JUGUETE DE LAS ESTRELLAS
Una vez más
pongo mi piel a cubierto,
salgo a la calle y miro vuestras caras
de gorila dormido, de terremoto
suicida, una vez más
oigo pasos que no dejan huella,
y la noche canta con su voz de arlequín,
coreógrafa del eco,
¡oh, a cubierto! Como fugitivos
persiguiendo el enigma de la vida,
la estética de cuevas con paredes
en las que veo mi rostro, ¡atrás!
Despues tuvimos sombras
que hemos olvidado,
nos empapamos en vino
para olvidar, una vez más,
que somos huellas enterradas
en la noche de los tiempos,
después de una pregunta
solo otra,
a través de un silencio intermitente,
quizás hacia un orgasmo incombustible,
tal vez hacia la nada.
AFRODITA Y VENUS
En el padecer de las estrellas
dos luceros muestran el calor del desconsuelo,
la voz del amor, el amor silenciado.
Y emana el cielo la nebulosa recostada
en esos mantos que se pierden tras el misterio
y se recuperan en el deshielo del tiempo.
Existe tanto amor, como fenece su aurora,
donde aguarda un perdón sin perdón,
y ese grito, negado y enfrentado a su yo
que le derrite los poros de la pasión
y exhuma el aliento infatigable fundido en fuego de alma.
Y ahí es donde nace, donde muere,
donde una mirada se calcina
mientras otra humedece los párpados y ahoga las pestañas,
donde un mar de penas se desboca
y el hambre olvida su manjar y debilita el jugo desnutrido.
Los días nacen, mueren, se enfurecen, se acobardan,
y en ese tobogán ahondan en la magnitud
de aquello que en el pasado fue victoria
y hoy, herido y en ruinas, sucumbe cual derrota.
Más el cielo se arroja, despliega sus velas,
para navegar entre surcos de luceros y alas de ángeles negros.
Derrumba el silencio malgastado,
y enciende la luz consumida bajo le necedad de la incomprensión
y la viveza de una hoguera alimentada con llamas de amor.
Poco a poco, lentamente,
las miradas se vuelven deseos, los deseos, pasión,
se humedecen los ojos, los labios resplandecen.
Afrodita eriza su piel, Venus excita su carne.
En el universo, entre luceros, el amor fluye libre.
HASTA LA MUERTE
Fue como una quimera
el eco que llegó de ti mujer;
por ser la vez primera
temí pudiera ser
quedar preso en las manos del querer.
En tus ojos buscaba
la luz que trae el sol al nuevo día
y tan solo hallaba
una llama que ardía
y que al darme en los míos me adormía.
Y me sentí cautivo
prendido en tu figura y tu fragancia,
y de tu gesto altivo
serena en la distancia
demostrando una enorme relevancia.
Y la sangre corría
como loca ardiéndome en las venas
y las mieles bebía
de las grandes colmenas
que tenías, de amor, en tus almenas.
Aún siento en mi pecho
esa terrible angustia de quererte
muriéndome en mi lecho,
y aunque me sienta inerte
te seguiré queriendo hasta la muerte.
UN HERMOSO VACÍO
Como cuerpos adormecidos
entre glaciares y un cielo lejano,
se fuerza cada mínima sonrisa.
Son héroes borrándose a la sombra
en una misma podredumbre,
en sus ojos
el furor que apenas se nombra,
sobre las manos
aquel veneno dispuesto
en ayuda de tristezas.
Aún se sienten libres
al despertar entre secos zarzales,
repiten palabras cubiertas
de sangre y metal,
ocupando una misma locura
con gusto fúnebre y seco.
Puede que la claridad
sea perezosa,
puede que hasta sus cristales
se empañen de tanta ternura a medias.
Ser maldito no significa nada.
Si algún mínimo encanto
es capaz de seducir
lo que en ellos se recrea,
no han de buscarse excusas.
El amor vuelve a componer
lo que para nadie,
fue ardiente claridad.
EL BÁLSAMO DE UN NUEVO AMOR
Hace cincuenta años me enamoré de una pecosita que al caminar
Tenía el ritmo dulce del mar… ¡era un primor…!
Su belleza altiva me fascinó; valientemente yo la abordé
Y osadamente le pregunté si tenía dueño su corazón…
Ella sonriendo me contestó: Eso, señor, aún no lo sé yo
Pues al último hombre que yo amé… ¡ya lo olvidé…!
Y aunque una herida en el corazón la cura el bálsamo de un nuevo amor;
Temo entregarme a otro querer y a las delicias de su pasión…
Tiernamente yo la miré y dulcemente ella me miró,
Y el embrujo de su mirar ¡me cautivó…!
Prueba mi bálsamo le supliqué y si me juras que me amarás
Yo te prometo que nunca jamás ¡te abandonaré…!
Y ya flechados por el Amor marchamos juntos hacia el altar
A pedirle a Dios santa bendición para nuestro futuro hogar
La linda pecosita de mi canción es la esposa fiel que adoro yo;
La única mujer que habré de amar mientras pueda latir mi corazón…
ABANDONADO
¿Por qué me abandonas? ¿Por qué te has ido?
¿Por qué has roto este cariño
que siempre por ti he sentido?
Es, ¿por qué nunca me has querido?
¡Bien fingías que me amabas
cuando entre abrazos te debatías briosa
remedando los arrullos de una gatita mimosa!
¿Por qué? ¡Dios! ¿Por qué?
¡Es pedernal, roca, duro diamante,
ese corazón, que antes,
al consuno con el mío, palpitaba anhelante
cantando dulce balada de eterno amor,
en que cielo y tierra, lluvia y viento,
cuerpo y alma se fundían en el crisol
de un beso embriagador?
! Dime, de una vez!: ¿Por qué?
¿Por qué permites que el fuego del averno,
la pena, angustia, dolor, me corroan el alma
hasta obcecar mi razón?
¡Amarte fue mi alegría!;
¡adoré, como se adora a Dios! ;
¡Viví, por que tu vivías!
¡Y pensé, que para los dos,
sólo un alma existía!
Ahora, que no te tengo
-¡desde ese aciago día!-
la pena ya no contengo,
y, desesperado, siento:
¿Si no comparto tu aliento?,
¡¡qué me importa ya la vida!!
UN PÁJARO PROFETA
Asómate a la ventana.
Un pájaro profeta
vuela sobre la mar.
Escucha su canto.
¡Sol y luna!
Al caer la tarde
el alma esconde el crepúsculo.
Recorre su camino
en los surcos de la soledad.
Celebra los sentimientos y silencios
del nuevo amanecer.
¡La vida renace en ti!
NO SE EQUIVOQUE
No se equivoque,
he crecido como un Dios entre mis ruinas
alucinada de silencios,
y aún sola en rebeldía
no ambiciono gloria alguna.
No he regresado en vano,
tengo ardiendo una fatiga de distancia,
sueños rotos en mis manos,
y un soborno de dolor
-vieja luz arrastrada por mis miedos-
No se equivoque,
atravieso una historia en el infierno
y hay memoria detrás de tanto delirio.
