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José Watanabe (Trujillo, 17 de marzo de 1945 - Lima, 25 de abril de 2007) fue un reconocido poeta peruano.
Biografía
Nacido en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo. Su madre Paula Varas Soto, peruana, y su padre Harumi Watanabe Kawano, japonés de quien cuenta aprendió el arte del haiku.
Watanabe vivió una infancia humilde, pero en 1956 su familia ganó el premio mayor de la lotería de Lima y Callao, por lo que se mudaron a Trujillo y los veranos lo pasaban en Huanchaco. Él fue el primero de sus hermanos en seguir estudios secundarios y los hizo en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo. A pesar de que en sus inicios le gustaba las ciencias, luego se inclinó por la literatura. En este prestigioso centro educativo escribió dos poemas que fueron publicados en la revista del colegio.
Luego, José migró hacia Lima para seguir estudios superiores, pero el recuerdo de Laredo quedaría siempre en su memoria, por lo cual muchos de sus poemas se ubican espacialmente ahí, un Laredo que hoy sólo existe, con sus cuatro calles, en el imaginario creado por el poeta. En Lima, estudió los primeros años de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional Federico Villarreal, pero la abandonó después de casi dos años. Su formación fue esencialmente autodidacta, y no sólo se desarrolló como poeta, sino también como guionista de cine y documentales, estuvo muy involucrado en el medio televisivo e hizo una adaptación de Antígona de Sófocles para el grupo de teatro Yuyachkani.
Trayectoria
José Watanabe y la generación del 70
Watanabe es una de las voces más propias entre los poetas peruanos del 70, una generación caracterizada por sus experimentos con el coloquialismo, su ruptura con la tradición poética peruana anterior a ellos, y su radicalismo ideológico. También fue una generación gregaria, en la cual, en su primera fase, primaron más los grupos que las individualidades. El grupo más activo y beligerante fue Hora Zero, pródigo en manifiestos, recitales y publicación de revistas mimeografiadas. En esta etapa, con Watanabe destacaron otros poetas como Abelardo Sánchez León, Enrique Verástegui, María Emilia Cornejo, Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruíz y Vladimir Herrera. En una fase posterior, que trascendió a los grupos y se volcó más al formalismo, la generación de poetas peruanos del 70 dio admirables frutos con las obras de Luis Alberto Castillo, Luis La Hoz, Juan Carlos Lázaro, Carlos López Degregori y Mario Montalbetti. Watanabe, sin ser considerado integrante de alguno de estos círculos literarios, compartió mucho de su juventud con su generación, especialmente los vinculados a la revista Estación Reunida (Tulio Mora, Oscar Málaga, Elqui Burgos, etc.). Su literatura se mantuvo independiente de todo el trajín político que afectaba a su país, lo cual se hace evidente en su poesía. En ella, las preocupaciones de la época si aparecen, pasan inadvertidas. Es más bien producto y gracias a sus vivencias e íntima forma de escribir que gana en 1970 el primer premio del concurso Poeta Joven del Perú con el poemario Álbum de familia (compartido con Después de caminar cierto tiempo hacia el este de Antonio Cillóniz).
Su afinidad con la tradición poética japonesa
También llamado poeta sabio, Watanabe busca trascender en su poesía. De su padre, no sólo aprendió el control de las manifestaciones emocionales, que llama refrenamiento; sino también y sobre todo la forma poética del haiku, la expresión mejor lograda de la mirada oriental del mundo que, por los senderos del budismo zen y el taoísmo, busca a la naturaleza pura y real irradiando su misterio en cada observación. Es a través de este miramiento desinteresado, sereno y simplemente testimonial, que el poeta describe los fenómenos que percibe en su belleza inocente de toda prisa por vivir, de toda ideología y de toda pasión. Análogamente al refrenamiento, el haiku expresa esta voluntad de dejar que las cosas vivan y se den mientras el poeta queda inerte en la inacción, en solo la contemplación. Se convierte en solo ojos para ver y para nada más.
El haiku es además la vía hacia el satori de la tradición zen o la iluminación. Esto es la fusión entre el sujeto y el universo, que lo lleva a la comprensión absoluta de la verdad, y a una gran paz silenciosa e inexplicable, que en el hinduismo es llamado samādhi. Este misticismo que no pertenece a ningún grupo social en particular sino a la humanidad toda, es lo que hace que uno se aproxime a la literatura de José Watanabe como a un clásico, que a través de sus sucintas frases nos hace unificar nuestros sentidos y vivir el aquí-ahora de sus ensoñaciones descriptivas y completas para extraer de estos momentos vacuos y delicados una enseñanza, que cada quién encuentra como un abismo.
Watanabe dentro de la poesía peruana
Pero nuestro autor no solo es heredero oriental de este laconismo contemplativo sino también cabe resaltar una tradición hispana en el uso de la palabra y en su humor criollo, que nos puede sorprender para lograr una sonrisa desprevenida con una de sus palabras que desmitifican al cuerpo del tabú y que rompen con el tono solemne, como en El baño “si yo hubiera tenido tetas / serían / como las tuyas” o como en Canción “Pichi de mujer / no es pichi de hombre”.
Sus poemas no pueden ser considerados haikus, aunque su efecto sea parecido. Sino que son más bien parábolas, breves narraciones que alegorizan situaciones humanas en las que cualquiera puede reconocerse y que trabajan muy bien el clásico tópico del carpe diem. También se ha señalado que bajo los nombres de Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine, Watanabe se dejó influenciar por la poesía simbolista francesa por la musicalidad de sus versos y la facilidad para la sugerencia, que no cae en moraleja sino en leve señalamiento implícito en el comportamiento y actitudes de sus personajes narradores.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
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Algunos poemas de José Watanabe
De Album de familia, 1971:
CHAGALL
Si me atrevo y abro la ventana
.......................puede suceder:
el cielo gris con su golondrina completamente natural
o dos amantes sobre el mismo cielo anunciando el verano.
