IX. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (III)

SONETOS SIGLO XX


PILAR CARRASCO LEÓN

España. Siglo XX
Medalla de Oro de la Academia Europea de las Artes. París. 1.988
y Medalla de Plata en 1.989.



ADORO SOL , MAR Y TIERRA

Adoro el sol por esos resplandores
que iluminan la luz de nuestra vida
pues alegran el alma entristecida
sus destellos radiantes de colores.

También el mar que oyendo sus rumores
en un sueño me deja adormecida
y envuelta en su beldad indefinida
me sumerge en un viaje de amores.

Y a la tierra feroz y dadivosa
que ofrece de su flores la hermosura
y en ellas se posa la mariposa.

¡Es la naturaleza tan hermosa
que contemplarla es fuente de ventura
y aspiras, el perfume de la rosa!

SONETOS SIGLO XX


NICOLÁS DE LA CARRERA

España. Siglo XX
Profesor de Instituto. Hallado en Internet.




FUEGO DE DIOS

Fuego de Dios: pupila incandescente
de amanecidos ojos, primavera
de rosas por el cráter de la cera,
pascual latido! ¡Oh llama, oh nube ardiente

lloviendo azules besos en torrente:
Agua lustral! ¡la Tierra jardinera
ya brota un vino nuevo en borrachera,
un blanco, luminoso pan crujiente!

¡El Aire sobre todo: aire festivo
de playa –lumbre y pez- brisa la acecho
de sus Manos de sol, Su Aliento vivo!

¡Oh Pascua joven: fe, cariño, bulla!
¡Un solo corazón, un solo pecho
respirando jazmines de aleluya!



Mi querido amigo, cuando quieras puedes continuar.
Te paso el testigo, Pascual.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947 ).

Wikipedia:

Emilio Carrere Moreno (Madrid, 18 de diciembre de 1881-Madrid, 30 de abril de 1947) fue un poeta, periodista y narrador español, perteneciente a la corriente poética del decadentismo modernista.

Nació en Madrid el 18 de diciembre de 1881, hijo de Eloísa Carrere Moreno, madre soltera de veintinueve años que murió al mes de dar a luz,1​ y Senén Canido Pardo.1​ El padre, un abogado1​ con ambiciones políticas, se desentendió de él, quizá para evitar complicaciones en su carrera. No obstante, cuando murió legó la mayor parte de su biblioteca a su hijo natural, así como una importante suma de dinero.1​ Huérfano de madre al mes de nacer, fue confiado a su abuela,1​ con la que permaneció hasta que el padre, más tarde, cambió de idea y quiso llevarlo consigo.

Su primera vocación fue la pintura; después se interesó por el teatro, lo que le llevó a inscribirse en la escuela de declamación del Centro Instructivo Obrero, donde se impartían clases a los pobres. En la escuela se aficionó al billar, donde conoció al compositor de zarzuela Federico Chueca. Su abuela cayó enferma y su padre socorrió a la familia colocando a Carrere como empleado en el Tribunal de Cuentas.2​ Este gesto suavizó las relaciones entre ambos.

Carrere publicó sus primeros versos en los semanarios La Avispa y La Chispa y frecuentó las tertulias literarias. Hizo amistad con el pintor Julio Romero de Torres. En 1902 publicó su primer libro, Románticas,3​ poemario de tono becqueriano. Bajo la influencia de los poetas malditos franceses (en especial, Verlaine, cuyos Poemas saturnianos tradujo y publicó en 1928), se sintió fascinado por la vida bohemia.

