CRISTOBAL DE BEÑA (1777-1833)

CRISTOBAL DE BEÑA  (Madrid, 1777 - 1833).

Wikipedia.

Poeta español.

Biografía

No se poseen muchos datos sobre este autor. Nació en Madrid. Llegó a conocer perfectamente las literaturas inglesa y francesa. Al estallar la Guerra de la Independencia Española era uno de los redactores del Memorial Literario en Madrid junto a los hermanos Carnerero (José María y Mariano) y el médico Andrés Moya Luzuriaga. En 1808 publicó en la imprenta de Benito Cano de Madrid una "Oda al Triunfo de Zaragoza" de 11 páginas en 4º. Liberal, asistió en Cádiz a la confección de la Constitución de 1812 y colaboró en el periódico gaditano Tertulia Patriótica. Ganó fama de poeta repentizador. Don Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, le trató por entonces. Marchó como militar a Londres en compañía de su superior, el general escocés John Downie (Stirling, 1777 - Sevilla, 1826), el tuerto creador de la llamada "Legión extremeña", de la que fue coronel. En Londres Beña imprimió sus Fábulas políticas en 1813. Al regresar distribuyó la edición, que, en 1815, durante el gobierno absolutista de Fernando VII, fue mandada recoger, procesándose al autor. Además, tuvieron el honor de ser incluidas en el Index librorum prohibitorum de la Iglesia católica. Pregonan una sociedad igualitaria. Hay algunas republicanas, y otras anticlericales. La Inquisición de México prohibió esta obra en 1816. Con el Trienio Liberal, su madre solicitó y obtuvo la devolución de la edición secuestrada el 2 de abril de 1821. Se volvió a imprimir en 1820 en tres imprentas de Madrid, en una de Granada y en otra de Barcelona, y otra vez en Valencia en 1822 junto a varias de La Fontaine traducidas por Bernardo María de la Calzada adaptadas estas últimas a un sentido político. Se reimprimieron en Caracas en 1833, en la imprenta de Tomás Antero.

Beña publicó también una colección de sus poesías, elaboradas durante la Guerra de la Independencia, con el título La lyra de la libertad. Poesías patrióticas (Londres, 1813).
Obras

   Fábulas políticas, (Londres, McDowall, 1813).
   La lyra de la libertad. Poesías patrióticas (Londres, 1813).
   Memorias y campañas de Carlos Juan, príncipe real de Suecia, Madrid, 1815.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

NO el vano deseo de lucir ni la ambición de una gloria, que no cree merecer, han movido al Autor de estos versos a reimprimirlos en un volumen: el odio con que mira la tiranía, el puro placer de inmortalizarle1, si es posible, y el juzgar que estas composiciones reunidas son un monumento erigido por sus débiles fuerzas a la Independencia de su Patria, le han obligado a ello; y se reputará por muy feliz, si alguna vez exclamaren sus conciudadanos al leerlas: ¡He aquí el tono de la Libertad!


1.- LA MARCHA ESPAÑOLA

HIMNO



Arma velit, poscatque simul, rapiatque juventus.


VIRGILIUS.




VOZ

A LAS armas corred, españoles4 5
de la gloria la Aurora brilló:
la nación de los viles esclavos
sus banderas6 sangrientas alzó.
¿No escucháis en los campos vecinos 5
los infames franceses7 bramar?
¿No los veis con frenética furia
los hogares del pobre arrasar?


CORO

Los fuertes aceros,
patricios guerreros, 10
al punto empuñad:
marchad, sí, marchad.
Resuene el tambor,
veloces marchemos,
y la sangre Española venguemos 15
derramada con ciego furor.

No temáis, españoles briosos,
no temáis a esa pérfida grey:
hoy adoran a un déspota infame
y ayer dieron la muerte a su Rey. 20
Preguntadles a ver si responden
¿dónde fue su alabado valor?
¿por qué sufren el mísero yugo?
¿por qué viven sin patria y honor?

Los fuertes aceros, &c. 25

Ese corso tirano, su jefe8,
que con cetro de hierro feroz
a los pueblos abruma orgulloso,
que obedecen gimiendo su voz;
de rabiosa ambición devorado 30
duros grillos nos quiso poner:
con ardides pensaba rendirnos,
con las armas jamás pudo ser.

Los fuertes aceros, &c.

Asaltados nos vimos al punto 35
de perfidias y horrenda traición9,
y por poco se mira en prisiones
de la España el dormido León;
mas rugió despertando, y sañudo
sacudió la terrífica crin, 40
y su garra tremenda hoy esgrime,
do hallará Bonaparte su fin.

Los fuertes aceros, &c.

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

1.- LA MARCHA ESPAÑOLA. CONT.


