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    Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Pedro Casas Serra
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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 27 Dic 2014, 14:52

    .


    Josep Carner


    Josep Carner i Puigoriol (Barcelona, 9 de febrero de 1884 - Bruselas, 1970), fue poeta, periodista, autor de teatro y traductor. Es también conocido como el príncipe de los poetas catalanes.

    Resumen biográfico

    En 1897 entró en la Universidad de Barcelona, donde descubrió el catalanismo. Obtiene la licenciatura en Derecho y Filosofía. En esa época colaboró en Montserrat y La Atlántida, entre otras revistas. Dirigió Catalunya (1903-1905), Empori (1907-1908) y Catalunya (1913-1914). En 1911 fue designado miembro de la Sección Filológica del Institut d'Estudis Catalans (Instituto de Estudios Catalanes, la academia de Cataluña), y colaboró con Pompeu Fabra en la fijación y el enriquecimiento de la lengua.

    A principios del siglo XX se incorporó al periódico La Veu de Catalunya, donde escribió hasta 1928. En 1915 contrajo matrimonio con la chilena Carmen de Ossa, con la que tuvo dos hijos: Anna Maria y Josep.

    Fue un renovador de la poesía, de lengua, de la prosa. Creó un nuevo estilo de periodismo político. Junto a Enric Prat de la Riba, en la Mancomunidad, luchó por la profesionalización de la literatura catalana, que consideraba adolescente. Después de la muerte de aquel, en 1920, Carner se presentó en Madrid a unas oposiciones al cuerpo consular y, en marzo de 1921, ingresó en la carrera diplomática. Partió de España hacia Génova para instalarse allí con toda la familia como vicecónsul español. Ejerció cargos en Génova, San José de Costa Rica, La Haya, Hendaya, Beirut, Bruselas y París. Durante la guerra civil española se mantuvo fiel a la República y no volvió a residir en Cataluña.

    Fue uno de los pocos diplomáticos que se mantuvo fiel a la República. Por ello en 1939 su alejamiento de Cataluña fue forzado. Se casa con la profesora y crítica literaria belga Émilie Noulet, su segunda esposa, y emprende el camino del exilio, primero a México(de 1939 a 1945), donde fue profesor en El Colegio de México, y después en Bélgica.

    El archivo y la biblioteca personal de Josep Carner pueden consultarse en la Biblioteca de Cataluña.

    Obra poética

    Josep Carner fue el primer poeta moderno de Cataluña. En sus poesías aúna la tradición clásica de Petrarca con su talento individual lo que le permite conseguir una perfección gramatical y jugar mucho con la lengua. Une todas las tradiciones pero está más cercano a la didáctica del siglo XVIII.

    Llibre dels poetes (1904)
    Primer llibre de sonets (1905)
    Els fruits saborosos (1906)
    Segon llibre de sonets (1907)
    Verger de les galanies (1911)
    La paraula en el vent (1914)
    Auques i ventalls (1914)
    El cor quiet (1925)
    El veire encantat (1933)
    La primavera al poblet (1935)
    Nabi (1941)
    Paliers (1950)
    Llunyania (1952)
    Arbres (1953)
    Poesía (1957)
    (colección reordenada y profundamente revisada de su obra anterior).
    Absència (1957) (aunque apareció como sección de Poesía, puede considerarse un libro nuevo).
    El tomb de l'any (1966)

    Teatro


    El giravolt de maig (1928) (que fue libreto para la ópera de Eduard Toldrà).
    Misterio de Quanaxhuata (1943) (escrita en castellano en homenaje a México, país que acogió en el exilio a Carner).
    El Ben Cofat i l'Altre (1951) (versión catalana del mismo autor del Misterio de Quanaxhuata).
    Cop de vent (1966)

    Prosa

    L'idil·li dels nyanyos (1903)
    La malvestat d'Oriana (1910)


    Artículos, cuentos, juegos lingüísticos

    Les planetes del verdum (1918)
    Les bonhomies (1925)
    Tres estels i un ròssec (1927)



    (Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


    …........................



    Los frutos sabrosos es un poemario escrito por Josep Carner en 1906 compuesto por dieciocho poemas de extensión más bien breve que marcó un punto de inflexión en la trayectoria del autor (se considera su primera obra novecentista) y al mismo tiempo es un hito dentro del movimiento del Novecentismo junto con la aparición del Glosario de Xènius en La Voz de Cataluña y el Cucut.

    En todos los poemas, el poeta se sirve de un doble pretexto: uno, el fruto que da título a cada poema, y el otro la hipotética reflexión sobre el paso del tiempo. A lo largo de la recopilación hay una determinada caracterización de los personajes de acuerdo con su estadio vital - a la infancia le corresponde la inocencia, a la madurez la serenidad y a la vejez la resignación -, pero todo siempre en una línea pretextual, con un uso manipulado del romance clásico en los tres estadios.

    Esta manipulación tiene como objetivo la fijación de unos determinados valores morales que siempre son los mismos: la previsión, el dominio de la naturaleza, la cordura, la serenidad, el control de las situaciones, la familia, el placer que hay en las pequeñas cosas y en general todo el ideario novecentista.

    Las composiciones están ordenadas según la etapa vital al que pertenecen, y en todas el paso del tiempo está aceptado con la armonía propia del clasicismo. Así pues, en los poemas sobre la vejez, siempre prevalecerá el aspecto positivo que posibilita la resignación y el saber sacar provecho de las circunstancias.

    La métrica predominante en Los frutos sabrosos es el verso alejandrino con cesura después de la séptima sílaba, que remarca la estructura clasicista y a la vez muestra el virtuosismo de la lírica carneriana.

    Por otra parte, las referencias a la cultura clásica son numerosas en los nombres de los personajes y el gusto por la ambientación mediterránea de las escenas, totalmente contraria al ideario del  Modernismo anterior.

    (Sacado de: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]


    ............



    ELS FRUITS SABOROSOS (1906) – Josep Carner


    I. COM LES MADUIXES

    Menja maduixes l'àvia d'abans de Sant Joan;
    per més frescor, les vol collides d'un infant.
    Per'xò la néta més petita, que és Pandara,
    sabeu, la que s'encanta davant d'una claror
    i va creixent tranquil·la i en admiració 
    i a voltes, cluca d'ulls, aixeca al cel la cara,
    ella, que encar no diu paraules ben ardides
    i que en barreja en una música els sentits,
    ….....cull ara les maduixes arrupides,
    ….....tintat de rosa el capciró dels dits.
    Cada matí l'asseuen, a bell redós del vent,
    …............al jaç de maduixeres.
    I mira com belluga l'airet ombres lleugeres,
    i el cossiró decanta abans que el pensament.
    Li plau la corretjola i aquell herbei tan fi,
    i creu que el cel s'acaba darrera del jardí.
    En va la maduixera son bé de Déu cobria;
    en treure les maduixes del receret ombriu,
    Pandara s'enrojola, treballa, s'extasia:
    si n'ha trobat més d'una, aixeca els ulls i riu.
    Pandara sempre ha vist el cel asserenat;
    ignora la gropada i el xiscle de les bruixes.
    És fe i és vida d'ella la llum de bat a bat.
    El món, en meravelles i jocs atrafegat,
    és petit i vermell i fresc com les maduixes.