Soy un hombre cauto,
...........................................estoy acostumbrado a los días
y temo los milagros no previstos en el programa.
Chagall ha detenido su largo vuelo sobre mis libros,
viene de sobrevolar los campos y las aldeas,
..................................ha estremecido
.....................................................................los árboles
..................................ha derribado
.....................................................................los frutos
.....................................................................la manzana
que descalabró los ojos miopes de Sir Isaac Newton.
Le digo que no crea
,,,,,,,,,,,,,,,,que yo también entreveo la posibilidad de volar,
................de caminar por el cielorraso
................de invitar a las muchachas
................a mirar la ciudad desde arriba.
Chagall sonríe y sabe
...........................que un hombre cauto
...................................no puede huir de la cordura.
Si me atrevo y abro la ventana sé lo que puede suceder:
..................................un hombre que se va sobre el aire
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,inventando
..........................................................................con un violín rojo
................................................................una serenata.
FLORES DE PLÁSTICO
Cada uno de estos días del Señor
un vendedor demuestra en mi puerta
que somos menos perdurables que el plástico.
Y ya mi casa está llena
con diversos objetos garantizados irrompibles.
Pero este tiempo de Gracia
comprendiendo que nada puede ser ajeno a los afanes líricos
ha creado hermosas flores en humosos laboratorios.
La urgencia por entregar la primavera
es probable causa de algunas deeficiencias:
no hay secreto placer entre el polen y el estambre
ni esa inmemorial premonición
que estremeció al hombre ante la flor marchita.
He visto algunas secretarias
vertiéndoles el perfume de su agrado.
Y a estas alturas
no debe sorprendernos una triste muchacha
deshojando flores de plástico junto a su ventana-
ACERCA DE LA LIBERTAD
Esta mañana han comprado un pájaro
.......................................como se compra una fruta
.....................................................un ramo de flores.
Dicen que Hokusai compraba pájaros para liberarlos.
También Leonardo
................pero midiéndoles el impulso y el rumbo.
Posiblemente en la infancia he pintado pájaros
pero jamás les he hallado relación exacta con los aviones.
Estoy tentado a liberar este pájaro
............................................a devolverle
.............su derecho de morir sobre el viento.
Me van a pedir razones.
Sentiré la obligación de hablar acerca de la libertad
pero mi familia que es muy lógica
..................................dirá que afuera solo
................................................con el viento
................................................a ver qué hago.
De El huso de la palabra, 1980:
CANCIÓN MÁGICA PARA LA CACERÍA
(Basada en una canción anónima esquimal)
Rena
permanece alta sobre tus piernas, y quieta.
A ti te digo,
a ti que ya presientes mi mano ponderando tu cuerpo.
Esperame: aún no tomo completa decisión,
todavía vacila algún perdido nervio mío.
Detrás de este promontorio de nieve
te he mirado fijamente durante horas
y antes que mi flecha
mis ojos
han hundido entu corazón el deseo de ser presa.
Si el viento cambia y mi olor de hombre
hace huir a tu manada
sé que tú permanecerás allí, alta sobre tus piernas.
Mira: mi cuerpo ya se levanta, reunido
.......................................y natural,
y sin esfuerzo tensa el arco, contiene la flecha.
Tu gran salto de herida
te confundirá con los animales de alas
y morirás como ellos, entre nosotros y el cielo.
Así cantaré, así diré.
Porque pronto yo seré dos:
el cazador que confirmará su destreza
y el arrepentido
que exaltará con palabras tu muerta belleza.
Ahora gira lentamente, muéstrame el lado del corazón
y ven contenta,
ven siempre contenta, por aquí,
..................................por aquí.
IMITACIÓN DE MATSUO BASHO
Fuimos rebeldes audaces. Yo la convencí de la nueva moral que ni aún yo tenía, y huimos sin ceremonia ni consentimiento. Ella trepó ágilmente a la grupa de mi caballo y así cabalgamos hasta las primeras estribaciones de la sierra. Bordeábamos los poblados y con ramas desgajadas íbamos cubriendo nuestras huellas. Nos detuvimos en una aldea cuyo nombre alude a la contemplada limpidez del río que la atraviesa.
Había clara luz de la tarde cuando el posadero nos abrió la pesada puerta de palo. A pesar de reconocer en él a un hombre sin suspicacias, le mentimos nuestros nombres. Le encargué una buena habitación para nosotros y cuidados para nuestro caballo. Ella, azorada y hambrienta, mordía a mi lado una manzana.
El cuarto era blanco y olía a resinas de eucalipto. Aunque ofrecido con excesiva modestia por el posadero, allí hallamos seguridad. Desde el pie de nuestra ventana los trigales ascendían hasta las faldas riscosas donde pastaban los animales del monte. Las cabras se perseguían con alegre lascivia y se emparejaban equilibrando peligrosamente sobre las agujas rocosas. Ella cerró la ventana y yo empecé por desatar su largo cabello.
Fuimos rebeldes y audaces. Sin embargo, ahora nos perdonan nuestras familias y nos perdonamos nosotros mismos. Nuestro hogar ha sido tardíamente consagrado. Eso es todo. Nunca traicioné otras grandes verdades porque quizá no las tuve, excepto el amor que me hizo edificar una casa, excepto el amor que nunca debió edificar una casa.
A veces pienso cabalgar nuevamente hasta esa posada y colgar en su puerta estos versos:
En la cima del risco
retozan el cabrío y su cabra.
Abajo, el abismo.
LA MANTIS RELIGIOSA
Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de
.........mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del
.........Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.
Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza
.........cáscara.
Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
.........vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
.....................y dispuesta.
Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
..............................................a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.
Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última
.........palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta
..................................................del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
.........de agradecimiento.
LOS VERSOS QUE TARJO
Las palabras no nos reflejan como los espejos, así exactamente,
pero quisiera.
Escribo con una pregunta obsesiva en las orejas:
¿Es ésta la palabra exacta o es el amague de otra
que viene
………………..no más bella sino más especular?
