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    Mensaje por Maria Lua Jue 30 Mayo 2013, 17:34


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    SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ
    (1850 – 1897)



    Nació en Santo Domingo. Fue poeta y pedagoga. Todavía se le considera como la figura central de la poesía lírica dominicana de mediados del siglo XIX y también innovadora de la educación femenina en su país.

    Fue hija del también escritor y preceptor Nicolás Ureña de Mendoza. Sus primeras lecciones las tomó de su madre Gregoria Díaz. Más tarde su padre la llevó de la mano en la lectura de los clásicos, tanto españoles como franceses. Debido a ello, la joven Salomé alcanzó una educación y formación intelectual y literaria que ayudaría a codearse con el mundo literario de su país a los quince años. Se casó con el escritor, médico y abogado Francisco Henríquez y Carvajal.

    A los 20 años casó con Don Francisco Henríquez y Carvajal. Les nacieron cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Su tercer hijo, Max, llegaría a ser una de las lumbreras humanísticas más destacadas de la América Hispana en el siglo XX.

    Alentada por su esposo, en 1881 instituyó en la Isla el primer centro femenino de enseñanza superior, nombrado Instituto de Señoritas. A los cinco años de su iniciación, se diplomaron las primeras seis maestras normales.

    Publicó sus primeros poemas a la edad de 17 años. Su estilo nítido y espontáneo se manifiesta muchas veces lleno de ternura, como ocurre en El Ave y el Nido, en otras se vuelve trágico, como En horas de angustia y otras veces su verso se torna viril y patriótico como en A la Patria y en Ruinas. La poetisa cantó a su patria, a su panorama hermoso, a sus hijos, a su esposo, a las flores, a la isla misma, como ocurre en La llegada del invierno.

    Murió relativamente joven a la edad de 47 años, debido a la tuberculosis.





    I-EL CANTAR DE MIS CANTARES




    Cuando los vientos murmuradores
    llevan los ecos de mi laúd
    con los acentos de mis amores
    resuena un nombre, que de rumores
    pasa llenando la esfera azul.

    Que en ese nombre que tanto adoro
    y al labio acude con dulce afán,
    de aves y brisas amante coro,
    rumor de espumas, eco sonoro
    de ondas y palmas y bosques hay.

    Y para el alma que en ese ambiente
    vive y respira sin inquietud,
    y las delicias del cielo siente,
    guarda ese nombre puro y ferviente
    todo un poema de amor y luz.

    Quisqueya ¡oh, Patria! ¿Quién, si en tu suelo
    le dio la suerte nacer feliz,
    quién, si te adora con fiel desvelo,
    cuando te nombra no oye en su anhelo
    músicas gratas reproducir?

    Bella y hermosa cual la esperanza,
    lozana y joven, así eres tú;
    a copiar nunca la mente alcanza
    tus perfecciones, tu semejanza,
    de sus delirios en la inquietud.

    Tus bellos campos que el sol inunda,
    tus altas cumbres de enhiesta sien,
    de tus torrentes la voz profunda,
    la palpitante savia fecunda
    con que la vida bulle en tu ser,

    todo seduce, todo arrebata,
    todo, en conjunto fascinador,
    en armoniosa corriente grata,
    hace en tu suelo la dicha innata
    y abre horizontes a la ilusión.

    Y ¡ay, si oprimirte con mano ruda
    quiere en su saña la iniquidad!
    Tu espada pronto brilla desnuda,
    te alzas potente, y en la lid cruda
    segando lauros triunfante vas.

    Naturaleza te dio al crearte
    belleza, genio, fuerza y valor;
    y es mi delirio con fe cantarte
    y entre lo grande siempre buscarte
    con el empeño del corazón.

    Por eso el alma te buscó un día
    con ansia ardiente, con vivo afán,
    entre las luchas y la porfía
    y entre los triunfos de gallardía
    con que el progreso gigante va.

    Mas ¡ay! en vano pregunté ansiosa
    si entre el tumulto cruzabas tú:
    llevó la brisa mi voz quejosa;
    silencio mudo, sombra enojosa
    miré en tu puesto solo y sin luz.

    Tú, la preciada, la libre Antilla,
    la más hermosa perla del mar,
    la que de gloria radiante brilla
    ¿huyes la senda que ufana trilla
    con planta firme la humanidad?

    A tu corona rica y luciente
    falta la joya de más valor;
    búscala presto, que ya presiente
    para ti el alma, con gozo ardiente,
    grandes victorias de bendición.

    ¡Patria bendita! ¡Numen sagrado!
    ¡Raudal perenne de amor y luz!
    Tu dulce nombre siempre adorado,
    que el pecho lleva con fe grabado,
    vibra en los sones de mi laúd.

    Y pues que mueve nombre tan puro
    de mis cantares la inspiración,
    y ansiando vivo tu bien seguro,
    la sien levanta, mira al futuro,
    y oye mis cantos, oye mi voz!






    Última edición por Maria Lua el Mar 07 Mayo 2024, 09:08, editado 3 veces


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    o un ciego soñando
    y en ese vuelo y en ese sueño
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    Mensaje por Maria Lua Jue 30 Mayo 2013, 17:36

    2- SUEÑOS




    En horas gratas, cuando serena
    reposa el alma libre de afán,
    y el aura amena
    pasa, de agrestes rumores llena,
    y es todo calma, todo solaz;

    cuando la Patria suspende el ruido
    de las contiendas aterrador,
    y confundido
    quedar parece bajo el olvido
    cuanto es angustias al corazón,

    castas visiones vienen ligeras,
    y en bullicioso giro fugaz,
    cual mensajeras
    de paz y dicha, nuevas esferas
    al pensamiento mostrando van;

    nuevas esferas donde la mente
    vislumbra absorta mares de luz,
    donde se siente
    que extraños sones lleva el ambiente
    sobre las nubes del cielo azul.

    Enajenada la fantasía,
    de esas visiones corriendo en pos,
    mira a porfía
    pueblos y pueblos buscar la vía
    de esas regiones de eterno albor.

    Rasga el destino su denso velo,
    y a sus fulgores el porvenir
    muestra a mi anhelo
    como a esa altura, con libre vuelo,
    Quisqueya asciende grande y feliz.

    Sueños de gloria que halagadores
    el ama sigue llena de fe;
    bien que traidores
    huyen a voces, y sus fulgores
    envuelven sombras de lobreguez.

    ¡Ay! Es que entonces, Patria bendita,
    cubre tus campos ruido fatal,
    que a la infinita
    región se eleva, y el alma agita
    con emociones de hondo pesar.

    Mas cuando calla la voz terrible
    cuando sereno luce el confín,
    y bonancible
    pasa la brisa, con apacible
    giro de blandos rumores mil,

    cándidas vuelven esas visiones
    arrobadoras en multitud
    y esas regiones
    a poblar vuelven extraños sones
    y claridades de viva luz.

    A esas esferas del pensamiento
    quiero llevarte, Patria gentil;
    si oyes mi acento,
    si verte quieres en alto asiento,
    dominadora del porvenir;

    ¡ah, quede siempre suspenso el ruido
    de las contiendas aterrador;
    que enternecido
    desde su trono de luz ceñido
    sueños de gloria te ofrece Dios!


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    Mensaje por Maria Lua Jue 30 Mayo 2013, 17:37

    3- LUZ



    ¿Adónde el alma incierta
    pretende el vuelo remontar ahora?
    ¿Qué rumor de otra vida la despierta?
    ¿Qué luz deslumbradora
    inunda los espacios y reviste
    de lujoso esplendor cuanto era triste?

    ¿La inquieta fantasía
    finge otra vez en la tiniebla oscura
    los destellos vivísimos del día,
    lanzándose insegura,
    enajenada en su delirio vago,
    de un bien engañador tras el halago?

