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Pedro Serrano Nació en Montreal, Canadá, el 4 de mayo de 1957. Poeta. Radica en la Ciudad de México. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la ffyl de la unam, la maestría en Filosofía en la Universidad de Londres, el doctorado en Letras en la unam y un diplomado para profesores de Lengua y Literatura Española en el Instituto de Cooperación Iberoamericana. Profesor de tiempo completo y coordinador del posgrado en letras de la ffyl de la unam. Ha impartido cursos y conferencias en las siguientes universidades: Autónoma de Colombia, Autónoma de Barcelona, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Oxford, Glasgow, Libre de Berlín, entre otras. Fue fundador de la revista de literatura Cartapacios, editor de la colección Material de Lectura, Serie Poesía Moderna; jefe de redación de la revista México en el Arte y miembro fundador de la revista Fractal. Asimismo, participa en la redacción del Periódico de Poesía y de la revista Létrangère (Bélgica). Colaborador de Anales de Literatura Hispanoamericana, Armas y Letras, Biblioteca de México, El Bagre, Casa del Tiempo, Cartapacios, Diálogos, El Semanario Cultural, Fractal, Graffiti, Grafito, Imago, La Gaceta del fce, La Jornada Semanal, La Orquesta, Letras Libres, Los Universitarios, México en el Arte, Milenio, Nueva Estafeta, Ovaciones en la Cultura, Periódico de Poesía, Sábado, Ulrika y Vuelta. Becario del Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1982; del British Council, 1987; de la unam, 1989; del Fideicomiso México-Estados Unidos y de la Fundación Guggenheim, 2007.
(Sacado de http://www.elem.mx/autor/datos/1191 )
*
Algunos poemas de Pedro Serrano, de su libro Desplazamientos, Candaya, 2006:
DIBUJO DE LAS COSAS
Las cuatro. Alguien pasa corriendo por la calle.
La música y la soledad de esta tarde
que empieza a oscurecer.
La ventana.
Un árbol ya sin hojas en que inicia el invierno.
La calma y las chimeneas en la casa de enfrente.
El cielo, pesadamente gris, abandonando el día.
El cigarro que consume la música y la tarde y el poema.
Una manzana en el frutero.
La dama de Shalott en la pared.
Unos helechos secos de los fríos de Gales. Una muñeca.
El secreto y perdurable estar de las cosas,
en su reposo,
en su lento ir aconteciendo cada día,
en la mirada que ponen en mí,
en el callado poema que depositan.
LA CAZA
En el vacío sólo está el vacío.
No hay ni ruido ni sombra ni presencia,
no hay olvido. La vasta indiferencia
fija sus ojos blancos y su hastío.
Más sordas, a la espera, acechan leves
panteras del sentido que se labra
acueductos de espejos: la palabra
hincha de luz el polvo y los relieves.
La luz rige los tonos, las figuras
que la palabra inventa o adelgaza,
es su goce, su peso, su templanza.
Frágil se ciñe, plena, a las seguras
formas del movimiento en que se enlaza.
Ya luce el mundo su fugaz conciencia.
LA LLUVIA SECA
A veces el poema es un derrumbe,
un lento y doloroso desprendimiento,
una oscura y escandalosa caída de piedras.
Como una lluvia seca
la cascada de rocas se despedaza
no en el aire sino dentro de sí misma
y el poema es ese polvo de piedra amontonada,
ese duro esqueleto de la lluvia
en donde apenas puede respirarse.
El poema se graba como costra:
no es aquel lento movimiento de ola,
polvo de espuma sobre la caída,
lento despedazarse de las cosas.
Es las estrías de tierra,
los mojones y plantas revolcadas,
la rota sequedad en el silencio posterior,
el hueco desolado en la pared descubierta.
El poema es la costra,
la imagen al final despedazada,
la ruina de esa imagen.
Pedro Serrano Nació en Montreal, Canadá, el 4 de mayo de 1957. Poeta. Radica en la Ciudad de México. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la ffyl de la unam, la maestría en Filosofía en la Universidad de Londres, el doctorado en Letras en la unam y un diplomado para profesores de Lengua y Literatura Española en el Instituto de Cooperación Iberoamericana. Profesor de tiempo completo y coordinador del posgrado en letras de la ffyl de la unam. Ha impartido cursos y conferencias en las siguientes universidades: Autónoma de Colombia, Autónoma de Barcelona, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Oxford, Glasgow, Libre de Berlín, entre otras. Fue fundador de la revista de literatura Cartapacios, editor de la colección Material de Lectura, Serie Poesía Moderna; jefe de redación de la revista México en el Arte y miembro fundador de la revista Fractal. Asimismo, participa en la redacción del Periódico de Poesía y de la revista Létrangère (Bélgica). Colaborador de Anales de Literatura Hispanoamericana, Armas y Letras, Biblioteca de México, El Bagre, Casa del Tiempo, Cartapacios, Diálogos, El Semanario Cultural, Fractal, Graffiti, Grafito, Imago, La Gaceta del fce, La Jornada Semanal, La Orquesta, Letras Libres, Los Universitarios, México en el Arte, Milenio, Nueva Estafeta, Ovaciones en la Cultura, Periódico de Poesía, Sábado, Ulrika y Vuelta. Becario del Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1982; del British Council, 1987; de la unam, 1989; del Fideicomiso México-Estados Unidos y de la Fundación Guggenheim, 2007.
(Sacado de http://www.elem.mx/autor/datos/1191 )
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Algunos poemas de Pedro Serrano, de su libro Desplazamientos, Candaya, 2006:
DIBUJO DE LAS COSAS
Las cuatro. Alguien pasa corriendo por la calle.
La música y la soledad de esta tarde
que empieza a oscurecer.
La ventana.
Un árbol ya sin hojas en que inicia el invierno.
La calma y las chimeneas en la casa de enfrente.
El cielo, pesadamente gris, abandonando el día.
El cigarro que consume la música y la tarde y el poema.
Una manzana en el frutero.
La dama de Shalott en la pared.
Unos helechos secos de los fríos de Gales. Una muñeca.
El secreto y perdurable estar de las cosas,
en su reposo,
en su lento ir aconteciendo cada día,
en la mirada que ponen en mí,
en el callado poema que depositan.
LA CAZA
En el vacío sólo está el vacío.
No hay ni ruido ni sombra ni presencia,
no hay olvido. La vasta indiferencia
fija sus ojos blancos y su hastío.
Más sordas, a la espera, acechan leves
panteras del sentido que se labra
acueductos de espejos: la palabra
hincha de luz el polvo y los relieves.
La luz rige los tonos, las figuras
que la palabra inventa o adelgaza,
es su goce, su peso, su templanza.
Frágil se ciñe, plena, a las seguras
formas del movimiento en que se enlaza.
Ya luce el mundo su fugaz conciencia.
LA LLUVIA SECA
A veces el poema es un derrumbe,
un lento y doloroso desprendimiento,
una oscura y escandalosa caída de piedras.
Como una lluvia seca
la cascada de rocas se despedaza
no en el aire sino dentro de sí misma
y el poema es ese polvo de piedra amontonada,
ese duro esqueleto de la lluvia
en donde apenas puede respirarse.
El poema se graba como costra:
no es aquel lento movimiento de ola,
polvo de espuma sobre la caída,
lento despedazarse de las cosas.
Es las estrías de tierra,
los mojones y plantas revolcadas,
la rota sequedad en el silencio posterior,
el hueco desolado en la pared descubierta.
El poema es la costra,
la imagen al final despedazada,
la ruina de esa imagen.
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