San Juan de la CruzSan Juan de la Cruz nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros, un pequeño pueblo de la provincia de Castilla y León (España).
Juan, gracias a su condición de pobre de solemnidad, pudo asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina, llamados Colegios de Doctrinos o de Niños de la Doctrina Cristiana, verdaderas instituciones de asistencia y reeducación social que poblaron la geografía hispana en los siglos XVI y XVII.
Privilegio que le obliga a realizar ciertas colaboraciones, como asistir en el convento, ayudar en las misas y oficios religiosos, en los acompañamientos de entierros y en la práctica de pedir limosnas.
Además como alumno externo y a tiempo parcial, debía compaginar sus estudios con un trabajo de asistencia en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Medina del Campo, especializado en la curación de enfermedades venéreas.
La mínima formación recibida en esta institución lo preparó para continuar a la edad de 17 años en el recién creado Colegio de los Jesuitas, que le dio una sólida base en Humanidades.
Entre 1559 y 1563, recibe la formación según la novedosa Ratio Studiorum, en la que el latín era la base de todo el currículo.
Ya en el cuarto año, aparte de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a:
Cicerón, Julio César, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio.
Simultáneamente vive las nuevas corrientes del humanismo cristiano, con estilo y comportamientos renovados en la pedagogía.
A los veintiún años, en 1563, ingresa en el Convento de los Padres Carmelitas de Medina del Campo, de la Orden de los Carmelitas, y adopta el nombre de Fray Juan de San Matías.
Tras realizar el noviciado entre 1563 y 1564 en el Convento de Santa Ana, se traslada a Salamanca donde estudiará en el Colegio de San Andrés de los Cármenes entre 1564 y 1567 los tres cursos preceptivos para bachillerarse en artes.
Durante el tercer curso, fue nombrado, por sus destrezas dialécticas, prefecto de estudiantes en el colegio de San Andrés.
Posteriormente se ordenó sacerdote y adquirió su nombre definitivo, Juan de la Cruz.
La experiencia contemplativa en el Carmelo, no satisfacen su modo de vivir y esto le hace considerar irse a la Cartuja pero en 1567 regresa a Medina del Campo por unos pocos días para ser ordenado, allí conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura Santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su «Reforma carmelita», los llamados carmelitas descalzos.
Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas calzados.
El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina del Carmelo Descalzo siguiendo la “Regla Primitiva» de San Alberto”, esto es un establecimiento que propugna el retorno a la práctica original de la orden de monjes que practicaban la contemplación y la austeridad.
En 1571, después de una breve estancia en Pastrana, donde puso en marcha su noviciado, se establece en Alcalá de Henares como rector del recién fundado Colegio convento de Carmelitas Descalzos de San Cirilo.
Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos adeptos a esta reforma.
En 1572 viaja, invitado por Teresa de Jesús, al Convento de la Encarnación en Ávila, donde asumirá las tareas de vicario y confesor de las monjas. Permanecerá aquí hasta finales de 1577, por lo que acompañará a la Madre Teresa de Jesús a la fundación de diversos conventos de descalzas, como el de Segovia.
Durante este periodo, en el seno de la Orden del Carmelo se habían agravado los conflictos jurisdiccionales entre los carmelitas calzados y descalzos, debidos a distintos enfoques espirituales de la reforma; por lo demás, el pleito se enmarcaba también en la confrontación entre el poder real y el pontificio por dominar el sector de las órdenes religiosas.
En 1580 el Carmelo Descalzo se erige en Provincia exenta y en
1588 es reconocida como Orden.
Debido a su intento de modificar las bases monásticas de las órdenes consagradas, fue acusado de apóstata y condenado a 9 meses de cárcel en Toledo, donde se dedicó a escribir poesía.
Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del Cántico espiritual (en la versión conocida como protocántico), varios romances y el poema de la fonte, y los canta en su estrecha reclusión para consolarse.