Las cadenas de bronce quebrando,
que a sus cuellos ponía el infiel10, 45
nuestros Padres ciñeron su frente
de coronas de honroso laurel;
y hoy los fuertes que libren la Patria
de las manos del vil opresor,
al laurel de sus padres marchito 50
con sus triunfos darán esplendor.

Los fuertes aceros, &c.

Recordemos, amigos, la gloria
que logramos un tiempo ganar:
nuestro brazo la Europa temía, 55
nuestro brazo enfrenaba la mar.
Hijos somos de aquellos valientes,
cuyos hechos el orbe admiró,
cuyo esfuerzo la América y Flandes
y la Italia y la Francia domó11. 60

Los fuertes aceros, &c.

Esa tropa de fieros bandidos12
sólo puede al cobarde oprimir;
desparece veloz a la vista
de quien sabe vencer o morir. 65
Los indignos, con oro comprados,
van sirviendo a la odiosa maldad;
nuestras armas en tanto dirige
la adorada feliz Libertad.

Los fuertes aceros, &c. 70

Si el francés con ficciones villanas
nuestro Rey consiguió cautivar,
no por eso consienta soberbio13,
que podrá su inocencia burlar.
La virtud le cubrió con su escudo; 75
la Justicia su espada sacó,
de Fernando defiende la vida,
y del Corso la ruina juró.


CORO

Los fuertes aceros,
patricios guerreros, 80
al punto empuñad:
marchad, sí, marchad.
Resuene el tambor,
veloces marchemos,
y la sangre española venguemos 85
derramada con ciego furor.



FIN DEL POEMA: LA MARCHA ESPAÑOLA

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

2.- EL GRITO DE GUERRA

CANCIÓN


YA marte sañudo
desnuda el acero,
fulmínale fiero,
revuélvele14 atroz;
   y el cóncavo escudo 5
furioso golpea,
llamando a pelea
con lúgubre voz.

   La escucha doliente
la tímida esposa; 10
la madre llorosa
la escucha también;
   mas alza su frente
la Patria abatida,
las mira afligida, 15
tranquilas se ven.

   El joven, oyendo
la trompa funesta,
las armas apresta,
que nunca llevó: 20
   las viste riendo,
ni teme la muerte,
que ledo a la suerte
su vida fió.

   Tú, Patria, la pides; 25
tú, Patria, le ordenas
quebrar tus cadenas,
morir o vencer;
   y presto a mil lides
se arroja brioso, 30
jurando animoso
tu yugo romper.


CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

2.- EL GRITO DE GUERRA.CONT.

CANCIÓN

Ni el débil anciano
las armas rehúsa,
ni da por escusa 35
vejez u dolor:
con trémula mano
la espada rodea,
su brazo flaquea,
mas no su valor. 40

Tus campos se cubren
de huestes ¡oh España!
la pérfida saña
te quiere talar;
mas ya se descubren 45
los ínclitos hechos,
los brazos y pechos,
que te han de salvar.

Del alto Pirene
la cumbre nivosa, 50
tu gente fogosa
mirando a sus pies,
las furias enfrene
del fiero Tirano,
y esfuércese en vano 55
con rabia el francés.

Del galo15 altanero
la cólera necia
quien no la desprecia,
la debe sufrir. 60
Perezca el guerrero,
que no repitiere:
¡Maldito el que huyere!
¡Vencer o morir!

Y siempre en campaña 65
por grito16 de guerra
darase el que aterra
la impía maldad:
que griten, España,
tus hijos entonces 70
al son de los bronces
sin fin: ¡Libertad!


FIN DEL POEMA EL GRITO DE GUERRA.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

3.- EL VOTO DE LA PATRIA

CANCIÓN



Ferte citi ferrum, date tela.


VIRGILIUS.



MIS hijos amados,
mi bien, mi esperanza,
que guerra y venganza
juráis al francés;
corred esforzados, 5
volad aguerridos,
que aún llevo oprimidos
con grillos los pies.

Perezca el Tirano,
perezca la gente, 10
que quiere insolente
mis fueros hollar.
El yugo inhumano,
que el fiero os ponía
su cuello algun día 15
le debe llevar.

Retumben los bronces,
las trompas resuenen;
sus ecos os llenen
de ardiente valor. 20
Vengadme, y entonces,
mis hijos queridos,
de lauro ceñidos
gozad de mi amor.

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

3.- EL VOTO DE LA PATRIA

CANCIÓN. CONT.

Entonces gozosos 25
cercados de gloria,
tras dulce victoria
la paz disfrutad;
mas antes briosos
romped mi cadena: 30
que llegue hasta el Sena
la voz ¡Libertad!

Que tiemble en su trono,
que tiemble el Tirano;
que de él vuestra mano 35
le arroje por fin;
que en torpe abandono
ninguno se mire;
que solo respire
venganza el clarín. 40

Que al joven Fernando
consuele su acento,
sus alas el viento
batiendo veloz;
que, el son escuchando, 45
la Europa se inflame;
que ¡muera el infame!
pregone a una voz.

