Aires de Libertad

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    Ana Rossetti (1950-

    Pedro Casas Serra
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    Ana Rossetti (1950- Empty Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 10.05.23 15:13

    .


    Ana Rossetti (San Fernando, Cádiz 15 de mayo de 1950), es una escritora española de teatro, poesía y género narrativo.

    Biografía

    Ana Rossetti ha creado una obra rica en registros y géneros. Su obra es una mezcla de erotismo, esteticismo y culturalismo. Aunque es muy conocida por su obra poética, también ha escrito textos teatrales, un libreto para ópera (en torno a la figura de Oscar Wilde, estrenada en la Sala Olimpia de Madrid en 1993 y con música de Manuel Balboa), novela, libros para niños y relatos. Esta poetisa gaditana, que revolucionó el panorama literario en la España de los años 80, se encuentra por derecho propio entre los mejores poetas españoles de la poesía española contemporánea.

    En 1976 tuvo a su única hija, la actriz Ruth Gabriel junto con Ismael Sánchez Abellán.

    (Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Rossetti )


    *


    Algunos poemas de Ana Rossetti:


    De Los devaneos de Erato (1980):


    PARÍS

    Dime, en dónde, en qué avenida tus pies,
    por dónde el rastro, en qué sendero.
    Tus piernas, esas cintas que el vello deshilacha
    y en la ojiva, el pubis, manojo de tu vientre,
    la dovela.
    Crece en tu torno el gladiolo,
    llave anal, violador perenne,
    y tres diosas
    quieren morder contigo la manzana.
    La negra mariposa se entretuvo en tu pecho,
    en la brizna más rosa ya tiernamente liba.
    Y tu rostro, en lo alto,
    ignora todo el fruto
    que tu mano contiene.



    EL JARDÍN DE TUS DELICIAS

    Flores, pedazos de tu cuerpo;
    me reclamo su savia.
    Aprieto entre mis labios
    la lacerante verga del gladiolo.
    Cosería limones a tu torso,
    sus durísimas puntas en mis dedos
    como altos pezones de muchacha.
    Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja
    y es una caracola.
    Ella sabe a tu leche adolescente,
    y huele a tus muslos.
    En mis muslos contengo los pétalos mojados
    de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo.



    A LA PUERTA DEL CABARET

    "Hubiera sido venturosísima
    amándole toda la vida".

    Maríana Alcoforado

    Así te mostraron de repente:
    el poderoso pecho, como el de un dios, desnudo,
    mientras el oro entero, convocado en tu rostro, te nimbaba.
    Me fui de aquel lugar,
    tu imagen mis visiones presidiendo.
    Día tras día te atribuí todo lo hermoso que encontré.
    Mas nada igualó a tu luz primitiva
    ni pudo superar al equívoco gesto,
    tan femenina boca,
    bello desdén del curvo labio. No, nada pudo.
    Y ninguna invención que trajeron los días
    mejoró a aquel fugaz momento.



    A QUIEN, NO OBSTANTE, TAN DELICIOSOS
    PLACERES DEBO

    "Cuando una se siente bien,
    puede prescindir de lo mejor.
    Eso me parece sabio".

    ANDRÉA DE NERCIAT

    Y esa tan transparente neblina que su lengua
    extendió sobre mí... labor concupiscente,
    minuciosa e inútil, pues el bello prosélito
    ¿me atreveré a decirlo? es que es tan impotente
    como adorable es. Por ello, aún intacto
    conservo el corazón de mi valiosa orquídea
    (falsas futuras nupcias blancas) y, así, entre tanto,
    mi precioso tormento, recibo tus bombones
    y mis ingles remojo detrás de cada cita
    con abluciones vanas. Pero, tonto muchacho,
    no te avergüences si, de pronto, no se abulta tu pretina,
    ni tu enarbolado furor puede,
    impasible, horadarme la membrana
    y arrancar de mi carne el clásico aspaviento.
    Y no te desesperes si no soy despojada
    aún de aquello que, sobrepasando el tiempo
    que la edad aconseja y Cupido consiente,
    fiel guardo en el ardiente túnel. Ya custodiada
    mi pelvis por amor tan incauto cerrada
    permanece, mi escudo, sabrosa precaución!
    Hundamos nuestras bocas en la fresca reseda
    de nuestros célibes y ocultos sitios
    y tú, tonto muchacho, si encuentras resistencia
    en donde tu ternura esperaba verterse,
    torpemente no insistas empeñado en robarme
    unas gotitas rojas y un agudo gritito,
    pues no soportarías placer tan cruento.