    ¡Ah, no! Que ya desciende
    sobre Quisqueya, a iluminar las almas,
    rayo de amor que el entusiasmo enciende,
    y de las tristes calmas
    el espíritu en ocio, ya contento,
    surge a la actividad del pensamiento.

    Y surge a la existencia,
    al trabajo, a la paz, la Patria mía,
    a la egregia conquista de la ciencia
    que en inmortal porfía
    los pueblos y los pueblos arrebata
    y del error las nieblas desbarata.

    Ayer, meditabunda,
    lloré sobre tus ruinas ¡oh, Quisqueya!
    toda una historia en esplendor fecunda,
    al remover la huella
    del arte, de la ciencia, de la gloria
    allí esculpida en perennal memoria.

    Y el ánimo intranquilo
    llorando pregunto si nunca al suelo
    donde tuvo el saber preclaro asilo
    a detener su vuelo
    el genio de la luz en fausto día
    con promesas de triunfos volvería.

    Y de esperanzas llena
    temerosa aguarde, y al viento ahora,
    cuando amanece fúlgida, serena,
    del bienestar la aurora,
    lanzo del pecho, que enajena el gozo,
    las notas de mi afán y mi alborozo.

    Sí, que ensancharse veo
    las aulas, del saber propagadoras,
    y de fama despiértase el deseo,
    brindando protectoras
    las ciencias sus tesoros al talento,
    que inflamado en ardor corre sediento.

    Ya de la patria esfera
    los horizontes dilatarse miro:
    el futuro sonriendo nos espera,
    que en entusiasta giro,
    ceñida de laurel, a la eminencia
    se levanta feliz la inteligencia.

    Es esa la futura
    prenda de paz, de amor y de grandeza,
    la que el bien de los pueblos asegura.
    la base de firmeza
    donde al mundo, con timbres y blasones,
    se elevan prepotentes las naciones.

    ¡Cuántas victorias altas
    el destino te guarda, Patria mía,
    si con firme valor la cumbre asaltas
    Escúchame y porfía;
    escucha una vez más, oye ferviente
    la palabra de amor que nunca miente:

    yo soy la voz que canta
    del polvo removiendo tus memorias,
    el himno que a tus triunfos se adelanta,
    el eco de tus glorias...
    No desmayes, no cejes, sigue, avanza:
    ¡tuya del porvenir es la esperanza!




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    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 30 Mayo 2013, 17:58

    Es hermoso leer sobre ella, para mi, ha sido una de las poetas más completa, pues su poesía abarcó muchos matices, como bien dices en su biografía.
    Siento mucha admiración por ella.
    Gracias María Bonita, María del alma por traer a una compatriota que me enorgullece.
    Besos
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    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 30 Mayo 2013, 18:04

    Este es un poema con mucha ternura:

    4- "EL AVE Y EL NIDO"

    ¿Por qué te asustas, ave sencilla?
    ¿Por qué tus ojos fijas en mí?
    Yo no pretendo, pobre avecilla,
    llevar tu nido lejos de aquí.

    Aquí, en el hueco de piedra dura,
    tranquila y sola te vi al pasar,
    y traigo flores de la llanura
    para que adornes tu libre hogar.

    Pero me miras y te estremeces,
    y el ala bates con inquietud,
    y te adelantas, resuelta, a veces,
    con amorosa solicitud.

    Porque no sabes hasta qué grado
    yo la inocencia sé respetar,
    que es, para el alma tierna, sagrado
    de tus amores el libre hogar.

    ¡Pobre avecilla! Vuelve a tu nido
    mientras del prado me alejo yo;
    en él mi mano lecho mullido
    de hojas y flores te preparó.

    Mas si tu tierna prole futura
    en duro lecho miro al pasar,
    con flores y hojas de la llanura
    deja que adorne tu libre hogar.

    -------

    5- AMOR Y ANHELO

    Quiero contarte, dueña del alma,
    las tristes horas de mi dolor;
    quiero decirte que no hallo calma,
    que de tu afecto quiero la palma
    que ansiando vivo sólo tu amor.

    Quiero decirte que a tu mirada
    me siento débil estremecer,
    que me enajena tu voz amada,
    que en tu sonrisa vivo extasiada,
    que tú dominas todo mi ser.

    Por ti suspiro, por ti yo vierto
    llanto de oculto, lento sufrir;
    sin ti es el mundo triste desierto
    donde camino sin rumbo cierto,
    viendo entre sombras la fe morir.

    Y con tu imagen en desvarío
    vivo encantando mi soledad,
    desde que absorta te vi, bien mío,
    y arrebatada, sin albedrío,
    rendí a tus plantas mi libertad.

    Deja que el alma temblando siga
    de una esperanza soñada en pos,
    que enajenada su amor te diga,
    mientras un rayo de luz amiga
    pido al futuro para los dos.

    ¡Oh! ¡si a tu lado pasar la vida
    me diera el cielo por todo bien!
    ¡Si a tu destino mi suerte unida,
    sobre tu seno de amor rendida
    pudiera en calma doblar la sien!

    ¿Qué a mi la saña del hado crudo?
    ¿Qué los amagos del porvenir?
    Tu amor llevando por todo escudo,
    yo desafiara su embate rudo
    y así me fuera grato vivir.

    ¡Ay! en las horas de hondo tormento
    que al alma asedian con ansia cruel,
    vuela en tu busca mi pensamiento,
    mientras el labio trémulo al viento
    tu nombre amado murmura fiel.

    Ven y tu mano del pecho amante
    calme amorosa las penas mil,
    ¡oh de mis ansias único objeto!
    Ven, que a ti sólo quiero en secreto
    contar mis sueños de amor febril.

    Mas no, que nunca mi amante anhelo
    podré decirte libre de afán,
    gimiendo a solas, en desconsuelo,
    cual mis suspiros, en raudo vuelo,
    mis ilusiones perdidas van.

    Tuya es mi vida, tuya mi suerte,
    de ti mi dicha pende o mi mal;
    si al dolor quieres que venza fuerte,
    sobre mi frente pálida vierte
    de tu ternura todo el raudal.




    Última edición por Evangelina Valdez el Lun 03 Jun 2013, 16:49, editado 1 vez
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    Mensaje por Evangelina Valdez Jue 30 Mayo 2013, 18:10

    6- ¡PADRE MÍO!

    Muda yace la alcoba solitaria
    donde naciste a la existencia un día,
    do, desdeñando la fortuna varia,
    tu vida entre el estudio discurría.

    ¡Ay! De una madre en el regazo tierno
    por vez primera te dormiste allí,
    y allí, de hinojos, tu suspiro eterno
    entre sollozos tristes recogí.

    Hoy, al entrar en tu mansión doliente,
    donde reina silencio sepulcral,
    nadie a posar vendrá sobre mi frente
    el beso del cariño paternal.

    Ninguna voz halagará mi acento.
    ni un eco grato halagará mi oído:
    sólo memoria; de tenaz tormento
    tendré a la vista de tu hogar querido.

    Sí, que a la tumba descender te viera
    tras largas horas do perenne afán,
    horas eternas de congoja fiera
    que en el alma por siempre vivirán.

    Cuando de angustia desgarrado el pecho
    te sostuve en mis brazos moribundo;
    cuando tu cuerpo recosté en el lecho
    donde el postrer adiós dijiste al mundo;

    cuando, de hinojos, anegada en llanto,
    llevé mis labios a tu mano fría,
    y entre tanta amargura y duelo tanto
    miraba palpitante tu agonía;

    después, ¡oh, Dios! cuando besé tu frente
    y a mi beso filial no respondiste,
    de horror y espanto se turbó mi mente...
    Y aun teme recordarlo el alma triste.

    ¡Memento aciago! Su fatal memoria
    cubre mi frente de dolor sombrío.
    Siempre en el alma vivirá su historia,
    y vivirá tu imagen, padre mío...

