Aires de Libertad

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    Antonio Moreno (1964-

    Pedro Casas Serra
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    Antonio Moreno (1964- Empty Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 27 Jun 2024, 13:11

    .


    Antonio Moreno
    nació en Alicante en 1964. Ha publicado varios libros de poemas: Libro del yermo (1993 y 1996), Solar antiguo (1996), Visión del humo (1998), Metafísicas (2001), Polvareda (2003), La tierra alta (2006), Tabla rasa (2007), Nombre del árbol (2007) y El caudal (2009). El viaje de la luz (Renacimiento, 2014) es una antología del conjunto de su obra poética. Cuaderno de Kurtná Hora (2015) es su libro más reciente. Todos ellos fueron recopilados en Intervalo (La Veleta, Comares, 2007). Ha escrito un cuaderno en forma de diario, Mundo menor (Denes, 2004), y los libros de prosas Alrededores (Pre-Textos, 1995) y Partes de un todo (Huerga y Fierro, 1999). Asimismo, ha reunido algunos escritos de crítica literaria en Los espejos del domingo (Renacimiento, 2004).

    (Sacado de https://www.editorialrenacimiento.com/autores/578__moreno-antonio )


    *


    Algunos poemas de Antonio Moreno:


    De Visión del humo, Pre-Textos, 1998:


    EN PROPIA CASA I

    Cómo vibra la música en la casa
    vacía. Toca libros, las alfombras,
    la luz de afuera junto a las macetas.
    No hay nadie, salvo ese que la escucha
    como si él fuese parte de los muros,
    alguien perdido en sus habitaciones.
    ¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces,
    cuando las notas eran el sonido
    aéreo del mundo que volvía?
    Oídla. Suena limpia en las paredes.
    Mientras que quien la escucha sólo mira
    caer la tarde sobre los tejados,
    absurdo, solitario, ya perdido
    en medio de su estancia, en propia casa.



    VISIÓN DEL HUMO

    Veo subir el humo del cigarro
    suspendido en el borde del cristal.
    Traza volutas de ondas azuladas
    que se dispersan en vaivenes rápidos.
    Sutiles espirales, columnillas
    y rizos tenues que sin más se pierden.
    Como un humo despide nuestra vida,
    volutas de palabras y de tardes
    de las que se olvidó toda su forma.
    Sin pausa me consume el calendario,
    suspendido en algún lugar del mundo,
    y asciende la humareda de no sé
    qué tiempo o qué recuerdo que he perdido.
    Hasta que en un instante, sin más, todo
    cae porque pesa poco la ceniza.



    LA SEQUÍA

    Se ríe el turbio cielo de nosotros.
    Trae un aire plomizo, prometiendo
    durante todo el día alguna lluvia,
    mientras las nubes vienen y se marchan
    barridas por el viento a otra tierra.
    Como el que tiempo atrás maldijo a alguien,
    pasan en lo alto sobre campos muertos,
    los ignoran, los dejan con su engaño.
    Después un día calca el otro día,
    cada tarde repite la anterior,
    y el tiempo permanece detenido.
    Han dejado las casas. De la tierra,
    endurecida como adobe, arrancan
    los cultivos inertes. Todo queda
    allanado en monótona planicie,
    en una paramera donde veo
    al fondo levantarse el polvo, troncos
    pelados convertidos en muñones.
    Pero a veces sucede que al final
    de la tarde, acabado septiembre.
    aún sin lluvia salgo por los campos.
    Baja entonces la noche hasta la tierra
    quemada, y escondido, leve, débil,
    de los matojos todavía llega
    el ondulante canto del algún grillo.