Entonces la tierra
por él desolada 50
la paz deseada
con gozo verá;
mas caiga17 en la guerra
su ejército18 roto,
y entonces mi voto19 55
cumplido será.



FIN DEL POEMA EL VOTO DE LA PATRIA

¡Sorpresa!
Sabes que también me pasearé por este lugar. De momento te doy las gracias y te deseo un buen día.
Vendré más despacio.

Gracias, Lluvia. Luego te contaré la sensación que he tenido ( y el trabajo que he tenido que hacer para llegar aquí).

Besos.

Estoy siguiendo a los autores del XIX por orden alfabético. Claro, los más conocidos - como Rosalía de Castro- están más que tratados. Otros sus obras, aunque digitalizadas, son manuscritos. Y resulta muy difícil, por no decir imposible tratarlas : Manuel Cañete, Miguel´de Cárdenas y Chaves; José María Carulla; José Joaquín Casasús... y un largo etc. Para eliminarlos, yo debo pasar previamente por ellos y saber si los descarto o no...
Sin embargo, de esto tú sabes de esto tanto como yo... así pues ¿qué te estoy contando?

Gracias por estar alerta y pasar.

Besos.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

4.- GERONA

HIMNO



Furor iraque mentem praecipitant,


pulchrumque mori succurrit in armis.


VIRGILIUS.              




CORO

Digamos de Gerona,
digamos el loor;
de espléndida corona
bien digno es su valor.


VOZ

   Con afrenta los vándalos21 fieros, 5
la muralla caída rodean,
mas los bravos que en ella pelean
un momento no dejan22 la lid.
   Exhalando los ayes postreros
¡libertad! ¡libertad! apellidan, 10
y al esclavo francés intimidan,
que se encuentra do quier con un Cid.

   Digamos &c.

   Por sus calles la pálida muerte23
con el hambre rabiosa vagaba, 15
y el infante inocente mamaba
negra sangre mezclada con hiel:
   de sus héroes el ánimo fuerte
no por eso vacila, mas antes
en sus pechos de acero constantes 20
ve la Patria seguro broquel.

   Digamos &c.

   Ocho veces la cándida Luna
renovó de su faz los albores,
cada vez contra riesgos mayores 25
ocho veces los vio combatir;
   y envidiosa los vio la fortuna
su poder arrostrar atrevidos,
y los vio de su rueda caídos
y su esfuerzo no pudo rendir. 30

   Digamos &c.

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

4.- GERONA. CONT.

Asombrada la pérfida gente
solo escombros al fin señorea;
por la yerma ciudad se pasea,
y aún el miedo embaraza sus pies, 35
que en las ruinas ocultan la frente
mil y mil patriotas24 guerreros,
que juraron audaces y fieros
acabar con el nombre francés.

Digamos &c. 40

Ya previene la bárbara diestra,
ya previene cien hórridos lazos,
que sujeten los ínclitos brazos
al capricho del déspota vil.
Ya, burlada, su cólera muestra, 45
ya descarga feroz la cuchilla,
ya Gerona la indómita brilla
con la sangre de mártires mil.25

Digamos &c.

Su energía cubriola de gloria, 50
dando susto sin fin al tirano,
que pensó esclavizarla y en vano,
porque esclava jamás la verá.
Su tesón es señal de victoria;
nunca, nunca su ejemplo26 olvidemos: 55
si cual ella constancia tenemos
el impío burlado será.


CORO

Digamos de Gerona,
digamos el loor:
de espléndida corona 60
bien digno es su valor.



FIN DEL POEMA GERONA

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

5.- LA VOZ DEL PATRIOTA EN EXTREMADURA

CANCIÓN


Corred a la gloria,
tomad los aceros;
volad, ¡oh28 guerreros29
de antiguo solar!
Mirad la victoria 5
con lauros lucientes
las ínclitas frentes
feliz coronar.

Mirad de su tumba
cual ya se levantan, 10
y al vándalo espantan
Pizarro y Cortés:
¿No veis cual derrumba
su lanza gloriosa
la tropa orgullosa 15
del loco francés?

En pos de su sombra
corred sin tardanza,
y a par de la lanza
tomad el fusil. 20
Ya el galo se asombra
de ver tal denuedo;
ya tiembla de miedo
su mano servil.

Será Extremadura, 25
será cual la roca,
que inmóvil provoca
la furia del mar;
será sepultura,
do caiga sin vida 30
la gente atrevida
que os quiso burlar.

