Subo un Relato que estoy haciendo, todabia no puedo diferencia entre relatos, cuento, narracion, y las propiedades de los mismos, asi como tampoco se muy bien como ser descriptivo y tengo problemas con los dialogos, ya que quisiera que se note bien cuando habla un personaje u otro sin tener que agregar sus nombres, ademas de cualquiero otra observacion que tenga ud, ya que estoy aqui para aprender, desde ya muchas gracias!
EL DIARIO DE DON PEDRO
I
I
-Argentina… -Hermoso e inestable país.
–Cuantos secretos encierras, y cuantos misterios perdidos en tus milenarias leyendas.
Mi nombre es Ernesto, y mi origen esta en una provincia al noroeste de Argentina, involuntariamente indagué sobre una serie de sucesos extraños e incomprensibles, lo cual quisiera relatar en el afán de entregar a los ojos de quien posea estas letras, los resultados y consecuencias que me aprisionan y no me dejan dormir. No quise aportar mas información personal para no agravar la situación en la que me encuentro, pues es muy difícil sobre llevar la carga de milenarias practicas que, mas allá de pasar desapercibidas, forman parte de nuestra vida diaria pero solo se puede ver y descubrir solo si tuviste “El Libro” en tus manos.
Todo comenzó un día antes de comenzar el invierno, fecha en la cual los días se pierden en tonalidades de gris, y lo único que da color a mi ciudad son los lapachos que florecen y se contrastan en un dulce rosado ante el descolorido fondo gris que lo aviva. Un día normal para mi, sentado en mi escritorio, dando batalla al tiempo, el cual no se deja atrapar y se escapa hasta dejarte sin aliento. Si tuviera que contar cada una de la veces que mire el reloj pidiendo que no avanzara para poder terminar mis labores y escapar en libertad sin la pesadez del estrés que se carga en una mochila imaginaria y hoy en día no puede ser olvidada en el trabajo.
Decidí salir temprano y dar final definitivo a un trámite inconcluso que venia postergando hace ya mucho tiempo, para llegar a mi descanso en libertad. Fue en la antigua e histórica avenida Belgrano que mis pasos acelerados se vieron reducidos bruscamente por una mirada familiar, luego de vacilar un momento y de una mueca de admiración, decidí sacar afuera esas palabras que se escapaban de mi corazón. –Julio! Le dije sorprendiéndolo –Ernestito, ¿Cómo estas? hace años que nos vimos, urgente necesito hablar con vos y no podemos dejar pasar esta ocasión. Me respondió –Si, Por supuesto, le dije, mientras me retiraba de la una cola que abarcaba dos caras de una manzana dejando pendiente nuevamente este tramite que nuca pude terminar.
No podía creerlo, me encontré con ese amigo de años, de la infancia, de los primeros recuerdos de juegos y aventuras, pero que el tiempo y la vida te separa, nos sentamos a tomar un café y supuse que a recordaríamos viejas aventuras o que nos pondríamos al día en lo que respecta a nuestras vidas. Sin embargo fue muy poco claro y algo introvertido solo me pregunto por mi familia y por mi trabajo, y se limitó a invitarme a pasar unos días en un pueblo del cual es originaria su familia a unos 200km de mi ciudad, acepté inmediatamente sin dudar un instante, ya que este pequeño viaje renovaría mi rutinaria vida. Entonces se levantó y me dijo que tenia que retirarse, me dejó su numero de contacto y me dijo que pasaría a buscarme por la madrugada del día siguiente. –No tengo ningún problema, pero al menos podes terminar tu café y comentarme que fue de vos en estos años. Le dije. –No puedo, debo irme a preparar todo, ya tendremos tiempo para charlar. Y se retiró. Me quede sentado en el bar con dos tasas de café, pero no me pareció tan extraño viniendo de parte de él. Pedí unos días en el trabajo y separé la ropa abrigada dado a que es de conocimiento publico algunas carencias del lugar al cual me dirigiría, en donde el frío llega por las noches para congelar y penetrar en cada rincón donde halla un ser de sangre caliente, estos días serian una suerte de pequeñas vacaciones para la distensión y compañía de un viejo amigo.