    NOCHE DE LLUVIA

    Llegó por fin la lluvia con noviembre.
    Toda la noche oímos cómo el agua
    caía a chorros desde los tejado0s,
    mientras las ráfagas de viento frío
    movían las persianas y los árboles.
    Iba el mundo a volarse, a deshacerse
    perdido en la ventisca de la noche.
    He dicho "oímos", pero tú dormías,
    la cabeza apoyada sobre mi hombro,
    respirando tan lenta como el sueño,
    dándome este paréntesis de dicha
    que nunca, por pudor, llegué a decir.
    El calor de la cama bajo el frío,
    el leve respirar de la inconsciencia,
    todo eso me hacía ver las cosas
    como llegué a creerlas hace tiempo,
    cuando pude sentirlas no aisladas,
    no sueltas, sucediéndose a oscuras,
    sino unidas las unas con las otras.
    La nube procuraba su agua al árbol,
    para el que estaba escrito dar un fruto,
    porque todo tenía su sentido.
    Pronto, muy pronto, habrá que levantarse.
    El aire corta de tan frío que es,
    y la pereza de dejar el lecho
    no es ya sólo indolencia: más bien daño,
    porque todo termina en aquel aire.



    UN VIAJE

    Recuerdo la mañana en que llegué a Verona.
    Era temprano. El sol brillaba en las fachadas
    de las calles dormidas con una luz bermeja.
    Qué paz había en todo, distinta y familiar,
    en la acera mojada, en los anchos portones.
    La paz de esos lugares donde vamos de paso
    sintiendo aún el sueño. Anduve. Había torres,
    murallas, una plaza con arcos, y otra plaza
    tutelada por piedra hecha imagen de Dante.

    Un hombre recio, en pie, callado y pensativo,
    con la cabeza erguida mirando a otra parte,
    bajo el vuelo y los gritos agrios de los vencejos.
    Así queda la vida de quien vivió errabundo
    con la ropa manchada por el polvo de Italia.
    No somos nuestras obras, por más que nos revelen.
    Detrás de ellas hay sólo un hombre entre los hombres,
    quien busca en otra parte cuando escape a la muerte.



    NIÑO DORMIDO

    Duerme tranquilo, mi pequeño bardo.
    Hace poco mirábamos la noche,
    la constelada bóveda,
    la oscuridad lechosa de los cielos.
    A veces qué sencillas son las cosas.
    Parece que la vida acerque su horizonte
    como en los días de aire claro,
    que sea suficiente respirar,
    entregarse gustoso a la fatiga,
    interrogar sin esperar respuestas.
    Me cuesta persuadirme de que yo también tuve
    el milagro espontáneo de tus años,
    de que yo mismo sea quizá ahora,
    tan vulnerables como somos.
    Pero a ti un ángel te custodia.
    Duerme tranquilo mi pequeño guía,
    mientras te miro y doy con todo el tiempo
    pasado, desde que otro niño andaba
    lejos de aquí en la noche, en otra noche,
    con otro hombre que miraba el cielo,
    las luces de los barcos y la costa.
    No somos más que la resurrección
    de alguien que un día nos tendió su mano
    en medio de la noche,
    esa repetición de un viejo tópico,
    polvo que arrastra el viento.
    Mi pequeño crisol, para ti guardo
    unido con palabras, otro sueño,
    la bóveda nocturna,
    tus dos manos dormidas,
    nuestra ignorancia al pie de las estrellas.

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Jue 27 Jun 2024, 13:58

    .


    CAMPO DE BÉJAR

    Una luz cegadora. Un aire helado.
    Podría ser la luz que caldeaba
    por enero la casa de mis padres,
    la cocina y el patio con la ropa,
    abierta la ventana a la bahía;
    la luz que resonaba desde el puerto
    metálica por eld esguace, negra
    al recorrer las letras gigantescas,
    en las paredes de los astilleros.

    Tal vez sea la luz de aquellos días,
    un recuerdo inconsciente, lo que da
    hondura y emoción a cuanto miro.
    Pero jamás estuve aquí, y si traigo
    aquellas horas de mis siete años,
    a un niño rubio bajo el sol de enero,
    es sólo porque nada me acompaña,
    nada que no sea la realidad
    de esta luz cegadora en el secano.