Tras concienciarse de que su liberación iba a ser difícil, planea detenidamente su fuga y con la ayuda de un carcelero, se escapa en medio de la noche y se refugia en el convento de las Madres Carmelitas Descalzas, que para mayor seguridad lo envían al Hospital de Santa Cruz, en el que estuvo mes y medio.
La poesía de Juan de la Cruz es un punto de encuentro de una larga tradición literaria.
Su lírica integra tradiciones de distinto origen que van adquiriendo significados y valores múltiples que sobrepasan aquellos que tenían en su origen.
La crítica, desde Dámaso Alonso, ha puesto de relieve la confluencia de tres influjos: el bíblico del “Cantar de los Cantares”, la poesía culta italianizante y la poesía popular de los cancioneros del Renacimiento español.
El influjo de la Biblia es fundamental en su poesía, porque actúa como molde y catalizador del resto de lecturas que conforman el bagaje cultural de San Juan.
Especialmente se nota en lo trascendental en el Cántico espiritual, cuyo simbolismo e imágenes tienen su origen en el Cantar de los cantares.
En su obra nos encontramos con un profundo sentimiento religioso, que roza lo místico; además, si se lee con atención, puede notarse una sensualidad y un erotismo encubierto detrás de una profunda vocación religiosa.
Desde 1952 es el patrono de los poetas en lengua española.Entre sus obras podemos mencionar "Cántico espiritual", "Noche oscura" y "Llama de amor viva".
Sus poemas más destacados: "El pastorcico", "Cantar del alma" y "Cántico", entre otros.
Obras de San Juan de la Cruz-CANCIONES DEL ALMA
-CANTAR DEL ALMA
-CÁNTICO
-COPLAS DEL ALMA
-COPLAS HECHAS SOBRE UN ÉXTASIS
-EL PASTORCICO
-GLOSA A LO DIVINO
-GLOSA DE ÉL MISMO
-OTRA DE EL MISMO A LO DIVINO
-ROMANCES SOBRE EL EVANGELIO
-SUPER FLUMINA BABYLONIS
Una de sus obras más famosas es "CÁNTICO ESPIRITUAL", un poema compuesto por 195 versos.
Estrofa: LIRA
Rima: con el esquema aBabB
Sílabas: 7-11-7-7-11
Cántico espiritual Canciones entre el alma y el esposo
Esposa:
¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.(5)
Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.
(Pregunta a las Criaturas)
¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!
(Respuesta de las Criaturas)
Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.
Esposa:
¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo.
Y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.
Mas ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes?
¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?
Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.(50)
¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!
¡Apártalos, amado,
que voy de vuelo!
Esposo:
Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma,
al aire de tu vuelo, y fresco toma.
Esposa:
¡Mi amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos;
la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora;
nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado!
A zaga de tu huella,
las jóvenes discurran al camino;
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.
En la interior bodega
de mi amado bebí, y cuando salía,
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía
y el ganado perdí que antes seguía.
Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.
Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido;
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.(100)
De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas:
en sólo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste;
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.
Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.
No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.
Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.
Deténte, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el amado entre las flores.
Esposo:
Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobres los dulces brazos del amado.
Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada,
allí te di la mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.
O vos, aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores,
por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.(150)
Esposa:
Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales.
Escóndete, carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas.
Esposo:
La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.
En soledad vivía,
y en soledad he puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido. 170
Esposa:
Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura. 175
Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos. 180
Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día: 185
el aspirar del aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena
con llama que consume y no da pena; 190
que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía. 195
San Juan de la Cruz
(1542-1591)
Otra de sus obras famosas es "LA NOCHE OSCURA DEL ALMA", un poema compuesto por 40 versos.
Estrofa: LIRA
Rima: con el esquema aBabB
Sílabas: 7-11-7-7-11
Son canciones del alma que se goza de haber llegado al
alto estado de la perfección, que es la unión con Dios,
por el camino de la negación espiritual.
La noche oscura del almaSan Juan de la Cruz
En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada. 5
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada. 10
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía. 15
Aquésta me guíaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía. 20
¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada! 25
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba. 30
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía. 35
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado. 40
Continuaremos...
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