(Sacado de Wikipedia, la enciclopedia libre (http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9trica)
Dentro de la poesía, la métrica se ocupa de la formación rítmica de un poema. Cuando se trata de prosa, se trata de prosa rítmica. El estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el verso, la estrofa y el poema. La métrica también es la cantidad de sílabas en las que se divide un verso.
Contenido
1 Métricas occidentales
2 El verso
2.1 Clases de versos
2.2 Ritmo acentual del verso
3 Las estrofas
3.1 Estrofas de dos versos
3.2 Estrofas de tres versos
3.3 Estrofas de cuatro versos
3.4 Estrofas de cinco versos
3.5 Estrofas de seis versos
3.6 Estrofas de siete versos
3.7 Estrofas de ocho versos
3.8 Estrofas de nueve versos
3.9 Estrofas de diez versos
4 Los poemas
5 Prosa métrica
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Véase también en Wikipedia
9 Enlaces en internet
Métricas occidentales
En la métrica española, el verso está formado por un número fijo de sílabas y una determinada distribución de acentos, con rima optativa. En el caso de la métrica grecolatina, se constituía a partir de la repetición de determinadas secuencias de sílabas largas y breves (pies), y en el de la métrica germánica y escandinava por medio de la repetición del mismo fonema en tres palabras diferentes del verso (aliteración): la consonante de la tercera sílaba acentuada del verso debía coincidir casi siempre con la consonante de la primera sílaba tónica, frecuentemente con la de la segunda sílaba acentuada y excepcionalmente con la de la cuarta sílaba acentuada. En la métrica hebraica, por el contrario, el verso se constituyó sobre el paralelismo (semántico o sinonímico, antitético, emblemático y repetitivo y estructural), y así están escritos por ejemplo los versos del Salterio (los llamados Psalmos o Salmos del Antiguo Testamento), el Cantar de los cantares, casi todo el Libro de Job y la mayor parte de los proféticos, fuera de que es también un recurso habitual en toda manifestación poética que tome forma de verso o versículo.
El verso
Existen determinadas convenciones para escandir (medir el número de sílabas) un verso escrito en lengua española:
- Si el verso acaba en palabra aguda, se le cuenta una sílaba más, salvo en la métrica medieval galaico-portuguesa, por la ley de Mussafia, así llamada en honor al romanista Adolf Mussafia, y en la lírica castellana influida por aquella.
- Si termina por el contrario en palabra esdrújula, se le cuenta una menos.
- Cuando se forma un diptongo o bien un hiato entre el final o comienzo de una palabra y el comienzo o final de otra, puede contarse una sola sílaba mediante la licencia poética conocida como sinalefa, que no debe confundirse con el metaplasmo de la elisión.
- Las sinalefas más fáciles para el oído son obligatorias, las más duras (entre vocales tónicas o una vocal átona y una tónica) son optativas.
- Si se rompe una sinalefa, se denomina a esa licencia poética dialefa.
- Si, por el contrario, el hiato existe en el interior de una palabra y la conveniencia del poeta dicta que ha de reducirse a una sola sílaba para disminuir el número de sílabas del verso, se crea una sola sílaba transformando el hiato en un diptongo mediante la licencia poética denominada sinéresis, que rebaja el timbre de la más débil de las vocales del hiato para hacer posible el diptongo: “león > lion”, “héroe > herue”.
- Por el contrario, si la conveniencia del poeta dicta que ha de aumentarse el número de sílabas de un verso, se puede romper un diptongo creando un hiato artificial y señalándolo con dos puntos encima de la vocal más débil, que ve elevado su timbre para posibilitar la creación del hiato y que por lo tanto se creen dos sílabas distintas en vez de una: “Rüina > Roína”. A esta licencia poética se le denomina diéresis.
