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por ernesto würth Mar 15 Dic 2009, 14:15[b]
NAVEGANDO EN EL ENSUEÑO
EN LA PLAYA DE LOS MITOS.
Hay veces que el mar es tranquilo, el murmullo de sus olas no se sienten, sin espumas, latidos, ruidos: penan en mi alma éste suave murmullo de los dias previos a la Navidad, en que la tristeza me acompaña y no me deja solo. Sumergido en ese silencio miro el ocaso, donde comenzaban a brotar las estrellas pero estaba tan lejos de mi mismo, que lloró la tarde, sin divisarme; Seguí caminando con pasos invisibles que no dejaban huellas. Me pregunté porqué estoy invisible, o soy yo el que no quiero mirarme.
Las estepas del silencio tan llenas con los arenales de mi pasado cubrieron los caminos zigzagueados, y un árbol creció, en medio de las dunas. Ví como creció mi rosal de rosas rojas casi negras entre las rocas. Como nació también el dolor apagado, indeciso, proveniente de lugar alguno. Miré hacia arriba buscando lo que nunca he podido ver, y ví solo un cielo celeste apagándose, y brotaron muchas nubes de donde brotaron los frutos de ese árbol de la vida, de colores intensos, mas la niebla del riachuelo que desembocaba en el mar, cubrió mis anhelos insospechables con mantos de rosas rojas casi negras.
De la espumas de una ola con Neptuno, Anaximandro me dió su mano salada,
empujándome a la playa donde, acompañado de mi caracola, continué, caminando encaramado a la vida, que a veces se esfuma. Traté de tenerla en mis manos con todas mis fuerzas. Mas no puedo obligarla a quedarse en mis manos. Nadie puede hacerlo. No somos dueño de ella. Ni siquiera conocemos su camino.
Pensé en lo que veía cuando comencé la caminata, esta fecha de Navidad, y me llené de una especie de vida pasajera, recordando el nacimiento de ése niño que ha influído tanto en mi vida, que cuando mi fé comienza a esfumarse, resuenan en mis oídos, tantas enseñanzas que recibí desde siempre, y que me llenan de nuevo la vista, para mirar con otros ojos, esta vida que comienza a derrumbarse. Y no sé, si es la soledad que me llena este año en que he quedado tan solo, o es la pena, o es las ganas de no vivir, o a lo mejor lo contrario. Y se me junta todo en esta bruma que llega del mar.
Son tantas las veces que salgo a caminar para borrar las cosas tristes. Y bueno, pienso que en la noche de Navidad, estaré junto a los míos, para darles nuevos bríos a los que quedamos, a los nuevos integrantes de mi familia, y apuro los pasos, y comienzo nuevamente a dejar las huellas marcadas en estas arenas frías. Me apuro para preparar la cena junto a mis invitados.
Y cuando inicio el regreso, voy pensando en una poesía, quizá diciendo la verdad más cercana, lo que es la lejanía, ese recorte de tiempo que se hace largo, lo que hoy me he hecho iniciar un cuasi monólogo, porque si estuvieras cerca mío, estaría tomado de tu mano, con la mente positiva, pensando en el mañana, lo que no he podido recuperar en esta corta caminata nada más porque estás lejos.
LAS DISTANCIAS-
Vivimos en un círculo , contreñido, apretado,
separadas distancias, cartas, soñando nada
Acortarlas, sonriendo, mueca forzada, alientos,
unas apartadas por muerte,
otras solo por ansias de tenerte
y todas son distancias, angustia efervescente,
que daría hoy por verte solamente conversar
palabras de aliento, . ay ¡ esas distancias,
ideas telesféricas pasajes cibernéticos
distancias, para los abrazos
una Feliz Navidad, un abrazo inventado
un beso imaginario, cantos, trineos, nieve,
aquí calor, allí frío, alegria,
champan mucha espumilla,
te miro mujer ojos pardos,
pero no te miro, te pienso.
y no te pienso, te imagino
De Síntesis vivenciales. 2002.