Venid, extremeños30,
salvemos a España,
venciendo la saña 35
del fiero opresor:
seamos los dueños31
del rayo en la guerra,
y pasmo a la tierra,
y al galo pavor. 40

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

6.- LA JORNADA DE ARROYO-MOLINOS

HIMNO


«Tendí,» gritó el impío
«tendí los fuertes brazos,
y toca el cetro mío
de un mar al otro mar.
   ¿Quien de mis duros lazos, 5
quien de mi justa saña
podrá, oprimida España,
tus hijos libertar?»

   Oyole Extremadura,
y viole congojosa 10
sembrar con mano impura
la muerte y el horror;
   y al cielo alzó llorosa
los casi yertos ojos,
de míseros despojos 15
cercada en su dolor.

   Mas como oculto fuego
se muestra de repente,
que fuerza humana luego
no puede contener; 20
   tras su rogar ardiente,
desnudas las espadas,
cien huestes denodadas
se vieron parecer.

   Cien huestes, sí, que fueron 25
allá en Albín un día,
que ansiosos recibieron
los hijos de Cortés,
   y ¡No mas tiranía!
¡No más! todas clamaron, 30
y raudas se lanzaron
al pérfido francés.

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

6.- LA JORNADA DE ARROYO-MOLINOS. CONT.

El sueño del descuido
dormías, orgulloso,33
cuando estalló a tu oído 35
el trueno del cañón:
cual lobo temeroso,
si oyó ladrar los perros,
por sierras y por cerros
huiste del bretón34. 40

Allí su honor vengando,
lavando allí su afrenta,
de Iberia35 el corto bando,
mas lleno de valor,
los vándalos ahuyenta, 45
persíguelos brioso,
ni al brazo da reposo,
ni cabo a su furor.

Fulminan los aceros
por una y otra parte, 50
fortísimos guerreros,
los hijos de Fingal;36
ni ya de Bonaparte
las célebres legiones,
los fieros escuadrones 55
sufrieron choque igual.

Y rotos y vencidos
miráronse al momento
los bravos, que temidos
el Elba undoso vio:37 60
que bien cual humo al viento,
cual sombra en la mañana,
tal su arrogancia vana
allí despareció.





FIN DEL POEMA LA JORNADA DE ARROYO-MOLINOS

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

7.- MEMORIA DEL DOS DE MAYO

CANCIÓN



Tum vero manifesta fides, Danaumque patescunt insidiae.....


¿Quis funera fando explicet, aut possit lacrymis aquare furorem?


VIRGILIUS.              




CORO

¿Quién reprime su enojo y su llanto,
recordando aquel fúnebre día,
que la noche con cárdeno manto
empapado de sangre cubrió;
   cuando Mantua sus hijos veía 5
oponer a la bárbara gente
la desnuda, la impávida frente,38
que al tirano del orbe arredró?


VOZ

   Cien falanges de acero cubiertas,
avezadas al pérfido alago39, 10
no creyeron que frágiles puertas
abrigasen valor sin igual;
   y sedientas de ruina y estrago
de su rostro la máscara tiran,
y las calles frenéticas giran 15
esgrimiendo el oculto puñal.

   ¿Quién reprime, &c.

   Mas el pueblo40 la trompa guerrera
y el fusil, impertérrito escucha,
que sus pechos en súbita hoguera 20
encendió la feliz libertad.
   Donde quiera se traba una lucha;
ni dan ayes las vírgenes41 vanos;
todas arman las cándidas manos,42
todas gritan ¡Valientes, matad! 25

   ¿Quién reprime, &c.

   Yace allí el opresor oprimido;
allí el joven intrépido yace,
que de plomo raudísimo herido
libre pudo y vengado morir: 30
   muere, sí; y en su muerte se place,
cuando mira que al vándalo fiero
ni le salva su cota de acero,
ni sus artes le pueden servir.

   ¿Quién reprime, &c. 35
CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

7.- MEMORIA DEL DOS DE MAYO. CONT.

Se redoblan los golpes y heridas;
más y más el estrépito crece,
y allá dejan las ínclitas vidas
los que en oro su nombre tendrán;43
el tronar del cañón ensordece, 40
y arde el aire44 con rápido fuego,
y los bronces, aún cálidos, luego
nuevas muertes de sí lanzarán.

¿Quién reprime, &c.

Todo es sangre y horrores y muerte, 45
todo es armas y bélico estruendo,
que al cobarde, al inválido, al fuerte
armas puso en la mano el furor.45
¿Mas cuál ruido percíbese horrendo
tras dolosa pacífica calma? 50
¿Qué gemido tristísimo el alma
va cubriendo de yerto pavor?

¿Quién reprime, &c.

¡Ellos son! ¡Ellos son! ya murieron46
desarmada la intrépida diestra; 55
ellos ¡ay! los que indómitos dieron
alto ejemplo de ilustre tesón.
La victoria es, oh mártires, vuestra;
que oyó el hecho, y atónita España
se aprestó con magnánima saña, 60
y arboló de venganza el pendón.