    Pinos y alguna encina, carreteras
    angostas por las que no pasa nadie,
    casas diseminadas y unos montes:
    es todo lo que esconden las palabras.
    "Campo de Béjar", donde nunca estuve.



    EL INSTANTE

    De nuevo estamos juntos, vida mía de siempre.
    Este modo de ver borrado el yo y su sombra,
    acordes alma y cuerpo y el tiempo con la nada,
    este modo de ver que ya creí olvidado.
    Una vez más reunidos, reencontrados como antes
    después de la inquietud, tras ir perdido en todo
    como el que sordo anduvo bajo una lluvia densa.
    Es este respirar descuidado, sin peso,
    un fiel entendimiento entre uno y cuanto alcanza,
    la fluidez repentina, la calma que regresa
    inexplicablemente. "Largo ha sido el error",
    se piensa, y se desea preservar este tiempo.
    ¿Qué hace falta saber? ¿En qué día buscarse?

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Amalia Lateano Jue 27 Jun 2024, 15:22

    Muy buenos temas desarrollados con arte !

    Gracias Pedro por compartir
    Besos
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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 03:02

    Gracias a ti, Amalia, por tu interés.

    Un abrazo.
    Pedro

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 03:39

    .


    De Tierra alta, Comares, 2006:


    BARRIENDO II

    y qué piedad al ver las mariposas
    nocturnas muertas en el suelo, al veros,
    trocitos de papel inerte, ahí,
    entre el polvo y la tierra recogida:
    ahora ahí, y anoche en vuestro vuelo
    apasionado hacia el cristal radiante,
    obstinados anoche por entrar
    desde la oscuridad completa al brillo
    de este cuarto con luz tan solitaria
    entonces, cuando el pueblo ya dormía
    y os miraba caer sobre mi rostro
    espejado en lo oscuro, en mi conciencia
    -pensaba entonces, mientras escuchaba
    un silencio muy grande y muy hermoso;
    un sueño, pienso ahora, recogido
    con la tierra caída en este cuarto.



    ESCOLLERA

    Hubo una entre estas esparcidas piedras
    donde tuve un lugar para estar solo.
    El sol oblicuo del atardecer
    y el aire seco del invierno borran
    toda huella de entoinces, e iluminan
    esas rocas de un modo tan intenso,
    ciñen de tal manera sus relieves
    que irreales parecen a los ojos.

    Uno se siente en medio de la luz
    como animal tendido en una plaza
    inmensa y solitaria a mediodía:
    no pasa nadie allí, nadie en las rocas.
    Y he de enfrentarme a tanta realidad
    surgida con la tarde, que no puedo
    contar su dicha y su desgracia unidas,
    su plenitud y su orfandad al sol
    porque es parte del sol, y cómo van
    poco a poco dejando de ser piedras,
    o la imagen pasada de la piedra.
    Y me adentro en el ocre y en los huecos,
    y en las celdillas de las caracolas
    mínimas que regresan salpicadas
    con el rocío de los temporales.

    Quizá sea el tamaño de estas rocas
    tan grande como todo el firmamento.
    No sé cómo podríamos medir
    tanta grandeza y tanta soledad
    ahora, tras perderse su apariencia
    en el definitivo sol de invierno.
    Ellas y yo, venidos hasta aquí
    de una misma e incógnita cantera.



    UNA CALLE

    I walk, I lift up.
    G.M. HOPKINS

    Trémula claridad de la mañana,
    camino entre las gentes de una calle
    desconocida y veo que es por ti
    por donde en realidad transito ahora,
    no por este empedrado con dibujos,
    sino en tu ser traslúcido, en tu fuego
    ahí mismo elevándose entre el humo
    azul de alguien que fuma, y en el pelo
    canoso e iluminado de esa anciana,
    que ha sido trascendida y no lo sabe,
    como lo ignoro yo aunque algo sepa,
    y mire a todos los que pasan juntos,
    y vea que marchamos la salud
    y la desgracia, dicha e imperfección
    por tu río plural e inabarcable,
    por tu distinto suelo de hermosura.



