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MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN: “UNA RÁFAGA DE VIENTO” (Alkaid, 2017)
A Máximo,
compañero entrañable del Grupo Metáfora
PRÓLOGO, por Juliana Mediavilla Pablo
POEMAS DE MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN
A MI ABUELO
Abuelo de mis sueños e inquietudes,
te has ido sin pensar en el momento,
en medio de sotanas y ataúdes.
No sé cómo explicar lo que yo siento.
Estoy en un vacío que me ahoga,
no te puedo borrar del pensamiento.
Cómo debo librarme de esta soga
si abandonas mis pasos y me dejas
y en este mundo nadie por mí aboga.
No sé cómo decir a tus ovejas
que ya no volverás en la mañana:
cómo van a entender por qué te quejas
si cada día, a hora tan temprana,
te sirven de su leche la blancura
en puchero de barro o porcelana.
Cuando caiga la noche en la espesura,
quién va a contarme ahora aquellos cuentos
de los indios, de miedo y de aventura.
Y qué haré si soplaran otros vientos.
No abandones así a esta alma mía
y no me hagas sufrir estos tormentos.
¡Que me haces mucha falta todavía!
(1er premio en el VIII Certamen de Poesía de la Asociación
Cultural Poética LUZ DE LUNA 2014)
A MI ESPOSA
Sin querer se me llenan
estos ojos de lágrimas,
al ponerle el vestido,
al lavarle la cara…
pues me aprieta la mano
pero no dice nada.
Los ríos de la mente
obstruidos se hallan,
no riegan ya sus campos
y no sabe qué pasa,
y no sirve su esfuerzo,
se enclaustran las palabras.
Si vierais su frescura,
su imagen linda y clara,
parece una muñeca
de fina porcelana.
Es como si la Virgen
le prestase su cara
para andar por el mundo
y así ser la más guapa.
Se pasaron los años,
se pasó la alborada,
y ahora, en nuestro ocaso,
es pájaro sin alas.
Siento tal sensación
al verla así callada,
que a mi alma atraviesan
un centenar de espadas.
A MIS HIJAS
Estas son las mejores joyas que yo poseo.
(Cornelia, 189 a.C., a una matrona de Campania)
Son reflejos del sol en la alborada,
un guiño al corazón entristecido,
caricias para un alma ilusionada.
Venero singular, oro fundido,
dos rosas sin espinas, perfumadas,
que en cuidado jardín han florecido.
Mentes serenas, cumbres veteadas,
anémonas del mar de mi vivero
que destilan amor con sus miradas.
Son ojos de mujer, los que más quiero,
son el placer de un premio sus sonrisas
y en esta lotería, voy primero…
Son obras muy concretas y concisas,
dos joyas, un DESEO, un TROFEO,
dos bellas y adorables pitonisas.
A TI, MUJER
Si mi pena y mi alegría
has de en mis labios leer,
sea de noche o de día,
¡cómo no te he de querer!
Si al verme en tus bellos ojos
siento un inmenso placer,
si hay fuego en tus labios rojos,
¡cómo no te he de querer!
Si al abrazarte, cautivo,
ya se estremece mi ser,
si yo solo por ti vivo,
¡cómo no te he de querer!
Si a mi paso por la vida
tú me sabes comprender,
si eres mi guía querida,
¡cómo no te he de querer!
Y aunque el mundo, impenitente,
este amor quiera romper,
estarás siempre en mi mente.
¡Cómo no te he de querer!
AMOR PERDIDO
La marina, sin más, se nos perdió
por dejar el patrón el barco guía,
sin quererlo, mi amor también se hundió
un negro, triste, desgraciado día.
Éramos un candor, todo un delirio,
un solo amor rayano en la agonía,
gran sinrazón, felicidad, martirio,
sabor, abrazos, besos a porfía.
Oscuras nieblas van cubriendo el páramo,
la comunicación que se interrumpe,
y continuos reproches, ningún bálsamo,
dolor, inesperadamente irrumpe.
No ha vuelto el madrigal a la ventana;
incomprensión, rencor, claudicaciones
y justificación dudosa, vana,
sinfín de numerosas sinrazones.
Duro llegó el final, la despedida,
con qué tesón yo la seguí queriendo
que cuando vi que se iba de mi vida
mi corazón negó seguir latiendo.
AUNQUE ESTÉ MUERTO
Hace tiempo que sufro lo indecible:
depresión que me zumba en los oídos,
un dolor que me nubla los sentidos
y un mareo que danza irresistible.
La noche brota en torno a las farolas
y mi alma se oscurece entristecida
al verte en un rincón adormecida,
en un mundo infeliz gimiendo a solas.
No puedo soportar este delirio:
prefiero que me quiten la razón,
que pongan una venda al corazón
y acabe de una vez este martirio.
No comprendo por qué, por qué, por qué
me miras a los ojos y no me hablas,
no salen de tus labios las palabras
y nunca lo que piensas yo sabré.
Mi llanto suena a un grito en el desierto,
es rabia tenebrosa contenida,
es pena que me va a arrancar la vida;
pero yo te amaré aunque esté muerto.
COMPLICADO REDONDEL
Complicado redondel
hacer sin compás me aguarda;
rezo a mi Ángel de la Guarda
para escribir un rondel.
Es imitar a un corcel
o el vuelo de la avutarda,
complicado redondel
hacer sin compás me aguarda.
Un delicioso aguamiel
o una gramática parda,
saltar de un brinco una yarda
o manejar un cincel:
complicado redondel.
CON MI PENA Y DOLOR
Aquellos dulces besos que me diste,
en mi alma y corazón están clavados,
tal vez no los pensaste, ni supiste
que cuando dos no están enamorados,
la vida, al que sí está, se torna triste,
sus sentimientos van descontrolados.
Y ahora que no tengo tu querer,
dime, mi dulce amor ¡qué puedo hacer!
Recuerdos de aquel tiempo me entristecen,
pues puse en tu querer todo mi anhelo,
mas luego las estrellas se oscurecen
y se nubla el camino que va al cielo,
los lazos de pasión desaparecen
y no vas a encontrar ningún consuelo.
No sigas, pues la flor que tú plantaste,
con mi pena y dolor se ha ido al traste.
CORAZÓN DE CRISTAL
A Ana
¡Qué zalamera sonrisa!,
¡qué corazón de cristal!
y qué claridad mental
y fresca como la brisa.
Es como diosa Artemisa,
diosa que fue de la caza,
pues si con amor te abraza
y tu corazón requisa…
en sus garras quedas preso.
Es olvidar el dolor,
es encontrar el amor
en el tormento de un beso.
Y en tan plácido universo
y en el calor de aquel nido,
entre sus brazos, dormido,
te sientes de lleno inmerso.
CUANDO LLEGUE LA NOCHE
Cuando llegue la noche
ya sin remedio,
y nos traiga el vacío de luz que nos inunde,
y en el lecho, adormidos, se junten nuestros cuerpos,
las estrellas brillando, antorchas de ilusión,
velarán nuestros sueños.
Y en silencio, en las sombras,
nos amaremos,
sin que nada ni nadie enturbie el pensamiento,
impregnados de amor hasta llegar el día,
y juntos, respirar el aire limpio y tenso,
será nuestro deseo.
Comenzará de nuevo
nuestra andadura,
yendo por el camino que nos hemos marcado,
aunque la resistencia que nos provoque el viento
nos haga caminar con unos pasos lentos...
al final, llegaremos.
CUANDO VISTE EL CABELLO
Cuando viste el cabello de onda plata
y ya la sangre rígida se queda,
van las hojas remando en la arboleda,
la vida se presenta vil e ingrata.
Y cuando ya la mente se desata
y cambia con frecuencia de vereda
poniendo la razón en almoneda,
en nubes de atracción libre y barata,
se arrodillan los párpados llorosos
y se rompen cadenas de ilusiones,
los grillos se convierten en colosos…
Lo mejor de este parque de atracciones:
imitar el rugido de los osos
y reír y enfrentarse a los leones.
DA A LA MUERTE POR VENCIDA
Con entrega desprendida
se muestra el Manso Cordero,
pues por su amor verdadero
con su muerte nos da vida.
Tiene el alma dolorida
de un constante sufrir, pero
es de su Dios lo primero
y no tiene otra salida.
Él es Bálsamo y Herida,
es Señor y es Escudero,
Él es libre y prisionero,
es la bondad sin medida.
Arrastrado en su caída
y herido por el acero,
lanza el suspiro postrero
como obediencia debida.
Y la tierra, deprimida,
explota con ruido fiero:
descendido del otero,
da a la muerte por vencida.
DARTE MI CORAZÓN
A Ramona
Con toda la ilusión, hoy día anhelo
felicitarte el día de tu santo,
quiero que lo disfrutes tanto y tanto
que aquí puedas sentirte ya en el cielo.
Que vayas por el mundo sin recelo,
no tengas que sufrir un desencanto,
que la vida te trate con encanto
y que goces su suave terciopelo.
Que escuches del amor el tintineo,
un cariño sincero y complaciente
y puedas presumir de este trofeo.
Yo no quiero sentirme indiferente
y con este motivo, es mi deseo
darte mi corazón como un presente.
EL TIEMPO PASA RÁPIDO
Sin duda pasa rápido,
es ráfaga de viento
que a su paso se lleva
las flores del almendro.
Pasa como cometa
que atraviesa los cielos,
pasa como huracán
en la noche de invierno.
O pasa cual relámpago
antes de oírse el trueno,
pasa como la sombra
cuando brilla un lucero.
Es aullido del lobo
en un mar de silencio,
que se aleja y se aleja
como el canto del eco.
Es como la alegría
que se acaricia en sueños,
o como el triste amor
que se lleva mis besos.
¡Así pasa de rápido
sin darnos cuenta a tiempo!
EN UN SUSPIRO
Siento dentro de mí el gran deseo
de estrecharte en mis brazos con firmeza,
que tiemblen nuestros cuerpos así unidos
como un volcán que al estallar se eleva,
que apague con su lava los temores
y brille más la luz sobre la tierra.
Y yo, cegado de pasión sin freno,
quiero probar tu cuerpo de sirena,
besar tus ojos de color de mora,
morder tus labios con sabor a fresa,
libar las mieles de tus lindos pechos,
gozar tu excelsa piel de pura seda.
Y ahí, entre tus muslos, en silencio,
tu pubis rasurado, puerta abierta,
entrar sin pausa por tu cueva oscura,
correr tus calles vestidas de hiedra,
subir los montes donde ladra el lobo,
bajar los valles con su verde hierba.
Sobre tus carnes, cual caballo loco,
trepar la cima sin llevar las riendas,
buscar tu fuente y apagar mi sed,
sentir tu aliento de papaya fresca,
la espuma del placer en tus altares
y en un suspiro acabar la fiesta.
GRUPO METÁFORA
En el grupo de Metáfora,
que ya en sí es palabra mágica,
hay una gente específica,
gente de fiar, simpática.
Una, con cara beatífica,
es capaz de sentar cátedra,
tiene la mente muy lúcida
y la inteligencia análoga.
Otra, que en el verso es célebre,
escribe prosa de fábula,
o bien, con su vena artística,
canta un villancico a Málaga.
Parte siempre de la lógica
y enseña sus garras de águila,
discutiendo si es esdrújula
antes de pasar la página.
Aunque a veces nos da vértigo,
vivir las ondas es tácito,
es como estar en la cúpula,
estar en el punto álgido .
Aunque no usemos la química,
que no entra en nuestra temática,
sí unas flores de mandrágora
con sus propiedades báquicas.
En su catalán, atípica,
no discutas de gramática,
dice, de forma académica:
aquesta paraula és àtona!
Sentirse en el cielo séptimo
es vivir un tiempo sálico,
disfrutar de un sueño místico
o escribir un verso yámbico.
Su silencio es como un símbolo
de aquel pasado romántico,
su tilde es en la mayúscula
rápida, como un relámpago.
Se interesa por la música,
en la poesía, un órdago,
es experta en la lingüística,
su conocimiento es óptimo.
Con su vestimenta típica,
sin apuntarse a Capítulo,
el letrado se hace crítica
o nos fabrica un versículo.
Como reina del Elíseo,
su figura regia y áurea,
gesto duro un poco excéntrico,
seria, con pasión, pragmática.
