflama,
    Porque vemos nosotros abrasarse
    Todo cuerpo movido con presteza,
    Y aun la bala de plomo derretirse,
    En un gran trecho, cuando el remolino
    Inflamado rasgó la obscura nube,
    Desparrama sus fuegos de repente
    Lanzados de la nube con esfuerzo,
    Obligando a cerrar los ojos: luego
    Óyese él estampido, que la oreja 270
    Hiere más tarde que la luz los ojos:
    Todos estos efectos ciertamente
    Suponen nubes densas, que arrojadas
    Sean también con ímpetu admirable.
    .No dejes engañarte de tus ojos,
    Que no te enseñan más desde aquí bajo
    Que la extensión y anchura de las nubes
    Más bien que el grueso de ellas y su altura.
    .Para desengañarte, considera
    Las nubes parecidas a unos montes 280
    Que los vientos trasponen por los aires
    En dirección contraria: o si los vientos
    Yacen en sus entrañas sepultados,
    Verás amontonadas estas nubes
    Unas sobre otras por los altos montes,
    Apretarse entre sí por las alturas.
    Entonces podrás tú formar idea
    De sus masas enormes; ver en ellas
    Especies de cavernas fabricadas
    En rocas suspendidas, y los vientos, 290
    Cuando llenan su centro dando muestras
    De tempestad, se indignan en las nubes
    Al verse dentro de ellas encerrados,
    Como lo hacen las fieras en sus jaulas:
    Resuenan a lo lejos sus bramidos,
    Por todas partes quieren escaparse,
    Desprenden de la nube unas semillas
    De fuego, que amontonan y revuelven
    En lo interior de sus ardientes hornos,
    Hasta que ya por fin rasgan la nube 300
    Y en torrentes de luz huyen los vientos.
    .Los rápidos relámpagos que vuelan
    Hacia la tierra, fuegos transparentes
    Más brillantes que el oro, tal vez deben
    Su nacimiento a la substancia misma
    De las nubes, que dentro de sí encierran
    Precisamente una abundante copia
    De moléculas ígneas; en efecto,
    Cuando ningún humor tienen las nubes,
    Por lo común es su color brillante 310
    Así como la llama; porque debe
    También la luz del sol precisamente
    Comunicarlas infinitas partes
    Para estar encendidas de este modo
    Y hacerlas brotar fuego: cuando el viento
    Amontonó estas partes en un sitio,
    Y comprime la nube fuertemente
    Por donde ellas están amontonadas,
    Exprime de la nube estas semillas
    De fuego, las esparce, y las obliga 320
    A arder con los colores de la llama.
    .También relampaguea si las nubes
    Están enrarecidas; cuando el aire
    Agitando la nube dulcemente
    Sus partes va ensanchando y disolviendo,
    Es preciso que caigan por sí mismas
    Las semillas de fuego causadoras
    Del relámpago entonces sin estruendo,
    Sin destrucción y sin cansar terrores.
    .Además, los efectos de los rayos 330
    Dicen cuál sea su naturaleza:
    Las señales que dejan en los cuerpos
    Que consumieron, los vapores densos
    Del azufre que exhalan nos demuestran
    Que son de fuego, no de aire o de agua:
    Abrasan además las fuertes torres,
    Y con rápida llama hacen cenizas
    Los edificios: la Naturaleza
    Este fuego voraz formó de intento
    De sus fuegos más vivos y sutiles: 340
    Ninguna cosa puede resistirle;
    Por medio de las casas pasa el rayo
    Con tanta valentía y ligereza
    Como el grito y la voz; él atraviesa
    Las peñas y metáles; cobre y oro
    Derrite en un momento, y de repente
    Disipa el vino sin lesión del vaso,
    Porque tal vez llegando a introducirse
    Su calor fácilmente en las paredes
    Del vaso, las afloja y enrarece 350
    Y echa por todas partes los principios
    Del vino adelgazándolos primero,
    El mismo Sol hacerlo no podría
    En todo un siglo; tanta es la ventaja
    Del poderío activo de los rayos.
    .Ahora te explicaré sin digresiones
    Cómo se forma el rayo, y cómo adquiere
    Una fuerza capaz de hender las torres,
    Derribar casas, arrancar las vigas,
    Demoler las memorias de los hombres 360
    Y dejar a los mismos hombres muertos,
    Sin vida echar por tierra los ganados,
    Y muchas destrucciones semejantes.
    .De las nubes espesas y apiñadas
    Por las altas regiones nace el rayo:
    Ninguno viene de sereno cielo,
    Ni las nubes ligeras los despiden;
    Como nos lo declara la experiencia
    Cuando vemos cubrirse la atmósfera
    De espesas nubes en aquel momento 370
    En que la tempestad prepara el rayo:
    Parece que han salido las tinieblas
    Del Aquerón, a un tiempo, obscureciendo
    La cavidad inmensa de los cielos;
    Nos cubre horrible noche con su manto;
    Pende el terror encima de nosotros.
    .También alguna vez la negra noche,
    Como río de pez que descendiese
    Del cielo por el mar, sobre sus ondas
    Cae tan precipitada, y a lo lejos 380
    Derrama las tinieblas; tras sí arrastra
    La tempestad, preñada de huracanes,
    De rayos y de fuegos y de vientos
    Tan furibundos, que en la tierra tiemblan
    Los hombres y se meten en sus casas.
    Es creíble que tengan mucho cuerpo
    Las nubes borrascosas que se forman
    Sobre nuestras cabezas; pues la Tierra
    En noche obscura no se sepultara
    Si multitud de nubes por encima 390
    Toda la luz del Sol no la robaran;
    Las lluvias abundantes no podrían
    Hinchar los ríos o inundar los campos,
    Si no estuviera la región etérea
    Llena toda de nubes elevadas.
    .Fuegos y vientos hay por todas partes,
    De cualquier lado truena por lo mismo,
    Y salen los relámpagos: ya he dicho
    Que tienen mucha ignífera semilla
    Todas las nubes en su centro hueco: 400
    Que los rayos del Sol y sus ardores
    Las aumentan también precisamente.
    Cuando el viento amontona en su paraje
    Todas aquellas nubes, saca de ellas
    Infinitas moléculas de fuego,
    Con las cuales él mismo se revuelve:
    El remolino entonces prisionero
    En la nube se agita, y allí aguza
    El rayo en medio de esta fragua ardiente.
    El viento, pues, se enciende de dos modos: 410
    Por actividad propia, o por contacto
    De fuego: y cuando ya de esta manera
    Se encendió él a sí mismo, o recibiera
    La impresión de la llama, presto el rayo
    Rompe la nube; entonces de improviso
    Luces resplandecientes va esparciendo
    Por todas partes, y hórrido estallido
    Se deja oír, como si caminaran
    Sobre nosotros rotas de repente
    Las bóvedas del cielo: todo el Globo 420
    Retiembla entonces, y de polo a polo
    Por todo el firmamento corre el trueno:
    Porque a la vez se agitan y retumban
    Todos juntos entonces los nublados,
    Y de este general sacudimiento
    Nace una lluvia tan copiosa y fuerte,
    Que parece que quiere convertirse
    En agua todo el cielo, y que de nuevo
    Se va a anegar la Tierra con diluvio:
    Tanto asusta el sonido de las nubes 430
    Que se rompen a un tiempo, y de los vientos
    Que braman agitados, y del rayo
    Que reluce volando por los aires.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 22 Mayo 2021, 03:43

    .



