POETAS DESTACADOS NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2015

Como es nustra costumbre desde mitad de año 2015, se destaca los poetas más premiados de cada bimiestre, en este caso la distinción ha recaído nuevamente en Ramón Carballal, esta vez compartiendo lugar con el querido maestro Ernesto Wurht (a quien se concede el diploma ya concedido en su oportunidad a Ramón), e invitamos por tres semanas, compartir textos de ambos poetas y que ellos mismos compartan en este post sus poemas preferidos.-
Gracias poetas por formar parte de nuestro querido espacio.-

Simplemente, un galardón más que merecido por ambos; excepcionales como poetas y extraordinarias personas a las que admiro y quiero. Mis mejores deseos para ambos en 2016.

Mi enhorabuena os llegue, mis queridos y admirados poetas.

Ernesto, Ramón, os dejo besos y gratitud en ellos.
Mis mejores deseos también, para el 2016.

¡Felicidades y un gran abrazo a los dos!
Pedro

Más que merecido el galardón!!!!!!!!!!!!!!! Me siento muy honrada de compartir este espacio con ustedes.
Besitosssssssssssss miles para cada uno y un excelente 2016!!!!!!!!!!!!!!!!!

por ernesto würth el Mar Oct 27, 2015 7:51 pm
ENVEJECER SONRIENDO

Nada más cierto que lo incierto;
pensando claros de lunas, tus ojos, dos luces,
que rebalsan lo conocido iluminando todo
apareciendo arrugas, marcas del tiempo,
cuyo avance no perdona nada, nieves del alma,
sabiduría, a veces alma de niño disfrazado-
recuerdas esas máscaras venecianas?
Éramos tiempos presentes, tiempos de Vivaldi
evadiendo años sorteando épocas, eran “antes”
convertidos hoy en despueses;
un claro de luna, eterno en el ayer y eterno hoy
como quisiera decirlo sin la palabra exacta,
evadirlo todo, disimular, sin esas marcas raras
sentirse perdido sorteando caminos duros.
Hay una flor llamada ILUSIÓN.

Cenicienta o la esperanza de ser

Mensaje por Ramón Carballal el Sáb Dic 05, 2015 3:18 pm

El hogar fue un signo o un párpado que muere.
¿Tengo la edad? Como una liana que arrastra
el desamparo son las sombras que me cubren.
¿Quién sino yo, con mi timidez de cristal, quién
herida por el deshonor no entendería otro mundo
que el escenario triste de la ambivalencia?. Dicen
que el destino es la marca de dios, pero hay una
luz en el corazón de la libertad, la llamada de un eco
entre baldosas amargas que alguna vez vibran.
Con mi cuerpo y este ropaje de suciedad y telarañas,
de inviernos en que la lumbre estalla en mi delantal
y me cubre de hebras grises, con el cansancio que
quiebra mi espalda y enciende el canto de los ratones,
la lágrima oscura de un epitafio. Descubriré lo irreal
como una llama fiel que me convoca ¿Qué desconsuelo
habita entonces en la fatalidad, dónde el maquillaje
que no perdona la virtud?. Guardaré la magia que un
vestido devuelve a la luz, el misterio de la metamorfosis
de los pequeños pies en los susurros de la medianoche,
la cálida sensación de volar junto al color de una
calabaza alegre, el latido de descubrir que el cuento
imposible es para siempre, sí, para siempre pero
posible.

Muchas gracias, compañer@s, por la distinción. Creo que también la merecerían muchos buenos poetas de este foro. Aprovecho para felicitar a Ernesto, al que aprecio como persona y como poeta. Abrazos a tod@s.

No sé si publiqué este poema aquí porque ya tiene sus años. Es un poema que fue distinguido en su momento con un premio. Espero que os guste.

EL PASILLO

Demasiados espejos y siempre
una luz convirtiéndolos en noche.
Voy a describir un pasillo largo:
a los lados tiemblan cuadros
como pasatiempos de un niño
manco. Aunque no se escuche
un balón pisa la calle,
aunque nadie lo vea
un teléfono conversa solo.
No he contado las puertas
que miran hacia dentro
ni he podido fijar el color
en su punto exacto de locura.

Ramón Carballal


Después de caminar por el largo pasillo e ir viendo, siento el escalofrío que cada imagen me provoca. Te felicito por el poema, y por supuesto por el premio recibido.

Ramón Carballal

Noche de vino y rosas

Para un cuerpo joven no existe el pasado.

Entre la lluvia, con los abrigos que un día
pesaron sobre otros hombros, con el sabor
de una mirada que no se siente vieja.