    LAS HORAS

    Son mis días el aire entre los pinos
    al abrir el cristal dee la ventana,
    y, tras él, en el cuarto, la quietud:
    los árboles moviéndose en silencio,
    la tierna luz rojiza de la aurora,
    el cendal de las nubes por el valle
    en el amanecer, en la hora ambigua
    en que ulula en el frío la rapaz
    nocturna y su eco asciende hasta las peñas.
    Son mis días la vista de los días,
    el tímido arrebol en los almendros
    poco antes de la noche, el sol poniente
    cayendo por los troncos y los pueblos
    diseminados en la lejanía;
    y después, nuevamente, el cielo abierto
    hacia su altura, hacia su ser cruzado
    por unos ojos antes de dormirse,
    cuando miran las luces y agradecen.
    elevándose, ser pura conciencia,
    pura conciencia que, si supo ver
    su muerte, hoy sólo sabe de su vida.


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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 05:06

    .


    SOBRE LAS ALGAS

    Sobre el pardo mantillo de las algas
    acumuladas tras el temporal:
    aquí me tiendo, y por completo ignoro
    todo lo que sucede en esta fecha.
    El sol es hoy la novedad del día.
    Nada puede importarme ahora tanto.

    Es desigual la suerte en este mundo:
    arbitraria y benévola sin causa,
    hiriente o venturosa. Éste ha sido,
    ayer lo mismo que mañana, el signo
    legado con la sangre a cada ser.
    Gracias doy por la parte que me toca.

    ...A salvo del saber y del recuerdo.
    Los años nos desgastan, como el sol
    cuartea la pintura de paredes
    y puertas, y las deja reducidas
    a la verdad del yeso y la madera,
    a una sustancia elemental y pura.

    Pasada la mitad de mi existencia,
    oigo decir mi nombre; "yo", contento,
    como quien miente con un par de letras.
    Pues sólo soy un punto de la vida
    -su propicio camino, un receptáculo-
    tendido en estas algas bajo el sol.



    EL BRILLO DE UNA TORRE

    Me trajo aquí una historia sin sentido.
    Me trajo un laberinto de papeles,
    la enferma metafísica de un mono
    erguido en un despacho. A veces pienso
    en los viejos poetas chinos, todos
    oscuros funcionarios con sus vidas
    calcadas a lo largo de centurias,
    casi todos alguna vez caídos
    en desgracia, llevados unos años
    a un exilio en regiones apar6tadas.
    Entre ellos, muchos hablan de la paz
    hallada en una aldea, bajo un monte;
    hablan de brumas y de nubes, de
    un oído y el agua.
    .................................Aquí medito.
    Un collado entre almendros, un castillo
    en ruinas donde va la golondrina:
    es ése cada tarde mi reposo.
    El brillo de una torre, el fluir del aire
    renovando el sentido de estos días.



    EN EL BALCÓN

    Ha bastado la edad: los años piensan,
    más sabios, por nosotros.

    Llega un día de gloria,
    una mañana clara de conciencia
    acorde con los límites, y entonces
    no existen los abismos ni el misterio
    de vivir sólo un tiempo,
    ni las grandes palabras, sino un alma
    sencilla que contempla lo que tiene
    ahí delante, delante de los ojos,
    el alma que buscábamos,
    un soplo en la belleza de la tierra.

    Edad, los años piensan por nosotros,
    sí, y nos hacen humildes;
    pero de tanto ver las brumas y las noches
    y el vuelo de los pájaros,
    de ver con tanto amor la luz de ahora,
    me cuesta creer que un día, cuando falte,
    alguien no pueda oírme
    cantar sumado al aire
    con el retorno de la primavera.



    EL VIAJE

    Vasto es el horizonte de mi lengua.
    Salgo al decirla, incluso estando a solas,
    aislado en el recinto de esta casa.
    Marcho con sus palabras a otras tierras,
    abarco montes y generaciones,
    al margen como vivo, oscuro y lejos.