NAVEGANDO EN EL ENSUEÑO
EN LA PLAYA DE LOS MITOS.
Hay veces que el mar es tranquilo, el murmullo de sus olas no se sienten, sin espumas, latidos, ruidos: penan en mi alma éste suave murmullo de los dias previos a la Navidad, en que la tristeza me acompaña y no me deja solo. Sumergido en ese silencio miro el ocaso, donde comenzaban a brotar las estrellas pero estaba tan lejos de mi mismo, que lloró la tarde, sin divisarme; Seguí caminando con pasos invisibles que no dejaban huellas. Me pregunté porqué estoy invisible, o soy yo el que no quiero mirarme.
Las estepas del silencio tan llenas con los arenales de mi pasado cubrieron los caminos zigzagueados, y un árbol creció, en medio de las dunas. Ví como creció mi rosal de rosas rojas casi negras entre las rocas. Como nació también el dolor apagado, indeciso, proveniente de lugar alguno. Miré hacia arriba buscando lo que nunca he podido ver, y ví solo un cielo celeste apagándose, y brotaron muchas nubes de donde brotaron los frutos de ese árbol de la vida, de colores intensos, mas la niebla del riachuelo que desembocaba en el mar, cubrió mis anhelos insospechables con mantos de rosas rojas casi negras.
De la espumas de una ola con Neptuno, Anaximandro me dió su mano salada,
empujándome a la playa donde, acompañado de mi caracola, continué, caminando encaramado a la vida, que a veces se esfuma. Traté de tenerla en mis manos con todas mis fuerzas. Mas no puedo obligarla a quedarse en mis manos. Nadie puede hacerlo. No somos dueño de ella. Ni siquiera conocemos su camino.
Pensé en lo que veía cuando comencé la caminata, esta fecha de Navidad, y me llené de una especie de vida pasajera, recordando el nacimiento de ése niño que ha influído tanto en mi vida, que cuando mi fé comienza a esfumarse, resuenan en mis oídos, tantas enseñanzas que recibí desde siempre, y que me llenan de nuevo la vista, para mirar con otros ojos, esta vida que comienza a derrumbarse. Y no sé, si es la soledad que me llena este año en que he quedado tan solo, o es la pena, o es las ganas de no vivir, o a lo mejor lo contrario. Y se me junta todo en esta bruma que llega del mar.
Son tantas las veces que salgo a caminar para borrar las cosas tristes. Y bueno, pienso que en la noche de Navidad, estaré junto a los míos, para darles nuevos bríos a los que quedamos, a los nuevos integrantes de mi familia, y apuro los pasos, y comienzo nuevamente a dejar las huellas marcadas en estas arenas frías. Me apuro para preparar la cena junto a mis invitados.
Y cuando inicio el regreso, voy pensando en una poesía, quizá diciendo la verdad más cercana, lo que es la lejanía, ese recorte de tiempo que se hace largo, lo que hoy me he hecho iniciar un cuasi monólogo, porque si estuvieras cerca mío, estaría tomado de tu mano, con la mente positiva, pensando en el mañana, lo que no he podido recuperar en esta corta caminata nada más porque estás lejos.
LAS DISTANCIAS-
Vivimos en un círculo , contreñido, apretado,
separadas distancias, cartas, soñando nada
Acortarlas, sonriendo, mueca forzada, alientos,
unas apartadas por muerte,
otras solo por ansias de tenerte
y todas son distancias, angustia efervescente,
que daría hoy por verte solamente conversar
palabras de aliento, . ay ¡ esas distancias,
ideas telesféricas pasajes cibernéticos
distancias, para los abrazos
una Feliz Navidad, un abrazo inventado
un beso imaginario, cantos, trineos, nieve,
aquí calor, allí frío, alegria,
champan mucha espumilla,
te miro mujer ojos pardos,
pero no te miro, te pienso.
y no te pienso, te imagino
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