JOSÉ HIERRO (1922-2002)

Cuando me puse a hablar de mi ya famosa antología "Cuatro Poetas de Hoy" algo, en mi  subconsciente, me obligaba a dejar a José Hierro como el último autor a comentar. Tengo delante de mí, y por orden, los siguientes libros :
1)"Cuatro poetas de Hoy". Taurus. Madri, 1965 ( Selección y notas de María de Gracia Ifach).
2)"Poesía de la Primera Generación de Posguerra". Cátedra. Madrid 2008. Edicvión de Santiago Fortuño Llorens.
(Ambos libros son Antologías. En la primera de ellas los otros tres autores ya han sido comentados en este espacio. En la segunda hay autores de calado como Carlos Bousoño, Concha Zardoya, José García Nieto, Ramón de Garciasol, Leopoldo de Luís, etc...Y nuestras posibilidades intelectuales y materiales -ambas escasas- nos impedirán comentar a tanto autor. Pero es necesario hablar de su existencia...de que se hicieron con un espacio y un nombre propio en la poesía española más reciente).
3)"Libro de las Alucinaciones". Cátedra. 6ª Edición. Madrid ,2003. Edición de Dionisio Cañas.
4)"Entre libélulas y ríos de estrellas : José Hierro y el lenguaje de lo imposible. Cátedra, 2002. ( Posiblemente el trabajo más exhaustivo y enriquecedor sobre la obra de José Hierro). Obra de Luce López-Baralt.
5)"Cuaderno de Nueva York". José Hierro. Poesía Hiperion. Decimotercera edición. Madrid, 2007.
6)"Antología poética 1936-1998". José Hierro.Colección Austral de Poesía, nº306. Madrid 2008. (Económica y accesible para casi todos lo bolsillos, en realidad es casi una obra poética completa dada la magnigica labor de selección  llevada a cabor por Gonzalo Corona).

El problema, para una persona como yo -que no soy crítico literario y tampoco soy filólogo-
es que sólo puede hablar -sólo puedo hablar- de impacto, de diferencias, cognitivas y sensoriales, de metabolización de la palabra hasta conseguir no ya que la palabra entre sino que permanezca como residuo en el propio universo que anda formando :

"La sala tiene una iluminación de clínica.
Los estudiantes se han sentado silenciosos.
Juán Sebastián deja sobre la mesa de trabajo
su mundo de evocaciónes, de fantasía y aventura.
Cuelga de una ventana con nubes
su casaca, la cáscara de su mundo cotidiano,
y matematicamente comienza su ejercicio musical..." (1).

Y ese mundo, matemático, es el contenedor capaz de extraer la raíz cuadrada de la perplejidad :

"Bendito sea Dios, porque inventó el silencio,
y el chirrido de la chicharra,
y el lagarto de fastuoso traje verde,
y la brasa hipnotizadora
(horizontal crepúsculo pudo haberla llamado
don Pedro Calderón de la Barca en el declive del Barroco).
Bendito sea Dios que inventó el agua,
el agua sobre todo..." (2).

Pero no creáis, el paseo que Pepe Hierrro, montañés y universal, propone, no queda circunscrito a Calderón. Se multiplica por todos los autores del Siglo de Oro, con una extrema admiración por Lope de Vega. En cualquiera de los casos : Nostalgia, serenidad, dolor...la eterna temática de la poesía...y Alegría ( "A la alegría por el dolor") :

"Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor. Allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía).

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida".    (3)

He dicho por ahí montañes por la fijación de pepe Hierro con Cantabria. Pero Cantabria no es solo monte, también mar : Unas veces bravío y otras veces tierno...

"La gaviota sobre el pinar.
(La mar resuena).
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñarás aunque no lo quieras.
Las gaviotas sobre el pinar
goteando todo de estrellas..." (4)

Y he dicho también extrema admiración por el siglo de oro...y he de hacerla extensiva a la generación enexistente - la generación de platino- ( la generación del 27) : Juan Ramón, con sus famosas epístolas cruzadas, Guillén, Salinas...

"TIERRA SIN NOSOTROS"

"Ellos, ¿los ves, di, los sientes?:
Están hechos de nosotros,
nosotros son" ( Pedro Salinas )

"( Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas).

Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría.

(Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas).

Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería...

(¡ Qué bello, mar, morir en tí
cuando no pueda con mi vida!)".    (5)

Palabra de poeta que no pretende exégesis sino que repose la palabra de los poetas :

"...Entre dos nuncas. El recién llegado
contempla el cielo encajonado
entre dos muros, entre dos sombras, entre dos silencios,
entre dos noches.
Sentado sobre su banco de cemento
saca de sus bolsillos unos trozos de pan,
los desmiga. Da de comer a las palomas..."  (6)

Sin pretensiones...hacer también que la palabra recupere su rítmo vital. Y en este caso que sea prólogo del siguiente poeta que comentaremos :

"No vine solo por decirte
(aunque también) que no volveré nunca,
y que nunca podré olvidarte.