    A UN TRAJE DE PANA VERDE QUE
    POR AHÍ ANDA PERTURBANDO
    A LOS MUCHACHOS

    Deslumbrados los ojos, adornados de ti,
    despertados de súbito, ¡oh visión turbadora!
    sujeta la mirada cual broche a tu vestido,
    la cabeza imantada al giro de tus pies,
    adivino el temblor con que, torpes, mis manos
    tus ropajes, rasgándolos de ti, separarían
    de los hermosos miembros entrevistos apenas.
    Mis ojos, a un banquete tan inesperado acudirían.
    Nutriéndose de ti se inundarían de oro.
    Mas la tela, al cubrirte, es igual a la cáscara
    del fruto que no debo probar.
    Y así tal semejanza te convierte
    en un irresistible deseo.



    ANATOMÍA DEL BESO

    La seda lujuriosa,
    del vivo tegumento receptáculo.
    Prolifera placenta.
    Del embrión del beso, brillante funda rosa.

    Oh labios abultados,
    pulpa irresistible, pretexto del mordisco.
    La boca se asemeja a una fruta que ofrece
    sus dulces y apretados gajos rojos.

    Estos dientes blanquísimos,
    pórticos del velado santuario
    donde la fría y mulsa exudación de la saliva
    deseos clandestinos baña y une.

    Tu suave paladar,
    bóveda tan admirable, techado de los besos
    con saña meditados en el escalofrío
    constante de la fiebre más mortal.

    Almohadillada lengua,
    lamedora serpiente, escurridiza lanza.
    De la entreabierta boca, ese dúctil pistilo
    que en su candente magma fluye y fluye.



    A UN JOVEN CON ABANICO

    Y qué encantadora es tu inexperiencia.
    Tu mano torpe, fiel perseguidora
    de una quemante gracia que adivinas
    en el vaivén penoso del alegre antebrazo.
    Alguien cose en tu sangre lentejuelas
    para que atravieses
    los redondos umbrales del placer
    y ensayas a la vez desdén y seducción.
    En ese larvado gesto que aventuras
    se dibuja tu madre, reclinada
    en la gris balaustrada del recuerdo.
    Y tus ojos, atentos al paciente
    e inolvidable ejemplo, se entrecierran.
    Y mientras, adorable
    y peligrosamente, te desvías.




    De Dioscuros (1982):


    INCITACIÓN

    Escapémonos, huyamos a los cómplices
    días de la niñez. Perdámonos inermes
    por los intensos vértigos de la piel insabida.
    Confundidos, al no encontrar los nombres
    para tanto esplendor, inventaremos fórmulas
    de un idioma secreto: como antes.
    Extraviémonos por la gran pesadilla
    de la noche. En los negros pasillos
    del horror insistamos hasta que el fiel desmayo
    —dobladas las rodillas— nos socorra.
    Ven. Miremos por toda bocallave
    que enciende algo prohibido,
    gravemente matemos mariposas vidriadas,
    pisoteemos seda, desgarremos la gasa
    que nubla las magnolias,
    y la desobediencia sea privilegio nuestro.



    UNO

    Una vela separa del candelabro Imperio
    y la enciende, y la mesa recorre.
    Sobre el adamascado del mantel
    el brillo desigual de la cubertería
    y de las tenues guirnaldas del Limoges.
    Por entre los calados respaldos
    Louis se acerca a los vientres tersísimos
    de las copas y los hace sonar.
    Introduce los dedos en el estuche blanco
    de una cala y ensimismado hurga
    y acaricia los bordes de la alargada flor.
    La otra mano, agitada, sobre la servilleta
    que su mitra distingue ante el sitial del padre
    derrama, incontenible, ardiente esperma
    Anna mira un momento y enrojece.
    Sube a su cuarto desasosegada.