En una cachupinada,4​ conoció a la que sería su futura esposa, Milagros Sáenz de Miera, con la que se casó en 1906. En ese mismo año, su amistad con el librero y editor Gregorio Pueyo le llevó a preparar una antología de poesía modernista, que se publicó con el título de La corte de los poetas, florilegio de rimas modernas, y en cuyo prólogo defiende con pasión la nueva estética y a su mentor, Rubén Darío. De 1908 es el poema que le daría una inusitada popularidad, "La musa del arroyo",2​ incluido en su segunda colección de versos, El caballero de la muerte, y en el que plasmó su concepción bohemia y decadente de la vida.2​ En 1907 comenzó a publicar en revistas novelas cortas sobre el inframundo madrileño de la época: La cofradía de la pirueta, La tristeza del burdel, La conquista de la Puerta del Sol, Un hombre terrible. En algunas de ellas se hace evidente su afición a la teosofía, que le lleva a amistar con Mario Roso de Luna: El destino payaso, El sexto sentido, Un crimen inverosímil.

Acompañado por otros bohemios, como Pedro Barrantes, Alejandro Sawa, Ciro Bayo y Pedro Luis de Gálvez llevó la tópica vida desordenada nocturna. Entre 1910 y 1912 colaboró en Vida Socialista, llevado quizá por su simpatía por los oprimidos.2​ Entre 1919 y 1922 se publicaron sus Obras completas.3​ En 1922 apareció El sacrificio, una novela ambientada en las guerras de Marruecos.3​ Poeta muy popular, la afición al juego y el despilfarro le forzó a buscar una fuente de ingresos suplementaria en el teatro. No obstante, su economía no se estabilizó hasta 1929, año en que murió su padre dejándole una sustanciosa herencia —que tampoco sabría administrar. Se mudó a un piso de lujo en la calle de Rosales y se compró un automóvil.3​ Por entonces, se había vuelto monárquico y antirrepublicano. Entre 1935 y 1936 colaboró en Informaciones, una publicación ultraconservadora3​ financiada por el banquero Juan March. Tras la Guerra Civil, trabajó en el diario Madrid,3​ adquiriendo de nuevo cierta notoriedad. Rocambolescamente afecto al régimen franquista, murió el 30 de abril de 1947. Como otros autores que se significaron a favor de la dictadura, su obra cayó luego en el olvido, siendo redescubierta en los últimos años del siglo XX, coincidiendo con un interés renovado por la bohemia y la literatura fantástica. Tanto su novela La torre de los siete jorobados (1924) como su adaptación cinematográfica se consideran clásicos de este género.

Fue nombrado cronista oficial de la villa de Madrid el 11 de noviembre de 1943.5​
Obras
Poesía

Románticas (1902)
El caballero de la muerte (1909)
Del amor, del dolor y del misterio (1915)
Dietario sentimental (1916)
Nocturnos de otoño (1920)6​
Los ojos de los fantasmas (1920, segunda edición, Buenos Aires, 1924)6​
La canción de las horas (1923)6​
El otoño dorado (1924)6​
Ruta emocional de Madrid (1935)

Prosa

La cofradía de la pirueta (1912)
Rosas de meretricio (1917)
La copa de Verlaine (1918)
Aventuras extraordinarias de Garcín de Tudela (1919)
La torre de los siete jorobados (1920), llevada al cine en 1944 por Edgar Neville
El sacrificio (1922)
La Amazona (1923)7​
La cortesana de las cruces (1925)8​
La calavera de Atahualpa (1934)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947 ).

1. FLOR DE BOHEMIA. (*)

Aunque es el mundo un viejo hospital de incurables
la vida en nuestro idilio fué dulce y oportuna,
y así, unidos en lánguidos besos interminables
íbamos por los parques, en los claros de luna.

Y en las horas floridas de sentimentalismo,
pusimos áureos sueños de amor, sobre las plagas
del Dolor, la Miseria y la Muerte, lo mismo
que un leproso que pone rosas sobre sus llagas.

Nuestros amigos eran los clásicos buscones,
los tristes vagabundos, los poetas hampones,
las rameras que llevan risa y beso, en la boca

y son cual la alegría que pasa. Y en aquella
corte de los Milagros, mi pobre Risa Loca,
con su carita pálida, parecía una estrella.

( De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

(*) Obtenido de manuscrito digitalizado de la obra EL CABALLERO DE LA MUERTE. En los sonetos que pertenezcan a esta obra seguiré la ortografía original.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947 ).

