[b][i]
Tan pronto pude iniciar la mañana, corrí a mirar si había sol o nubes.
Daban vueltas en el aire allí arriba, mis ideas nacidas hoy día
y se juntaban con los pájaros que revoloteaban entre la aurora y el nuevo horario que comenzaba a recorrer con sus minuteros.
Todo presagiaba la tranquilñidad esperada. Ojalá las piedras del camino, se espanten y miren hacia otros lados. Ya tengo suficiente almacenado en mis bodegas cerebrales, y no caben otros bultos, que no vengan rotulados con un visto bueno de calidad libre de estupideces.
Se llenó de carga maligna, y hoy día solo se reciben buenas vibraciones, imágenes hermosas, de cisnes de cuello largo, sonrisas seductoras, te quieros amorosos, dulces palanganas llenas de miel rebalsándose por todos lados. ¿será mucho pedir? Porque hoy día, pareciera que el mundo se surte de maldades, inocuidades, perversidades, y muchos otros ades innombrables.
Pienso en la manera de como pudiésemos evitar los problemas que nos ocasionan malas vibras. Creo que somos nosotros quienes los podemos evitar, solamente dejándolos abandonados allí arriba donde revolotean esos pájaros. Claro que me da pena enviarles a esas avecillas, relámpagos con sabor a hiel. Pero a alguna parte debemos desecharlos. Siempre que no se conviertan en lluvia y regresen a nosotros convertidas en gotas de agua.
Hoy en la madrugada, recibí un mensaje desde arriba, desde una Musa voladora, una inspiracion de versos que califiqué de hermosamente demoledores. El amor volador, ése que revolotea libre, asonante, vibrador con sonéticos sones, pero que desamarro para convertirlos en libres, para darles más soltura, porque estimo que lo simple es mas demoledor y comunicador de la belleza. Pensé en colores de pigmentos listos para chorrear una tela, o escuchar esa música de Beethoven en la que las notas son colores que percibimos a través de nuestros oídos. Los colores se ven y se escuchan al mismo tiempo. El ritmo de la vida que camina en las atmósferas, son colores diversos desparramados por los Dioses en las nubes. Por ello, que a veces vemos nubes verdes, otras rojas y amarillas. Como el sonido rojizo de un corno que se transforma en azul. O una flauta traversa que gime con amarillentos tonos, llegando a transformarse en arcoiris con los colores del espectro.
Cuantas veces nuestros poemas son colores esparcidos en alfabéticas sonrisas y descripciones increíbles marcadas por negros y blancos, atornasoladas a veces, dependiendo de nuestros estados de ánimo. Nuestra vida es un crisol, lleno de todos los colores imaginables que se transforman minuto a minuto, cambian de tonalidad dependiendo de sus intensidades sentimentales, o de hambre, o de sed azul, o de rojas variedades sentidas en terribles ansiedades y sentimientos agolpados cual verdes hiedras cayendo de los muros del sentido.
Sentidos o no, los acaramelados versos que les recitamos a nuestras Musas al iniciarse la noche o al aparecer la aurora. Suenan instrumentos musicales llenos de los mismos colores. Suben y bajan melódicas notas, en pautas o tercetos caligráficos, donde los pinceles y grafitos tejen alfombras o tapices
llenos de odio o amor. ternura o decepción. Se torna la vida como en un gráfico comercial, donde una flecha marca el recorrido, hacia arriba o hacia abajo, midiendo los sentimientos. Las utilidades o pérdidas, como es tan importante en este mundo globalizado, en donde perder o ganar, sin términos medios, es la lucha selvática terrible que soportamos los humanoides.
Terrible es observar la vida hoy día. Basada en estos cánones totalitarios, en donde se nos imponen hora a hora seguir estas pautas, de lo contrario feneces, o el árbitro te grita KO, fuera de juego, y te envían a la tumba del olvido.
No es que hoy amanecí triste, decepcionado, aproblemado, no, no es el caso. Es solamente la vida diaria que fluye en esta melodía negra, descolorida, desabrida, con gusto a poco, sin amor, sin belleza. ¿donde se fueron los colores hermosos, el trinar de ruiseñores, el sonido de las flautas traversas?.
¿donde se fueron mis rosas rojas casi negras?
Hay días en que nos cuesta encontrarnos con nosotros mismos.