Soplos de ingratitud,
y la voluntad de mis plegarias
gritan al amor intacto.
LA MIRADA
La mirada se pierde en el paisaje,
hay mucho frío en este invierno
y se congelan las ideas pordioseras
las tibias naufragan en sus tintas
y las geniales elevan volantines.
Es que el humo del ambiente me da náuseas
meditabundo, de pié, merezco ser quien soy
y se oye un valse en lontananzas
melancólico, taciturno y alguien canta
tararea, mi canción sin nombre, de amor y de risa,
El aire está gris meditabundo
mientras pasea el alma a pasos tropezados
en caminos de piedras son duros tapices
tejidos con el magma de la vida.
Son caminos mirados en muchos años de ayeres
variaciones con cauta sinfonía
recreados en largos movimientos
plenos fuegos artificiales
amaneceres con rosas rojas casi negras,
sentado en la terraza de mis labios.
La mirada se pierde en el paisaje
que forma parte de esta vida que hoy se extingue
poco a poco flotando en frío invierno
cuando años pasan galopando con las horas.
se marchitan rosas, casi blancas palidecen.
Amo tanto a las flores, a mi cello, mis pinceles.
Y del amor pasional con mi Musa me relleno
palidezco y con rubores subo al tranvía del deseo
y viajo por paisajes misteriosos tejidos de sedas
y renazco con sus besos, palpitares.
LUZ IMPRECISA
En el silencio oscuro de la noche,
cuando emiten su voz las caracolas
y dejan, clandestinas, su música las aves,
se oye un himno de luz que se remansa
en la oscura orfandad de la existencia.
Se estremece la mar,
y un salado crespón de blancas olas
perpetúa el rumor de su desnudo
en el bucle fugaz que se contempla.
Se oye el aria nocturna de las aguas,
partitura de arpegios delicados
sobre la bruma tibia del instante,
y un verso, a la deriva, es plenilunio
de las noches de insomnio
que ha dejado el poeta en los renglones
de una página anónima que, al alba,
libera sus aristas,
mientras vuelan los pájaros azules
en la luz imprecisa de sus sueños
y un olor a café, recién hervido,
hace presa en su olfato y le despierta.
MÁS ALLÁ DE LOS BESOS
Más allá de los besos y las flores
de pronto va y resurge el sentimiento,
como dando energía y mucho aliento
a quien pueda gozar de sus honores.
No estoy hablando de pedir favores
sino de remediar cualquier tormento,
que carente de todo fundamento
nos permita vivir de mil amores.
Estoy hablando de morar consciente
cada minuto de la vida sana,
porque hacer el amor y no la guerra
disfrutar nos permite dignamente,
dando gracias a Dios cada mañana
el tiempo que vivamos en la tierra.
ÁMAME
Hay personas que se arriesgan
en la tierra como árboles
Hay otras que corren
Como el agua por la vida
Como pájaros sin rumbos....
A veces creo que mi cuerpo se siente árbol
Pero mi alma es como agua cristalina
Que tropiezan las piedras
Hasta hacerse arena....
Y que vuela en el aire
Cuando suspiro por ti...
Hay veces cuando te observo
Parece que la vida se detuviera por un momento.
Es la música perfecta, como la danza
Que me dejan bailar tus ojos
Elevándome entre tus manos
Y al caminar por los jardines
Las flores se deshojan
Al sentir la alegría que fluye de mi alma....
Mi pensamiento se entristece
Al sentirse lejos de mi.
Y la música dulce de los pájaros
Cantan un coro trayéndome tus palabras
Esas que no dijiste, tan sólo con el pensamiento....
Anímate amor a amarme como yo te amo...
Anímate a volar sólo con el pensamiento
Anímate a socorrer los jardines de mi alma....
Y a juntar los frutos maduros de mi ser...
Anímate amor a amarme
Como yo te amo....
LA CALLE
Parece que llueve
pero es la ducha del vecino a las seis de la mañana.
Había una calle ancha y larga
tan larga como un día sin pan.
Había coches que iban y venían
como la cremallera del jersey de una adolescente.
Había árboles que en otoño lloraban al caerles las hojas
y reían en primavera cuando les salían.
Había casas sobre las aceras
en que nacían, vivían y morían personas ininterrumpidamente.
Por las noches colgaban estrellas de los balcones
que no eran sino las farolas del alumbrado público.
También había estrellas fugaces
que no eran sino las luces de los coches al pasar.
Por las mañanas la gente salía de sus casas con aspecto de verdugo que va al trabajo
y regresaba por las noches con aspecto de verdugo satisfecho.
No había flores en los balcones
sólo algún que otro aparato de aire acondicionado.
El niño chutó la pelota, el cristal se rompió y este poema acabó.
No quisiera ser el protagonista de una historia tan triste
sobre todo al comenzar el año
por eso cierro los ojos y procuro dormir.
Había una calle ancha y larga
tan larga como un día sin amor...
CUESTIÓN DE PALABRAS
La palabra obscena
se levanto temprano,
se pinto los labios de rojo carmín,
enseño sus senos al sol tempranero
y salió airosa devorando calles.
La palabra santa
se levanto temprano,
ayuno en silencio con una plegaria
y seco dos lagrimas por la noche pasada.
La palabra obscena transito el día,
temblando sus piernas en cada orgasmo,
se sentó en la plaza,
corrió en el mercado,
y en un bar del puerto se bebió la vida.
La palabra santa cocino miserias,
barrió sus tristezas junto con las hojas,
saludo a la vecina que iba a la feria
y en un café amargo escribió su epitafio.
La palabra obscena se perdió en la noche,
madrugo en la calle junto a una volqueta
y con sus tacones escribió un poema.
POR COSTUMBRE
Dibujo círculos de rutina
sobre papel de horario fijo,
van cayendo de uno en uno
(no sea que se adjunte una frescura).
Cada tanto,
entre una y otra vuelta,
comparece algún contraste
a escala reducida.
Adentro,
reminiscente,
anida el hastío:
con todos mis enigmas
con todos mis fantasmas
con todos mis vacíos.
Hoy
-como ayer-
la voz del pájaro ha muerto.
Los pronósticos de nubes prometen
-para mañana-
la misma sombra.
Este rumbo sin prójimo,
estas ansias sin destino,
pueden seguir vivos
o desaparecer de golpe,
sin que nadie se dé cuenta
ni sea para tanto.
¿MIEDO, A QUÉ?
Yo conozco una fórmula,
que no es ningún secreto,
para sacarse el miedo
de la piel y del alma
y echarlo para siempre a la basura,
y te la ofrezco a ti:
Se trata de alimentar sin descanso,
con la mayor variedad de nutrientes,
a la esperanza,
y provocar que ella engorde y se acreciente,
hasta que, armada de valor,
se lance sobre el miedo y lo devore.