Emprendo la tarea
(imposible, si es que hay algo imposible)
de racionalizar, interpretar, reconstruir y desandar
aquellas fábulas y hechizos
que gracias a tí fueron realidad.

Recupero los pasos iniciados a la orilla del río
y que desembocan en "Kiss Bar"" ( aunque no estoy seguro
dónde está el principio y dónde está el fin).

Estoy cansado, muy cansado.
Don Antonio Machado dijo hace más de medio siglo
"Soy viejo porque tengo más de sesenta años
que es mucha edad para un español".
(Sin comentarios)".   (7)

(1) Retrato en un concierto. libro de las alucinaciones. Pag.-119
(2) Oración en Columbia University. Cuaderno de Nueva York. Pag.-113
(3) Alegría. Cuatro poetas de hoy. Página 193.
(4) Canción de cuna para dormir a un preso. Antología poética 1936-1998. Pag.-93
(5) Tierra sin nosotros. Llegada al mar. Antología poética 1936-1998. Pag.- 102
(6) Adagio para Franz Schubert ( Quinteto en do mayor). VI. Cuaderno de Nueva York. Pag.-99
(7) En son de despedida. Cuaderno de Nueva York. Página 125.

Reseñas Biográficas y Bibliográficas :

José Hierro nació en Madrid el 3 de abríl de 1922 y muere en el año 2002. Si vida se desarrolla fundamentalmente en Santander, a la que consider su verdadera tierra. Recibe el Premio Adonais en 1947 por su libro Alegría. En 1953 es Premio nacional de Literatura por su obra en general. Y en 1958 recibe el Premio de la Crítica por "Cuanto sé de mí". Es también Premio Principe de Asturias, 1981 ;Premio Nacional de las letras españolas, 1990; Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, 1995 y Premio Cervantes 1998.

Entre sus obras : "Tierra sin nosotros";  "Alegría"; " Con las piedras, con el viento" ; " Estatuas yacentes"; "Cuanto sé de mí"; "Libro de las alucinaciones"; "Cabotaje"; "Nombres propios"; "Cuadernos de Nueva York", etc...Este etc...comprende no pocas Antologías y revisiones llevadas a cabo por él mismo.
Es posible encontrar más de 100 estudios monográficos diferenciados sobre la obra de José Hierro siendo quizá el más detallado el ya señalado "Entre Libélulas y ríos de estrellas : José Hierro y el lenguaje de lo imposible" de Luce lópez-Baralt, Ed. Cátedra. Obra magistral que yo recomiendo a todo estudioso de la poesía.

"...Entre dos nuncas. El recién llegado
contempla el cielo encajonado
entre dos muros, entre dos sombras, entre dos silencios,
entre dos noches.
Sentado sobre su banco de cemento
saca de sus bolsillos unos trozos de pan,
los desmiga. Da de comer a las palomas..."

Bellos poemas, querido Pascual!
Gracias por traernos la
profunda y mágica poesía
de José Hierro...
Conocía muy poco, casi nada
de su obra...
Mejor que no seas
crítico literario ni tampoco filólogo,
me encanta tu trabajo de
presentación de poetas, porque ERES
POETA: entonces es un poeta que
presenta poetas para nosotros...
Volveré a este y a los demás
poetas que trajiste a este foro...
Besos, querido amigo
Maria Lua

Gracias, María , por tu comentario y por los poemas de José Hierro que adjuntas. Insisto : Este espacio está quedando de una calidad excepcional. Todos los foristas que participan lo hacen a un nivel altísimo. Y los comentarios críticos sobre los diferentes autores , independientemente de lo que yo haga, son muy buenos. Esperemos poder continuar así.
Te prometo, por mi parte, comenzar a trabajar desde hoy mismo en uno de tus autores preferidos : DON ANTONIO MACHADO.
Un beso

Y aquí, el esperado José Hierro, poeta de la palabra sencilla y precisa, ésa que se busca y encaja afinando el verso. Un grande.

¡¡¡Gracias!!!

Lu

Gracias, Adriana. Un beso

Leeré a Carlos Drummond. Un beso

Sólo materia de sombras...