    LOS FRUTOS SABROSOS (1906) - Josep Carner


    I. COMO LAS FRESAS

    Come fresas la abuela de antes de San Juan;
    por más frescas, las quiere cogidas por un niño.
    De ahí, la nietecita pequeña, que es Pandora,
    sabéis, la que se encanta frente a un resplandor
    y creciendo tranquila y en plena admiración
    con los ojos cerrados, alza al cielo la cara,
    ella, que aún no dice palabras atrevidas
    y que entremezcla en una música los sentidos,
    ….....coge ahora las fresas encogidas,
    ….....tinta en rosa la punta de los dedos.
    Cada día la sientan, resguardada del viento,
    …............en el lecho de fresas.
    Y mira como el aire mueve sombras ligeras,
    y decanta el pesar antes que el pensamiento.
    Ama la correhuela y aquel césped tan fino,
    cree que el cielo acaba por detrás del jardín.
    En vano la fresera su abundancia cubría;
    al extraer las fresas del refugio sombrío,
    Pandora se enrojece, trabaja, se extasía:
    si ha encontrado más de una, los ojos alza y ríe.
    Pandora siempre ha visto el cielo aserenado;
    ignora la tormenta y el grito de las brujas.
    Es su fe y es su vida la luz de par en par.
    El mundo, en maravillas y juegos ajetreado,
    es pequeño, rojizo, fresco como las fresas.



    II. AGLAE I LES TARONGES

    Aglae, sota un bell taronger deturada,
    al lluny sent les germanes com ocellada al vent.
    I ja no va a l'encalç per l'herba i la rosada,
    I té la cara pàl·lida d'un gran defalliment.

    Ella dansava i reia tot just casada amb Drias,
    altiva entre la fressa, joiosa de la llum.
    I ja de l'hort s'amaga per les desertes vies
    i encara es fa més blanca, perduda entre el perfum.

    I arriba a les taronges, i en cull i se n'emporta;
    la set, de sols mirar-les, li feia els ulls brillants.
    Mossega un fruit i acluca els ulls com una morta
    i del cabell afluixen el pes les dues mans.

    I Aglae, ja refeta, es bressa en l'esperança;
    amb un sospir molt tendre solleva el pit caigut;
    ella pogués besar l'infant que ja s'atansa,
    batec tan avinent i tan inconegut.

    I veu la piadosa taronja que fou bella,
    i jeu abandonada del rec vora l'espill.
    De la muller la sort li transpareix en ella:
    fer-se espremuda i lassa per la frescor del fill.



    II. AGLAÉ Y LAS NARANJAS

    Aglaé, bajo un bello naranjo detenida,
    escucha a sus hermanas como bandada al viento.
    Y ya no va a su alcance por la hierba y rocío,
    tiene la cara pálida de desfallecimiento.

    Reía y danzaba, al casarse con Drían,
    altiva entre el fragor, dichosa de la luz.
    En el huerto hoy se esconde por las desiertas vías
    y aún se hace más blanca, perdida entre el olor.

    Y llega a las naranjas, y cosecha y se lleva;
    la sed, sólo mirarlas, le hace brillar los ojos.
    Un fruto muerde y cierra los ojos como muerta
    y del cabello aflojan el peso las dos manos.

    Y Aglaé, ya rehecha, se acuna en la esperanza;
    con un tierno suspiro alza el pecho caído;
    pudiera ella besar el niño que se acerca,
    latido tan a mano y tan desconocido.

    Y ve la piadosa naranja que fue bella,
    y yace abandonada al borde de la acequia.
    De la mujer la suerte se transparenta en ella:
    ser exprimida y lasa para frescor del hijo.


    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


    .


    Última edición por Pedro Casas Serra el Mar 31 Mayo 2022, 13:37, editado 2 veces


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 29 Dic 2014, 08:26

    .


    III. ELS ALBERCOCS I LES PETITES COLLIDORES

    Diu Iris a Mirtila :
    - Amiga , jo no sé...
    ¿ Tants d’albercocs li deixes
    al vell albercoquer ?

    - Oh Iris, prou m’agrada
    menjar-ne pels camins
    fent festa a la dolcesa
    que em raja boca endins.

    Però l’hivern arriba,
    i vora el foc rabent
    sentim a la teulada
    ballar teules i vent.

    I, bell atzar, la mare,
    veient-nos entristits,
    i com freguem els nassos
    i con bufem els dits,

    ens porta, riolera,
    quan cau la neu a flocs,
    un pot amb confitures
    de préssecs o albercocs.




    III. LOS ALBARICOQUES Y LAS PEQUEÑAS COSECHADORAS

    Dice Iris a Mirtila :
    - Amiga, yo no sé...
    ¿Tantos albaricoques
    te dejas por coger?

    - Oh Iris, bien me gusta
    comer por los caminos
    gozando la dulzura
    que mana boca adentro.

    Pero llega el invierno,
    y junto al fuego vivo
    en el tejado oimos
    bailar tejas y viento.

    Y, por suerte, la madre,
    estando entristecidos,
    frotando las narices
    y soplando los dedos,

    nos trae, muy risueña,
    cuando cae la nieve,
    botes con confitura
    de buen albaricoque.



    IV. LA POMA ESCOLLIDA

    Alidé s'ha fet vella i Lamon és vellet,
    i, més menuts i blancs, s'estan sempre a la vora.
    Ara que són al llit, els besa el solellet.
    Plora Alidé; Lamon vol consolar-la i plora.

    -Oh petita Alidé, ¿com és que plores tant?
    -Oh Lamon, perquè em sé tan vella i tan corbada,
    i sempre sec, i envejo les nores treballant,
    i quan els néts em vénen em troben tan gelada.

    I no et sabria péixer com en el temps florit
    ni fondre't l'enyorança dels dies que s'escolen,
    i tu vols que t'abrigui i els braços em tremolen
    i em parles d'unes coses on m'ha caigut oblit -.

    Lamon fa un gran sospir i li diu: -Oh ma vida,
    mes peus són balbs i sento que se me'n va la llum,
    i et tinc a vora meu com la poma escollida
    que es torna groga i vella i encara fa perfum.