Puede que el resultado no sea inmediato
porque el miedo acostumbra a volver a embestir
como un toro herido,
y habrás de proteger a la esperanza
con la fuerte armadura
de sueños y quimeras
y has de añadir en su alimentación
un aditivo eficaz: la constancia.
Te ofrezco mi receta
y te encomiendo a todos los dioses
para que ellos sean generosos contigo.
FRONTERAS
No hay mapa que me indique
cómo llegar a ti, mi amada tierra.
Hay caminos cortados y fronteras cerradas.
Vaga mi pensamiento y sus anhelos
por este lugar aprisionado,
donde el azar forja férreas fronteras
guardando el territorio, de lo ajeno.
Busco una grieta en ese muro
por donde arriesgar mi huida,
mas sé que nada puedo, que nada hay
contra el dolor que causan
las fronteras cerradas, vigiladas.
Exiliada de ti te sueño, país lejano,
patria imposible a ciegas recorrida,
rumor enamorado cada noche
que solo en sueños traspasa la frontera.
Implacable recuerdo. Tierra lejana,
mi amada tierra sembrada de deseos,
aquí estoy, al otro lado de tu vida,
amándote en permanente espera.
OPCIONES
Y aquellos que sólo callan porque hablar,
les significaría morir de hambre…
No era necesaria tanta maldad,
si podíamos vivir juntos en esta tierra…
Palabras sacan palabras, algunas te cortan, te sojuzgan, te quitan la calma,
te oprimen, otras te sangran, palabras vagas o humillantes que te marcan.
Tanta palabra hueca que te ladra, carcome tobillos y perfora faldas,
palabras iniciales que son miel, azúcar, dulces para el alma
pero que con los años, la marcha triste y rutinaria cambian…
Palabras que te rozan cual pétalos de rosas
que te airean los sentidos y te llevan al sosiego,
palabras sagradas que te cuidan de ser raras cosas,
otras estériles que sólo dan palos de ciego.
Palabras obtienen palabras que se hacen mochilas en la marcha,
palabras que no se dicen que se ocultan y te apartan.
Palabras vanas que te dejan vacíos y sin palabras…
SEÑAL
El vidrio invisible te separa,
del mundo,
del poeta,
apenas una señal,
el tic tac del reloj:
la secuencia de tu voz.
VOLVERÁN
Llorarán los caminos
lágrimas de amapolas
cuando el sol de la tarde me recuerde tu ausencia.
Y vendrán golondrinas
de gastados balcones
rememorando días en que el aire era mágico...
con trinos de calandrias
palabras susurradas
y suspiros bogando en las olas del río.
Y vendrán los otoños
desangrándose en hojas
mientras fluye la vida.
Relojes
lunas llenas
mediodías
ocasos.
Entre cascabeles y aceros
grito tu nombre.
EN LA VENTANA DE MIS SUEÑOS
Se me aparece un gorrión en la ventana de mis sueños
pequeño como un soplo nacido de su aliento
que regala estelas al aire brindando por la vida,
pardo como las ramas de mi árbol, jugueteando
entre hojas tardías y trasluces abanicándose en brisa
mimetizado en sus juegos, y picardías traviesas,
curioso, y pequeño saltimbanqui llamando mi atención
saltando entre ramas-nubes y vivos reflejos viajeros
montados en brisa haciendo despuntar el alba
abriendo el día en la ventana de la mañana
entre luces difuminadas que acarician con ternura,
y pía, pía en mi ventana deseándome bienestar
en el despertar de mis sueños dormidos,
y como en cortejo, retozando en mi almohada
desplegando y arropándome con sus alas
y con sus plumas… caricias en la cara
despertando dulces-sencillas sonrisas y miradas
que hacen reojillos y muecas de despedida a los sueños,
aturquesando los cielos en el vuelo de la alborada
y bañados en dorados reflejos con su luz aterciopelada
se visten de esmeralda esperando magias….
PUNTO DE GANCHILLO
Lamento, ¡tanto te lamento!,
deslizándome entre tus cosas...
las que dejaste cubiertas de muerte
y, mucho antes, olvidadas por ti,
qué se me hieren los dedos
a cada pulso de muñeca
que sujeta la feroz atrocidad
de perderte para siempre.
MANOS
Mírate las manos,
dime si no ves allí tu historia.
En las manos se leen soles y ocasos,
conquistas y ausencias,
desiertos y humedales;
surcos y signos nacidos de tanto asir,
de tanto entrelazarse.
Las manos aran su propia memoria;
las manos oyen y hablan,
sufren y luchan,
gimen y besan, como la mar,
y reconocen en su lenguaje de pulpa
la tibieza de un abrazo,
la inquietud de un suspiro,
el latir de un deseo.
Pero no basta empuñar la vida con pasión y alma
ni tatuarse las huellas de otro ser en la piel;
no se logra detener un adiós con los dedos
ni se atrapa con ellos una mirada de amor.
No sólo es agua lo que filtra el tamiz de la vida.
No sólo es tiempo lo que entre lunas se diluye.
Ah... Cuánto se queda entre pliegues,
pero cuánto más se nos va escapando...
Si, las manos son historia, y las mías
siguen abiertas.
IRREMEDIABLEMENTE
Irremediablemente,
incomprensiblemente,
mi vida tomó otro rumbo
y pude percibir ese abismo.
El abismo que nos separa, mi amor
¡Es tan grande!
Como dos polos opuestos,
tu en el norte, yo en el sur...
Y aún así
el amor sigue encendido,
te amé tanto
que aún quedan cenizas encendidas,
esas que no dejan
que se apague la llama...
Y es por eso que te amo
aunque sea a contra viento,
un sin sentido, pero...
es tan grande el amor
que pese a todo,
la llama del amor permanecerá encendida.
MIS HERMANOS LOS POETAS
Mis hermanos en las letras forjarán un mundo nuevo
donde el odio sea un mal sueño y la paz no sea quimera.
Donde tantas flores bellas, no mueran en los floreros
y en la punta de los cerros haya nieve de la buena.
Donde no sean las cuencas, depósitos de basura
y no sea el agua pura, solo discurso encendido,
alegato respondido con miles de peces muertos.
Que se convierta en un verso cada siniestro explosivo.
Donde cada árbol amigo reciba nuestro respeto
para evitar que el desierto se apodere del planeta.
Será este mundo, la Tierra, nuestro único cobijo,
el domicilio elegido, no una obligada caverna.
Habrá una vida más tierna, mujer y hombre más plenos.
Pues, sin la presión del miedo, habrá armonía en la Tierra.
Por influjo del poema otro pueblo será cierto.
Habrán ideado un ser nuevo, mis hermanos los poetas.
DESHILACHADA
Un algo incierto me ha desmembrado,
un viejo puzle sin piezas soy,
que por más que busca a tientas por la vida
no logra llenar tantos huecos vacantes.
El alma se quiebra mutilada
y tras ciegas puertas sin luz
sigo esperando una señal.
Me niego a alcanzar este destino
que me fustiga descompasado.
Voy tras un loco imposible;
desertar de este único espíritu
que viaja ya partido en dos.
