Aires de Libertad

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    Olvido García Valdés (1950-

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 18 Sep 2020, 13:30

    .


    Olvido García Valdés (Santianes de Pravia, Asturias, 1950) es licenciada en Filología Románica y en Filosofía. Es co-directora de la revista Los Infolios y fue miembro del consejo editor de la revista El signo del gorrión. Entre sus libros de poemas destacan títulos como El tercer jardín (1986), Exposición (1990. Premio Ícaro de Literatura); Ella, los pájaros (1994. Premio Leonor de Poesía); Caza nocturna (1997) o Del ojo al hueso (Ave del Paraíso, Madrid, 2001). Sus poemas han sido recogidos, entre otras, en las antologías La prueba del nueve (1994), Ellas tienen la palabra ( 1997) y El último tercio de siglo, 1968-1998. Antología consultada de la poesía española (1998). Igualmente ha traducido al castellano a poetas como Pier Paolo Pasolini. En 2007 obtiene el Premio Nacional de Poesía, otorgado por el Ministerio de Cultura, con su poemario Y todos estábamos vivos.


    POEMAS:


    Eucaliptus y pinos rodean
    el pueblo de tu infancia
    (tan distintos, los pinos,
    de los que conociste más tarde
    ¿cuántas clases de pinos?
    ¿cuántas clases de infancia?
    Te curarás
    si vas a vivir entre pinos,
    dijo la curandera de voz dulce).
    Eucaliptus y pinos
    que no reconoces, que casi no recuerdas;
    y ayer por la tarde,
    cuando cayó el chaparrón de aguanieve,
    cuando ya estaba cesando,
    una mujer descuidada y medio cubierta
    la cabeza con una bufanda
    te preguntó si por esa calle se iba
    a una plaza (la de la Cruz Verde).
    No, vuelva hacia atrás y tome
    la primera a la izquierda,
    llegará todo recto.
    Y ella se dio la vuelta y andando
    apresurada, delante de ti,
    te iba hablando y decía:
    ¿la primera a la izquierda?
    Es que me confundí de calle…
    ¿Y por esta primera a la izquierda
    ya llego? Y tu le contestabas
    (cada vez un poco más alto), sí.
    Y no sabes por qué, por la noche,
    recordaste a la mujer, su forma
    de andar, su forma de hablar
    en fila india, sin mover la cabeza,
    y te recordó tu niñez,
    lo lejos que estás,
    y te recordó
    la cara de tu hijo y cómo a veces
    la sientes lejana y desconocida
    como una máscara.

    Olvido García Valdés (La caída de Ícaro, 1982-1989)


    Qué tiene este paisaje
    que está quieto
    en cualquier estación. La manera
    dormida de la tierra, de la hierba
    en la tierra
    que desciende del páramo,
    los almendros de nuevo florecidos
    sobre un suelo
    de naciente dulzura.
    No duele el nacimiento, a pesar
    de la ácida luz de algunas horas.
    Ser niño aquí, esconderse
    en lo oscuro, en la gruta
    de arcilla. Tiene ojos y acoge.
    Quedarse allí muy quieto y al salir
    correr por los senderos
    hasta el bosque de pinos
    y arriba recostarse contra el muro
    de adobe. Ver la ciudad abajo
    y las torres más altas.

    Olvido García Valdés (La caída de Ícaro, 1982-1989)


    En este lugar es sobrio el color
    de los pájaros
    -tordos, gorriones, alondras-,
    excepto a veces
    el de la abubilla y el jilguero
    o algunas lavanderas a la orilla del río.
    Bosques de cardos
    invaden las cunetas, enormes,
    de muchas variedades y formas.
    Me gustan
    los que al final del tallo
    -sólo una varilla delgada-
    abren su botón de luz
    y hacen ese ruido al secarse,
    cuando al atardecer los mueve
    el viento. Esa luz
    y esa música. Crepitan.
    En casa, en la pared,
    hay dos mujeres, una se llama
    Elena, tiene un lazo
    en la blusa y los ojos más tristes
    en el rostro. La otra
    se sienta al borde de la cama
    en una habitación de hotel. Ha leído
    una carta que conserva en las manos.
    Son tan distintos
    el gorrión y la alondra,
    pero yo amo la pureza
    del silbido del tordo,
    sobre todo en invierno;
    están en las antenas
    un poco alicaídos y barbudos
    y silban en el aire
    transparente. La tierra
    entonces es marrón
    y ni sauces ni almendros
    tienen hojas.

    Olvido García Valdés (ella, los pájaros, 1989-1992)


    Las flores de algunos árboles
    recién brotadas
    son como caracoles
    verdes, árboles invadidos
    de infinitos gusanos,
    levedad de materia.
    Me da miedo la luz,
    lo quieto de la luz,
    el hueso de tu sien
    contra la mía.

    Olvido García Valdés (ella, los pájaros, 1989-1992)


    Los campos amarillos devuelven con violencia
    lo que se pone en ellos. Lo sé
    ahora que sólo me devuelven amarillo.
    Cerca crecen los cardos,
    su poderoso verde
    dispuesto a consumirse,
    sus botones morados. Las collalbas
    se orientan hacia el valle
    esbeltas como pájaros de piedra
    marroquíes. Hace calor.

    Olvido García Valdés (ella, los pájaros, 1989-1992)


    Sólo lo que hagas y digas
    eres, incierto lo que piensas, invisible
    lo que sientes dentro de ti.
    ¿Qué significa
    dentro de ti? Nada eres si, como dicen,
    no es intersubjetivamente comprobado
    (al menos comprobable). Juan de la Cruz no es
    más que unos poemas. Emily
    Dickinson, Edgar Allan Poe, sólo palabras.
    ¿Qué significa
    intersubjetivamente? ¿Cuántos sujetos
    hacen falta? ¿Cuántos que digan
    a la vez: Juan de la Cruz, Emili
    Dyckinson, Edgar Allan Poe son cimas
    de la vida humana, cimas
    de la miseria humana en este hermoso
    mundo?

    Olvido García Valdés (Caza nocturna, 1992-1996)


    escribir el miedo es escribir
    despacio, con letra
    pequeña y líneas separadas,
    describir lo próximo, los humores,
    la próxima inocencia
    de lo vivo, las familiares
    dependencias carnosas, la piel
    sonrosada, sanguínea, las venas,
    venillas, capilares

    Olvido García Valdés (Caza nocturna, 1992-1996)


    allí donde entra el sol
    se queda; míralo en las piedras
    a las que da en verano
    cuando abren; vete
    a la catedral y tócalas; pero también
    la luna queda, es especial
    el cuarto en el que da, quédate
    en él a oscuras, se percibe muy bien

    Olvido García Valdés (Caza nocturna, 1992-1996)


    Es verdad lo que digo, cada
    palabra dice del poema la lógica
    del poema. Condición
    de real al margen de lo real.
    Lo real dice yo siempre en el poema,
    miente nunca, así la lógica.