2. LA BELLA LOCURA

¡Qué tarde has llegado, divina ventura!
Nos separa un mundo grotesco y liviano;
yo sueño una vida más libre y más pura.
¡Debí haber nacido príncipe ó gitano!

Cual sublimes locos, salvar el abismo
debemos, en nombre de nuestro ideal,
y sobre los mundos y sobre Dios mismo
poner nuestra santa pasión criminal.

Si es fuerte el obstáculo, aún será más fuerte
mi amor, que te adora por toda una vida;
mas la vida es corta... Tengo ansia de verte,

de besar tus ojos... porque la florida
juventud no vuelve, y quizá escondida
detrás del horario, nos mira la Muerte.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947 ).

3. JARDÍN DE OTOÑO

Llena el parque una dulce languidez otoñal,
las hojas muertas ciegan la fuente solitaria;
y en el gris infinito se pierde el cipresal
con la melancolía yerma de una plegaria.

Está encantada el alma del jardín. Se diría
que un hálito espectral estremece las frondas,
y un piano lejano llora una melodía
de ideales truncados y tristezas muy hondas.

Una hoja mustia roza nuestra frente, y pensamos
en una amada muerta á quien nunca besamos,
en las naves que parten para no volver más,

¡y evocamos llorando los hondos desconsuelos
de esas manos queridas que agitan sus pañuelos
en los tristes adioses para siempre jamás!

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE ).

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

4. PERDÓN

Al inclinarte en actitud ferviente
en la desierta catedral sombría,
vi á la luz triste que en el ara ardía
la palidez de luna de tu frente.

Al mirarte llorar amargamente,
—No, no es mala— exclamé con alegría,
— Perdóname, mujer, yo no creía
que supiera llorar tu alma inclemente.

¡Ay, también muchas horas ha llorado
en la cruz de tu amor crucificado
mi corazón, que á su pesar te adora!

Yo olvido tu traición y tus desvíos;
si sufres, ven á mí; los brazos míos
siempre abiertos están para el que llora

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

5. TEJEDORES DE UN ENSUEÑO

Todas las tardes veo tu cabeza gentil,
como una flor de rizos, detrás de tu vitral,
mientras tu transparente manita de marfil
melancólica borda una flora ideal.

Tal vez mientras tu mano trenza el hilo sutil
tu alma teje un ensueño frágil como el cristal,
por donde un rubio Príncipe más galano que Abril
pasa entre la áurea pompa de una marcha triunfal.

Yo soy el tejedor de una egregia locura
casi tan bella como tu celeste hermosura
¡oh linda tejedora, mi dulce Presentida,

que has llegado tan tarde, tan tarde á mi dolor!
¿Por qué no bordas una áurea rosa de amor
en este cañamazo tan triste de mi vida?

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE )

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

6. MELODÍA GALANTE.

La noche es perfumada. La fiesta palatina
encanta los salones con su pompa triunfal;
la orquesta ritma el canto de dulce sonatina
que se desgrana en claros arpegios de cristal.

Modula una damita, graciosa figulina,
gustando un epigrama su risa musical,
y un poeta galante con devoción se inclina
de una bella al oído tejiendo un madrigal.

Un susurro de risas y de crujir de sedas
llega al jardín en calma. Bajo las arboledas,
por unos ojos lindos, se cruzan dos espadas.

El parque está encantado á la luz de la Luna;
la orquesta suena lejos, y entre las frondas una
fuente llora monótonas leyendas olvidadas.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

7.- AMOR DE GATA

Tu inquietante y rara mirada felina
en el verde hechizo lunario se pierde,
¡oh gatita blonda!, y á mi me fascina
con su ajenjo extraño tu pupila verde.

Los gatos, diablescos nocturnos poetas,
que en las chimeneas las noches de lluvia
cantan sus absurdas cantatas inquietas,
cual las tuyas pérfidas, mi gatita rubia.

