NOTA, después de leer a Manuel cuestionándose de sus escritos, pensé en hacer lo mismo, pues creo que todo lo que uno piensa tiene su razón de ser publicado, y acá va uno de los tantos, que sin tener valor científico
ni de otra naturaleza, intrínsicamente fofo, pero me dan ganas de decir lo que pienso, aunque me exilien quienes me lean, ojala si en una Isla del Pacífico, donde me despierte el silencio.
MIDIENDO LA VIDA.
Parecería ilógico tomar un metro, una cinta metálica me refiero, y comenzar a medir la vida. ¿ y de adonde comenzamos? más difícil aún. Entonces dejo esa cinta metálica y comienzo a medirla con una medida cúbica, un litro, una medida de esas que usamos en la cocina para echar lo justo a un rico postre o un buen plato de comida. Y encuentro tantas cosas de la vida medibles en volúmenes….pero de primera, comparo esos detalles vividos con gotas de agua, con cascadas de ilusiones, con aguas de olas de mares, y encuentro que la medida de a litro me queda muy pequeña. ¿Qué hacer por Dios? ¿de adonde sacar una medida justa para medir la vida?
he pensado de cómo medir el Universo, de cómo medir sufrimientos y alegrías, fracasos y éxitos…¿Qué medida usar? ¡que difícil!
que pena que Platon, Aristóteles y Sócrates no estén vivos, ya que habría sido una buena pregunta para ellos, después de un banquete.
¿con qué medida se mide la intensidad? bueno pensé inmediatamente en como se miden los temblores y terremotos, allí esta la escala de Mercali. Sería una buena idea.
De esta manera podemos medir el amor por ejemplo, o las ambiciones humanas, pero la lástima que esa escala mide hasta grado 12. Y creo que quedaría pequeña para medir lo que estoy pensando. Por ejemplo hay ambiciones humanas tan grandes, superiores a un desastre como lo es la escala grado 12. Por otro lado hay amores que sobrepasan cualquier escala, entonces desecho esta idea.
Y continúo caminando por la vereda espacial de la vida. Pienso en Einstein, con su teoría de la relatividad…y me gusta eso de relativo, que todo es relativo dependiendo del color con que se miren las cosas. Claro que es una medida difícil de aplicar, porque es una teoría matemáticas, ciencia que es algo fría para medir por ejemplo, el amor. No así la ambición…a la cual es perfectamente aplicable. Claro que esos problemas de ambiciones se aplicarían a personas muy especiales, que las hay muchas, estamos llenos de políticos y gobernantes que piensan dominar el mundo. Pero no es el caso personal mío, ya que escribo mis opiniones para recalcar problemas mas simples, que no incumben a ninguno de mis incógnitas frente a la vida….
Pienso que cuando manejo mi automóvil, voy midiendo minuto a minuto los kilómetros recorridos, sin darme cuenta, porque para eso hay un cuenta kilómetros colocado por los fabricantes. Y miro mi reloj, que mide las horas que pasan tragándose mi vida, sin que yo me de cuenta. Estamos viviendo rodeados de aparatos que miden todo. Pero se trata de mediciones mecánicas, inconcientes, y no influyen en nada nuestra existencia. Es decir, no la modifican, la alinean, (de alienarse), Pero esto es normal en la vida moderna, es parte de esa modernidad que nos amarga, nos turba, inconcientemente sin que nos demos cuenta. Y curiosamente, pasa a formar parte de nuestra manera normal de vivir.
Busqué por muchos lados ese ideal de medida. Sin darme cuenta que lo tengo muy cerca de mí, lo tenemos muy cerca nuestro. A pesar que no me gusta medir la vida por tiempo, ya que nos damos cuenta de lo corto que es la existencia y nuestro misterioso paso por esta tierra, que llamamos mundo. ¿Han visto misterio más grande que nuestra vida? Creo que es penoso recordar esto….y la mejor manera de pensarlo es ignorándolo. Esta medida que es contar los años que vamos cumpliendo y que se hace tan corta, pasa tan rápido ese tiempo, y yo mañana cumplo 79 años, 79 años acumulados sin darme cuenta…cuando murió mi padre a los 69 años lo encontré tan viejo y mírenme a mi ahora, a la edad que he llegado sin darme cuenta. Por supuesto que sintiéndome tan joven…a pesar que esa medida colma, los volúmenes, las cintas de metros, los cuenta kilómetros, los minuteros del reloj, que se yo…..
Y creo que mañana deberé ignorar todas las medidas que con tanto empuje quise describir en estas líneas, con tanto positivismo, alegría, relacionándolo con la vida, que es la mejor medida que podemos pensar, echando a un lado las cosas negativas, las inclemencias del tiempo, los amores perdidos, los otros ganados y gozados. Y ahora miro con ansias el mar, esas olas que vienen una detrás de la otra, mojando nuestros pies, y recordándonos que la vida es como el péndulo de un reloj, que corre y corre, y de repente podrá detenerse para uno, pero seguirá caminando para los otros que van quedando, y que tienen que cumplir su ciclo, esa medida misteriosa, que existe, pero no sabemos para qué….pero así es la vida. Caminando sobre un montón de medidas de tiempo, que ignoramos, pero que transcurre impostergablemente.
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