- Cuando existe sinalefa entre la vocal final de un verso que termina en palabra llana y la vocal inicial de la primera sílaba del verso siguiente, se le llama a tal licencia poética sinafía. Tal licencia se suele dar cuando al menos uno de los dos versos es corto, por ejemplo entre octosílabos y tetrasílabos, y se explica por la falta de autonomía tonal del verso corto. La sinafía no suele utilizarse desde fines del siglo XV.
- Cuando un verso termina en sílaba aguda y al verso siguiente le sobra una sílaba, se le añade al verso anterior. Esta licencia se utilizó cuando al menos uno de los dos versos es corto y se denomina compensación. La causa es la misma que en el caso anterior, y no suele utilizarse desde fines del siglo XV, al igual que la sinafía.
- El verso se puede adaptar a la medida requerida mediante los llamados metaplasmos, una serie de supresiones o adiciones de sonidos en las palabras. Existen los siguientes:
- Elisión: supresión de una vocal final o grupo de vocales finales de una palabra situada ante otra que empieza por vocal. Si la vocal que se pierde es la de la segunda palabra, se denomina elisión inversa. Debe distinguirse claramente de la sinalefa, pues en la sinalefa no se pierde el timbre de la vocal y en la elisión sí. La elisión es común en italiano, y fue adoptada en algunos casos por poetas del Renacimiento español muy influidos por los italianos, como Garcilaso y Fernando de Herrera. "A la vida y salud d'un tal amigo".
2 Aféresis: supresión de sílaba a comienzo de palabra. V. gr.: ora (por agora o ahora).
3 Síncopa: supresión de sílaba en centro de palabra. V. gr.: espirtu por espíritu o vían por veían.
4 Apócope: supresión de sílaba a final de palabra. V. gr.: val (valle).
5 Prótesis: adición de sílaba a comienzo de palabra. V. gr.: la amuestre (por muestre).
6 Epéntesis: adición de sílaba en centro de palabra. V. gr.: Ingalaterra (por Inglaterra o coronista por cronista).
7 Paragoge: adición de sílaba a final de palabra. V. gr.: ¿Quién os fizo tanto male? (¿Quién os hizo tanto mal?), o infelice o pece por infeliz y pez respectivamente.
- Puede darse el caso de una rima asonante equivalente o simulada, también denominada rima vocálica relajada, es decir, una rima asonante en cuya sílaba átona final se encuentra una de las vocales i o bien u que entonces suenan como equivalentes a e y o respectivamente, como en el caso de la palabra Venus, que puede usarse para rimar en e - o.
- En el caso de la rima, se evita la mezcla en el mismo poema de rima consonante y asonante. No debe utilizarse la misma palabra dos o más veces en la rima ni utilizar homónimos. Tampoco debe rimar una palabra simple con su compuesta y deben rehuirse las rimas en desinencias verbales, porque son demasiado frecuentes.
- A veces se da la llamada dislocación acentual por medio de la cual se pone acento en una sílaba átona y se deja como átona la sílaba tónica a que debía corresponder. Eso se da especialmente en los poemas destinados al canto, por la necesidad de seguir el ritmo más marcado, o en los poemas burlescos, o por la necesidad del poeta de elaborar un verso rítmicamente correcto. Una variante de esta dislocación acentual es la sístole, que consiste en que el acento pasa de su lugar legítimo a la sílaba anterior, como en estos dos versos de Garcilaso de la Vega, en que tal artificio es preciso para que el endecasílabo sea regular rítmicamente:
ternia el presente por mejor partido
y agradecería siempre a la ventura...
- En el Siglo de Oro de la lírica española, en especial entre poetas manchegos como Garcilaso de la Vega y Bernardo de Balbuena o andaluces como Fernando de Herrera, la hache inicial que proviene de la efe inicial etimológica latina ha de leerse con aspiración y por tanto no puede existir sinalefa al ser muda: "Y por tu gran valor y hermosura" (Garcilaso).
- Los versos de más de once sílabas poseen siempre algún tipo de cesura o pausa interna que impide la sinalefa entre las vocales que se encuentran separadas por la misma.