–Cuantos secretos encierras, y cuantos misterios perdidos en tus milenarias leyendas.
Mi nombre es Ernesto, y mi origen esta en una provincia al noroeste de Argentina, involuntariamente indagué sobre una serie de sucesos extraños e incomprensibles, lo cual quisiera relatar en el afán de entregar a los ojos de quien posea estas letras, los resultados y consecuencias que me aprisionan y no me dejan dormir. No quise aportar mas información personal para no agravar la situación en la que me encuentro, pues es muy difícil sobre llevar la carga de milenarias practicas que, mas allá de pasar desapercibidas, forman parte de nuestra vida diaria pero solo se puede ver y descubrir solo si tuviste “El Libro” en tus manos.
Todo comenzó un día antes de comenzar el invierno, fecha en la cual los días se pierden en tonalidades de gris, y lo único que da color a mi ciudad son los lapachos que florecen y se contrastan en un dulce rosado ante el descolorido fondo gris que lo aviva. Un día normal para mi, sentado en mi escritorio, dando batalla al tiempo, el cual no se deja atrapar y se escapa hasta dejarte sin aliento. Si tuviera que contar cada una de la veces que mire el reloj pidiendo que no avanzara para poder terminar mis labores y escapar en libertad sin la pesadez del estrés que se carga en una mochila imaginaria y hoy en día no puede ser olvidada en el trabajo.
Decidí salir temprano y dar final definitivo a un trámite inconcluso que venia postergando hace ya mucho tiempo, para llegar a mi descanso en libertad. Fue en la antigua e histórica avenida Belgrano que mis pasos acelerados se vieron reducidos bruscamente por una mirada familiar, luego de vacilar un momento y de una mueca de admiración, decidí sacar afuera esas palabras que se escapaban de mi corazón. –Julio! Le dije sorprendiéndolo –Ernestito, ¿Cómo estas? hace años que nos vimos, urgente necesito hablar con vos y no podemos dejar pasar esta ocasión. Me respondió –Si, Por supuesto, le dije, mientras me retiraba de la una cola que abarcaba dos caras de una manzana dejando pendiente nuevamente este tramite que nuca pude terminar.
No podía creerlo, me encontré con ese amigo de años, de la infancia, de los primeros recuerdos de juegos y aventuras, pero que el tiempo y la vida te separa, nos sentamos a tomar un café y supuse que a recordaríamos viejas aventuras o que nos pondríamos al día en lo que respecta a nuestras vidas. Sin embargo fue muy poco claro y algo introvertido solo me pregunto por mi familia y por mi trabajo, y se limitó a invitarme a pasar unos días en un pueblo del cual es originaria su familia a unos 200km de mi ciudad, acepté inmediatamente sin dudar un instante, ya que este pequeño viaje renovaría mi rutinaria vida. Entonces se levantó y me dijo que tenia que retirarse, me dejó su numero de contacto y me dijo que pasaría a buscarme por la madrugada del día siguiente. –No tengo ningún problema, pero al menos podes terminar tu café y comentarme que fue de vos en estos años. Le dije. –No puedo, debo irme a preparar todo, ya tendremos tiempo para charlar. Y se retiró. Me quede sentado en el bar con dos tasas de café, pero no me pareció tan extraño viniendo de parte de él. Pedí unos días en el trabajo y separé la ropa abrigada dado a que es de conocimiento publico algunas carencias del lugar al cual me dirigiría, en donde el frío llega por las noches para congelar y penetrar en cada rincón donde halla un ser de sangre caliente, estos días serian una suerte de pequeñas vacaciones para la distensión y compañía de un viejo amigo.