    Olvido García Valdés (Caza nocturna, 1992-1996)


    Se dejaba caer sobre la cama
    con la ventana abierta,
    acompasaba todo el aire
    del huerto al respirar, los naranjos
    y hortensias, el olivo, los nísperos
    y rosas. Era profunda y leve
    esa respiración, hondo su sueño,
    todo tenía un regusto de ropa
    que el azulete aclara, punzante
    como el sol en el armario oscuro. Poder
    sentir el peso así en el cuerpo sin redes.

    Olvido García Valdés (Del ojo al hueso, 1997-2000)


    ……………………………...a Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina

    Un colirrojo, el primero aquí arriba
    emite su canto con extraña
    pureza. Dónde va el cuerpo
    cuando baja y baja, me pregunto
    con la aguja en la vena
    mientras ella pregunta ¿todo va bien?
    Un sujeto pasivo, se dice, el sujeto
    paciente que siente adelgazarse
    su hilo y baja y baja. En el alba
    lo escucho, en la raya primera
    del amanecer. ¿Hay partes
    formales en el mundo o todo
    somos tan sólo partes materiales?
    ¿La pureza del trino, la reiterada
    ansiedad de su armonía es diferente
    del chillido estridente de vencejos
    que en seguida comienza? Chillan
    como almas, como ratones
    que huyen y buscan agujeros
    en lo oscuro. Chillan, más agudos
    cuanto más veloces, en escuadrillas
    al cielo por esta calle estrecha. ¿Miden
    velocidad y distancia con su tono?
    El colirrojo ya no está. Sé fuerte,
    toma frutas, verduras de hoja,
    quizá de despedida, el monte se corona
    de brezos; como si fuera ciega,
    mira sin ver, se acerca, sólo se fija
    en el pomo brillante del paraguas,
    un instante lo toca

    Olvido García Valdés (Del ojo al hueso, 1997-2000)


    .


    Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 24 Mayo 2022, 05:17, editado 1 vez

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 19 Sep 2020, 13:42

    .


    Olivos extraídos de cuajo,
    taladas las ramas y viajeros;
    al adelantarlos miro
    la tierra que conservan como parte
    de sí, tierra roja, densa y entreverada
    de guijarros; muy blanca la sección
    de ramas y raíces, algo
    irreal la simetría, impropia
    de ancianos nudosos. Indiferencia
    o naturaleza, color de sangre

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    Son sandalias alegres como un baño,
    como un verano, como alegría
    del cuerpo o la salud,
    sandalias que ciñen pies que hubieran sido
    alegres -por gráciles, ligeros- si no fueran
    de quien son, si toda el alma
    en el cuerpo no cayera pensando
    que no es lo que quisiera, y que sabe bien
    qué es. Cuenta también con desdichas
    que podrían ocurrir como ir perdiéndose
    y que en vez de ampararla
    y conducirla, la fijaran
    a una silla en casa extraña hasta querer
    morir, y morir. Podría ocurrir
    que deseara caminar por no tener
    que sentarse; mover sin término los pies,
    sin ligereza o alma, por no volver
    a sentarse. Son estas sandalias
    rojo y carne alegres como un baño, si no
    pesaran en vez de volar sus pies alados.

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    Un alma pájaro vuelve y te llama,
    vuelve diciéndote: ven, vamos
    por el sendero este, junto al arroyo. Lo oyes
    como si el canto llegara desde lejos, sin
    abrir los ojos dejas que lo repita: el sendero este
    junto al arroyo. Un lugar así te parece
    de cuando recios pies no hollaran aún la hierba,
    de antes de que el río bajara tan oscuro y aquel cuerpo
    flotara junto a varas de mimbre. Qué despacio recuerdas
    y vuelves, es del gozo ese canto, no
    ruiseñor ni mirlo sino otro más tuyo, pájaro
    que llamara a la senda y frescura. Ya voy, ya
    voy, vas a decirle, y te demoras por oírlo de nuevo.

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    madres araña, las mujeres vamos
    siendo reales desde los treinta, llegamos
    a serlo a los cincuenta; algunas,
    madres; otras, sólo reales; arañas, si
    tienen hijas, hijas de araña, sí

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    Juntas en la cocina sin apenas
    hablar, un lugar no exclusivo
    de mujeres, que sigue al parecer siendo
    exclusivo. Casi nada en común,
    salvo contradicciones que sujetan
    y asemejan. Nos enmarca este espacio
    al que creemos ya no pertenecer. De ellos
    el mundo y la sala grande, conversación
    de lengua reductora, el chiste sexual,
    la perspectiva hollada, cierto
    poder, risas, el mundo. Al mundo
    salgo que es único consuelo, campos
    y árboles hoy que es mayo, y la savia
    estalla verde y varón según la lengua,
    el mundo que consuela y el que no,
    ajenos ambos hoy a mí, que camino
    con daño en lo ajeno que la vida deja.

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    qué largo el tiempo
    para la niña que peina a su hermana
    mientras la madre hace
    la cena de fin de año; luego
    ella misma se lava los cabellos
    y su hermana la peina; casi
    como si fuera su nochevieja primera
    todo va muy despacio y pide
    con uvas los deseos.

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    Viene enero con la muerte
    en su séquito, anciana
    de dulces rasgos y cáncer
    en vena cava y cóncavos
    huesos del cráneo. Así,
    arrebatada y fría va pasando
    junto a nosotros, cerca de mí. La
    miro adormecida o sapos que recorren
    los árboles bronquiales. La miro
    ahora, no sé si podré luego
    como a quien viene -porque
    así ha de ser- sin rencor.

    Olvido García Valdés (Y todos estábamos vivos, 2001-2005)


    .

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Angel Salas Vie 24 Sep 2021, 19:17

    Pedro: Grato es conocer la biografiá y versos, Olvido García Valdés. Mucha de su poesia en compañía de la Naturaleza....


    Un abrazo.
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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 27 Jul 2022, 13:21

    .


    Un poema más de Olvido García Valdés, de su obra La caída de Ícaro (1982-1989):


    LA CAÍDA DE ÍCARO

    1

    Los atardeceres se suceden,
    hace frío
    y las casas de adobe en las afueras
    se reflejan sobre charcos quietos.
    Tierra removida.

    Cézanne elevó la nature morte
    a una altura
    en que las cosas exteriores muertas
    cobran vida, dice Kandinsky.
    Vida es emoción.
    Pero quedará de vosotros
    lo que ha quedado de los hombres
    que vivieron antes, previene Lucrecio.
    Es poco: polvo, alguna imagen tópica
    y restos de edificios.
    El alma muere en el cuerpo.
    El alma es el cuerpo. O tres fotografías
    quedan, si alguien muere.

    También un gesto inexplicable,
    díscolo para los ojos, desafío.
    erizado. Cuerpo es lo otro.
    Irreconocible. Dolor.
    Solo cuerpo. Cuerpo es no yo.
    No yo.

    Lo quieto de las cosas
    en el  atardecer. La quietud,
    por ejemplo, de los edificios.
    El ensombrecimiento
    mudo y apagado.