Por esta inseguridad
tarjo,
toda la noche tarjo, y en el espejo que aún porfío
sólo queda una figura borrosa, mutilada, malograda.
Es como si cumpliera la amenaza de la madre
.................................sibilina
Al niño que estaba descubriéndose, curioso,
.................................en su imagen:
“Tanto te miras en el espejo que
algún día terminarás por no verte”.
Los versos que irreprimiblemente tarjo
……………………….se llevarán siempre mi poema.
SALA DE DISECCIÓN
Un cadáver puede provocar una filosofía del ensimismamiento,
sin embargo los estudiantes admirablemente
estaban entusiasmados con su muerto,
lo rodeaban
y discutían con fervor la anatomía de ese cuerpo de piel coriácea.
Yo aprendía otra lección:
la vida y la muerte no se meditan en una mesa de disección.
Los estudiantes me previnieron
que iban a extraer el cerebro. Permanecí con ellos:
a veces soporto lo siniestro sin perturbarme demasiado.
No hay sofisticación instrumental para retirar un cerebro,
una modesta sierra de carpintero
cortó el cráneo a la altura de las sienes,
luego sumergieron el órgano mítico en un frasco lleno de formol.
Yo me dediqué a observarlo, solo, en otra mesa
mientras los estudiantes seguían cotejando su denso libro con el
.........muerto.
Sorpresivamente
una burbuja brillante brotó del interior del cerebro
como un mensaje venido de la otra margen,
y no había boca que lo pronunciara.
...................................No había boca.
La burbuja, muda, se deshizo en ese aire levemente podrido.
EL NIETO
..............Una rana
emergió del pecho desnudo y recién muerto
..............de mi abuelo, Don Calixto Varas.
Libre de ataduras de arterias y venas, huyó
..............roja y húmeda de sangre
hasta desaparecer en un estanque de regadío.
..............La vieron,
con los ojos, con la boca, con las orejas
..............y así quedó para siempre
en la palabra convencida, y junto
..............a otra palabra, de igual poder,
para conjurarla.
..............Así la noche transcurría eternamente en equilibrio
porque en Laredo
..............el mundo se organizaba como es debido:
en la honda boca de los mayores.
..............Ahora, cuando la verdad de la ciencia que me hurga es insoportable,
..............yo, descompuesto y rabioso, pido a los doctores
que me crean que
..............la gente no muere de un órgano enfermo
sino de un órgano que inicia una secreta metamorfosis
..............hasta ser animal maduro y dispuesto
a abandonarnos.
LA IMPUREZA
Otra vez despiertas con el cuerpo poco, bien poco.
Otra vez tu vida oscila en el monitor cardíaco
...................................pero más en tu miedo.
Ya no es la hipocondría. Ya te saltó el verdadero animalito.
Mas no patetices. Eres hijo de. No dramatices.
¡Mira que tu miedo es la única impureza en este cuarto ascéptico!
¿O nunca conseguiré ser hijo de?
El japonés
se acabó «picado por el cáncer más bravo que las águilas»,
sin dinero para morfina, pero con qué elegancia, escuchando
con qué elegancia
las notas
mesuradas primero y luego como mil precipitándose
del kotó
de La Hora Radial de la Colonia Japonesa.
Y la serrana
que si descubre que miran condolidamente su vejez
protesta con el castellano castizo que se conserva de Otusco para
................dentro:
"Más arrugas hay en tus compañones que en mi majoma, carajo",
y asombrosamente sigue matando pollos, cuyes, cabritos,
sin un gesto compasivo
y diciendo, como si dictara la suprema lección moral:
"Deja el tiesto sobre las brasas, hijo, para que coja más temple"
Ellos no vendrán, pues, a tomar tus manos
y acaso estás a punto de no ser hijo de nadie. Entonces
el pensamiento imposible que te viene y te deja va haciéndose
posible. Acójeto: ten miedo, ten miedo,
y justamente con tu miedo quizá vuelvas a ser hijo de,
como antes, niño,
cuando ellos todavía te abrazaban con alguna piedad.
De Historia natural, 1994:
EN EL DESIERTO DE OLMOS
El viejo talador de espinos para carbón de palo
cuelga en el dintel de su cabaña
una obstinada lámpara de querosene,
y sobre la arena
se extiende un semicírculo de luz hospitalaria.
Este es nuestro pequeño espacio de confianza.
Más allá de la sutil frontera, en la oscuridad,
nos atisba la repugnante fauna que el viejo crea,
los imposibles injertos de los seres del aire y la tierra
y que hoy son para su propio y vivo miedo:
................la imaginación trabaja sola, aun en contra.
La iguana sí es verdadera, aunque mítica. El viejo la decapita
y la desangra sobre un cacharro indigno,
y el perro lame la cuajarada roja como si fuera su vicio.
Rápida es olorosa
la blanca carne de la iguana en la baqueta de asar.
el viejo la destaza y comemos
................y el perro espera paciente los delicados huesos.
Impensadamente
arrojo los huesos fuera de la luz
y tras ellos el animal entra en el país nocturno y enemigo.
Desde la oscuridad aúlla estremecido
y seguramente queriendo alcanzar
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,entre la inestable arena
con ansia
nuestro pequeño espacio de confianza.
Oigo entonces el reproche del viejo: deja los huesos cerca,
el perro
también es paisano.
LA CURA
El cascarón liso del huevo
sostenido en el cuenco de la mano materna
resbalaba por el cuerpo del hijo, allá en el norte.
Eso vi:
................una mujer más elemental que tú
espantando a la muerte con ritos caseros, cantando
....................con un huevo en la mano, sacerdotisa
más modesta no he visto.
Yo la miraba desgranar sobre su regazo
............................los maíces de la comida
mientras el perro callejero se disolvía en el relente del sol
lamiendo
el dolor arrojado a la tierra
............................junto con el huevo del milagro.
Así era. La vida pasaba sin aspavientos
...................................entre gente parca, padre y madre
que me preguntaban por mi alivio. El único valor
era vivir .