Vuelo tras esas mitades ansiadas
que arrebataron mi entereza,
abandonándome a la zozobra.
Noches inquietas de derrotas,
añoranza de lo no vivido.
Deshilachada me encuentro,
trizada en este fútil cuerpo.
Hilando en silencio desvaríos
entre graznidos de cuervos asesinos.
¿Por qué a mí? -me pregunto por
qué está ingrata salud.
Este ansiado bienestar me es negado
e injusto se derrama a mi paso.
AMANECER EN TOMBUCTÚ
No me he incendiado ayer,
ni he aprendido este asombro meticuloso y frío,
para hacer un imperio de tus muslos
combatiendo el peligro encima de tu carne.
Ni conversé con sábanas muy cultas
para que el bien, descrito como un cuento, se duerma entre sus dólmenes,
sino para temblar sobre un cuchillo
que avanza por infaustos corredores
y le pierde el respeto a tu delta metódica.
Yo podría ser alguien
que duerme en una noche de cristal
sin temor a romperse.
La oscuridad nos mira con sus ojos flamígeros,
parece que no fuese a cerrarlos jamás. Pero entonces,
al ser hilo de luz en un recuerdo: si es preciso morir, por qué la vida.
Así se cruce el rayo con mi abismo
y dejen de ladrar todos los perros,
sabré encontrar el pulso que me hiere,
la estrella despeñada,
el potro que anda suelto por tanta cordillera,
y requisar el mármol severo de tu estatua
hasta cumplir el sueño de un silbo almibarado
en el que se repitan los vuelos de las águilas.
Las palabras me invaden como un banco de peces que llega hasta mi boca.
He sido centinela de la flor, - un disparo con precisión de luna-,
y he llenado de pasos el invierno
quizás por descifrar su gesto interminable,
pero ya no amenaza la sombra con arder:
las llamas son de plástico.
EL ÚLTIMO CAPÍTULO
Llegarás a deshora, como siempre
en un intento de pasar inadvertida
con ese vicio tuyo, tan pésimo
-tan inútil-
de guardar formalidades
ocultando en lo absurdo del momento
esa mezcla entre lo real y lo pagano
-Esa unión existencial a cara o cruz-
Llegarás, sibilinamente
en la fría madrugada
en medio de un perturbador sueño
o justo antes de la cena o el insomnio.
Sigilosa, tranquila
-eternamente muda-
te apropiarás del último instante
cumpliendo -victoriosa-
el último capítulo de vida...
OLIVO
Bajo, muy debajo de la misma nada
donde se transparentan las cosas,
ahí donde el frenético vaivén matutino
no pudo negarle a la sombra su rama.
Se encuentran la magistral esencia
de unas gotas diminutas de roció
de ráfagas desprendiendo las hojas
mezclándolas entre tiernas aceitunas
esparcidas en desorden caprichoso.
Y es allá, donde el tiempo se aloja
atrapado entre delirios espléndidos
en emociones sinceras que se funden
liberadas en talento sin riqueza.
Y no muy lejos, bajo las raíces,
se deshace la marea enamorada
que sin desgastarse en la espera
a sus pies arroja interminables olas de insoportable belleza
profanando con su sal, los desvaríos de la tierra.
Pero el sol ya se aleja, y se pone de rodillas ante el agua
cubriendo en negro este lienzo de mí historia,
Y todo se adormece en armonía, mientras sutilmente
me transforma en la paz de sombra… de aquella rama.
BUSCANDO AL QUIJOTE
El caballero andante
de rígidas reglas,
héroe de mil combates,
salvador de Dulcineas y Julietas
él y su andar pausado
se extrañan hoy, más que nunca.
Su reluciente armadura
la de tantos encuentros
cruje, en su intimidad profunda
ante la indiferencia del hombre,
soberbio e insensato de este siglo
nefasto narcisista que se justifica.
Hoy, lejos cual estrellas
las normas de caballería
perdidos conceptos abandonadas leyes;
y en el silencio, escucho el lastimero canto
de nuevas sirenas que elevan plegarias,
protestan contra nuevas cadenas.
Lloran; las abandonadas viudas
al borde del mar Índico,
las niñas ofrecidas cual objetos
en el lejano oriente, las madres
del nuevo continente, marginadas ellas
por el machismo absurdo.
El caballero andante
ha perdido el norte
hoy lo esperan en cada esquina,
el pensar humano lo reclama
nuestras musas, aún más.
ESTACIÓN DEL VUELO
Regreso a mis canales.
Acá todo es suicidio,
los hombres en las calles
navegan sus miserias
y habitan su constante
criadero en tonos grises.
Chacao y sus flamencos
en la estación del vuelo
reservan grandes mitos
de áreas protegidas.
¿Qué nos queda en las alas?
Son otras las mareas,
la humedad es la misma,
los mares interiores
a veces se congelan
o navegan opuestos
entre remos y velas
de playas ya remotas.
Loberos y tragedias
en la ribera Norte
y el Sur en la retina
que nunca nos caduca.
¡Qué importan los kilómetros!
Si es única la fibra
y en la estación del vuelo
con ojos enlutados
flotamos la tragedia
al vuelo de las aguas
levantando ideales
sobre rumbos de espuma.
TRÓPICOS
Golpeé con furia
ese canto de cigarra trasnochado,
silenciando mañanas que nunca llegan.
Atravesé, la línea divisoria de los trópicos
que dibujan polos opuestos de vidas paralelas,
cabalgué en llanuras de preguntas sin respuestas,
sumergida en aguas
donde el Fénix calmaba su sed de existencia.
Esperé paciente sentada en la impaciencia,
anhelando,
dibujando sobre mármoles
de corazones tallados en hogueras.
Sujeté, con hilos de hiel,
los girones de piel que arrancaste,
quemando cada astilla de huesos
que aún permanecía en la memoria.
Y me senté,
me senté a esperar esa lluvia
que apagaba las ascuas del ayer,
ese viento que amainaba
cicatrizando cada grieta.
-SIN TÍTULO-
Como el sinsentido
de almas quemándose
cual papeles de seda,
que solo de vez en cuando
se hallan sus cenizas.
Como el mismo latido
del río turbio
que no gira
y rompe en poliedros
los terrones.
Como miles de miradas
que conforman la única
y solemne que ríe.
Como la profunda calma
que quiere ser perpetuada
y reflejarse
aún sin ver...
Como el eco que pronuncia un nombre
"sin nombre".
Como la incordura de ser
sin querer ni tener que serlo...
Así,
así es cómo definió
el aprendiz
a su maestro.
Una vez más
pongo mi piel a cubierto,
salgo a la calle y miro vuestras caras
de gorila dormido, de terremoto
suicida, una vez más
oigo pasos que no dejan huella,
y la noche canta con su voz de arlequín,
coreógrafa del eco,
¡oh, a cubierto! Como fugitivos
persiguiendo el enigma de la vida,
la estética de cuevas con paredes
en las que veo mi rostro, ¡atrás!