Así la ilusión se vuelve niña y un cándido gesto
de manos abiertas abraza el vacío como un don
oscuro.

El equívoco llega con la palabra, cuando el bar
huele a música y las tazas sobre el velador
aparcan su sombra como si fueran sueños
dormidos.

El regreso, entonces, es un hermoso canto de soledad,
mientras las piedras nocturnas agudizan su oído
de brujas en guardia.

Soy estatua, sí, porque mido el latir del frío
y retoco los espejos(ya no miran sino que son mirados)
a la espera de que un antiguo film me transporte a otro lugar
sin memoria.

Resulta fácil, comprender la carta de los menús blancos
y dialogar con los labios enfebrecidos, y sentir un eco
de luna en los párpados de la ciudad.

Se filtra el agua como una gota que en su eternidad
no midiera su dolor infame.

Quedan años por vivir, años que desconozco, toboganes
sombríos y verbenas de luz, playas que van creciendo,
cielos por conquistar.

Vida al fin camino de la muerte, de otra muerte que ya no soñaré.

Ernesto Wurth

SUEÑO CUAL OPERA PRIMA




La vida os disuelve y vira en dulce muerte.


Si no fuera que afuera todo es vida gozada,
esa eterna sonrisa de tu encanto me ve
y en el mar desemboca mi esperanza en gaviotas
risa pura en colores hacen calma al pincel
mírame fijamente mis ojos perturbados
dime que es otra idea me cubre mis sentires,
de tanto ver mi alma de pena desespera
y la luna se apaga afuera en la ventana.

Dime que si no fuera, pues todo puede ser
o dime no me amas y no puedo creerte
y digas lo que pienses, o digas lo que digas
el verano será sol con tu linda sonrisa,




omega


si fueras nadie
nadie me diría ¿¿porqué??,
de tus besos encuentro
sabor especial,
y porque nadie es todo
a veces también es nada,
cuando tu nada es todo
mi nous, Alpha y Omega


pues porque nunca,
la plenitud del tiempo
tradujo mi nous y mi arjé
cual minuteros invisibles
inexistentes, y sin horas,
nada, solamente la nada,
cielos, nubes, muy cerúleos,
y el viento, se fue lejos.


Y aun así siempre, nací,
la belleza del hoy
trajo a mi vera a ti,
tan silenciosamente,
siete veces siete yoes y túes,
muy atados, clavados,
siete veces siete salidas de sol,
eternamente, el viento.


dos gotas de agua y el rocío innexistente
dos ojos sepias y el amor se rebalsa
diez dedos tocaron violines y un cello


Fueron solo dos gotas que quedaron
esparcidas en mi tristeza;

bastaron
y rebalsar agua en mi playa;
solo dos gotas,
tu tristeza y la mía.


A menudo dos gotas hacen océanos,
dos gotas son amaneceres
dos árboles iniciando gran bosque,
y dos manos una caricia,
dos, son razón de amores,
dos palabras mayores,
dos campanarios cantan
sones del alma vuelan,
brillantes remueven mis dedos
cual péndulos, horadan,
la raíz de un roble inmenso,
que cae, tenso,
y una ola azota rocas,
las hormigas en fila.
miran libélulas,
me quejo ¿será el alma que te duele?


.no...., me contestas, el alma no duele;

y mi gajo de naranja dulce, me duele, lo exprimo


cual beso anaranjado,
en dos gotas rocío miran
su espejo con alma de niño
mimando su amorío,
camino imaginando espejo inexistente,
me resbalo en tus gotas de agua inexistentes
pero luego existo adentro del alma tuya
y me revuelco en la parodia inexistente,


es mi alma que flota en tus dos gotas de agua.


y luego que sufro, que peno, me desahogo
porque nada es cierto, tan solo sueño,
idear tu aquí inexistente,
cuando despierto el día inexistente,
de la vida existencial que se marchó muy lejos
y los dos nos olvidamos de este sueño también inexistente.

Mis sinceras felicitaciones a ambos, merecedores de tal mención.

Besos y Abrazos, Ernesto y Ramón

Lu

Muchas felicitaciones a los dos grandes poetas con todo mi cariño.
Caty

Tan cerca de ti, pero tan lejos

Ramón Carballal

En los girasoles del idioma el río calla.

Has sido herrumbre y sal, casi el maquillaje
de una pantera roja. Nos pueden los dragones
y el misterio barato de los eclipses.Tú buscas
el orden, la simetría del jardín o los ombligos
inútiles del destino.

Me resultaba fácil sentir la virtud en el frío de una estatua,
el párpado multicolor, la ceremonia de las mareas
cuando una letra es un sol ambiguo en tu atmósfera
de nieve.