    Al nostre volt ningú no és dolç amb la vellesa:
    el fred ens fa temença, la negra nit horror,
    criden els fills, les nores ens parlen amb aspresa.
    ¿Què hi fa d'anar caient, si ens ne duem l'amor?




    IV. LA MANZANA ESCOGIDA

    Alidé se ha hecho vieja y Lamón es viejito,
    y, menudos y blancos, están siempre muy juntos.
    Ahora que están en cama, los besa el solecito.
    Llora Alidé; Lamón quiere animarla y llora.

    -Oh pequeña Alidé, ¿cómo es que lloras tanto?
    -Oh Lamón, porque sé que estoy vieja y curvada,
    y sentada, yo envidio las nueras trabajando,
    y cuando vienen nietos me encuentran tan helada.

    Y no sabría nutrirte cómo en tiempo florido
    ni fundir la añoranza de los días que escurren,
    y quieres que te abrigue y los brazos me tiemblan
    y me hablas de unas cosas que tengo en el olvido-.

    Lamón lanza un suspiro y le dice: -Mi vida,
    mis pies están helados y se me va la luz,
    y te tengo a mi lado cual manzana escogida
    que, vieja y amarilla, todavía da olor.

    A nuestro alrededor la vejez nunca es dulce:
    el frío nos da miedo, la negra noche horror,
    nos gritan nuestros hijos, las nueras nos denuestan.
    ¿Qué importa irnos cayendo, si llevamos amor?


    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 30 Dic 2014, 05:51

    .


    V. LES PERES JOVENETES

    ¡Ai la petita Ixenia, volumble com l'amor,
    que vols que et creguin muda, la boca ben estreta,
    i ta mirada xiscla tan fort com l'oreneta
    dessota les pestanyes, serrell del teu candor!

    Quan obres la finestra, ja tot el món és clar;
    l'olor que t'esperava del roserar, tremola;
    la llum et pren la cara i pel teu cos rodola
    i ta rialla dins un raig de sol se'n va.

    I quan el cel és d'or i cada cosa invita
    en el camí i el marge i el tros, sobtadament
    sents una esgarrifança del goig d'ésser vivent,
    l'esguard xipollejant en la llum infinita.

    ¡Ah si les albes roses i els branquillons d'abril
    i el sol de l'ocellada i el riu que s'adelera
    poguessin lliberar-te, tu sola, tu primera,
    de topar mai el dol, Ixena, més gentil
    que les primeres peres que es fan acolorades
    llavors que tant s'atarda el sol per la vessant;
    les peres jovenetes, penjant extasiadas
    de cabre justes, dintre la boca d'un infant!




    V. LAS PERAS JOVENCITAS

    ¡Ay mi pequeña Igenia, voluble como amor,
    que quieres crean muda, la boquita apretada,
    y tu mirada chilla fuerte cual golondrina
    bajo suaves pestañas, flequillo de candor!

    Cuando abres tu ventana, todo el mundo está claro;
    olor que te esperaba de rosaleda, tiembla;
    la luz toma tu cara, por tu cuerpo resbala,
    y tu risa se va en un rayo de sol.

    Y cuando el cielo es de oro y cada cosa invita
    en la senda y el margen y el campo, repentina
    sientes escalofríos del gozo de estar viva,
    la vista chapoteando en la luz infinita.

    ¡Ah si las albas rosas y las ramas de abril
    y el ruido de bandadas y el río que desala
    pudieran liberarte, tú sola, tú primera,
    de encontrar nunca el luto, Igena, más gentil

    que las primeras peras que son coloreadas
    cuando tanto se atrasa el sol por la ladera;
    las peras jovencitas, colgando extaxiadas
    de caber justo, dentro de una boca infantil.



    VI. LES FIGUES MATINALS

    Neera, aquella vídua benigna i assenyada,
    baixa de mica en mica l'escala del jardí;
    canten ocells, la font gorgola enamorada,
    les fulles parlotegen i alegren el camí.

    -En vida de Caropos, quin córrer nit i dia!
    Venia, al meu darrera, d'amagatalls al fons;
    amb roges llambregades d'amor m'escometia,
    i em sacsejava com el vent als branquillons.

    Però ja visc tranquil.la, no m'he de turmentar;
    s'emplena ma cintura, de no cap braç esclava;
    la sotabarba fina que ell sempre masegava,
    ara sacsó ja cria del pler de reposar.

    Cada dia al jardí me'n vinc de matinet
    vora la font, amb figues de les de coll de dama.
    I em besa l'aire, sense cap fressa ni cap flama,
    i ara prenc una figa, ara prenc un glopet.




    VI. LOS HIGOS MATINALES

    Neera, aquella viuda benigna y juiciosa,
    baja muy poco a poco la escala del jardín;
    cantan aves, la fuente gotea enamorada,
    las hojas parlotean y alegran la vereda.

    -En vida de Caropos, ¡qué correr noche y día!
    Venía, tras de mí, al fondo de escondrijos;
    con rojas ojeadas de amor me acometía,
    y sacudía igual que el viento los ramitos.

    Pero ya estoy tranquila, no me he de atormentar;
    se llena mi cintura, de ningún brazo esclava;
    la papada muy fina que él siempre magullaba,
    rollo ahora ya cría de gozo al reposar.

    Cada día al jardín me vengo tempranito,
    junto a la fuente llevo higos “cuello de dama”.
    Y así me besa el aire, sin fragor y sin llama,
    y ahora me como un higo, y ahora bebo un sorbito.


    JOSEP CARNER
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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Lluvia Abril Mar 30 Dic 2014, 07:02

    Muchas gracias, querido Pedro.
    He pasado, he leído y sí, me parecen unos frutos sabrosos, para degustarlos y saborear la esencia de cada uno de ellos.
    No lo conocía y por supuesto, te seguiré a tí, para llegar a más, de su poesía.


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Pedro Casas Serra Miér 31 Dic 2014, 12:10

    Celebro que te guste Carner, Lluvia. Gracias por tu interés. Se trata del máximo representante del novecentismo en Cataluña, una escuela poética que deseaba inspirarse en la poesía y en general en la filosofía y todo lo demás... de la antigüedad clásica, buscando una serenidad frente a la vida.

    ¡Feliz 2015!

    Un abrazo.
    Pedro


    ........................



    VII. AGAVÉ I LES CASTANYES

    Agavé té les mans suaus i fredoliques.
    Aplega les castanyes d’un foc de romaní
    i en va traient les closques i en va menjant les miques.
    Comença a les palpentes, la fosca, el seu camí.

