Los mil reflejos de la realidad
La dialéctica viviente que es el cine tuvo en nuestro novelista mayor,
un amante fiel
Una frase de Chaplin puede dar pie a una de sus breves, enjundiosas notas culturales publicadas en El Nacional, de Caracas, o en las páginas de Social y Carteles, ejemplo de intertextualidades por sus citas y alusiones.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] El acorazado Potemkin,
uno de los filmes amados por nuestro novelista.
Las sagaces y penetrantes observaciones que Carpentier lleva a cabo en sus crónicas acerca de los más variados fenómenos estéticos y de las más representativas personalidades artísticas de su época, en síntesis esenciales, tienen en el tema cine, variaciones sobre un motivo fundamental: el escritor de lo real maravilloso afronta esas imágenes que semejan la vida como una revelación trascendente, "un mundo de prodigios, donde las flores crecen en un segundo, donde se puede nadar en un cuadro colgado en la pared, donde los macarrones logran detener un ferrocarril, donde los objetos se mueven, viven (...) donde la luz baila en una sinfonía de matices", el cine es poesía. La Décima Musa halló en él amante inspirado que distingue las películas –arte- El acorazado Potemkin, La quimera del oro, Los olvidados...- de las de "carácter anodino, de las que no nos acordaremos al día siguiente de haberlas visto".
Metáfora moderna, modificador de "toda una sensibilidad", el cine para Carpentier es el arte de su siglo, que disfrutaría desde los 14 años. Del apasionamiento juvenil por Francesca Bertini, monstruo sagrado del cine mudo a la poesía de Chaplin -El Chicuelo, Candilejas-. Lo que más le apasiona del séptimo arte es que estas figuras, estos personajes no están fuera del tiempo, sino que llevan "su tiempo" consigo. El cine como placer y hechizo de multitudes, visto en su función social tiene en Carpentier, muy tempranamente, el reconocimiento de Arte.
Con su estilo rico en indicaciones y acicates, pleno de experiencia vivida, cuya culta erudición se muestra en complejo entrelazamiento de gracia y velada ironía, va descubriendo, con pulso ligero, "la realidad artística" para que el lector reciba la sorpresa de haber aprendido a "ver más y mejor", a sentir y captar con mayor delicadeza las múltiples líneas del séptimo arte, su cualidad de abrir ventanas y renovar el aire. Da cuenta de rodajes y películas en barbecho, glosa entrevistas a actores y directores famosos; sigue con atención los estrenos y su repercusión tanto en el gran público como entre los especialistas.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] El siglo de las luces, de Humberto Solás, novela capital de Carpentier llevada al cine en l992.
Crónicas en las cuales la disposición de observar, más que juzgar, prima al rastrear los hilos de las mil relaciones, los diversos reflejos que se enhebran, sostienen y varían continuamente de significado. Devela la riqueza de sentido y tonos, la trama de motivos, pone en evidencia planos que se vinculan e interactúan con genial intuición cuando el lenguaje del cine aún andaba en pañales: "es esta una transposición de sensaciones-de emociones-al plano de las imágenes, que se emparienta con el posible desplazamiento del sentido expresivo de ciertas palabras", afirmaría, comentando La quimera del oro, su "grandeza de epopeya", refiriéndose más de una vez, en diferentes artículos a la mágica secuencia en que Chaplin se transforma en gallina ante los ojos de su hambriento compañero. "Hay pasajes de sus películas -diría sobre Chaplin- que amo íntimamente, como puedo amar algunos motivos de Bach o Stravisnky, o ciertos versos de Rimbaud."
Es esta una de las personalidades del cine más estudiadas por Carpentier: lo califica de "Quijote en tono menor"; de "síntesis de humanidad" y opina que "los episodios de su maravillosa existencia cinematográfica forman la más grande y auténtica novela picaresca de nuestra época".
Lo que seduce en estas crónicas es la ausencia de todo presupuesto dogmático, la renuncia a todo sistema de valoración concluido, la aceptación de inquietud, de movimiento infinito , esa fe en la espontaneidad creadora absoluta que es la vida (Glosas de un Festival Chaplin); el señalar direcciones de desarrollo artístico (Las cinematografía de avanzada).
Va a hablar de cine en textos sobre pintores y músicos, sobre literatura. En original entrevista a Jean Cocteau, se pretende camera man (camarógrafo) y le sigue por las calles de París en charla "documental". Asiste en La Habana, en la década del 70 al estreno del filme mexicano Pedro Páramo (l967), realizado por el director español, Carlos Velo. Carpentier, durante la proyección del filme hizo varios comentarios y alabó lo fiel que era la película al texto original, en escenas que le recordaban claramente páginas del libro de Juan Rulfo, según recuerda el escritor Ricardo Villares, a cuyas espaldas se encontraba sentado el autor de La consagración de la primavera.
Deslealtades fílmicas
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Miguel Littín dirigiría a Nelson Villagra en El Recurso del Método.
Pudiera considerarse de mal teatro los filmes que basados en las novelas de Carpentier han sido llevadas al celuloide y al vídeo. El cine, terreno literario, plástico y musical a la vez, -los mundos que el escritor dominara como nadie en su novelística- no tiene obra a la altura del gran autor, donde la salud del espectáculo señoree sobre la simplificación total.