    .También un viento externo e impetuoso
    Viene a caer sobre una nube espesa
    Do está el rayo formado, la que abierta,
    Deja caer de pronto el torbellino
    De aquel fuego que rayo le llamamos:
    Esto también sucede a otros nublados
    Según las direcciones de los vientos. 440
    .Puede también acontecer a veces
    Que, sin estar el viento aún encendido,
    Sin embargo se inflame en largo trecho;
    Que en su misma carrera se despoje
    De aquellos elementos más groseros
    Que no pueden pasar por la atmósfera,
    Y que del aire mismo tome al paso
    Las más finas moléculas, que le hagan
    Inflamarse volando envuelto en ellas:
    Como bala de plomo se escandece 450
    En su carrera cuando va dejando
    Los principios más fríos en el aire,
    Y semillas de fuego en él recoge.
    .La inflamación, en fin, puede que nazca
    Del mismo choque; cuando el viento frío
    Sin fuego azota, entonces por ventura
    Saca la violencia de su golpe
    Moléculas de fuego de sí mismo
    Y del cuerpo chocado, como cuando
    Un pedernal herimos con el hierro 460
    Salen las chispas, y aunque el hierro es frío,
    Sabe la colisión sacar semillas
    Refulgentes de llama; pues lo mismo
    Debe encender el soplo de los vientos
    Los cuerpos que sacude, si inflamable
    Es la naturaleza de estos cuerpos:
    Sin ser un temerario no se puede
    Enteramente asegurar que el viento
    Tan rápido bajando desde arriba
    Sea del todo frío; y si en su curso 470
    No se inflamó, debe llegar al menos
    Entibiado y revuelto en algún fuego.
    .La rapidez del rayo y golpe fuerte
    Y su caída violenta nacen
    De su natural ímpetu: encerrado
    En las nubes, y allí, cobrando fuerzas,
    Con nuevo brío intenta salir de ellas;
    Cuando el nublo no puede resistirse
    A este aumento de ímpetu, se escapa
    Con una prodigiosa ligereza 480
    El fuego destructor, como las piedras
    Lanzadas por las máquinas terribles.
    .Junta también a esto ser el rayo
    De finos y sutiles elementos;
    Y con esta figura no es tan fácil
    Hacerle resistencia, pues se cuela
    Y sé insinúa, por lo más estrecho:
    No puede cuerpo alguno con su choque
    Detener su raudísima carrera.
    Además de que todo cuerpo grave 490
    Por natural impulso tiende abajo;
    Pero si la impulsión se junta al peso,
    Su rapidez se dobla, y se acrecienta
    Aquel ímpetu suyo de contado.
    El rayo así con estas fuerzas dobles
    Debe quitar del medio en un instante
    Cualquier estorbo que se encuentre al paso,
    Y proseguir su marcha sin pararse.
    .En fin, la longitud de su caída
    Más y más acelera el movimiento, 500
    Que siempre va creciendo; y aumentando
    Su ímpetu, vigora los ataques,
    Sus divergentes átomos juntando
    Y dirigiendo todos sus esfuerzos
    Hacia el punto común a donde corre.
    .También quizá viniendo hacia nosotros
    Quita de paso el rayo al aire mismo
    Corpúsculos que puedan darle fuerza
    Y acelerar su golpe impetuoso.
    .Hay muchos cuerpos que penetra el rayo 510
    Sin daño alguno de ellos, porque encuentra
    Conductos que atraviesa velozmente:
    Hay otros que destruye y descompone,
    Por que viene a atacar directamente
    Las moléculas que unen su tejido:
    Él con facilidad derrite el cobre
    Y hace que hierva el oro en un instante,
    Porque de átomos lisos y sutiles
    Se forma el rayo, los que fácilmente
    Dentro de estos metales se introducen, 520
    Y desatan sus nudos al momento
    Y todas sus lazadas desaprietan.
    .En el Otoño y en la Primavera,
    Cuando se abren las flores por los campos,
    El palacio encumbrado de los cielos
    De fulgentes estrellas se estremece
    Por todas partes más a la continua:
    Se estremece también toda la tierra,
    Porque en Invierno faltan muchos fuegos,
    Y los vientos se calman en Estío, 530
    Y las nubes no tienen tanto cuerpo.
    En estaciones medias, pues, concurren
    Todas las varias causas de los rayos:
    Vienen a ser los límites comunes
    Do el frío y el calor se están tocando
    Agentes necesarios de los rayos,
    Que entrambos introducen la discordia
    En la naturaleza, y con gran ruido
    El fuego encienden de las tempestades
    Y enfurecen el aire con los vientos: 540
    Porque el fin del Invierno y el principio
    De Estío son los que hacen el Verano:
    Por lo cual deben el calor y el frío,
    Principios entre sí tan encontrados,
    Luchar y revolver todas las cosas:
    El Otoño, que forma la salida
    Del Estío y la entrada del Invierno,
    Debe observar las riñas y pendencias
    Del frío y del calor; guerras del año
    Pueden llamarse entrambas estaciones: 550
    No es extraño que se hagan muchos rayos
    Entonces, y que el cielo se alborote
    Con tempestades, porque la discordia
    Está continuamente fomentada
    Con llamas y con vientos y con nublos.
    .Así se indaga la naturaleza
    Del ignífero rayo y sus efectos;
    No consultando vanas predicciones
    De los toscanos para hallar indicios
    Del secreto consejo de los dioses: 560
    O de dónde salió el alado fuego,
    O hacia donde tiró precipitado,
    De qué modo se entró por las paredes
    Y cómo sale de ellas victorioso,
    O qué daño presagia su caída.
    .¿Por qué, si Jove y las demás deidades
    Estremecen las bóvedas celestes
    Con sonido terrífico, y arrojan
    Los rayos por do quiera que les place;
    Por qué de parte a parte no dividen 570
    El pecho del malvado que se entrega
    A odioso crimen descaradamente,
    Y las llamas del rayo vaheando
    Dan a los hombres documento horrible?
    ¿Por qué más bien revuelven en sus llamas
    Al inocente a quien maldad no arguye,
    Y a quien súbitamente le circunda
    El fuego celestial en remolino?
    ¿Por qué, además, emplean su trabajo
    Contra las soledades vanamente? 580
    ¿Es por ejercitar mejor sus brazos,
    O por asegurar mejor sus golpes?
    ¿Por qué sufren se emboten en la tierra
    Los que despide el padre de los dioses?
    ¿Por qué de ellos él mismo se despoja,
    Y para sus contrarios no los guarda?
    .En fin: ¿por qué no lanza Jove el rayo
    Y nunca mueve tempestad de truenos
    Cuando hay serenidad por todo el cielo?
    ¿Cuando acaban las nubes de formarse, 590
    Monta entonces en ellas por ventura,
    Por dirigir sus tiros más de cerca?
    ¿Por qué razón contra la mar asesta?
    ¿Por qué hiere las ondas, estas masas
    Líquidas, estos cuerpos fluctuantes?
    .Si quiere nos guardemos de los rayos,
    ¿Por qué no deja verlos desde lejos,
    Y si quiere cogernos descuidados
    ¿Por qué truena de modo que podamos
    Evitarlos? ¿A qué son los retumbos, 600
    Tinieblas y murmullos que preceden?
    .¿Puedes tú concebir que los dispare
    Al mismo tiempo por distintas partes?
    No puedes refutarlo, sin que niegues
    Una experiencia tan frecuente y cierta.
    Es preciso que pueda caer el rayo
    Al mismo tiempo por distintos lados,
    Como vemos que llueve y caen las lluvias.
    .¿El rayo asolador por qué derriba,
    En fin, los templos santos de los dioses, 610
    Estas habitaciones suntuosas,
    Y rompe sus estatuas bien labradas,
    Y roba a sus imágenes el culto
    Con golpe violento? ¿Por qué ataca
    De ordinario los sitios elevados,
    Y vemos en las cumbres de los montes
    Más bien que en otra parte sus vestigios?





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 23 Mayo 2021, 04:00

    .