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Tan pronto pude iniciar la mañana, corrí a mirar si había sol o nubes.
Daban vueltas en el aire allí arriba, mis ideas nacidas hoy día
y se juntaban con los pájaros que revoloteaban entre la aurora y el nuevo horario que comenzaba a recorrer con sus minuteros.
Todo presagiaba la tranquilñidad esperada. Ojalá las piedras del camino, se espanten y miren hacia otros lados. Ya tengo suficiente almacenado en mis bodegas cerebrales, y no caben otros bultos, que no vengan rotulados con un visto bueno de calidad libre de estupideces.
Se llenó de carga maligna, y hoy día solo se reciben buenas vibraciones, imágenes hermosas, de cisnes de cuello largo, sonrisas seductoras, te quieros amorosos, dulces palanganas llenas de miel rebalsándose por todos lados. ¿será mucho pedir? Porque hoy día, pareciera que el mundo se surte de maldades, inocuidades, perversidades, y muchos otros ades innombrables.
Pienso en la manera de como pudiésemos evitar los problemas que nos ocasionan malas vibras. Creo que somos nosotros quienes los podemos evitar, solamente dejándolos abandonados allí arriba donde revolotean esos pájaros. Claro que me da pena enviarles a esas avecillas, relámpagos con sabor a hiel. Pero a alguna parte debemos desecharlos. Siempre que no se conviertan en lluvia y regresen a nosotros convertidas en gotas de agua.
Hoy en la madrugada, recibí un mensaje desde arriba, desde una Musa voladora, una inspiracion de versos que califiqué de hermosamente demoledores. El amor volador, ése que revolotea libre, asonante, vibrador con sonéticos sones, pero que desamarro para convertirlos en libres, para darles más soltura, porque estimo que lo simple es mas demoledor y comunicador de la belleza. Pensé en colores de pigmentos listos para chorrear una tela, o escuchar esa música de Beethoven en la que las notas son colores que percibimos a través de nuestros oídos. Los colores se ven y se escuchan al mismo tiempo. El ritmo de la vida que camina en las atmósferas, son colores diversos desparramados por los Dioses en las nubes. Por ello, que a veces vemos nubes verdes, otras rojas y amarillas. Como el sonido rojizo de un corno que se transforma en azul. O una flauta traversa que gime con amarillentos tonos, llegando a transformarse en arcoiris con los colores del espectro.
Cuantas veces nuestros poemas son colores esparcidos en alfabéticas sonrisas y descripciones increíbles marcadas por negros y blancos, atornasoladas a veces, dependiendo de nuestros estados de ánimo. Nuestra vida es un crisol, lleno de todos los colores imaginables que se transforman minuto a minuto, cambian de tonalidad dependiendo de sus intensidades sentimentales, o de hambre, o de sed azul, o de rojas variedades sentidas en terribles ansiedades y sentimientos agolpados cual verdes hiedras cayendo de los muros del sentido.
Sentidos o no, los acaramelados versos que les recitamos a nuestras Musas al iniciarse la noche o al aparecer la aurora. Suenan instrumentos musicales llenos de los mismos colores. Suben y bajan melódicas notas, en pautas o tercetos caligráficos, donde los pinceles y grafitos tejen alfombras o tapices
llenos de odio o amor. ternura o decepción. Se torna la vida como en un gráfico comercial, donde una flecha marca el recorrido, hacia arriba o hacia abajo, midiendo los sentimientos. Las utilidades o pérdidas, como es tan importante en este mundo globalizado, en donde perder o ganar, sin términos medios, es la lucha selvática terrible que soportamos los humanoides.
Terrible es observar la vida hoy día. Basada en estos cánones totalitarios, en donde se nos imponen hora a hora seguir estas pautas, de lo contrario feneces, o el árbitro te grita KO, fuera de juego, y te envían a la tumba del olvido.
No es que hoy amanecí triste, decepcionado, aproblemado, no, no es el caso. Es solamente la vida diaria que fluye en esta melodía negra, descolorida, desabrida, con gusto a poco, sin amor, sin belleza. ¿donde se fueron los colores hermosos, el trinar de ruiseñores, el sonido de las flautas traversas?.
¿donde se fueron mis rosas rojas casi negras?
Hay días en que nos cuesta encontrarnos con nosotros mismos.
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