II
Madrugada del 21 de junio preparando las cosas para partir y llegar con los primeros rayos del sol, y buscar ese calido amanecer donde todo vuelve a tomar la tonalidad que le corresponde. Se escucha el sonido de una Camioneta que hace sentir su motor en la puerta de mi casa, y con los ojos entreabiertos de tanto esperar y del sueño que me acosaba me levante a recibir a Julio, efectivamente era él, quien saludaba con una sonrisa de niño emprendiendo una aventura, en la noche desierta solo estábamos acompañados por millones de estrellas que brillaban sin conocer el destino que nos aguardaba. Cargamos un par de cajas con elementos para nuestra corta estadía y agarramos rumbo. Durante el viaje Julio, me comentaba que nos hospedaríamos en un paraje a unos pocos kilómetros de distancia del pueblo. Él se encontraba algo extraño, mas bien misterioso, cuando le pregunté sobre su vida y su familia, ya que en nuestro corto encuentro del día anterior no tuve la oportunidad., a lo que respondió – Bien, por suerte. Y no dijo nada más. Así que cambie de tema, y pasamos a charlar de los mismos temas que uno tiene con cualquier amigo luego de encontrarse pasado un buen tiempo, anécdotas y chistes que matan el tiempo en el viaje.
Llegamos cuando el sol de asomaba ligeramente en el horizonte, mas bien escondido por detrás del monte, o directamente emergiendo del mismo. Había una casa muy antigua, parecía fabricada con paja y adobe, pero solo fue una impresión mía, le pregunte si la había comprado o algo pro el estilo, a lo cual me respondió que resultaba ser una herencia asignada después de el fallecimiento de un tío que nunca tubo la gracia de conocer. Nos bajamos de la camioneta y al dar el primer paso noté que había mas tierra adentro del vehiculo que afuera y eso que mis pisadas parecían las pisadas de los astronautas en la luna. Caminamos hacia la casa y le pregunte si no tendríamos problemas con el frío, en pocas palabras, si era calida por lo menos, a lo que me respondió que no tenia la menor idea ya que era la primera vez que venia y no se atrevía a hacer el estreno él solo. Le pregunte donde paraba cuando solía venir años atrás y me dijo que en una pensión o en la casa de una amiga de la familia, a la que llamaban tía filomena, pero que ya no se dirige allí para no incomodar debido a los problema de salud de la tía.
Decidimos entrar y develar los secretos que guardaba esa antigua casa, Julio tomó una llave muy grande, debe haber tenido unos 15cm, y al girar en la vieja y herrumbrada cerradura se podía sentir como rechinaba tanto que repercutía en todo mi cuerpo era mas bien como hielo quebrándose ante nuestros ojos. Ingresamos, y para nuestro alivio había luz eléctrica, y al fondo cubierto de tierra y telas de araña la humedad de las paredes de dejaba ver cual huésped que permanecería inmóvil y siempre presente.
Estaba todo intacto como si alguien hubiera acomodado todo esperando nuestra llegada, sin esperar mas hice una broma diciendo –Se ve que tu tío era bastante ordenado. Julio no respondió nada al respecto, permanecía hipnotizado ante una foto antigua donde estaban sus padres junto a su tío y demás hermanos. Me quede asombrado por las altas vigas y julio me explicó que estas casa estaban fabricadas de manera que sean frescas en verano y que mantengan el calor en invierno. Pasamos la mañana acomodándonos y viendo el lugar, hasta que bien entrada la siesta comenzamos a sentir hambre, luego del almuerzo decidimos reposar, camino a la que seria mi habitación entre tantas puertas y habitaciones hubo una que me llamo la atención.