    Escojo alguna voz y la pronuncio,
    dejándola flotar en el silencio
    de las gruesas paredes, como el niño
    sopla al vacío el agua con jabón,
    y mira su irisada pompa esférica
    detenida delante de los ojos.

    Escojo alguna vez y ando en el tiempo
    hacia vosotros, padre, madre, haciéndola
    como Dios pudo hacer el firmamento,
    y avanzo más allá, hasta el yo diverso
    de quienes y he escuchado y he leído
    a lo largo de toda mi existencia.
    Hasta perderme y diluirme en todos
    cuantos han sido, cuantos han de ser,
    tan hijo y tan hermano como padre
    reunido con los suyos, una voz
    flotando en el misterio, unas palabras
    unánimes y solas confundidas

    en medio de los siglos y el silencio.

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 05:36

    .


    De Polvareda, Pre-Textos, 2003:


    APARTE

    La verdad siempre duele. No la pidas.
    Qué pretendes saber, adónde quieres
    llegar con esa antorcha que se extingue
    helándose en la noche. Porque el mundo
    es ausencia de luz, eso es el mundo,

    oscuridad, tiniebla, oscuridad
    en donde luz y amor son quienes pierden.
    Trabaja y envejece con tus ocios,
    con esos espejismos de tu vida,
    y no quieras saber, no busques nada.

    Quien comparte tu vida vive solo,
    aquel que dices conocer es otro,
    tú mismo eres otro para el otro.
    Sufre ese llanto de abrazarte a ti
    ahogándote en la noche entre tus brazos.



    A MEDIA TARDE

    Qué extravagancia el hecho de nutrirse,
    qué esfuerzo masticar el pan servido
    cuando el dolor se ha hecho parte suya.
    Ya se ha pasado la hora de comer.
    La pregunta sería qué es el hambre,
    no qué es la vida o qué es la muerte; el ansia
    el hambre, el animal en el estómago:
    ahí debe comenzar cualquier pregunta,
    en la necesidad, en la vehemencia
    del cuerpo, que el dolor me quita ahora.



    TRAS LA COMIDA

    No sé nada,
    pero si Dios existe,
    si se encuentra en algún lugar
    es aquí, en este cuarto
    al que entra el sol poniente
    unos minutos antes de ocultarse.ç

    Dios sobre la caoba
    del mueble iluminado,
    en el verde trasluz
    de las macetas que hay en la ventana,
    en esas manos jóvenes
    que sirven el azúcar,
    metido en la madera, ya madera,
    y en ese pelo oscuro
    junto a una piel muy blanca.

    Si es que existe un lugar
    o un tiempo para Dios,
    es justo aquí,
    es justo ahora cuando lo contemplo.

    No sé nada.
    Ni por qué escribo esa palabra, “Dios”
    para hablar de una dicha
    con algo del dolor que nos asalta
    en el momento de la despedida.



    PENSANDO EN MÍ MISMO

    Bajo la piel, si escucho,
    oigo rodar los cantos.
    Cómo se van puliendo,
    conmovida la orilla
    al compás de las olas.

    Cada piedra tallada,
    un exiguo planetas
    llevado a la deriva
    por la respiración
    propia de las mareas.
    Una esférica forma
    con el brillo del agua.

    Nada crece en los cantos
    que ruedan en la orilla,
    salvo el rumor del tiempo
    modelando su esfera.



    UN PUERTO

    A Carlos Alcorta y Rafael Fombellida

    He descubierto un puerto no muy grande.
    Un puerto y su escollera de calizas
    adentrada en el mar
    inflexible a la vez que hospitalaria.

    A un lado de las rocas
    se escucha el ondear del infinito
    y su oscuro horizonte sin lenguaje,
    la sucesión de vientos y corrientes
    desgastando la piedra.
    Sobre todo, el espacio abierto y silencioso,
    una imagen añil del pensamiento
    incapaz, tenso e inhábil, aunque fértil
    en su vacía fe
    y en fugitivas intuiciones.
    ..............................................Si hablo,
    si refiero qué escucho allí, ante el mar,
    cuando suenan las olas ya de noche,
    veo que mis palabras son bien poco,
    interrogantes piedras asomadas
    en declive sobre un despeñadero.

