.
“Dos hoyitos en la hierba” por Jordi Llavina (La Vanguardia, 18-03-2020)
Días atrás, poco antes de la crisis del coronavirus, tomaba un café a primera hora de la tarde en un bar de la ciudad. Era un día de luz limpia, apacible, que hacía presagiar la inminente primavera. Dos muchachas con ropa deportiva -pantalón de tenis, camiseta de manga corta- se se sentaron dos mesas más allá. Hablaban en inglés. Parecía que se hubiesen escapado del soneto Joc de tenis (Juego de tenis) de Carner. Pidieron un helado cada una, que se comieron con avidez.
Hay un poema de Jaroslav Seifert que se refiere a una bailarina que, tras su ejercicio de danza, descansa en el “césped amoroso” de un jardín: “La muselina de su ancha falda / difundió a su alrededor / como círculos ondeantes encima del agua”. No sé por qué las dos chicas me recordaron a la bailarina escrita. El poema termina así: “Cuando un hombre es viejo / siempre llega tarde; / no le queda más que envidiar el césped, / los hoyitos que en él dejaron / las rodillas de una muchacha”. Al llegar a mi casa, busqué la obra. La había publicado Llibres del Mall. Tenía las páginas muy amarillentas. Y sí, allí estaba la bailarina de mi recuerdo, y los hoyitos con que su joven cuerpo había firmado en la hierba. Y había también un recorte de periódico muy viejo, fechado el 30 de junio de 1989, titulado “Jaroslav Seifert i uns genolls de noia” (Jaroslav Seifert y unas rodillas de muchacha”: ¡mi primer artículo de crítica literaria -es un decir-, publicado en el semanario El 3 de vuit!
Mañana cumplo 52 años, y los versos del checo ya no me plantean ningún problema de interpretación. La visión de aquellas dos chicas -que debían ser más jóvenes que mi hija- era agradable. ¿Acaso no lo es siempre la visión de la juventud? Que hablaran en inglés lo hacia todo más bello aún. La luz que impactaba en la amplia cristalera del bar les hacía cerrar levemente los ojos. Los platos y las cucharillas sucios de nata que dejaron sobre la mesa no tenían ningún parecido con los hoyitos estampados en el césped de un jardín. Pero yo relacioné ambas cosas.
Aún no considero que haya llegado tarde a nada. Hace treinta años habría mirado a las dos chicas con un interés distinto. El cincuentón que soy ahora entendió que habían recalado en el Casino de Vilafranca para tomarse un helado, pero también para hacerme recordar unos versos hermosos y mi primer artículo. Y aquello de Carner de que todos somos un juguete del destino.
Jordi Llavina (La Vanguardia, 18-03-2020)
JOC DE TENIS
Anaves damunt l'herba de la prada
i volava el teu braç adolescent,
i pel filat de la raqueta alçada
travessava la llum del sol ponent.
La pau dominical tan desesmada
i ta faç d'angeleta i el rabent
joc seriós m’encisen la diada.
D'un rector reformat, pàl•lidament,
et veia filla; entorn del presbiteri
collies roses; contes de misteri
amaves i el blancatge i els infants.
Jo, oficial, de Singapur venia.
Alt, vermellenc, et feia cortesia...
Carros de fenc passaven adorats.
JUEGO DE TENNIS
Por la hierba del prado caminabas,
y volaba tu brazo adolescente;
y por la red de la raqueta alzada
se filtraba la luz del sol poniente.
La paz dominical, desanimada,
tu rostro angelical y aquel veloz
y serio juego todo lo embrujaban.
Te veía, borrosa, hija de un párroco
reformado. Cogías rosas cerca
del convento; los cuentos, te gustaban,
la cal de las paredes y los niños.
Yo, oficial en Singapur, volvía.
Alto, ruborizado, saludaba...
Pasaban olorosos carros de heno.
JOSEP CARNER
(Versión de José Corredor-Matheos)
Leer otros poemas de Josep Carner: https://www.airesdelibertad.com/t33597-josep-carner-los-frutos-sabrosos?highlight=Josep+Carner
Leer otros poemas de Jaroslav Seifert: https://www.airesdelibertad.com/t26415-jaroslav-seifert#589346
.
“Dos hoyitos en la hierba” por Jordi Llavina (La Vanguardia, 18-03-2020)
Días atrás, poco antes de la crisis del coronavirus, tomaba un café a primera hora de la tarde en un bar de la ciudad. Era un día de luz limpia, apacible, que hacía presagiar la inminente primavera. Dos muchachas con ropa deportiva -pantalón de tenis, camiseta de manga corta- se se sentaron dos mesas más allá. Hablaban en inglés. Parecía que se hubiesen escapado del soneto Joc de tenis (Juego de tenis) de Carner. Pidieron un helado cada una, que se comieron con avidez.