    Cuando las sombras con su velo denso
    dejan el orbe en lobreguez sumido,
    en el misterio de la noche pienso
    que aun escucho doliente tu gemido;

    y finge verte mi amoroso anhelo
    bajo el abrigo de tu dulce hogar,
    y me brindas palabras de consuelo
    y mis lágrimas llegas a enjugar.

    Sombra querida que incesante vagas
    en torno de la huérfana errabunda,
    visión perenne que mi sueño halagas,
    alma del alma que mi ser inunda:

    si de ese mundo que el dolor extraña
    mi llanto has visto y mi amargura extrema,
    sobre mi frente, que el pesar empaña,
    haz descender tu bendición suprema.




    7- A MI MADRE

    Aquí, a la sombra tranquila y pura
    con que nos brinda grato el hogar,
    oye el acento de la ternura
    que en tus oídos blanda murmura
    la dulce nota de mi cantar.

    La voz escucha del pecho amante
    que hoy te consagra su inspiración,
    a ti que aun eres tierna, incesante,
    de amor sublime, de fe constante,
    raudal que aliento da al corazón.

    Mi voz escucha: la lira un día
    un canto alzarte quiso feliz,
    y en el idioma de la armonía
    débil el numen ¡oh, madre mía!
    no hallo un acento digno de ti.

    ¿Cómo tu afecto cantar al mundo,
    grande, infinito, cual en sí es?
    Me basta si te miro,
    si la dicha y el bien sueño a tu lado,
    porque tu vista calma
    los agudos tormentos de mi alma.

    ¡Ay! Que sin ti, bien mío,
    mi espíritu cansado languidece
    cual planta sin rocío,
    y con sombras mi frente se oscurece,
    y entre congoja tanta
    mi corazón herido se quebranta.

    Oye mi ardiente ruego,
    oye las quejas de mi angustia suma,
    y generoso luego
    olvida que la pena que me abruma
    te reveló mi acento
    en horas ¡ay! de sin igual tormento.

    Escúchame y perdona:
    que ya mi labio enmudeciendo calla,
    y el alma se abandona
    con nuevo ardor a su febril batalla,
    y débil mi suspiro
    se pierde de las auras en el giro.

    ¿Cómo pintarte mi amor profundo?
    Empeño inútil, sueño infecundo
    que en desaliento murió después.

    De entonces, madre, buscando en prenda,
    con las miradas al porvenir,
    voy en mi vida, voy en mi senda,
    de mis amores íntima ofrenda
    Que a tu cariño pueda rendir.

    Yo mis cantares lancé a los vientos,
    yo di a las brisas mi inspiración;
    tu amor grandeza dio a mis acentos:
    fine fueron tuyos mis pensamientos
    en esos himnos del corazón.

    Notas dispersas que en libres vuelos
    y a merced fueron del huracán,
    pero llevando con mis anhelos
    los mil suspiros, los mil desvelos
    con que a la Patria paga mi afán.

    Hoy que reunirlas plugo al destino,
    quiero que abrigo y amor les des:
    esa es la prenda que en mi camino
    al soplo arranco del torbellino,
    y a colocarla vengo a tus pies.




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    Mensaje por Pascual Lopez Sanchez Lun 03 Jun 2013, 00:28

    Siento, María, no haber podido pasar antes por este trabajo tuyo que Evangelina, como buena dominicana, viene completando. Una autora muy interesante. Una poesía muy enriquecedora.
    ¡Cuantas cosas desconocemos!
    Os seguiré poco a poco.


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 03 Jun 2013, 02:05

    Ahhh,como veís soy muy cotilla y ando por aquí también.Estoy leyendo y aprendiendo mucho.
    Muchas gracias Maria,Evangelina,y sigo.


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 03 Jun 2013, 02:08

    RESEÑA:
    En 1884 nace Pedro Nicolás, su segundo hijo. A los cinco meses de nacido le sobreviene mortal enfermedad. Una de las discípulas predilectas de Salomé, Mercedes Laura Aguiar, recuerda la terrible y conmovedora escena: el niño en brazos de Monseñor Meriño para recibir las aguas del bautismo; su madre de rodillas en el suelo rogando a Dios que le salvara su hijo; los demás, todos en silencio. Llega el Dr. Juan Francisco Alfonseca y tomando al niño en sus brazos dice: "Monseñor, unos minutos a la ciencia". Después de algunas horas de terrible ansiedad, la fiebre cede y el niño se salva milagrosamente.

    En Horas de Angustia la madre pinta maravillosamente este cuadro:


    8- HORAS DE ANGUSTIA


    (En la enfermedad de mi segundo hijo)

    Sin brillo la mirada,
    bañado el rostro en palidez de muerte,
    casi extinta la vida, casi inerte,
    te miró con pavor el alma mía
    cuando a otros brazos entregué, aterrada,
    tu cuerpo que la fiebre consumía.

    En ruego entonces sobre el suelo frío,
    y de angustia y dolor desfalleciente,
    aguardé de rodillas ¡oh, hijo mío!
    que descendiese el celestial rocío,
    el agua bautismal, sobre tu frente.

    Después, en mi regazo
    volví a tomarte, sin concierto, loca,
    de cabezal sirviéndote mi brazo,
    mientras en fuego vivo
    se escapaba el aliento de tu boca;
    y allí cerca, con treguas de momentos,
    el hombre de la ciencia, pensativo,
    espiaba de tu ser los movimientos.

    Pasaron intranquilas
    horas solemnes de esperanza y duda ;
    latiendo el pecho con violencia ruda,
    erraban mis pupilas
    de uno en otro semblante, sin sosiego,
    con delirio cercano a la demencia;
    y entre el temor y el ruego
    juzgaba, de mi duelo en los enojos,
    escrita tu sentencia
    hallar de los amigos en los ojos.

    ¡Oh, terrible ansiedad! ¡Dolor supremo
    que nunca a describir alcanzaría!
    Al cabo, de esa angustia en el extremo,
    reanimando mi pecho en agonía,
    con voz sin nombre ahora
    que a pintar su expresión habrá que cuadre,
    ¡salvo! -dijo la ciencia triunfadora
    ¡salvo! -gritó mi corazón de madre.

    ¡Salvo, gran Dios! El hijo de mi vida,
    tras largo padecer, de angustia lleno,
    vástago tierno a quien la luz convida,
    salud respira en el materno seno.

    Hermoso cual tus ángeles, sonríe
    de mi llamado al cariñoso arrullo,
    y el alma contemplándole se engríe
    de amor feliz y de inocente orgullo.

    Por eso la mirada
    convierto al cielo, de mi bien testigo,
    y, de santa emoción arrebatada,
    tu nombre ensalzo y tu poder bendigo.






    SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ
    (1850 – 1897)


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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 03 Jun 2013, 02:13


    9- IMPRESIONES


    Quejas del alma, vagos rumores,
    lejanas brumas, rayos de luz,
    fragante aroma de índicas flores,
    himnos de guerra, cantos de amores
    brotan al ritmo de tu laúd.

    ¿Quién, recorriendo tus Fantasías,
    hijas del trópico abrasador,
    vibrar no siente las armonías
    de aquella raza que en otros días
    poblar sus selvas Quisqueya vio?

    Sobre la cumbre de las montañas,
    de las palmeras bajo el dosel,
    al grato abrigo de las cabañas,
    y hasta en las grutas al hombre extrañas
    haces del indio la sombra ver.

    Y el aire cruza triste lamento,
    y el eco suena del tamboril,
    y al valle indiano, y al ave, al viento
    a todo presta tu blando acento
    fuego, armonía, vida y matiz.

    Y el junco verde que en la onda
    la tumba sola que arrulla el mar,
    y el ave errante que allá suspira,
    notas perennes dan a tu lira,
    tristes historias llenas de afán.

    Entre sus bosques afortunados
    no escucho nunca la indiana grey
    dulces areitos tan acordados
    como tus cantos privilegiados,
    vagos preludios de ignoto edén.