    SEIS

    En su acecho íncubo de mi sombra,
    se atalaya en mis huellas,
    se asienta en mis vestigios.
    No hay lugar sin ser por él sitiado
    donde yo me cobije.
    Ni poseo secreto que mi hermano no asalte.
    Saquea mis tesoros, pinta raras heridas
    a mis pobres muñecas, y mis faltas divulga.
    °Oh, así es él, sí, eso hace!
    y cuando me columpio
    mientras la vaporosa y tenue lencería
    descubre sus cenefas
    y mis pies acometen el verdor del naranjo,
    sÈ muy bien que detrás de la agobiada pérgola
    el brillante crisol de su atenta pupila
    se endurece.



    OCHO

    A los pies de la cama, oí el ruido
    y a mi grito aterrado se encendieron las luces
    y el alforzado traje de abombado organdí
    que desde ayer pendía de la lámpara
    y el viso de rayón, y la enagua crujiente
    de batista, y el ingrávido velo
    ya no estaban. El sedoso papel
    que cien recordatorios contenía
    apareció rasgado por la alfombra.
    Hasta la verde alberca, atropellando lirios,
    asido el roto tul al arco del rosal,
    corrías con mis ropas ataviado.
    Entre harapos de algas te sacaron inerte,
    los pómulos tan blancos que muerto te creyera.
    Y sonreí triunfante, midiendo por tu envidia
    mi ventaja.




    De Indicios vehementes (1985):


    "...QUE PUEDO MORIR UNA MUERTE
    DE LUJOS"

    John Keats

    A Ocaña

    Era esta vez el fuego.
    Esta vez cresta azul, creciente e inflamada,
    dilatado ropaje erizado de picas,
    suave lengua.
    Todo es pronto arrugado papel.
    Arrugado papel, cuerpo.
    Vestido, antes resplandeciente,
    yesca ahora.
    Antes fiesta, grito de horror
    apenas un instante.
    Y la estallante palma, que en la tela prendió
    su broche de luciérnagas,
    ahora, pavo real que plegara su cola,
    su abanico.


    LA BUHARDILLA DE THOMAS

    A Thomas Chatterton
    (1752-1770)


    Y tan pronto amanece,
    cada vez más intensa, la roja cabellera
    mana sobre su rostro.

    (Encantadora curva
    la del cuello que emerge del entreabierto escote).

    La arrugada blancura de la amplia camisa
    muestra el brazo que pende hasta el entarimado
    donde, pálidamente,
    se fruncen, rotos, todos los poemas.

    (La usada tela, tan lisa como el hombro
    que descubre, dulce resbala).

    Excepto los papeles por el suelo esparcidos
    está la habitación en riguroso orden:
    incluso se acostó sin deshacer la cama.

    (Parece muy cansado, tan minuciosamente,
    con tanta saña y con tanta pena
    desgarró cada línea de escritura...)

    Ya desde el tragaluz desciende el ámbar.
    Se afilan y se encrespan los contornos
    y el color justo adquieren.

    Y al fin sabe que, salvo la boca
    tan horrorosamente contraída,
    que salvo el tinte azul de sus mejillas ralas,
    el muchacho es hermoso.

    .......................................(No cumpliré más años
    .......................................de ahora en adelante)




    De Sturm und Drang:


    CHICO WRANGLER

    Dulce corazón mío de súbito asaltado.
    Todo por adorar más de lo permisible.
    Todo porque un cigarro se asienta en una boca
    y en sus jugosas sedas se humedece.
    Porque una camiseta incitante señala,
    de su pecho, el escudo durísimo,
    y un vigoroso brazo de la mínima manga sobresale.
    Todo porque unas piernas, unas perfectas piernas,
    dentro del más ceñido pantalón, frente a mí se separan.
    Se separan.



    INVITACIÓN AL VIAJE

    Te desconozco tanto y tanto me conmueves,
    príncipe expatriado de todas mis palabras,
    que el temor y el anhelo, simultáneos, persiguen
    tu intacto paraíso.
    Y escondes la cabeza entre altivas solapas
    y celoso custodias, del fino brazo azul,
    bocallaves de un reino resplandeciente y ártico.
    Deshabitado sueño con su carga de nieve,
    su lunarado estigma, por ti fluye.
    Y es preciso arrojarse, el más sólido muro
    derribado, hasta la seducción final
    del precipicio.