A saber: El recurso del método, realizada en l978 por el director chileno Miguel Littín y que es la primera versión cinematográfica que sufriera la obra carpenteriana. Concierto Barroco, en sus dos aproximaciones, una, la del director español José Montes-Baquer (l982), realizada para la TV española, telefilme de tres capítulos de 55 minutos de duración cada uno. Y la del mexicano Paul Leduc, Barroco (l989), coproducción cubano-hispano-mexicana, serie televisiva de tres capítulos, con una versión de l07 minutos para las salas oscuras. El siglo de las luces (1992), del cubano Humberto Solás, también para la televisión francesa, en este caso, con tres capítulos de 90 minutos y una versión, sintetizada, de dos horas para las salas, prefiriendo Solás lo realizado para la televisión, cuyas casi cinco horas en pantalla coincidía con el tempo preciso "en la eclosión de acontecimientos relatada por el novelista". Destacan, asimismo, en este filme, la impresionante, espléndida fotografía del maestro Livio Delgado y la antológica música de José María Vitier. Por último, Derecho de asilo (1994), del también cubano Octavio Cortázar, completa la lista de cinco largometrajes hasta ahora realizados sobre su obra.
Carpentier, quien muere en l980, solo pudo ver uno de estos filmes, el de Littín, exhibido en la Sección Oficial del XXXI Festival Internacional de Cannes, bajo el título ¡Viva el Presidente! Muy elogiado por Alejo, que había asistido a algunos de los rodajes y dado "absoluta libertad" al director chileno en su versión fílmica. Sobre el protagonista, Nelson Villagra, declararía a la prensa: "Tanto desde el punto de vista de su presencia física como de su comportamiento, el personaje interpretado por el actor se asemeja al dictador que yo había imaginado".
Los proyectos perdidos
Tyrone Power y Alejo Carpentier en los días que el actor soñaba
con realizar película sobre
Los pasos perdidos.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]En l990 Tomás Gutiérrez Alea escribe un resumen de la novela Los pasos perdidos, como borrador de un guión y un deseo que nunca llegó a concretarse. Mucho antes, en l956, la posible versión cinematográfica de la extraordinaria novela del Amazonas venezolano, visión de América, arrebataba al astro norteamericano Tyrone Power, quien compró los derechos de autor y soñaba con "la gran película" cuando un infarto al corazón lo quitaba del medio en la carrera por filmar estos "pasos perdidos" que atrajeron la atención, asimismo, del cineasta francés Louis Malle y del brasileño Carlos Diegues, mientras El acoso era pretendido por Luis Buñuel y el brasileño Nelson Pereira Dos Santos.
El argentino Raúl de la Torre se entusiasmaba con El arpa y la sombra, en l966. Todos proyectos inconclusos, no llevados a término, que en el caso de Buñuel, que suspendiera el viaje a Cuba, en l959, por temor "a los tiros", sería sentido con harto pesar por el aragonés, al poco tiempo.
En persona
Pero también Carpentier aparecería en el cine, él mismo, en persona, protagonista de una tetralogía dirigida por el cineasta cubano Héctor Veitía:, en l976: Habla Carpentier sobre... La Habana; sobre... la música popular; sobre...el surrealismo; sobre...su novelística, documentales donde el avezado escritor diserta con amenidad y derroche de erudición sobre estos temas en un inolvidable cara a cara encantador que mantiene a los espectadores por más de hora y media frente a su palabra y sus recuerdos.
Otro documentalista estrella del ICAIC, Bernabé Hernández, en La Habana de Alejo Carpentier, corto realizado en l989, abordará el escenario de varias de las obras de Alejo, a través de una selección de fragmentos de sus novelas y relatos. El director muestra los lugares habaneros que sirvieron de inspiración al escritor y fragmentos de una entrevista donde este habla sobre La Habana de su infancia, y comenta aspectos de su arquitectura.
Cineastas aficionados, con premios en festivales nacionales como el CinePlaza, también han elaborado materiales de interés sobre nuestro gran escritor.
The End
La magia, la viviente historia de ese río de luz, ese arte nuevo surgido el pasado siglo con que se daban los buenos días los descendientes de la era de la física y de las grandes asociaciones mentales imantaba la imaginación de Alejo Carpentier, quien asistía a "la expansión del alma de todos, a través de la manifestación emocional, casi sensual" de los espectadores, a sala llena ante un arte que habla a miles, "a millones".
De la pluma de Carpentier
"Tenemos que convenir en que el cine dispone de recursos nuevos con los que no contaba ninguna disciplina estética hasta ahora. Uno de los más importantes -el más trascendental, seguramente- está en que es el primer arte que permite una movilización de lo absurdo. Y el absurdo organizado es una fuerza: la fuerza misma de lo maravilloso."(Crónicas, Tomo II, pág. 355, Editorial Arte y Literatura, La Habana, l976
"El Ciudadano Kane es una obra maestra, una de las realizaciones más logradas, más profundas, más perfectas que nos haya dado el arte contemporáneo. Orson Welles, con 26 años de edad, le ha dado una tremenda lección de cinematografía a todos los directores, que, hasta ahora, se creían grandes..." (13 de julio de 1941)
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