    Parece, bardo, que el genio ardiente
    de estas regiones habitador
    templó tu lira suave y doliente,
    y en viva lumbre bañó tu frente
    dando a tus ritmos inspiración.

    Que si inspirado suena tu canto
    poblando aéreo la soledad,
    ávida el alma te sigue, en tanto
    que dulces notas de nuevo encanto
    fascinadoras haces vibrar.

    Cuando al transporte del numen cedes,
    cuando tu mano pulsa el laúd
    y en la armonía fácil excedes,
    ¡ay, quién pudiera, como tú puedes,
    dar a sus trovas música y luz!

    Pues de una fama ya merecida
    tus Fantasías vuelan en pos,
    mientras acepto, reconocida,
    de esos cantares llenos de vida
    con noble orgullo la ofrenda yo.

    ¡Oh, de la patria de Anacaona
    cantor amante, bardo feliz!
    ciñe con flores de nuestra zona
    la que prepara digna corona
    para tus sienes el porvenir.




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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 03 Jun 2013, 02:16

    10- RUINAS





    Memorias venerandas de otros días,
    soberbios monumentos,
    del pasado esplendor reliquias frías,
    donde el arte vertió sus fantasías,
    donde el alma expresó sus pensamientos.

    Al veros ¡ay! con rapidez que pasma
    por la angustiada mente
    que sueña con la gloria y se entusiasma
    la bella historia de otra edad luciente.

    ¡Oh Quisqueya! Las ciencias agrupadas
    te alzaron en sus hombros
    del mundo a las atónitas miradas;
    y hoy nos cuenta tus glorias olvidadas
    la brisa que solloza en tus escombros.

    Ayer, cuando las artes florecientes
    su imperio aquí fijaron
    y creaciones tuviste eminentes,
    fuiste pasmo y asombro de las gentes,
    y la Atenas moderna te llamaron.

    Águila audaz que rápida tendiste
    tus alas al vacío
    y por sobre las nubes te meciste:
    ¿por qué te miro desolada y triste?
    ¿dó está de tu grandeza el poderío?

    Vinieron años de amarguras tantas,
    de tanta servidumbre;
    que hoy esa historia al recordar te espantas,
    porque inerme, de un dueño ante las plantas,
    humillada te vio la muchedumbre.

    Y las artes entonces, inactivas,
    murieron en tu suelo,
    se abatieron tus cúpulas altivas,
    y las ciencias tendieron, fugitivas,
    a otras regiones, con dolor, su vuelo.

    ¡Oh mi Antilla infeliz que el alma adora!
    Doquiera que la vista
    ávida gira en tu entusiasmo ahora,
    una ruina denuncia acusadora
    las muertas glorias de tu genio artista.

    ¡Patria desventurada! ¿Qué anatema
    cayó sobre tu frente?
    Levanta ya de tu indolencia extrema:
    la hora sonó de redención suprema
    y ¡ay, si desmayas en la lid presente!

    Pero vano temor: ya decidida
    hacia el futuro avanzas;
    ya del sueño despiertas a la vista,
    y a la gloria te vas engrandecida
    en alas de risueñas esperanzas.

    Lucha, insiste, tus títulos reclama:
    que el fuego de tu zona
    preste a tu genio su potente llama,
    y entre el aplauso que te dé la fama
    vuelve a ceñirte la triunfal corona.

    Que mientras sueño para ti una palma,
    y al porvenir caminas,
    no más se oprimirá de angustia el alma
    cuando contemple en la callada calma
    la majestad solemne de tus ruinas.




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    Mensaje por Lluvia Abril Lun 03 Jun 2013, 02:19



    11- LA LLEGADA DEL INVIERNO

    Llega en buen hora, más no presumas
    ser de estos valles regio señor
    que en el espacio mueren tus brumas
    cuando del seno de las espumas
    emerge el astro de esta región.

    En otros climas, a tus rigores
    pierden los campos gala y matiz,
    paran las aguas con sus rumores,
    no hay luz ni brisas, mueren las flores,
    huyen las aves a otro confín.

    En mi adorada gentil Quisqueya,
    cuando el otoño pasando va,
    la vista en vano busca tu huella:
    que en esta zona feliz descuella
    perenne encanto primaveral.

    Que en sus contornos el verde llano,
    que en su eminencia la cumbre azul,
    la gala ostentan que al suelo indiano
    con rica pompa viste el verano
    y un sol de fuego baña de luz.

    Y en esos campos donde atesora
    naturaleza tanto primor,
    bajo esa lumbre que el cielo dora,
    tiende el arroyo su onda sonora
    y alzan las aves tierna canción.

    Nunca abandonan las golondrinas
    por otras playas mi hogar feliz:
    que en anchas grutas al mar vecinas
    su nido arrullan, de algas marinas,
    rumor de espumas y auras de abril.

    Aquí no hay noches aterradoras
    que horror al pobre ni angustia den,
    ni el fuego ansiando pasa las horas
    de las estufas restauradoras
    que otras regiones han menester.

    Pasa ligero, llega a otros climas
    donde tus brumas tiendas audaz,
    donde tus huellas de muerte imprimas,
    que aunque amenaces mis altas cimas
    y aunque pretendas tu cetro alzar,

    siempre mis aguas tendrán rumores,
    blancas espumas mi mar azul,
    mis tiernas aves cantos de amores,
    gala mis campos, vida mis flores,
    mi ambiente aromas, mi esfera luz.



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    Mensaje por Maria Lua Lun 03 Jun 2013, 10:50

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    y en ese vuelo y en ese sueño
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    siendo guardián en tu cielo
    y tren de tus ilusiones."
    (Hánjel)





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    Mensaje por Evangelina Valdez Lun 03 Jun 2013, 11:13

    ¡Ay, qué sorpresa más hermosa, entrar y encontrar mi gente aquí!! jajajaja

    Iré trayendo de a poquito sus poesías, lo mejor es que aquellos que no la conocen, tengan la tarea de buscarla, así vamos aprendiendo sobre ella, además, tengo ventajas sobre ustedes ya que Salomé es de "mi" familia jajajaja (digo familia por ser compatriotas, no de lazos sanguíneos) Además, tengo la manía de darle "dotes" familiares a todos los grandes poetas-soy mansa pero no mensa jaaaaaa-
    Gracias por este post, gracias mil, María, Lluvia, Pascual y todos los que se van agregando a esta rica lectura.
    Besos
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    Mensaje por Evangelina Valdez Lun 03 Jun 2013, 11:40


    12- "A LA PATRIA"

    Desgarra, Patria mía, el manto que vilmente,
    sobre tus hombros puso la bárbara cueldad;
    levanta ya del polvo la ensangrentada frente,
    y entona el himno santo de unión y libertad.

    Levántate a ceñirte la púrpura de gloria
    ¡oh tú, la predilecta del mundo de Colón!
    Tu rango soberano dispútale a la historia,
    demándale a la fama tu lauro y tu blasón.

    Y pídele a tus hijos, llamados a unión santa,
    te labren de virtudes grandioso pedestal,
    do afirmes para siempre la poderosa planta,
    mostrando a las naciones tu título inmortal.

    Y deja, Patria amada, que en el sonoro viento
    se mezclen a los tuyos mis himnos de placer;
    permite que celebre tu dicha y tu contento,
    cual lamenté contigo tu acerbo padecer.

    Yo ví a tus propios hijos uncirte al férreo yugo,
    haciéndote instrumento de su venganza cruel;
    por cetro te pusieron el hacha del verdugo,
    y fúnebres cipreces formaron tu dosel.

    Y luego los miraste proscritos, errabundos,
    por playas extranjeras llorosos divagar;
    y tristes y abatidos los ojos moribundos
    te ví volver al cielo cansados de llorar.

    Tú sabes cuántas veces con tu dolor aciago
    lloré tu desventura, lloré tu destrucción, [2]
    así cual de sus muros la ruina y el estrago
    lloraron otro tiempo las hijas de Sión.