Hay quien se involucra al máximo
y hasta derrama una lágrima,
pero, si no alcanza el mínimo,
habrá que pasarle página.
LA MUERTE GANA SIEMPRE LA PARTIDA
...cuando llegas, borracho
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida o los ojos todavía violentos...
JAIME GIL DE BIEDMA
Eres del tribunal el fiel reflejo
tratando de juzgar por qué padece
la jungla de tu estado y qué ensombrece
tu forma de pensar y tu gracejo.
Te sorprendes mirándote al espejo
al ver que tu mirar se desvanece
y que la voluntad se te adormece:
¡cómo vas arrugando el entrecejo!
Te quejas, te reprochas tus andanzas,
lloras tu juventud que ves perdida
y van muriendo en ti las esperanzas.
Y en este caminar ya sin salida,
trabajando en silencio y sin tardanzas,
la muerte gana siempre la partida.
LA VERDULERA
Qué lista es la verdulera,
pues, con su extensa sonrisa,
alegra el tiempo de espera
aunque tengas mucha prisa.
Cogollos de bella hoja,
aquí tiene el prototipo,
y unos puerros de Rioja
gordos, que quitan el hipo.
Tengo fresca la escarola
y maduro el aguacate,
pimiento rojo que mola
¡y qué rico está el tomate!
Y qué tierna la cebolla
con un gustar exquisito,
que al sereno se le embrolla
y le hace tocar el pito.
Y tengo una coliflor
del color de la azucena,
una acelga que es amor
y morada berenjena.
Compre, compre mandarinas,
pequeñas pero sabrosas,
no tienen huesos ni espinas,
exquisitas, primorosas.
Y pruebe usted el sabor
de esta opulenta manzana,
su dulzura es un primor.
¡Y regrese, usted, mañana!
LOS BESOS DE TU BOCA
Conseguir tu favor yo bien quisiera
y beber de las aguas de tu río,
y llenar de tu amor este vacío
y romper de una vez esta quimera.
Por qué, por qué mi pulso se acelera
cuando estrecho tu cuerpo junto al mío,
por qué llego a sentir tal desvarío
si no explota ya en mí la primavera.
Es como si de un nudo me librara
y empezase a correr carrera loca
y al llegar a tu lado preguntara
qué debe haber en ti que me provoca:
la sonrisa que muestras en tu cara
o el dulzor de los besos de tu boca.
MANTO DE ESTRELLAS
El termómetro marca bajo cero.
La noche se presenta oscura, larga y fría,
fría, larga y oscura.
El reloj de la torre de la iglesia
anuncia la una y media.
Dos jóvenes, portando una campana,
recorren todo el pueblo,
paran en las esquinas haciéndola sonar
lanzando su consigna:
Hermanos, levantaros al calvario de Serosas
a las dos.
El pueblo se reúne en el atrio de la iglesia,
todos bien abrigados,
van a llevar a cabo el ancestral
rito de caminar hasta la vieja ermita
rezando el Vía crucis
provistos de faroles,
pequeñas luciérnagas que marcan el camino.
Al llegar al arroyo
-no hay flores en la orilla, solo unos juncos crecen-
el susurro del agua parece unirse al rezo
de los sacrificados penitentes.
Estos suben al Gólgota,
la duodécima estación: Jesús muere en la cruz.
Al abrir la pequeña iglesia, un frío,
un gris de muerte frena sus pisadas;
las lágrimas que corren la cara de la Virgen
parecen congeladas en sus dulces mejillas.
Todos cantan la Salve
y regresan al pueblo entonando el rosario.
La Montaña en silencio les mira y les bendice.
El cielo está adornado por un manto de estrellas...
el termómetro da diez grados bajo cero.
Noche de Viernes Santo en Montealegre.
MIENTRAS QUEDE SANGRE
Yo te quise, mi amor, como quise a la vida,
y te quise en mis dudas y te quise en mis penas,
te quise como el cisne que a orillas del arroyo
remodela su canto en la noche serena.
Te quise, y el tormento que se centró en mi mente
goteaba sangre y sombras, dolores sin consuelo,
eran lágrimas frías, secas y transparentes,
eran signos de muerte, eran ansias de cielo.
Te quise cual la flor que cortas de su rama
en todo su esplendor, joven, llena de vida,
y aun sintiendo su muerte no te niega su aroma,
así te lo di todo, mis lágrimas y risas.
Te quise en los colores que forma el arco iris
de esas gotas de lluvia que dan su corazón,
y el sol las atraviesa con límpida ternura
y altivo las desgrana en vívido color.
Te quise como nube que posa en la montaña:
sin pedir nada a cambio ya le da su rocío,
volando cautelosa, al valle lo despierta
con música sonora y fuegos de artificio.
Siempre así te he querido, nadie puede negarlo,
y aunque estés entre sombras y negros pensamientos,
y mientras haya sangre corriendo por mis venas,
nada podrá impedir que te siga queriendo.
MIGUEL HERNÁNDEZ
En lunas de algaradas cenicientas,
mi espíritu, luchando enardecido,
tiembla a veces, un poco confundido,
tratando de calmar estas tormentas.
Inútil ocultar lo que tú sientas
si estás con el fusil comprometido.
Llega la noche oscura y al acecho
están los alacranes en mi pecho.
Yo sé que he de morir porque es mi sino
ese rayo maldito que no cesa,
que aprieta la garganta y tiene presa
de la zona pleural al intestino.
Ya nada puedo hacer porque adivino
que la blanca paloma al fin regresa,
y que habrá de salir a horas tempranas
para no alborotar a sus hermanas.
Cien años desde entonces han pasado
más rápidos que el sol de mi destierro,
cien años yo sufrí mascando el hierro
desde un triste cubil, amordazado.
Frontera de un callar amenazado
pasando frío y hambre como un perro,
mirando de soslayo por el hombro,
tristeza de la patria hecha un escombro.
MORIR CADA DÍA
Se comienza a morir cuando se nace,
el reloj nos programan sin retorno,
y aunque ello provoque algún trastorno
no hay nadie que, al momento, lo rechace.
Terrible y casquivana es nuestra suerte:
apenas conseguimos ver la luz,
sin saber que la vida es una cruz,
ya viajamos camino de la muerte.
Hay que estar en continuo movimiento,
ir marchando adelante, sin pensar
hasta dónde podremos arribar
pues la vida no para ni un momento.
Que habremos de morir es lo más cierto,
mas no hemos de pensarlo cada día
ni sufrir el martirio que sería
comprobar que en la vida ya hemos muerto.
NADA
Nada resiste al tiempo, vida mía:
domina al mar y frena al loco viento,
derrumba la pasión y el pensamiento,
y apaga sin piedad la luz del día.
Él acaba el dolor y la alegría
y rompe el corazón con un tormento,
él se lleva la vida en un momento
dejando la razón triste y vacía.
Nunca podremos su reloj parar:
sus agujas, tijeras de buen filo,
van cortando las horas como un hilo
que aunque duela, tenemos que aceptar.
No vale ser perfecto caballero,
no vale presumir de rica hacienda
ni soñar el mañana como prenda,
el tiempo no se compra con dinero.
Por eso es conveniente disfrutar
los momentos que surjan en la vida,
pues es una verdad no discutida
que el que escape, jamás ha de tornar.
NAVIDAD 2015
Con gran esperanza,
en la noche fría,
montada en la asnilla,
viajaba María.
Han llegado al pueblo,
se siente afligida,
no encuentra aposento
la Virgen bendita.
Allá, en las afueras
-un viejo le indica-
tienes un establo
-al verla cansina.
Allá se dirigen
y hallan compañía...
la vaca y la mula
que, lentas, pacían.
Y allí nació el niño.
Con gran alegría,
San José le acoge
con algarabía.
Todos los pastores
hacia allí caminan,
llevándole leche,
mazapán y endrinas.
Los Magos de Oriente,
que van a la cita,
le llevan presentes:
oro, incienso y mirra.
NO TRATES DE SENTIRTE INDIFERENTE
Si vuestra relación se ha enfriado,
si algún día tu amor llega al ocaso,
no culpes al azar de tu fracaso,
por más que sea amargo y desgraciado.
Piensa en lo que tal vez hayas fallado:
quizá no has visto el llanto en sus mejillas,
o has sido ciego a tantas maravillas
que, con su corazón, ella te ha dado.
Y si ves una luz, allá en tu mente,
que de pronto se enciende y te ilumina,
acógela, no seas inconsciente.
Préstate a disparar la adrenalina,
no trates de sentirte indiferente,
pon rocío a tan dulce clavellina.
NUNCA SABRÉ POR QUÉ TE QUIERO TANTO
Tú nunca entenderás lo que te quiero.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Nunca sabré por qué te quiero tanto,
no puedo comprender este martirio,
soy como tallo de un ajado lirio,
soy como pedestal sin un encanto.
Cuando al llegar el alba me levanto,
no puedo controlar este delirio
al verme envuelto en este largo cirio
que mi pecho traspasa con espanto.
Mientras yo me deshago dolorido
y tú libas las mieles de tu suerte,
sentirás de mi sangre el recorrido.
Cuando estés entre sábanas, inerte,
dormiré entre la niebla del olvido
prendido de tu amor hasta la muerte.
PALABRAS
Palabras y palabras que descombras,
¡cuántas se pierden en el mar violento,
envueltas en telón de nieve y sombras,
y de soplo feroz que empuja el viento!
No las busques después, lejos se han ido,
y quedan silenciosas con voz sabia;
tal vez vuelvan con gritos o sin ruido,
o cargadas de celos y de rabia.
Son voces de coral, son cielos de ave,
y puedes encontrar algunas francas
que lleven gran candor, pétalo suave,
envueltas como en tul de lilas blancas.
Colócalas en horno ya encendido
con virutas de amor, que en una noche
sean paloma blanca que haga nido
dentro de un corazón sin un reproche.
Palabra es una roca inconsistente,
es gavina que vuela sin temor,
un sinrazón de frío, fuego, muerte,
vida, odio, pasión, sombras, amor.
POESÍA
Estrella muy refulgente,
esencia, flor de jazmín,
excelsa por excelente,
enamorada hasta el fin.
Es espacio acogedor,
enervante flor de tilo,
espíritu ensoñador,
espada con doble filo.
Espléndida, exuberante,
encadenada en el verso,
expectante, muy brillante,
escultura sin reverso.
Encandilada de amores,
espiral larga, sin fin,
encendida de fervores,
enigma que es querubín.
Estimulante, da calma,
explosión de amor y gozo,
encrucijada del alma,
extraordinario alborozo.
Embajadora del arte,
escapada en libertad,
escultura y estandarte,
eximia, banalidad.
QUÉ DULCE DEVENIR
Estaba en el campo un día
de un verano caluroso,
tras un invierno horroroso
y una primavera impía,
cuando aquella hembra bravía
y llena de majestad,
desbordando humanidad
apareció en el estrado,
dejándome anonadado
sintiendo gran ansiedad.
Y ¡qué es lo que puedo hacer!
-me pregunté presuroso-
pues a fe que soy curioso.
Me hipnotizó esa mujer.
Anhelaba su querer
y nada me iba a impedir,
aunque hubiera de sufrir,
conseguir su amor un día,
y atracar en su bahía.
¡No se me va a resistir!
QUÉ GUAPA ES LA PESCADERA
Qué guapa es la pescadera,
su cara es de primavera…
De cuando nacen las flores
desde el monte a la ribera,
y cantan los ruiseñores
en el campo y la pradera.
Qué guapa es la pescadera...
¡Tengo fresquito el pescado!
-grita con voz de rumbera-
¡hay atún y bacalao,
puede elegir lo que quiera!
Qué guapa es la pescadera...
Con sus cuchillos de amores,
aunque dice que es sincera,
produce enormes dolores
cual mordisco de pantera.
Que me pueda enamorar
en nuestra cita primera
y me vaya a rechazar,
será una gran quimera.
Qué guapa es la pescadera...
Y aquí me tiene, encerrado
como pez en la pecera,
pues estoy enamorado
de su risa mañanera.
Qué guapa es la pescadera...
Y así tendré que esperar...
no será tan larga espera
si consigo enamorar
a esta niña zalamera.