    .Por lo que te he explicado de los rayos
    Es fácil conocer de qué manera
    Sobre la mar se arrojan desde arriba 620
    Los tifones, que présteres clamaron
    Los griegos atendiendo a sus efectos.
    Por qué bajan a veces desde el cielo
    Sobre la mar como en columna larga,
    Y todo alrededor bullen las ondas
    Agitadas con soplo impetuoso;
    Y las naves entonces sorprendidas
    Por el vertiginoso meteoro
    Están expuestas al mayor peligro:
    Y la causa es que el viento algunas veces 630
    No teniendo potencia suficiente
    Para romper la nube que ha embestido,
    La baja poco a poco hacia las aguas
    Como columna echada desde el cielo,
    O más bien como masa disparada
    De arriba abajo por robusto brazo,
    La cual sobre las ondas se extendiese:
    Cuando rasga la nube, el viento se entra
    Con ímpetu en la mar, y en ella excita
    Un hervor increíble; porque entonces, 640
    Sin cesar agitándose la manga,
    Baja a la par la nube, que se presta
    A cualquier movimiento de la bomba:
    Y así que la extendió sobre las aguas
    El vértice de pronto se zabulle.
    Hace toda la mar un hervidero,
    Mueven sus olas espantoso ruido.
    .El mismo torbellino que en el aire
    Juntó los elementos de la nube,
    Se envuelve algunas veces dentro de ella, 650
    Imitando las mangas por la tierra;
    Y cuando al suelo se bajó la nube,
    Rasgándose, vomita de su cuerpo
    Un remolino, un huracán furioso.
    Mas siendo estos fenómenos muy raros
    A causa del obstáculo que oponen
    En la tierra a los vientos las montañas,
    Deben ser más frecuentes en los mares,
    Que son tan extendidos y patentes.
    Los nublados se forman cuando muchos 660
    Angulosos corpúsculos, volando
    Sin cesar en la atmósfera, se juntan
    Entre sí de repente, y se condensan
    A pesar de sus débiles uniones:
    Sólo son al principio nubecillas;
    Empero todas juntas apiñadas,
    Y entre sí reunidas, van creciendo,
    Y los vientos las llevan de manera
    Que nace de ellas tempestad furiosa.
    .Y cuanto más vecinas a los cielos 670
    Tienen también sus cumbres las montañas,
    Tanto más una niebla amarillenta
    Y una especie de humo siempre espeso
    Las obscurece; porque cuando empiezan
    A tomar consistencia los nublados,
    Sin que puedan aún verlos los ojos,
    Los vientos los conducen y aglomeran
    Sobre la cima de elevado monte:
    Cuando, por fin, después se reunieron
    En mucho mayor número apiñados, 680
    Condensados los vemos elevarse
    Desde la húmeda cumbre por los aires:
    Puesto que la razón y la experiencia
    Dicen ser el teatro de los vientos
    Aquellos sitios que hay más elevados.
    .Además quita la Naturaleza
    También muchos corpúsculos de encima
    De todo el mar, como nos lo declaran
    Las ropas que tendemos en la playa
    Poniéndose mojadas: luego es claro 690
    Que contribuyen las emanaciones
    De este salado fluido agitado
    Al acrecentamiento de las nubes.
    .Vemos también que de los ríos todos
    Y de la misma tierra se levantan
    Unas nieblas y cálidos vapores
    Cuyas exhalaciones se remontan
    Por el aire, y los cielos obscurecen,
    Y con sus reuniones insensibles
    Forman espesas nubes; pues las olas 700
    De la substancia etérea las empujan
    Por la parte de arriba, y condensadas
    Cubren casi las bóvedas azules..
    .Puede también que vengan de otros mundos
    A reunirse en éste aquellos cuerpos
    Que forma los nublados y tormentas:
    Porque te he dicho que es innumerable
    El número de átomos, y el todo
    Ser también profundísimo: no ignoras
    De cuánta ligereza están dotados 710
    Los átomos, y cuán rápidamente
    Suelen correr espacio inmensurable;
    Por lo que no es extraño, que al momento
    Cubran la tempestad y las tinieblas
    Colgadas en el aire mar y tierra,
    Y las montañas; pues los elementos
    Encuentran siempre entradas y salidas
    Por donde quiera en todos los conductos
    Del éter, y por todas las lumbreras
    Del mundo, por decirlo de este modo. 720
    .Ahora te explicaré cómo se aumentan
    Las aguas de la lluvia en nubes gruesas,
    Y cómo desde allí caen en la tierra.
    Y es preciso ante todo persuadirte
    Que se levantan con las mismas nubes
    Infinitas moléculas de agua
    De todo cuerpo, y a la par se aumenta
    Con la misma substancia de la nube,
    Del mismo modo que el sudor, la sangre,
    Y cualquiera otro líquido del cuerpo 730
    Crece a la par que todos nuestros miembros.
    Los nublados a veces también cargan
    De las aguas marinas, semejantes
    A vellones de lana suspendidos
    Cuando son conducidos por los vientos
    Sobre la superficie de los mares;
    También de todo río se levanta
    El agua hacia las nubes; pero cuando
    Estas semillas de agua, acrecentadas
    De todas partes con emanaciones 740
    Tan grandes y diversas, se juntaron
    Y las condensa el soplo de los vientos,
    Entonces determina su caída
    Doblada fuerza; la presión de vientos
    Y la copia de nubes apiñadas,
    Las cuales gravitando unas sobre otras
    Hacen caer las lluvias dilatadas.
    .Cuando además los vientos enrarecen
    Los nublados, o cuando son disueltos
    Por el calor del Sol, que hiere encima, 750
    Humor pluvioso entonces van soltando,
    Y corren gota a gota como cera
    Que se va derritiendo puesta al fuego.
    Es copiosa la lluvia si las nubes
    Experimentan esta doble fuerza,
    La presión de su peso y de los vientos;
    Y suele durar mucho, y encerradas
    Suele tener las gentes en su casa,
    Cuando están muy espesos los nublados,
    Y cuando unos sobre otros se amontonan, 760
    Y se derraman hacia todas partes,
    Cuando toda la tierra restituye,
    El mismo humor con sus exhalaciones.
    .Cuando entre obscura tempestad embiste
    Con sus rayos el Sol lluviosa nube
    Que en frente de sí tiene, se descubren
    En medio de las nubes tenebrosas
    Los colores del Iris variados.
    .De otros meteoros que se forman
    Y crecen combinados en las nubes, 770
    Como la nieve, vientos y granizo,
    Las escarchas y el hielo que endurece
    Las aguas, y refrena la corriente
    De los ríos, es fácil que comprendas
    Sus efectos y causas si entendieres
    Las propiedades de los elementos.
    .Pon atención en conocer la causa
    Ahora de los temblores de la tierra;
    Y debes persuadirte, sobre todo,
    Que el globo interiormente como fuera 780
    Está lleno de vientos, de cavernas,
    De lagos, precipicios y peñascos,
    De rocas y de ríos escondidos,
    Cuya corriente impetuosa arrastra
    Las peñas sumergidas en su madre:
    La razón, pues, exige que la tierra
    Se asemeje a sí misma en todas partes.
    .Supuestas de antemano estas nociones,
    Tiembla la tierra por su superficie
    Con motivo de haberse desplomado 790
    En su interior grandísimas cavernas,
    Que viene a demoler por fin el tiempo;
    Como que enteros montes se arruinan,
    Cuyo sacudimiento pronto y fuerte
    Extiende los temblores a lo lejos:
    Cuando un carro que no es de mucho peso
    Hace temblar todos los edificios
    Que están al paso, no retiemblan menos
    Todos los sitios del contorno cuando
    Arrastran los corceles arrogantes 800
    Las llantas de las ruedas bien herradas.
    .También puede caer al cabo de años
    Una masa disforme de la tierra
    En un lago vastísimo, y el orbe
    Vacilar tal vez puede con motivo
    Del movimiento que excitó en las aguas,
    Así como en el suelo no está inmóvil
    El vaso lleno de una agua agitada
    Hasta ponerse toda en equilibrio.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 24 Mayo 2021, 03:58

    .