Las nubes pasaban por la claraboya
y las gallinas alineaban en su vientre sus santas ovas
y mi madre esperaba nuevamente el más fresco huevo
con un convencimiento:
..................................la vida es física.
Y con ese convencimiento frotaba el huevo contra mi cuerpo
y así podía vencer.
En ese mundo quieto y seguro fui curado para siempre.
En mi se harán todos los milagros. Eso vi,
........................................qué no habré visto.
LA DESHABITADA
lnterminable
pleito entre herederos mantenía la casona deshabitada y en
......escombros.
Yo pasaba el ocioso día en un altillo vecino
y de ventana siempre abierta a la casona.
Cuando escribía, la contemplaba sin propósito
o buscando palabras para el poema.
.......................En su imperceptible destrucción,
puertas y ventanas
perdían lentamente la escuadra, y pilares y vigas
dibujaban cruces que el salitre del mar cercano ennegrecía.
Una hiedra entraba en las habitaciones
..................................como mirando
y se tejía con abuso en la quincha desconchada.
Las alimañas, confiando en la desolación, dejaron de
pigmentarse y a mi ventana trepaban cucarachas blancas
que yo mataba con terror.
El suelo se ablandaba y el gran dibujo geométrico
...................................en las baldosas del patio
se fruncía, quería ser espiral, esperaba
el gran remolino que llevaría todo hacia el centro de la tierra.
El gran remolino vendría, sin duda, y violento.
Ante el lentísimo hundimiento de la casona,
mi altillo más elevado y consistente.
..........Yo estaba a salvo, pero mis ojos
que siempre sabem más
descubrieron
que yo miraba la casona con afinidad callada
o con aquello que las imperturbables matemáticas llana
....................el común denominador.
A TUS OREJAS
Tus orejas eran mi único y suficiente auditorio
cuando estaban a ambos lados de tu atentísima cabeza.
Pero anoche no vi tu cabeza, solo tus orejas
como dos mariposas, dos caracoles, dos ramitas estrujadas.
No debería usar símiles para hablar de tus orejas
porque vinieron a mi sueño solamente orejas como tales
................................desnudas,
................................como propiamente.
Mas el inconforme lenguaje prefiere nombrarlas
con figuras, con efímeros
prodigios.
Pero estos pequeños prodigios nunca cautivaron tus blancas orejas
sino los que reverencia la antropología, el fcolklore
..................................y seguramente el miedo,
historias de asombro, mitos del pendejo pueblo mío.
Cuéntame, decías,
y a tu pedido la memoria popular era para el introito.
Y si más prodigiosa la historia, de más lejos era yo.
Amabas al recóndito
.............aunque con el estimulante recelo de tus ojos
y de tu cuerpo que lentamente se rendía
para que -como quieren los Amarus- lo de abajo esté arriba.
ESTE OLOR, SU OTRO
Mi hermana mayor pica perejil
…….....……con habilidad que se diría congénita,
y el olor viaja instantáneo a fundirse
…………...…….con su otro.
Su otro está en una lejana canasta de hierbas de sazón
que bajaba del techo, una canasta
………….....ahora piedra fósil
suspendida
en el aire de nuestra cocina que se acabó
El perejil anunciaba a mi padre, Don Harumi,
esperando su sopa frugal.
………….........Gracias de este país:
un japonés que no perdonaba
¡la ausencia en la mesa de ese secreto local de cocina!
Creo que usted adentraba ese secreto en otro más grande
para componer la belleza de su orden casero
……………………..........…que ligaba
familia y usos y trucos de esta tierra.
Los hijos de su antiguo alrededor
……....……hoy somos comensales solos
y diezmados
y comemos la cena del Día de los Difuntos
…………........…………….esparciendo
perejil en la sopa. Ya la yerba sólo es sazón, aroma
……………………........……………sin poder,
nuestras casas, Don Harumi, están caídas
CASA JOVEN CON DOS MUERTOS
(A mi madre y a mi hermano)
La escalera va del patio a la azotea y en el tercer peldaño
el sol relumbra,
el solecito de los condenados relumbra siempre
..........................y debidamente.
El tercer peldaño es una estación
donde el cuerpo es leve y blanco como una pastilla
..............................y el pensamiento intenso. Y todo es tibio
menos los propios huesos.
..................Por eso
Haya invierno en todo el hemisferio, pero haya siempre el milagro del sol en la escalera.
Las almitas sentadas allí descansaban como al borde de un
.......abismo
y a veces nos miraban como si nosotros fuéramos el abismo.
Mi casa es joven para tener un frondoso y primaveral limonero.
Del limonero viene ahora el haiku del poeta Moritake:
Cae un pétalo de la flor
Y de nuevo sube la rama.
Ah, es una mariposa.
Una equivocación bella y hórrida
...............cuando sobrevuelan el patio dos mariposas pálidas.
EL GRITO (EDVARD MUNCH)
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
..................pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
..........................en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
................pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
...........................no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
..............................y en el grito
......................................las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
.....................................con sus manos
..........................................a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
.....................hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. En el horror
sólo me permito este poema silencioso.
DE LA POESÍA
El niño entró en la sombra de su árbol de extramuros
donde dejaba diariamente sus quehaceres de intestino.
Y si otro niño en árbol vecino se acuclillaba
........................y se aliviaba
brotaba entre ambos
la honrosa complicidad en la depuración
............................del buen animal.
Esta vez, sin embargo,
una visión suspende al niño, lo fija
con estupor
..................bajo su árbol:
En medio de una anterior limpieza
...........................crecía
una incipiente y trémula plantita.
.............Y lo estremeció la imaginación del viaje
de la pequeña menestra
a lo largo de su cuerpo, su recorrido indemne,
incontaminado
...............y defendiendo
en su íntimo y delicado centro
........................el embrión vivo.
Y en la memoria del niño,
............con difícil contento,
comenzó a elevarse para siempre
la planta mínima, tu principio, tu verde banderita,
..................................poesía.