    Como ojos,
    dos piedras azules me miran
    desde un anillo.
    Los anillos
    cuidadosamente extraídos
    al final.
    Como aquel de azabache y plata
    o este otro de un pálido, pálido rosa.
    Rostros y luces
    nítidamente se reflejan en él.

    En la noche como por un campo
    que desciende, corro entre arbustos
    y choco con algo vivo
    que trata de ovillarse, de encogerse.
    Es un niño pequeño, le pregunto
    quién es y contesta que nadie.

    Esta respiración honda
    y este nudo en la pelvis
    que se deshace y fluye. Esto soy yo
    y al mismo tiempo
    dolor en la nuca y el los ojos.

    Terminada la juventud,
    se está a merced del miedo.



    2

    Verde. verde. Agua. Marrón.
    Todo mojado, embarrado.
    Es invierno. Es perceptible
    en el silencio y en brillos
    como del aire.
    Yo soy muy pequeña.

    Un cuerpo caminando.
    Un cuerpo solo;
    lo enfermo en la piel, en la mirada.
    El asombro, la dureza absoluta
    en los ojos. Lo impenetrable.
    La descompensación
    entre lo interno y lo externo.
    Un cuerpo enfermo que avanza.

    Desde un interior de cristales muy amplios
    contemplo los árboles.
    Hay un viento ligero, un movimiento
    silencioso de hojas y ramas.
    Como algo desconocido
    y en suspenso. Más allá.
    Como una luz
    sesgada y quieta. Lo verde
    que hiere o acaricia. Brisa
    verde. Y si yo hubiera muerto
    eso sería también así.




    Otros poemas de Olvido García Valdés, de su obra ella, los pájaros (1989-1992):


    Algunas piedras
    se vuelven trasparentes
    con el sol, casi
    trasparentes. A veces,
    al caminar,
    me siento y las miro.
    Algunas almacenan luz,
    pulidas y cerradas,
    como si fueran vivas. Las cojo,
    están llenas de tierra
    por debajo, tienen un tacto
    áspero y fresco.



    *



    Hablo contigo,
    te hablo de una casa que he visto por la calle,
    descascarillada bajo la lluvia,
    o de cómo a veces
    me quedo sentada mirando sin ver
    o de qué extraños los pájaros.
    Te hablo, anciana, o hablo para mí,
    imagino tu cuerpo
    que se va aquietando poco a poco
    mientras coloco en una jarra
    unas ramas de almendro;
    las cogí hace tres años, pero no se han podrido
    ni han caído las flores.
    No significa nada,
    tampoco la casa bajo la lluvia
    significa nada, ni el lento
    deterioro, pero todo es extraño
    como pájaros.
    Recuerdo personajes
    de Ozu: el padre, la madre,
    son ancianos también, es su vacío
    antes de morir;
    mi vacío es este tiempo que se extiende
    reflejada en los otros,
    su envejecer, su fealdad es la mía.
    Te hablo,
    pero solo puedo hablarme,
    he sentido por ti el rencor que sentimos
    hacia los que hemos amado;
    ahora estoy tranquila,
    miro al vacío,
    te oigo dentro de mí.
    O de pronto paseo
    cerca de un puente, es finales
    de octubre, siento
    una alegría difícil de explicar.
    La alegría es misteriosa,
    externa como un chaparrón,
    la tristeza, en cambio, forma parte del ser,
    casi constante, solapada en todo caso,
    razonable siempre.



    *



    Hago gestos distintos,
    titubeo al cruzar
    una calle. Me siento
    en un café, observo los rostros
    de otras mujeres,
    me encojo,
    como si alguien fuera
    a tirarme una piedra.



    *



    Verde. Las hojas del geranio
    en la luz gris de la tormenta
    tiemblan, tensión
    de nervadura verde oscuro.
    Te mirabas las manos,
    nervadura de venas; si los dedos
    fueran deliciosos, decías.
    Al caminar
    apoyaba mi sien contra la tuya
    y en la noche escuchaba
    el ruiseñor y el graznido
    del pavo. Indiferencia
    de todo, oscuridad.
    Me llamabas con voz muy baja.
    Solo un día reíste.



    *



    Siesta del verde, ahogo
    de luz húmeda y baja,
    ruidos que se escurren
    entre la maleza, oscuro
    laurel. En el huerto, piescos y niso,
    sus huesos rojos, el tacto,
    hojas que vibran.
    Vi la casa y el deterioro
    de la casa. Tomé de ella
    la piedra de afilar
    que estaba sobre el mármol
    antes de irme.




    Otros poemas de Olvido García Valdés, de su obra caza nocturna (1992-1996):


    Mujeres con una única
    filosofía enunciable: lo que no mata
    engorda, todo aprovecha, también
    con una única y epecialmente severa
    norma de conducta:
    ............................pon
    atención, la máxima
    atención en no enterarte
    de nada, más aún si pudiera
    ir a hecerte sufrir. Llegan
    a viejas, generalmente acaban
    contando ellas la historia.



    *



    Nadaba por el agua trasparente
    en lo hondo, y pescaba gozoso
    con un pequeño arpón peces brillantes,
    amigos, moteados.
    Aquella agua tan densa, nadar
    como un gran pez; vosotros,
    dijo, me esperabais en casa.
    Pensé entonces en Klee,
    en la dorada. Ahora leo:
    estás roto y tus sueños
    se cuelan en tu vida, esa sensación
    de realidad es muy fuerte; estas pastillas
    te ayudarán.
    .................Dorado pez,
    dorada de los abismos, destellos
    en lo hondo. Un sueño subterráneo
    nos recorre, nos reúne,
    nacemos y morimos, más se repite
    el sueño y queda el pez,
    su densidad, la transparencia.

    ..............(Antonio Gamoneda, Jerónimo Salvador)



    *



    Este conocido temblor
    de las hojas con la brisa y este verde
    de abril como un vómito
    en la luz. Suficientes
    aún las antiguas palabras:
    no percibe el cadáver
    dulzura ni calor y sí, en cambio,
    el silencio y el frío,
    puesto que se percibe lo que se es.
    Discontinua vivvencia, porque todas
    aquí somos iguales
    . Como mirlos
    y mirlos esbeltos en el canto y en el negro
    intercambian sonidos:
    acepta la vida, el acorchamiento
    de la vida, desecha
    la vieja hybris, nada
    pierde quien muere, nada gana
    tampoco. Es nítido
    el sonido tras la lluvia,
    se percibe ahora el tren
    con violencia veloz, el obsesivo
    zureo de palomas.