    EIs fruits espeterneguen per fer-la enriolar.
    La flama vol parlar-li, com piadosa fada.
    Perquè Agavé és tan bona, tan dolça de mirar!
    Té una blancor molt trista, com mig esgroguissada,
    i, en els cabells, comença l’argent a tremolar.

    Ja les germanes són casades; ella sola
    viu en la casa freda i cada nit més gran.
    Planyent, quan minva el dia, la rufagada hi vola
    i els murs es fan més negres i el sostre es va allunyant.

    –Castanyes, bon escalf als dits de la infantesa
    quan és alegre l’aire que ens desgavella els rulls
    i hom veu en cada cosa una guspira encesa
    com saludant una altra guspira als nostres ulls.

    Prop meu era aleshores la fada grisa i bella
    que en la dissort ens dava llamins i una cançó.
    Ja mes cabells són ara cendrosos com els d’ella;
    la que jo era manca devora la que só.

    I les passades hores, com van tornant-se xiques,
    i en les properes, quina foscor, quin fred mortal!–
    Agavé té les mans suaus i fredoliques;
    planyent-la, sos anells ja són d’un or malalt.




    VII. AGAVÉ Y LAS CASTAÑAS

    Tiene Agavé las manos suaves y frioleras.
    Recoge las castañas de un fuego de romero
    y va sacando cáscaras y come las migajas.
    La oscuridad empieza a tientas su camino.

    Frutos chisporrotean para hacerla reír.
    La llama quiere hablarle, cual piadosa hada.
    ¡Porque Agavé es tan buena, tan dulce de mirar!
    Tiene un blancor muy triste, un poco amarillento,
    y empieza en sus cabellos la plata a tiritar.

    Las hermanas están casadas; ella sola
    vive en la fría casa, cada noche más grande.
    Quejosa, atardeciendo, la ventolera vuela,
    los muros se oscurecen y el techo va alejando.

    –Castañas, buen calor para dedos de niño
    cuando es alegre el aire que desbarata rizos
    y se ve en cada cosa un chispazo encendido
    como a otro saludando alegre en nuestros ojos.

    A mi lado se hallaba el hada gris y bella
    que en las penas nos daba dulces y una canción.
    Ahora son mis cabellos cenizos cual los de ella;
    la que yo era falta devora la que soy.

    ¡Y las pasadas horas, cómo se vuelven chicas,
    y en las que están cercanas, qué oscuridad mortal!–
    Tiene Agavé las manos suaves y frioleras;
    por pena sus sortijas son ya de oro enfermizo.



    VIII. LES MAGRANES FLAMEJANTS

    És nit; sola i plorosa diu la muller d'Alcides:
    -Oh Hera, gran deesa, atén-me, cor a cor,
    abans que a Zeus recaptin tes flaires exquisides
    i el seu esguard et volti de rierades d'or.

    Car t'és plaent de veure, en les suaus brandades,
    com tremen, com es lliuren els cossos matronals,
    i que les veus s'apaguin, de tan enamorades,
    i s'ompli de victòries el tàlem dels mortals.

    I sola presideixes, del cim de la claror,
    l'aürt de les mirades en lluita prest encesa,
    i ara t'arbores, ara t'ajeus en la peresa
    al cobrí de la roda de neu del teu pagó.

    Allunya'm, protectora, les hores malastrugues:
    ma veu i mes petjades sols troben solitud,
    i la mateixa llàntia fa pobres pampallugues
    com si, per enyorança, li demanqués virtut.

    Aquelles nits anyoro d'enfosquiment tan clar,
    quan queien flors dels arbres que el ventitjol despara
    quan ell la cara meva prenia vers sa cara
    i el braç me'n queia, sense la força d'anusar.

    Encén el bell furor, oh Hera, amb ta mirada;
    que sigui aquest silenci batut per so rabent.
    La vella porta espera la seva revolada:
    mon cos demana els besos que ajupen com el vent.

    Alcides, en collir-me, dels braços meus digué
    que eren una garlanda d'amor, tota florida.
    Oh Hera, en sa tornada l'estrenyeria bé
    i fóra ma garlanda potent com una brida.

    I despullant, de dia, les hortes i els jardins,
    en premi de les teves volences sobiranes,
    tos temples ornaria de flamejants magranes
    que, ben ferides, llencen un xàfec de robins.




    VIII. LAS GRANADAS LLAMEANTES

    Noche; sola y llorosa, de Alcide, dice esposa:
    -Oh Hera, inmensa diosa, oye mi corazón,
    antes que a Zeus cautiven aromas exquisitos
    y su mirar te cerque de riadas de oro.

    Pues que te place ver, en suaves llamaradas,
    como tiemblan, se entregan los cuerpos matronales,
    que las voces se apaguen, de tan enamoradas,
    y llenen de victorias tálamos de mortales.

    Y sola tú presides, desde cima de luz,
    el choque de miradas presto en lucha encendidas,
    y ahora te encabritas, ahora echas perezosa
    resguardada en la rueda de nieve de tu pavo.

    Aleja, protectora, las horas agoreras:
    mi voz y mis pisadas sólo hallan soledad,
    la mismísima lámpara da pobres parpadeos
    cual si, por añoranza, le menguara virtud.

    Añoro aquellas noches de oscurecer tan claro,
    cuando caían flores que el viento levantaba
    cuando él la cara mía llevaba hacia su cara
    y el brazo me caía, sin fuerza de evitar.

    Enciende el viejo ardor, Hera, con tu mirada;
    que este silencio sea batido por el ruido.
    La vieja puerta espera su agitado revuelo:
    mi cuerpo pide besos que tumben como el viento.

    Alcides, al cogerme, dijo aún de mis brazos
    que eran una guirnalda de amor, toda florida.
    Oh Hera, en su retorno lo apretaría bien,
    sería mi guirnalda fuerte como una brida.

    Desnudando, de día, las huertas y jardines,
    en premio a tus querencias del todo soberanas,
    tus templos ornaría de llameantes granadas
    que, bien heridas, lanzan su lluvia de rubíes.


    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 01 Ene 2015, 08:36

    .


    IX. LES GRACIOSES AMETLLES

    Vellegen els amics igual que llurs amigues
    i parlen un finíssim capvespre de tardor;
    -És dolç el nostre amor i ja no vols fadigues.
    Somriure de capblancs, conversa en un racó.

    El temps, encare temps, de quietud s'emplena.
    Hem vist les flors morint, els falciots passant.
    Les fulles cauen tot besant la llum serena
    i el cel és més subtil pels homes que se'n van-.

    I diue les amigues: -Oh quin bell seny amics!
    Bé hi ha per al discret, a cada tomb, delícies:
    feu versos antiquats, meneu amors fictícies
    i encara, a mitja llum, dieu els mots antics.