Despues tuvimos sombras
que hemos olvidado,
nos empapamos en vino
para olvidar, una vez más,
que somos huellas enterradas
en la noche de los tiempos,
después de una pregunta
solo otra,
a través de un silencio intermitente,
quizás hacia un orgasmo incombustible,
tal vez hacia la nada.
AFRODITA Y VENUS
En el padecer de las estrellas
dos luceros muestran el calor del desconsuelo,
la voz del amor, el amor silenciado.
Y emana el cielo la nebulosa recostada
en esos mantos que se pierden tras el misterio
y se recuperan en el deshielo del tiempo.
Existe tanto amor, como fenece su aurora,
donde aguarda un perdón sin perdón,
y ese grito, negado y enfrentado a su yo
que le derrite los poros de la pasión
y exhuma el aliento infatigable fundido en fuego de alma.
Y ahí es donde nace, donde muere,
donde una mirada se calcina
mientras otra humedece los párpados y ahoga las pestañas,
donde un mar de penas se desboca
y el hambre olvida su manjar y debilita el jugo desnutrido.
Los días nacen, mueren, se enfurecen, se acobardan,
y en ese tobogán ahondan en la magnitud
de aquello que en el pasado fue victoria
y hoy, herido y en ruinas, sucumbe cual derrota.
Más el cielo se arroja, despliega sus velas,
para navegar entre surcos de luceros y alas de ángeles negros.
Derrumba el silencio malgastado,
y enciende la luz consumida bajo le necedad de la incomprensión
y la viveza de una hoguera alimentada con llamas de amor.
Poco a poco, lentamente,
las miradas se vuelven deseos, los deseos, pasión,
se humedecen los ojos, los labios resplandecen.
Afrodita eriza su piel, Venus excita su carne.
En el universo, entre luceros, el amor fluye libre.
HASTA LA MUERTE
Fue como una quimera
el eco que llegó de ti mujer;
por ser la vez primera
temí pudiera ser
quedar preso en las manos del querer.
En tus ojos buscaba
la luz que trae el sol al nuevo día
y tan solo hallaba
una llama que ardía
y que al darme en los míos me adormía.
Y me sentí cautivo
prendido en tu figura y tu fragancia,
y de tu gesto altivo
serena en la distancia
demostrando una enorme relevancia.
Y la sangre corría
como loca ardiéndome en las venas
y las mieles bebía
de las grandes colmenas
que tenías, de amor, en tus almenas.
Aún siento en mi pecho
esa terrible angustia de quererte
muriéndome en mi lecho,
y aunque me sienta inerte
te seguiré queriendo hasta la muerte.
UN HERMOSO VACÍO
Como cuerpos adormecidos
entre glaciares y un cielo lejano,
se fuerza cada mínima sonrisa.
Son héroes borrándose a la sombra
en una misma podredumbre,
en sus ojos
el furor que apenas se nombra,
sobre las manos
aquel veneno dispuesto
en ayuda de tristezas.
Aún se sienten libres
al despertar entre secos zarzales,
repiten palabras cubiertas
de sangre y metal,
ocupando una misma locura
con gusto fúnebre y seco.
Puede que la claridad
sea perezosa,
puede que hasta sus cristales
se empañen de tanta ternura a medias.
Ser maldito no significa nada.
Si algún mínimo encanto
es capaz de seducir
lo que en ellos se recrea,
no han de buscarse excusas.
El amor vuelve a componer
lo que para nadie,
fue ardiente claridad.
EL BÁLSAMO DE UN NUEVO AMOR
Hace cincuenta años me enamoré de una pecosita que al caminar
Tenía el ritmo dulce del mar… ¡era un primor…!
Su belleza altiva me fascinó; valientemente yo la abordé
Y osadamente le pregunté si tenía dueño su corazón…
Ella sonriendo me contestó: Eso, señor, aún no lo sé yo
Pues al último hombre que yo amé… ¡ya lo olvidé…!
Y aunque una herida en el corazón la cura el bálsamo de un nuevo amor;
Temo entregarme a otro querer y a las delicias de su pasión…
Tiernamente yo la miré y dulcemente ella me miró,
Y el embrujo de su mirar ¡me cautivó…!
Prueba mi bálsamo le supliqué y si me juras que me amarás
Yo te prometo que nunca jamás ¡te abandonaré…!
Y ya flechados por el Amor marchamos juntos hacia el altar
A pedirle a Dios santa bendición para nuestro futuro hogar
La linda pecosita de mi canción es la esposa fiel que adoro yo;
La única mujer que habré de amar mientras pueda latir mi corazón…
ABANDONADO
¿Por qué me abandonas? ¿Por qué te has ido?
¿Por qué has roto este cariño
que siempre por ti he sentido?
Es, ¿por qué nunca me has querido?
¡Bien fingías que me amabas
cuando entre abrazos te debatías briosa
remedando los arrullos de una gatita mimosa!
¿Por qué? ¡Dios! ¿Por qué?
¡Es pedernal, roca, duro diamante,
ese corazón, que antes,
al consuno con el mío, palpitaba anhelante
cantando dulce balada de eterno amor,
en que cielo y tierra, lluvia y viento,
cuerpo y alma se fundían en el crisol
de un beso embriagador?
! Dime, de una vez!: ¿Por qué?
¿Por qué permites que el fuego del averno,
la pena, angustia, dolor, me corroan el alma
hasta obcecar mi razón?
¡Amarte fue mi alegría!;
¡adoré, como se adora a Dios! ;
¡Viví, por que tu vivías!
¡Y pensé, que para los dos,
sólo un alma existía!
Ahora, que no te tengo
-¡desde ese aciago día!-
la pena ya no contengo,
y, desesperado, siento:
¿Si no comparto tu aliento?,
¡¡qué me importa ya la vida!!
UN PÁJARO PROFETA
Asómate a la ventana.
Un pájaro profeta
vuela sobre la mar.
Escucha su canto.
¡Sol y luna!
Al caer la tarde
el alma esconde el crepúsculo.
Recorre su camino
en los surcos de la soledad.
Celebra los sentimientos y silencios
del nuevo amanecer.
¡La vida renace en ti!
NO SE EQUIVOQUE
No se equivoque,
he crecido como un Dios entre mis ruinas
alucinada de silencios,
y aún sola en rebeldía
no ambiciono gloria alguna.
No he regresado en vano,
tengo ardiendo una fatiga de distancia,
sueños rotos en mis manos,
y un soborno de dolor
-vieja luz arrastrada por mis miedos-
No se equivoque,
atravieso una historia en el infierno
y hay memoria detrás de tanto delirio.
Soplos de ingratitud,
y la voluntad de mis plegarias
gritan al amor intacto.
LA MIRADA
La mirada se pierde en el paisaje,
hay mucho frío en este invierno
y se congelan las ideas pordioseras
las tibias naufragan en sus tintas
y las geniales elevan volantines.