¿Sabes tú de aquellos gatos asesinos
que roen la muerta carne lamentable
de las viejas damas de la tradición?

¿Por qué se horrorizan tus ojos divinos?
¡Tú también, mimosa gatita execrable
has comido carne de mi corazón!

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE )

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

8.- VERANO

El Sol, gran patriarca, Verbo fuerte, calcina
á la tierra que se abre con un tremor sensual;
el rubio Sembrador mira como germina
la espiga de la Vida de la entraña inmortal.

Sahuman las acacias su perfume nupcial,
el seno de las vírgenes tiembla en una divina
iniciación, y flota en la noche vernal
una intensa fragancia de carne femenina.

Canta su monorítmico nocturno la cigarra;
llora una copla ardiente de celo una guitarra.
Es la hora en que del alma en los inquietos mares

como Espíritu Santo de la carne encendida,
suena la voz del dulce Cantar de los cantares:
"Ámame estrella y flor ¡Fontana de la vida!"

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

9.- INTERMEDIO SENTIMENTAL

En el ambiente frivolo de este café galante
lloran las melancólicas arpas napolitanas,
tú surges en mi alma, toda blanca y fragante
con la suave tristeza de las cosas lejanas.

Yo evoco nuestro viejo poema. Tu florida
ventana, de tus trenzas el perfume galán,
tu voz que es el recuerdo más dulce de mi vida
y tantas cosas bellas que nunca volverán.

¡Es la vida tan hosca y el triunfo tan banal,
tan breve el paraíso del veneno sensual
es mi pan tan amargo y es tan triste mi vino!

Tú surges de las ruinas de mi leyenda de oro
lejana y bella como mi juventud y lloro:
¡Quién pudiera volver á empezar el camino.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

10.- FLOR DE LOCURA

"La caprichosa Luna miró por
tu ventana mientras dormías, y
se dijo: Esta criatura me gusta-" ( BAUDELAIRE)



Mi amada es una pálida belleza de marfil.
La Luna, la maligna Luna fué su madrina,
y ha puesto en su semblante la palidez divina
y triste de las lunas idílicas de Abril.

Tienen sus ojos glaucos un beleño sutil
y fosfórico; una fascinación felina,
el beso emponzoñado de la extraña madrina.
Es luminoso y triste su rostro de marfil.

Su alma hermética tiene el misterio inquietante
de las casas cerradas. Yo besé á la impasible
en la flor de veneno de su boca enigmática

Y celosa la Luna, la vieja empozoñante,
me condenó á amar siempre lo absurdo, lo imposible.
Lo que duerme en los ojos de mi triste lunática.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

11.- CAFÉ POPULAR


Gentes endomingadas, discreteos banales...
un galán dice un lindo madrigal á Rosina,
que es una burguesita romántica y divina
con los ojos cargados de visiones nupciales

Olor de ropa limpia que aromó la manzana
del arcón familiar. Surge como una estrella,
exótica, entre el trueno de alegría plebeya,
una linda que es una marquesa verleniana

Llora el piano una vieja y triste cavatina,
sueña y vierte una lágrima romántica, Rosina;
enmudece el horrísono clamor dominical.

La melodía apaga las risas populares
y pone una encantada hora sentimental
en la monotonía de esas vidas vulgares.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE )

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

12.- REGINA

Vos ignoráis, Señora y reina mía
que yo por vos, el cielo desdeñara,
que aunque os mostraseis de piedad avara
sin esperanza, amándoos seguiría.

Que por siempre en mi pecho la alegría
viendo una vuestra lágrima expirara;
al gigante más fiero yo os hurtara
y á vuestro enojo, humilde, temblaría.

Mendigo de la luz de vuestros ojos
voy tras de vos. Mas nunca os dará enojos
de mi insensato amor, queja menguada.

Porque á pesar de cuanto yo os adoro
llegar no aspiro á vos. Sólo os imploro
la limosna de amor de una mirada.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

13.- LA ALEGRE MUECA

Te hastían los románticos amores, vida mía,
tu cabecita loca sueña una vida inquieta;
yo muero entre la bruma de la melancolía
llorando dolorosos amores de poeta.