Sólo materia de sombras,
criaturas de la noche,
nubes espectrales, seres
dolorosamente informes,

visiones o pesadillas
llegadas no sé de dónde,
ráfagas resucitadas
que fueron mujeres y hombres,

que tuvieron carne y sueños
donde anidaban los soles
y ahora son sólo penumbra,
ríos de negros acordes,

tristezas desenterradas,
pesadillas o visiones,
llamando siempre a la puerta
de quienes no los conocen.

De "Cuaderno de Nueva York" 1998

Uno de los primero poemas de José que me impactaron pertenece a "Alegría" es el siguiente

"Ahora todas las cosas han borrado sus límites.
Amanece el paisaje tras un vidrio empañado.
Se me diluye el alma en estas formas vivas,
en estos sueños vagos.

Se me desnuda el mundo de una manera nueva.
(¿Ha de acabarse todo cuando está comenzando?
¿Se olvidarán los soles, se apagarán los siglos,
se evadirá la vida de nuestras tristes manos?).
Acaso mire entonces la vida de otros hombres
y acaso crea entonces que nada ha sido en vano.

Pero ahora me rebelo. Doy suelta a mi hombro libre.
Sé que nada está muerto mientras viva mi canto.
Entre las perezosas nieblas del alba quiero
sentirme entero, palpitando.

Vi las formas borrosas entre la niebla. espectros.
El espectro de un monte, el espectro de un árbol.
Yo era mi propio espectro cediéndome al paisaje.
Un sueño más, recién soñado.

Pero yo me rebelo. YO LLEVO EN MÍ LA VIDA.
Yo estoy con el olvido cara a cara luchando".

Esta mañana he despertado muy temprano, y he querido pasar por este espacio, no he leído con la atención que estoy segura que el tema merece, pero puedo asegurarte Pascual que estaré a menudo por aquí, la riqueza de presentación que haces sin ser filósofo ni critico es extraordinaria y los poemas con los que nos acercas a Jose Hierro son de una belleza impresionante,sobre todo el ultimo me ha llegado al alma, veo que Maria tambien deja aportaciónes muy buenas
Mi abrazo y felicitación querido Pascual, tambien a ti Maria por las aportaciones que regalas
Carmen

Pero yo me rebelo. YO LLEVO EN MÍ LA VIDA.
Yo estoy con el olvido cara a cara luchando".

Sí, Pascual, es impactante,
es bello ese poema...
Gracias, amigo...
Un beso...
Maria Lua

María, Carmen :

"Sé que nada está muerto mientras viva mi canto"

Creo que es un verso que todos los poetas suscribiríamos con admiración.

En todo caso, y no sé por qué , la obra de José hierro que en estos momentos me ciega es "Cuadernos de Nueva York"

Pero ahora me rebelo. Doy suelta a mi hombro libre.
Sé que nada está muerto mientras viva mi canto.
Entre las perezosas nieblas del alba quiero
sentirme entero, palpitando.

Y aquí volcando párrafos
de nuestras propias vidas
se deshoja Pascual
entre versos

Gracias compañero del alma, clara

Animo, Clara. José Hierro, Dámaso Alonso, W.W...seguro que podemos aprender de todos ellos. Un beso

Coplilla después del 5º Bourbon

Pensaba que sólo habría
sombra, silencio, vacío.
Y murió. Estaba en lo cierto.
El mismo Dios se lo dijo.

De "Cuaderno de Nueva York" 1998

Pecios de sombra

Hablaban con bocas de sombra,
susurraban sucesos mágicos,
historias de herrumbre y de musgo
(no sabían que estaban muertos,
y yo no quería apenarlos).
Fui reconstruyendo sonidos
que en el sueño significaban
para interpretarlos despierto
y atribuirlos a unos labios.

(Quería conocer el nombre
de quienes me hablaban en sueños:
la rosa no olería igual
si su nombre no .fuese rosa.)
Rescaté, lúcido y sonámbulo,
los vestigios que la marea
llevó a mi playa de despierto;
con ellos construiría un puente
desde el soñar hasta el velar:
así tendrían consistencia
las palabras impronunciables
que yo escuché cuando dormía,
fantasmal materia de sueño.

De "Cuaderno de Nueva York" 1998

Preludio

Después de miles, de millones de años,
mucho después
de que los dinosaurios se extinguieran,
llegaba a este lugar.
Lo acompañaban otros como él,
erguidos como él
(como él, probablemente, algo encorvados).

A partir de onomatopeyas ,
de monosílabos, gruñidos,
desarrolló un sistema de secuencias sonoras.
Podría así memorizar sucesos del pasado,
articular sus adivinaciones,
pues el presente -él lo intuía- no comienza ni finaliza
en sí mismo, sino que es punto de intersección
entre lo sucedido y lo por suceder,
llama entre la madera y la ceniza.