    *



    El gesto de la boca previene la muerte
    también la mano
    también la luz
    en la garganta
    la claridad excesiva

    en ese tiempo cruces
    túmulos y la casa roja
    la soledad del rojo bajo el cielo
    la soledad de la mano

    se acomodan los humores
    febrero y reclinar la cabeza
    se hace solo peso el peso del cuerpo
    vivir sin ligereza intenso el cielo
    y frío todavía las casas son oscuras
    no recuerdo su voz solo la sensación
    de su voz.

    hilos sostienen la vida de los vivos
    hilos que enjugan

    ninguna elevación sin embargo
    puedo hablar a los otros
    miro frutas fresas
    antes de tiempo
    miro frutas la piel
    encendida de las naranjas



    *



    Acodados en la barra
    del bar
    poseídos de su propia
    importancia
    ellas juntas
    en la mesa de mármol
    ríen ríen ríen

    la que cierra los ojos
    salvar economía
    y apariencias blanco
    mantel
    solo lo hago por los hijos

    la noche mide las cosas



    *



    Un muchacho habla del cáncer
    de su madre, dos meses,
    la proliferación monstruosa
    de las células, cuando el médico
    lo dijo me caí.
    Me mira
    con fijeza, observo
    los círculos oscuros
    debajo de sus ojos.
    Oh Virgen
    del Bello País, de lagos
    y castillos en miniatura,
    de montañas nevadas y hierba
    intensamente verde, quisiera saber cuánto
    tiempo. Es por esta
    irrealidad, esa poilla
    que delante de mí revolotea,
    el delantal bordado
    de aquella foto en Van, mil novecientos
    doce, el ahogo
    de los sueños. En caso
    de ahogo busque el desierto
    . Solo
    limpieza y huesos, luz
    arenosa, hálito, no hálito.



    *



    Este es un ejemplo: se trata de una imagen
    del XIII (el XIII con su cúpula), una Virgen
    sentada en el jardín, altiva y sola (la única
    que yo conozco en su especie). Observen
    en el prado las flores esmaltadas,
    las hojas, el azul ultramar y el rojo
    extraño como un incendio. Observen
    su rostro, se llama féretro luminoso
    de su puro
    ; a la izquierda, el halcón
    anuncia que el alma emprende el vuelo,
    al fondo el río, casi un hilo,
    se pierde. Es forma la pintura

    Ella hacía ganchillo, puntillas para sábanas, le resultaban difíciles los gestos por la artrosis, sus largos dedos agudos. -Estas de araña son las más guapas -dice-, son las que más me gustan, aunque tengo una pena muy grande por el nenín. Un día, antes de caer enfermo tenía una araña roja en la espalda, muy grande, así -y señala con el puño el tamaño-, casi no podía arrancársela, y despué le salieron aquellas ronchas rojas. Pensé si se habría muerto por eso, pero no, tenía endocarditis aguda, el médico lo dijo, como si el corazón se fuera haciendo más grande cada vez y no cupiera en la caja. Era por la miseria. Yo traía brazadas de habas a la cocina para deshacerlas allí y con ellas venían arañas. Todo era trabajar y trabajar-. Se calla, sigue con la aguja y el larguísimo hilo, -¿no te gustan a ti?-. Es morena, tiene ojos oscuros de pájaro desarbolado. El amor, arañas bajo los ojos, féretro de su puro, decía.

    Si falla
    la memoria, todo quiebra;
    si es escasa, empero,
    significa: aquel valle
    tan dulce y tan sombrío.



    *



    La locura parece ser eléctrica
    y rae; alguien dijo: cámaras torvas
    y yo pensé: calm y dulzura.
    El color de la noche
    es sin fluido, sin fluido
    la víscera.



    *



    Sueña la cigüeña y pesa el cuerpo
    cuando entra al recinto, suena la voz
    y es transparente el cuerpo
    que canta alma mía, recobra,
    la voz llena el recinto, la calma,
    es transparente el aire y es verde
    la llanura, no es transparente el lanto
    es siempre reflexivo, es por mí,
    diáfanos los años, la extrañeza
    que expande y toca el frío. Hemos
    conocido la verdad en los cuerpos y esa
    fue nuestra suerte, no otra cosa
    la vida y la memoria, lo desabrido
    de esta luz; aún cabe la esperanza oigo,
    vómito del gran pez, si ello
    fuera posible, tales eran las nubes
    y después en los cerros el brillo, todo tan irreal.

    Pedro Casas Serra
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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 28 Jul 2022, 03:58

    .


    Otros poemas de Olvido García Valdés, de su obra Del ojo al hueso (1997-2000):


    Sigue el proceso
    de las granadas que maduran
    y penden sobre el muro, observa
    el balanceo del ciprés, los efectos
    de un invierno de tormenta, saluda
    al jardinero como saludaría
    un artista a otro artista, pero siente
    la ira que es fijeza del rostro. Así
    estar vivo. Abandonado el huerto,
    de nada sirve ya la lluvia
    repentina ni su olor, prefigurada
    y tersa hoja de limonero,
    perdida elasticidad del pulmón.



    *



    Oye la buenaventura
    sin prevención y solo
    por el brillo en los ojos advierte: puro
    azar ser enemigo: que alguien
    quiera lo que quieres tú. Percibe
    lo musical de las palabras: la flor
    del romero que lo malo se lleva,

    las va viendo venir, y trae lo bueno; casi
    cualquiera sirve, se adhiere
    la palabra al afecto -según este,
    así oímos-, pero anhela
    un hablar que valiera por sí,
    como el saltamontes que ha elegido
    para morir una planta de brezo, quieto
    entre las ramas, más blanquecino cada día.



    *



    ...quienes
    pasan mucho tiempo solos terminan
    teniendo un oído muy fino.

    Djuna Barnes

    El color es del pez, el color
    es de la espina, de la raspa
    verde o azul del pez; en la arena, otros
    brillan, palpitan.



    *



    El sol de la mañana
    de enero envuelve el árbol gris
    y brillan todas sus ramas
    leñosas de rocío. La brisa mueve
    el brillo y hace ondear los hilos
    que hilaron las arañas, hilos al sol,
    pregunta desflecada por ductilidad
    y resistencia. Antes,
    quien tenía juicio para juzgar veía
    por encima de avatares y ejemplos
    una forma moral. La convicción juzgaba,
    tejía sin enmarañarse. Cuando se nubla
    el sol se apaga el brillo. Para quien escribe
    el largo poema por la muerte
    del padre, la convicción ordena
    lo que la lengua confunde y vida
    aniquila. Su convicción es norte,
    oriente, como si propusiera: en ese caso
    repliégate, mira desde más atrás

    .............................................resonancia
    que se expande en el pecho, líquenes
    nacen y se adhieren tenaces a la roca
    volcánica: en sus nichos desnudas
    vides e higuera, solo
    limones amarillos de un limonero nombran
    el contrapunto; mira con la añoranza
    de quien ya no está, dulce
    principio de este octubre

    ...................................¿y cómo mantener
    el icono sagrado que se elige? Quien
    convalece canta, canturrea
    su canción para sí, no la oye sino que canta,
    le sirve para orientarse, la voz
    humana, de quien convalece.