Clases de versos
Los tipos de verso de la métrica española pueden definirse según la acentuación de la palabra final, según el número de sílabas y según el ritmo y compás de los acentos.
Según la acentuación de la palabra final
El verso español puede ser oxítono o terminado en palabra aguda; paroxítono o terminado en palabra llana y proparoxítono o terminado en palabra esdrújula o sobreesdrújula. En español el verso más abundante es el paroxítono, habida cuenta de la mayor abundancia de palabras llanas en esta lengua.
Según el número de sílabas
En la métrica española existen cuatro tipos principales de versos: los de arte menor, los de arte mayor, los compuestos de arte mayor y el versículo.
El arte menor está formado por los versos que tienen hasta ocho sílabas; el arte mayor, por el contrario, está formado por los versos que tienen nueve o más sílabas. Independientemente de estas dos clasificaciones, está el llamado versículo, que es un verso irregular sin número fijo de sílabas y por lo general tan largo que desborda el arte mayor.
En el arte menor los versos de dos sílabas se denominan bisílabos; de tres, trisílabos; de cuatro, tetrasílabos; de cinco, pentasílabos; de seis, hexasílabos; de siete, heptasílabos; y de ocho, octosílabos. Los versos más usados del arte menor en castellano son, por este orden, el octosílabo (el verso más fácil y natural del castellano, ya que coincide con el grupo fónico menor del idioma, por lo cual ha sido usado durante toda la historia de la literatura en lengua castellana, en el Romancero, en nuestro teatro clásico y en gran número de estrofas), el heptasílabo, el hexasílabo y el pentasílabo.
En el arte mayor, los versos de nueve sílabas se denominan eneasílabos; los de diez, decasílabos; los de once, endecasílabos; los de doce, dodecasílabos; los de trece, tridecasílabos; los de catorce, alejandrinos o tetradecasílabos, etc.
Los versos de más de once sílabas, denominados compuestos de arte mayor, poseen una cesura interior constante o pausa fijada hacia su mitad, aunque puede haber de hecho hasta tres cesuras. Así, por ejemplo, en el tipo más común de dodecasílabo hay una cesura después de la sexta sílaba (después de la séptima en el caso del dodecasílabo de seguidilla), y, en el alejandrino, después de la séptima sílaba. Las dos mitades del verso dividido por la cesura, que pueden ser isométricas o no, se denominan hemistiquios y se miden de igual forma que si fueran versos enteros, aplicándoseles la regla que dice que si acaban en aguda se cuenta una sílaba más y si acaban en esdrújula una menos:
El versículo o verso de extensión desmedida sin rima, se articula según su propio ritmo interno mediante isotopías, acoplamientos, paralelos rítmicos, braquistiquios, pausas, germinaciones, plurimembraciones, paralelismos sintácticos y semánticos, leixaprén, microestructuras compositivas como la anular, la diseminación y recolección, el despliegue de sintagmas progresivos etc. y otros recursos de notoria complejidad. Puede adoptar forma estrófica pero en forma de metáfora visual con el significante visual de los signos escritos, y entonces se le denomina caligrama. El versículo se inicia con la poesía del estadounidense Walt Whitman y, con algunos antecedentes en el siglo XIX, se acomoda al español con la obra de León Felipe, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca y Rafael Alberti en el siglo XX.
En cuanto a la clasificación de los versos por su ritmo acentual
Algunos de estos versos deben poseer acentos fijos en determinadas sílabas para poder ser métricamente correctos. Es el caso del endecasílabo, que debe llevar acento fijo siempre en la sexta sílaba (endecasílabo propio) o bien en la cuarta y octava (endecasílabo sáfico).