    Y sabes que, cual ellas, colgué de tus palmares [3]
    el arpa con que quise tus hechos discantar,
    porque al mirar sin tregua correr tu sangre a mares
    no pude ni un acorde sonido preludiar.

    Mas hoy que ya parece renaces a otra vida,
    con santo regocijo descuelgo mi laúd,
    para decir al mundo, si te juzgó vencida,
    que, fénix, resucitas con nueva juventud; [4]

    que ostentas ya por cetro del libre el estandarte
    y por dosel tu cielo de nácar y zafir,
    y vas con el progreso, que vuela a iluminarte,
    en pos del que te halaga brillante porvenir;

    que ya tus nuevos hijos se abrazan como hermanos,
    y juran devolverte tu angustia dignidad,
    y entre ellos no se encuentran ni siervos ni tiranos,
    y paz y bien nos brindan unión y libertad.

    ¡Oh Patria idolatrada! Ceñida de alta gloria
    prepárate a ser reina del mundo de Colón:
    tu rango soberano te guarda ya la historia,
    la fama te presenta tu lauro y tu blasón.

    (1874)



    [1] La autora publicó estos versos alejandrinos con la siguiente nota: "Esta composición no alude a hechos de tal o cual gobierno determinado, pues desde nuestra independencia política principió a ensayarse el bárbaro sistema que reprobamos" (Ed. 1920).
    [2] En ed. 1880: "lloré tu desventura, tu propia destrucción".
    [3] En ed. 1880: "y sabes que gimiendo, colgué de tus palmares".
    [4] En ed. 1880: "que te alzas victoriosa con nueva juventud".



    Última edición por Evangelina Valdez el Lun 03 Jun 2013, 16:54, editado 1 vez
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    Mensaje por Catalina de Alvarado Lun 03 Jun 2013, 13:59

    QUERIDA MARIA LUA
    GRACIAS POR PRESENTARNOS TAN BUENOS POETAS COMO
    LA POETIZA SALOMÉ UREÑA DE HENRIQUEZ QUE TIENE UNOS MAGNIFICOS POEMAS. TE ENVÍO UN BESO ENORME.
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    Mensaje por Fausto Antonio aybar Lun 03 Jun 2013, 16:31

    Mi distinguida Maria Lua, cuan grato placer que nuestra poeta Salome Ureña este presente en Aires de Lbertad, porque en su honra se dispone el 21 de octubre como el día del poeta Dominicano. Te dejo un trabajo que publique en su nombre en el blog de espejos y sombras, como dominicano te doy la gracia por hacerla parte del universo poético.

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    Mensaje por Evangelina Valdez Lun 03 Jun 2013, 17:00


    RESEÑA:
    Cuatro años duró la ausencia del esposo, que había ido a Francia a perfeccionar sus estudios
    de Medicina. Cuatro años de angustias para la madre educadora. Aquella mujer de ánimo fuerte
    y de voluntad superior, vaciló abatida por la ausencia del esposo ante la terrible idea de perder a
    uno de sus hijos. Ese estado de espíritu, le inspiró su poesía "Angustias".
    La horrorosa enfermad del crup [difteria, gatorrilo, del inglés 'croup'] se desarrolló en esta
    ciudad. El suero salvador no había sido descubierto y era casi seguro que el niño que fuera
    atacado por la epidemia mortal, sucumbiría.
    Desgraciadamente, su hijo Pedro contrajo la terrible enfermedad. Otro milagro fue realizado al
    ser salvado de ella, por el Dr. Alfonseca, quien años antes lo había librado de la muerte. Dos
    veces estuvo su hijo Pedro al borde de la tumba. En esta ocasión no fueron pocas las angustias
    de la madre ante el niño moribundo.



    13- "ANGUSTIAS"

    -A mi esposo,
    ausente en Europa-

    Torna a morir el sol. Así pasando
    van de tu ausencia los terribles días,
    en mi semblante pálido marcando
    la huella de profundas agonías.

    Torna a morir el sol. El hogar mío
    de arpegios infantiles está lleno;
    pero rueda del párpado sombrío
    una rebelde lágrima a mi seno.

    ¿Podré, cuando regreses a mi lado,
    rico de porvenir, rico de ciencia,
    presentarte el tesoro inmaculado
    de este grupo de amor y de inocencia?

    ¡Yo no lo sé! Cuando la muerte lanza
    su aliento destructor sobre este suelo,
    desfallece en mi pecho la esperanza
    y me finge el terror mi hogar en duelo.

    Yo no he visto en los círculos de Dante
    más terrible ansiedad, más cruel angustia;
    se rinde el corazón agonizante,
    y el alma siento desolada y mustia.

    ¡Y tú sufres también! También los brazos
    extiendes a tu hogar con el deseo,
    y luchas del deber entre los lazos,
    cual otro encadenado Prometeo.

    ¿Por qué dejé que tan prolija ausencia
    así emprendieras en momento aciago,
    si me siento morir sin tu presencia,
    si en todo miro aterrador amago?

    ¿Si miramos los dos, lentas y frías,
    entre duda y afán pasar las horas,
    sin que calmen futuras alegrías
    las nubes del pesar abrumadoras?

    Imposible vivir así, llevando
    la angustia en el espíritu, la muerte;
    imposible vivir agonizando,
    sin luz el mundo y la existencia inerte.

    ¡Acaba, llega! ¡Que el hogar sin calma
    es de mis penas intimas remedo;
    que tiemblo por los hijos de mi alma;
    que la vida sin ti me causa miedo!




    Última edición por Evangelina Valdez el Miér 05 Jun 2013, 14:17, editado 1 vez
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    SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ (1850-1897) Empty Re: SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ (1850-1897)

    Mensaje por Lluvia Abril Mar 04 Jun 2013, 04:12

    Salomé Ureña de Henríquez
    14- "Mi Ofrenda a la Patria"


    ¡Hace ya tanto tiempo...! Silenciosa
    sí, indiferente no, Patria bendita,
    yo he seguido la lucha fatigosa
    con que llevas de bien tu ansia infinita.

    Ha tiempo que no llena
    tus confines la voz de mi esperanza,
    ni el alma, que contigo se enajena,
    a señalarte el porvenir se lanza.

    He visto a las pasiones
    levantarse en tu daño conjuradas
    para ahogar tus supremas ambiciones,
    tus anhelos de paz y de progreso,
    y rendirse tus fuerzas fatigadas
    al abrumarte peso.

    ¿Por qué, siempre que el ruido
    de la humana labor que al mundo asombra,
    recorriendo el espacio estremecido
    a sacudir tu indiferencia viene,
    oculta mano férrea, entre la sombra,
    tus generosos ímpetus detiene?

    ¡Ah! yo quise indagar de tu destino
    la causa aterradora:
    te miro en el comienzo del camino,
    clavad siempre allí la inmóvil planta
    como si de algo que en llegar demora,
    de algo que no adelanta,
    la potencia aguardaras impulsora...

    ¡Quién sabe si tus hijos
    esperan una voz de amor y aliento!
    dijo el alma, los ojos en ti fijos,
    dijo en su soledad mi pensamiento.

    ¿Y ese amoroso acento
    de qué labio saldrá, que así acuda
    el espíritu inerme, y lo levante,
    la fe llevando a reemplazar la duda,
    y del deber la religión implante?

    ¡Ah! la mujer encierra,
    a despecho del vicio y su veneno,
    los veneros inmensos de la tierra,
    el germen de lo grande y de lo bueno.

    Más de una vez en el destino humano
    su imperio se ostentó noble y fecundo:
    ya es Veturia, y desarme a Coriolano;
    ya Isabel, y Colón halla otro mundo.

    Hágase luz en la tiniebla oscura,
    que al femenil espíritu rodea,
    y en sus alas de amor irá segura
    del porvenir la salvadora idea.