Qué guapa es la pescadera,
su cara es de primavera...
QUÉ MALA SUERTE
Lloro por mis penas tanto,
que las lágrimas que lloro
tienen sabor muy amargo.
De qué me sirve quererte,
si tú te mueres por otro
y estás de mi vida ausente.
Siempre tuve la esperanza
de conseguir, algún día,
volver a mí la balanza.
De nada sirven mis penas
ni mis lágrimas ni ruegos,
no hay quien rompa estas cadenas.
Qué mala suerte la mía:
enamorarme de ti
creyendo que me querías.
RAYO DE LUZ
Es un rayo de luz que anuncia el alba,
es ventura sin fin, es alegría,
luminaria feliz, baño de plata,
es sonrisa de un loco que delira.
Es un sueño de amor, amor que mata
si no está, con tesón, correspondido,
es recuerdo del mar, concha de nácar,
es sabor, es virtud, licor divino.
Es sin par golondrina que en sus alas
lleva un canto de amor para mi amada,
no la arredran ni el viento ni las olas,
ni el calor, ni las nubes de borrasca.
Es auténtico juego de palabras,
sugerencias, ficción, una metáfora
que al poeta le absorbe y le enamora,
y le sirve unas horas muy amargas.
Es un sueño feliz, meta sin fin,
es corola de flor, no se marchita,
bienhadado jilguero saltarín,
es sinergia, pasión, es poesía.
RECUERDOS
Recuerdos de pasión nos sorprendían,
los dos sentados bajo el viejo roble,
viendo como las rosas ya se abrían,
¡cada caricia nos valía el doble!
Yendo por la vereda de aquel río
a beber de la fuente que allí mana,
el gallo despertando al caserío
y el continuo croar de aquella rana.
Disfrutar las mañanas de este abril,
de la dulce mujer enamorada
y el sabor de su risa juvenil,
¡qué ilusión el contacto con mi amada!
Y sus suaves mejillas encendidas
en que brillan la paz y el embeleso,
encontrar nuestras almas ya fundidas
y en su boca dejar prendido un beso.
Y a lo lejos, se escucha una canción
y palabras de amor que yo evidencio,
la campana, tocando ya a oración,
interrumpe de súbito el silencio.
Mientras la oscuridad iba avanzando
y con su tul cubría ya la tierra
y eterno amor nos íbamos jurando,
parpadeaban las luces en la sierra.
ROSAS SIN ESPINAS
Cerca del mar azul sopla la brisa,
la palmera se inclina ante su empuje,
el fuego, en la montaña parda, ruge
quemando lo que encuentra a toda prisa.
Yo no puedo evitar triste sonrisa
observando del fuego aquella llama:
igual mi corazón arde y se inflama
queriendo reventar en mi camisa.
Y en otra hoguera, cortesana y pura,
en llama de tus ojos me iluminas
y siento de tus labios la frescura.
El fuego, con tu amor lo difuminas,
y late un sentimiento de ternura,
y un suspiro de rosas sin espinas.
SE ASOMAN
Se asoman a sus ojos
unas luces que brillan en la noche.
Y en su cara hay amor.
Y hay un grave silencio.
Y llora y ríe y su mirar expresa
la sombra del dolor.
Y el alma desespera.
Y oigo una voz que es entre risa y llanto.
Y la brisa se hiela.
Y hay perfume de seda
en sus mejillas de color pintadas
por un beso de amor.
Y transcurren los días.
Y una angustia me cubre los sentidos
a lo largo del tiempo,
viendo como, sin pausa,
la rosa se consume en el jardín
sin ninguna ilusión.
SE OYE APENAS
Extendida en los campos de mi tierra,
el invierno ha dejado una gran sábana
de blancura especial y que refleja
los rayitos de sol en la mañana.
Y los niños del pueblo se divierten
revolcándose, libran sus batallas
que disputan, lanzándose a una guerra
con pelotas de lana almidonada.
El ambiente es de un frío que congela,
tiene el cielo el color de la mar brava,
mas los críos, jugando, ni se enteran
pues felices están con la algazara.
El arroyo que pasa por el pueblo
se ha tapado con túnica tan blanca,
que el susurro que lanza su corriente
se oye apenas, cubierto con tal capa.
SE VA DESVANECIENDO
Noche de luna llena:
baja de la montaña
sobre mullida alfombra de generosos pinos.
Con guiños rutilantes,
vigilan las estrellas
en el valle que espera emocionado.
Hay senderos en fuga.
En una encrucijada,
parpadean los ojos:
la oculta libertad de los deseos.
Cantando va su cántico aquel viejo molino,
cantando van las hojas de los álamos,
la fuente es un susurro que adormece.
Las raíces de un pino piñonero
saludan a la luna brotando de la tierra,
la mañanera brisa
despierta de su sueño amor y desengaños.
Y al borde del arroyo,
las cuerdas de una mítica guitarra
se mueven al compás del suave viento.
Y la noche se va desvaneciendo.
SI SUPIERAS
Si supieras,
si quizá supieras
lo que estoy sufriendo
por tenerte cerca,
por salir contigo,
por besar tus ojos,
por beber tus besos.
Si supieras,
si tal vez supieras
que soy hombre nuevo
cuando estoy soñando,
que el mundo no importa
conque tú me quieras
en todo momento.
Si supieras,
si tal vez supieras
que soy prisionero
de tu mente loca,
y aunque tú me digas
que sí, que me quieres,
seas mi tormento.
Si supieras,
si tal vez supieras
que ardo en el fuego
de escuchar tu risa,
disfrutar contigo,
y que ya la vida
funda nuestros cuerpos.
Si supieras,
si quizá supieras
que solo deseo
declarar mi amor
a los cuatro vientos,
y poder gritar
te quiero y te quiero.
SOLEDAD
Si supieras el peso y la amargura
que hace tiempo que ocupan mis sentidos,
cuando observo que en ti están dormidos
el amor, el cariño y la ternura.
Un dolor que me embarga y que me apura,
pues no siento tus labios encendidos
ni contemplo en tu pecho los latidos
alterados por esta desventura.
El tiempo va pasando y la confianza
se disuelve en el lumen de tus ojos,
y se cierra con tétricos cerrojos
que no puede romper ninguna lanza.
Doloroso futuro el que me espera
y la angustia que al alma le provoca
carecer de los besos de tu boca
y sentir que no habrá ya primavera.
No habrá ya en esta tierra tan hermosa
una luz en mis horas de dolor,
sea un himno que cante el ruiseñor
o el olor desprendido de una rosa.
No me queda otra opción que la esperanza,
caminar entre el llanto y el ensueño,
y poner en vivir todo el empeño
que, en hablando de amor, el alma alcanza.
SOMBRAS ADORMECIDAS
Sobre el suave remanso del agua transparente,
donde ya las estrellas van vibrando en la noche
y la luna cabalga como un jinete alado
hacia un mundo lejano ausente de blasones,
va sonriendo sin tino, camino sin retorno,
en su mente dormida no existen turbulencias,
caudal de agua perdida no riega los jardines,
envuelta en negros velos se siente prisionera.
Es igual que una flor que pierde su corola,
es pájaro sin alas condenado al silencio,
semilla que ha caído sobre suelo baldío,
estrella que en la noche se sume en cautiverio.
Mostrando va en su cara un halo temeroso,
de la aurora a la noche se siente acongojada,
la voz del pensamiento no resuena en su boca
y lentamente en ella se pierde la mirada.
La nebulosa extiende sombras adormecidas,
su corazón escucha un profundo oleaje,
a veces un temblor demuestra que está viva,
y se siente feliz cantando sus cantares.
Pero ahí está, entre hipidos, sin vida ni esperanza,
en un mar de preguntas a las que no hay respuesta,
cargada de silencios, entornando los ojos,
no le sale la voz, prisionera en su lengua.
TU AMOR Y EL MÍO
Cuando estrecho tu cuerpo con ternura
sintiendo a mi pesar escalofríos,
quiero abrazar tus labios con los míos
y así apagar mi sed en su frescura.
Beber eternamente la dulzura
ingrata de tu amor, tus desafíos
vencer y trabajar en tus eríos,
quiero, así, disfrutar de tu hermosura.
Amarte con pasión en la alborada,
sentir tu corazón latir con brío,
sorber tu respirar en la almohada.
Y en tu templo de amor, sin desvarío,
prendida la pasión, descerrajada,
fundir con ilusión tu amor y el mío.
UNA RÁFAGA
Apareces en los umbrales
del misterio
como el trigo que transpira de la tierra,
como un soplo que llega de los montes.
Eres tan solo una ilusión
que se ondula en los márgenes del tiempo
desde un límite sin medida,
un chasquido de la luz,
una nube blanquecina que se esfuma en un instante.
Eres un grito en el silencio,
un eco que resuena en los valles,
una estrella fugaz que apenas se divisa,
parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol,
una gota de lluvia en el desierto.
Y eres una ráfaga que humilla a los árboles del bosque:
ese viento que hiela la sangre,
que pasa sin apenas enterarnos
y nos indica que ha llegado la hora
de cerrar las ventanas
y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
¡Vida nuestra, tan solo un soplo, un instante,
una ráfaga de viento!
POEMAS EN HOMENAJE A MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN
UN SONET IMPERFECTE PEL MÁXIMO
Primavera, tardor, hivern i estiu
a tothora escrivies pro volant
te’n vas nar de nosaltres : el més gran,
el més líric, tenaç i el més actiu.
Vesties d’impecable executiu,
eres amable i bo, gentil, galant,
-també segurament un bon amanti
amorós cuidador ple de caliu.
En néixer obrim la vida. Maleïda
l’altra vessant de viure és la mort
o és a l’inrevés, destí o sort:
no hi hauria la mort sense la vida.
Máximo, on ara estiguis, cel o port,
que tots els déus et donin, merescuda,
amb un ram de llorer, la benvinguda!
Glòria Forasté
NIVEL MÁXIMO
Te marchaste de repente,
siempre volaste muy alto,
y dispuesto a dar el salto,
fuiste muy autoexigente.
Lo mismo que los cipreses
apuntando siempre al cielo,
y apartándote del suelo
para esquivar los reveses.
Tú viviste cada día
aumentando tu autoestima
en mundos de fantasía.
Siempre detrás de la rima
hasta aquel último día
en que alcanzaste la cima.
Juan Pablo Martínez
EL ÚLTIMO SONETO
A Máximo, querido compañero de Metáfora
Qué lejos de la muerte, tan entero,
puntual en el taller cada semana,
no podía contigo la desgana,
cumplías el deber siempre el primero.
La muerte y su zarpazo traicionero
tiñe con su negrura la mañana,
y sentimos tu ausencia tan cercana
de hombre cabal, poeta y caballero.
Tu último soneto en el dossier
dejó tu huella y tu sabiduría,
aunque siempre querías aprender.
Compañero, será duro emprender
nuevos caminos sin tu compañía.
Hoy llora su orfandad la poesía.
Juliana Mediavilla
CUANDO MUERE UN POETA
¡Qué tristes se quedan las calles cuando muere un poeta!
¡Qué solos los verbos!
Metáforas atónitas se enredan en cuadernos mudos.
Aquella inspiración que todo lo podía, vaga sin rumbo ni medida
y arrebatada de un ayer prodigio
no encuentra corazón ni mano ni amor que la contenga.
¿Por quién doblan las campanas del poeta ausente?
¿Adónde van sus frases inconclusas?
Sus ojos que todo lo miraban ya no serán historias
ni traducirán vida en papeles poemados.
¡Qué tristes se quedan las calles cuando muere un poeta!
Luz Cassino
PARA TI MI RECUERDO
Te gustaba el soneto al escribir
con tu voz clara y limpia de poeta.
Con la mía hoy te lloro, cual saeta,
canto del corazón, triste sentir
del claro de tus ojos sonreír,
del tono peculiar, cuando interpreta
con señorío y con templanza quieta,
amores y tormentos del vivir.
Compañero de clase, no te apartes...
Atento y caballero, algo quijote,
volaste hacia la senda de las artes,
cuando el tiempo en tus versos quedó quieto
en caminos lejanos, cual azote,
y Lorca adormecido en tu soneto.
Maria Teresa Ferrer
TU GARGANTA SONÓ…
Tu garganta sonó en vibrante poética,
esta savia guardada que fluia cual río.