    ANA ROSSETTI, Indicios evidentes (Poesía 1979-1984), Hiperión, 1998

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    Ana Rossetti (1950- Empty Re: Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por cecilia gargantini 10.05.23 15:21

    Interesante autora...es maestra en el manejo del erotismo, sin caer en golpes bajos o imágenes vulgares.
    Me gustó mucho.
    Gracias Pedro!!!!!!!! Besosssssssssss
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    Ana Rossetti (1950- Empty Re: Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 11.05.23 2:53

    Agradezco mucho tu interés, Cecilia.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Ana Rossetti (1950- Empty Re: Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 08.03.24 13:48

    .



    Cuatro poemas más de Ana Rossetti:


    LOS OJOS DE LA NOCHE

    Terminado el rosario a nuestros dormitorios
    subiremos donde el ángel maligno,
    que quiere atormentarnos, nos espera.
    La espalda en la pared, cuidando que las ropas
    no escondan nuestros ojos mucho tiempo,
    la fragante franela nos ha vestido al fin.
    Y sabemos, tras el vuelo fruncido
    del tibio cubrecama, quién se oculta.
    Al mínimo ruido en el contiguo cuarto
    irrumpiremos, entre las tenues sábanas
    de cruda muselina, anhelantes,
    buscándonos.
    ........................Y nos sorprenderán
    e irremisiblemente seremos castigados,
    devueltos al horror de las alcobas.
    Pero, abrázame ahora. Febriles confortémonos
    que el miedo vendrá, en breve, dispuesto a aniquilarnos.



    CALVIN LEIN, UNDERDRAWERS

    Fuera yo como nevada arena
    alrededor de un lirio,
    hoja de acanto, de tu vientre horma,
    o fl or de algodonero que en su nube ocultara
    el más severo mármol travertino.
    Suave estuche de tela, moldura de caricias,
    fuera yo, y en tu joven turgencia
    me tensara.
    Fuera yo tu cintura,
    fuera el abismo oculto de tus ingles,
    redondos capiteles para tus muslos fuera,
    fuera yo, Calvin Klein.



    STRANGERS IN THE NIGHT

    Cuando en la noche surge tu ventana,
    el oro, taladrando los visillos,
    introduce en mi alcoba tu presencia.
    Me levanto e intento sorprenderte,
    asistir al momento en que tu torso cruce
    los cristales y la tibia camisa
    sea a la silla lanzada.
    Mi pupila se engarza en el encaje
    y mis pies ya no atienden, de las losas, el frío.



    CUARTO

    Apoyar la frente enfebrecida en
    la nublada celosía del confesionario. 
    Enumerar los inasibles recorridos de 
    la serpiente.  Buscar un nombre para 
    hacer cada crimen discernible. Dibujar 
    las noches; las llagas de las paredes
    encaladas en la oscuridad, brillando; 
    los colibríes enzarzados, enredando 
    sus lenguas de pistilo bajo los rígidos 
    almidones de mis tocas. Apoyar la frente,
    abandonarse. Sentir cómo el anillo 
    que atenaza mi corazón, se me resbala 
    por el pecho como un crisantemo 
    decapitado.




    ANA ROSSETTI, Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española. Edición de Noni Benegas & Jesús Munárriz. Hiperión, 2006.

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    Ana Rossetti (1950- Empty Re: Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 29.08.24 7:46

    .


    Ocho poemas más de Ana Rossetti:


    De Indicios vehementes (1985):


    DIÓTIMA A SU MUY APLICADO DISCÍPULO

    El placer es el mejor de los cumplidos
    COCÓ CHANEL

    El más encantador instante de la tarde
    tras el anaranjado visillo primorosa.
    Y en la mesita el té
    y un ramillete, desmayadas rosas,
    y en la otomana de rayada seda,
    extendida la falda, asomando mi pie
    provocativo, aguardo a que tú avecines
    a mi cuello, descendiendo la mirada
    por el oscuro embudo de mi escote,
    ahuecado a propósito. Sonrójome
    y tus dedos inician meditadas cautelas
    por mi falda; demoran en los profundos túneles
    del plisado y recorren las rizadas estrellas
    del guipur. Apresúrate, ven, recibe estos pétalos
    de rosas, pétalos como muslos
    de impolutas vestales, velados. Que mi boca
    rebose en sus sedosos trozos, tersos y densos
    cual labios asomados a mis dientes
    exigiendo el mordisco. Amordázate,
    el jadeo de tu alto puñal, y sea tu beso
    heraldo de las flores. Apresúrate,
    desanuda las cintas, comprueba la pendiente
    durísima del prieto seno, míralo, tócalo
    y en sus tiesos pináculos derrama tu saliva
    mientras siento, en mis piernas, tu amenaza.