    Y si progreso y paz e independencia
    mostrar al orbe tu ambición ansía,
    fuerte, como escudada en su conciencia,
    de sus propios destinos soberana,
    para ser del hogar lumbrera y guía
    formemos la mujer dominicana.

    Así, de tu futura
    suerte soñado con el bien constante,
    las fuerzas consagré de mi ternura,
    instante tras instante,
    a dar a ese ideal forma y aliento,
    y rendirte después como tributo,
    cual homenaje atento,
    de mi labor el recogido fruto.

    Hoy te muestro ferviente
    las almas que mi afán dirigir pudo:
    yo les di de verdad rica simiente,
    y razón y deber forman su escudo.

    En patrio amor sublime
    templadas al calor de mis anhelos,
    ya sueña que tu suerte se redime,
    ya ven de tu esperanza abrir los cielos.

    Digna de ti es la prenda
    que mi esfuerzo vivísimo corona
    y que traigo a tus aras en ofrenda
    ¡el don acepta que mi amor te abona!

    Que si cierto es cual puro
    mi entusiasta creer en esas glorias
    que siempre, siempre, con placer te auguro;
    si no mienten victorias
    la voz que en mi interior se inspira y canta,
    los sueños que en mi espíritu se elevan,
    ellas al porvenir que se adelanta
    de ciencia y de virtud gérmenes llevan.


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 04 Jun 2013, 04:16

    15- Mi Pedro
    de Salomé Ureña de Henríquez


    Mi Pedro no es soldado; no ambiciona
    de César ni Alejandro los laureles;
    si a sus sienes aguarda una corona,
    la hallará del estudio en los vergeles.

    ¡Si lo vierais jugar! Tienen sus juegos
    algo de serio que a pesar inclina.
    Nunca la guerra le inspiró sus juegos:
    la fuerza del progreso lo domina.

    Hijo del siglo, para el bien creado,
    la fiebre de la vida lo sacude;
    busca la luz, como el insecto alado,
    y en sus fulgores a inundarse acude.

    Amante de la Patria, y entusiasta,
    el escudo conoce, en él se huelga,
    y de una caña, que transforma en asta,
    el cruzado pendón trémulo cuelga.

    Así es mi Pedro, generoso y bueno,
    todo lo grande le merece culto;
    entre el ruido del mundo irá sereno,
    que lleva de virtud germen oculto.

    Cuando sacude su infantil cabeza
    el pensamiento que le infunde brío,
    estalla en bendiciones mi terneza
    y digo al porvenir: ¡Te lo confío!


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 04 Jun 2013, 04:19

    16- La gloria del progreso


    -A la sociedad “La juventud”-

    No basta a un pueblo libre
    la corona ceñirse de valiente;
    no importa, no, que cuente
    orgulloso mil páginas de gloria,
    ni que la lira del poeta vibre
    sus hechos pregonando y su victoria,
    cuando sus lauros se adormece
    y al progreso no mira,
    e, insensible a los bienes que le ofrece,
    de sabio el nombre a merecer no aspira.

    ¡Oh, dichosas mil veces las naciones
    cuyos nobles campeones,
    deponiendo la espada vengadora
    de la civil contienda asoladora,
    anhelan de la paz en dulce calma
    conquistar del saber la insigne palma!
    Esa del genio inmarcesible gloria
    es el laurel más santo,
    es la sola victoria
    que sin dolor registrará la historia
    porque escrita no está con sangre y llanto.
    ¡oh juventud, que de la Patria mía
    eres honor y orgullo y esperanza !
    Ella entusiasta su esplendor te fía,
    en pos de la gloria al porvenir te lanza.

    Haz que de ese profundo
    y letárgico sueño se levante,
    y, entre el aplauso inteligente, al mundo
    el gran hosanna del Progreso cante.


    Ureña de Henríquez,Salomé



    NOTA:


    Fue la primera composición en que la autora expresó su ansia patriótica de progreso.
    A pesar de los defectos juveniles que en ella se advierten, fue muy elogiada en la prensa
    de las Antillas.



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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 04 Jun 2013, 04:27

    17- MELANCOLÍA

    Hay un ser apacible y misterioso
    que en mis horas de lánguido reposo
    me viene a visitar;.
    yo le cuento mis penas interiores,
    porque siempre, calmando mis dolores,
    mitiga mi penar.

    Como el ángel del bien y la constancia,
    en los últimos sueños de la infancia
    aparecer le vi;
    contemplóme un instante con ternura,
    y "Oye -dijo-: las horas de ventura
    pasaron para ti.

    "Yo vengo a despertar tu alma dormida,
    porque un genio funesto, de la vida
    te aguarda en el umbral;
    y benigno jamás, siempre iracundo,
    te encontrará, del agitado mundo
    en el inmenso erial.

    "Yo elevaré tu espíritu doliente;
    disiparé las nubes que en tu frente
    las penas formarán;
    consagra sólo a mí tus horas largas,
    y enjugaré tus lágrimas amargas
    y calmaré tu afán.

    "Seré de tu vivir guarda constante,
    y mi pálido tinte a tu semblante
    trasmitirá mi amor.
    Y te daré una lira en tus pesares,
    por que al eco fugaz de tus cantares
    se exhale tu dolor.

    "Y te daré mi lánguida armonía,
    que los himnos que entona de alegría
    la ardiente juventud
    jamás ensayarás, pobre cantora,
    porque siempre la musa inspiradora
    seré de tu laúd."

    Dijo, y de entonces, cual amiga estrella
    alumbra siempre, misteriosa y bella,
    mi noche de dolor;
    y me arrulla sensible y amorosa,
    como arrulla la madre cariñosa
    al hijo de su amor.

    Y haciendo que en sus alas me remonte
    a otro mundo de luz sin horizonte,
    de dicha voy en pos;
    y entonces de mi lira se desprende
    nota sin nombre que la brisa extiende,
    y escucha sólo Dios.

    Yo te bendigo, fiel Melancolía;
    tú los seres que anima la alegría
    no vas a adormecer;
    porque eres el consuelo de las almas
    que del martirio las fecundas palmas
    lograron obtener.

    Por ti en los aires resonó mi acento,
    y para dar un generoso aliento
    al pobre corazón,
    alguna vez la Patria bendecida
    benévola me escucha sonreída
    y aplaude mi canción.

    No pido más: bien pueden los dolores
    destrozar sin piedad las bellas flores
    de la ilusión que amé;
    que jamás, bajo el peso que me oprime,
    mientras un rayo de virtud me anime,
    la frente inclinare.





    18- CARIDAD

    Pasó la tempestad.. . ¡Emprende el vuelo
    como el ave del área,
    espíritu de amor y de consuelo!
    Que ya el iris de paz su franja enarca,
    se alegra el firmamento
    y se adormece el mar y calla el viento.

    De nuevo olivo la celeste rama
    en horrorosa angustia
    desventurada multitud reclama:
    los seres ¡ay! que con el alma mustia
    contemplan entre asombros
    deshechos sus hogares en escombros.

    Llega trayendo con amante giro
    en voz conmovedora,
    en la rítmica nota del suspiro,
    un eco de esperanza bienhechora.
    de caridad sublime
    que la fe aliente y el valor reanime.

    Recorre de Quisqueya las hermosas
    comarcas florecientes:
    escenas de amargura, lastimosas,
    los ojos miran al girar dolientes,
    ¡y yermas, desoladas,
    las campiñas del sur infortunadas!...

    Sopló sobre ellas en momento aciago,
    con ímpetu sin nombre,
    la pavura sembrando y el estrago,
    conturbando el espíritu del hombre,
    indómito, furente,
    el huracán del trópico rugiente...

    ¿No ves sobre la playa los despojos
    del contrastado leño
    que atestiguan del ponto los enojos?
    Allá los restos del hogar sin dueño
    despedazados mira
    publicando el furor del viento en ira.