Penetrante hechizo dejaste en el vivir,
penetrante el aroma que rescató tu amor.
Marta García Sentís
A MÁXIMO
Parlem de tu, però no pas amb pena.
MIQUEL MARTÍ I POL
COMENTARIO AL POEMA “UNA RÁFAGA” DE MÁXIMO GONZÁLEZ MARTIN
UNA RÁFAGA
Apareces en los umbrales
del misterio
como el trigo que transpira de la tierra,
como un soplo que llega de los montes.
Eres tan solo una ilusión
que se ondula en los márgenes del tiempo
desde un límite sin medida,
un chasquido de la luz,
una nube blanquecina que se esfuma en un instante.
Eres un grito en el silencio,
un eco que resuena en los valles,
una estrella fugaz que apenas se divisa,
parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol,
una gota de lluvia en el desierto.
Y eres una ráfaga que humilla a los árboles del bosque:
ese viento que hiela la sangre,
que pasa sin apenas enterarnos
y nos indica que ha llegado la hora
de cerrar las ventanas
y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
¡Vida nuestra, tan solo un soplo, un instante, una ráfaga de
viento!
MÁXIMO GONZÁLEZ
COMENTARIO:
SE ACOMODA LA NIEVE
A Máximo González Martín
In memoriam
Va perdiendo de a pocos la riera
su intermitente son, credo devoto,
cantata entretejida con las voces
del jilguero y la rana,
el mirlo y las rapaces.
En la sed de su lecho la vida se detuvo
como cesó la fuente y en los pozos
el eco polifónico del trueno cuando llama
a aquellos cuyos rostros ya no existen.
Hoy pesan sus ausencias igual que se acomoda
la nieve en los balcones del lado de la umbría
durmiendo su nostalgia.
Mi llanto ante la muerte solo es eco
de la rabia del bosque cuando el agua no llega.
No me encuentro las lágrimas.
Perdimos un amigo hace unas horas,
un amigo poeta.
Y no consigo aún dar paso a su silencio.
Quedó sobre la mesa
el último soneto sin su firma,
herencia de su voz en nuestras manos.
Mercedes Carrión
ADIÓS A MÁXIMO GONZÁLEZ
-Tengo que darte una mala noticia: el viernes pasado, murió Máximo. Paseaba por Segur de Calafell con una amiga, le dio un mareo y antes de que llegara la ambulancia, había muerto. Ya lo han enterrado.
Cómo te envidio, Máximo, buen amigo,
siempre tan amable, bondadoso, atento,
tan fuerte, tan erguido, tan apuesto,
correcto en todo,
aplicado, capaz de hallar entre las penas
la alegría, entregado en silencio.
No veré más tu sonrisa cada jueves,
no estrecharé tu mano con la mía,
no oiré tu voz, ni te gritaré un poco
para que me oigas mejor.
Después de tantos años.
Te echaremos de menos, buen amigo.
No leerás tus versos impecables
en recio castellano.
Ni gozarás, ni te disfrutaremos.
Llegó tu hora.
Y con tu suavidad, con tu elegancia,
como si no fuera contigo,
hiciste mutis y ya no volverás.
Te queremos.
Pedro Casas Serra
MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN: “UNA RÁFAGA DE VIENTO” (Alkaid, 2017)
A Máximo,
compañero entrañable del Grupo Metáfora
PRÓLOGO, por Juliana Mediavilla Pablo
Me cuesta mucho prologar a un compañero que ya no está con nosotros, que se nos fue de golpe al día siguiente de hacer su último taller en Metáfora. Me cuesta sobre todo no poder comentar con él todas mis impresiones sobre su poesía e intercambiar nuestros pareceres.
Sabemos que estaba haciendo una selección de sus poemas y quería publicar una antología, pero la muerte lo sorprendió sin poder cumplir ese sueño. Nunca la muerte ha respetado calendarios y, mucho menos, sueños.
Los compañeros de Metáfora, grupo poético del que formaba parte, acordamos publicar ese libro. Será nuestro homenaje al poeta cercano, cuya ausencia nos resistimos a asumir; al hombre que no faltaba nunca a la reunión semanal; al compañero entrañable y respetuoso que siempre hacía los deberes y participaba en todas las actividades del grupo.
Máximo llegó a la poesía tarde, pero la convirtió en su pasión y fue una de las actividades más absorbentes en sus últimos años. Tuvo una formación clásica, leyendo a los grandes poetas del Siglo de Oro. El soneto supuso para él todo un reto, descubriendo que la armonía y la perfección no vienen de la mano de la inspiración sino también del onocimiento y el dominio de las normas poéticas. Se interesó siempre por la preceptiva poética, porque a pesar de ser el mayor del grupo, era el más aventajado en el aprendizaje y estudiaba con el mismo interés que un muchacho. Aunque su voz era clásica, su curiosidad poética le llevaba a analizar no solo los poemas en métrica tradicional, también hacía incursión en los poemas de corte más moderno: verso blanco, verso libre, versículo o poemas en prosa, porque en los talleres se ha trabajado a muchos autores, desde diferentes estilos poéticos. Aunque él se movía mejor en los poemas de corte clásico en los que dominaba los acentos rítmicos, la rima y el recuento silábico.
Esa apertura hacia la poesía se correspondía también con una evolución personal, un abrirse al mundo, ampliando horizontes a través de la mirada poética.
Los temas que trata en su poesía son los grandes temas que han preocupado a los hombres y que han recogido los poetas a lo largo de la historia de la literatura. Destacan entre ellos el amor y la muerte. El amor visto como sentimiento casi necesario, como motor que mueve el mundo. Su poesía amorosa no se queda en el amor idílico, también incluye la relación amorosa, el deseo o incluso el erotismo: Cuando llegue la noche / ya sin remedio, / y nos traiga el vacío de luz que nos inunde, / y en el lecho, adormidos, se junten nuestros cuerpos, / las estrellas brillando, / antorchas
de ilusión, / velarán nuestros sueños.
La muerte está presente en la poesía de Máximo como complemento inevitable de la vida. En la lectura de alguno de sus poemas se nos presenta como algo premonitorio. Respondería un poco al tópico quotidie morimur : morimos cada día, porque la vida es un camino necesario hacia la muerte: Y en este caminar ya sin salida, / trabajando en silencio y sin tardanzas, / la muerte gana siempre la partida…
Relacionado con los temas anteriores, encontramos también la brevedad de la vida, el famoso Tempus fugit, al que hace alusión en muchos de sus poemas: Sin duda pasa rápido / es ráfaga de viento / que a su paso se lleva / las flores del almendro…
Otro tema recurrente es la presencia de la Naturaleza, evocada muchas veces desde la infancia. Muy fiel a sus orígenes, Máximo exaltó siempre la vida del campo, a pesar de su larga trayectoria de hombre urbano: Extendida en los campos de mi tierra, / el invierno ha dejado una gran sábana / de blancura especial y que refleja / los rayitos de sol en la mañana…
No podemos olvidar, porque lo vivíamos a través de él, lo que supuso para el poeta la enfermedad de su mujer y el progresivo deterioro físico y psíquico. No pudo luchar contra ello, pero dejó constancia en los versos de su dolor y su impotencia: Azucena perdida / que a falta de rocío, / entre truenos y rayos te estremeces, / y cuando ya ha pasado la tormenta, / te sientes relajada y miras como ausente…
Sirva este libro para que sus versos salgan a la luz y para acercarnos al poeta y al hombre que en el caso de Máximo eran las dos caras de una misma moneda.
Juliana Mediavilla PabloSabemos que estaba haciendo una selección de sus poemas y quería publicar una antología, pero la muerte lo sorprendió sin poder cumplir ese sueño. Nunca la muerte ha respetado calendarios y, mucho menos, sueños.
Los compañeros de Metáfora, grupo poético del que formaba parte, acordamos publicar ese libro. Será nuestro homenaje al poeta cercano, cuya ausencia nos resistimos a asumir; al hombre que no faltaba nunca a la reunión semanal; al compañero entrañable y respetuoso que siempre hacía los deberes y participaba en todas las actividades del grupo.
Máximo llegó a la poesía tarde, pero la convirtió en su pasión y fue una de las actividades más absorbentes en sus últimos años. Tuvo una formación clásica, leyendo a los grandes poetas del Siglo de Oro. El soneto supuso para él todo un reto, descubriendo que la armonía y la perfección no vienen de la mano de la inspiración sino también del onocimiento y el dominio de las normas poéticas. Se interesó siempre por la preceptiva poética, porque a pesar de ser el mayor del grupo, era el más aventajado en el aprendizaje y estudiaba con el mismo interés que un muchacho. Aunque su voz era clásica, su curiosidad poética le llevaba a analizar no solo los poemas en métrica tradicional, también hacía incursión en los poemas de corte más moderno: verso blanco, verso libre, versículo o poemas en prosa, porque en los talleres se ha trabajado a muchos autores, desde diferentes estilos poéticos. Aunque él se movía mejor en los poemas de corte clásico en los que dominaba los acentos rítmicos, la rima y el recuento silábico.
Esa apertura hacia la poesía se correspondía también con una evolución personal, un abrirse al mundo, ampliando horizontes a través de la mirada poética.
Los temas que trata en su poesía son los grandes temas que han preocupado a los hombres y que han recogido los poetas a lo largo de la historia de la literatura. Destacan entre ellos el amor y la muerte. El amor visto como sentimiento casi necesario, como motor que mueve el mundo. Su poesía amorosa no se queda en el amor idílico, también incluye la relación amorosa, el deseo o incluso el erotismo: Cuando llegue la noche / ya sin remedio, / y nos traiga el vacío de luz que nos inunde, / y en el lecho, adormidos, se junten nuestros cuerpos, / las estrellas brillando, / antorchas
de ilusión, / velarán nuestros sueños.
La muerte está presente en la poesía de Máximo como complemento inevitable de la vida. En la lectura de alguno de sus poemas se nos presenta como algo premonitorio. Respondería un poco al tópico quotidie morimur : morimos cada día, porque la vida es un camino necesario hacia la muerte: Y en este caminar ya sin salida, / trabajando en silencio y sin tardanzas, / la muerte gana siempre la partida…
Relacionado con los temas anteriores, encontramos también la brevedad de la vida, el famoso Tempus fugit, al que hace alusión en muchos de sus poemas: Sin duda pasa rápido / es ráfaga de viento / que a su paso se lleva / las flores del almendro…
Otro tema recurrente es la presencia de la Naturaleza, evocada muchas veces desde la infancia. Muy fiel a sus orígenes, Máximo exaltó siempre la vida del campo, a pesar de su larga trayectoria de hombre urbano: Extendida en los campos de mi tierra, / el invierno ha dejado una gran sábana / de blancura especial y que refleja / los rayitos de sol en la mañana…
No podemos olvidar, porque lo vivíamos a través de él, lo que supuso para el poeta la enfermedad de su mujer y el progresivo deterioro físico y psíquico. No pudo luchar contra ello, pero dejó constancia en los versos de su dolor y su impotencia: Azucena perdida / que a falta de rocío, / entre truenos y rayos te estremeces, / y cuando ya ha pasado la tormenta, / te sientes relajada y miras como ausente…
Sirva este libro para que sus versos salgan a la luz y para acercarnos al poeta y al hombre que en el caso de Máximo eran las dos caras de una misma moneda.
POEMAS DE MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN
A MI ABUELO
Abuelo de mis sueños e inquietudes,
te has ido sin pensar en el momento,
en medio de sotanas y ataúdes.
No sé cómo explicar lo que yo siento.
Estoy en un vacío que me ahoga,
no te puedo borrar del pensamiento.
Cómo debo librarme de esta soga
si abandonas mis pasos y me dejas
y en este mundo nadie por mí aboga.
No sé cómo decir a tus ovejas
que ya no volverás en la mañana:
cómo van a entender por qué te quejas
si cada día, a hora tan temprana,
te sirven de su leche la blancura
en puchero de barro o porcelana.
Cuando caiga la noche en la espesura,
quién va a contarme ahora aquellos cuentos
de los indios, de miedo y de aventura.
Y qué haré si soplaran otros vientos.
No abandones así a esta alma mía
y no me hagas sufrir estos tormentos.