¿Quién reprime, &c.

De su sangre con largo tributo
desde entonces el vándalo paga
llantos, muertes y huérfano luto, 65
que aquel día miraba Madrid.
Ni una vez encendido se apaga
el volcán de esta cólera justa,
y si a esclavos un déspota47 asusta
teme a un pueblo que corre a la lid. 70

¿Quién reprime su enojo y su llanto,
recordando aquel fúnebre día,
que la noche con cárdeno manto
empapado de sangre cubrió?


FIN DEL POEMA MEMORIA DEL DOS DE MAYO.

Me quedé sin tiempo, amigo mío, pero de lo poco que he leído, merece la pena, así que gracias y buen día.

GRACIAS, LLUVIA.

BESOS.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

8.- LA BATALLA DE SALAMANCA, o el 22 de julio de 1812

HIMNO


Minacesturpe solum tetigere mento.

HORATIUS.              




CORO

Con lauro triunfante
ciñamos la frente
del anglo48 valiente,
pavor al francés;
   España le cante 5
cien himnos de gloria:
su paz, su victoria
de Wellington es.49


VOZ

   ¿Adónde su vuelo
dirigen perdidas?... 10
¿De quién mal heridas
las águilas van?
   Del hijo del cielo50,
del héroe britano51;
que ardiendo en su mano 15
mil rayos están.

   Con lauro, &c.

   Feroz, orgulloso,
decía el aleve:
¿qué fuerza se atreve 20
mi fuerza a rendir?
   Y al Tormes undoso
lanzándose fiero,52
vio roto su acero
aun antes de herir. 25

   Con lauro, &c.

   Cual cedro elevado,
que allá en la montaña
no teme la saña
del rudo aquilón; 30
   así sosegado
del ímpetu necio
con noble desprecio
burlose el bretón.

   Con lauro, &c. 35

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

8.- LA BATALLA DE SALAMANCA, o el 22 de julio de 1812. CONT.

Tronando los bronces
venganza respiran,
venganzas inspiran
la trompa y clarín:
los galos entonces 40
sin fin se enfurecen,
y en furia perecen,
muriendo sin fin.

Con lauro, &c.

Cobardes huyeron 45
caballos, peones,
que de otras naciones
se vieron terror,
y el campo tiñeron
de sangre traidora, 50
que inútil ahora
les fue su valor.

Con lauro, &c.

Librarse no pudo
ni el débil, ni el fuerte, 55
que a todos la muerte,
buscaba en la lid;
y roto su escudo,
y en sangre cubierto
perdido el acierto 60
va el mismo adalid53.54

Con lauro, &c.

Gozosa Castilla
se ve sin cadenas,
y olvida sus penas, 65
y esfuerza su voz:
su voz en que brilla
el hecho esforzado
del que ha destrozado
su yugo feroz. 70


CORO

Con lauro triunfante
ciñamos la frente
del anglo valiente
pavor al francés;
España le cante 75
cien himnos de gloria:
su paz, su victoria
de Wellington es.



FIN DEL POEMA LA BATALLA DE SALAMANCA

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

9.- ANIVERSARIO DE LA JORNADA DE ARROYO - MOLINOS

HIMNO



CORO

       Recuerda, oh memoria
recuerda aquel día,
que grata victoria
Guadiana gozó;
   Guadiana, que vía 5
turbar su corriente
con sangre inocente,
que el galo vertió.


VOZ

   Girard orgulloso
los campos talaba, 10
do en tiempo dichoso
naciera Cortés,
   y fiero guiaba
la bárbara tropa,
que es odio en Europa 15
del nombre francés.

   Recuerda, &c.

   El fiel extremeño
resístele osado,
y cede y su empeño 20
es vano por fin;
   mas presto a su lado,
la espada esgrimiendo
se ven combatiendo,
los fuertes de Albín. 25

   Recuerda, &c.


CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

9.- ANIVERSARIO DE LA JORNADA DE ARROYO - MOLINOS. CONT.

Los hijos briosos
de tanto valiente,
que en ecos gloriosos
el bardo55 canto; 30
del galo insolente
terror y castigo,
salud al amigo,
que de ellos fió.

Recuerda, &c. 35

Las huestes hispanas56
rehacen y alientan,
las haces tiranas
sorprenden allí,
y audaces ahuyentan 40
al galo altanero,
que ya nada fiero
ni aun cuida de sí.

Recuerda, &c.

Con sangre traidora 45
los campos regaron,
que fértiles hora57
por ella se ven;
y el nombre ilustraron
de Arroyo-Molinos 50
por hechos tan dinos58
igual a Bailén.