    Y los campos también ayer cubiertos
    de mieses productoras
    desnudos ¡ay! aparecer desierto:
    ¡se encresparon las aguas, bramadoras,
    y el desbordado río
    sorbió feroz el bienhechor plantío!...

    Todo ceder al general trastorno
    en rápidos instantes
    de esa bella región miróse en torno,
    y haciendas pingües y riquezas de antes,
    y generosas vidas,
    del estrago en la ruina confundidas.

    Llega buscando el óbolo bendito,
    la cariñosa ofrenda
    que atesora de bien precio infinito;
    y así llevando la valiosa prenda,
    volemos en ayuda
    del desvalido, el huérfano, la viuda.

    Escucha la plegaria que levantan;
    en numeroso coro
    ya las manos se extienden, se adelantan
    a enjugar de sus párpados el lloro
    a preparar abrigo
    al que sin techo se encontró mendigo.

    Y a más allá de do la vista alcanza,
    del viento y de la nube,
    ¡oh, santa caridad! en tu alabanza
    eco de gratitud al cielo sube,
    y ufanos te bendicen
    seres que al mundo tu excelencia dicen.


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    Mensaje por Lluvia Abril Mar 04 Jun 2013, 04:31

    19- QUEJAS

    Te vas, y el alma dejas
    sumida en amargura, solitaria,
    y mis ardientes quejas,
    y la tímida voz de mi plegaria,
    indiferente y frío
    desoyes ¡ay! para tormento mío.

    ¿No basta que cautiva
    de fiero padecer entre las redes
    agonizante viva?
    ¡Ay, que mi angustia comprender no pueda,
    que por mi mal ignoras
    cuán lentas son de mi existir las horas!

    Sí, que jamás supiste
    cual se revuelve en su prisión estrecha,
    desconsolado y triste,
    el pobre corazón, que en lid deshecha
    con su tormento rudo
    morir se siente y permanece mudo.

    Y en vano, que indiscretos
    mis ojos, sin cesar, bajo el encanto
    de tu mirar sujetos,
    fijo en los tuyos con empeño tanto,
    que el corazón desmaya
    cuando esa fuerza dominar ensaya.

    Deja que pueda al menos
    bañándome en su luz beber la vida,
    y disfrutar serenos
    breves instantes en tu unión querida,
    que es para mi amargura
    bálsamo de purísima dulzura.

    Deja que al vivo acento
    que de tus labios encendidos brota,
    mi corazón sediento,
    que en pos va siempre de ilusión ignota,
    presienta enajenado
    las glorias todas de tu edén soñado.

    ¡Ah, si escuchar pudieras
    cuanto a tu nombre mi ternura dijo!
    ¡Si en horas lisonjeras
    me fuera dado, con afán prolijo,
    contarte sin recelo
    todo el delirio de mi amante anhelo!

    Mas no, que mi suspiro
    comprimo dentro el pecho acongojado.


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    Mensaje por cecilia gargantini Mar 04 Jun 2013, 09:07

    Graciasssssssssssss Luita, Evangelina y lluvia, por permitirme saber más de esta gran poeta.
    Besitossssssssss miles para cada una
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    Mensaje por Walter Faila Mar 04 Jun 2013, 09:25

    Ignorante de ella, hoy la leo y la conozco, gracias por el post, besos


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    Mensaje por Evangelina Valdez Mar 04 Jun 2013, 11:16


    20- "TRISTEZAS"

    -A mi esposo ausente-

    Nuestro dulce primogénito,
    que sabe sentir y amar,
    con tu recuerdo perenne
    viene mi pena a aumentar.

    Fijo en ti su pensamiento,
    no te abandona jamás:
    sueña contigo y, despierto,
    habla de ti nada más.

    Anoche, cuando, de hinojos,
    con su voz angelical
    dijo las santas palabras
    de su oración nocturnal;

    cuando allí junto a su lecho
    sentéme amante a velar,
    esperando que sus ojos
    viniese el sueño a cerrar,

    incorporándose inquieto,
    cual presa de intenso afán,
    con ese acento que al labio
    las penas tan sólo dan,

    exclamó como inspirado:
    "!Tú no te acuerdas, mamá?
    El sol ¡que bonito era
    cuando estaba aquí papá!"


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    Mensaje por Pedro Casas Serra Mar 04 Jun 2013, 14:51

    Sólo conocía de esta poeta, su poema "Amor y anhelo", porque creo que Evangelina lo colgó en el tema de Poemas de amor. Celebro tener ocasión de conocerla más a fondo. Gracias. Sorprende ver como en el siglo XIX, cuando en la península eran tan pocas las mujeres poetas sobresalientes, en América había ya tantas.

    Un abrazo.
    Pedro
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    Mensaje por Evangelina Valdez Mar 04 Jun 2013, 16:13

    ¡Pedro, se trata, esa poeta era "prima" mía! jajajajaja.

    Lo maravilloso de ella es que versó a la patria, al amor, al dolor... era una poeta completa y a parte de eso, era una gran educadora, fue pionera en preparar mujeres educadoras, cuando ni se soñaba con eso.

    Besos y gracias
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    Mensaje por Evangelina Valdez Mar 04 Jun 2013, 16:36

    Les seré sincera, siento mucho orgullo poder hablar de ella, siento una gran admiración.

    Deseo agregar algunos datos sobre ella:

    "*PRIMEROS AÑOS:

    Salomé tuvo una niñez muy precoz. Su madre la enseñó a leer: a los cuatro años leía de corrido. Su infancia discurrió en las aulas de dos pequeñas escuelas de primeras letras, únicas permitidas entonces a las mujeres.

    Sus lecturas y sus estudios de la adolescencia fueron hechos bajo la dirección de su padre, de quien recibió lecciones de Literatura, Aritmética y Botánica, por la que ella sentía gran pasión. Con su padre aprendió, además, a declamar los versos de sus poetas predilectos. Salomé tenía una "memoria extraordinaria". La cantidad de poesías que sabía de memoria y solía repetir entre sus íntimos, lo mismo que su hermana Ramona, era incalculable.

    *VOCACIÓN POÉTICA:

    Desde muy temprano comenzó a cultivar su talento poético. A los 15 años escribió versos; a los 17 los publicó por primera vez, calzados con el seudónimo de Herminia, que llegó a ser totalmente conocido.

    En 1874 otra "Herminia" aparece firmando un artículo en prosa en el periódico El Centinela. Desde entonces Salomé firma sus versos con su nombre, y alcanza elogios como el de don Marcelino Menéndez y Pelayo, quien escribió que "para encontrar poesía en Santo Domingo hay que llegar a José Joaquín Pérez y a Salomé Ureña".

    Las poesías de Salomé Ureña se publicaban generalmente en periódicos de Santo Domingo, y en algunas ocasiones aparecían en periódicos extranjeros.

    La antología Lira de Quisqueya recoge diez composiciones suyas. En 1880 se publicó un volumen de sus poesías, patrocinada su publicación por la Sociedad Amigos del País. Este libro contiene treinta y tres composiciones y el poema Anacaona. Tiene un prólogo de Monseñor Fernando A. de Meriño y una biografía de la citada Sociedad, escrita por José Lamarche. En 1920 se hizo una segunda edición de sus versos, más recomendable que la anterior. Tiene un prólogo, anónimo, escrito por su hijo Pedro Henríquez Ureña. En esta edición han sido omitidos el poema Anacaona y nueve composiciones de las que figuran en la edición de 1880."

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    Mensaje por Evangelina Valdez Mar 04 Jun 2013, 17:00


    *PATRIOTISMO:

    Desde muy niña, Salomé Ureña alojó en su corazón la vehemente aspiración de Patria: había heredado de su abuelo y de su padre el sentimiento del patriotismo. Sus primeros años discurrieron en una época alternativa de paz y de guerra. Su infantil espíritu tropieza con la terrible Anexión a la antigua Metrópoli. El espectáculo de la guerra nacionalista contra España y luego las guerras civiles, acrecientan su amor a la Patria y hacen de Salomé la poetisa patriota.