    (octubre de este enero)



    *



    a Javier Fernández de Molina


    Nombrar mas no decir: que pasen una a una
    cuentas sin término, madera
    dulce, fósiles huellas del mundo: duramos
    menos que un árbol, más que una mariposa, tanto
    como una urraca: huesos incinerados, cerro
    de greda. Es su turno, agita
    el dado y tíralo, objetos crecen, aletazos
    de milano encerrado; así se hace
    más apetecible y rubia la cerveza, más
    gruesos los palos de esta silla, las hojas
    del geranio más suaves y rizadas y olorosas:
    el mundo es fantasmal y está vivo, retícula
    de manchas y poros en la piel; todo
    cuando atardece se dora con la luz, en ella
    escucho aquel dibujo negro, blanco, verde
    y azul tornasolado de la urraca, ya entonces
    junto a la casa era así. Sobre lo que remueve,
    sobre lo que se inclina busca
    flores espigadas de tierra de maíz,
    a mar de oro raíz de sombra.



    *



    Busca equilibrio entre lo firme
    y lo flexible, ama maderas: arce,
    ébano, abeto; talla
    volutas, puentes, calcula
    con cuidado el grosor, la cualidad
    del alma; el alma, explica, no define
    el sonido pero condiciona el sonido,
    sirve de engarce, hace cuajar las piezas.
    Otra muchacha aprende, está resconstruyendo
    un instrumento antiguo, antes
    cortaba pieles. -La vida puede ser elástica
    si se sabe escuchar, hay que escuchar
    por dentro, yo quiero todavía
    ser mecánico, sonríe, ser mecánica-.
    Adhiere trocitos de tela en la madera,
    ambas muestran con la gubia la vía
    del caracol, todo huele a barniz.
    La imagen, recuerdo, es una
    sensación sin materia, deriva
    de la luz, específica forma del sentido.

    ............................(Barbara Meyer, Carmen Bodega)



    *



    No te engañen los líquidos
    colores del invierno, el azogue
    de charcas, delicadeza
    sin hueso no te engañe, hermosura
    es violencia o al menos debe
    contar con la violencia, con los verdes
    que cortan, con el negro
    que resuelve o reduce, de nieve
    el halo de la noche



    *



    Íbamos despacio por el parque,con el frescor
    y el sol de la mañana, deteniéndonos
    ante los patos quietos, cerca
    del agua, ante el pico rojo
    del cisne, junto a las flores
    de oscuros aligustres; despacio
    respirábamos la sombra, el sol
    desde la sombra, como si un cuervo
    nos trajera pan y carne



    *



    Ese cuerpo está vivo, yace
    en la calle, desnudo, reproduce
    el deseo que refleja e indaga
    en la violencia, en el
    sometimiento. No cauteriza, no ceja;
    después, muy poco a poco, abstrae.
    Muere por la medida. Cuando
    se dice amor ¿quiere decir
    medida? (Creen que puedes
    más pero yo puedo más. ¿Puedo más?)
    El  ocho de septiembre del año 85,
    un cuerpo desde un piso alto
    cae a la acera. Se dice que nada
    tiene esto que ver con el amor. Se dice:
    murió en circunstancias oscuras. (La misma
    oscuridad era la vida.) Se dice: la corriente
    continua de la vida se derrama
    en la apariencia presente.



    *



    En el pulso el temblor
    cuando comienza marzo y duda
    del referente de algunas palabras, de amigos,
    por ejemplo. De su referente en lo real,
    de la necesidad de referentes, de lo real
    de los referentes (y la frase transmitida: oh, amigos,
    no hay ningún amigo
    ). Qué suerte
    entonces nuestro cuerpo de pocitos oscuros.



    *



    Supo que hay un fondo
    en el vértigo, que luego todo fluye.
    Se concentra en el mínimo objeto, calcula
    si el sonido podría ser de sangre,
    fracasa. Entró un día en el vértigo, había
    en la nuca un lienzo
    al que llamó tristeza, salió
    a la calle y vio muy cerca el campo,
    la cegadora luz, la hierba rala.



    *



    Habla de líquenes, materia
    de la memoria, forma
    que se toma a lo informe
    por sedimento y desgaste, huella
    y gesto del conocer. Nos cría el enemigo, de él
    absirbemos potencia, ¿lo que quema nos salva?
    Deja el nombre su muesca, su torcido
    colmillo, deja su luz.



    *



    Casi sin cejas, él respira
    como un fuelle sulfata
    los árboles; poco a poco
    recupera expresión.
    Acaso se pudiera
    con el dolor producir música,
    como antaño
    un cuento contaba. No es así aquí.
    Hermandad de los cuerpos,
    el dolor es estéril; vivimos
    por exclusión en estos sótanos,
    lugar donde cada ángulo es medido.



    *



    a Almudena del Olmo

    El alma no tiene más belleza
    que la que muestra el cuerpo, mas susurra
    la noche y habla el corazón
    y acordados y oscuros querrían
    seguir siendo. No más alma
    en el cuerpo que la que el cuerpo
    expresa, textura
    mucosa que en la garganta siente
    sin objeto temor, velada piel
    de las ciruelas negras, fronda
    que el sol dora al caer.



    *



    Déjate sostener,
    reconoce consejos
    de protección al durmiente; sopla
    con dulzura en su oído. Mira
    el color de las granadas, permite
    que te impregne
    la sequedad y te sorprenda
    el corazón como un perro a lametazos.



    *

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 28 Jul 2022, 12:32

    .


    Otros poemas de Olvido García Valdés, de su obra Y todos estábamos vivos (2001-2005):


    Oye batir la sangre en el oído
    reloj de los rincones interiores
    topo que trabaja galerías, gorrión
    que corre ramas
    desnudas del tubo del ciprés

    .........................................no sabe
    de la tierra, cómo bordea o mueve
    piedrecillas, si en lugar más espacioso
    la madre amamanta topillos de la nueva
    camada, ciegos olisqueando, cuál
    la temperatura
    del hocico, de la ubre
    ni cuánto tardan pétalos, hoja
    rizada del roble en ser materia
    del manto, cuánto hueso
    de carnero o cuervo o plumas
    de empastarse e ir bajando cubiertos
    de otro otoño, nuevo corte
    de gente, mantillo, manto, maternidad
    .......................................................desde
    dónde, Perséfone, lo mira
    lo contempla
    en su corazón sintiendo cómo late
    la sangre en el oído



    *



    Lo material del tiempo es el movimiento,
    se halla fuera del alma, pero lo formal del
    tiempo es la medida del movimiento, viene
    del alma.

    Duns Escoto

    Levanta la taza de
    café y se la lleva a los labios, piensa
    en la confusión al oír los mensajes, cómo
    su propia voz grabada por error desde el coche
    le pareció otra voz. ¿Las voces
    que nos hablan son siempre en otro estrato
    la de quien las escucha? ¿Suenan
    en los huecos donde ocurre
    la vida? La pena, por ejemplo,
    con que se ha despertado por la noche,
    aunque no remitía
    a la voz que había creído oír en el teléfono,
    volvía a la niñez donde se hacía
    presente aquella voz.
    ...............................Dos días, dos veces
    miró el pueblo de lejos, y sí, esa figura
    de la pena.
    ...............Un espacio intermedio
    -hilo de sueño hila su sustancia, y la oquedad,
    una concavidad en que se cabe
    enteramente-. De pena, no de culpa,
    la sustancia.
    .................Lo anota, como si
    propusiera: mirar, no comer.