Es que el humo del ambiente me da náuseas
meditabundo, de pié, merezco ser quien soy
y se oye un valse en lontananzas
melancólico, taciturno y alguien canta
tararea, mi canción sin nombre, de amor y de risa,
El aire está gris meditabundo
mientras pasea el alma a pasos tropezados
en caminos de piedras son duros tapices
tejidos con el magma de la vida.
Son caminos mirados en muchos años de ayeres
variaciones con cauta sinfonía
recreados en largos movimientos
plenos fuegos artificiales
amaneceres con rosas rojas casi negras,
sentado en la terraza de mis labios.
La mirada se pierde en el paisaje
que forma parte de esta vida que hoy se extingue
poco a poco flotando en frío invierno
cuando años pasan galopando con las horas.
se marchitan rosas, casi blancas palidecen.
Amo tanto a las flores, a mi cello, mis pinceles.
Y del amor pasional con mi Musa me relleno
palidezco y con rubores subo al tranvía del deseo
y viajo por paisajes misteriosos tejidos de sedas
y renazco con sus besos, palpitares.
LUZ IMPRECISA
En el silencio oscuro de la noche,
cuando emiten su voz las caracolas
y dejan, clandestinas, su música las aves,
se oye un himno de luz que se remansa
en la oscura orfandad de la existencia.
Se estremece la mar,
y un salado crespón de blancas olas
perpetúa el rumor de su desnudo
en el bucle fugaz que se contempla.
Se oye el aria nocturna de las aguas,
partitura de arpegios delicados
sobre la bruma tibia del instante,
y un verso, a la deriva, es plenilunio
de las noches de insomnio
que ha dejado el poeta en los renglones
de una página anónima que, al alba,
libera sus aristas,
mientras vuelan los pájaros azules
en la luz imprecisa de sus sueños
y un olor a café, recién hervido,
hace presa en su olfato y le despierta.
MÁS ALLÁ DE LOS BESOS
Más allá de los besos y las flores
de pronto va y resurge el sentimiento,
como dando energía y mucho aliento
a quien pueda gozar de sus honores.
No estoy hablando de pedir favores
sino de remediar cualquier tormento,
que carente de todo fundamento
nos permita vivir de mil amores.
Estoy hablando de morar consciente
cada minuto de la vida sana,
porque hacer el amor y no la guerra
disfrutar nos permite dignamente,
dando gracias a Dios cada mañana
el tiempo que vivamos en la tierra.
ÁMAME
Hay personas que se arriesgan
en la tierra como árboles
Hay otras que corren
Como el agua por la vida
Como pájaros sin rumbos....
A veces creo que mi cuerpo se siente árbol
Pero mi alma es como agua cristalina
Que tropiezan las piedras
Hasta hacerse arena....
Y que vuela en el aire
Cuando suspiro por ti...
Hay veces cuando te observo
Parece que la vida se detuviera por un momento.
Es la música perfecta, como la danza
Que me dejan bailar tus ojos
Elevándome entre tus manos
Y al caminar por los jardines
Las flores se deshojan
Al sentir la alegría que fluye de mi alma....
Mi pensamiento se entristece
Al sentirse lejos de mi.
Y la música dulce de los pájaros
Cantan un coro trayéndome tus palabras
Esas que no dijiste, tan sólo con el pensamiento....
Anímate amor a amarme como yo te amo...
Anímate a volar sólo con el pensamiento
Anímate a socorrer los jardines de mi alma....
Y a juntar los frutos maduros de mi ser...
Anímate amor a amarme
Como yo te amo....
LA CALLE
Parece que llueve
pero es la ducha del vecino a las seis de la mañana.
Había una calle ancha y larga
tan larga como un día sin pan.
Había coches que iban y venían
como la cremallera del jersey de una adolescente.
Había árboles que en otoño lloraban al caerles las hojas
y reían en primavera cuando les salían.
Había casas sobre las aceras
en que nacían, vivían y morían personas ininterrumpidamente.
Por las noches colgaban estrellas de los balcones
que no eran sino las farolas del alumbrado público.
También había estrellas fugaces
que no eran sino las luces de los coches al pasar.
Por las mañanas la gente salía de sus casas con aspecto de verdugo que va al trabajo
y regresaba por las noches con aspecto de verdugo satisfecho.
No había flores en los balcones
sólo algún que otro aparato de aire acondicionado.
El niño chutó la pelota, el cristal se rompió y este poema acabó.
No quisiera ser el protagonista de una historia tan triste
sobre todo al comenzar el año
por eso cierro los ojos y procuro dormir.
Había una calle ancha y larga
tan larga como un día sin amor...
CUESTIÓN DE PALABRAS
La palabra obscena
se levanto temprano,
se pinto los labios de rojo carmín,
enseño sus senos al sol tempranero
y salió airosa devorando calles.
La palabra santa
se levanto temprano,
ayuno en silencio con una plegaria
y seco dos lagrimas por la noche pasada.
La palabra obscena transito el día,
temblando sus piernas en cada orgasmo,
se sentó en la plaza,
corrió en el mercado,
y en un bar del puerto se bebió la vida.
La palabra santa cocino miserias,
barrió sus tristezas junto con las hojas,
saludo a la vecina que iba a la feria
y en un café amargo escribió su epitafio.
La palabra obscena se perdió en la noche,
madrugo en la calle junto a una volqueta
y con sus tacones escribió un poema.
POR COSTUMBRE
Dibujo círculos de rutina
sobre papel de horario fijo,
van cayendo de uno en uno
(no sea que se adjunte una frescura).
Cada tanto,
entre una y otra vuelta,
comparece algún contraste
a escala reducida.
Adentro,
reminiscente,
anida el hastío:
con todos mis enigmas
con todos mis fantasmas
con todos mis vacíos.
Hoy
-como ayer-
la voz del pájaro ha muerto.
Los pronósticos de nubes prometen
-para mañana-
la misma sombra.
Este rumbo sin prójimo,
estas ansias sin destino,
pueden seguir vivos
o desaparecer de golpe,
sin que nadie se dé cuenta
ni sea para tanto.
¿MIEDO, A QUÉ?
Yo conozco una fórmula,
que no es ningún secreto,
para sacarse el miedo
de la piel y del alma
y echarlo para siempre a la basura,
y te la ofrezco a ti:
Se trata de alimentar sin descanso,
con la mayor variedad de nutrientes,
a la esperanza,
y provocar que ella engorde y se acreciente,
hasta que, armada de valor,
se lance sobre el miedo y lo devore.
Puede que el resultado no sea inmediato
porque el miedo acostumbra a volver a embestir
como un toro herido,
y habrás de proteger a la esperanza
con la fuerte armadura
de sueños y quimeras
y has de añadir en su alimentación
un aditivo eficaz: la constancia.
Te ofrezco mi receta
y te encomiendo a todos los dioses
para que ellos sean generosos contigo.
FRONTERAS
No hay mapa que me indique
cómo llegar a ti, mi amada tierra.
Hay caminos cortados y fronteras cerradas.
Vaga mi pensamiento y sus anhelos
por este lugar aprisionado,
donde el azar forja férreas fronteras
guardando el territorio, de lo ajeno.