    Al otro lado de las rocas, dentro,
    esoejean las aguas protegidas
    al pie de un monte, el mundo cotidiano
    donde a colmo se agolpan realidades,
    las redes y las nasas,los barcos fondeados junto al muelle,
    cajas, y hedor de orines en una esquina sucia,
    y, adheridas, belleza y sordidez.
    Los seres, las rutinas, las historias.

    He construido un puerto no muy grande.
    Un puerto y su escollera de palabras.



    EXEQUIAS

    Me persigno, me siento, doy la mano,
    oigo hablar de la muerte como umbral
    hacia otra vida eterna y sin pesares;
    escucho la homilía, las parábolas
    (alguien llora en algún rincón, y pienso,
    mientras el hombre continúa hablando,
    en la zafia torpeza de su estilo,
    en la brutalidad de esas imágenes
    toscas, vulgares, amedrentadoras;
    aunque ¿de que nos sirven la elocuencia
    y las palabras, sean cuales sean?, para nada);
    contemplo la liturgia, el ofertorio,
    y la consagración del pan y el vino,
    todos los ritos propios de una fe
    cada vez más lejana,. más agónica,
    su dios perdido con los otros dioses
    irremediablemente. Y sin embargo
    me persigno, me siento, doy la paz
    (y veo al niño aquel que se abismaba
    en lo alto de la bóveda, en los fuegos
    de la luz que encendían las vidrieras,
    lejos de las palabras sin sentido,
    a bordo de sus barcos de papel,
    soñando singladuras junto al padre),
    doy la mano: "La paz sea contigo",
    veo con claridad en estas manos
    mías, en estos dedos, otras manos
    que ya no tocan ni señalan nada,
    manos perdidas en la nda, y soy
    yo quien las guía como al hijo inerme.

    De noche, en el balcón, respiro el aire,
    repito las preguntas infantiles,
    ¿para qué quiere un dios ser adorado
    si es Dios, si su existencia está colmada?,
    ¿es tan insoportable su aislamiento?
    Respiro el aire limpio de la noche,
    observo la extensión del horizonte:
    por el dolor vivimos rodeados.

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 13:28

    .


    De Nombres del árbol, Tusquets, 2010:


    CASTAÑO

    ¿Es locura -o bien juicio recobrado-
    detener el andar, pararse en medio
    de la acera del día para hablarle
    al árbol retoñado que se encuentra
    delante de nosotros? Para hablarle
    muy de cerca aunque mudos y por dentro,
    sin musitar palabra, pero hablarle
    como lo haríamos ante el amigo
    bueno con quien estamos siempre a gusto.

    Yo me detengo a veces de este modo.

    Me pongo en un rincón, junto al lugar
    que ya se había transformado en casa,
    en seguro recinto de la vida,
    y oigo el temblor de todas esas hojas
    como un pueblo con una sola lengua;
    e3scucho el agua de ese movimiento
    que es libertad al tiempo que destino,
    y en su verdor iluminado aprendo
    a ser mejor y más el ser que quiero.



    UNA BELLEZA

    Existe una belleza sin materia,
    sin apoyo concreto en unas formas,
    sin proporción ni simetría alguna.
    No halaga a los sentidos y cautiva.
    Pero, más que ganarnos, nos conturba,
    nos sobrecoge hallarla así, inocente,
    tan clara en las poquísimas personas
    que la poseen y la transparentan.

    Quién podría decir de dónde nace.

    Tal vez de su humildad, de su renuncia,
    del bien gratuito, de su amor callado;
    tal vez de lo que no son, porque apenas
    son nadie, apenas tienen nada suyo
    salvo lo que nos dan sin que se esfuercen,
    salvo aquello que dicen sin herir
    ni empañar el silencio de las cosas.
    Qué vanas siento entonces mis palabras.