    *



    ¿Qué lugares vivimos ni siquiera tangentes?
    ..............................................................¿Mariposas?
    Un aroma dulzón, cierto olor
    corporal, de los pliegues más húmedos,
    ya secos, del cuerpo. Ojo oscuro
    que escruta desde más
    atrás.
    ........Cuando le hablo de ella,
    de su benigna intransigencia y su rigor, me la devuelve
    en fantasía: porque ella sufría, dice, comía como ellos. No
    fantasía: real la imagen y lo real. Como hogueras.
    ¿Y gato, no tienen ustedes gato?
    ...............................................La vida entre dos
    tiempos, dos pliegues de la mente.
    Entre repollo y lirios y luciérnagas. Cierta
    inclinación, y abrigo de lana berenjena y
    labio negro. Tenebra. No verticalidad. Se traslada,
    se desplaza y emite, buscando la de la
    garganta entre sus cavidades. Desde cavernas trae
    presentes verdor y velos
    blancos.
    ...........¿De qué hablamos cuando hablamos
    solos? Pentimento, Dibujar otra vez
    los nervios de las hojas,
    qué luz
    hubo,
    y ahora viaja en avión, línea
    anaranjada bordeando los párpados, eso
    de lo que habla.



    *



    Acedía, cólera, puntas
    del boomerang, de un ataque
    que regresa a la carne, bajo
    la uña a roer. Un sueño en contrapunto
    propone otra sustancia,
    desalojo de lo airado o inerme.
    En el sueño se hallaba
    y era yo no expresamente, no civilmente
    línea negra, margen, y entonces
    cálido calorcillo de alegria
    sabrosa, luz de ojo. El poema iba
    allí, adonde sin querer
    llega dulzura, aporta
    fuga o arrebato, humor amansa.



    *



    La cara que se le queda cuando se queda
    a solas, la cara que se es,
    la expresión que rodea los párpados,
    los ojos que se es, cierto
    temblor, un velo,
    ........................piel hilando
    ojo y mejilla, además del óvalo
    y cabeza, del rictus
    de la boca -piel que guarda
    el ojo en su cuenca y lo protege, que
    desciende y ladea por pómulo
    y mejilla, cualidad quebradiza
    que se queda



    *



    En mi casa me escondo por si alguien
    me quisiera ver que no me vea
    me escondo ahora
    que es diciembre con la luz
    apagada
    ............(¿eres
    quien llama a la desgracia?
    -desgracia, ven- ¿eres tú?)
    hedor animal de la guarida
    donde el frío donde
    paredes y negra
    de trapos



    *



    Con ligera mochila, anciana apenas,
    oriental casi en los rasgos, en cierta
    fragilidad de hueso y en lo frgal
    que la alimenta. Paso hacia
    la estación menudo y rápido, imagen
    última en el gris de la llovizna.
    Un relato y su voz -vivió sola
    largos años aquí mi compatriota
    sin nadie a quien hablar, de la casa
    al trabajo, desde la muerte de él,
    del trabajo a la casa, vivió muy sola
    aquí-. Temblorosas las manos,
    garganta leve, ponderada la vida.
    Tomates rellenos, ensalada
    y arroz, el anillo de plata -el artista
    ambulante
    - de ella vino, hip,
    hop, saludo de despedida, sabiduría.



    *



    Voy acarreando cosas como una vieja
    de pueblo. Lo soy. Y según pase el tiempo
    precisaré alforjas a las que ir echando
    todo lo imprescindible. Lo imprescindible
    es superfluo -fetiches, un libro, abanico,
    tijeras, cuaderno, pluma- como si
    cada vez más fuera
    aferrándome en vez de desprenderme
    a pequeñas cosas, salvoconducto
    para cruzar la calle o tomar café, ni siquiera
    los siete granos de granada. Y así no vamos
    a ninguna parte. Aparte gafas y llaves
    y efectos de belleza cosmética, un
    botellín de agua y un paraguas
    plegable que no pesa, todo acaba pesando.



    *



    Vamos cayendo como moscas,
    tener presente, de duelo y compañía,
    esa expresión: Pilar, Esther,
    Lucía, Teresa, Concha o
    Lola, Ángeles, Lourdes. No saber bien
    si se vive. Entre pararse y hacer
    sin descanso, alucinada la diferencia
    es de concentración o de ortopedia.
    Dejarse ir o remar un poco más
    contra corriente, no hacer pausas.
    .................................................Solo,
    de pronto, tiemblan las hierbas junto a
    los rosales, el césped que habría
    ya que haber segado, la brisa lo hace
    brillar, movilidad de cada brizna, zig
    zag, latiguillo en el hueso de la ceja.



    *



    Madres sordas y ciegas ofrecen música
    a hijas ciegas y sordas
    en sus regazos

    mirlos, tordos y palomas chapotean
    en el agua fangosa de la lluvia, pequeño
    estanque en el jardín, atardecer del 3 de enero;
    estaban las palomas, logró el mirlo ahuyentarlas
    haciéndolas salir con saltos bruscos; negro
    de giro y aleteos se recorta
    en el anillo blanco; bajan los tordos, dos,
    y regresa una paloma; trae ahuecadas
    las alas y parece más grande, se dispone
    a beber y remojarse, sacude, agita alas,
    espanta casi a los vecinos; improvisa
    un correteo hacia ellos que se suben
    a la base central y vuelan lejos;
    viene de nuevo el mirlo, se aleja
    la paloma, lo contempla otro mirlo,
    se acerca, beben y vuelan
    luego hacia los árboles

    madres sordas y músicas
    de hijas dormidas;
    vamos hacia la muerte, amor,
    vamos hacia la muerte



    *



    Y si está la culebra, ¿la veré? Temeré que esté, ¿y estará y la veré? Y si no la veo y está, ¿será pálida y plateada y putrescible como aquella, fugaz y sigilosa? ¿Y si está detrás de la casa, entre la hierba alta? ¿Y si están? Cerca de la acequia, entre las piedras, o donde se acumula la maleza y las ramas cortadas de la poda. Ahí habrá, aunque no las he visto; y si las hay, podría yo no estar. Como cintas de plata reptarían, como cíngulos, ceñidores del sol, como cabellos caídos reptarían con el sol por fuego y por caricia en el mediodía silencioso; entre rosas y pájaros. Que nadie oiría, porque no oyen.



    *



    El moño prieto, cabello tirante
    ciñendo la cabeza; vi cómo
    pasó de largo sin pedir a otros coches.
    Yo la había oído, había oído su voz
    y la insistencia, una más
    en el semáforo, había percibido
    cierto matiz o quiebro, el quiebro
    de quien habla con los suyos
    otra lengua. Pero no bajé el cristal ni
    moví los ojos ni le di respuesta. Luego,
    en el espejo, el moño prieto, la falda
    larga y amplia, la pulcritud, la tirantez
    del pelo. Ella y yo. Se establece
    contacto, aparece un estar propio de lo
    que llamamos condición humana.
    Y la falta de respuesta, de la pura
    condición animal.