Quiero ocultar mi trágica sonrisa de ironía,
de los frivolos goces, tras la alegre careta
y morir agotado en la carnal orgía
de tus locas caricias de adorable coqueta.

Quiero vivir en una mentida carcajada.
Profanaré mi lira con báquicas canciones,
ahogando mis sollozos en el fondo del vaso.

Nunca sabrás mis penas, tirana idolatrada;
aunque lloren sus líricos aires mis ilusiones,
siempre reirá mi máscara de estúpido payaso.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

14.- LA NUEVA PRIMAVERA

Tiene aroma de nardos y caricias de seda
tu voz, en esta amable hora sentimental,
de mis parque dolientes, en la mustia arboleda,
vuelve á cantar el pájaro azul del Ideal.

Tú has hecho que en mis labios mundanos floreciera
el ingenuo milagro del amor juvenil
y pones una loca canción de primavera
en la triste cordura del corazón senil.

Ebrio por la fragancia de mi nueva emoción,
voy por la amarga ruta de honda desolación,
donde todo es un triste reflejo del final

y siento en mí una dulce fontana de alegría
cuando escucho tu voz, y en mi arboleda umbría
preludia su aria el pájaro azul del Ideal.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

15.- ELOGIO DE LOS OJOS NEGROS (*)

R. Alda Mayo

Ojos negros en donde brilla la tentación,
bellos ojos de quienes vida y muerte recibo,
muy torpe al elogiaros está mi corazón
vale más lo que callo que todo lo que escribo.

Raras estrellas negras que al mirarme tranquilas
quemáis todo mi ser con llamas infernales,
pues siento que me acecha detrás de tus pupilas
el más dulce de todos los pecados mortales.

A pesar de tu porte ducal, tus ademanes
de figulina linda hecha con luz de luna,
yo he soñado que he visto tus dos ojos sultanes
detrás de un velo azul en la zambra moruna.

Yo amo al hechizo que hay en tu triste mirada
donde el amor enciende su lámpara encantada,
la fragancia que tiene tu juventud florida;

yo amo tus ojos negros, pues dan á mi memoria,
el encanto lejano de una olvidada historia,
que es el más dulce y triste recuerdo de mi vida.

(Del EL CABALLERO DE LA MUERTE )

(*) Este soneto tiene una estructura particular. Presenta tres cuartetos y dos tercetos, por lo que habría que considerar al tercer cuarteto como un estrambote.

TEJEDORES DE UN ENSUEÑO

Todas las tardes veo tu cabeza gentil,
como una flor de rizos, detrás de tu vitral,
mientras tu transparente manita de marfil
melancólica borda una flora ideal.

Tal vez mientras tu mano trenza el hilo sutil
tu alma teje un ensueño frágil como el cristal,
por donde un rubio Príncipe más galano que Abril
pasa entre la áurea pompa de una marcha triunfal.

Yo soy el tejedor de una egregia locura
casi tan bella como tu celeste hermosura
¡oh linda tejedora, mi dulce Presentida,

que has llegado tan tarde, tan tarde á mi dolor!
¿Por qué no bordas una áurea rosa de amor
en este cañamazo tan triste de mi vida?

¡Qué bello!


Gracias, Pascual y besos.

MELODÍA GALANTE.

La noche es perfumada. La fiesta palatina
encanta los salones con su pompa triunfal;
la orquesta ritma el canto de dulce sonatina
que se desgrana en claros arpegios de cristal.

Modula una damita, graciosa figulina,
gustando un epigrama su risa musical,
y un poeta galante con devoción se inclina
de una bella al oído tejiendo un madrigal.

Un susurro de risas y de crujir de sedas
llega al jardín en calma. Bajo las arboledas,
por unos ojos lindos, se cruzan dos espadas.

El parque está encantado á la luz de la Luna;
la orquesta suena lejos, y entre las frondas una
fuente llora monótonas leyendas olvidadas.