Busco una grieta en ese muro
por donde arriesgar mi huida,
mas sé que nada puedo, que nada hay
contra el dolor que causan
las fronteras cerradas, vigiladas.
Exiliada de ti te sueño, país lejano,
patria imposible a ciegas recorrida,
rumor enamorado cada noche
que solo en sueños traspasa la frontera.
Implacable recuerdo. Tierra lejana,
mi amada tierra sembrada de deseos,
aquí estoy, al otro lado de tu vida,
amándote en permanente espera.
OPCIONES
Y aquellos que sólo callan porque hablar,
les significaría morir de hambre…
No era necesaria tanta maldad,
si podíamos vivir juntos en esta tierra…
Palabras sacan palabras, algunas te cortan, te sojuzgan, te quitan la calma,
te oprimen, otras te sangran, palabras vagas o humillantes que te marcan.
Tanta palabra hueca que te ladra, carcome tobillos y perfora faldas,
palabras iniciales que son miel, azúcar, dulces para el alma
pero que con los años, la marcha triste y rutinaria cambian…
Palabras que te rozan cual pétalos de rosas
que te airean los sentidos y te llevan al sosiego,
palabras sagradas que te cuidan de ser raras cosas,
otras estériles que sólo dan palos de ciego.
Palabras obtienen palabras que se hacen mochilas en la marcha,
palabras que no se dicen que se ocultan y te apartan.
Palabras vanas que te dejan vacíos y sin palabras…
SEÑAL
El vidrio invisible te separa,
del mundo,
del poeta,
apenas una señal,
el tic tac del reloj:
la secuencia de tu voz.
VOLVERÁN
Llorarán los caminos
lágrimas de amapolas
cuando el sol de la tarde me recuerde tu ausencia.
Y vendrán golondrinas
de gastados balcones
rememorando días en que el aire era mágico...
con trinos de calandrias
palabras susurradas
y suspiros bogando en las olas del río.
Y vendrán los otoños
desangrándose en hojas
mientras fluye la vida.
Relojes
lunas llenas
mediodías
ocasos.
Entre cascabeles y aceros
grito tu nombre.
EN LA VENTANA DE MIS SUEÑOS
Se me aparece un gorrión en la ventana de mis sueños
pequeño como un soplo nacido de su aliento
que regala estelas al aire brindando por la vida,
pardo como las ramas de mi árbol, jugueteando
entre hojas tardías y trasluces abanicándose en brisa
mimetizado en sus juegos, y picardías traviesas,
curioso, y pequeño saltimbanqui llamando mi atención
saltando entre ramas-nubes y vivos reflejos viajeros
montados en brisa haciendo despuntar el alba
abriendo el día en la ventana de la mañana
entre luces difuminadas que acarician con ternura,
y pía, pía en mi ventana deseándome bienestar
en el despertar de mis sueños dormidos,
y como en cortejo, retozando en mi almohada
desplegando y arropándome con sus alas
y con sus plumas… caricias en la cara
despertando dulces-sencillas sonrisas y miradas
que hacen reojillos y muecas de despedida a los sueños,
aturquesando los cielos en el vuelo de la alborada
y bañados en dorados reflejos con su luz aterciopelada
se visten de esmeralda esperando magias….
PUNTO DE GANCHILLO
Lamento, ¡tanto te lamento!,
deslizándome entre tus cosas...
las que dejaste cubiertas de muerte
y, mucho antes, olvidadas por ti,
qué se me hieren los dedos
a cada pulso de muñeca
que sujeta la feroz atrocidad
de perderte para siempre.
MANOS
Mírate las manos,
dime si no ves allí tu historia.
En las manos se leen soles y ocasos,
conquistas y ausencias,
desiertos y humedales;
surcos y signos nacidos de tanto asir,
de tanto entrelazarse.
Las manos aran su propia memoria;
las manos oyen y hablan,
sufren y luchan,
gimen y besan, como la mar,
y reconocen en su lenguaje de pulpa
la tibieza de un abrazo,
la inquietud de un suspiro,
el latir de un deseo.
Pero no basta empuñar la vida con pasión y alma
ni tatuarse las huellas de otro ser en la piel;
no se logra detener un adiós con los dedos
ni se atrapa con ellos una mirada de amor.
No sólo es agua lo que filtra el tamiz de la vida.
No sólo es tiempo lo que entre lunas se diluye.
Ah... Cuánto se queda entre pliegues,
pero cuánto más se nos va escapando...
Si, las manos son historia, y las mías
siguen abiertas.
IRREMEDIABLEMENTE
Irremediablemente,
incomprensiblemente,
mi vida tomó otro rumbo
y pude percibir ese abismo.
El abismo que nos separa, mi amor
¡Es tan grande!
Como dos polos opuestos,
tu en el norte, yo en el sur...
Y aún así
el amor sigue encendido,
te amé tanto
que aún quedan cenizas encendidas,
esas que no dejan
que se apague la llama...
Y es por eso que te amo
aunque sea a contra viento,
un sin sentido, pero...
es tan grande el amor
que pese a todo,
la llama del amor permanecerá encendida.
MIS HERMANOS LOS POETAS
Mis hermanos en las letras forjarán un mundo nuevo
donde el odio sea un mal sueño y la paz no sea quimera.
Donde tantas flores bellas, no mueran en los floreros
y en la punta de los cerros haya nieve de la buena.
Donde no sean las cuencas, depósitos de basura
y no sea el agua pura, solo discurso encendido,
alegato respondido con miles de peces muertos.
Que se convierta en un verso cada siniestro explosivo.
Donde cada árbol amigo reciba nuestro respeto
para evitar que el desierto se apodere del planeta.
Será este mundo, la Tierra, nuestro único cobijo,
el domicilio elegido, no una obligada caverna.
Habrá una vida más tierna, mujer y hombre más plenos.
Pues, sin la presión del miedo, habrá armonía en la Tierra.
Por influjo del poema otro pueblo será cierto.
Habrán ideado un ser nuevo, mis hermanos los poetas.
DESHILACHADA
Un algo incierto me ha desmembrado,
un viejo puzle sin piezas soy,
que por más que busca a tientas por la vida
no logra llenar tantos huecos vacantes.
El alma se quiebra mutilada
y tras ciegas puertas sin luz
sigo esperando una señal.
Me niego a alcanzar este destino
que me fustiga descompasado.
Voy tras un loco imposible;
desertar de este único espíritu
que viaja ya partido en dos.
Vuelo tras esas mitades ansiadas
que arrebataron mi entereza,
abandonándome a la zozobra.
Noches inquietas de derrotas,
añoranza de lo no vivido.
Deshilachada me encuentro,
trizada en este fútil cuerpo.
Hilando en silencio desvaríos
entre graznidos de cuervos asesinos.
¿Por qué a mí? -me pregunto por
qué está ingrata salud.
Este ansiado bienestar me es negado
e injusto se derrama a mi paso.