    MI JARDÍN DE LOS SECRETOS

    En el rincón secreto, bajo el árbol,
    despacio, muy despacio, desataste mis trenzas
    y luego, impetuoso, porque yo sentí frío
    y terca me negaba, arrancaste mi ropa.
    Con cíngulo de larga enredadera
    la deslucida organza que sirviera de colcha
    a la cuna común, experto me ceñiste.
    En la callada hora, muy lejos de los padres,
    con jugo de geranios la boca me teñías
    y ajorcas vegetales en mis breves tobillos
    se enroscaron.
    ..............................Bailé furiosamente.
    Cual halo tras de mí henchíase la túnica,
    en torno a ti crecían los aros de mis huellas.
    Yo, tanagra diversa, evasivo laurel
    y tú quieto. Perfectamente quieto.
    salvo el brazo con el que me flagelabas.



    CINCO

    Nido enredado, ensañado en mi pecho,
    así es mi hermana.
    El surco de sus uñas mi hombro enhuella
    mientras que, de su oreja, el ascua diminuta
    se convida en mi boca, incitante.
    Mi hermana, ensortijando sus cruelísimos dedos
    con mi pelo, lo enrosca, lo retuerce.
    Como flexibles mimbres las piernas enlazadas,
    adosados los torsos, sólo lágrima
    de mejilla a mejilla se interpone.
    En el descolorido parterre de la alfombra
    me ha abatido. Expuesta la garganta,
    sus aristados dientes en mí entran.
    Largamente insistiendo, devastándome
    hasta que la fatiga consiga desasiría.
    Pues sólo ella consiente la victoria al cansancio.




    De Devocionario (1986):


    MARTYRUM OMNIUM

    Queridos compañeros de la infancia,
    lecturas prohibidísimas,
    cuando toda la casa sucumbía
    al ardor del verano -detrás de las persianas
    la siesta había invadido y deshecho
    y ningún albedrío velaba en la penumbra-
    rehusando la prudencia yo os buscaba.
    En mi regazo todos, puntual asistía
    a la cruel peripecia del martirio.
    Seductoras palabras: garfios, escorpiones,
    erizados flagelos, pez hirviente...
    mi cabeza inclinada en ellas zambullía
    su turbio sobresalto,
    se manchaba del púrpura más vivo
    demandando tan alto privilegio
    de rodar cercenada salpicando baldosas.
    Hasta que, al fin, mi frente
    al premioso designio de los sueños
    rendía su salario
    y feroces legiones venían a matarme.
    Chocaban sus escudos,
    de barnizado cuero las cintas golpeando
    los más hermosos muslos que jamás había visto
    y las flotantes capas desde los rudos hombros
    henchían su carmín.
    Y esperaba que en el momento justo
    cuando la espada hundiera su liso resplandor
    en mi virginal pecho, el concierto de ángeles
    exacto irrumpiría y un diluvio de luz
    del cuarto borraría las paredes
    sin que se dividiera la muerte del arrobo.
    No me atrevía jamás
    a mirar en el Año Cristiano
    sin tener junto a mí la colcha azul celeste
    adecuado atavío para abrazar la palma
    y la doble azucena que, seguro
    esa tarde sin falta, alcanzaría.

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    Ana Rossetti (1950- Empty Re: Ana Rossetti (1950-

    Mensaje por Pedro Casas Serra 30.08.24 6:57

    .



    LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL

    A Pablo García Baena

    Muriérame yo, gladiador, arcángel, verte avanzar
    abierta la camisa, tenue vello irisado
    por tu pecho de cobre.
    Brazos, venas,
    latido, curva, élitros de insectos
    bajo el músculo o velas de navío.
    Muriérame yo en ellos, cautiva la cintura,
    amenazante dardo presentido,
    pálido acónito,
    igual que una fragancia, preciso, me traspase.
    Muriérame yo en tu ancho hombro
    doblada mi cabeza. Empapado y oscuro
    indeciso resbala por tu frente el acanto
    y mi mejilla roza, y cubre y acaricia.
    Muriérame, sí, pero no antes
    de saber qué me anuncia este desasosiego,
    rosa gladiolo o en mi vientre ascua.
    No antes que, febriles, mis dedos por tus ropas
    desordenándolas las desabotonen,
    se introduzcan y lleguen
    y puedan contemplar, averiguarte,
    con su novicio tacto




