por Maria Lua Vie 04 Oct 2013, 09:43
Celebración de la amistad/2
Juan Gelman me contó que una senora se había batido a
paraguazos, en una avenida de París, contra toda una brigada
de obreros municipales. Los obreros estaban cazando palomas
cuando ella emergió de un increíble Ford a bigotes, un coche de
museo, de aquellos que arrancaban a manivela; y blandiendo su
paraguas, se lanzó al ataque.
A mandobles se abrió paso, y su paraguas justiciero rompió las redes
donde las palomas habían sido atrapadas. Entonces, mientras las
palomas huían en blanco alboroto, la senora la emprendió a
paraguazos contra los obreros.
Los obreros no atinaron más que a protegerse, como pudieron, con
los brazos, y balbuceban protestas que ella no oía: más respeto,
senora, haga el favor, estamos trabajando, son órdenes superiores,
senora, por que no le pega al alcalde, calmesé, senora, qué bicho la
picó, se ha vuelto loca esta mujer...
Cuando a la indignada senora se le cansó el brazo, y se apoyó en
una pared para tomar aliento, los obreros exigieron una explicación.
Después de un largo silencio, ella dijo:
- Mi hijo murió.
Los obreros dijeron que lo lamentaban mucho, pero que ellos no
tenían la culpa. También dijeron que esa manana había mucho que
hacer, usted comprenda...
- Mi hijo murió - repitió ella.
Y los obreros: que sí, que sí, pero que ellos se estaban ganando el
pan, que hay millones de palomas sueltas por todo París, que las
jodidas palomas son la ruina de esta ciudad...
- Cretinos - los fulminó la senora.
Y lejos de los obreros, lejos de todo, dijo:
- Mi hijo murió y se convirtió en paloma.
Los obreros callaron y estuvieron un largo rato pensando. Y por fin,
senalando a las palomas que andaban por los cielos y los tejados y
las aceras, propusieron:
- Senora: por qué no se lleva a su hijo y nos deja trabajar en paz?
Ella se enderezó el sombrero negro:
-ÿAh, no! ÿEso sí que no!
Miró a través de los obreros, como si fueran de vidrio, y muy
serenamente dijo.
- Yo no sé cuál de las palomas es mi hijo. Y si supiera, tampoco me lo
llevaría. Porque, qué derecho tengo yo a separarlo de sus amigos?
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