José Watanabe (Trujillo, 17 de marzo de 1945 - Lima, 25 de abril de 2007) fue un reconocido poeta peruano.
Biografía
Nacido en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo. Su madre Paula Varas Soto, peruana, y su padre Harumi Watanabe Kawano, japonés de quien cuenta aprendió el arte del haiku.
Watanabe vivió una infancia humilde, pero en 1956 su familia ganó el premio mayor de la lotería de Lima y Callao, por lo que se mudaron a Trujillo y los veranos lo pasaban en Huanchaco. Él fue el primero de sus hermanos en seguir estudios secundarios y los hizo en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo. A pesar de que en sus inicios le gustaba las ciencias, luego se inclinó por la literatura. En este prestigioso centro educativo escribió dos poemas que fueron publicados en la revista del colegio.
Luego, José migró hacia Lima para seguir estudios superiores, pero el recuerdo de Laredo quedaría siempre en su memoria, por lo cual muchos de sus poemas se ubican espacialmente ahí, un Laredo que hoy sólo existe, con sus cuatro calles, en el imaginario creado por el poeta. En Lima, estudió los primeros años de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional Federico Villarreal, pero la abandonó después de casi dos años. Su formación fue esencialmente autodidacta, y no sólo se desarrolló como poeta, sino también como guionista de cine y documentales, estuvo muy involucrado en el medio televisivo e hizo una adaptación de Antígona de Sófocles para el grupo de teatro Yuyachkani.
Trayectoria
José Watanabe y la generación del 70
Watanabe es una de las voces más propias entre los poetas peruanos del 70, una generación caracterizada por sus experimentos con el coloquialismo, su ruptura con la tradición poética peruana anterior a ellos, y su radicalismo ideológico. También fue una generación gregaria, en la cual, en su primera fase, primaron más los grupos que las individualidades. El grupo más activo y beligerante fue Hora Zero, pródigo en manifiestos, recitales y publicación de revistas mimeografiadas. En esta etapa, con Watanabe destacaron otros poetas como Abelardo Sánchez León, Enrique Verástegui, María Emilia Cornejo, Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruíz y Vladimir Herrera. En una fase posterior, que trascendió a los grupos y se volcó más al formalismo, la generación de poetas peruanos del 70 dio admirables frutos con las obras de Luis Alberto Castillo, Luis La Hoz, Juan Carlos Lázaro, Carlos López Degregori y Mario Montalbetti. Watanabe, sin ser considerado integrante de alguno de estos círculos literarios, compartió mucho de su juventud con su generación, especialmente los vinculados a la revista Estación Reunida (Tulio Mora, Oscar Málaga, Elqui Burgos, etc.). Su literatura se mantuvo independiente de todo el trajín político que afectaba a su país, lo cual se hace evidente en su poesía. En ella, las preocupaciones de la época si aparecen, pasan inadvertidas. Es más bien producto y gracias a sus vivencias e íntima forma de escribir que gana en 1970 el primer premio del concurso Poeta Joven del Perú con el poemario Álbum de familia (compartido con Después de caminar cierto tiempo hacia el este de Antonio Cillóniz).
Su afinidad con la tradición poética japonesa
También llamado poeta sabio, Watanabe busca trascender en su poesía. De su padre, no sólo aprendió el control de las manifestaciones emocionales, que llama refrenamiento; sino también y sobre todo la forma poética del haiku, la expresión mejor lograda de la mirada oriental del mundo que, por los senderos del budismo zen y el taoísmo, busca a la naturaleza pura y real irradiando su misterio en cada observación. Es a través de este miramiento desinteresado, sereno y simplemente testimonial, que el poeta describe los fenómenos que percibe en su belleza inocente de toda prisa por vivir, de toda ideología y de toda pasión. Análogamente al refrenamiento, el haiku expresa esta voluntad de dejar que las cosas vivan y se den mientras el poeta queda inerte en la inacción, en solo la contemplación. Se convierte en solo ojos para ver y para nada más.
El haiku es además la vía hacia el satori de la tradición zen o la iluminación. Esto es la fusión entre el sujeto y el universo, que lo lleva a la comprensión absoluta de la verdad, y a una gran paz silenciosa e inexplicable, que en el hinduismo es llamado samādhi. Este misticismo que no pertenece a ningún grupo social en particular sino a la humanidad toda, es lo que hace que uno se aproxime a la literatura de José Watanabe como a un clásico, que a través de sus sucintas frases nos hace unificar nuestros sentidos y vivir el aquí-ahora de sus ensoñaciones descriptivas y completas para extraer de estos momentos vacuos y delicados una enseñanza, que cada quién encuentra como un abismo.
Watanabe dentro de la poesía peruana
Pero nuestro autor no solo es heredero oriental de este laconismo contemplativo sino también cabe resaltar una tradición hispana en el uso de la palabra y en su humor criollo, que nos puede sorprender para lograr una sonrisa desprevenida con una de sus palabras que desmitifican al cuerpo del tabú y que rompen con el tono solemne, como en El baño “si yo hubiera tenido tetas / serían / como las tuyas” o como en Canción “Pichi de mujer / no es pichi de hombre”.
Sus poemas no pueden ser considerados haikus, aunque su efecto sea parecido. Sino que son más bien parábolas, breves narraciones que alegorizan situaciones humanas en las que cualquiera puede reconocerse y que trabajan muy bien el clásico tópico del carpe diem. También se ha señalado que bajo los nombres de Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine, Watanabe se dejó influenciar por la poesía simbolista francesa por la musicalidad de sus versos y la facilidad para la sugerencia, que no cae en moraleja sino en leve señalamiento implícito en el comportamiento y actitudes de sus personajes narradores.
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Algunos poemas de José Watanabe
De Album de familia, 1971:
CHAGALL
Si me atrevo y abro la ventana
.......................puede suceder:
el cielo gris con su golondrina completamente natural
o dos amantes sobre el mismo cielo anunciando el verano.