El endecasílabo propio puede tener también, y de hecho tiene, otros acentos opcionales que sirven para clasificarlo en diferentes tipos. Por ejemplo, el endecasílabo acentuado en primera y sexta sílaba se denomina enfático; el acentuado en segunda y sexta, heroico; y el acentuado en tercera y sexta, melódico. Cada cual posee una distinta expresividad, y gracias a estas variantes el endecasílabo es un instrumento lírico sumamente variado y rítmicamente flexible, por lo cual sustituyó como elemento preferido del arte mayor al dodecasílabo en el siglo XVI, demasiado rígido por su ritmo solemne y monótono. También existen otras modalidades de endecasílabo, pero no se consideran correctas o solamente se emplean para efectos rítmicos especiales, como por ejemplo el endecasílabo de gaita gallega o dactílico, que lleva acento en cuarta, séptima y décima sílaba, y a veces, cuando no se considera en anacrusis, en la primera.
Endecasílabo propio: acentos en 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio enfático: acentos en 1.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio heroico: acentos en 2.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo propio melódico: acentos en 3.ª, 6.ª y 10.ª
Endecasílabo sáfico: acentos en 4.ª, 8.ª y 10.ª
Endecasílabo mixto o polirrítmico: el que mezcla dos o más de los patrones acentuales anteriores.
Endecasílabo dactílico: acentos en 1.ª, 4.ª, 7.ª y 10.ª
Endecasílabo galaico: acentos en 5.ª y 10.ª
Un tipo especial de versos, creados en 1603 por el poeta satírico y hampón Alonso Álvarez de Soria para imitar el habla chulesca de los matones de Triana, son los versos de cabo roto, versos terminados en palabra llana a los que se les suprime la última sílaba y que riman, por tanto, en aguda. Se usan siempre con intención burlesca o satírica y fueron empleados con frecuencia por Cervantes, por ejemplo al hablar de La Celestina:
Libro a mi entender diví- (divino)
si encubriera más lo humá- (humano)
Ritmo acentual del verso
Existen fundamentalmente dos tipos de ritmos en el verso español, si dividimos el verso en partes de dos sílabas: el que procura acentuar las sílabas impares o ritmo trocaico (_U) y el que procura acentuar las pares, o ritmo yámbico (U_). Si por el contrario dividimos el verso en grupos de tres sílabas tenemos tres tipos de ritmos, el ritmo dactílico (_UU), el anfibráquico (U_U) y el anapéstico (UU_), donde la raya representa a la sílaba acentuada, según los pies que imitan de la poesía grecolatina clásica: el dáctilo, el anfíbraco y el anapesto.
Las estrofas
Se entiende por estrofa en métrica a un conjunto de versos con una distribución fija de sílabas y rimas que se repite en un mismo poema con regularidad. A veces también constituye por sí mismo un pequeño poema. Casi siempre la estrofa encierra un pensamiento completo, por lo que posee una cierta autonomía semántica. Las estrofas de la métrica castellana comprenden entre dos y trece versos.
Estrofas de dos versos
Se denomina pareado a las estrofas de dos versos que riman, sin importar el número de sílabas; por lo general poseen rima consonante (aunque pudiera ser también asonante) y en las formas AA BB CC DD, etc. Pueden presentarse en combinaciones de versos de arte menor y arte mayor: aa, aA o Aa. Se usaron en los motes y divisas de los escudos y en el Refranero y, por imitación de los pareados de alejandrinos franceses, en el Modernismo con versos de catorce sílabas. Ejemplos:
Me ha salido un pareado a8
sin habérmelo pensado. a8
(Popular)
De este mundo sacarás a8 (7+1)
lo que metas, nada más. a8 (7+1)
(Refrán)
Yo he hecho lo que he podido a8
Fortuna, lo que ha querido. a8
(Mote del siglo XV usado por el Conde de Salinas, XVII)
Hipogrifo violento, a7
que corriste parejas con el viento. A11
(Pedro Calderón de la Barca, XVII)
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente.
(Manuel Machado, Retrato, siglo XX)
Las hijas de las madres que amé tanto
me besan ya como se besa a un santo.
(Campoamor)
Cada hoja de cada árbol canta un propio cantar
y hay un alma en cada una de las gotas del mar.