    .Cuando, además, el viento recogido 810
    Entre las cavidades interiores
    De la tierra se arrojó violento
    Sobre una parte, y con sus fuerzas todas
    Hace presión en las cavernas
    Inclínase la tierra hacia la parte
    Donde el viento dirige sus esfuerzos,
    Y las casas entonces que hay encima
    Inclínanse también cuanto más altas,
    Cuanto más se avecinan a los cielos,
    Y perdiendo el nivel salen las vigas, 820
    Y amenaza venirse todo al suelo.
    Y temen presumirse si ha prescrito
    Naturaleza un paso a la ruina
    Y destrucción total del mundo entero,
    Cuando ven su gran mole pronta a hundirse.
    Si los vientos aliento no tomasen
    Nada capaz sería de enfrenarlos,
    Ni detener su furia destructora;
    Mas como se sosiegan alternando,
    Y vuelven al ataque nuevamente, 830
    Y se ven rechazados con ventaja,
    Amenaza la tierra desplomarse;
    Ella se inclina y otra vez se alza;
    Y pierde el equilibrio, y con su peso
    Otra vez le recobra: por lo mismo
    Toda cosa vacila más o menos
    Según su elevación, pues las más bajas
    Casi no sienten el temblor de tierra.
    .También pueden causar estos temblores
    Un viento impetuoso, un grande soplo 840
    De fuerza introducido de repente,
    O nacido del seno de la tierra,
    Que después que se entró en las cavidades
    Del globo, con tumulto anticipado
    Entre inmensas cavernas va bramando
    Y se revuelve mucho y no se escapa
    Por fuera de la tierra hasta que la abre
    Y con su gran violencia la divide,
    Y forma en ella abismos anchurosos;
    De esta manera fue Sidón tragada, 850
    Obra de tirios, y en Peloponeso
    También Egina. ¡Ay, cuántas ciudades
    Esta erupción furiosa de los vientos
    Y el temblor de la tierra han destruido!
    ¡A cuántas los horribles terremotos
    Han hundido debajo de la tierra,
    Y con sus ciudadanos juntamente,
    Cuántas otras los mares sepultaron!
    .Pues si el viento no llega a romper fuera,
    Su soplo impetuoso se divide 860
    Por todos los conductos de la tierra
    Y en sus entrañas férvidas excita
    Un temblor general, del mismo modo
    Que cuando se introduce por los miembros
    Interiormente el frío, y los sacude,
    Nos hace tiritar a pesar nuestro:
    Con un doble terror vagan las gentes
    Por la ciudad entonces asustadas,
    Pues sobre su cabeza ven la muerte,
    Debajo de los pies también la temen: 870
    Temen que caiga derrumbado el techo,
    Temen disuelva la Naturaleza
    Las bóvedas del globo de repente,
    De par en par abriendo estos abismos
    Anchurosos, queriendo trastornada
    Con sus mismas ruinas rellenarlos.
    Por lo cual, aunque vivan persuadidos
    De ser incorruptibles cielo y tierra,
    Y destinados a existencia eterna,
    La vista de un peligro tan urgente 880
    Introduce pavor y desconfianza
    En sus almas a veces, y les hace
    Temer no huya la tierra en un instante
    Con dirección al báratro profundo,
    Y que el gran todo caiga detrás de ella,
    Y que no reste más de todo el mundo
    Que un cúmulo confuso de ruinas.
    .Ahora debo explicar precisamente
    Cómo la mar no sabe qué es aumento.
    Admíranse de que la mar no aumenta 890
    Su volumen jamás con tantas aguas
    Como corren a ella y tantos ríos
    Como por todas partes desembocan:
    Junta las tempestades y las lluvias
    Que sobre mar y tierra caen a un tiempo
    Además de sus propios manantiales;
    ¿Dejarán, sin embargo, de admirarse
    Si consideran que estas aguas juntas,
    Con el mar extendido comparadas,
    Viene a ser apenas una gota? 900
    .Roba el calor del sol una gran parte,
    Pues vemos secan sus ardientes rayos
    En un instante la mojada ropa:
    Será su acción más fuerte y más activa
    Sobre la faz inmensa de los mares
    Aunque el sol tome una porción muy corta
    De cada sitio de por sí, no obstante,
    Debe robar en extensión tan grande
    Cúmulo inmenso de marinas aguas.
    .Cuando con furia el mar barren los vientos, 910
    Se llevan tras de sí gran parte de agua;
    Porque es frecuente a veces en la noche
    Ver que se ponen secos los caminos
    Y endurecido el lodo con su soplo.
    .Además, te enseñé que los nublados
    Atraen a sí las aguas de los mares,
    Y por la haz de la tierra las esparcen
    Cuando llueve sobre ella, y cuando llevan
    Los vientos por la atmósfera las nubes.
    Por fin, supuesto que es la tierra un cuerpo 920
    Poroso, que la mar contigua ciñe
    Por todas partes, recibir no puede
    El mar en sí las aguas de la tierra
    Sin que reciba aquésta al mismo tiempo
    Las saladas del mar, que ciertamente
    Se filtran por el seno de la tierra,
    Y se recogen y se juntan todas
    Donde tienen los ríos nacimiento,
    Y fluyen dulcemente por la tierra,
    Por donde, una vez rota, facilita 930
    Que con líquido pie corran las aguas.
    .Explicaré al presente por qué causa
    Vomita a veces Etna por sus bocas
    Las llamas en espeso torbellino:
    La tempestad de fuego, dominando
    Con estrago en los campos sicilianos,
    No hizo mirar a los vecinos pueblos;
    No volviendo la vista a los torrentes
    De chispas y de humo, que cubrían
    La atmósfera: a la vez, les daba pena, 940
    De pávido cuidado hinchiendo el pecho,
    Esperando los nuevos infortunios
    Que la Naturaleza preparaba.
    .Si de tales fenómenos deseas
    Tener conocimiento, es necesario
    Que des una ojeada vasta y grande
    Sobre Naturaleza, y que sus partes
    A la vez consideres todas juntas,
    Acordándote siempre que el gran todo,
    Es infinito, y que supone poco 950
    El cielo comparado al universo;
    Y que es el hombre imperceptible cosa
    Si se compara con el orbe entero.
    Si tú penetras bien este principio,
    Si te convence una verdad tan clara,
    Ya no te admirarás de muchas cosas.
    .¿Se admira acaso alguno de nosotros
    Si le abrasa a cualquiera ardiente fiebre,
    U otra cualquier enfermedad aguda
    Se extiende por sus miembros doloridos? 960
    Porque se hinchan los pies en un instante,
    El más vivo dolor coge los dientes,
    Y ataca alguna vez los mismos ojos:
    De San Antón el fuego va creciendo,
    Y extendiéndose abrasa todo el cuerpo,
    Sin admirarse, porque se conocen
    De muchos cuerpos las emanaciones:
    Y las exhalaciones de la tierra
    Y el aire infecto son muy suficientes
    Para dar ser y rápidos progresos 970
    A las enfermedades más terribles.
    Así se ha de creer que este gran todo,
    Como infinito, suministra al cielo
    Y a la tierra los átomos capaces
    De estremecer el globo de repente,
    De recorrer en raudo torbellino
    El mar y tierra, y de lanzar por Etna
    Copiosos fuegos, de inflamar el cielo:
    El mismo cielo si puede inflamarse
    Tan fácilmente como caen las lluvias 980
    A mares en la tierra cuando llegan
    A juntarse en la atmósfera las aguas.
    .Pero me dirás tú que estos incendios
    Son muy considerables: lo confieso;
    Así como parece grande un río
    A quien no vio jamás otro más grande:
    Y así un árbol, un hombre y todo cuerpo
    De la especie que quieras son disformes
    Para aquél que no ha visto otros mayores:
    Cuando nada suponen estos cuerpos, 990
    Aunque juntes el cielo, mar y tierra,
    Si con el Universo se comparan.
    .Pero expliquemos ora de qué modo
    La llama enfurecida en un instante
    De las vastas hornazas de Etna sale.
    Lo primero, está hueco todo el monte
    Por su parte interior; sobre cavernas
    De pedernales casi está fundado:
    Así que, las cavernas todas tienen
    Vientos y aire, no siendo otra cosa 1000
    El viento más que el aire conmovido:
    Y cuando este elemento furibundo
    Llegó a inflamarse, y ha comunicado
    Su ardor a los peñascos y a la tierra,
    En torno de la cual sin cesar gira
    Y saca de ellos con veloces llamas
    Fuego devorador, él se levanta
    Y se arroja derecho por las bocas
    De la montaña, y a lo lejos echa
    La llama y la ceniza, y sale envuelto 1010
    Entre humo espeso y negro, y juntamente
    Lanza piedras de peso extraordinario:
    Sin que te quede duda ser efectos
    Del ímpetu furioso de los vientos.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 25 Mayo 2021, 03:28

    .