Soy un hombre cauto,
...........................................estoy acostumbrado a los días
y temo los milagros no previstos en el programa.
Chagall ha detenido su largo vuelo sobre mis libros,
viene de sobrevolar los campos y las aldeas,
..................................ha estremecido
.....................................................................los árboles
..................................ha derribado
.....................................................................los frutos
.....................................................................la manzana
que descalabró los ojos miopes de Sir Isaac Newton.
Le digo que no crea
,,,,,,,,,,,,,,,,que yo también entreveo la posibilidad de volar,
................de caminar por el cielorraso
................de invitar a las muchachas
................a mirar la ciudad desde arriba.
Chagall sonríe y sabe
...........................que un hombre cauto
...................................no puede huir de la cordura.
Si me atrevo y abro la ventana sé lo que puede suceder:
..................................un hombre que se va sobre el aire
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,inventando
..........................................................................con un violín rojo
................................................................una serenata.
FLORES DE PLÁSTICO
Cada uno de estos días del Señor
un vendedor demuestra en mi puerta
que somos menos perdurables que el plástico.
Y ya mi casa está llena
con diversos objetos garantizados irrompibles.
Pero este tiempo de Gracia
comprendiendo que nada puede ser ajeno a los afanes líricos
ha creado hermosas flores en humosos laboratorios.
La urgencia por entregar la primavera
es probable causa de algunas deeficiencias:
no hay secreto placer entre el polen y el estambre
ni esa inmemorial premonición
que estremeció al hombre ante la flor marchita.
He visto algunas secretarias
vertiéndoles el perfume de su agrado.
Y a estas alturas
no debe sorprendernos una triste muchacha
deshojando flores de plástico junto a su ventana-
ACERCA DE LA LIBERTAD
Esta mañana han comprado un pájaro
.......................................como se compra una fruta
.....................................................un ramo de flores.
Dicen que Hokusai compraba pájaros para liberarlos.
También Leonardo
................pero midiéndoles el impulso y el rumbo.
Posiblemente en la infancia he pintado pájaros
pero jamás les he hallado relación exacta con los aviones.
Estoy tentado a liberar este pájaro
............................................a devolverle
.............su derecho de morir sobre el viento.
Me van a pedir razones.
Sentiré la obligación de hablar acerca de la libertad
pero mi familia que es muy lógica
..................................dirá que afuera solo
................................................con el viento
................................................a ver qué hago.
De El huso de la palabra, 1980:
CANCIÓN MÁGICA PARA LA CACERÍA
(Basada en una canción anónima esquimal)
Rena
permanece alta sobre tus piernas, y quieta.
A ti te digo,
a ti que ya presientes mi mano ponderando tu cuerpo.
Esperame: aún no tomo completa decisión,
todavía vacila algún perdido nervio mío.
Detrás de este promontorio de nieve
te he mirado fijamente durante horas
y antes que mi flecha
mis ojos
han hundido entu corazón el deseo de ser presa.
Si el viento cambia y mi olor de hombre
hace huir a tu manada
sé que tú permanecerás allí, alta sobre tus piernas.
Mira: mi cuerpo ya se levanta, reunido
.......................................y natural,
y sin esfuerzo tensa el arco, contiene la flecha.
Tu gran salto de herida
te confundirá con los animales de alas
y morirás como ellos, entre nosotros y el cielo.
Así cantaré, así diré.
Porque pronto yo seré dos:
el cazador que confirmará su destreza
y el arrepentido
que exaltará con palabras tu muerta belleza.
Ahora gira lentamente, muéstrame el lado del corazón
y ven contenta,
ven siempre contenta, por aquí,
..................................por aquí.
IMITACIÓN DE MATSUO BASHO
Fuimos rebeldes audaces. Yo la convencí de la nueva moral que ni aún yo tenía, y huimos sin ceremonia ni consentimiento. Ella trepó ágilmente a la grupa de mi caballo y así cabalgamos hasta las primeras estribaciones de la sierra. Bordeábamos los poblados y con ramas desgajadas íbamos cubriendo nuestras huellas. Nos detuvimos en una aldea cuyo nombre alude a la contemplada limpidez del río que la atraviesa.
Había clara luz de la tarde cuando el posadero nos abrió la pesada puerta de palo. A pesar de reconocer en él a un hombre sin suspicacias, le mentimos nuestros nombres. Le encargué una buena habitación para nosotros y cuidados para nuestro caballo. Ella, azorada y hambrienta, mordía a mi lado una manzana.
El cuarto era blanco y olía a resinas de eucalipto. Aunque ofrecido con excesiva modestia por el posadero, allí hallamos seguridad. Desde el pie de nuestra ventana los trigales ascendían hasta las faldas riscosas donde pastaban los animales del monte. Las cabras se perseguían con alegre lascivia y se emparejaban equilibrando peligrosamente sobre las agujas rocosas. Ella cerró la ventana y yo empecé por desatar su largo cabello.
Fuimos rebeldes y audaces. Sin embargo, ahora nos perdonan nuestras familias y nos perdonamos nosotros mismos. Nuestro hogar ha sido tardíamente consagrado. Eso es todo. Nunca traicioné otras grandes verdades porque quizá no las tuve, excepto el amor que me hizo edificar una casa, excepto el amor que nunca debió edificar una casa.
A veces pienso cabalgar nuevamente hasta esa posada y colgar en su puerta estos versos:
En la cima del risco
retozan el cabrío y su cabra.
Abajo, el abismo.
LA MANTIS RELIGIOSA
Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm. de
.........mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del
.........Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.
Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza
.........cáscara.
Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
.........vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
.....................y dispuesta.
Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
..............................................a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.
Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última
.........palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta
..................................................del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
.........de agradecimiento.
LOS VERSOS QUE TARJO
Las palabras no nos reflejan como los espejos, así exactamente,
pero quisiera.
Escribo con una pregunta obsesiva en las orejas:
¿Es ésta la palabra exacta o es el amague de otra
que viene
………………..no más bella sino más especular?
