Cosas de Wittgenstein y algunas mías.

Este Wittgenstein,
casi ha logrado retener mis pensamientos,
y en la contradicción de sus lecturas,
voy comprobando como es posible decir lo indecible.
Aunque sólo sea con la intención de no decir,
ya te aproximas al ritmo universal del silencio.

Ludwig odiaba las sinfonías de Buckner,
y de Mahler
ofrece dudas cadenciales que no dejan de sorprender.
Sabiendo que había leído a Freud,
es sorprendente que no valore los paseos de ambos genios
por los jardines del Prater en Viena,
donde seguramente dejaron la semilla de "El tercer hombre"
en la Gran Noria.

Comprendo que es complicado hacer estos juicios,
y estas cosas me pasan
por haber leído (mal leído y mal digerido) el "Tractatus".
Menos mal que Rusell acude algunas veces
con la beatífica intención
de proteger a su alumno preferido.
A pesar de sus dedicaciones,
Rusell no pudo corregir la mala impresión
que Wittgenstein tenía sobre los ingleses,
especialmente en su conocimiento de la pintura,
a pesar de que los alababa como buenos fabricantes de pinceles.

Y sin querer más reverencias
ni pretensiones de profundidad,
debo cerrar mis pensamientos
en el silencio de lo indecible
que Ludwig siempre reclamó.

Ludwig odiaba las sinfonías de Buckner,
y de Mahler
ofrece dudas cadenciales que no dejan de sorprender.
Sabiendo que había leído a Freud,
es sorprendente que no valore los paseos de ambos genios
por los jardines del Prater en Viena,
donde seguramente dejaron la semilla de "El tercer hombre"
en la Gran Noria.

Comprendo que es complicado hacer estos juicios,
y estas cosas me pasan
por haber leído (mal leído y mal digerido) el "Tractatus".
Menos mal que Rusell acude algunas veces
con la beatífica intención
de proteger a su alumno preferido.
A pesar de sus dedicaciones,
Rusell no pudo corregir la mala impresión
que Wittgenstein tenía sobre los ingleses,
especialmente en su conocimiento de la pintura,
a pesar de que los alababa como buenos fabricantes de pinceles.

Y sin querer más reverencias
ni pretensiones de profundidad,
debo cerrar mis pensamientos
en el silencio de lo indecible
que Ludwig siempre reclamó.


Ignacio, inteligente, irónico, sugerente, sabio, y por si fuera poco
una delicia de lectura, te aplaudo y te abrazo, Tori.

Gracias Tori me alegro te haya agradado el poema.
Un abrazo
Ignacio

"voy comprobando como es posible decir lo indecible.
Aunque sólo sea con la intención de no decir,
ya te aproximas al ritmo universal del silencio."


Ignacio, eses tres versos tuyos me llevan
a una bella reflexión...
El silencio...
En silencio...
Excelente tu poema...
un beso y mi admiración...
Maria Lua

"debo cerrar mis pensamientos
en el silencio de lo indecible"

Maria Lua escribió:"voy comprobando como es posible decir lo indecible.
Aunque sólo sea con la intención de no decir,
ya te aproximas al ritmo universal del silencio."


Ignacio, eses tres versos tuyos me llevan
a una bella reflexión...
El silencio...
En silencio...
Excelente tu poema...
un beso y mi admiración...
Maria Lua

"debo cerrar mis pensamientos
en el silencio de lo indecible"

Me alegro mucho Maria Lua que estos versos te hayan llevado a una reflexión.
Un abrazo
Ignacio

Interesante poema donde mencionas a Ludwin...su Tractatus
su filosofía de que el lenguaje no describe hechos posibles si no hechos de nuestro mundo, nuestro pensamiento...el lenguaje es reflejo de nosotros mismos.
Mucho se podría decir de tu escrito, es realmente interesante y sigo admirando tu decir.
Un abrazo

Es que Wittgenstein, dijo y se desdijo tanto que yo a veces no se si esta el error en lo dicho o en lo desdicho. Admiro su investigación sobre el lenguaje, sea o no consecuente, y admiro tu capacidad poética en la investigación de tus/sus dudas. Me gustaría no ser tan ígnaro en filosofía y tenr más tiempo para todo/nada.
Un fuerte abrazo.