    .En gran parte la mar, además, baña
    Las faldas de este monte, y las azota
    Con sus olas, y luego se retira:
    Por debajo de tierra las cavernas
    Desde la misma mar se comunican
    Con las altas gargantas de este monte: 1020
    No podemos dudar que entran los vientos
    Por estas bocas, y que se dirigen
    Soplando interiormente hacia la cumbre:
    Y por esto se ven volar las llamas,
    Y van a dar muy lejos los peñascos
    Y las nubes de arena se derraman:
    Hay en la cima unos embudos anchos
    Por do escapan los vientos, que los griegos
    Cráteres llaman, a los que nosotros
    Llamamos las gargantas o las bocas. l030
    .Para algunos fenómenos no basta
    Dar una explicación; antes precisas
    Son otras muchas, para hallar alguna
    Entre ellas verdadera; por lo tanto,
    Si ves tú desde lejos el cadáver
    De algún hombre tendido sobre el suelo,
    Es preciso decir todas las causas
    De la mortalidad para que sepas
    La causa de la muerte de aquel hombre;
    Porque no puedes decidir si ha muerto 1040
    De muerte dada a hierro o por el frío,
    O por enfermedad o con veneno:
    En general sabemos que él ha muerto
    Por una de las causas que he nombrado;
    Mas sólo los testigos oculares
    Pueden decir la causa verdadera:
    Así también estamos indecisos
    Sobre muchos fenómenos que vemos.
    .Crece el Nilo y rebosa por los campos
    En el estío, siendo el solo río 1050
    Que hay en todo el Egipto, y va regando
    Las campiñas en medio de calores;
    O bien porque reinando en el estío
    Etesios vientos, soplan aquilones
    Contra el embocadero y la corriente,
    Y su curso retardan y recrecen
    Las aguas, y se llena todo el río,
    Y le hacen que se pare; ciertamente
    El soplo de estos vientos se dirige
    Contra el curso del río, porque vienen 1060
    Etesios vientos de constelaciones
    Frías del polo boreal, y el Nilo
    Tiene su nacimiento en las regiones
    Del Mediodía, en los ardientes climas
    Que el sol visita en medio de su curso,
    Entre los hombres negros y tostados.
    .Grandes bancos de arena tal vez forman
    Al agua un dique en el embocadero
    Cuando el mar agitado con los vientos
    Hacia adentro la arena va metiendo, 1070
    Por lo que es menos libre su desagüe,
    Y la madre está menos inclinada,
    Y se refrena el ímpetu del río.
    .Por fortuna quizá en su nacimiento
    Las lluvias son también más abundantes
    En aquella estación en que las nubes
    Juntas al Mediodía son llevadas
    Por los vientos etesios a aquel lado,
    Las cuales se amontonan apiñadas
    Sobre la cumbre de elevados montes 1080
    Y la presión del peso las esparce.
    .Tal vez puede venir esta creciente
    De los montes alzados de la Etiopía,
    Cuando el sol, abrasando con sus rayos
    A la naturaleza, hace que bajen
    Las nieves derretidas a los campos.
    .Al presente diré qué cosa sean
    Aquellos sitios y funestos lagos
    Que se llaman avernos; este nombre
    Al principio les dieron con motivo 1090
    Del efecto que causan, porque matan
    En general las aves; cuando vienen
    Volando por encima de estos sitios
    Directamente, de volar se olvidan
    Y, perdiendo sus alas los resortes,
    Torciendo la cabeza caen sin fuerzas
    Precipitadas en la tierra, o agua,
    Quizá conforme a la naturaleza
    De aquel averno que las da la muerte.
    .Cual es el que hay en Cumas y en Vesubio: 1100
    Fuentes cálidas son las que vaporan
    Un humo espeso; y otro semejante
    Hay también en los muros atenienses,
    En el remate de la ciudadela,
    Cerca del templo de tritonia Palas:
    Do las roncas cornejas jamás llegan
    Aunque las brinde el humo de las aras.
    Huyen tan azoradas las cornejas,
    No los vivos enojos de Minerva,
    Que con su vigilancia provocaron, 1110
    Según lo cantan los poetas griegos;
    Antes bien los vapores de este sitio,
    Muy suficientes para hacer se vuelvan,
    También cuentan que en Siria hay otro averno
    Do los mismos cuadrúpedos no pueden
    Sus pasos dirigir sin que al momento
    Los haga el vaho caer muertos en tierra,
    Así como si fueran conducidos
    A inmolarlos a dioses del Infierno.
    Efectos naturales, pues, son todos, 1120
    Y se puede atinar bien con sus causas
    Sin presumir que sean estos sitios
    Mucho más bien las puertas infernales
    Por do los dioses del obscuro imperio
    Atraen quizá las almas de los muertos
    Sobre la orilla de Aquerón; conforme
    A la opinión común de que la simple
    Aspiración de los ligeros ciervos
    Saca de sus guaridas las serpientes.
    .Recuerda la doctrina que he inculcado, 1130
    A saber, que la tierra en sí contiene
    Un número muy grande de elementos
    Configurados de distinto modo:
    Que hacen vivir al hombre muchos de ellos;
    Que otros engendran las enfermedades
    Y aceleran su muerte: también dije
    Más o menos análogos ser todos
    A conservar diversos animales
    Según sus diferentes contexturas
    Y su naturaleza muy diversa 1140
    Y elementales configuraciones:
    Entran muchos hiriendo los oídos;
    Despidiendo otros un olor ingrato,
    Con gran molestia hieren el olfato;
    Otros evita el tacto, otros la vista,
    Y son otros al gusto desabridos:
    La experiencia te enseña cuantos cuerpos
    Producen en el hombre sensaciones
    Ingratas y molestas y penosas.
    .Hay árboles que tienen una sombra 1150
    Cargada de moléculas dañosas,
    La cual causa dolores de cabeza
    Muy fuertes a cualquiera que se tiende
    Debajo a descansar sobre la hierba.
    Del Helicón en la elevada cumbre
    Hay un árbol también que mata al hombre
    Con el olor infecto de sus flores:
    Y nacen todas estas producciones
    De la tierra, porque ella en sí contiene
    Gran copia de semillas combinadas 1160
    De modos infinitos y diversos,
    Con cuyas secreciones alimenta
    Cada individuo de por sí la tierra.
    .Y recién apagada la luz echa
    Un olor de su pábilo, que afecta
    Desagradablemente nuestro olfato,
    Adormece los hombres y los tumba
    Como si padecieran la epilepsia:
    Y se cae la mujer adormecida
    Con el olor subido del castóreo; 1170
    Y la obra delicada se desliza
    De entre sus tiernas manos si lo huele
    Al tiempo de pagar menstruo tributo:
    Además también hay otras substancias
    Que aflojan el sistema de los miembros
    Y el alma recogida bambolean:
    En fin, si te estuvieres mucho tiempo
    En un baño caliente, o te sumerges
    En el mismo saliendo de la mesa,
    ¡Cuánto no hay que temer el que te caigas 1180
    En medio de las aguas sin sentido!
    Y el activo vapor de los carbones
    ¡Qué pronto se introduce en el cerebro
    Si no bebemos agua de antemano!
    Golpe de muerte da el olor del vino
    A aquel hombre que tiene consumidos
    Todos sus miembros en la ardiente fiebre.
    ¿No ves también cómo en la misma tierra
    Nace el azufre y el betún que exhalan
    Un olor penetrante? Por fin, cuando 1190
    Con el hierro en la mano van los hombres
    Rasgando las entrañas de la tierra
    Para buscar las venas de oro y plata,
    ¿Qué vapores no salen de la mina?
    ¿Qué olores tan mortales no se exhalan
    De este rico metal que yace en ella?
    ¿No ves la cara y tez descolorida
    De los míseros que andan condenados
    Por la ley a trabajos tan penosos?
    ¿Cuán en breve perecen no has oído 1200
    Y cuán corto es el plazo de su vida?
    Así, es preciso que la tierra exhale
    Todos estos vapores esparcidos.
    Por fuera en las llanuras de los aires.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 26 Mayo 2021, 03:45

    .