Por esta inseguridad
tarjo,
toda la noche tarjo, y en el espejo que aún porfío
sólo queda una figura borrosa, mutilada, malograda.
Es como si cumpliera la amenaza de la madre
.................................sibilina
Al niño que estaba descubriéndose, curioso,
.................................en su imagen:
“Tanto te miras en el espejo que
algún día terminarás por no verte”.
Los versos que irreprimiblemente tarjo
……………………….se llevarán siempre mi poema.
SALA DE DISECCIÓN
Un cadáver puede provocar una filosofía del ensimismamiento,
sin embargo los estudiantes admirablemente
estaban entusiasmados con su muerto,
lo rodeaban
y discutían con fervor la anatomía de ese cuerpo de piel coriácea.
Yo aprendía otra lección:
la vida y la muerte no se meditan en una mesa de disección.
Los estudiantes me previnieron
que iban a extraer el cerebro. Permanecí con ellos:
a veces soporto lo siniestro sin perturbarme demasiado.
No hay sofisticación instrumental para retirar un cerebro,
una modesta sierra de carpintero
cortó el cráneo a la altura de las sienes,
luego sumergieron el órgano mítico en un frasco lleno de formol.
Yo me dediqué a observarlo, solo, en otra mesa
mientras los estudiantes seguían cotejando su denso libro con el
.........muerto.
Sorpresivamente
una burbuja brillante brotó del interior del cerebro
como un mensaje venido de la otra margen,
y no había boca que lo pronunciara.
...................................No había boca.
La burbuja, muda, se deshizo en ese aire levemente podrido.
EL NIETO
..............Una rana
emergió del pecho desnudo y recién muerto
..............de mi abuelo, Don Calixto Varas.
Libre de ataduras de arterias y venas, huyó
..............roja y húmeda de sangre
hasta desaparecer en un estanque de regadío.
..............La vieron,
con los ojos, con la boca, con las orejas
..............y así quedó para siempre
en la palabra convencida, y junto
..............a otra palabra, de igual poder,
para conjurarla.
..............Así la noche transcurría eternamente en equilibrio
porque en Laredo
..............el mundo se organizaba como es debido:
en la honda boca de los mayores.
..............Ahora, cuando la verdad de la ciencia que me hurga es insoportable,
..............yo, descompuesto y rabioso, pido a los doctores
que me crean que
..............la gente no muere de un órgano enfermo
sino de un órgano que inicia una secreta metamorfosis
..............hasta ser animal maduro y dispuesto
a abandonarnos.
LA IMPUREZA
Otra vez despiertas con el cuerpo poco, bien poco.
Otra vez tu vida oscila en el monitor cardíaco
...................................pero más en tu miedo.
Ya no es la hipocondría. Ya te saltó el verdadero animalito.
Mas no patetices. Eres hijo de. No dramatices.
¡Mira que tu miedo es la única impureza en este cuarto ascéptico!
¿O nunca conseguiré ser hijo de?
El japonés
se acabó «picado por el cáncer más bravo que las águilas»,
sin dinero para morfina, pero con qué elegancia, escuchando
con qué elegancia
las notas
mesuradas primero y luego como mil precipitándose
del kotó
de La Hora Radial de la Colonia Japonesa.
Y la serrana
que si descubre que miran condolidamente su vejez
protesta con el castellano castizo que se conserva de Otusco para
................dentro:
"Más arrugas hay en tus compañones que en mi majoma, carajo",
y asombrosamente sigue matando pollos, cuyes, cabritos,
sin un gesto compasivo
y diciendo, como si dictara la suprema lección moral:
"Deja el tiesto sobre las brasas, hijo, para que coja más temple"
Ellos no vendrán, pues, a tomar tus manos
y acaso estás a punto de no ser hijo de nadie. Entonces
el pensamiento imposible que te viene y te deja va haciéndose
posible. Acójeto: ten miedo, ten miedo,
y justamente con tu miedo quizá vuelvas a ser hijo de,
como antes, niño,
cuando ellos todavía te abrazaban con alguna piedad.
De Historia natural, 1994:
EN EL DESIERTO DE OLMOS
El viejo talador de espinos para carbón de palo
cuelga en el dintel de su cabaña
una obstinada lámpara de querosene,
y sobre la arena
se extiende un semicírculo de luz hospitalaria.
Este es nuestro pequeño espacio de confianza.
Más allá de la sutil frontera, en la oscuridad,
nos atisba la repugnante fauna que el viejo crea,
los imposibles injertos de los seres del aire y la tierra
y que hoy son para su propio y vivo miedo:
................la imaginación trabaja sola, aun en contra.
La iguana sí es verdadera, aunque mítica. El viejo la decapita
y la desangra sobre un cacharro indigno,
y el perro lame la cuajarada roja como si fuera su vicio.
Rápida es olorosa
la blanca carne de la iguana en la baqueta de asar.
el viejo la destaza y comemos
................y el perro espera paciente los delicados huesos.
Impensadamente
arrojo los huesos fuera de la luz
y tras ellos el animal entra en el país nocturno y enemigo.
Desde la oscuridad aúlla estremecido
y seguramente queriendo alcanzar
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,entre la inestable arena
con ansia
nuestro pequeño espacio de confianza.
Oigo entonces el reproche del viejo: deja los huesos cerca,
el perro
también es paisano.
LA CURA
El cascarón liso del huevo
sostenido en el cuenco de la mano materna
resbalaba por el cuerpo del hijo, allá en el norte.
Eso vi:
................una mujer más elemental que tú
espantando a la muerte con ritos caseros, cantando
....................con un huevo en la mano, sacerdotisa
más modesta no he visto.
Yo la miraba desgranar sobre su regazo
............................los maíces de la comida
mientras el perro callejero se disolvía en el relente del sol
lamiendo
el dolor arrojado a la tierra
............................junto con el huevo del milagro.
Así era. La vida pasaba sin aspavientos
...................................entre gente parca, padre y madre
que me preguntaban por mi alivio. El único valor
era vivir .