¡Que me haces mucha falta todavía!
(1er premio en el VIII Certamen de Poesía de la Asociación
Cultural Poética LUZ DE LUNA 2014)
A MI ESPOSA
Sin querer se me llenan
estos ojos de lágrimas,
al ponerle el vestido,
al lavarle la cara…
pues me aprieta la mano
pero no dice nada.
Los ríos de la mente
obstruidos se hallan,
no riegan ya sus campos
y no sabe qué pasa,
y no sirve su esfuerzo,
se enclaustran las palabras.
Si vierais su frescura,
su imagen linda y clara,
parece una muñeca
de fina porcelana.
Es como si la Virgen
le prestase su cara
para andar por el mundo
y así ser la más guapa.
Se pasaron los años,
se pasó la alborada,
y ahora, en nuestro ocaso,
es pájaro sin alas.
Siento tal sensación
al verla así callada,
que a mi alma atraviesan
un centenar de espadas.
A MIS HIJAS
Estas son las mejores joyas que yo poseo.
(Cornelia, 189 a.C., a una matrona de Campania)
Son reflejos del sol en la alborada,
un guiño al corazón entristecido,
caricias para un alma ilusionada.
Venero singular, oro fundido,
dos rosas sin espinas, perfumadas,
que en cuidado jardín han florecido.
Mentes serenas, cumbres veteadas,
anémonas del mar de mi vivero
que destilan amor con sus miradas.
Son ojos de mujer, los que más quiero,
son el placer de un premio sus sonrisas
y en esta lotería, voy primero…
Son obras muy concretas y concisas,
dos joyas, un DESEO, un TROFEO,
dos bellas y adorables pitonisas.
A TI, MUJER
Si mi pena y mi alegría
has de en mis labios leer,
sea de noche o de día,
¡cómo no te he de querer!
Si al verme en tus bellos ojos
siento un inmenso placer,
si hay fuego en tus labios rojos,
¡cómo no te he de querer!
Si al abrazarte, cautivo,
ya se estremece mi ser,
si yo solo por ti vivo,
¡cómo no te he de querer!
Si a mi paso por la vida
tú me sabes comprender,
si eres mi guía querida,
¡cómo no te he de querer!
Y aunque el mundo, impenitente,
este amor quiera romper,
estarás siempre en mi mente.
¡Cómo no te he de querer!
AMOR PERDIDO
La marina, sin más, se nos perdió
por dejar el patrón el barco guía,
sin quererlo, mi amor también se hundió
un negro, triste, desgraciado día.
Éramos un candor, todo un delirio,
un solo amor rayano en la agonía,
gran sinrazón, felicidad, martirio,
sabor, abrazos, besos a porfía.
Oscuras nieblas van cubriendo el páramo,
la comunicación que se interrumpe,
y continuos reproches, ningún bálsamo,
dolor, inesperadamente irrumpe.
No ha vuelto el madrigal a la ventana;
incomprensión, rencor, claudicaciones
y justificación dudosa, vana,
sinfín de numerosas sinrazones.
Duro llegó el final, la despedida,
con qué tesón yo la seguí queriendo
que cuando vi que se iba de mi vida
mi corazón negó seguir latiendo.
AUNQUE ESTÉ MUERTO
Hace tiempo que sufro lo indecible:
depresión que me zumba en los oídos,
un dolor que me nubla los sentidos
y un mareo que danza irresistible.
La noche brota en torno a las farolas
y mi alma se oscurece entristecida
al verte en un rincón adormecida,
en un mundo infeliz gimiendo a solas.
No puedo soportar este delirio:
prefiero que me quiten la razón,
que pongan una venda al corazón
y acabe de una vez este martirio.
No comprendo por qué, por qué, por qué
me miras a los ojos y no me hablas,
no salen de tus labios las palabras
y nunca lo que piensas yo sabré.
Mi llanto suena a un grito en el desierto,
es rabia tenebrosa contenida,
es pena que me va a arrancar la vida;
pero yo te amaré aunque esté muerto.
COMPLICADO REDONDEL
Complicado redondel
hacer sin compás me aguarda;
rezo a mi Ángel de la Guarda
para escribir un rondel.
Es imitar a un corcel
o el vuelo de la avutarda,
complicado redondel
hacer sin compás me aguarda.
Un delicioso aguamiel
o una gramática parda,
saltar de un brinco una yarda
o manejar un cincel:
complicado redondel.
CON MI PENA Y DOLOR
Aquellos dulces besos que me diste,
en mi alma y corazón están clavados,
tal vez no los pensaste, ni supiste
que cuando dos no están enamorados,
la vida, al que sí está, se torna triste,
sus sentimientos van descontrolados.
Y ahora que no tengo tu querer,
dime, mi dulce amor ¡qué puedo hacer!
Recuerdos de aquel tiempo me entristecen,
pues puse en tu querer todo mi anhelo,
mas luego las estrellas se oscurecen
y se nubla el camino que va al cielo,
los lazos de pasión desaparecen
y no vas a encontrar ningún consuelo.
No sigas, pues la flor que tú plantaste,
con mi pena y dolor se ha ido al traste.
CORAZÓN DE CRISTAL
A Ana
¡Qué zalamera sonrisa!,
¡qué corazón de cristal!
y qué claridad mental
y fresca como la brisa.
Es como diosa Artemisa,
diosa que fue de la caza,
pues si con amor te abraza
y tu corazón requisa…
en sus garras quedas preso.
Es olvidar el dolor,
es encontrar el amor
en el tormento de un beso.
Y en tan plácido universo
y en el calor de aquel nido,
entre sus brazos, dormido,
te sientes de lleno inmerso.
CUANDO LLEGUE LA NOCHE
Cuando llegue la noche
ya sin remedio,
y nos traiga el vacío de luz que nos inunde,
y en el lecho, adormidos, se junten nuestros cuerpos,
las estrellas brillando, antorchas de ilusión,
velarán nuestros sueños.
Y en silencio, en las sombras,
nos amaremos,
sin que nada ni nadie enturbie el pensamiento,
impregnados de amor hasta llegar el día,
y juntos, respirar el aire limpio y tenso,
será nuestro deseo.
Comenzará de nuevo
nuestra andadura,
yendo por el camino que nos hemos marcado,
aunque la resistencia que nos provoque el viento
nos haga caminar con unos pasos lentos...
al final, llegaremos.
CUANDO VISTE EL CABELLO
Cuando viste el cabello de onda plata
y ya la sangre rígida se queda,
van las hojas remando en la arboleda,
la vida se presenta vil e ingrata.
Y cuando ya la mente se desata
y cambia con frecuencia de vereda
poniendo la razón en almoneda,
en nubes de atracción libre y barata,
se arrodillan los párpados llorosos
y se rompen cadenas de ilusiones,
los grillos se convierten en colosos…
Lo mejor de este parque de atracciones:
imitar el rugido de los osos
y reír y enfrentarse a los leones.
DA A LA MUERTE POR VENCIDA
Con entrega desprendida
se muestra el Manso Cordero,
pues por su amor verdadero
con su muerte nos da vida.
Tiene el alma dolorida
de un constante sufrir, pero
es de su Dios lo primero
y no tiene otra salida.
Él es Bálsamo y Herida,
es Señor y es Escudero,
Él es libre y prisionero,
es la bondad sin medida.
Arrastrado en su caída
y herido por el acero,
lanza el suspiro postrero
como obediencia debida.
Y la tierra, deprimida,
explota con ruido fiero:
descendido del otero,
da a la muerte por vencida.
DARTE MI CORAZÓN
A Ramona
Con toda la ilusión, hoy día anhelo
felicitarte el día de tu santo,
quiero que lo disfrutes tanto y tanto
que aquí puedas sentirte ya en el cielo.
Que vayas por el mundo sin recelo,
no tengas que sufrir un desencanto,
que la vida te trate con encanto
y que goces su suave terciopelo.
Que escuches del amor el tintineo,
un cariño sincero y complaciente
y puedas presumir de este trofeo.
Yo no quiero sentirme indiferente
y con este motivo, es mi deseo
darte mi corazón como un presente.
EL TIEMPO PASA RÁPIDO
Sin duda pasa rápido,
es ráfaga de viento
que a su paso se lleva
las flores del almendro.
Pasa como cometa
que atraviesa los cielos,
pasa como huracán
en la noche de invierno.
O pasa cual relámpago
antes de oírse el trueno,
pasa como la sombra
cuando brilla un lucero.
Es aullido del lobo
en un mar de silencio,
que se aleja y se aleja
como el canto del eco.
Es como la alegría
que se acaricia en sueños,
o como el triste amor
que se lleva mis besos.
¡Así pasa de rápido
sin darnos cuenta a tiempo!
EN UN SUSPIRO
Siento dentro de mí el gran deseo
de estrecharte en mis brazos con firmeza,
que tiemblen nuestros cuerpos así unidos
como un volcán que al estallar se eleva,
que apague con su lava los temores
y brille más la luz sobre la tierra.
Y yo, cegado de pasión sin freno,
quiero probar tu cuerpo de sirena,
besar tus ojos de color de mora,
morder tus labios con sabor a fresa,
libar las mieles de tus lindos pechos,
gozar tu excelsa piel de pura seda.
Y ahí, entre tus muslos, en silencio,
tu pubis rasurado, puerta abierta,
entrar sin pausa por tu cueva oscura,
correr tus calles vestidas de hiedra,
subir los montes donde ladra el lobo,
bajar los valles con su verde hierba.
Sobre tus carnes, cual caballo loco,
trepar la cima sin llevar las riendas,
buscar tu fuente y apagar mi sed,
sentir tu aliento de papaya fresca,
la espuma del placer en tus altares
y en un suspiro acabar la fiesta.
GRUPO METÁFORA
En el grupo de Metáfora,
que ya en sí es palabra mágica,
hay una gente específica,
gente de fiar, simpática.
Una, con cara beatífica,
es capaz de sentar cátedra,
tiene la mente muy lúcida
y la inteligencia análoga.
Otra, que en el verso es célebre,
escribe prosa de fábula,
o bien, con su vena artística,
canta un villancico a Málaga.
Parte siempre de la lógica
y enseña sus garras de águila,
discutiendo si es esdrújula
antes de pasar la página.
Aunque a veces nos da vértigo,
vivir las ondas es tácito,
es como estar en la cúpula,
estar en el punto álgido .
Aunque no usemos la química,
que no entra en nuestra temática,
sí unas flores de mandrágora
con sus propiedades báquicas.
En su catalán, atípica,
no discutas de gramática,
dice, de forma académica:
aquesta paraula és àtona!
Sentirse en el cielo séptimo
es vivir un tiempo sálico,
disfrutar de un sueño místico
o escribir un verso yámbico.
Su silencio es como un símbolo
de aquel pasado romántico,
su tilde es en la mayúscula
rápida, como un relámpago.
Se interesa por la música,
en la poesía, un órdago,
es experta en la lingüística,
su conocimiento es óptimo.
Con su vestimenta típica,
sin apuntarse a Capítulo,
el letrado se hace crítica
o nos fabrica un versículo.
Como reina del Elíseo,
su figura regia y áurea,
gesto duro un poco excéntrico,
seria, con pasión, pragmática.
Hay quien se involucra al máximo
y hasta derrama una lágrima,
pero, si no alcanza el mínimo,
habrá que pasarle página.
LA MUERTE GANA SIEMPRE LA PARTIDA
...cuando llegas, borracho
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida o los ojos todavía violentos...
JAIME GIL DE BIEDMA
Eres del tribunal el fiel reflejo
tratando de juzgar por qué padece
la jungla de tu estado y qué ensombrece
tu forma de pensar y tu gracejo.
Te sorprendes mirándote al espejo
al ver que tu mirar se desvanece
y que la voluntad se te adormece:
¡cómo vas arrugando el entrecejo!
Te quejas, te reprochas tus andanzas,
lloras tu juventud que ves perdida
y van muriendo en ti las esperanzas.
Y en este caminar ya sin salida,
trabajando en silencio y sin tardanzas,
la muerte gana siempre la partida.
LA VERDULERA
Qué lista es la verdulera,
pues, con su extensa sonrisa,
alegra el tiempo de espera
aunque tengas mucha prisa.