CORO

Recuerda, oh memoria,
recuerda aquel día,
que grata victoria 55
Guadiana gozó;
Guadiana, que vía
turbar su corriente
con sangre inocente,
que el galo vertió. 60



FIN DEL POEMA ANIVERSARIO DE LA JORNADA DE ARROYO - MOLINOS.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

10. MADRID LIBRE

ODA


Manibus date lilia plenis.

VIRGILIUS.



¿Cuándo más bien que en tan felice día
debes pulsar la cítara sonora,
Musa de libertad y de alegría?
Que atónita la gente
los ecos oiga59 del divino canto 5
de el lecho de la aurora,
hasta do el carro ardiente
el rubio padre de la luz encierra,
luego que tiende su estrellado manto
la oscura noche sobre la ancha tierra. 10

Allá en su trono alzándose el impío,
cercado de orfandad, y llanto y duelo,
temblad, necios, gritó, mi poderío:
y la servil cadena
cruje60 y estalla el látigo afrentoso, 15
y enrojecido61 el suelo
de sangre en larga vena
la triste Mantua entre congojas mira,
y maldiciendo el yugo ponderoso,
hierros arrastra y libertad respira.62 20

El pueblo, que de espléndida victoria
dio la señal, corriendo a la venganza,
que nunca olvida la común memoria,
solo, inerme, yacía
entregado al escarnio y a la afrenta; 25
mas plácida esperanza
en medio su agonía
tal vez rayaba en los valientes pechos,
que así el piloto desdichado alienta,
por más que ve los mástiles deshechos. 30

Allí ejercía63 su poder insano
bajo64 el dosel de maldición eterna
una sombra de rey65, fantasma vano,66
que en duro cautiverio,
fingiendo amor, al pueblo esclavizaba; 35
y la ambición fraterna
juntando al vituperio,
sin temer la inconstancia de la suerte,
con labios impurísimos dictaba
leyes de asolación, leyes de muerte. 40


CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

10. MADRID LIBRE. CONT.

Pero tronó en su indignación el cielo:
y cual áridas hojas, que levanta
furioso el Aquilón del seco suelo,
y en raudo remolino
llévalas por la esfera revolando, 45
y a los ojos que espanta
las roba el torbellino:
tal de su vista para siempre huyeron
el rey mentido y el infame bando,
que su cuchilla y sus verdugos fueron. 50

Huyeron, sí; que el rayo de la guerra
hirió de pronto la orgullosa frente
del que pensaba domeñar la tierra:
Dios desde el alto asiento
de sus iras la lanza vengadora 55
dio a Wellington valiente,
y rotas al momento
buscan donde esconderse, pero en vano,
las huestes que la Iberia vio en mal hora
rasgar su pecho con sangrienta mano. 60

Así tal vez el arduo Mongibelo
súbito arroja de su negra cumbre,
revuelto en humo que oscurece el cielo
abrasador torrente,
que derroca y arrastra enfurecido 65
troncos, piedras, techumbre,
y la mísera gente
corre a salvar de su furor la vida,
y si aún oye el horrísono bramido
se estremece creyéndose perdida. 70

¡Madrid! ¡Madrid! Quebrada es tu cadena,
y en tus plazas, no ha mucho silenciosas,
el dulce canto de victoria suena.67
¿Quién te arrancó a la muerte?
Teje68, oh musa, guirlanda inmarchitable 75
de lauros y de rosas
al héroe69, al hombre fuerte,
que la soberbia del francés humilla,
y, tornándola en polvo deleznable,
salva los hijos de la fiel Castilla. 80

Y tú, Madrid, cuando te fuere dado
levantar el trofeo esclarecido,70
que recuerde aquel día no olvidado,
de Wellington el nombre
sobre Daoiz y Velarde escribe: 85
que si a estos has debido
tesón que al galo asombre,
debes a aquel mirarte sin coyunda,
y por él la energía en ti revive,
que al tirano otra vez y mil confunda. 90


FIN DEL POEMA MADRID LIBRE.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

11.- LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

ODA


Nihil maius generatur.

HORATIUS.



Lanzando muertes con sangrienta mano,
y enfureciendo la cuadriga fiera,
las huestes del tirano
frenético Mavorte acaudillaba,
y su veloz carrera 5
negra desolación iba siguiendo;
víalo el español y no temblaba,
mas antes animoso,
del antiguo valor alarde haciendo,
corrió a parar su carro estrepitoso. 10

Y como suele, cuando en ancha calle
rueda del monte rápido torrente
que arrasa el verde valle,
tranquilo el olmo en medio la llanura
erguir la altiva frente; 15
así los hijos de la fuerte España,
cuando sumiso adoración impura
el orbe le ofrecía,
supieron arrostrar la ardiente saña
del que Señor de Iberia se creía. 20