(Rubén Darío)
La alegría es un pareado compuesto por un pentasílabo inicial y un decasílabo dividido por una cesura en dos pentasílabos. El primer verso puede ser de seis sílabas, y en ese caso el segundo es un endecasílabo con acento en la cuarta y en la séptima. Lleva rima asonante.
Vente conmigo
a las retamas de los caminos.
(Popular)
Sale de la alcoba
coloradita como una amapola.
(Popular)
Esta estrofa, frecuente en la lírica tradicional andaluza, puede ir seguida de un estribillo de tres versos en que riman primero con tercero y queda suelto el segundo.
El aleluya es un pareado de versos octosílabos con rima consonante:
La primavera ha venido
nadie sabe cómo ha sido.
(Antonio Machado, siglo XX)
Estrofas de tres versos
El terceto está formado por tres versos generalmente endecasílabos (11 sílabas), con esquema de rima consonante en las formas ABA BCB CDC, etc. terminando en un serventesio a fin de que no queden versos sueltos (YZYZ) y, más raramente, en un serventesio más un pareado final (XYXYZZ). Esta forma proviene de la terza rima creada por el poeta florentino Dante Alighieri para su Divina comedia, adoptada posteriormente por Francesco Petrarca para sus Triunfos, y fue denominada en español tercetos encadenados. En Castilla empezó a cultivarse en la obra de Juan Boscán y Garcilaso de la Vega durante la primera mitad del siglo XVI, con el Renacimiento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida;
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida...
(Miguel Hernández, siglo XX)
Fabio, las esperanzas cortesanas
prisiones son do el ambicioso muere
y dondeb al más astuto nacen canas.
El que no las limare o las rompiere,
ni el hombre de varón ha merecido
ni subir al honor que pretendiere.
(Anónimo sevillano)
Sin embargo, existen otras formas, como AAX BBX CCX DDX, etc. o AXA BXB CXC DXD, etc. Regularmente los tercetos terminan en un serventesio, a fin de que no queden versos sueltos. Se llama tercetillo (o tercerilla) cuando es de arte menor (versos menores de 9 sílabas). Es interesante observar que en este esquema se presenta un encadenamiento de los versos (rima encadenada). Es decir, en cada estrofa el segundo verso queda libre, pero se encadena con el primer verso de la siguiente.
La soleá son tres versos de arte menor (8 sílabas los más comunes pero los hay de 6 y de 7), con esquema de rima asonante en la forma axa. Ejemplo:
El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas,
es ojo porque te ve.
(Antonio Machado)
'Musa soberbia y confusa,
'ángel, espectro, medusa,
'tal parece tu musa.
(Rubén Darío)
El haiku o haikai es una estrofa de tres versos de origen japonés cuya estructura es 5a,7-,5a, y también es un género literario derivado del haikai. En español fue cultivada durante el Modernismo y en el siglo XX. Es la forma predilecta de la poesía zen y no utiliza metáforas. Su maestro en lengua japonesa es Matsuo Bashō.
En agua, lento,
hay un brillo de sol.
Se mece al viento.
(Ángel Romera)
Estrofas de cuatro versos
La cuarteta asonantada o copla es un grupo de cuatro versos octosílabos (8 sílabas) en que riman los pares en asonante:
En los pinares del Júcar
vi bailar unas serranas
al son del agua en las piedras
y al son del viento en las ramas.
(Luis de Góngora)
Están clavadas dos cruces
en el monte del olvido
por dos amantes que han muerto
sin haberse comprendido.
(Popular)
La seguidilla es una estrofa de cuatro versos de tipo popular en los que los impares son de siete y los pares de cinco sílabas (-7,5a,-7,5a); riman los pares en asonante:
Aunque soy de La Mancha
no mancho a nadie;
más de cuatro quisieran
tener mi sangre.
En el caso de la seguidilla real, como la denomina Sor Juana Inés de la Cruz, o seguidilla gitana, como la llama Augusto Ferrán, los versos primero, segundo y cuarto son hexasílabos, y el tercero, de diez sílabas (a veces de once). Los versos segundo y cuarto tienen rima asonante:
Pensamiento mío
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías
que no pues entrar.
