por Pedro Casas Serra Vie 26 Nov 2010, 14:44
DE QUÉ MODO
De qué modo se ensanchan las horas de tu ausencia,
un minuto parece tragarse el calendario,
las letras de tu nombre insisten en mi diario
y el rastro de tu risa incrementa mi dolencia.
De qué modo se secan las flores y su esencia,
mi habitación semeja recinto cinerario
ya no caben más penas adentro de mi almario
y de mi piel se caen despojos de decencia.
De qué modo quitar del muro tu retrato
tu calidez del lecho, tu amor de las ventanas
la huella de tu paso, tu celo y tu recato.
De qué modo, no sé, despierto en las mañanas,
desecho tus recuerdos, el odio malbarato
y recobra mi pecho su vuelo de campanas.
Miguel Garza
Comentario
Soneto en versos alejandrinos con excepción del cuarto verso, en que el segundo hemistiquio tiene ocho sílabas en lugar de las siete preceptivas.
En el alejandrino no puede hacerse sinalefa sobre la cesura (la división de los dos hemistiquios), o sea, en este soneto, en los versos tercero y cuarto; y se cuentan por separado las sílabas de los hemistiquios como si se trataran de versos separados, por tanto se suma una sílaba si acaba en agudo (p.e. primer hemistiquio de los versos nueve ("quitar") y doce ("sé")) y se resta una si acaba en esdrújula.
El problema del cuarto verso se puede solucionar sustituyendo "incrementa" por "acrece" que tiene una sílaba menos ("y el- ras-tro- de- tu- ri-sa / a-cre-ce- mi- do-len-cia.": 7+7).
Por su rima está formado por dos cuartetos ABBA y dos tercetos CDC DCD. Las rimas B y C son asonantes entre sí en a/o, lo que se considera un demérito que se llama asoconsonancia (mezcla de rimas consonantes y asonantes).
El ritmo acentual en los hemistiquios es con acentos en segunda y sexta sílabas (-'---'-), p.e. "las HOras de tu auSENcia"); tercera y sexta (--'--'-), p. e. "De qué MOdo se enSANchan", y cuarta y sexta (---'-'-), p. e. "mi habitaCIÓN seMEja".
Entre los recursos poéticos empleados, es muy notable el uso de la anáfora al inicio de las cuatro estrofas que empiezan igual y que, además, también es paralelismo por tratarse de una disposición idéntica de la frase: "De qué modo se ensanchan las horas de tu ausencia, / un minuto parece tragarse el calendario,... De qué modo se secan las flores y su esencia, mi habitación semeja recinto cinerario... De qué modo quitar del muro tu retrato... De qué modo, no sé, despierto en las mañanas,"
También son parelismo: "despierto en las mañanas, / desecho tus recuerdos, el odio malbarato / y recobra mi pecho su vuelo de campanas.".
Enumeraciones: "del muro tu retrato / tu calidez del lecho, tu amor de las ventanas / la huella de tu paso, tu celo y tu recato."
Utiliza metáforas como "tragarse el calendario" (por hacerse eterno), las flores y su esencia" (por la felicidad), "vuelo de campanas" (por alegría).
Hay un abundante empleo de aliteraciones: en "s" como "se ensanchan las horas de tu ausencia" y "se secan las flores y su esencia"; en "r"como "quitar del muro tu retrato".
Ortográficamente, le faltan tres comas.
A resaltar la utilización de varias palabras poco corrientes: "diario" por día, "cinerario" (destinado a contener cenizas de cadáveres) por mortuorio, "almario" neologismo entre alma y armario, por interior de mi alma, "malbarato" por me deshago.
Es un poema de desamor. En todo el poema, el lenguaje es en primera persona y en presente, y todo el texto está formado por una serie de interrogaciones retóricas (que el personaje se hace a si mismo).
En el primer cuarteto, el personaje poético nos dice como la ausencia de la persona amada se le hace eterna, recordándola en cada momento del día, lo que aumenta su pena.
En el segundo cuarteto, expresa metafóricamente como se manifiesta esa pena (no acabo de entender el sentido del octavo verso, "y de mi piel se caen despojos de decencia").
En el primer terceto el personaje se pregunta como librarse del recuerdo de ese amor, y en el segundo expresa su deseo de recuperar su vida y su alegría, aquí con un "no sé" que hace el lenguaje más próximo y sincero.
Me ha gustado mucho, Miguel, felicidades!
Te dejo ejemplo de lo dicho:
De qué modo se ensanchan las horas de tu ausencia,
un minuto parece tragarse el calendario,
las letras de tu nombre insisten en mi diario
y el rastro de tu risa acrece mi dolencia.
De qué modo se secan las flores y su esencia,
mi habitación semeja recinto cinerario,
ya no caben más penas adentro de mi almario
y de mi piel se caen despojos de decencia.
De qué modo quitar del muro tu retrato,
tu calidez del lecho, tu amor de las ventanas,
la huella de tu paso, tu celo y tu recato.
De qué modo, no sé, despierto en las mañanas,
desecho tus recuerdos, el odio malbarato
y recobra mi pecho su vuelo de campanas.
Un abrazo.
Pedro
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