Hay un poema de Jaroslav Seifert que se refiere a una bailarina que, tras su ejercicio de danza, descansa en el “césped amoroso” de un jardín: “La muselina de su ancha falda / difundió a su alrededor / como círculos ondeantes encima del agua”. No sé por qué las dos chicas me recordaron a la bailarina escrita. El poema termina así: “Cuando un hombre es viejo / siempre llega tarde; / no le queda más que envidiar el césped, / los hoyitos que en él dejaron / las rodillas de una muchacha”. Al llegar a mi casa, busqué la obra. La había publicado Llibres del Mall. Tenía las páginas muy amarillentas. Y sí, allí estaba la bailarina de mi recuerdo, y los hoyitos con que su joven cuerpo había firmado en la hierba. Y había también un recorte de periódico muy viejo, fechado el 30 de junio de 1989, titulado “Jaroslav Seifert i uns genolls de noia” (Jaroslav Seifert y unas rodillas de muchacha”: ¡mi primer artículo de crítica literaria -es un decir-, publicado en el semanario El 3 de vuit!
Mañana cumplo 52 años, y los versos del checo ya no me plantean ningún problema de interpretación. La visión de aquellas dos chicas -que debían ser más jóvenes que mi hija- era agradable. ¿Acaso no lo es siempre la visión de la juventud? Que hablaran en inglés lo hacia todo más bello aún. La luz que impactaba en la amplia cristalera del bar les hacía cerrar levemente los ojos. Los platos y las cucharillas sucios de nata que dejaron sobre la mesa no tenían ningún parecido con los hoyitos estampados en el césped de un jardín. Pero yo relacioné ambas cosas.
Aún no considero que haya llegado tarde a nada. Hace treinta años habría mirado a las dos chicas con un interés distinto. El cincuentón que soy ahora entendió que habían recalado en el Casino de Vilafranca para tomarse un helado, pero también para hacerme recordar unos versos hermosos y mi primer artículo. Y aquello de Carner de que todos somos un juguete del destino.
Jordi Llavina (La Vanguardia, 18-03-2020)
JOC DE TENIS
Anaves damunt l'herba de la prada
i volava el teu braç adolescent,
i pel filat de la raqueta alçada
travessava la llum del sol ponent.
La pau dominical tan desesmada
i ta faç d'angeleta i el rabent
joc seriós m’encisen la diada.
D'un rector reformat, pàl•lidament,
et veia filla; entorn del presbiteri
collies roses; contes de misteri
amaves i el blancatge i els infants.
Jo, oficial, de Singapur venia.
Alt, vermellenc, et feia cortesia...
Carros de fenc passaven adorats.
JUEGO DE TENNIS
Por la hierba del prado caminabas,
y volaba tu brazo adolescente;
y por la red de la raqueta alzada
se filtraba la luz del sol poniente.
La paz dominical, desanimada,
tu rostro angelical y aquel veloz
y serio juego todo lo embrujaban.
Te veía, borrosa, hija de un párroco
reformado. Cogías rosas cerca
del convento; los cuentos, te gustaban,
la cal de las paredes y los niños.
Yo, oficial en Singapur, volvía.
Alto, ruborizado, saludaba...
Pasaban olorosos carros de heno.
JOSEP CARNER
(Versión de José Corredor-Matheos)
Leer otros poemas de Josep Carner: https://www.airesdelibertad.com/t33597-josep-carner-los-frutos-sabrosos?highlight=Josep+Carner
Leer otros poemas de Jaroslav Seifert: https://www.airesdelibertad.com/t26415-jaroslav-seifert#589346
.
Hoy a las 18:42 por Maria Lua
» JULIO VERNE (1828-1905)
Hoy a las 18:37 por Maria Lua
» FERNANDO PESSOA II (13/ 06/1888- 30/11/1935) )
Hoy a las 18:04 por Maria Lua
» Poetas murcianos
Hoy a las 16:33 por Pascual Lopez Sanchez
» NO A LA GUERRA 3
Hoy a las 15:38 por Pascual Lopez Sanchez
» Antonio Martínez Sarrión (1939-2021)
Hoy a las 15:38 por Pedro Casas Serra
» Claudio Rodríguez (1934-1999)
Hoy a las 15:31 por Pedro Casas Serra
» Rafael Guillén (1933-2023)
Hoy a las 15:25 por Pedro Casas Serra
» José Ángel Valente (1929-2000)
Hoy a las 15:16 por Pedro Casas Serra
» Rosaura Álvarez (1945-
Hoy a las 15:03 por Pedro Casas Serra