Libres nacimos, dicen; y al momento
del fértil llano y la enriscada sierra,
del alma paz asiento,
brotar se vieron súbito soldados
apellidando ¡libertad! y ¡guerra! 25
y ¡guerra! y ¡libertad! do quier se escucha,
y conviértense en armas los cayados,
y da la reja espadas,
y a desigual y memorable lucha
se arrojan en hileras apiñadas. 30

Dioles Mengíbar ínclita corona,
cuando el orgullo de Dupont rindieron;
escollo era Gerona,
que del francés detuvo la arrogancia,
después que asombro fueron 35
la ilustre Mantua y la ciudad de Augusto,
que oscurece la gloria de Numancia;
y el águila altanera
rotos más de una vez miró con susto
su corvo pico y garra carnicera. 40

Mas ¡ay! de la alta roca, que solía
burlar al huracán embravecido,
no con tanta porfía
socaban los hondísimos cimientos
las olas en su embate repetido: 45
como el error y la molicie, osados,71
con la luz fatigosa mal contentos,
sordamente minaban
los altares, que en sangre salpicados
al patriotismo y la virtud se alzaban. 50


CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

11.- LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.- CONT.

Nació el desorden, que a la intriga escuda,
y ella, artera, con sórdido aparato,
de la virtud desnuda
triunfos abominables conseguía:
perdió en su torpe trato 55
la justicia el rigor, y en su balanza
en peso al fraude el mérito cedía,
mientras que los perjuros
fieros blandían la ominosa lanza,
rompiendo huestes, y allanando muros. 60

¿«Será tal vez», gritaban los valientes,
«será que el opresor ponga inhumano
su yugo al nuestras frentes?
Si la ley72 no dirige nuestros hechos
todo tesón es vano: 65
sea la ley y su poder defienda
del ciudadano libre los derechos.»
Y el cielo los oía,
y al ver la nobilísima contienda73
a sus deseos plácido reía. 70

Luego, cual tras la noche borrascosa,
que al mísero batel aleja74 el puerto,
de nácares y rosa
ceñida el alba, entre celajes75 rojos76
le muestra el rumbo cierto, 75
tras largo afán el Código sagrado
parece al fin a sus llorosos ojos,
y viole el pueblo mudo
bajo el cañón del invasor dictado,77
de libertad impenetrable escudo. 80

De entonces el francés despavorido
siente embotarse el filo a sus aceros,
y acá y allá es vencido;
y los gigantes bronces78 abandona
a Gades nunca fieros; 85
y de la fuga su esperanza pende;
cuando con gozo el español corona
aquel libro79 anhelado,
que a los hombres iguala y que defiende
del rico al pobre, al justo del malvado. 90

Cántale, Musa, tú, con voz divina,
que a tal grandeza mi humildad no alcanza.
Canta cual se avecina
el tiempo en que a la horrísona tormenta
suceda la bonanza; 95
y como, el cetro de oro manejando
la dulce paz80, que en libertad alienta,
los ponzoñosos males
huirán del suelo, do estará saltando
la abundancia en riquísimos raudales. 100

Cuando a su hijo decir podrá el guerrero:
«Si en el alto Pirene alzado un muro
de diamante y acero
fuera pavor al déspota sangriento,
no apoyo más seguro 105
de la española libertad81 sería
que esta Constitución, fiel monumento
de virtudes y gloria,
que hombres a un tiempo y ciudadanos cría,
y hoy para siempre entrego a tu memoria.» 110





FIN DEL POEMA LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

12.- EL HEROISMO

ODA


Si fractus illabatur orbis,
impavidum ferient ruinae.

HORATIUS.


Musa, que de los ínclitos varones
diste a Osián divino
el ensalzar las bélicas acciones
en canto peregrino,
que acompañaba con su voz sonora 5
de oro y marfil el harpa encantadora;
da poder celestial hoy a mi acento,
que a los astros levante
sobre las alas rápidas del viento
el ánimo constante, 10
del que es honor de la escocesa gente
y émulo digno de Fingal valiente.
En su sangre dos veces ya teñido
iba DOWNIE el osado
tras el francés por su valor vencido, 15
y de uno y otro lado
la muerte y el terror le acompañaba
y atónita Sevilla le miraba;
cuando al bajar83 la plácida victoria
del azulado cielo 20
a coronarle con laurel de gloria,
llegó con raudo vuelo
ardiente, férreo globo, despedido
de hueco bronce en hórrido estampido,
que el magnánimo rostro traspasara 25
con espantosa herida
y del fuerte bridón le derribara
en súbita caída;
y ya los enemigos orgullosos
tras la presa corrían afanosos. 30
De su carro de nubes84 entretanto
Fingal que lo veía,
con el celeste impenetrable manto
al héroe le cubría,
que, apoyándose al pomo de la espada, 35
sostenía la vida desmayada.
«Hijo,» le dice «si a la cruda suerte
rendirse hoy es forzoso,
también el cielo de inmatura muerte
te libra generoso: 40
poco serás te juro prisionero,
yo en tanto guardare tu noble acero.»
«Sea,» DOWNIE responde; mas mirando
que no lejos85 estaba
de sus valientes el guerrero bando, 45
hacia ellos señalaba
y a Fingal sonriendo le decía:
«¿Quién mejor guardará la espada mía?»
Y superior entonces a sí mismo
así el acero lanza 50
en prueba de su esfuerzo y heroísmo,
que los suyos alcanza,
y entre prisiones queda y no suspira
porque la fuerte espada libre mira.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