    GÁRGOLAS

    Llueve,
    qué
    bien habláis
    vosotras, gárgolas,
    vosotras

    sabéis nombrar
    el agua,
    vosotras, redentoras,
    fresco alivio,
    impensado caudal,
    ojos del cielo.

    sobre el fracaso
    de nuestra palabra.



    OLOR A PAN

    Olor a pan cocido
    en estos campos.

    Andar solo y saberse
    acompañado.



    REGRESO

    Palabras que he heredado, unid de nuevo
    todo lo que vosotras separastéis,
    cuando en mi candidez, sin ver las trampas,
    decía cosas como ahora, entonces,
    yo y los otros, o aquí y allí, trazando
    involuntariamente las fronteras
    en el hecho absoluto de la vida;
    deshaced las distancias ilusorias
    que aprendimos diciendo vivo, muerto,
    el hombre y Dios; unid de nuevo todo
    con la fuerza que escucho en vuestro amor.




    CERCA DE UNOS PINOS

    Mi gloria está en poder decir que soy,
    pinos de la ladera, hermanos quietos,
    el creador de todo cuanto existe,
    pues existe en la fe de una mirada
    que pone su conciencia en estos ojos
    míos, míos que no me pertenecen,
    jilguero de la tarde en tu espesura,
    míos pero prestados, sólo mientras
    me dura el tiempo en que he de respirar
    y he de sentir por dentro, no sé dónde,
    quizás en mi vida entera, a otro ser
    cuyo azán es salir y alzarse en vuelo.

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Vie 28 Jun 2024, 13:56

    .



    UNA AMBICIÓN

    No es mucha mi ambición, apenas nada: llegar a ser un alto en el camino,
    ser el lugar de paso en donde se halla un poco de reposo,
    el lugar ignorado que no era ningún fin de trayecto, ningún punto de destino, pero que enriqueció inesperadamente el viaje porque nos acogió sin esperarlo,
    el rincón escondido en medio de la ruta,
    las letras más pequeñas de los mapas;
    ser el nombre que quiere recordarse y que al final se olvida, el nombre ya olvidado de cuanto sin embargo se recuerda, la aldea recorrida en una hora que concentraba infinidad de horas,
    la ermita y el camposanto de esa aldea, donde la muerte es pobre y se confunde con los huertos de la vida;
    la ambición -o quizá la soberbia- de ser la plaza del descanso, el sitio al que las gentes marchan por las tardes, donde los niños juegan y los viejos caminan en verano;
    ser la taberna abierta en el invierno,
    el ejido en que se anda un rato para avivar las piernas, allí donde se ensancha el horizonte mientras se toma el aire fresco;
    el lugar donde vimos los propósitos y las palabras disolverse como abstracciones y símbolos a la sombra de un árbol,
    justo cuando sabemos que estamos en las manos del destino.



    BREVE SÚPLICA AL DOLOR

    Sólo deja que apoye la cabeza
    sobre esta tapia en donde cae el sol,
    y que cierre los ojos mientras vuelvo
    para mirar mi sangre iluminada
    en la roja tiniebla de los párpados,
    pues éste es mi cuidado: hallar la luz
    que muestra la ficción de tu delirio.



    EL LEGADO

    Pocas cosas me gustan más que andar
    por el breve dominio de los puertos,
    ver los nombres de hermanos y mujeres
    que dan los pescadores a sus barcos,
    y el sol sobre las proas,
    y las algas que ondean
    en todo lo que toca el agua. Y pocas,
    pocas cosas me gustan más que ver,
    como ahora sucede,
    con qué serenidad se para el sol
    en el suelo del cuarto,
    cómo convierte, en el cristal, las manchas
    en puras maravillas
    tras las que sopla el viento
    agitando los árboles.

    Tengo aquí a la quietud, justo a mis pies,
    brillando sobre el suelo de esta casa
    con su jardín de almendros y frutales.
    Tengo auí mismo a la quietud despierta,
    sobre un trozo de suelo iluminado,
    y me hace recordar
    los barcos en los puertos, y los nombres
    de hermanos y mujeres de sus proas,
    ante este sol de ahora allí reunidas.