Preso de la curiosidad en un momento me escabullí a la ultima habitación de la casa que quedaba bien al fondo, y la forma de la puerta me llamaba a entrar y ver que se escondía allí, aparentaba ser una habitación de huésped o algo así, como la gente del interior esta acostumbrada a recibir visita, siempre tienen colchones y camas de mas, en este caso la entrada tenia unos relieves y cerraduras talladas, e incluso un candado gigante que estaba abierto quien sabe porque, era como su estuviera preparado para que yo me adentre a terminar con esta curiosidad. Escuchaba a julio roncar, y por dentro rezaba que por favor no haga ruido la puerta al abrirla para que no me atrapen explorando sin permiso, ya que en esa casa no era más que un simple huésped, y no tenia porque andar escabulléndome por ahí. Luego de un tremendo ruido y al desprenderse una de las bisagras de la puerta y sin contar que me tropecé con una pila de diarios viejos, sentenciaba mi destino esperando el enojo de Julio, sin embargo; él dormía tranquilamente.
A los manotazos logré encontrar la perilla de la luz, era una habitación grande, aparentemente un depósito, de diarios viejos y húmedos, de color amarillentos y algunos ya casi ilegibles. Era aire era bastante pesado debido a que había uno de esos viejos caños de algún pozo que ya debió estar seco, ese caño estaba en una esquina como parte de la decoración de la habitación, y hacia que el olor a humedad te tape el pecho haciendo que respire con dificultad. De repente la puerta se cerró y me volví para ver si mi amigo se había despertado con el ruido que propinó el portazo, me asome a mirar por los pequeños espacios entre las maderas que conformaban esa extraña puerta y a lo lejos, en el otro extremo del pasillo principal se divisaban los pies extendidos sobre una banqueta de Julio quien permanecía dormido.
Sin poder con la curiosidad decidí investigar y ver que encontraba de interesante allí, mire alrededor y con la poca luz de la lámpara que vaya a saber uno cuantos años tenia, sumándole al incesante parpadear de la baja tensión eléctrica, vi objetos extraños muy bien acomodados en numerosos estantes. Me imagine toda clase de historias que envolvían al difunto tío que mientras mas observaba mas intriga me daba, lo objetos eran solo adornos viejos y rotos envueltos en polvo, lo uno extraño eran algunos objetos como un pedazo de madera que por sus terminaciones se notaba que había sido arrancado de algo mas grande, también vi una cuerda y un trozo de algo así como una hoja seca o un pedazo de cuero, no se bien que era eso. También pude ver otras cosas como adornos como por ejemplo la famosa cajita con la bailarina que funcionaba a cuerda, también un gato al estilo egipcio en cerámica, y tantos objetos más. Pero lo que mas llamo a mi atención fue un libro viejo que estaba cubierto de tierra metido entre unos estantes que estaban en la pared, donde se notaba que la humedad y el salitre estaban haciendo estragos en las hojas. Decidí estirarme por entre los estantes y tratar de alcanzarlo, y ver de que se trataba, hice un esfuerzo sobrehumano para aguantar el peso de esos estante antiguos para no provocar un desastre en esa habitación, y cuando lo tuve entre mis dedos me embriagaba una sensación de placer ya que podría ver que secretos escandía, y cuando logre agarrarlo se me cayó repentinamente esparciéndose por todo el piso de tierra las hojas que contenía, logre armarlo como pude y me dispuse a leerlo, era el diario personal de Don Pedro, me enteré su nombre gracias a éste, había anotaciones extraña e incoherentes, había fechas y direcciones también, así como símbolos y garabatos que se asemejaban a mapas antiguos, lo guarde entre mi ropa y decidí salir de la habitación antes que despertara Julio.
Como ya sabia el mecanismo logre salir sin hacer el mínimo ruido, pero cuando mire hacia el pasillo no veía los pies de julio, lo encontré tomando mate y me pregunto si no había visto algo interesante, le respondí que no, que me llamaban la atención algunos objetos antiguos y me deje atrapar por la variedad que se encontraba en la casa. Seguimos charlando un poco mas y no pode dejar de preguntar los motivos del fallecimiento de si tío, y me dijo que no sabia exactamente que le pasó, lo único que se sabia es que salio a cazar un día y nunca mas regresó, se dice que como era un hombre mayor salio al monte a cazar o a hacer alguno de socorridos y haber fallecido allí, en el monte. Lo buscaron en todo el pueblo pero ni un rastro de él. Generalmente se cuenta que las personas mayores saben cuando llega su hora y se dirigen al monte a buscar un almita que los busca y los lleva hacia el otro mundo. Y no queda nadie más que yo en la familia así que me quede a cargo de la casa, no puedo decir que la casa es mía porque no sé que paso con el Tío, mira si un día me golpea la puerta. – QUE EDAD TENIA TU TIO? Noventa y cuatro me dijo, no dije mas nada porque julio hablaba muy en serio y no quería incomodarlo.