Las nubes pasaban por la claraboya
y las gallinas alineaban en su vientre sus santas ovas
y mi madre esperaba nuevamente el más fresco huevo
con un convencimiento:
..................................la vida es física.
Y con ese convencimiento frotaba el huevo contra mi cuerpo
y así podía vencer.
En ese mundo quieto y seguro fui curado para siempre.
En mi se harán todos los milagros. Eso vi,
........................................qué no habré visto.
LA DESHABITADA
lnterminable
pleito entre herederos mantenía la casona deshabitada y en
......escombros.
Yo pasaba el ocioso día en un altillo vecino
y de ventana siempre abierta a la casona.
Cuando escribía, la contemplaba sin propósito
o buscando palabras para el poema.
.......................En su imperceptible destrucción,
puertas y ventanas
perdían lentamente la escuadra, y pilares y vigas
dibujaban cruces que el salitre del mar cercano ennegrecía.
Una hiedra entraba en las habitaciones
..................................como mirando
y se tejía con abuso en la quincha desconchada.
Las alimañas, confiando en la desolación, dejaron de
pigmentarse y a mi ventana trepaban cucarachas blancas
que yo mataba con terror.
El suelo se ablandaba y el gran dibujo geométrico
...................................en las baldosas del patio
se fruncía, quería ser espiral, esperaba
el gran remolino que llevaría todo hacia el centro de la tierra.
El gran remolino vendría, sin duda, y violento.
Ante el lentísimo hundimiento de la casona,
mi altillo más elevado y consistente.
..........Yo estaba a salvo, pero mis ojos
que siempre sabem más
descubrieron
que yo miraba la casona con afinidad callada
o con aquello que las imperturbables matemáticas llana
....................el común denominador.
A TUS OREJAS
Tus orejas eran mi único y suficiente auditorio
cuando estaban a ambos lados de tu atentísima cabeza.
Pero anoche no vi tu cabeza, solo tus orejas
como dos mariposas, dos caracoles, dos ramitas estrujadas.
No debería usar símiles para hablar de tus orejas
porque vinieron a mi sueño solamente orejas como tales
................................desnudas,
................................como propiamente.
Mas el inconforme lenguaje prefiere nombrarlas
con figuras, con efímeros
prodigios.
Pero estos pequeños prodigios nunca cautivaron tus blancas orejas
sino los que reverencia la antropología, el fcolklore
..................................y seguramente el miedo,
historias de asombro, mitos del pendejo pueblo mío.
Cuéntame, decías,
y a tu pedido la memoria popular era para el introito.
Y si más prodigiosa la historia, de más lejos era yo.
Amabas al recóndito
.............aunque con el estimulante recelo de tus ojos
y de tu cuerpo que lentamente se rendía
para que -como quieren los Amarus- lo de abajo esté arriba.
ESTE OLOR, SU OTRO
Mi hermana mayor pica perejil
…….....……con habilidad que se diría congénita,
y el olor viaja instantáneo a fundirse
…………...…….con su otro.
Su otro está en una lejana canasta de hierbas de sazón
que bajaba del techo, una canasta
………….....ahora piedra fósil
suspendida
en el aire de nuestra cocina que se acabó
El perejil anunciaba a mi padre, Don Harumi,
esperando su sopa frugal.
………….........Gracias de este país:
un japonés que no perdonaba
¡la ausencia en la mesa de ese secreto local de cocina!
Creo que usted adentraba ese secreto en otro más grande
para componer la belleza de su orden casero
……………………..........…que ligaba
familia y usos y trucos de esta tierra.
Los hijos de su antiguo alrededor
……....……hoy somos comensales solos
y diezmados
y comemos la cena del Día de los Difuntos
…………........…………….esparciendo
perejil en la sopa. Ya la yerba sólo es sazón, aroma
……………………........……………sin poder,
nuestras casas, Don Harumi, están caídas
CASA JOVEN CON DOS MUERTOS
(A mi madre y a mi hermano)
La escalera va del patio a la azotea y en el tercer peldaño
el sol relumbra,
el solecito de los condenados relumbra siempre
..........................y debidamente.
El tercer peldaño es una estación
donde el cuerpo es leve y blanco como una pastilla
..............................y el pensamiento intenso. Y todo es tibio
menos los propios huesos.
..................Por eso
Haya invierno en todo el hemisferio, pero haya siempre el milagro del sol en la escalera.
Las almitas sentadas allí descansaban como al borde de un
.......abismo
y a veces nos miraban como si nosotros fuéramos el abismo.
Mi casa es joven para tener un frondoso y primaveral limonero.
Del limonero viene ahora el haiku del poeta Moritake:
Cae un pétalo de la flor
Y de nuevo sube la rama.
Ah, es una mariposa.
Una equivocación bella y hórrida
...............cuando sobrevuelan el patio dos mariposas pálidas.
EL GRITO (EDVARD MUNCH)
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
..................pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
..........................en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
................pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
...........................no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
..............................y en el grito
......................................las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
.....................................con sus manos
..........................................a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
.....................hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. En el horror
sólo me permito este poema silencioso.
DE LA POESÍA
El niño entró en la sombra de su árbol de extramuros
donde dejaba diariamente sus quehaceres de intestino.
Y si otro niño en árbol vecino se acuclillaba
........................y se aliviaba
brotaba entre ambos
la honrosa complicidad en la depuración
............................del buen animal.
Esta vez, sin embargo,
una visión suspende al niño, lo fija
con estupor
..................bajo su árbol:
En medio de una anterior limpieza
...........................crecía
una incipiente y trémula plantita.
.............Y lo estremeció la imaginación del viaje
de la pequeña menestra
a lo largo de su cuerpo, su recorrido indemne,
incontaminado
...............y defendiendo
en su íntimo y delicado centro
........................el embrión vivo.
Y en la memoria del niño,
............con difícil contento,
comenzó a elevarse para siempre
la planta mínima, tu principio, tu verde banderita,
..................................poesía.
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