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por cecilia gargantini Jue 28 Jul 2022, 15:17

    Me gusta mucho, amigo!!!!!!!!!!!!!!
    Algunos parten de la cotidianeidad, para dejar mensajes universales. En otros, nos lleva a mundos de la infancia con añoranza.
    Siento muy merecido ese Premio Nacional de Poesía.
    Graciassssssss, amigo, besossssssss
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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 29 Jul 2022, 02:46

    Gracias por tu interés, Cecilia. Para mí es uno de los descubrimientos poéticos más satisfactorios últimamente. Plantea un reto al lector.

    Un abrazo, Cecilia.
    Pedro

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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 29 Jul 2022, 10:21

    .


    Algunos poemas de Olvido García Valdés, de su obra Lo solo del animal (2006-2011):


    Esa agua es la casa de la nutria,
    el brillo oscuro
    su alegría fría,
    la corriente en la noche
    su rapidez de nadadora

    tú que fuiste pájaro
    tal vez gato
    .................ahora o nutria
    ojillos, piel que chorrea
    agua ahora,
    con patitas cortas sube
    a la roca y se atusa



    *



    Es de la familia, en cada generación elige, busca una voz, la
    la nuez de una garganta
    es el dinero el corazón del hombre, se balancea el balancín,
    elige los ojos que evitan ser reconocidos

    y yo, si pudiera
    también, pero no puedo, impídelo la autoridad
    la vaca en la pendiente como cabra famélica, cabras faméli-
    cas de Luis Cernuda

    elige fratrias
    se suspende cernida, se reconocen de la fratria, vuelven los
    ojos locos, saben que se quieren, reconocen las sillas, los
    palitos
    una hermana de la madre, la madre, una hermana del pa-
    dre, la hija, la hija de una hermana de la hija, el hijo, el hijo
    de la hija de una hermana de la hija
    la de la sombra
    es otra luz, monsieur le chat, monsieur le renard

    sonido elige,
    una tecla, una cuerda, la musiquilla viruta
    en un trozo de tubería sellada, soldado tintineo aleatorio

    salta, salta,pececillo, va por ti
    bien sabe
    cuán pronto se disuelven
    nombres que designan relaciones familiares



    *



    ¿Qué esperas, corazón? ¿qué quieres de mí?
    ¿Y aquel, Zenón de Elea, que se cortó la lengua
    de un mordisco
    y se la escupió al tirano?

    El ángel bueno el ángel
    malo dice: lo soportable lo
    insoportable.

    Quedan como la quietud
    las tomó (¿a una señal de peligro?
    ¿en un instante preciso de la caída
    de la luz? ¿por un trabajo o alambique
    interior?, en un panal de rica miel.

    Del otro acepto todo lo que no
    insoportablemente me desagrada
    lo acepto de corazón (¿quién puede aceptar
    de corazón lo insoportable, casi
    -eso que no se soporta- inhumano?).

    ....................Lo que hay de único y que hace de al-
    ....................guien alguien no puede ser comunicado.

    Algunas palabras hablan
    de la actitud; tolerante es actitud
    de quien puede, el otro
    es tolerado. ¿Quién
    eres tú?

    El ángel bueno el ángel
    malo dice: qué
    ideología. La historia de las mujeres muestra que la historia
    ha sido tolerante con las mujeres (el peldaño
    donde se desarrollaba su vida estaba
    un peldaño más abajo del peldaño
    donde se desarrollaba la vida de los hombres
    de quienes ellas dependían). La protección
    arrulla si no mata -¿será el amor?-.

    El sol nos diluye nos destensa y repliega
    como  azucarillos nos disuelve nada
    dulces, en el mar de calor nos deshacemos

    ....................Para que algo permanezca en la memoria
    ....................tiene que haberse grabado a fuego, solo lo
    ....................que no cesa de doler permanece en la me-
    ....................moria.

    Los grajos junto a las obejas es
    su interés el excremento verdes
    transparentes alamillos.

    La voz de la pérdida dice: qué raro no volver
    a oír su voz.

    Le parecían ángeles
    aquellos pájaros en tránsito
    garzas, martinetes y garzas
    al pie de la charca y la laguna.

    ....................Mejores son dos que uno; porque tie-
    ....................nen mejor paga de su trabajo. Porque si
    ....................cayeren, el uno levantará a su compañe-
    ....................ro. También si dos durmieren juntos, se
    ....................calentarán; mas, ¿cómose calentará uno
    ....................solo? Y si alguno prevaleciere contra el
    ....................uno, dos estarán contra él: y cordón de
    ....................tres dobleces no presto se rompe.

    Perros merodean cerca
    de un zorro, opaco
    el mundo en su espesor
    olores que identifican.

    ....................No te des prisa con tu boca; ni tu corazón
    ....................se apresure a proferir palabra delante de
    ....................Dios; porque Dios está en el cielo, y tú
    ....................sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus
    ....................palabras.

    ¿Qué sabes de lo verde, centinela,
    verde de invierno, miedo?
    Sin casi mantillo brota
    pura luciérnaga o savia
    hueco trasluz.



    *



    Es la cafetería de unos grandes almacenes, más
    allá, casi enfrente, dos hombres. En la mesa
    contigua a la suya, dos mujeres de leves
    rasgos orientales se disponen a irse, parecen
    madre e hija. Los dos dirigen
    al unísono la vista a sus traseros, casi
    al alcance de la mano. Su mirada, los
    gestos, las risotadas apenas contenidas
    traducen inaudibles la lubricidad de las
    palabras. Ajenas ellas, continúan
    una conversación que al pasar a mi lado
    escucho en lengu inglesa. Los ojos
    de los hombres han seguido el trayecto fijos
    en el mismo punto. No es seguro que a esto
    Freud lo llamara fase anal y me pregunto
    cómo afecta a las mujeres la escena, si sabemos
    al verla el lugar que ocupamos; nadie
    al parecer alrededor observa nada. ¿Cómo
    pueden, pregunto tras hacer relato, cómo pueden
    hablar así entre sí -Tal vez por la costumbre
    porque así lo han expresado y compartido
    desde chicos-. Ellos también, al volver sus
    mujeres y una niña del baño, se levantan y salen.