Cogollos de bella hoja,
aquí tiene el prototipo,
y unos puerros de Rioja
gordos, que quitan el hipo.
Tengo fresca la escarola
y maduro el aguacate,
pimiento rojo que mola
¡y qué rico está el tomate!
Y qué tierna la cebolla
con un gustar exquisito,
que al sereno se le embrolla
y le hace tocar el pito.
Y tengo una coliflor
del color de la azucena,
una acelga que es amor
y morada berenjena.
Compre, compre mandarinas,
pequeñas pero sabrosas,
no tienen huesos ni espinas,
exquisitas, primorosas.
Y pruebe usted el sabor
de esta opulenta manzana,
su dulzura es un primor.
¡Y regrese, usted, mañana!
LOS BESOS DE TU BOCA
Conseguir tu favor yo bien quisiera
y beber de las aguas de tu río,
y llenar de tu amor este vacío
y romper de una vez esta quimera.
Por qué, por qué mi pulso se acelera
cuando estrecho tu cuerpo junto al mío,
por qué llego a sentir tal desvarío
si no explota ya en mí la primavera.
Es como si de un nudo me librara
y empezase a correr carrera loca
y al llegar a tu lado preguntara
qué debe haber en ti que me provoca:
la sonrisa que muestras en tu cara
o el dulzor de los besos de tu boca.
MANTO DE ESTRELLAS
El termómetro marca bajo cero.
La noche se presenta oscura, larga y fría,
fría, larga y oscura.
El reloj de la torre de la iglesia
anuncia la una y media.
Dos jóvenes, portando una campana,
recorren todo el pueblo,
paran en las esquinas haciéndola sonar
lanzando su consigna:
Hermanos, levantaros al calvario de Serosas
a las dos.
El pueblo se reúne en el atrio de la iglesia,
todos bien abrigados,
van a llevar a cabo el ancestral
rito de caminar hasta la vieja ermita
rezando el Vía crucis
provistos de faroles,
pequeñas luciérnagas que marcan el camino.
Al llegar al arroyo
-no hay flores en la orilla, solo unos juncos crecen-
el susurro del agua parece unirse al rezo
de los sacrificados penitentes.
Estos suben al Gólgota,
la duodécima estación: Jesús muere en la cruz.
Al abrir la pequeña iglesia, un frío,
un gris de muerte frena sus pisadas;
las lágrimas que corren la cara de la Virgen
parecen congeladas en sus dulces mejillas.
Todos cantan la Salve
y regresan al pueblo entonando el rosario.
La Montaña en silencio les mira y les bendice.
El cielo está adornado por un manto de estrellas...
el termómetro da diez grados bajo cero.
Noche de Viernes Santo en Montealegre.
MIENTRAS QUEDE SANGRE
Yo te quise, mi amor, como quise a la vida,
y te quise en mis dudas y te quise en mis penas,
te quise como el cisne que a orillas del arroyo
remodela su canto en la noche serena.
Te quise, y el tormento que se centró en mi mente
goteaba sangre y sombras, dolores sin consuelo,
eran lágrimas frías, secas y transparentes,
eran signos de muerte, eran ansias de cielo.
Te quise cual la flor que cortas de su rama
en todo su esplendor, joven, llena de vida,
y aun sintiendo su muerte no te niega su aroma,
así te lo di todo, mis lágrimas y risas.
Te quise en los colores que forma el arco iris
de esas gotas de lluvia que dan su corazón,
y el sol las atraviesa con límpida ternura
y altivo las desgrana en vívido color.
Te quise como nube que posa en la montaña:
sin pedir nada a cambio ya le da su rocío,
volando cautelosa, al valle lo despierta
con música sonora y fuegos de artificio.
Siempre así te he querido, nadie puede negarlo,
y aunque estés entre sombras y negros pensamientos,
y mientras haya sangre corriendo por mis venas,
nada podrá impedir que te siga queriendo.
MIGUEL HERNÁNDEZ
En lunas de algaradas cenicientas,
mi espíritu, luchando enardecido,
tiembla a veces, un poco confundido,
tratando de calmar estas tormentas.
Inútil ocultar lo que tú sientas
si estás con el fusil comprometido.
Llega la noche oscura y al acecho
están los alacranes en mi pecho.
Yo sé que he de morir porque es mi sino
ese rayo maldito que no cesa,
que aprieta la garganta y tiene presa
de la zona pleural al intestino.
Ya nada puedo hacer porque adivino
que la blanca paloma al fin regresa,
y que habrá de salir a horas tempranas
para no alborotar a sus hermanas.
Cien años desde entonces han pasado
más rápidos que el sol de mi destierro,
cien años yo sufrí mascando el hierro
desde un triste cubil, amordazado.
Frontera de un callar amenazado
pasando frío y hambre como un perro,
mirando de soslayo por el hombro,
tristeza de la patria hecha un escombro.
MORIR CADA DÍA
Se comienza a morir cuando se nace,
el reloj nos programan sin retorno,
y aunque ello provoque algún trastorno
no hay nadie que, al momento, lo rechace.
Terrible y casquivana es nuestra suerte:
apenas conseguimos ver la luz,
sin saber que la vida es una cruz,
ya viajamos camino de la muerte.
Hay que estar en continuo movimiento,
ir marchando adelante, sin pensar
hasta dónde podremos arribar
pues la vida no para ni un momento.
Que habremos de morir es lo más cierto,
mas no hemos de pensarlo cada día
ni sufrir el martirio que sería
comprobar que en la vida ya hemos muerto.
NADA
Nada resiste al tiempo, vida mía:
domina al mar y frena al loco viento,
derrumba la pasión y el pensamiento,
y apaga sin piedad la luz del día.
Él acaba el dolor y la alegría
y rompe el corazón con un tormento,
él se lleva la vida en un momento
dejando la razón triste y vacía.
Nunca podremos su reloj parar:
sus agujas, tijeras de buen filo,
van cortando las horas como un hilo
que aunque duela, tenemos que aceptar.
No vale ser perfecto caballero,
no vale presumir de rica hacienda
ni soñar el mañana como prenda,
el tiempo no se compra con dinero.
Por eso es conveniente disfrutar
los momentos que surjan en la vida,
pues es una verdad no discutida
que el que escape, jamás ha de tornar.
NAVIDAD 2015
Con gran esperanza,
en la noche fría,
montada en la asnilla,
viajaba María.
Han llegado al pueblo,
se siente afligida,
no encuentra aposento
la Virgen bendita.
Allá, en las afueras
-un viejo le indica-
tienes un establo
-al verla cansina.
Allá se dirigen
y hallan compañía...
la vaca y la mula
que, lentas, pacían.
Y allí nació el niño.
Con gran alegría,
San José le acoge
con algarabía.
Todos los pastores
hacia allí caminan,
llevándole leche,
mazapán y endrinas.
Los Magos de Oriente,
que van a la cita,
le llevan presentes:
oro, incienso y mirra.
NO TRATES DE SENTIRTE INDIFERENTE
Si vuestra relación se ha enfriado,
si algún día tu amor llega al ocaso,
no culpes al azar de tu fracaso,
por más que sea amargo y desgraciado.
Piensa en lo que tal vez hayas fallado:
quizá no has visto el llanto en sus mejillas,
o has sido ciego a tantas maravillas
que, con su corazón, ella te ha dado.
Y si ves una luz, allá en tu mente,
que de pronto se enciende y te ilumina,
acógela, no seas inconsciente.
Préstate a disparar la adrenalina,
no trates de sentirte indiferente,
pon rocío a tan dulce clavellina.
NUNCA SABRÉ POR QUÉ TE QUIERO TANTO
Tú nunca entenderás lo que te quiero.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Nunca sabré por qué te quiero tanto,
no puedo comprender este martirio,
soy como tallo de un ajado lirio,
soy como pedestal sin un encanto.
Cuando al llegar el alba me levanto,
no puedo controlar este delirio
al verme envuelto en este largo cirio
que mi pecho traspasa con espanto.
Mientras yo me deshago dolorido
y tú libas las mieles de tu suerte,
sentirás de mi sangre el recorrido.
Cuando estés entre sábanas, inerte,
dormiré entre la niebla del olvido
prendido de tu amor hasta la muerte.
PALABRAS
Palabras y palabras que descombras,
¡cuántas se pierden en el mar violento,
envueltas en telón de nieve y sombras,
y de soplo feroz que empuja el viento!
No las busques después, lejos se han ido,
y quedan silenciosas con voz sabia;
tal vez vuelvan con gritos o sin ruido,
o cargadas de celos y de rabia.
Son voces de coral, son cielos de ave,
y puedes encontrar algunas francas
que lleven gran candor, pétalo suave,
envueltas como en tul de lilas blancas.
Colócalas en horno ya encendido
con virutas de amor, que en una noche
sean paloma blanca que haga nido
dentro de un corazón sin un reproche.
Palabra es una roca inconsistente,
es gavina que vuela sin temor,
un sinrazón de frío, fuego, muerte,
vida, odio, pasión, sombras, amor.
POESÍA
Estrella muy refulgente,
esencia, flor de jazmín,
excelsa por excelente,
enamorada hasta el fin.
Es espacio acogedor,
enervante flor de tilo,
espíritu ensoñador,
espada con doble filo.
Espléndida, exuberante,
encadenada en el verso,
expectante, muy brillante,
escultura sin reverso.
Encandilada de amores,
espiral larga, sin fin,
encendida de fervores,
enigma que es querubín.
Estimulante, da calma,
explosión de amor y gozo,
encrucijada del alma,
extraordinario alborozo.
Embajadora del arte,
escapada en libertad,
escultura y estandarte,
eximia, banalidad.
QUÉ DULCE DEVENIR
Estaba en el campo un día
de un verano caluroso,
tras un invierno horroroso
y una primavera impía,
cuando aquella hembra bravía
y llena de majestad,
desbordando humanidad
apareció en el estrado,
dejándome anonadado
sintiendo gran ansiedad.
Y ¡qué es lo que puedo hacer!
-me pregunté presuroso-
pues a fe que soy curioso.
Me hipnotizó esa mujer.
Anhelaba su querer
y nada me iba a impedir,
aunque hubiera de sufrir,
conseguir su amor un día,
y atracar en su bahía.
¡No se me va a resistir!
QUÉ GUAPA ES LA PESCADERA
Qué guapa es la pescadera,
su cara es de primavera…
De cuando nacen las flores
desde el monte a la ribera,
y cantan los ruiseñores
en el campo y la pradera.
Qué guapa es la pescadera...
¡Tengo fresquito el pescado!
-grita con voz de rumbera-
¡hay atún y bacalao,
puede elegir lo que quiera!
Qué guapa es la pescadera...
Con sus cuchillos de amores,
aunque dice que es sincera,
produce enormes dolores
cual mordisco de pantera.
Que me pueda enamorar
en nuestra cita primera
y me vaya a rechazar,
será una gran quimera.
Qué guapa es la pescadera...
Y aquí me tiene, encerrado
como pez en la pecera,
pues estoy enamorado
de su risa mañanera.
Qué guapa es la pescadera...
Y así tendré que esperar...
no será tan larga espera
si consigo enamorar
a esta niña zalamera.
Qué guapa es la pescadera,
su cara es de primavera...
QUÉ MALA SUERTE
Lloro por mis penas tanto,
que las lágrimas que lloro
tienen sabor muy amargo.
De qué me sirve quererte,
si tú te mueres por otro
y estás de mi vida ausente.
Siempre tuve la esperanza
de conseguir, algún día,
volver a mí la balanza.
De nada sirven mis penas
ni mis lágrimas ni ruegos,
no hay quien rompa estas cadenas.
Qué mala suerte la mía:
enamorarme de ti
creyendo que me querías.
RAYO DE LUZ
Es un rayo de luz que anuncia el alba,
es ventura sin fin, es alegría,
luminaria feliz, baño de plata,
es sonrisa de un loco que delira.
Es un sueño de amor, amor que mata
si no está, con tesón, correspondido,
es recuerdo del mar, concha de nácar,
es sabor, es virtud, licor divino.
Es sin par golondrina que en sus alas
lleva un canto de amor para mi amada,
no la arredran ni el viento ni las olas,
ni el calor, ni las nubes de borrasca.