    Ella es la primera que canta, por encima de todos los poetas de su época, el progreso y la civilización. Según expresión de César Nicolás Penson, ella "fue poetisa vaticinadora en cuyos épicos cantos predominaba siempre la nota patriótica con los encendidos y vehementes anhelos y alientos de titán. Vidente como los grandes vates de las revoluciones del espíritu, Olmedo, Heredia y Quintana, recogió la herencia de sus estrofas altivas y apasionadas, y sorprendió a la América y al mundo…"

    En sus poesías no predomina el elemento puramente literario, sino lo que contribuye a dar mayor grandeza a su Patria. Hostos, al hablar de ella dice: "Cantó todo lo que sentía la sociedad de que formaba parte; y lo cantó con tal fuerza, con tal unción, que parece en sus versos la sacerdotisa del verdadero patriotismo", y agrega; "indudablemente, lo más grande que hay en la poetisa dominicana es la fibra patriótica".

    Soñó con el bien de su patria y dedicó sus versos a inclinarla hacia la paz y el progreso. Esta preocupación patriótica llegó a sobreponerse a toda otra idea; sólo le animaba el deseo de hacer llegar su prédica a todos sus compatriotas. A través de su ardoroso patriotismo logra hacernos comprender mejor lo que es patria. En una de sus primeras composiciones al hablar de la patria dice:

    ¡Oh! Patria, voz divina, sublime y dulce nombre
    a cuyo acento el alma palpita de emoción...


    Ya para esa época llaman la atención en Santo Domingo y en otros países de la América sus composiciones patrióticas. La nota del progreso y del amor a la Patria es el tema de todas sus poesías desde el año 1873 hasta el 1880.

    La fama patriótica de Salomé Ureña alcanza tal altura que, en el año 1878, se le hace una apoteosis y se le entrega una medalla costeada por suscripción pública; y su consagración como la figura más alta del parnaso dominicano queda en nuestros anales cívicos y literarios como una de las más bellas fiestas del espíritu.

    Fueron muchos y frecuentes los tributos de admiración y simpatía que mereció en vida Salomé Ureña, sin que por nada se quebrantase su modestia. Fue socia de Mérito y Honor de las Sociedades Amigos del País, de Santo Domingo; de la Fe en el Porvenir, de Puerto Plata; y de casi todas las Asociaciones benéficas, literarias o artísticas de la República. Fue, también, Miembro Honorario del Liceo de Puerto Príncipe, de Cuba, y de la Sociedad Literaria Alegría, de Coro, Venezuela.

    Las poesías de Salomé Ureña están impregnadas de honda melancolía. Toda su tristeza proviene no sólo de su temperamento, sino principalmente del caos en que vivió su patria. Siempre torturada por el triste pasado de la República, clama en su poesía A la Patria:

    Tú sabes cuantas veces con tu dolor aciago
    lloré tu desventura, lloré tu destrucción,
    así cual de sus muros la ruina y el estrago
    lloraron otro tiempo las hijas de Sión.

    Y sabes que, cual ellas, colgué de tus palmares
    el arpa con que quise tus hechos discantar,
    porque el mirar sin tregua correr tu sangre a mares
    no pude ni un acorde sonido preludiar.


    Son muchas las poesías de Salomé Ureña que pueden tomarse como ejemplo de ese fervor patriótico que tuvo tan honda influencia en el gran poeta Gastón Deligne, en cuyos versos dedicados a la poetisa muerta hacía esta afirmación y este elogio:

    Ella, al menos, mantuvo con su aliento
    de una generación los ojos fijos
    en el grande ideal. Aún llena el viento
    la seductora magia de su acento,
    y aún hablará a los hijos de los hijos...


    En 1881 comienza a sufrir nuevamente por las desgracias de su patria. Recientes perturbaciones políticas hacen que sus esperanzas patrióticas tengan grandes decepciones. El fracaso moral del gobierno de Meriño, le ocasionó profundo desconsuelo. Sus cantos patrióticos sufren una crisis. La poetisa escribe Sombras, y desde entonces en muy raras ocasiones escribe versos. Pero Sombras no es un vano alarde poético; es un adolorido grito de patriótica angustia. La decepción política es estímulo para la creación de un plantel educativo que contribuya a cambiar la sombría faz del País: el Instituto de Señoritas.

    Es curioso y sorprendente el caso de que una poetisa del estro de Salomé Ureña pudiera abandonar su lira por tan largo tiempo. Este silencio puede interpretarse como una protesta de su patriotismo. Esa tácita renuncia a los triunfos poéticos, engrandece aún más a esta mujer de fuerte espíritu, "apasionada de la patria", que prefirió sacrificar los laureles de la poesía antes que volver a inspirarse en las crecientes desventuras de su patria.

    Ya lo dijo en versos dedicados a Billini:

    Que si mi pobre lira
    calla ante el vicio y la maldad del hombre,
    siempre lo grande admira..."


    --------------

    Aquí les dejo su poema 21- "SOMBRAS", arriba mencionado:

    Alzad del polvo inerte,
    del polvo arrebatad el arpa mía,
    melancólicos genios de mi suerte.
    Buscad una armonía
    triste como el afán que me tortura,
    que me cercan doquier sombras de muerte
    y rebosa en mi pecho la amargura.

    Venid, que el alma siente
    morir la fe que al porvenir aguarda;
    venid, que se acobarda
    fatigado el espíritu doliente
    mirando alzar con ímpetu sañudo
    su torva faz al desencanto rudo,
    y al entusiasmo ardiente
    plegar las alas y abatir la frente.

    ¿No veis? allá a lo lejos
    nube de tempestad siniestra avanza
    que oscurece a su paso los reflejos
    del espléndido sol de la esperanza.

    Mirad cuál fugitivas
    las ilusiones van, del alma orgullo;
    no como ayer, altivas,
    hasta el éter azul tienden el vuelo,
    ni a recibirlas, con piadoso arrullo,
    sus pórticos de luz entreabre el cielo.
    ¿Cuál será su destino?
    Proscritas, desoladas, sin encanto,
    en vértigo van del torbellino,
    y al divisarlas, con pavor y espanto
    sobre mi pecho la cabeza inclino.

    Se estremece el alcázar opulento
    de bien, de gloria, de grandeza suma,
    que fabrica tenaz el pensamiento:
    ¡bajo el peso se rinde que le abruma!
    Conmuévese entre asombros,
    de la suerte a los ímpetus terribles,
    y se apresta a llorar en sus escombros
    el ángel de los sueños imposibles.

    Venid genios, venid, y al blando halago
    de vuestros himnos de inmortal tristeza,
    para olvidar el porvenir aciago
    se aduerma fatigada mi cabeza.
    Del arpa abandonada
    al viento dad la gemebunda nota,
    mientras que ruge la tormenta airada,
    y el infortunio azota
    la ilusión por el bien acariciada,
    y huye la luz de inspiración fecunda,
    y la noche del alma me circunda.

    Mas ¡ah! venid en tanto
    y adormeced el pensamiento mío
    al sonoro compás de vuestro canto.
    ¡Meced con vuestro arrullo el alma sola!
    Dejad que pase el huracán bravío,
    y que pasen del negro desencanto
    las horas en empuje turbulento,
    como pasa la ola,
    como pasa la ráfaga del viento.

    Dejad que pase, y luego
    a la vida volvedme, a la esperanza,
    al entusiasmo en fuego:
    que es grato, tras la ruda
    borrasca de la duda,
    despertar a la fe y a la confianza,
    y tras la noche de dolor, sombría,
    cantar la luz y saludar el día.



    Última edición por Evangelina Valdez el Lun 10 Jun 2013, 19:25, editado 1 vez

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