    *



    A lo lejos dos chopos tiemblan como lluvia
    y aquí el tordo mira desde la cúspide
    del tejado a cuatro aguas (¿impropio el punto
    para un tordo?). Tiemblan los chopos por ser
    de leves hojas y móviles pedúnculos. -Uno ya no sabe
    qué camino tomar-, dijo al  darse la luz. -No es del suministro
    salta si hay varios aparatos funcionando, pero de algún modo
    habrá que ir bajando las facturas-.
    .................................................En la cena el amigo
    evocó un cotometraje búlgaro. Una anciana vuelve
    de la compra caminando despacio. Se detiene
    ante el ascensor averiado, duda un instante, y
    sube luego, ascenso que la cámara sigue a tiempo
    real hasta el noveno piso; cuando al fin llega
    y va a sacar la llave, la bolsa se le escurre y rueda todo
    escaleras abajo. La mujer entra en casa y le explica
    al marido. Apiadado, se incorpora y se sienta
    al borde de la cama. -¿Dónde están mis
    zapatos? -Cómo puedo saberlo -le responde-, si
    hace tres meses que no te levantas. Y ahí se acaba
    el corto.
    ............(¿La fuerza de una imagen es efecto del punto
    en que se cruzan las asociaciones, o es solo su pureza
    la nitidez extraña y viva de una imprecisión?)



    *



    Así debió de ser: saludó a los vecinos
    que encontraba, una palabra a cada
    uno amable y oportunna (así dijeron) y
    entró luego en el río; la autonomía
    de la voz que habla y nada dice
    del alma y sus cuidados. A veces
    lo recuerda cuando alguien
    responde a la empatía
    afable de la voz, no al hormigueo
    de la hueca aspereza que resguarda
    ...................................................(plegaria)
    de la claridad del verde, hoja menuda), o quien
    no habla para que la voz no
    diga, dentro del animal la voz.



    *



    Qué bueno que murieron, si hubiera
    que llevarlos y traerlos por este
    raro mundo, benigna es
    la muerte para lo frágil
    de piel finísima y huesecillos.



    *



    Tenía la alegría de ir a verte, pensó
    que le diría si no acudía a la cita, la sustancia
    de los afectos, aun si hay error en
    la valoración de las personas, es
    a menudo diáfana


    ..........................de lejos viene
    el habla de los ancianos, ritmo, tendencia
    parlanchina o silenciosa en la pareja, consabida
    forma de acercarse a lo próximo


    ...............................................
    la mirada
    equívoca de la camarera a los clientes, amable y
    coquetamente cálida y al tiempo distanciada
    en la atención profesional, despectiva
    y asqueada al transmitir luego las órdenes


    ..............................................................
    era
    octubre con un calor casi de agosto salvo en la
    transparencia de azul atardecer, azul leve
    hacia lo blanquecino, no desvaído sino
    crecido en más diáfana luz, el cielo cerca debería
    llamarse, se ve que es aire, sí, y el dolor
    intransitivo, aunque la pena no



    *



    A los enfermos e
    impedidos diles ea
    solos estáis



    *



    El verde de diciembre, luz
    ciega de la tierra color topo
    o rata, color visón, el verde
    subterráneo en la desnuda
    costra de humo.
    .......................En la suerte no creo ni
    en los milagros, sí en el destino para lo
    fatídico, dice, para lo fatal y lo bueno.
    Si está de uno, es de uno, eso hay
    lo que rige la vida. Flor
    de pascua, diez de diciembre, trece
    seis quince es un buen numero
    y naranjos de naranjas amargas
    y frío seco para los piononos.



    *



    Fue primero una manifestación de Akmátova, no
    el mito sino el cuerpo Ajmátova, una aparición
    a media distancia, media edad, en una sala
    de embarque del aeropuerto de Viena; se movía
    acompasando un cochecito de niño, conversaba
    con sus compañeros de viaje, reía, aparecía
    alta y alegre y plena como una madonna
    con velos de la costumbre islámica y ojos claros.
    Así debió de ser, pensé, la risa y la pálida
    piel transparente, los directos ojos, algo
    como un bienestar de la vida o la confianza
    en el cuerpo, un poder que era solo
    un estar, la alegría de sentirse, icono
    de gracia inagotable como la húngara
    Virgen de Pötsh en Dom zu St. Stephan.
    ..........................................................Salir
    del metro, del pozo del metro -y abajo la rara
    capilla de Virgilio, imaginable santo
    subterráneo-, salir del pozo al cielo, no al azul
    de Viena sino au ciel du Midi o de Granada, y
    ver arriba el pozo de luz con su punto
    de noche en las alturas, las agujas aéreas, formas
    de una alegría que miraba encarnada -eco
    de aquella rusa- en esa centroeuropea musulmana.


    OLVIDO GARCÍA VALDES (De dentro del animal la voz (Antología 1982-2012), Cátedra, 2020.


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    Olvido García Valdés (1950-  Empty Re: Olvido García Valdés (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 09 Mar 2024, 05:40

    .


    Cuatro poemas más de Olvido García Valdés:


    UN IDIOTA ADULTO MECE...

    Un idiota adulto mece
    a la madre que ha muerto
    y que no le amó,
    a la que quiso matarle
    cuando era niño.
    La acuna y le habla suavemente.
    El amor es desamparo,
    el amor es amor
    y desamparo.



    TE BUSCO POR LAS CALLES...

    te busco por las calles
    de casas en ruinas y olor acre,
    no hay timbres ni nombres;
    te encuentro y me mira
    pequeño y envejecido, no eres tú,
    te pones un sombrero rayado
    de ala vuelta y mínima, te vas



    NO HAY PRINCESA SIN HADA...

    No hay princesa sin hada:
    no hay princesa. Ahí estoy
    ser otoño oscuro como túnel.
    Uno friega los platos
    embebidamente y piensa: ya falta
    poco, ya estoy acabando
    (una taza, cubiertos...). Y después
    sigue haciendo con gusto lo que queda
    sin prisa, sabiendo que ya acaba.



    CAMINA Y CONDUCE CON UNA MANO...

    Camina y conduce con una mano
    la moto, mientras que con la otra
    hace sonar su silbato
    de afilador. Lo veo y lo oigo
    con frecuencia,lo veo y lo oigo
    irrealmente, nada hiere tanto
    como su música, nada tan ajeno
    a su música como él, la rueda 
    afila hojas mientras calla
    el silbato. Háblame tú
    de sequedad, tú que atraviesas
    exento la mañana, ¿qué me puedes decir
    de la progresiva cualidad de lo seco?
    ¿no la sientes en ti? Parece
    como si nada de todo esto te requiriera,
    nada te roza. Mira: un trazo negro
    cruza el aire: sombra
    de un vuelo ¿sabes cómo te digo?
    Te espío o te espero, siempre marcas
    el ritmo con el primer paso.
    De sequedad, sí, no sé si es cosa
    sobre todo de mujeres, los bordes
    de las cosas quiero decir, que no se vuelvan
    aristas oxidadas. A veces uso contra ello
    nombres de plantas o un color
    y matices: naranja, color teja,
    rosado, me asusta
    el rojo,
    el color base; uso
    el olor también,
    el de hojas de geranio, esa
    intensidad me gusta. Contigo
    no sé qué hacer,
    sobre todo por el sonido


    OLVIDO GARCÍA VALDÉS, Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española, edición de Noni Benegas & Jesús Munárriz, Hiperión, 2006.


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