(Manuel Machado, siglo XX)
La redondilla es una estrofa de cuatro versos octosílabos que riman en consonante a8,b8,b8,a8:
Ven muerte tan escondida,
que no te sienta venir
porque el placer de morir
no me torne a dar la vida.
(Lope de Vega, sobre un poema del comendador Escrivá)
El cuarteto es una estrofa de cuatro versos que rima en consonante como la redondilla, pero con versos de once sílabas (endecasílabos), A11,B11,B11,A11:
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
(Jorge Luis Borges)
El serventesio es una estrofa de cuatro versos de arte mayor (por lo general endecasílabos o alejandrinos) con rima alterna consonante:
El dueño fui de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos.
(Rubén Darío)
El tetrástrofo monorrimo o cuaderna vía es la estrofa de cuatro versos alejandrinos, es decir, de catorce sílabas divididos en dos hemistiquios de siete sílabas cada uno, en la que riman todos entre sí en consonante: A14A14A14A14. Es propia de la Edad Media y del Mester de clerecía en concreto.
Mester traigo fermoso non es de juglaría
mester es sin pecado, ca es de clerecía
fablar curso rimado por la cuaderna vía
a sílabas cunctadas, ca es gran maestría.
(Libro de Aleixandre)
La estrofa alcaica fue introducida por el poeta Francisco de Medrano: se trata de un cuarteto en el cual los dos primeros versos son endecasílabos y los dos últimos heptasílabos (A11,B11,b7,a7):
Y mientras con rigurosas nieves
tu edad marchita el tiempo y tus verdores
coge de tus amores,
coge las rosas breves.
(Francisco de Medrano, siglo XVI)
La estrofa De la Torre es así llamada por haber sido utilizada por primera vez en un par de poemas de Francisco de la Torre (siglo XVI). Consiste en tres endecasílabos de ritmo regular y un heptasílabo sin rimas. Posteriormente se le añadieron rimas, sobre todo en los versos pares, y se ensayaron otras variaciones. Tuvo tal fortuna que se usó en importantes poemas del siglo XVIII (Meléndez, Noroña) y XIX (Duque de Rivas, Nicomedes Pastor Díaz). En la actualidad han usado esta estrofa Juan Eduardo Cirlot y Jon Juaristi.
A veces me florece un tiempo nuevo,
un ala matinal sobre la frente,
una esperanza candorosa y fértil
que me aclara y rehace.
(Dionisio Ridruejo, siglo XX)
Derivada de la estrofa De la Torre, la estrofa sáfica es un grupo de cuatro versos en que los tres primeros son endecasílabos sáficos (es decir, con acento de intensidad en la cuarta y octava sílabas o en cuarta y sexta) y el cuarto un pentasílabo (o a veces heptasílabo) adónico (esto es, con acento en primera y cuarta). Al principio no llevaba rima, pero luego se renovó esta estrofa incorporándole alguna rima en los versos pares sobre todo.
¡Salve, oh alcázar de Edetania firme,
ejemplo al mundo de constancia ibera,
en tus rüinas grandïosa siempre,
noble Sagunto!
(Alberto Lista, siglo XIX)
Estrofas de cinco versos
La quintilla es una estrofa de cinco versos de arte menor, por lo general octosílabos, con dos rimas entrecruzadas consonantes en las que no pueden rimar tres versos seguidos. En arte mayor se denomina quinteto 11a 11b 11a 11b 11a .
Quedar las arcas vacías,
donde se encerraba el oro
que dicen que recogías,
nos muestra que tu tesoro
en el cielo lo escondías.
(Miguel de Cervantes, A la muerte de Felipe II)
Desierto está el jardín... De su tardanza
no adivino el motivo... El tiempo avanza...
Duda tenaz, no turbes mi reposo.
Comienza a vacilar mi confianza...
El miedo me hace ser supersticioso.