Llegamos cuando el sol de asomaba ligeramente en el horizonte, mas bien escondido por detrás del monte, o directamente emergiendo del mismo. Había una casa muy antigua, parecía fabricada con paja y adobe, pero solo fue una impresión mía, le pregunte si la había comprado o algo pro el estilo, a lo cual me respondió que resultaba ser una herencia asignada después de el fallecimiento de un tío que nunca tubo la gracia de conocer. Nos bajamos de la camioneta y al dar el primer paso noté que había mas tierra adentro del vehiculo que afuera y eso que mis pisadas parecían las pisadas de los astronautas en la luna. Caminamos hacia la casa y le pregunte si no tendríamos problemas con el frío, en pocas palabras, si era calida por lo menos, a lo que me respondió que no tenia la menor idea ya que era la primera vez que venia y no se atrevía a hacer el estreno él solo. Le pregunte donde paraba cuando solía venir años atrás y me dijo que en una pensión o en la casa de una amiga de la familia, a la que llamaban tía filomena, pero que ya no se dirige allí para no incomodar debido a los problema de salud de la tía.
Decidimos entrar y develar los secretos que guardaba esa antigua casa, Julio tomó una llave muy grande, debe haber tenido unos 15cm, y al girar en la vieja y herrumbrada cerradura se podía sentir como rechinaba tanto que repercutía en todo mi cuerpo era mas bien como hielo quebrándose ante nuestros ojos. Ingresamos, y para nuestro alivio había luz eléctrica, y al fondo cubierto de tierra y telas de araña la humedad de las paredes de dejaba ver cual huésped que permanecería inmóvil y siempre presente.
Estaba todo intacto como si alguien hubiera acomodado todo esperando nuestra llegada, sin esperar mas hice una broma diciendo –Se ve que tu tío era bastante ordenado. Julio no respondió nada al respecto, permanecía hipnotizado ante una foto antigua donde estaban sus padres junto a su tío y demás hermanos. Me quede asombrado por las altas vigas y julio me explicó que estas casa estaban fabricadas de manera que sean frescas en verano y que mantengan el calor en invierno. Pasamos la mañana acomodándonos y viendo el lugar, hasta que bien entrada la siesta comenzamos a sentir hambre, luego del almuerzo decidimos reposar, camino a la que seria mi habitación entre tantas puertas y habitaciones hubo una que me llamo la atención.
Preso de la curiosidad en un momento me escabullí a la ultima habitación de la casa que quedaba bien al fondo, y la forma de la puerta me llamaba a entrar y ver que se escondía allí, aparentaba ser una habitación de huésped o algo así, como la gente del interior esta acostumbrada a recibir visita, siempre tienen colchones y camas de mas, en este caso la entrada tenia unos relieves y cerraduras talladas, e incluso un candado gigante que estaba abierto quien sabe porque, era como su estuviera preparado para que yo me adentre a terminar con esta curiosidad. Escuchaba a julio roncar, y por dentro rezaba que por favor no haga ruido la puerta al abrirla para que no me atrapen explorando sin permiso, ya que en esa casa no era más que un simple huésped, y no tenia porque andar escabulléndome por ahí. Luego de un tremendo ruido y al desprenderse una de las bisagras de la puerta y sin contar que me tropecé con una pila de diarios viejos, sentenciaba mi destino esperando el enojo de Julio, sin embargo; él dormía tranquilamente.