    ¿Qué podría dejar, si nada es mío,
    ni siquiera mi nombre?
    ¿Qué podría para cuando se olvide
    incluso que hubo un tiempo en que escribí,
    sol de estas horas, mi mejor legado?



    VEREDA DEL RONTONAR

    Nuestras creencias
    se quedan siempre atrás.
    ¿Quién tiene la osadía de decir
    algo más que esto: soy?
    Nada más: soy, respiro
    el aire regalado de esta hora,
    sin la penumbra de los adjetivos.
    La decisión extraña de sentarse
    en medio de una senda,
    que es un lugar de paso,
    en el monte,
    sentado sobre el suelo
    y ver piedras y encinas a la altura
    con que vería un niño,
    e incluso más abajo,
    junto a las briznas
    y la corteza donde crece el liquen,
    y el afán del insecto;
    el acto simple de sentarse así
    hace que uno comprenda
    cuanto en verdad importa comprenderse:
    que nadie es nada de lo que creía,
    que aún debemos aprender a hablar
    el lenguaje tan claro y misterioso
    con el que cantan todos,
    los muertos y los vivos,
    su verdad más callada y verdadera.



    EL LIBRO ESCRITO

    Más que escribir, transcribo un libro escrito
    antes de que naciera, no hago más
    que oír su texto anónimo y sin dueño
    como oímos el mar desde las rocas.

    Recibo el texto donde está la vida
    igual que el niño atiende a su dictado
    tratando de esmerar la ortografía
    y conquistar la perfección del trazo.

    Escucho enfrente al ave de la noche.
    Les entrega su voz a las tinieblas.
    Entona sin desmayo entre los chopos
    la claridad del texto y su misterio.


    ANTONIO MORENO

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    Antonio Moreno (1964- Empty Re: Antonio Moreno (1964-

    Mensaje por Pedro Casas Serra Dom 07 Jul 2024, 04:20

    .


    Dos poemas más de Antonio Moreno:


    De Visión del humo (1998):


    EL GERANIO

    En medio de los campos
    está la casa en ruinas.

    Arde el sol en las alas
    de la torcaz que vuela.

    Parece, tras los árboles,
    que aún vivan allí

    y duba lento el humo
    del dueño de esta tierra.

    Mas todo es ilusorio:
    cayeron los tejados,

    quedó el aljibe seco
    y la pared hendida.

    Como una aparición
    de flores rojas, verde

    entre el polvo y la ruina,
    me descubres la tarde

    devolviendo la fe
    en aquel abandono.

    La falta de cuidados
    en que crece la flor

    hermosa y suficiente
    bajo el sol y la lluvia.

    Como tú, me creí
    una armonía entera,

    el hermano menor
    del gratuito universo,

    uno que iba trotando
    del polvo y de la ruina.




    De Metafísicas (2001):


    BÁRBARA

    Un niño reza a un dios que no comprende.
    Acostado, recuerda alguna historia:
    el hombre aquel que amaneció sin vista,
    o ese que ni siquiera despertó.
    (Cualquier mañana, sin contar con nadie,
    la vida puede trastornar su curso).
    Reza, pues, a ese padre de los cielos,
    santifica su nombre e intenta verlo
    en el vacío oscuro de su cuarto.
    Ya se duerme creyendo distinguirlo
    dentro del infinito de su mente.

    A veces, ciertas noches, rezo aún
    igual que entonces. Pero nada alienta.
    Cada vez más, ignoro los sentidos:
    los grandes nombres no son más que fábulas,
    otros dioses que a nadie escuchan.
    .............................................................Sólo
    el calor de tu cuerpo me acompaña,
    sólo es tu piel, piel mía, quien me salva.


    ANTONIO MORENO, Las moradas del verbo. Poetas españoles de la democracia. Antología, Calambur 2010.


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