(Ricardo Gil)
La lira es una estrofa de cinco versos de siete y once sílabas rimados en consonante distribuidos así: a7,B11, a7, b7, B11. La introdujo a principios del siglo XVI Garcilaso de la Vega con una estrofa que le dio nombre:
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento...
(Garcilaso de la Vega, siglo XVI)
La tanka es una estrofa de origen japonés que consta de cinco versos, pentasílabos y heptasílabos, agrupados sin rima de la siguiente manera: 5-,7-,5-;7-,7-. Como puede verse, los primeros versos constituyen casi un haiku.
Alto en la cumbre
todo el jardín es luna,
luna de oro.
Más precioso es el roce
de tu boca en la sombra.
(Jorge Luis Borges)
Estrofas de seis versos
La sextilla es la combinación de seis versos cortos, generalmente octosílabos, aconsonantados con rima alterna o con cualquier otra rima. Por lo general suelen ser una cuarteta y un pareado o un pareado y una redondilla etc.
Cantando me he de morir
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del eterno padre:
dende el vientre de mi madre
vine a este mundo a cantar.
(José Hernández, Martín Fierro)
La copla de pie quebrado o sextilla manriqueña combina versos de ocho y cuatro sílabas (llamado quebrado, o partido, por tener la mitad que el más largo). Fue creada por Gómez Manrique y su sobrino Jorge la inmortalizó en sus famosas Coplas por la muerte de su padre. Se trata de seis versos divididos en dos grupos constituidos cada uno por dos octosílabos más un tetrasílabo, rimando 1.º con 4.º, 2.º con 5.º, 3.º con 6.º (a8,b8,c4;a8,b8,c4;)
Ved de cuan poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos
que en este mundo traidor
aun primero que muramos
las perdemos.
(Jorge Manrique, siglo XV)
La sexta rima es un tipo de sexteto conocido también como sextina antigua y sextina real. Se trata de una octava real sin los dos primeros versos, es decir, un grupo de endecasílabos que riman en consonante primero con tercero, segundo con cuarto y el quinto con el sexto:
A un ciego le decía un linajudo:
"Todos mis ascendientes héroes fueron."
Y respondiole el ciego: "No lo dudo;
yo sin vista nací: mis padres vieron."
No se envanezca de su ilustre raza
quien pudo ser melón y es calabaza.
(Hartzenbusch, El linajudo y el ciego)
Estrofas de siete versos
La pavana consta de cuatro versos de arte mayor (dodecasílabos por lo general) que riman en consonante ABAB, más tres versos monorrimos de extensión fluctuante entre ocho o más sílabas, (nueve, diez, once o más). Se destinaba al canto, y los últimos ejemplos datan del siglo XVI.
¡Oh clara centella de fuego de amor,
soberana gracia, hermosura fuerte
que infundes tus rayos con tanto furor
que con sola tu vista condenas a muerte!
¡Triste, que vivo
con dolor esquivo
que por quereros, yo recibo!
(Anónimo)
Estrofas de ocho versos
La octavilla, estrofa de ocho versos cortos; la más común se compone de octasílabos, rimados de muy diversas maneras:
"Vos sos un gaucho matrero"
dijo uno, haciéndose el güeno.
"Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la polecía
que viene a justar tus cuentas;
te va alzar por la cuarenta
si te resistís hoy día.
(José Hernández, Martín Fierro)
La copla de arte mayor es una estrofa en rima consonante cultivada durante el siglo XV y primera mitad del XVI por poetas del Prerrenacimiento español de la escuela alegórico-dantesca como Francisco Imperial, Juan de Mena o don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana. Su estructura es ABBAACCA y más raramente ABABBCCB en versos de doce sílabas o dodecasílabos divididos en dos hemistiquios de seis sílabas con cuatro acentos fuertes en total separados cada uno por dos sílabas tónicas:
Al muy prepotente don Juan el segundo
a aquel con quien Júpiter tovo tal celo
que tanta de parte le fizo del mundo
cuanta a sí mesmo se fizo del cielo;
al gran rey de España, al César novelo
al que con Fortuna es bien fortunado;
a aquel en quien caben virtud y reinado
a él la rodilla fincada por suelo.