    De Yesterday, 1988:


    DOMUS AUREA

    Haec omnia tibi dabo, si cadens adoraveris me
    MAT. 4,9

    Es la casa perfecta
    donde ni un solo pétalo intenta aventurarse
    más allá del jarrón y la luz no pretende
    abrir un abanico en los espejos,
    y el aire no consigue arrancarles palomas
    a los libros, ni arrasarle el dosel
    al tul de las cortinas, ni estremecer vidrieras.
    Un decreto invisible afana su gamuza
    sobre las porcelanas, mantiene intacto el brillo
    de las cuberterías y pulidos los pomos,
    los caireles; vigila el territorio 
    de cada bibelot, la exacta inclinación 
    de cada lámpara, la desnudez del mármol
    de los aparadores
    y garantiza
    el orden y la muerte.
    Es la casa perfecta
    y mi amor vendaval, es aguacero, alondra
    que no encuentra lugar donde quedarse.




    De Punto umbrío, 1995:


    COMO SI UNA LINTERNA ME ARRANCARA...

    Como si una linterna me arrancara
    de en medio de la noche,
    así me descubriste, así me señalaste.
    Así horadaste mis silencios escarpados y troquelaste
    las fronteras de mi isla.
    Nombrándome me expones, me sitúas en el ojo de la diana.
    No hay lugar para el ardid, no hay escondite.
    Soy blanco paralizado, centro de tu voluntad, destino
    de tu atención y tu advertencia.
    ¿A qué esperas?
    No rehuyo la luz.
    Hágase en mí lo que tu dardo indica.



    ANA ROSSETTI, Poesía española reciente (1980-2000), Cátedra, 2001

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    Mensaje por Pedro Casas Serra 08.09.24 5:15

    .


    De Los devaneos de Erato, 1980:


    INCONFESIONES DE GILLES DE RAIS


    Se hallaba tendeido en una chaise-longe,
    y tenía en su blanca mano una rosa sin perfume.
    D. MIRBEAU

    Es tan adorable introducirme
    en su lecho, y que mi mano viajera
    descanse, entre sus piernas, descuidada,
    y al desenvainar la columna tersa
    —su cimera encarnada y jugosa
    tendrá el sabor de las fresas, picante—
    presenciar la inesperada expresión
    de su anatomía que no sabe usar,
    mostrarle el sonrosado engarce
    al indeciso dedo, mientras en pérfidas
    y precisas dosis se le administra audacia.
    Es adorable pervertir
    a un muchacho, extraerle del vientre
    virginal esa rugiente ternura
    tan parecida al estertor final
    de un agonizante, que es imposible
    no irlo matando mientras eyacula.




    De Devocionario, 1986:


    DE LOS PUBIS ANGÉLICOS

    A mi adorada Bibi Andersen

    Divagar
    por la doble avenida de tus piernas,
    recorrer la ardiente miel pulida,
    demorarme, y en el promiscuo borde,
    donde el enigma embosca su portento,
    contenerme.
    El dedo titubea, no se atreve,
    la tan frágil censura traspasando
    -adherido triángulo que el elástico alisa-
    a saber qué le aguarda.
    A comprobar, por fin, el sexo de los ángeles.




    De Yesterday, 1988:


    WHERE IS MY MANN?

    Nunca te tengo tanto como cuando te busco
    sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
    Sólo entonces consiento estar enamorada.
    Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
    de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
    lunas de escaparates, laberintos de parques
    o de espejos, pues corro tras de todo
    lo que se te parece.
    De continuo te acecho.
    El alquitrán derrite su azabache,
    es la calle movible taracea
    de camisas y niquis, sus colores comparo
    con el azul celeste o el verde malaquita
    que por tu pecho yo desabrochaba.
    Deliciosa congoja si creo reconocerte
    me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
    toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
    Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
    todo indicio que me conduzca a ti,
    que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
    prevalece y te coincida y funda,
    te acerque, te inaugure y para siempre estés.


    ANA ROSSETI, Los poetas tranquilos. Antología de la poesía realista del fin de siglo, Diputación de Granada, 1996.


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