AMANECER EN TOMBUCTÚ
No me he incendiado ayer,
ni he aprendido este asombro meticuloso y frío,
para hacer un imperio de tus muslos
combatiendo el peligro encima de tu carne.
Ni conversé con sábanas muy cultas
para que el bien, descrito como un cuento, se duerma entre sus dólmenes,
sino para temblar sobre un cuchillo
que avanza por infaustos corredores
y le pierde el respeto a tu delta metódica.
Yo podría ser alguien
que duerme en una noche de cristal
sin temor a romperse.
La oscuridad nos mira con sus ojos flamígeros,
parece que no fuese a cerrarlos jamás. Pero entonces,
al ser hilo de luz en un recuerdo: si es preciso morir, por qué la vida.
Así se cruce el rayo con mi abismo
y dejen de ladrar todos los perros,
sabré encontrar el pulso que me hiere,
la estrella despeñada,
el potro que anda suelto por tanta cordillera,
y requisar el mármol severo de tu estatua
hasta cumplir el sueño de un silbo almibarado
en el que se repitan los vuelos de las águilas.
Las palabras me invaden como un banco de peces que llega hasta mi boca.
He sido centinela de la flor, - un disparo con precisión de luna-,
y he llenado de pasos el invierno
quizás por descifrar su gesto interminable,
pero ya no amenaza la sombra con arder:
las llamas son de plástico.
EL ÚLTIMO CAPÍTULO
Llegarás a deshora, como siempre
en un intento de pasar inadvertida
con ese vicio tuyo, tan pésimo
-tan inútil-
de guardar formalidades
ocultando en lo absurdo del momento
esa mezcla entre lo real y lo pagano
-Esa unión existencial a cara o cruz-
Llegarás, sibilinamente
en la fría madrugada
en medio de un perturbador sueño
o justo antes de la cena o el insomnio.
Sigilosa, tranquila
-eternamente muda-
te apropiarás del último instante
cumpliendo -victoriosa-
el último capítulo de vida...
OLIVO
Bajo, muy debajo de la misma nada
donde se transparentan las cosas,
ahí donde el frenético vaivén matutino
no pudo negarle a la sombra su rama.
Se encuentran la magistral esencia
de unas gotas diminutas de roció
de ráfagas desprendiendo las hojas
mezclándolas entre tiernas aceitunas
esparcidas en desorden caprichoso.
Y es allá, donde el tiempo se aloja
atrapado entre delirios espléndidos
en emociones sinceras que se funden
liberadas en talento sin riqueza.
Y no muy lejos, bajo las raíces,
se deshace la marea enamorada
que sin desgastarse en la espera
a sus pies arroja interminables olas de insoportable belleza
profanando con su sal, los desvaríos de la tierra.
Pero el sol ya se aleja, y se pone de rodillas ante el agua
cubriendo en negro este lienzo de mí historia,
Y todo se adormece en armonía, mientras sutilmente
me transforma en la paz de sombra… de aquella rama.
BUSCANDO AL QUIJOTE
El caballero andante
de rígidas reglas,
héroe de mil combates,
salvador de Dulcineas y Julietas
él y su andar pausado
se extrañan hoy, más que nunca.
Su reluciente armadura
la de tantos encuentros
cruje, en su intimidad profunda
ante la indiferencia del hombre,
soberbio e insensato de este siglo
nefasto narcisista que se justifica.
Hoy, lejos cual estrellas
las normas de caballería
perdidos conceptos abandonadas leyes;
y en el silencio, escucho el lastimero canto
de nuevas sirenas que elevan plegarias,
protestan contra nuevas cadenas.
Lloran; las abandonadas viudas
al borde del mar Índico,
las niñas ofrecidas cual objetos
en el lejano oriente, las madres
del nuevo continente, marginadas ellas
por el machismo absurdo.
El caballero andante
ha perdido el norte
hoy lo esperan en cada esquina,
el pensar humano lo reclama
nuestras musas, aún más.
ESTACIÓN DEL VUELO
Regreso a mis canales.
Acá todo es suicidio,
los hombres en las calles
navegan sus miserias
y habitan su constante
criadero en tonos grises.
Chacao y sus flamencos
en la estación del vuelo
reservan grandes mitos
de áreas protegidas.
¿Qué nos queda en las alas?
Son otras las mareas,
la humedad es la misma,
los mares interiores
a veces se congelan
o navegan opuestos
entre remos y velas
de playas ya remotas.
Loberos y tragedias
en la ribera Norte
y el Sur en la retina
que nunca nos caduca.
¡Qué importan los kilómetros!
Si es única la fibra
y en la estación del vuelo
con ojos enlutados
flotamos la tragedia
al vuelo de las aguas
levantando ideales
sobre rumbos de espuma.
TRÓPICOS
Golpeé con furia
ese canto de cigarra trasnochado,
silenciando mañanas que nunca llegan.
Atravesé, la línea divisoria de los trópicos
que dibujan polos opuestos de vidas paralelas,
cabalgué en llanuras de preguntas sin respuestas,
sumergida en aguas
donde el Fénix calmaba su sed de existencia.
Esperé paciente sentada en la impaciencia,
anhelando,
dibujando sobre mármoles
de corazones tallados en hogueras.
Sujeté, con hilos de hiel,
los girones de piel que arrancaste,
quemando cada astilla de huesos
que aún permanecía en la memoria.
Y me senté,
me senté a esperar esa lluvia
que apagaba las ascuas del ayer,
ese viento que amainaba
cicatrizando cada grieta.
-SIN TÍTULO-
Como el sinsentido
de almas quemándose
cual papeles de seda,
que solo de vez en cuando
se hallan sus cenizas.
Como el mismo latido
del río turbio
que no gira
y rompe en poliedros
los terrones.
Como miles de miradas
que conforman la única
y solemne que ríe.
Como la profunda calma
que quiere ser perpetuada
y reflejarse
aún sin ver...
Como el eco que pronuncia un nombre
"sin nombre".
Como la incordura de ser
sin querer ni tener que serlo...
Así,
así es cómo definió
el aprendiz
a su maestro.
Hoy a las 09:41 por Maria Lua
» MARIO QUINTANA ( Brasil: 30/07/1906 -05/05/1994)
Hoy a las 09:40 por Maria Lua
» CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE (Brasil, 31/10/ 1902 – 17/08/ 1987)
Hoy a las 09:38 por Maria Lua
» Stéphan Mallarmé (1842-1897)
Hoy a las 09:36 por Maria Lua
» Luís Vaz de Camões (c.1524-1580)
Hoy a las 09:33 por Maria Lua
» VICTOR HUGO (1802-1885)
Hoy a las 09:31 por Maria Lua
» Rabindranath Tagore (1861-1941)
Hoy a las 08:37 por Maria Lua
» Khalil Gibran (1883-1931)
Hoy a las 08:33 por Maria Lua
» Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273)
Hoy a las 08:28 por Maria Lua
» FRANCESCO PETRARCA (1304-1374)
Hoy a las 08:21 por Maria Lua