    Nosaltres érem belles, un dia... Ja potser
    només us oferim la malenconia.
    El nostre encant només l'heu respirat un dia,
    com la florida inútil que escampa l'ametller-.

    I Filemon, el que era més vell, les saludà:
    -Dàveu al cel, oh flors de joia i de tendresa,
    no sé quina blavor de vostres ulls apresa
    i, pel camí de veure-us, ho feieu tot més clar.

    I avui encara sou plaents per als amics,
    ametlles duradores, ametlles delicades
    que amagueu les blancors una mica arrugades
    en els vostres velluts suaus i fredolics.




    IX. LAS GRACIOSAS ALMENDRAS

    Envejecen amigos igual que sus amigas
    y hablan en un finísimo atardecer de otoño:
    -Es dulce nuestro amor y no quiere fatigas.
    Sonrisas de canosos, charlas en un rincón.

    El tiempo, todavía, de la quietud se llena.
    Hemos visto las flores muriendo, los vencejos
    que pasan y las hojas besando luz serena.
    El cielo es más sutil para hombres que se van-.

    Y dicen las amigas: -¡Oh qué cordura, amigos!
    Bien hay para el discreto, cada ocasión, delicias:
    hacéis versos caducos, juntáis flores ficticias
    e incluso, a media luz, decís antiguos dichos.

    Nosotras fuimos bellas, un día… Ya quizás
    no os ofrecemos más que la melancolía.
    Nuestro encanto habéis sólo respirado de un día,
    como flores inútiles que derrama el almendro-.

    Filemón, el más viejo de todos, respondió:
    -Dabais al cielo, oh flores de gozo y de ternura,
    no sé qué azul de vuestros ojos bien aprendido
    y, en camino de veros, todo volvías más claro.

    Y hoy todavía sois gratas a los amigos,
    almendras duraderas, almendras delicadas
    que escondéis la blancura sólo un poco arrugada
    en vuestros terciopelos suaves y frioleros.



    X. LES PRUNES D'OR

    En un incomparable triomf, Migdia mor.
    Passada pel flameig, la terra s'aclivella.
    Aglaia seu a l'ombra de la prunera vella.
    Relluen delitoses, endins, les prunes d'or.

    Oh cos d'Aglaia, bru com saonada fruita,
    cimat de cabellera com d'una nit mortal!
    Ells llavis se li baden per a la dolça lluita
    i té en els ulls un caire brillant com de punyal.

    Les prunes d'or a Aglaia reüllen temptadores.
    Són en una illa verda, cenyida de claror;
    en el redós, a penes hi ha fresses torbadores:
    un fregadís de mates, l'insecte en bonior.

    Aglaia sent un mot. ¿És ell o el brancam?
    I l'aire es torç, ardent d'una flama frisosa,
    i la calitja parla d'una terrible fosa.
    L'agost com es rebolca, tot sol, damunt del camp!

    Aglaia té una set que eixuga el seny, la parla...
    Superbament s'aixeca, damnant el seu descans,
    i enfonsa en la prunera les cobejoses mans
    i enlaira tot el rostre, com si volgués besar-la.

    I l'arbre, que amb un lleu serpejament de branques
    sembla oferir-nos l'or, la mel d'algun pecat,
    s'estremeix un moment de la ferocitat
    del gran perfum impúdic i de les dents tan blanques.




    X. LAS CIRUELAS DE ORO

    En un incomparable triunfo, el cenit muere.
    Pasada por el fuego, la tierra resquebraja.
    Aglaia está a la sombra, bajo el ciruelo viejo.
    Relucen deliciosas dentro, ciruelas de oro.

    ¡Cuerpo de Aglaia, oscuro cual sazonada fruta,
    cubierto de cabello cual de noche mortal!
    Los labios se le abren para la dulce lucha,
    matiz tiene en los ojos brillante de puñal.

    A Aglaia las ciruelas ojean tentadoras.
    Están en su isla verde, ceñida de claror;
    en el refugio, apenas hay ruidos turbadores:
    del roce de unas matas, de un insecto al zumbar.

    Aglaia oye una voz. ¿Es voz o es el ramaje?
    Y el aire tuerce, ardiente de una llama impaciente,
    y la calima habla de terrible fusión.
    ¡Agosto se revuelca, a solas, sobre el campo!

    Tiene Aglaia una sed que enjuga la cordura...
    Soberbiamente se alza, dejando su descanso,
    y hunde en el ciruelo las codiciosas manos
    y eleva todo el rostro, cual si fuera a besarlo.

    Y el árbol, que con leve serpentear de ramas
    parece ofrecer oro, la miel de algún pecado,
    se estremece un momento por la ferocidad
    del gran perfume impúdico y los dientes blancos.


    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 02 Ene 2015, 12:18

    .


    XI. LES CIRERES INGÈNUES

    Mena els infants Pantídia per la verdor del prat
    un dia clar de juny, obert de bat a bat:
    hi ha flors a cada marge i el cel és innocent;
    la pols mateixa, quan es mou, és resplendent.

    I criden els infants en blanca volior,
    i canten i s'empaiten dellà de les passeres.
    Del cirerer ni veuen l'ombreig i l'abundor;
    mil boques a tot riure, l'esclat de les cireres.

    Al cor de l'arbre, hissada sobre els herbatges molls,
    la mare, penjarelles de foc posa en senalla
    i vora seu convoca els cants i la batalla:
    -Per al que vingui tot seguit hi ha dos penjolls-

    I n'heuen tots, i fugen d'uns vímets a l'abric,
    i tot seguit adornen les càndides orelles:
    o nas i boca es pinten d'unes regors vermelles
    de llurs dentetes d'esquirol en el fadic.

    Tot sol, amb les cireres s'alegra el més infant,
    i en ses mans bellament saltironen i dansen,
    ¡i quin obrir-se els ulls que miren, i no es cansen,
    les joies de l'estiu que tenen al davant!

    La mare el va collir, l'alçà a la llum del dia
    i el féu, contra del cor, lloat i beneït:
    -L'un vol la vanitat, l'altre cerca el profit;
    el benaventurat és qui pren l'alegria.




    XI. LAS CEREZAS INGENUAS

    Van Pantídia y los niños por el verde del prado
    un claro día de junio, amplio de par en par:
    hay flores en los márgenes y el cielo es inocente;
    el polvo mismo está, al moverse, esplendente.

    Y gritan los pequeños en su blanca bandada,
    y cantan y se alcanzan tras de las pasarelas.
    Del cerezo no observan ni sombra ni abundancia;
    mil bocas que se ríen, explosión de cerezas.