    .Así deben también avernos sitios
    Echar de sí mortíferos vapores
    A las aves; los cuales se levantan
    Desde la misma tierra por los aires,
    Y parte de la atmósfera envenenan,
    Y cuando llega allí volando el ave, 1210
    La ponzoña invisible la entorpece
    Allí su movimiento, y cae derecha
    Donde el vapor dirige su caída;
    Do, ya precipitada, el mismo tufo,
    Entonces más activo lanza fuera
    De sus miembros los restos de la vida;
    Porque el primer ataque solo excita
    En el ave unas ciertas convulsiones;
    Pero ya que una vez están caídas
    Las aves en las fuentes ponzoñosas, 1220
    Allí el último aliento de la vida
    Exhalan de ponzoña circundadas.
    Puede también que estas exhalaciones
    Enrarezcan la masa de aire puesta
    Entre la tierra y aves, de manera
    Que esté casi vacío aquel espacio:
    Cuando vienen volando por encima
    De estos sitios las aves, al momento
    En medio del vacío inútilmente
    Mueven las alas, ni su esfuerzo ayuda 1230
    Alguna reacción, porque, no hallando
    Mas apoyo en el aire, y no pudiendo
    Sostenerse en sus alas, las obliga
    Con su peso a caer naturaleza;
    Y ya tumbadas dentro del vacío,
    Por los poros del cuerpo echan el alma.
    .Está más fría el agua de los pozos
    En el estío porque enrareciendo
    El calor a la tierra, prontamente
    Disipa por los aires las semillas 1240
    De fuego que tal vez en sí contiene.
    Cuando más caldeada esté la tierra,
    Tanto más fría debe estar el agua
    Escondida en su seno; y al contrario,
    Cuando aprieta, condensa y une el frío
    Toda su superficie, debe entonces
    Por esta, comprensión hacer que se entre
    En lo hondo de los pozos todo el fuego
    Que haya diseminado por la tierra.
    .Junto al templo de Ammón hay una fuente 1250
    Que está helada entre día, según dicen,
    Y caliente de noche: mucho admiran
    Los hombres esta fuente, y se persuaden
    Que oculto el sol debajo de la tierra,
    La calienta al instante que la noche
    Cubre la tierra con terrible sombra:
    Pero esta explicación es muy contraria
    A la filosofía verdadera:
    Porque si el sol, que tanta fuerza tiene
    Sobre nuestras cabezas levantado, 1260
    Por contacto inmediato no ha podido
    Siquiera calentar la superficie,
    ¿Cómo debajo de los pies podría
    Por medio de una masa tan espesa
    Como la tierra hacer hervir el agua
    Y en ella introducir su ardiente fuego,
    Cuando el ardor apenas de sus rayos
    Penetra las paredes de las casas?
    ¿Del fenómeno, pues, cuál es la causa?
    Es que la tierra está más esponjosa 1270
    Y que en ígneas semillas más abunda
    Junto a la fuente que por más afuera:
    Cuando en sus sombras húmedas la noche
    El orbe sepultó, la tierra al punto
    Que cerca el manantial se va enfriando,
    Y encógese como si la apretaran
    Con la mano, de modo que en la fuente
    Exprime las partículas de fuego
    De que ella esta impregnada, y comunica
    Al agua aquel calor que experimentan 1280
    El tacto y paladar: cuando los rayos
    De sol nacientes de seguida abrieron
    Los poros de la tierra, y su tejido
    Enrareció la mezcla de sus fuegos,
    Se vuelven a su asiento primitivo
    Las partículas ígneas, y se cuela
    Todo el calor del agua por la tierra:
    Fría está así la fuente por el día.
    .Por otra parte, herida el agua entonces
    Por los rayos del sol, y enrarecida 1290
    Con sus trémulos fuegos, es preciso
    Exhale los corpúsculos de fuego
    Que ella contiene, así como despide.
    Las moléculas, frías otras veces,
    Y deshace los hielos que la ataban
    Y como prisionera, la tenían.
    .También hay una fuente de agua fría
    Sobre la cual, echando alguna estopa
    Se enciende y echa llamas de repente,
    Y una tea se prende de este modo, 1300
    Y va luciendo en medio de las aguas
    Por do su luz nadante el aire impele:
    Sin duda porque el agua de esta fuente
    Contiene en sí muchísimas semillas
    De fuego, y es preciso que reciba
    De aquella tierra que es como su lecho
    Un montón de partículas de fuego,
    Que subiendo a lo alto se derraman
    Por toda el agua, y por defuera a un tiempo.
    Se exhalan, y se esparcen por los aires; 1310
    Pero no son tan vivas las semillas
    Que puedan calentar la misma fuente.
    .Una impulsión secreta determina
    Todas estas moléculas dispersas
    A salir pronto fuera y congregarse
    Por encima del agua: de este modo,
    El agua dulce de la fuente Aradia
    Corre y aparta las saladas ondas
    De alrededor: y en otras muchas playas
    Ofrece el mar recursos semejantes, 1320
    Gratos a los sedientos marineros,
    Manando el agua dulce entre saladas.
    Pues por un mecanismo semejante
    Las partículas ígneas salir pueden
    Entre las ondas, y lanzarse fuera
    Para encender la estopa: luego que ellas
    Allí están reunidas, y se pegan
    A la substancia de la tea, al punto
    Se prenden fácilmente, porque tienen
    Gran número de partes inflamables 1330
    Las estopas y teas por su parte.
    ¿No ves cómo la lámpara que acaba
    De morir, si la arrimas a otra que arde,
    Antes de ser tocada arde de nuevo?
    Pues lo mismo sucede con la tea:
    Ahora no trato yo de muchos cuerpos
    Que se inflaman de lejos con la misma
    Impresión del calor, antes que llegue
    A tocarlos de cerca el mismo fuego:
    Luego de aquella fuente los efectos 1340
    Pueden ser explicados, de este modo.
    .Empezaré tratando yo al presente
    Por qué ley natural al hierro puede
    Atraer esta piedra que los griegos
    Magnética llamaron en su lengua;
    Por qué tienen el nombre de Magnesios
    Los pueblos y el país donde se encuentra.
    Admíranse los hombres de esta piedra,
    Porque viene a formar una cadena
    De pendientes anillos unos de otros; 1350
    A veces se ven cinco y más anillos
    Que van en línea recta descendiendo,
    Y los agitan los suaves aires,
    Y uno debajo de otro asido cuelga;
    Y ellos se comunican mutuamente
    La virtud atractiva de la piedra:
    Tanto su actividad llega a extenderse.
    .Antes que estos fenómenos explique
    Tengo yo que sentar muchos principios
    Para decir la causa verdadera: 1360
    Sólo podemos arribar a ella
    Por medio de grandísimos rodeos:
    Presta, pues, atención a mis palabras.
    .Debes tener presente desde luego
    Que todos cuantos cuerpos vemos lanzan
    Perpetuamente unos derramamientos,
    Unas emanaciones que nos hieren
    Los ojos, y producen en nosotros
    La sensación de ver; y los olores
    No son más que continuas emisiones 1370
    De ciertos cuerpos: como emana el río
    De fluidos, y emanan los calores
    Del sol, y de la mar la sal que roe
    Los edificios que hay en las riberas:
    Cuando nos paseamos en la playa
    De continuo nos zumban los oídos,
    Y un salino vapor entra en la boca
    Hiriendo el paladar jamás miramos
    Preparar el ajenjo sin que al punto
    El amargor sintamos: luego envían 1380
    Todos los cuerpos siempre emanaciones
    De toda especie, las que se dirigen
    A todas partes sin reposo alguno
    Y sin cesar jamás, pues de continuo
    Tenemos sensaciones, y podemos
    Ver, y oler y oír a cada instante.
    .Te volveré a traer a la memoria
    Lo porosos que son todos los cuerpos;
    Un principio que ya te he demostrado
    En el Canto primero del poema, 1390
    Que nos da a conocer muchas verdades;
    Mas sobre todo explica de tal suerte
    El fenómeno extraño que pretendo,
    Declararte ahora mismo, que no puedo
    Prescindir de probarte nuevamente
    Que de todos los cuerpos conocidos
    No existe uno siquiera que no tenga
    Su tejido mezclado con vacío.
    .Las bóvedas chorrean en las grutas
    Un humor que destilan gota a gota: 1400
    Mana el sudor por todo nuestro cuerpo:
    Crece la barba y pelos en los miembros:
    Repartido el sustento por las venas,
    Sostiene y acrecienta los extremos
    De nuestro cuerpo, y aun las mismas uñas:
    También sentimos que el calor y frío
    Penetran por el cobre, y por la plata
    Y por el oro su impresión sentimos
    Cuando tenemos una copa llena:
    Por último, atraviesan los sonidos 1410
    El espesor de la pared, y se entran
    Por ellas el olor, calor y frío;
    Traspasan aun de hierro la coraza
    Que ciñe todo el cuerpo del guerrero:
    Vienen de fuera las enfermedades
    Casi por lo común; y los contagios
    Que nacen de la tierra, o en el aire,
    Así como se forman se disipan,
    En un instante porque no hay un Cuerpo
    Que no encierre vacío en su tejido. 1420





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 27 Mayo 2021, 03:14

    .



