En la quietud de mi sombra

Estás en la quietud de mi sombra,
moldeado en los silencios,
imagen onírica, amorfa,
vestido de mis ansias
en un balbuceo yerto
con vivos de mi instancia
que pretenden y te nombran,
y te abrigo a la distancia
con terciopelos de alforzas.
Secreto inagotable de mi espíritu,
alféizar con brotes de magia.

En el ocaso de cada mañana
mi suspiro boga en tu alma,
vuela en lontananza,
se vuelve golondrina,
un ave... con alas de organza.

Zéjel que fluye en mi mente,
estampida hacia mi estro
de pasión alucinada
sin códigos en los recuerdos,
sólo una brizna de lágrimas;
guiños de lampos tiesos,
tormentosos sentimientos,
cariz de lluvia anunciada.

Tomo tus manos, te sueño...
deseo mirar tus ojos
pero desdibujan... no los veo,
quiero voltear muros,
rodearme de atajos,
buscarte en cada esquina,
saltearme los tiempos,
colorearme en tus mejillas,
estallar en tu mirada.
Girar con las aspas del viento,
llegar con mis clámides
para abrigar tus inviernos,
inhalar el respiro de tu eco,
escucharte en tañidos nuevos,
tomarte tierno, espléndido,
alcanzarte con mis labios
a merced de mi amor eterno.