Es auténtico juego de palabras,
sugerencias, ficción, una metáfora
que al poeta le absorbe y le enamora,
y le sirve unas horas muy amargas.
Es un sueño feliz, meta sin fin,
es corola de flor, no se marchita,
bienhadado jilguero saltarín,
es sinergia, pasión, es poesía.
RECUERDOS
Recuerdos de pasión nos sorprendían,
los dos sentados bajo el viejo roble,
viendo como las rosas ya se abrían,
¡cada caricia nos valía el doble!
Yendo por la vereda de aquel río
a beber de la fuente que allí mana,
el gallo despertando al caserío
y el continuo croar de aquella rana.
Disfrutar las mañanas de este abril,
de la dulce mujer enamorada
y el sabor de su risa juvenil,
¡qué ilusión el contacto con mi amada!
Y sus suaves mejillas encendidas
en que brillan la paz y el embeleso,
encontrar nuestras almas ya fundidas
y en su boca dejar prendido un beso.
Y a lo lejos, se escucha una canción
y palabras de amor que yo evidencio,
la campana, tocando ya a oración,
interrumpe de súbito el silencio.
Mientras la oscuridad iba avanzando
y con su tul cubría ya la tierra
y eterno amor nos íbamos jurando,
parpadeaban las luces en la sierra.
ROSAS SIN ESPINAS
Cerca del mar azul sopla la brisa,
la palmera se inclina ante su empuje,
el fuego, en la montaña parda, ruge
quemando lo que encuentra a toda prisa.
Yo no puedo evitar triste sonrisa
observando del fuego aquella llama:
igual mi corazón arde y se inflama
queriendo reventar en mi camisa.
Y en otra hoguera, cortesana y pura,
en llama de tus ojos me iluminas
y siento de tus labios la frescura.
El fuego, con tu amor lo difuminas,
y late un sentimiento de ternura,
y un suspiro de rosas sin espinas.
SE ASOMAN
Se asoman a sus ojos
unas luces que brillan en la noche.
Y en su cara hay amor.
Y hay un grave silencio.
Y llora y ríe y su mirar expresa
la sombra del dolor.
Y el alma desespera.
Y oigo una voz que es entre risa y llanto.
Y la brisa se hiela.
Y hay perfume de seda
en sus mejillas de color pintadas
por un beso de amor.
Y transcurren los días.
Y una angustia me cubre los sentidos
a lo largo del tiempo,
viendo como, sin pausa,
la rosa se consume en el jardín
sin ninguna ilusión.
SE OYE APENAS
Extendida en los campos de mi tierra,
el invierno ha dejado una gran sábana
de blancura especial y que refleja
los rayitos de sol en la mañana.
Y los niños del pueblo se divierten
revolcándose, libran sus batallas
que disputan, lanzándose a una guerra
con pelotas de lana almidonada.
El ambiente es de un frío que congela,
tiene el cielo el color de la mar brava,
mas los críos, jugando, ni se enteran
pues felices están con la algazara.
El arroyo que pasa por el pueblo
se ha tapado con túnica tan blanca,
que el susurro que lanza su corriente
se oye apenas, cubierto con tal capa.
SE VA DESVANECIENDO
Noche de luna llena:
baja de la montaña
sobre mullida alfombra de generosos pinos.
Con guiños rutilantes,
vigilan las estrellas
en el valle que espera emocionado.
Hay senderos en fuga.
En una encrucijada,
parpadean los ojos:
la oculta libertad de los deseos.
Cantando va su cántico aquel viejo molino,
cantando van las hojas de los álamos,
la fuente es un susurro que adormece.
Las raíces de un pino piñonero
saludan a la luna brotando de la tierra,
la mañanera brisa
despierta de su sueño amor y desengaños.
Y al borde del arroyo,
las cuerdas de una mítica guitarra
se mueven al compás del suave viento.
Y la noche se va desvaneciendo.
SI SUPIERAS
Si supieras,
si quizá supieras
lo que estoy sufriendo
por tenerte cerca,
por salir contigo,
por besar tus ojos,
por beber tus besos.
Si supieras,
si tal vez supieras
que soy hombre nuevo
cuando estoy soñando,
que el mundo no importa
conque tú me quieras
en todo momento.
Si supieras,
si tal vez supieras
que soy prisionero
de tu mente loca,
y aunque tú me digas
que sí, que me quieres,
seas mi tormento.
Si supieras,
si tal vez supieras
que ardo en el fuego
de escuchar tu risa,
disfrutar contigo,
y que ya la vida
funda nuestros cuerpos.
Si supieras,
si quizá supieras
que solo deseo
declarar mi amor
a los cuatro vientos,
y poder gritar
te quiero y te quiero.
SOLEDAD
Si supieras el peso y la amargura
que hace tiempo que ocupan mis sentidos,
cuando observo que en ti están dormidos
el amor, el cariño y la ternura.
Un dolor que me embarga y que me apura,
pues no siento tus labios encendidos
ni contemplo en tu pecho los latidos
alterados por esta desventura.
El tiempo va pasando y la confianza
se disuelve en el lumen de tus ojos,
y se cierra con tétricos cerrojos
que no puede romper ninguna lanza.
Doloroso futuro el que me espera
y la angustia que al alma le provoca
carecer de los besos de tu boca
y sentir que no habrá ya primavera.
No habrá ya en esta tierra tan hermosa
una luz en mis horas de dolor,
sea un himno que cante el ruiseñor
o el olor desprendido de una rosa.
No me queda otra opción que la esperanza,
caminar entre el llanto y el ensueño,
y poner en vivir todo el empeño
que, en hablando de amor, el alma alcanza.
SOMBRAS ADORMECIDAS
Sobre el suave remanso del agua transparente,
donde ya las estrellas van vibrando en la noche
y la luna cabalga como un jinete alado
hacia un mundo lejano ausente de blasones,
va sonriendo sin tino, camino sin retorno,
en su mente dormida no existen turbulencias,
caudal de agua perdida no riega los jardines,
envuelta en negros velos se siente prisionera.
Es igual que una flor que pierde su corola,
es pájaro sin alas condenado al silencio,
semilla que ha caído sobre suelo baldío,
estrella que en la noche se sume en cautiverio.
Mostrando va en su cara un halo temeroso,
de la aurora a la noche se siente acongojada,
la voz del pensamiento no resuena en su boca
y lentamente en ella se pierde la mirada.
La nebulosa extiende sombras adormecidas,
su corazón escucha un profundo oleaje,
a veces un temblor demuestra que está viva,
y se siente feliz cantando sus cantares.
Pero ahí está, entre hipidos, sin vida ni esperanza,
en un mar de preguntas a las que no hay respuesta,
cargada de silencios, entornando los ojos,
no le sale la voz, prisionera en su lengua.
TU AMOR Y EL MÍO
Cuando estrecho tu cuerpo con ternura
sintiendo a mi pesar escalofríos,
quiero abrazar tus labios con los míos
y así apagar mi sed en su frescura.
Beber eternamente la dulzura
ingrata de tu amor, tus desafíos
vencer y trabajar en tus eríos,
quiero, así, disfrutar de tu hermosura.
Amarte con pasión en la alborada,
sentir tu corazón latir con brío,
sorber tu respirar en la almohada.
Y en tu templo de amor, sin desvarío,
prendida la pasión, descerrajada,
fundir con ilusión tu amor y el mío.
UNA RÁFAGA
Apareces en los umbrales
del misterio
como el trigo que transpira de la tierra,
como un soplo que llega de los montes.
Eres tan solo una ilusión
que se ondula en los márgenes del tiempo
desde un límite sin medida,
un chasquido de la luz,
una nube blanquecina que se esfuma en un instante.
Eres un grito en el silencio,
un eco que resuena en los valles,
una estrella fugaz que apenas se divisa,
parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol,
una gota de lluvia en el desierto.
Y eres una ráfaga que humilla a los árboles del bosque:
ese viento que hiela la sangre,
que pasa sin apenas enterarnos
y nos indica que ha llegado la hora
de cerrar las ventanas
y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
¡Vida nuestra, tan solo un soplo, un instante,
una ráfaga de viento!
POEMAS EN HOMENAJE A MÁXIMO GONZÁLEZ MARTÍN
UN SONET IMPERFECTE PEL MÁXIMO
Primavera, tardor, hivern i estiu
a tothora escrivies pro volant
te’n vas nar de nosaltres : el més gran,
el més líric, tenaç i el més actiu.
Vesties d’impecable executiu,
eres amable i bo, gentil, galant,
-també segurament un bon amanti
amorós cuidador ple de caliu.
En néixer obrim la vida. Maleïda
l’altra vessant de viure és la mort
o és a l’inrevés, destí o sort:
no hi hauria la mort sense la vida.
Máximo, on ara estiguis, cel o port,
que tots els déus et donin, merescuda,
amb un ram de llorer, la benvinguda!
Glòria Forasté
NIVEL MÁXIMO
Te marchaste de repente,
siempre volaste muy alto,
y dispuesto a dar el salto,
fuiste muy autoexigente.
Lo mismo que los cipreses
apuntando siempre al cielo,
y apartándote del suelo
para esquivar los reveses.
Tú viviste cada día
aumentando tu autoestima
en mundos de fantasía.
Siempre detrás de la rima
hasta aquel último día
en que alcanzaste la cima.
Juan Pablo Martínez
EL ÚLTIMO SONETO
A Máximo, querido compañero de Metáfora
Qué lejos de la muerte, tan entero,
puntual en el taller cada semana,
no podía contigo la desgana,
cumplías el deber siempre el primero.
La muerte y su zarpazo traicionero
tiñe con su negrura la mañana,
y sentimos tu ausencia tan cercana
de hombre cabal, poeta y caballero.
Tu último soneto en el dossier
dejó tu huella y tu sabiduría,
aunque siempre querías aprender.
Compañero, será duro emprender
nuevos caminos sin tu compañía.
Hoy llora su orfandad la poesía.
Juliana Mediavilla
CUANDO MUERE UN POETA
¡Qué tristes se quedan las calles cuando muere un poeta!
¡Qué solos los verbos!
Metáforas atónitas se enredan en cuadernos mudos.
Aquella inspiración que todo lo podía, vaga sin rumbo ni medida
y arrebatada de un ayer prodigio
no encuentra corazón ni mano ni amor que la contenga.
¿Por quién doblan las campanas del poeta ausente?
¿Adónde van sus frases inconclusas?
Sus ojos que todo lo miraban ya no serán historias
ni traducirán vida en papeles poemados.
¡Qué tristes se quedan las calles cuando muere un poeta!
Luz Cassino
PARA TI MI RECUERDO
Te gustaba el soneto al escribir
con tu voz clara y limpia de poeta.
Con la mía hoy te lloro, cual saeta,
canto del corazón, triste sentir
del claro de tus ojos sonreír,
del tono peculiar, cuando interpreta
con señorío y con templanza quieta,
amores y tormentos del vivir.
Compañero de clase, no te apartes...
Atento y caballero, algo quijote,
volaste hacia la senda de las artes,
cuando el tiempo en tus versos quedó quieto
en caminos lejanos, cual azote,
y Lorca adormecido en tu soneto.
Maria Teresa Ferrer
TU GARGANTA SONÓ…
Tu garganta sonó en vibrante poética,
esta savia guardada que fluia cual río.
Penetrante hechizo dejaste en el vivir,
penetrante el aroma que rescató tu amor.
Marta García Sentís
A MÁXIMO
Parlem de tu, però no pas amb pena.
MIQUEL MARTÍ I POL
Hablamos de tu ausencia con pena, incredulidad y sorpresa.
-Si estabas bien- decimos.
-Si el día anterior, en la reunión de Metáfora, nos recitaste un largo poema como regalo de mi cumpleaños.
-Sí, tenías cosas, pero las controlabas.
Y siempre te mostrabas alegre y animoso. ¡Tenías un gesto tan afable!
Hablamos de la ilusión que ponías en todo.
Primero atendías al deber sagrado: Carmen.
Luego te entregabas a disfrutar de la música, del baile y de la poesía, sobre todo de la poesía, que la cultivabas con afán y a tus 84 años te daba vida.
Si había que componer un poema, tú aparecías con dos.