(Juan de Mena, Laberinto de Fortuna)
La octava real es una estrofa formada por endecasílabos de rima alterna consonante salvo los dos últimos, que riman entre sí formando un pareado (ABABABCC). Es estrofa usada fundamentalmente en poemas narrativos y de épica culta, aunque a principios del siglo XVI se usó en Castilla también con tema amoroso por influjo italiano de los llamados capitoli de amor:
No las damas, amor, no gentilezas
de caballeros canto enamorados,
ni las muestras, regalos y ternezas
de amorosos afectos y cuidados,
mas el valor, los gestos, las proezas
de aquellos españoles esforzados
que a la cerviz de Arauco no domada
pusieron duro yugo por la espada.
(Alonso de Ercilla, La Araucana, XVI)
La octava de Pedro de Oña se compone de ocho endecasílabos que riman en consonante ABBAABCC. Es una modificación de la octava real producida por su cruce con la copla de arte mayor. El poeta que le da nombre la introdujo.
Si pluma y vista de águila tuviera,
pluma con que romper el vacuo seno
y vista para ver el sol de lleno,
seguro de temor volara y viera,
o si tan remontada no estuviera
la soberana cumbre do me estreno,
prestárame el trabajo sus escalas
o me valiera entonces de mis alas.
(Pedro de Oña)
La octava italiana u octava aguda, creada por Salvador Bermúdez de Castro y por ello llamada a veces bermudina, se compone de ocho versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y con rima consonante, según el esquema ABBC'DEEC'; el cuarto y el octavo verso son agudos. A veces, la estrofa la componen heptasílabos en lugar de endecasílabos.
Cual la yerba arrojada en la roca,
que marchita allí crece, allí muere,
¿viviré y moriré, sin que espere
otra vida, otra dicha, otra luz?
aun en medio de altares y tumbas
mi terrible pensar me amenaza:
que si el mundo feroz me rechaza,
me rechaza también esa cruz.
(Salvador Bermúdez de Castro, Ensayos poéticos, 1840)
Tu aliento es el aliento de las flores;
tu voz es de los cisnes la armonía;
es tu mirada el esplendor del día,
y el color de la rosa es tu color.
Tú prestas nueva vida y esperanza
a un corazón para el amor ya muerto;
tú creces de mi vida en el desierto
como crece en un páramo la flor.
(Gustavo Adolfo Bécquer, siglo XIX)
La octavilla italiana u octavilla aguda es una combinación de ocho versos de ocho sílabas o menos en que el cuarto y el octavo poseen rima aguda, y segundo y tercero riman entre sí, así como el sexto y séptimo, quedando sueltos primero y quinto (-8, a8, a8, b8 agudo; -8, c8, c8, b8 agudo). Fue estrofa muy popular a finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX y se utilizó frecuentemente para el canto por su gran musicalidad. Se usó en el teatro solamente para las partes cantadas.
Merced a tus traiciones
al fin respiro, Lice,
al fin de un infelice
el cielo hubo piedad;
ya rotas las prisiones
libre está el alma mía;
no sueño, no, este día,
mi dulce libertad.
(Juan Meléndez Valdés, siglo XVIII)
La octavilla real es una estrofa de ocho versos compuesta por dos redondillas unidas, pero con la peculiaridad de que una de las rimas de la primera redondilla se repite en la siguiente:
Mal jugar faze quien juega
con quien siente, maguer calle:
de lo que faze en la calle,
¿quién es el que se desnega?
Ambición es cosa ciega
y recibe desoluto;
poder y mando absoluto
fin de padre es quien lo niega.
(Íñigo López de Mendoza, siglo XV)
(continua...)
Última edición por Pedro Casas Serra el Lun 12 Abr 2010, 06:04, editado 8 veces
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