Los sonidos domesticados decían
mucho más de lo que decían
(originaban círculos concéntricos
-como la piedra arrojada al agua-
que se multiplicaban, se expandían,
se atenuaban hasta regresar a la lisura y el sosiego):
y todos percibían su esencia misteriosa
que no sabían descifrar.

Con reverencia temerosa
escuchaban mensajes tan incomprensibles
como los de la llama, la ola, el trueno
(tal vez con la misma inquietud con que escuchamos al doctor
que diagnostica nuestro mal
utilizando tecnicismos nunca oídos,
de manera que no sabemos
si -impasible y profesional-
es nuestra muerte lo que anuncia
o es la vida).

Nadie comprendió entonces sus palabras.
Por eso andan, ahora, las palabras
pasando por los vientos,
ávidas de que alguno las recoja
siglos después de pronunciadas.
Y aquí están aguardando que alguno las escuche,
aquí en el lugar mismo en donde fueron pronunciadas,
aquí donde confluyen
Broadway y la Séptima Avenida.
Fue aquí donde él me vio,
donde narró la crónica
de este instante en que estoy evocándolo.
Aquí, entre anuncios luminosos,
en la ciudad de Nueva York.

De "Cuaderno de Nueva York" 1998

Alma dormida

Me tendí sobre la hierba entre los troncos
que hoja a hoja desnudaban su belleza.
Dejé el alma que soñase:
volvería a despertar en primavera.

Nuevamente nace el mundo, nuevamente
naces, alma (estabas muerta).
Yo no sé lo que ha pasado en este tiempo:
tú dormías, esperando ser eterna.

Y por mucho que te cante la alta música
de las nubes, y por mucho que te quieran
explicar las criaturas por qué evocan
aquel tiempo negro y frío, aunque pretendas

hacer tuya tanta vida derramada
(era vida, y tú dormías), ya no llegas
a alcanzar la plenitud de su alegría:
tú dormías cuando todo estaba en vela.

Tierra nuestra, vida nuestra, tiempo nuestro...
(Alma mía, ¡quién te dijo que durmieras!)

De "Agenda" 1991

Amanecer

Imagínate tú...
Imagínatelo tú por un momento.
R. A.

La estrella aún flotaba en las aguas.
Río abajo, a la noche del mar, la llevó la corriente.
Y de pronto la mágica música errante en la sombra
se apagó, sin dolor, en el fresco silencio silvestre.

Imagínate tú, piensa sólo un instante,
piensa sólo un instante que el alma comienza a caerse.
(Las hojas, el canto del agua que sólo tú escuchas:
maravilloso silencio que pone en las tuyas su mano evidente.)

Piensa sólo un instante que has roto los diques y flotas sin tiempo en la noche,
que eres carne de sombra, recuerdo de sombra; que sombra tan sólo te envuelve.
Piensa conmigo «¡tan bello era todo, tan nuestro era todo, tan vivo era todo,
antes que todo se desvaneciese!»

Imagínate tú que hace siglos que has muerto.
No te preguntan las cosas, si pasas, quién eres.
Procura un instante pensar que tus brazos no pesan.
Son nada más que dos cañas, dos gotas de lluvia, dos humos calientes.

(¡Tan bello era todo, tan nuestro era todo, tan vivo era todo!)
Y cuando creas que todo ante ti perfecciona su muerte,
abre los ojos:
El trágico hachero saltaba los montes,
llevaba una antorcha en la mano, incendiaba los bosques nacientes.
El río volvía a mojar las orillas que dan a tu vida.
El prodigio era tuyo y te hacías así vencedor de la muerte.

De "Agenda" 1991

Así era

Canta, me dices. Y yo canto.
¿Cómo callar? Mi boca es tuya.
Rompo contento mis amarras,
dejo que el mundo se me funda.
Sueña, me dices. Y yo sueño.
¡Ojalá no soñara nunca!
No recordarte, no mirarte,
no nadar por aguas profundas,
no saltar los puentes del tiempo
hacia un pasado que me abruma,
no desgarrar ya más mi carne
por los zarzales, en tu busca.

Canta, me dices. Yo te canto
a ti, dormida, fresca y única,
con tus ciudades en racimos,
como palomas sucias,
como gaviotas perezosas
que hacen sus nidos en la lluvia,
con nuestros cuerpos que a ti vuelven
como a una madre verde y húmeda.

Eras de vientos y de otoños,
eras de agrio sabor a frutas,
eras de playas y de nieblas,
de mar reposando en la bruma,
de campos y albas ciudades,
con un gran corazón de música.

De "Alegría" 1947