Y si se trataba de endecasílabos, miel sobre hojuelas, porque hay que ver cómo te hiciste con el oficio, cómo, a base de tesón, llegaste a dominar métrica y rima.
Escribías sobre la naturaleza, que la conocías muy bien, sobre tu infancia y tus orígenes, allá, en un pueblo de Valladolid.
Escribías sobre el paso del tiempo, pero tu tema preferido era el AMOR, así con mayúscula.
Tus ojos, siempre vivos, tu sonrisa, traslucían tanto interés por la vida.
Máximo, compañero, eras admirable. Cómo te echaremos en falta.
Matilde Marco-Si estabas bien- decimos.
-Si el día anterior, en la reunión de Metáfora, nos recitaste un largo poema como regalo de mi cumpleaños.
-Sí, tenías cosas, pero las controlabas.
Y siempre te mostrabas alegre y animoso. ¡Tenías un gesto tan afable!
Hablamos de la ilusión que ponías en todo.
Primero atendías al deber sagrado: Carmen.
Luego te entregabas a disfrutar de la música, del baile y de la poesía, sobre todo de la poesía, que la cultivabas con afán y a tus 84 años te daba vida.
Si había que componer un poema, tú aparecías con dos.
Y si se trataba de endecasílabos, miel sobre hojuelas, porque hay que ver cómo te hiciste con el oficio, cómo, a base de tesón, llegaste a dominar métrica y rima.
Escribías sobre la naturaleza, que la conocías muy bien, sobre tu infancia y tus orígenes, allá, en un pueblo de Valladolid.
Escribías sobre el paso del tiempo, pero tu tema preferido era el AMOR, así con mayúscula.
Tus ojos, siempre vivos, tu sonrisa, traslucían tanto interés por la vida.
Máximo, compañero, eras admirable. Cómo te echaremos en falta.
COMENTARIO AL POEMA “UNA RÁFAGA” DE MÁXIMO GONZÁLEZ MARTIN
UNA RÁFAGA
Apareces en los umbrales
del misterio
como el trigo que transpira de la tierra,
como un soplo que llega de los montes.
Eres tan solo una ilusión
que se ondula en los márgenes del tiempo
desde un límite sin medida,
un chasquido de la luz,
una nube blanquecina que se esfuma en un instante.
Eres un grito en el silencio,
un eco que resuena en los valles,
una estrella fugaz que apenas se divisa,
parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol,
una gota de lluvia en el desierto.
Y eres una ráfaga que humilla a los árboles del bosque:
ese viento que hiela la sangre,
que pasa sin apenas enterarnos
y nos indica que ha llegado la hora
de cerrar las ventanas
y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
¡Vida nuestra, tan solo un soplo, un instante, una ráfaga de
viento!
MÁXIMO GONZÁLEZ
COMENTARIO:
Tema enmarcado dentro del topos (motivo) clásico, VITA PUNCTUM EST, la vida es un punto inasible, se escapa velozmente de las manos.
Reflexión, una vez constatado el paso del tiempo, de lo que queda por hacer, que resuelve en una bellísima imagen: ha llegado la hora / de cerrar las ventanas / y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
El poeta, desde la amplia perspectiva que le proporciona la fugacidad de los elementos naturales, reflexiona a través de una variada enumeración de imágenes, sobre la brevedad de la vida humana. La vida aparece en los umbrales del misterio, y es tan solo una ilusión en los márgenes de un tiempo sin medida, versos de una intensidad poética estremecedora. Y tras una serie de imágenes enumerativas (entre las que destaco especialmente, por su belleza y originalidad, "parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol") y de los contrastes, reflexiona sobre lo que, una vez llegados a este punto del viaje vital, convendría hacer. Destacaría por su precisión la reflexión plural del poema, como muestra el sujeto del verso final “vida nuestra”, que nos incluye y afecta como humanos, recordándonos que todo tiene un principio y un final.
He de reconocer que es un poema que me ha impresionado por varios motivos: por la reflexión contenida en él, por las certeras imágenes y sobre todo por el tono, el reconocimiento sereno de estar en las últimas etapas de un viaje y todo ello mostrado a su vez desde la belleza contradictoria de la naturaleza, despojado de vanidades; lo que es, es, lúcido, terrible e inquietante y a su vez hermoso con las múltiples imágenes que se va desgranando a lo largo del poema, pese a que algunas como ese viento “hiela(n) la sangre” (la vida como un chasquido de luz, como un grito en el
silencio, como parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol).
Me emociona que aparezca primero la vida como un misterio y ese misterio que comienza con el trigo, continua en el viento, en el eco de los valles, en el chasquido de la luz, en la estrella fugacísima. Pero a su vez, además de misteriosa, la vida es presentada como una ilusión, como un eco que resuena, como el parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol o como un viento que humilla. La lucidez no puede ser nunca complaciente, es descarnada, entra en su definición, pero aquí, el balance lúcidamente equilibrado y el sujeto poético en su centro, dan muestra de una vida completa que reflexiona sobre el final de un ciclo (y digo esto porque los dos versos finales parecen aludir a otro ciclo posible, ya no físico o carnal, sino de fusión con el misterio del universo en forma de soplo o ráfaga de viento) y desde ahí enmarca la belleza, el misterio y la contradicción que contiene esa vida que nos ha sido dada.
Ya se lo he dicho, yo de mayor quiero ser como él.
Mercè FalcóReflexión, una vez constatado el paso del tiempo, de lo que queda por hacer, que resuelve en una bellísima imagen: ha llegado la hora / de cerrar las ventanas / y mecernos en la suave oscuridad de la noche.
El poeta, desde la amplia perspectiva que le proporciona la fugacidad de los elementos naturales, reflexiona a través de una variada enumeración de imágenes, sobre la brevedad de la vida humana. La vida aparece en los umbrales del misterio, y es tan solo una ilusión en los márgenes de un tiempo sin medida, versos de una intensidad poética estremecedora. Y tras una serie de imágenes enumerativas (entre las que destaco especialmente, por su belleza y originalidad, "parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol") y de los contrastes, reflexiona sobre lo que, una vez llegados a este punto del viaje vital, convendría hacer. Destacaría por su precisión la reflexión plural del poema, como muestra el sujeto del verso final “vida nuestra”, que nos incluye y afecta como humanos, recordándonos que todo tiene un principio y un final.
He de reconocer que es un poema que me ha impresionado por varios motivos: por la reflexión contenida en él, por las certeras imágenes y sobre todo por el tono, el reconocimiento sereno de estar en las últimas etapas de un viaje y todo ello mostrado a su vez desde la belleza contradictoria de la naturaleza, despojado de vanidades; lo que es, es, lúcido, terrible e inquietante y a su vez hermoso con las múltiples imágenes que se va desgranando a lo largo del poema, pese a que algunas como ese viento “hiela(n) la sangre” (la vida como un chasquido de luz, como un grito en el
silencio, como parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol).
Me emociona que aparezca primero la vida como un misterio y ese misterio que comienza con el trigo, continua en el viento, en el eco de los valles, en el chasquido de la luz, en la estrella fugacísima. Pero a su vez, además de misteriosa, la vida es presentada como una ilusión, como un eco que resuena, como el parpadeo de un anciano deslumbrado por el sol o como un viento que humilla. La lucidez no puede ser nunca complaciente, es descarnada, entra en su definición, pero aquí, el balance lúcidamente equilibrado y el sujeto poético en su centro, dan muestra de una vida completa que reflexiona sobre el final de un ciclo (y digo esto porque los dos versos finales parecen aludir a otro ciclo posible, ya no físico o carnal, sino de fusión con el misterio del universo en forma de soplo o ráfaga de viento) y desde ahí enmarca la belleza, el misterio y la contradicción que contiene esa vida que nos ha sido dada.
Ya se lo he dicho, yo de mayor quiero ser como él.
SE ACOMODA LA NIEVE
A Máximo González Martín
In memoriam
Va perdiendo de a pocos la riera
su intermitente son, credo devoto,
cantata entretejida con las voces
del jilguero y la rana,
el mirlo y las rapaces.
En la sed de su lecho la vida se detuvo
como cesó la fuente y en los pozos
el eco polifónico del trueno cuando llama
a aquellos cuyos rostros ya no existen.
Hoy pesan sus ausencias igual que se acomoda
la nieve en los balcones del lado de la umbría
durmiendo su nostalgia.
Mi llanto ante la muerte solo es eco
de la rabia del bosque cuando el agua no llega.
No me encuentro las lágrimas.
Perdimos un amigo hace unas horas,
un amigo poeta.
Y no consigo aún dar paso a su silencio.
Quedó sobre la mesa
el último soneto sin su firma,
herencia de su voz en nuestras manos.
Mercedes Carrión
ADIÓS A MÁXIMO GONZÁLEZ
-Tengo que darte una mala noticia: el viernes pasado, murió Máximo. Paseaba por Segur de Calafell con una amiga, le dio un mareo y antes de que llegara la ambulancia, había muerto. Ya lo han enterrado.
Cómo te envidio, Máximo, buen amigo,
siempre tan amable, bondadoso, atento,
tan fuerte, tan erguido, tan apuesto,
correcto en todo,
aplicado, capaz de hallar entre las penas
la alegría, entregado en silencio.
No veré más tu sonrisa cada jueves,
no estrecharé tu mano con la mía,
no oiré tu voz, ni te gritaré un poco
para que me oigas mejor.
Después de tantos años.
Te echaremos de menos, buen amigo.
No leerás tus versos impecables
en recio castellano.
Ni gozarás, ni te disfrutaremos.
Llegó tu hora.
Y con tu suavidad, con tu elegancia,
como si no fuera contigo,
hiciste mutis y ya no volverás.
Te queremos.
Pedro Casas Serra
Máximo González Martín (1932-2016). El mayor de seis hermanos, nació en Valladolid pero pasó su infancia en Montealegre, pueblo de su madre, donde se instalaron a causa de la guerra.
A los 19 años se alista en el cuartel de aviación próximo a Valladolid y estudia en la escuela de transmisiones. Dos años después se traslada a Barcelona donde fijará su residencia. Allí se casará y nacerán sus dos hijas.
Con un afán de superación que le acompañó toda su vida, trabaja y estudia contaduría, lo que le permitirá entrar de contable en Sederías Españolas. Estudia después inglés y alemán, conocimientos que le permiten trabajar en Iberia, empresa en la que finalizó su trayectoria laboral. Su trabajo le facilitó la posibilidad de viajar, realizando muchos viajes a lo largo de su vida.
Tras su jubilación, intensifica sus actividades culturales y en Calafell, su lugar de veraneo, entra en contacto con el mundo de la poesía, asistiendo a tertulias poéticas y formando parte de grupos poéticos.
En Barcelona colabora en diferentes grupos poéticos, como en el del Círculo de Castilla y León, el de la Casa de Valencia o el grupo Metáfora, este último adscrito a la Biblioteca Mercè Rodoreda, en el que se implica a fondo, participando en todas las actividades que el grupo realiza en torno a la poesía. También participa en el foro poético Aires de Libertad.
Fue premiado en varias ocasiones en diferentes concursos literarios.
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A los 19 años se alista en el cuartel de aviación próximo a Valladolid y estudia en la escuela de transmisiones. Dos años después se traslada a Barcelona donde fijará su residencia. Allí se casará y nacerán sus dos hijas.
Con un afán de superación que le acompañó toda su vida, trabaja y estudia contaduría, lo que le permitirá entrar de contable en Sederías Españolas. Estudia después inglés y alemán, conocimientos que le permiten trabajar en Iberia, empresa en la que finalizó su trayectoria laboral. Su trabajo le facilitó la posibilidad de viajar, realizando muchos viajes a lo largo de su vida.
Tras su jubilación, intensifica sus actividades culturales y en Calafell, su lugar de veraneo, entra en contacto con el mundo de la poesía, asistiendo a tertulias poéticas y formando parte de grupos poéticos.
En Barcelona colabora en diferentes grupos poéticos, como en el del Círculo de Castilla y León, el de la Casa de Valencia o el grupo Metáfora, este último adscrito a la Biblioteca Mercè Rodoreda, en el que se implica a fondo, participando en todas las actividades que el grupo realiza en torno a la poesía. También participa en el foro poético Aires de Libertad.
Fue premiado en varias ocasiones en diferentes concursos literarios.
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