    .Añádase que las emanaciones
    De los cuerpos no tienen todas ellas
    Unas mismas sensibles cualidades
    Ni igual analogía con los cuerpos
    Sobre los cuales obran: ante todo,
    El sol cuece la tierra y la deseca,
    Mientras derrite el hielo y con sus rayos
    Hace que corran de los altos montes
    Nieves amontonadas, y liquida
    Con su mismo calor, en fin, la cera: 1430
    También disuelve el fuego cobre y oro,
    Mientras contrae y encoge carne y cueros:
    A la verdad, el hierro caldeado
    Adquiere un nuevo grado de dureza
    Cuando le echan en agua; y al contrario,
    Endureciendo el fuego carne y cuero,
    El agua los ablanda; el acebuche,
    Cuyo amargor es insufrible al hombre,
    Es para las cabrillas más sabroso
    Que el néctar y ambrosía. Por fin, huye 1440
    La mejorana el cerdo de ordinario,
    Y teme toda clase de perfumes,
    Porque son el veneno más activo
    Para el cerdoso puerco los que a veces
    Parece que nos vuelven a la vida:
    Por el contrario, empero, siendo el cieno
    La misma suciedad para nosotros,
    Parece a los marranos lo más limpio,
    Do se revuelcan todos sin hartura.
    .Aún me falta sentar otro principio 1450
    Antes que empiece a hablar de lo que he expuesto,
    Y es que, teniendo muchos intersticios
    Todos los cuerpos, no deben aquéllos
    Ser entre sí del todo semejantes;
    Antes debe tener cada uno de ellos
    Naturaleza y usos peculiares:
    Porque los animales ciertamente
    Tienen varios sentidos, y cada uno
    Tiene su objeto propio: los sonidos
    Por sus propios conductos se insinúan; 1460
    Los sabores y olores van por otros
    Que tienen ciertamente analogía
    Con su naturaleza y su tejido:
    Además, hay también emanaciones
    Que penetran las piedras, y otras pasan
    Por la madera, y otras por el oro,
    Y algunas por la plata y por el vidrio,
    Porque los simulacros se introducen
    Por los poros del vidrio, y se insinúa
    El calor en los poros, de oro y plata: 1470
    Y hay corpúsculos que entran más ligeros,
    Y otros más tardos, por el mismo cuerpo.
    Arriba dije que estas diferencias
    Son una consecuencia necesaria
    De la infinita variedad que ha puesto
    Y ha establecido la Naturaleza
    Entre los intersticios de los cuerpos.
    .Con tanta solidez establecidas
    Todas estas verdades proemiales,
    Es fácil explicar lo que buscamos, 1480
    De suyo descubriéndose la causa
    De la atracción del hierro: desde luego
    Es preciso que emanen de continuo
    De la misma substancia de la piedra
    Infinitos corpúsculos, o sea,
    Un activo vapor que con sus golpes
    Dé raridad a aquel aire que media
    Entre el imán y el hierro: cuando encuentran
    Este espacio intermedio ya vacío
    Se dirigen a él en el momento 1490
    Los principios del hierro muy unidos,
    Por lo que todo el cuerpo del anillo
    Sigue la misma dirección: no hay cuerpo
    Que tenga los principios más trabados
    Que los del hierro, este metal tan firme
    Que casi es al calor inaccesible.
    No es maravilla, como dije antes,
    Que la tendencia de sus elementos
    En número copioso hacia el vacío
    Arrastren tras de sí todo el anillo: 1500
    Así es en realidad, y siempre avanza
    Hasta que toca con la misma piedra
    Y se une con compases invisibles:
    Obra el imán en todas direcciones
    El vacío se forma en todas partes,
    Bien hacia arriba, bien lateralmente;
    Los anillos vecinos al momento
    Se inclinan al espacio enrarecido,
    Conducidos de choques exteriores,
    Pues su misma tendencia no podría 1510
    De esta manera unirlos en el aire:
    Otra causa hay también que favorece
    A aquesta dirección, y que acelera
    El movimiento: y es que, apenas
    El aire se enrarece, y el vacío
    Por la parte de encima del anillo
    Llega a formarse, en el momento el aire
    Inferior, sacudiendo en el anillo,
    Le impele por detrás en cierto modo,
    Porque todos los cuerpos son batidos 1520
    Sin cesar por el aire que los cerca:
    Pero en esta ocasión hacen los golpes
    Avanzar el anillo, porque arriba
    Hay un vacío para recibirle:
    Cuando el aire que digo se ha esparcido
    En los poros del hierro y se ha insinuado
    Hasta sus más sutiles elementos,
    Los impele y los hace que adelanten
    Como el viento las velas y la nave.
    .Deben, en fin, tener todos los cuerpos 1530
    El aire en su tejido, porque todos
    Son porosos, y el aire de continuo
    Los rodea y los toca; pues metido
    Este fluido sutil dentro del hierro,
    Se agita con continuo movimiento,
    Y por esto sacude en el anillo
    Y por dentro sin duda le menea,
    Y ya con él se inclina hacia el vacío
    Al cual todas sus fuerzas encamina
    .También sucede alguna vez que el hierro 1540
    Se aparta del imán: algunas veces
    Le huye y le sigue alternativamente:
    Hierro de Samotracia y limaduras
    He visto yo saltar y revolverse
    En un vaso de cobre si acercaban
    Esta piedra de imán por el asiento;
    El hierro parecía que impaciente
    Huía de la piedra: hace que nazca,
    Tanta discordia el interpuesto cobre,
    Porque sin duda, las emanaciones 1550
    Del cobre entonces se apoderan antes
    Y poseen del hierro los conductos:
    Las del imán, que vienen en seguida,
    Todos los pasos hallan ocupados,
    Y no pudiendo entrarse como antes
    Con precisión se arrojan sobre el hierro,
    Y chocan con sus olas el tejido
    De este metal: la piedra así repele,
    Y agita por el cobre el mismo cuerpo,
    Que sin este obstáculo se uniera. 1560
    .No debes extrañar que no produzcan
    El mismo efecto las emanaciones
    De piedra imán sobre los otros cuerpos;
    La pesadez de algunos, como el oro,
    Los tiene inmobles; y otros, como el leño,
    Tienen poros muy anchos, por los cuales
    Pasan emanaciones sin tocarlos
    Y sin causar agitación en ellos:
    Entre estas dos especies tiene el medio
    El tejido del hierro, al cual impelen 1570
    De esta manera las emanaciones
    De piedra imán cuando impregnado se halla
    De unas ciertas partículas de cobre.
    .Sin embargo, el fenómeno que explico
    No es tan extraño en la naturaleza
    Que no pueda citar otras uniones
    Tan íntimas como éstas: ves trabarse
    Por medio sólo de la cal las piedras,
    Y la cola de toro une las tablas
    Tan fuertemente, que antes faltarían 1580
    Las vetas y las partes esenciales
    De la madera que esta unión faltase:
    Gusta el vino mezclarse con el agua;
    La pez no puede hacerlo con su peso,
    Ni con su levedad puede el aceite:
    Se identifica tanto con la lana
    La púrpura, que no puede quitarse
    De modo alguno su color, aun cuando
    Se intente renovarle a fuerza de agua,
    Aun cuando todo el mar quiera lavarle 1590
    Y con todas sus aguas desteñirle:
    El oro se incorpora con la plata
    Con la ayuda del fuego, últimamente,
    Y une el estaño cobres diferentes:
    ¿Y cuántas otras mezclas encontrara
    Tan íntimas como ésta si quisiera?
    ¿Pues, cómo no? porque no necesitas
    De tantas menudencias, y no es justo
    Que emplee en esto yo un trabajo inútil:
    Réstanos abrazar en un principio 1600
    Muchos hechos a un tiempo: si dos cuerpos
    Se encuentran con tejidos tan opuestos
    Que a los huecos del uno correspondan
    Eminencias del otro, su juntura
    Es muy perfecta: así pueden juntarse
    Con especies de anillos y de anzuelos,
    Como sucede en el imán y el hierro.





    (Continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Mayo 2021, 04:52

    .