    Dentro del árbol mismo, sobre hierbas mojadas,
    la madre, echa pendientes de fuego en el capazo
    y a su lado convoca los cantos y batallas:
    -Para el que venga pronto tengo yo dos pendientes-

    Y van todos, y escapan de un cobijo de mimbres,
    y enseguida se adornan las cándidas orejas:
    o se pintan la boca con regaduras rojas
    que agudos dientecillos de ardilla hacen brotar.

    Solo, con las cerezas se alegra el más pequeño,
    y en sus manos con gracia dan piruetas y danzan,
    ¡y cómo abre los ojos que ven, y no se cansan,
    las joyas del verano que se encuentran delante!

    La madre lo cogió, lo alzó a la luz del día
    y lo hizo, contra el pecho, alabado y bendito:
    -Quiere uno vanidad, otro busca provecho;
    es bienaventurado quien elige alegría.



    XII. CAL.LÍDIA I ELS PRÈSSECS

    Ton seny, oh previsora, de mon delit és causa.
    De l’arbre en primavera vas respectar la flor
    i ara tos braços nus m’allarguen com un do
    el fruit perfecte, arrodonit amb pausa.

    El teu esguard s’ha fet un destí que em vigila.
    Semblen els préssecs més rodons en els teus dits.
    Apagues cants de cel i fresses de la vila:
    ets tota com un dia d’agost que no vol crits.

    Ja de l’estiu van coronant-te les diades
    per dol en les memòries dels dies que vindran.
    El ventijol s’adorm, les fulles són fermades,
    l’aigua reposa amb una claror que està sotjant.

    Quan alces el teu braç la fruita se’t convida;
    ella obeeix tes ordres en veure que ets millor:
    és més harmoniosa la teva perfecció,
    …......més graciosament arrodonida.

    En paga de ta ofrena, per a ta boca aparta
    fruita de besos aturada en mon brancam;
    són determini, són domini i són lligam
    i prengueren saó, lentament, de mirar-te.




    XII. CALIDIA Y LOS MELOCOTONES

    Tu cordura, oh prudente, de mi deleite es causa.
    Del árbol en su inicio respetaste la flor
    y ahora brazos desnudos me alargan como un don
    ese fruto perfecto, redondeado con pausa.

    Tu mirada se ha hecho destino que vigila.
    Son los melocotones redondos en tus dedos.
    Cantos de cielo ahogas y fragores de villa:
    eres toda cual día que no desea gritos.

    Del verano se van coronando las fiestas
    por luto en las memorias de días que vendrán.
    El vientecillo duerme, las hojas bien sujetas,
    reposa el agua en una cuidada claridad.

    Al levantar tu brazo la fruta se te ofrece;
    obedece tus órdenes al ver que eres mejor:
    aún es más armoniosa tu suma perfección,
    …..... aún más graciosamente redondeada.

    En pago de tu ofrenda, para tu boca aparta
    fruta de besos detenida en mi ramaje;
    son determinación, son dominio y son vínculo
    y tomaron sazón, despacio, de mirarte.


    JOSEP CARNER
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    (continuará)


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Sáb 03 Ene 2015, 06:02

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    XIII. LES NOUS DEL BERENAR

    Una fonteta raja al peu de la noguera.
    Allà van cada tarda a berenar els infants:
    potser la font n'imita els salts remorejants.
    I la noguera, a tots, els fa de mainadera.

    El més petit de tots a sos germans digué:
    -Les meves nous, les meves, jo vull picar-les ara-.
    Fa, saberut, el gran: -Si en vols, les picaré.
    Tu no, perquè en eixint de casa ha di la mare:
    A Mirtil no li deu el roc: és tan petit!
    Quan pensa de picar la nou, es pica el dit.
    -No ho creguis -fa el menut. Agafo el roc, veuries,
    sense cap dit a sota. -Ningú no el creu de re.
    Com el que fa de gran es plau en tiranies!
    Mirtil pica de peus i crida com un be;
    i, amb el rebec, les nous, per terra cauen totes.
    El gran gira l'espatlla dient: -Tu sempre botes-,
    i ja l'oblida, amb aire superbament serè.
    L'altre germà, però, que de reüll s'ls mira,
    veu queMirtil, picant de peus, en dansa d'ira,
    sense saber-ho, esclafa les nous que li han caigut.
    I va vers ell, distret, com de no res temut.
    Pren cada nou, la menja (ningú no se n'adona).
    Car, si amb plaer s'empara del guany de cada estona,
    no hi ha escarafalleja ni se'n gloria pas.
    Que el seny defuig, alhora, topades i escarràs.




    XIII. LAS NUECES DE LA MERIENDA

    Mana una fuentecita debajo del nogal.
    Allá van cada tarde a merendar los niños:
    quizás la fuente imita sus saltos ruidosos.
    Y a todos, el nogal, les hace de niñera.

    De ellos, el más pequeño, a sus hermanos dijo:
    -Estas nueces, las mías, quiero partir ahora-.
    Dice, sabio, el mayor: Yo te las partiré.
    Tú no, porque al salir de casa ha dicho madre:
    A Mirtil no le deis la piedra: ¡es tan pequeño!
    Cuando quiere partir la nuez, se pica el dedo.
    -No creas -dice el niño. Cojo la piedra, y mira,
    ningún dedo debajo. -Pero nadie lo cree.
    ¡Cómo el que hace de grande se goza en tiranías!
    Mirtil pica de pies y bala cual oveja;
    y, con la pataleta, tira todas las nueces.
    Vuelve la espalda y dice, el mayor: -Siempre saltas-,
    y lo olvida, con aire altamente sereno.
    Pero hay otro heramano que, de reojo los mira,
    ve que Mirtil, picando de pies, en danza de ira,
    sin saberlo, espachurra las nueces que han caido.
    Va hacia él, en descuido, como despreocupado.
    Pues, si bien se aprovecha de la buena ocasión,
    aspavientos no hace ni se gloria de nada.
    Que cordura rehuye tropiezos y reyertas.



    XIV. LES SERVES ENDREÇADES

    A la polida cambra que fa un aroma d'herbes,
    i és blanca, amb una imatge que ve del temps antic,
    Hersé treballa tota fina, i amb rostre amic.
    És ben plaent el viure quan endegues les serves.

    Oh la velleta, per morts i morts compassada!
    Tants de dols li han donat una nova candor.
    Prou que us hi valen, quan un minva la diada,
    la feina ben atesa i els pensaments d'amor.

    I diu Hersé: -Ja a mi m'escau el raconet,
    com a aqueix fruit que poso damunt la palla neta;
    el paradís pot heure's dins una cambra estreta,
    només que tot hi lluï, ben pur, en son indret.

    Jo hi jugo a mitja vida; la gent del meu llinatge
    passaren, enduent-se'n la millor part de mi.
    Ja em cal només, desada com sóc en mon estatge,
    d'assaonar-me i endolcir-me ans de morir.