A los manotazos logré encontrar la perilla de la luz, era una habitación grande, aparentemente un depósito, de diarios viejos y húmedos, de color amarillentos y algunos ya casi ilegibles. Era aire era bastante pesado debido a que había uno de esos viejos caños de algún pozo que ya debió estar seco, ese caño estaba en una esquina como parte de la decoración de la habitación, y hacia que el olor a humedad te tape el pecho haciendo que respire con dificultad. De repente la puerta se cerró y me volví para ver si mi amigo se había despertado con el ruido que propinó el portazo, me asome a mirar por los pequeños espacios entre las maderas que conformaban esa extraña puerta y a lo lejos, en el otro extremo del pasillo principal se divisaban los pies extendidos sobre una banqueta de Julio quien permanecía dormido.
Sin poder con la curiosidad decidí investigar y ver que encontraba de interesante allí, mire alrededor y con la poca luz de la lámpara que vaya a saber uno cuantos años tenia, sumándole al incesante parpadear de la baja tensión eléctrica, vi objetos extraños muy bien acomodados en numerosos estantes. Me imagine toda clase de historias que envolvían al difunto tío que mientras mas observaba mas intriga me daba, lo objetos eran solo adornos viejos y rotos envueltos en polvo, lo uno extraño eran algunos objetos como un pedazo de madera que por sus terminaciones se notaba que había sido arrancado de algo mas grande, también vi una cuerda y un trozo de algo así como una hoja seca o un pedazo de cuero, no se bien que era eso. También pude ver otras cosas como adornos como por ejemplo la famosa cajita con la bailarina que funcionaba a cuerda, también un gato al estilo egipcio en cerámica, y tantos objetos más. Pero lo que mas llamo a mi atención fue un libro viejo que estaba cubierto de tierra metido entre unos estantes que estaban en la pared, donde se notaba que la humedad y el salitre estaban haciendo estragos en las hojas. Decidí estirarme por entre los estantes y tratar de alcanzarlo, y ver de que se trataba, hice un esfuerzo sobrehumano para aguantar el peso de esos estante antiguos para no provocar un desastre en esa habitación, y cuando lo tuve entre mis dedos me embriagaba una sensación de placer ya que podría ver que secretos escandía, y cuando logre agarrarlo se me cayó repentinamente esparciéndose por todo el piso de tierra las hojas que contenía, logre armarlo como pude y me dispuse a leerlo, era el diario personal de Don Pedro, me enteré su nombre gracias a éste, había anotaciones extraña e incoherentes, había fechas y direcciones también, así como símbolos y garabatos que se asemejaban a mapas antiguos, lo guarde entre mi ropa y decidí salir de la habitación antes que despertara Julio.
Como ya sabia el mecanismo logre salir sin hacer el mínimo ruido, pero cuando mire hacia el pasillo no veía los pies de julio, lo encontré tomando mate y me pregunto si no había visto algo interesante, le respondí que no, que me llamaban la atención algunos objetos antiguos y me deje atrapar por la variedad que se encontraba en la casa. Seguimos charlando un poco mas y no pode dejar de preguntar los motivos del fallecimiento de si tío, y me dijo que no sabia exactamente que le pasó, lo único que se sabia es que salio a cazar un día y nunca mas regresó, se dice que como era un hombre mayor salio al monte a cazar o a hacer alguno de socorridos y haber fallecido allí, en el monte. Lo buscaron en todo el pueblo pero ni un rastro de él. Generalmente se cuenta que las personas mayores saben cuando llega su hora y se dirigen al monte a buscar un almita que los busca y los lleva hacia el otro mundo. Y no queda nadie más que yo en la familia así que me quede a cargo de la casa, no puedo decir que la casa es mía porque no sé que paso con el Tío, mira si un día me golpea la puerta. – QUE EDAD TENIA TU TIO? Noventa y cuatro me dijo, no dije mas nada porque julio hablaba muy en serio y no quería incomodarlo.
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