Uno
El recuerdo en silencio.
Me muero por dormir entonces
en la noche,
en el sueño,
en el rostro con sus signos,
con las manos apoyadas en los ojos,
en los ojos de impaciencia;
me muero
de cansancio,
de lunas en el techo,
de soles con sudores en su frente,
de ritos finales,
en finales de incendio;
por dormir entonces,
como dueño del paraje de los años
de agitada a calmada ceniza,
en mezcladas dolencias,
de insomnio que el tiempo deja
a suave quejido de olas
por encima del mar que expira.
Sueño que muere,
que muere
por su peso en la noche
con la mano que es desierto,
sin reino,
sin cosas,
desnudo
con estrellas fugaces,
con alcobas en seca arena,
con peguntas sin mundo,
con coronas de ausencia,
con aire huyendo de su voz;
y su rostro, se aleja,
en breve música,
en breve silencio,
y es,
……… un nuevo comienzo.
Dos
Con las manos apoyadas en los ojos
el tranquilo adiós se pasea
por los pisos de la hoguera,
agitando la savia de la distancia,
el ingrato tiempo que avanza en sus líneas
…. De fuego;
recorre los andenes de la rutina
con alado desorden y reverente olvido,
la presencia de las tinieblas guardando el deseo
y el letargo de las semillas en batalla;
abre la selva de infames confesiones
con luto y frío de manchas en la espalda,
en la frente nunca más a la hora
… implorará fruto perdido;
detiene el llanto, el polvo,
la espada, la hoja muerta,
la piedra,
repite el barro, el beso estéril
… en su frente
para disparar al día y a la noche
la cortina de la memoria.
Tres
El eco de ejército de palabras
y nubes de otros días
se apagan en las calderas
de implacables rostros de piedra,
donde los vientos gimen la fiebre
y ruedan
y se lanzan
y se alejan
como pedazos de sueños,
se agotan como esperanza en huida,
como los nombres que no despertaron
…. a la vida.
Las palabras cesan como la tinta
que atropella los suspiros en su caída,
el blanco hilo que arrastra
la garganta
y la cruz
y los símbolos
y la caries
de viejas vestiduras.
que reclaman el fruto del esgrima,
las diminutas colegialas que reman
en el río con guerreros heridos.
Y nubes que llegan a tierra sin asombro,
con el viento quieto,
con escondidas orillas
en arco iris sin apetito
de fondos
y luces
y paz
y colores
de jinetes en montañas
de nuevos reinos
…..con agonía de voces.
Uno
Después de los incendios todo empieza,
la lengua con digna prontitud,
la derrota, en palabra, convierte,
y con energía, el prisionero vive
en los rincones luz para la plegaria,
orden y regla;
desciende desde su oscuro e infiel destino
al humo transparente del dominio,
donde la noche habla,
nombra y deja
rumbo,
borrando las ropas desgastadas.
Todo empieza con el sumiso grito
de remolinos bañados con nuevas fuerzas,
con tierra fría en los ojos,
con ventanas donde giran los presentes
mirando el caudal de brisa,
huella soñadora,
el paso de la fiesta calmada y
el manantial que queda.
Dos
Mirando el caudal de la brisa
donde se tejen las sombras
con la luz,
las tormentas con la lluvia,
se hacen los brazos fuertes y blancos
entre jornada y jornada;
la red de lo justo
es el cristal del horizonte,
y en el día y la noche
las flores buscan
los sueños armando nombres
en voz de caminos
que trepan tinieblas
y descienden con la savia
…de los frutos completos.
Mirando la espada vencida
y lo que el tiempo ha dejado,
sólo la memoria hasta el límite de su resistencia,
con el bastón rescatando
el aire del silencio
y un nuevo tapiz de esperanza.
Tres
Un nuevo tapiz forjado en cielo y tierra
donde las profundidades del mar
son sábanas blancas y azules,
y el sordo dolor emboscado
dejó caer la tristeza en marea
…saludable.
Forjado en los contornos del espejo,
transformado en edad y arrugas,
con la voz de la calma,
con sonatas de letras y constelaciones,
la brújula soñando barcos y puertos;
en cielo y tierra navegando
a golpe de pinceladas de tiempo,
con el arte del polvo,
de agonía hacia la vida,
con sabios dones de regalo,
con los pies descalzos de penas,
la tibia imagen del pasado
y el cáliz de vino nuevo
como señal que no hay final ni espera.
La locura llega en otoño
cuando las hojas del pensamiento
caen en el alma
e indiscretas aglutinan los fantasmas,
toman bajo su amparo
los epitafios de la tristeza...
… y brillan las cenizas en su piel
como soldados caídos en el viejo campo
de las lágrimas del florero roto
que dejó su nombre en pedazos.
Llegan a incendiar los recuerdos,
a pasar revista a los actores principales,
a desnudar la risa en música de rosas,
en territorio del reino de las sombras;
a desordenar la actuación de las noches
en cortejo de huella y tributo.
….y cantaban sus desteñidas tinieblas
con florecida majestad en sus islas
como viento de orillas sin tiempo
y vigilia que llamaba a la humedad
….de lo absurdo.
En otoño los signos con premura
insisten en descifrar la caída,
en encontrar el bálsamo,
las palabras,
el sosiego en el suelo
…..de las horas muertas.
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