    I quan vindrà aquell dia que el nostre fat curulla,
    aquell endreç per sempre que no farà cap por,
    que es cremi un xic d'espígol damunt de ma despulla
    i aquell estel que em veia s'adoni que no hi só.




    XIV. LAS SERBAS ARREGLADAS

    En la pulida cámara que hace un olor a hierbas,
    y es blanca, con imagen de una época lejana,
    Hersé, pulcra, trabaja, y con rostro amigable.
    Es bien grato vivir cuando arreglas las serbas.

    ¡Oh la viejita, por los muertos arreglada!
    Tantos lutos le han dado renovado candor.
    Bastante que compensa, al fin de la jornada,
    el trabajo cumplido, pensamientos de amor.

    Y Hersé dice: -Me toca ya a mí ir al rinconcito,
    como el fruto que pongo sobre la paja limpia;
    en estrecho aposento, puede haber paraíso,
    con tal que todo luzca, muy puro, en su lugar.

    Gozo de media vida; la gente de mi estirpe
    se fueron y llevaron, lo mejor que había en mí.
    Ya sólo me hace falta, guardada en mi morada,
    sazonar y endulzarme mejor para morir.

    Y cuando llegue el día que nuestro hado colma,
    aquel arreglo eterno que no dará pavor,
    quemen algo de espliego encima mis despojos
    y así el astro que mira advierta que no estoy.



    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Lluvia Abril Sáb 03 Ene 2015, 07:32

    Es, como ver pasar la vida desde un canastito de frutas y frutos.
    Me gusta mucho, Pedro.
    Sigo por aquí, agradeciendo y aprendiendo.
    Un beso.


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    se acaba la diversión”.


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 04 Ene 2015, 06:28

    Pues mis traducciones desmerecen el original: su rico léxico, su belleza de rimas...

    Celebro que te gusten, Lluvia, vienen a representar un mundo de belleza ideal.

    Un abrazo.
    Pedro


    ........................



    XV. LES LLIMONES CASOLANES

    Metimna, atrafegada, com mou la cara encesa
    damunt el voleiar dels braços i el vestit.
    El dinar es cou, es veu lluir la roba estesa
    i ja a la cantonada és Licas, el marit.

    Liceni trenca un vidre, Naïs s’esmuny plorosa.
    Llavores, arrambant-se al mur i amb passes lleus,
    amb una revolada cruel i una amorosa
    ha restablert Metimna la pau, que amen els déus.

    Cansada, pren la copa de bella transparència
    on juguen aires, núvols, solcant un blau camí,
    i riu, sabent que a l’aigua mesurarà amb ciència
    el raig de la llimona, la mel de romaní.

    I beu, dant a l’entorn les últimes mirades.
    La llum en el cristall, esparvilladament,
    damunt sa cara es mou i l’omple de besades
    i li fa cloure els ulls, repòs de tant d’esment.




    XV. LOS LIMONES CASEROS

    Metimna, diligente, con cara arrebolada
    sobre el revuelo todo de brazos y vestido.
    La comida se cuece, luce ropa tendida
    y ya llega a la esquina Licas, que es su marido.

    Liceni rompe un vidrio, escapa Nais llorosa.
    Entonces, acercándose con pisadas muy leves,
    con gesticulación feroz pero amorosa
    restablece Metimna la paz, que aman los dioses.

    Lasa, toma la copa de bella transparencia
    do juegan aires, nubes, surcando azul camino,
    y ríe, conociendo que medirá con ciencia
    el chorro del limón y la miel del romero.

    Y bebe, dando en torno las últimas miradas.
    La luz en el cristal, despabiladamente,
    baila sobre su cara, la llena de caricias,
    y da paz a sus ojos, y calma a su atención.




    XVI. ELS CODONYS TARDORALS

    Diu l’un amic a l’altre: —Ligea, ta promesa,
    té una blancor molt gerda en tot el cos diví,
    i corre, embriagada de tanta jovenesa,
    i és com el tany que es gronxa en l’aire del matí.

    Però ja saps com elles es tornen malgirbades
    per fills i feines, o perquè no n’han tingut,
    i amb cara tediosa caminen desmarxades
    i són codonys, diries, el fruit més boterut.

    I l’altre amic que deia: —Quan fina tot esclat,
    nosaltres rondinem, esgarriant les passes,
    i flagel·lem el dia amb folles amenaces,
    saturns a la memòria del goig mal escampat.

    Llavores, el codony, que es féu vell en la branca,
    dins el calaix perfuma la nostra roba blanca,
    i si l’amorosim al caliu de la llar
    i l’acostem als llavis sorruts, és dolç, encar.




    XVI. LOS MEMBRILLOS OTOÑALES

    Dice uno amigo al otro: —Lígea, tu prometida,
    tiene un blanco frescor en su cuerpo divino,
    y corre, embriagada de tanta juventud,
    cual tallo que columpia el aire matutino.

    Mas ya sabes que ellas se vuelven más pesadas
    por hijos y trabajos, o por no haber tenido,
    y con cara tediosa andan desmadejadas,
    dirías son membrillos, los frutos más hinchados.

    Y el otro contestaba: —Cuando termina el brillo,
    nosotros rezongamos, extraviamos los pasos,
    flagelamos el día con locas amenazas,
    tristes con el recuerdo del gozo mal servido.

    Entonces, el membrillo, que envejeció en la rama,
    en el cajón perfuma nuestra colada blanca,
    y si lo calentamos en el fuego de hogar
    y al labio lo llevamos adusto, es dulce aún.



    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Serra)


    (continuará)


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    Josep Carner - Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos" Empty Re: Josep Carner (1884-1970): "Los frutos sabrosos"

    Mensaje por Pedro Casas Serra Lun 05 Ene 2015, 06:00

    .