¡Me encantó!
Gracias, Pascual

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

16.- LA MORAL

Doncellona que plañe por dejarlo de ser,
perfil de celestina, trasgo inquisitorial,
i Bendito sea el látigo de risas del placer
que azota tu devoto gesto convencional!

Odias la palpitante gracia de la mujer
donde el divino instinto yergue su himno inmortal,
é impones tus cilicios cuando sientes arder
en los sexos el dulce deleite universal.

Vieja doncella huraña, cuando en el oratorio
tú maceras tus carnes y en tu reclinatorio
ahogas tus lascivias á fuerza de oraciones,

despierta el viejo Pan, y su flauta galana
florecida de amor, vierte en los corazones
la radiante alegría de la risa pagana.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE).

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

17.- LA MUJER ARAGONESA

Es noble y franca y firme como el Pilar la moza
de Aragón. Sabe á campo y á paz y huele á heno;
y el triunfo del carmín en su rostro moreno,
evoca el vino heroico vertido en Zaragoza.

Su alma es igual que el alma de la jota. Y en ellas
el amor y el terruño tienen cantos triunfales,
y así, vibran en hondas rapsodias pasionales
ó rugen al recuerdo de viejas epopeyas.

Es pomposa y radiante. Su escultura carnal
da una emoción de vida profunda y maternal.
Es fuente de infinita ternura en los amores,

y sabe del egregio laurel de ¡a heroína;
y así, ama con la hondura de amor de la Dolores
y muere con el gesto glorioso de Agustina.

(De EL CABALLERO DE LA MUERTE)

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

18.- JARDÍN FÚNEBRE

Sueño en mis largos tedios con una loca orgía
en un jardín sombrío de un viejo camposanto,
oyendo de los muertos el funerario canto,
que avanzan espectrales, entre la bruma fría.

Que canten sus agravios mis amadas de un día,
las que por mí olvidadas derramaron su llanto,
y que chillen los buhos con agorero espanto
y giren los murciélagos sobre la frente mía.

Que dancen á una extraña orquesta de campanas
los pálidos suicidas, las mustias cortesanas
y los cuerpos deformes de los ajusticiados.

Quiero fundir en esta macabra floración
mis viejas alegrías, mis sueños fracasados,
toda la podredumbre que hay en mi corazón

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

19.- NOCTURNO DE LA PUERTA DEL SOL (*)

El gran reloj, en las sombras, parece una ruleta.
Bolsín de los bigardos, lonja de las tusonas,
los pigres del sablazo y de la pirueta.
plantan el campamento de sus vidas busconas.

Propicio acechandero del clásico cesante
corazón del Madrid bullanguero y jovial;
tahúres en Correos, toreros en Levante,
cupletistas y cómicos del café Colonial.

Si es Madrid la sirena que hechiza y envenena,
es la Puerta del Sol la voz de la sirena,
que llega al más remoto rinconcito español.

Sonrisa de la corte, que acoge cada día
a todo soñador, lleno de fantasía
que viene a la conquista de la Puerta del Sol.

(*) A partir de aquí, la fuente usada es la BV DEL SONETO DE RGG. Este no señala el libro u origen de los sonetos por lo que no lo pondremos. RGG cita alguno de los sonetos que ya hemos puesto. Intentaremos no repetir. Sipor casualidad ocurriera pedimos disculpas con antelación.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

20.- MAYO FLORIDO

Mayo es un trovador que rima en sus canciones
fragancias de mujer y aromas de jazmín:
doncellita que vives devanando ilusiones,
canta, mientras que mayo florezca en tu jardín.

¡Juventud, primavera! Novia ardiente y galana
que enciende en nuestras almas su incensario nupcial;
doncellita que sueñas de amor en tu ventana;
ama, mientras que mayo florezca en tu rosal.

Clara luna de mayo, que das a los amantes
las horas más azules, los sueños más fragantes,
el alma a flor de labio con divina emoción.