    .Ahora voy a explicarte yo la causa
    De las enfermedades contagiosas;
    De estas plagas terribles, que derraman 1610
    Sobre hombres y ganados de repente
    La mortandad. Primero enseñé arriba
    Que en la atmósfera había una gran copia
    De corpúsculos, que unos dan la vida,
    Enfermedad y muerte engendran otros:
    Cuando da ser Acaso a los postreros
    El aire se corrompe y se inficiona:
    La enfermedad activa y pestilente
    O de clima extranjero es transmitida
    Por la vía del airé, como nubes 1620
    Y tempestades, o del mismo seno
    De la tierra se engendra, cuando han sido
    Corrompidos sus húmedos terrones
    Con el calor y lluvias desregladas.
    .¿No observas tú que la mudanza de aire
    Y la del agua la salud atacan»
    Del hombre que está lejos de su patria?
    Porque allí encuentra un aire diferente
    Del que ha solido respirar en casa.
    ¿Por ventura, no encuentras diferencia 1630
    Entre la inglesa atmósfera y Egipto,
    Por do el eje del mundo se ladea?
    ¿Y no difieren entre sí los climas
    Del Ponto, y el que llega desde Cádiz
    Hasta los pueblos negros y tostados?
    Como estas cuatro plagas se hallen puestas
    A cuatro vientos, como estén situadas
    Bajo de cuatro climas diferentes,
    En situación tan sólo no difieren,
    Sino también en el color y forma 1640
    De sus habitadores, y parece
    Que están sujetos a distintos morbos.
    .Es una enfermedad la elefancía
    Que nace hacia las márgenes del Nilo,
    No en otra parte, en medio del Egipto:
    En Ática, las piernas adolecen,
    Y los ojos enferman en Acaya,
    Y otras tierras atacan otros miembros;
    Del aire nacen estas diferencias:
    Porque si el aire de extranjero clima 1650
    De peligrosa cualidad dotado
    Se muda y va viniendo hacia nosotros,
    Se arrastra lentamente como nube
    Altera y muda todas las regiones
    De la atmósfera por donde camina:
    Cuando llegó a la nuestra últimamente
    La corrompe, y así se la asimila
    Y nos la hace contraria: se derrama
    Este nuevo contagio y pestilencia
    Al punto por las aguas, y se pega 1660
    A las mieses y humanos alimentos
    Y a la comida pastos de ganados;
    O se queda colgado algunas veces
    Su contagio en el aire, y no podemos
    Respirar este fluido mezclado
    Sin sorber su infección al mismo tiempo.
    Coge la pestilencia de ordinario
    Lo mismo al buey que a la balante oveja:
    ¿Pué importa que nosotros nos vayamos
    A otro clima mal sano y enfermizo 1670
    A una atmósfera nueva; que nos traiga
    Naturaleza un aire pestilente
    Y extranjeros corpúsculos que puedan
    Con su pronta irrupción darnos la muerte?
    .Unas enfermedades de esta especie,
    Causadas por mortíferos vapores,
    En los pasados tiempos devastaron
    Los campos de los términos Cecropios,
    E hicieron los caminos soledades,
    Dejaron la ciudad sin pobladores; 1680
    Porque naciendo en lo interior de Egipto,
    Después de atravesar vastos espacios
    De aire y de mar, por último se echaron
    Y sobre el pueblo de Pandión cayeron:
    Todos los habitantes a millares
    Se rendían al morbo y a la muerte:
    La enfermedad cogía la cabeza
    Con fuego devoraz, y se ponían
    Los ojos colorados y encendidos;
    Estaba la garganta interiormente 1690
    Bañada de un sudor de negra sangre,
    Y el canal de la voz se iba cerrando
    En fuerza de las úlceras; la lengua,
    Intérprete del alma, ensangrentada,
    Débil con el dolor, pesada, inmóvil,
    Áspera al tacto: cuando descendía
    Después aquel humor dañoso al pecho
    Desde las fauces, y se recogía
    Alrededor del corazón enfermo,
    Entonces los apoyos de la vida 1700
    A un tiempo vacilaban, y la boca
    De adentro un olor fétido exhalaba
    Como el de los cadáveres podridos;
    Y las fuerzas del alma se perdían,
    Y con su languidez tocaba el cuerpo
    En los mismos umbrales de la muerte.
    Se juntaba a estos males insufribles
    Una congoja de inquietud perpetua
    Y una queja revuelta con gemidos,
    Y sollozar perenne noche y día, 1710
    Que sin cesar los nervios irritando,
    Envarando los miembros, desatando
    Las articulaciones, consumían
    A los que sucumbían ya cansados
    A la fatiga. Las extremidades
    De sus cuerpos no obstante parecían
    Estar no muy ardientes, ofreciendo
    Tibia impresión al tacto: al mismo tiempo
    Estaba colorado todo el cuerpo,
    Con úlceras así como inflamadas, 1720
    Como si hubiera sido derramado
    Fuego de San Antón sobre sus miembros.
    .Un ardor interior los devoraba
    Hasta los mismos huesos, y la llama
    En su estómago ardía como hornaza:
    La más ligera ropa los ahogaba;
    Al aire y frío expuesto de continuo,
    Unos a helados ríos se tiraban
    A causa de aquel fuego en que se ardían,
    En las aguas más frías zabullendo; 1730
    Desnudo el cuerpo se arrojaban otros
    En hondos pozos; con la boca abierta,
    Ansiosos de beber, a ellos venían,
    Y su insaciable sed no distinguía
    Las aguas abundantes de una gota
    Cuando sus cuerpos áridos metían:
    Ningún descanso el mal les otorgaba;
    Tendido estaba el cuerpo fatigado;
    La medicina al lado barbotaba
    Con temor silencioso: revolvían 1740
    Noches enteras sus ardientes ojos
    A un lado y otro sin probar el sueño.
    Y muchos otros síntomas mortales
    Se notaban también además de éstos:
    Alma agitada de temor y pena
    Sobrecejo furioso y hosco rostro,
    Los oídos inquietos con zumbidos,
    Viva respiración, o fuerte y lenta,
    Cuello bañado de un sudor brillante,
    Poca saliva como azafranada 1750
    Y cargada de sal de sus gargantas
    Con fuerte tos apenas arrojada.
    Se aticiaban los nervios de las manos,
    Los miembros tiritaban, y subía
    El frío de la muerte poco a poco
    Desde los pies al tronco: últimamente,
    Al acercarse el tiempo postrimero
    Tenían las narices encogidas
    Y su punta afilada, ojos hundidos,
    Huecas las sienes, la piel fría y ruda, 1760
    Los labios abultados, resaltaba
    Tirante frente; a poco fallecían:
    El sol octavo o nono los veía
    Las más veces lanzar su último aliento.
    Mas si alguno escapaba de la muerte,
    Como a las veces sucedía, en fuerza
    De secreciones de úlceras malignas
    Y de negros despeños, sin embargo,
    La misma podre y muerte le aguardaban,
    Aunque más tarde: sangre corrompida 1770
    De su nariz corría en abundancia,
    Con dolores muy fuertes de cabeza;
    Todas las fuerzas, toda la substancia
    Del hombre así llegaban a perderse.
    Si no salía el mal por las narices,
    Y si no ocasionaba esta hemorragia,
    Atacaba los nervios, se extendía
    El morbo por los miembros, y cogía
    Hasta las mismas partes genitales:
    Y unos, temiendo la cercana muerte, 1780
    Vivían por el hierro mutilados
    De su virilidad; privados otros
    De manos y de pies, quedaban vivos;
    Y perdían, en fin, otros la vista:
    Tan poderoso miedo de la muerte
    Cogió a estos infelices, y hubo algunos
    Que perdieron del todo la memoria
    Y aun a sí mismos no se conocían.
    .Aunque en tierra yacían insepultos
    Montones de cadáveres, las aves 1790
    Y voraces cuadrúpedos huían
    Su hedor intolerable, y no tardaban,
    Si los probaban, en perder la vida:
    Las aves, sin embargo, no salían
    Impunemente por aquellos días,
    Ni dejaban las fieras alimañas
    Las selvas por la noche; casi todas
    Sucumbían al morbo y fenecían:
    Principalmente los leales perros
    En medio de las calles extendidos 1800
    Enfermos daban el postrer aliento,
    Que arrancaba el contagio de sus miembros.
    Precipitadamente arrebataban
    Sin pompa los cadáveres: no había
    Allí un seguro y general remedio:
    La pócima que había prolongado
    La vida a unos, a otros daba muerte.
    .Pero allí lo más triste y deplorable
    Era que algunos de estos infelices
    Que se veían presa del contagio 1810
    Se despechaban como criminales
    Condenados a muerte, se abatían,
    Veían siempre a par de sí la muerte,
    Y en medio de terrores perecían.
    Multiplicaba empero las exequias
    Principalmente el ávido contagio,
    Que no cesaba ni un instante solo
    De irse comunicando de uno en otro;
    Porque aquéllos que huían las visitas
    De dolientes amigos por codicia 1820
    De la vida o por miedo de la muerte,
    Víctimas insensibles perecían
    Dentro de poco tiempo, abandonados,
    Necesitados y menesterosos,
    Como lanar ganado y como bueyes:
    Mas los que no temían presentarse
    Al contagio y fatiga se rendían,
    Viendo que el pundonor y tiernas quejas
    De amigos moribundos precisaban
    Entonces a llenar estos deberes. 1830
    Porque el más virtuoso ciudadano
    Acababa la vida con tal muerte:
    Y después de enterrar la muchedumbre
    De sus prendas más caras, se volvían,
    Fatigados de llantos y gemidos,
    A encamarse, muriendo de tristeza:
    Por fin, en estos tiempos de desastre
    Muertos o moribundos, o infelices
    Que los lloraban, sólo se veían.
    Además, ya pastores y vaqueros 1840
    Y el fuerte conductor del corvo arado
    Enfermaban también, y los buscaba
    La contagión dentro de sus cabañas,
    Y allí los daban muerte inevitable
    La pobreza y el morbo: se velan
    A veces los cadáveres tendidos
    De los padres encima de los hijos,
    Y los hijuelos el postrer aliento
    Sobre padres y madres exhalaban.
    El contagio en gran parte provenía 1850
    De la gente del campo, que a millares
    A la ciudad enfermos acudían:
    Todos los sitios públicos y casas
    Estaban llenos; por lo mismo entonces
    Con más facilidad amontonaba
    Apiñados cadáveres la muerte.
    Muchos de sed morían en las calles;
    Y después de haber otros arrastrado
    Hacia las fuentes públicas sus cuerpos,
    Sin vida allí quedaban extendidos, 1860
    Ahogados al sentir la gran dulzura
    Que les causaba el agua que bebían:
    Y las calles estaban ocupadas
    De unos lánguidos cuerpos medio muertos
    Hediondos y sucios y andrajosos,
    Cuyos miembros podridos se caían:
    La piel sola tenían sobre el hueso,
    En la que ya las úlceras y podre
    Habían producido el mismo efecto
    Que hace la sepultura en el cadáver. 1870
    .La muerte, en fin, llenó de cuerpos muertos
    Todos los templos santos de los dioses,
    Y estaban de cadáveres sembrados
    Todos los edificios de deidades;
    Los hicieron posadas de finados
    Los sacristanes: importaba poco
    La religión ya entonces y los dioses,
    Porque el dolor presente era excesivo.
    Y se olvidó este pueblo en sus entierros
    De aquellas ceremonias tan antiguas 1880
    Que en sacros funerales se observaban:
    Andaba todo él sobresaltado,
    Y en este general abatimiento
    Cada cual enterraba a quien podía:
    Y la necesidad y la indigencia
    Horrorosas violencias inspiraron;
    Porque algunos gritando colocaban
    A sus parientes en la pira ajena,
    Y poniéndola fuego por debajo,
    Con mucha sangre a veces pendenciaban 1890
    Antes que los cadáveres soltasen. 1891





    (Fin de "De rerum natura")




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    Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.) - Página 2 Empty Re: Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.)

    Mensaje por Angel Salas Miér 06 Oct 2021, 15:13

    Pedro: A pesar que no se conoce mucho de su biografiá, es muy interesante los testimonios....


    Volveré para seguir leyendo...
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    Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.) - Página 2 Empty Re: Lucrecio: De rerum natura (c.99 a.C.-c.55 a.C.)

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 04 Jul 2023, 02:30

    Agradezco todas las aportaciones nuevas a este tema.

    Un abrazo.
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