    XVII. EGLÉ I LA SÍNDRIA

    Arriben les comares. Rient, fent el cor fort,
    es passen una síndria que és la més gran de l'hort;
    són llurs marits a vila, i han berenat entre elles,
    i juguen a encalçar-se damunt els blats desfets;
    mouen gatzara, salten, comencen cantarelles;
    va a rodolons la síndria i aixafa els peus distrets.
    La posta dessagnada fa tremolar l'herbeta.
    Una comare branda forta ganiveta.
    Diu que és Aglé, la dona de l'home tan petit,
    que esglaia les cunyades i bat el seu marit.
    -A mi! -fan les amigues, cridant a la vegada.
    I, depassant-les totes, Eglé respon irada:
    -No sigue la primera tallada de ningú!
    Atu, la lluna roja, la llenço en sacrifici,
    ara que d'innombrables estels amb el seguici,
    vermella com la síndria, somrius a cadascú:
    rutlla d'amor que encises casals, camins i brolles,
    si ens veus avalotades retorna'ns a raó.
    No ens fes l'amor manyagues, seriem unes folles;
    si no ens escarraséssim, o xacra o bé corcó.
    És cosa fada el viure quan om no s'arromanga
    per al munyir o el péixer o el batallar amb la fanga:
    i si els marits enutgen i els fills donen treballs,
    ens cal l'home de casa i ens calen els brivalls.
    Tu doncs, tu que amb la teva mirada compassiva
    veus que els infants s'adormen i que el marit arriba
    del camp, i ens il.lumines la joia del sopar
    i alegres la botella posada a refrescar,
    demà, que a trenc de dia et reveurem encara,
    demana'ns, tafanera, amb ta minvada cara,
    si, closes en la fosca, ens remogué en el llit
    el plor de la mainada o els besos del marit.




    XVII. EGLÉ Y LA SANDÍA

    Llegaron las comadres. Riendo, valentonas,
    se pasan la sandía, la más grande del huerto;
    lejos de sus maridos, han merendado juntas,
    y juegan a alcanzarse sobre trigos deshechos;
    con algazara, saltan, inician tonadillas;
    la sandía, rodando, chafa pies distraidos.
    La puesta desangrada hace temblar la hierba.
    Una comadre blande un enorme cuchillo.
    Es Eglé, la mujer del hombre más bajito,
    que asusta a las cuñadas y pega a su marido.
    - ¡A mí! -dicen las otras, llamándola a la vez.
    Y aún más alto que ellas, Eglé contesta airada:
    - ¡No sea la primera tajada de ninguna!
    Para ti, roja luna, la ofrezco en sacrificio,
    ahora que de incontables estrellas cortejada,
    roja cual la sandía, nos sonríes a todas:
    aro de amor que hechizas casas, caminos, frondas,
    si nos ves agitadas tórnanos la razón.
    No hiciera amor caricias, tornaríamos locas;
    si no nos afanásemos, o achaques o cuidados.
    Maravilla es vivir cuando no te arremangas
    para ordeñar, pacer o luchar con la arada:
    si enojan los maridos, los hijos dan trabajo,
    falta nos hace el hombre y falta los rapaces.
    Tú pues, que con mirada clemente y compasiva
    ves que los niños duermen, llega el hombre del campo,
    iluminas el goce de la cena en la mesa
    y alegras la botella metida a refrescar,
    que mañana en el alba te veremos aún,
    pregunta, curiosona, con tu menguada cara,
    si, ocultas en lo oscuro, nos removió en la cama
    el llanto de los niños o los besos de él.



    XVIII. ELS RAÏMS IMMORTALS

    I

    El poeta en el cim se sent cantar,
    i la vinya daurada que el sol banya
    a farbalans alegra la muntanya
    i en fi pendís cap a les ones va.
    La mar és adormida, el cel és clar;
    melangies d'escumes i boirines
    damunt la pau de les blavors divines
    rellisquen lentes a no cap demà.

    II

    -Oh Cronos, déu de la vellesa austera,
    la barba trista i la mirada errant,
    la meva jovenesa palpitant
    tu te l'emmenes per la cabellera.
    I encara só distret i, com l'infant,
    veig la parença que ens amaga el dol,
    i, com raïm, per art de mon verol,
    em resta mel sota la pell tibant.

    III

    Aquest raïm, oh Cronos, t'ha plagut;
    els grans daurats les teves mans m'arrenquen.
    Que trist no és el so de quan es trenquen
    en tos queixals movents de senectut.
    No vull el lent i desvagat destí
    de dar al no-res mon oci inconegut;
    val més ésser esclafat i escorregut,
    la sang inútil trasmudant en vi.

    IV

    Cerquem el goig el fàcil escorrim,
    la falsedat lluent se'ns encomana,
    i, tement cap paraula sobirana,
    l'ànima taciturna defugim.
    Però tot nèctar en el vas del rim,
    duració en perfum i en transparència
    es fa en el cup de la completa essència,
    amb delits i recances que oprimim.

    V

    ¡Malenconia al fi de la diada
    i cremadissa d'ales dels instants!
    Treni garlandes amb els pàmpols blancs
    i rigui dalt dels carros la gentada.
    No em plau corona de tot vent i joguina,
    sinó deixar, per a no nats humans,
    un poc de sol de mos amors llunyans,
    clos al celler, colgat en teranyina.




    XVIII. LAS UVAS INMORTALES

    I

    El poeta en la cima oigo cantar,
    y la viña dorada que el sol baña
    con faralás alegra la montaña
    y en pendiente hacia las olas va.
    La mar está dormida, el cielo aclara;
    añoranzas de espumas y neblinas
    sobre la paz de azules tan divina
    lentas resbalan sin ningún mañana.

    II

    -Oh Cronos, dios de la vejez austera,
    la barba triste y la mirada errante,
    mi juventud del todo palpitante
    tú te la llevas por la cabellera.
    Y estando distraído y, como infante,
    veo el aspecto que nos tapa el duelo,
    y, como uva, por arte de mi envero,
    me queda miel bajo la piel tirante.

    III

    Oh Cronos, esta uva te ha agradado;
    tus manos los dorados granos cogen.
    Qué triste es su sonido cuando rompen
    en las móviles muelas de un anciano.
    No quiero el lento y vano destino
    de mi ocio dar, ignoto a la nada;
    vale más ser chafado y escurrido,
    la sangre inútil convirtiendo en vino.

    IV

    Buscando el gozo lo fácil exprimimos,
    la brillante falsía nos contagia,
    y, temiendo palabra soberana
    el alma taciturna rehuimos.
    Mas todo néctar en vaso de verso,
    duradero en perfume y transparencia
    nace en la tina de la entera esencia,
    con goces y lamentos que escondemos.

    V

    ¡Melancolía al fin de la jornada
    y quemadiza de alas de segundos!
    Trence guirnaldas con pámpanos blancos
    y ría sobre carros el gentío.
    No cual corona del viento juguete,
    sino para dejar a los no natos,
    algo del sol de amoríos lejanos,
    puesto en barrica, bajo telarañas.



    JOSEP CARNER
    (versiones de Pedro Casas Ser


    (Fin de la obra)


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    Mensaje por Siby Dom 19 Mayo 2024, 03:49

    Hola mi amigo Pedro C., agradezco tus
    hermosas presentaciones, que me
    permiten ir aprendiendo y conociendo
    otros grandes poetas.

    Besitos dulces

    Siby
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    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 30 Mayo 2024, 15:14

    Gracias a ti, por tu interés, Siby.

    Un abrazo.
    Pedro


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