13.- LA LIBERTAD.

Prólogo a la tragedia Roma libre86

Pueblo español, cuyo poder un día
será otra vez terror al universo,
yo soy la Libertad, que a los mortales
dio por su bien, cuando le plugo el cielo.
Con la lanza, costosa al africano87, 5
yo misma armé la diestra a tus guerreros,
que, atados a la barbara coyunda,
romper su infamia y su opresión quisieron;
yo sus nunca domados corazones
cerqué tres veces de bruñido acero, 10
y diles el vencer y que su nombre
de valor y virtud fuese modelo;
yo escuché tus gemidos, yo tu llanto
estéril vi correr, oh digno pueblo,
cuando en lazo servil el despotismo 15
pudo ligar tu generoso esfuerzo;
mas vi también tras de la inercia torpe
cual sacudiste los pesados hierros,
y arrostrando la fuerza y la perfidia
con voto ardiente me llamaste luego; 20
y fui contigo, y la pequeña hueste
llevé al combate, y de laurel eterno,
con sangre de opresores salpicado,
ciñó su frente indómito el guerrero.
Tus ciudades, tus montes y tus valles 25
con ala rapidísima corriendo,
blandí la antorcha del valor y al punto
tu te inflamaste en su divino fuego:
ni hubo ya resistir, que derrotadas
por donde quiera sin pensar se vieron 30
las pérfidas falanges, que el tirano
lanzó en su mal a tu fecundo suelo;
y mientras él frenético y furioso
sueña que extiende sobre ti su cetro,
tú, magnánimo pueblo, tú, recibes, 35
tronar sus bronces sin pavor oyendo,
leyes justas, y santas, y durables;
leyes escudo firme a los derechos,
que yo te vuelvo a dar, yo que amorosa
tu ruina aparto y en tu suerte velo. 40
Y deseando que tu vista ocupen
aquellos pocos, mas sublimes hechos,
que inspira mi deidad88 a los humanos,
si admito grata su ferviente ruego,
ante tus ojos de la antigua Roma 45
daré que nazca el esplendor primero,
cuando tras un baldón, nunca sufrido,
juró ser libre y quebrantó sus hierros.

CONT.

CRISTOBAL DE BEÑA (Madrid, 1777 - 1833).

LA LIRA DE LA LIBERTAD

13.- LA LIBERTAD. CONT.

La escena que presido encantadora
va a sacar del no ser por un momento 50
a la ciudad89, después reina90 del mundo,
dulce morada para mí otro tiempo.
Veras aquí abatida la insolencia
de los nobles procaces y altaneros,
y un rey91 en su grandeza envanecido, 55
que del vasallo se gozó en el duelo
veras también del trono derrocado.
Escucharás el santo juramento
del intrépido Bruto, cuando mira
de la hermosa Lucrecia el frío cuerpo, 60
manchado feamente con la sangre,
que ella misma sacó del casto pecho;
y eterna execración a los tiranos
jurar con él al asombrado pueblo
también escucharas, y en bases nuevas 65
alzarse miraras gobierno nuevo,
que torna en aguerridos ciudadanos
los que antes eran del ultraje92 siervos.
Al pueblo, soberano de sí mismo,
verasle intervenir en el congreso, 70
que formó por su bien, y allí explicando
su libre voluntad con libre acento.
Sabias leyes verás obedecidas,
que al senador igualan y al plebeyo;
verás en fin a un padre desdichado, 75
verás a Bruto, al bienhechor del Pueblo,
que entrega a la segur de los lictores
de sus débiles hijos los dos cuellos.
Seducidos los míseros, que en Roma
volviese a entrar Tarquino consintieron, 80
olvidando a su patria; mas perecen,
y ella se salva, y con tesón austero
el fuerte Bruto de virtud gloriosa
da en su heroico dolor ilustre ejemplo,
y su nombre y constancia esclarecidos 85
serán durables a la par del tiempo.
Tal fue, españoles, el origen alto
de la grandeza del Latino Imperio,
y tras la esclavitud más oprobiosa
tiene principio igual el poder vuestro. 90


CONT.