Corazón juvenil doncellita hechicera,
goza el florido encanto que hay en tu primavera
porque no será siempre mayo en tu corazón!

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

21.- CANCION DE CUNA

Dormid; por vuestras frentes cruzan azules sueños
un ángel blanco arrulla vuestras almas inciertas.
Al mecer vuestras cunas pienso en esos pequeños
que duermen en los quicios de las calles desiertas.

Y tengo mucho miedo a morir... Mi cariño
es escudo que guarda vuestra infancia florida...
¡Y no hay cosa más triste que los ojos de un niño
que se entera tan pronto del dolor de la vida!

Dormid; hasta el nevado candor de vuestra cuna,
como un lirio de plata, llega un rayo de luna.
Soñad mientras yo mezco vuestra cuna a compás

y sollozo pensando en la pobre hermanita
que se fue toda blanca en su blanca cajita,
una tarde muy triste, ¡para siempre jamás!

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

22.- CANCIONERO DE AYER

Yo fui un niño enfermizo, pálido y enlutado,
que demasiado pronto conoció la tristeza
del trágico y grotesco dolor de la pobreza.
Yo he dormido en los bancos de un parque abandonado.

Y con la flor de toda la andante picardía
aprendí que la vida es demasiado dura
cuando hay que conquistarla, en constante aventura,
venciendo a la miseria un día y otro día...

Yo fui un niño enfermizo, pálido y mendicante,
sin otro camarada que algún can trashumante
del arroyo, en la eterna, negra desolación.

El dolor fue el maestro que me enseñó a ser bueno,
¡pobre niño poeta! y floreció en el cieno
mi verso, como un lirio divino de emoción.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

23.- EN LOS JARDINES PUBLICOS

En los jardines públicos hay un recogimiento
de remanso, en las noches todas blancas de luna:
camarín de los sueños de algún artista hambriento
y de las buscadoras de amor y de fortuna.

Hay poetas, gallofos e inquietantes mujeres;
son escombros de vidas que reúne el ocaso;
y se cuentan, con lágrimas, los remotos placeres
y en voz baja se dicen el dolor del fracaso.

¡Jardín de los bigardos y de esa poetambre
que saben que mal riman los sonetos y el hambre,
mientras llora una fuente su pena cotidiana!

En todos los jardines hay un banco sombrío
donde un hombre sin nombre murió de hambre y de frío
una noche... en el centro de esta ciudad cristiana.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

24.- PERFIL DE AGUAFUERTE

Gran bebedor de agua, valeroso argonauta
que conquista a diario su vellocino de oro;
para su vida el viejo Muger trazo la pauta
y un montón de sonetos es su único tesoro.

Como Gautier, prefiere un soneto a unas botas.
¡Oh, el airón cyranesco de este gesto romántico!
Arrostra la amargura de todas las derrotas
y arde siempre en su espíritu la exaltación de un cántico.

Poeta hampón del amplio chambergo y la chalina,
que come del azar y duerme a la ventura;
lunático amador de una dama ideal.

La Bohemia es la amante que encanta y que fascina,
y enfermo de miseria y de literatura
le arrojará al anónimo lecho del hospital.

SONETOS SIGLO XX

EMILIO CARRERE (1881 - 1947)

25.- AZAFATAS DEL HAMPA...

Azafatas del hampa, reinas de la gallofa
alisan del trovero la revuelta melena;
él las paga los besos de amor con una estrofa
a sus ojos de abismos y a sus carne morena.

La vida es pintoresca... sin amor y sin gloria
y sin hogar; mas tiene su encanto de aventura,
porque sabe poner en su vida irrisoria
de miseria, un penacho de artística locura.

¡Bohemia solitaria, bohemia tabernaria!
La vida así es amarga y oscura y solitaria,
lúgubre como un fondo tremendo de aguafuerte.

Los mártires del Arte ven su suerte frustrada
y ante su vaso esperan que de una encrucijada
de la Vida, aparezca, de improviso, la Muerte.