Demasiados versos por construir, demasiada la luz
cuando las hormigas arrojan su desnuda semilla de maldad.

¿No reconoces el murmullo de los parques bajo una acuarela gris
o quizá el paraíso de los cisnes no halló al fin tu viento de luna?

Ya no regreso a lo que el hoy me oculta, tus alientos sin cáliz,
los cristales de un rojo infantil como lápices del horror.

Hubo mordaza sobre un puente de granito y mensajes
de metal en orgullosos cuadros innombrables- pero
también el hospicio o el hogar con serpentinas
en los puestos de un mercado ojeroso-.

Late el río como un dormido caparazón, en su enhiesta cruz
las golondrinas ejercen su soliloquio de almíbar.

Tú volverás al fragor de la fe, dentro de ti las amapolas
de un noviembre cernido de púas, algo así como el porvenir
naranja de un niño muerto entre tu ceniza y tu círculo.

Llagas de un frenético y dulce hospital. Las mil caricias
del picaflor cuando blande sus orificios de diadema.

Tan cerca de ti, pero tan lejos.

LAS UVAS DE ABRIL

Ernesto Würth


Cae el frío con rocío invernal;
y las brumas caminan grises,
neblinas matinales, lento decae, es otoño,
zorzales helados como el viento
y mis manos escriben yertas.
Hay racimos uvas verdes
colgando la parra en jardín afuera,
son uvas del olvido, nadie se acordó de ellas.
Y se quedaron solas, cosas de la vida
serán borradas después por las lluvias ,
y me veo en su espejo,
y miro a solitarios,
pues me siento olvidado, cual racimo de abril,
y le pido a mi Musa me abrace con ganas
con olvidos, ayeres ausentes
son parras de amor,
comeremos esas uvas,
hay veces nos dejamos estar, se olvida amar
y sin querer lo abandonamos
colgando de la abulia, un tanto alucinados

Mis felicitaciones a ambos por tan merecido diploma.

Un abrazo.

Juan

EL PASILLO

Demasiados espejos y siempre
una luz convirtiéndolos en noche.
Voy a describir un pasillo largo:
a los lados tiemblan cuadros
como pasatiempos de un niño
manco. Aunque no se escuche
un balón pisa la calle,
aunque nadie lo vea
un teléfono conversa solo.
No he contado las puertas
que miran hacia dentro
ni he podido fijar el color
en su punto exacto de locura.


La poesía aquí no es certidumbre sino inseguridad, como la del ciego que camina tanteando con su bastón. ¡Felicidades, Ramón, un pemio más que merecido!

Un abrazo.
Pedro

PESADILLAS SALIDAS DE LA NADA de Ernesto WÜRT


coarta ni libertad expresiva. el mirar la vida que pasa
apurada, tropezando, trastabillando,increíblemente torpe
llena de absurdas fallas, de mentirosas reglas
ocultando su verdadera trasnochada,
mentiras que esconden robos, amorales transiciones,
políticos inmorales haciendo leyes punitivas a su manera,
sacerdotes abusando de menores
barcos llenos de emigrantes hambrientos
llorando egoistas respuestas de sus homosapiens ricachones,
bandoleros vestidos de presidentes
presidentes vestidos de camaleones,
donde miro me topo con animales
sedientos de estupros, agotadores insaciables,
hago un detente a mis miradas perdidas,
busco la verdad sin lámparas en jardines de Diógenes,
acumulando tanta maldad, oscuridades malolientes,
me pregunto, siempre ha sido igual?
o estoy equivocado, o vivo entre bandidos?

me detengo en medio de esta pesadilla,
busco la luz, el aire puro.
es que no quiero vivir entre basuras
busco la paz, al hombre bueno,
es que mi ocio sentado en silla de ruedas,
me hace escuchar al mundo que me rodea
miro a mi lado, todo trasnquilo,
leo los diarios, veo noticias en la TV
pienso que entré al mundo que me rodea
y es cierto lo que estoy pregonando.

quisiera obtener una respuesta, destrabar mi mente,
¿que dicen uds. amigos del foro?
estoy loco al pensar cuerdamente o debo ceñirme a la loca geografía
de encontrar todo bueno, estar de acuerdo
o pensar contreras, amargarme poco, oh dolce vita!!





PESADILLA POÉTICA ENVIADA POR CORREOS
(surrealismo sublime)

Acabo de meterme adentro de un sobre postal,
sin estampillas de correo, SIN destino abreviado
acalorado por rayos rutinarios soles marginados
abrazado por inexistentes amores desbordados
que dejaron marcadas mis pieles sonrojadas
y lo cierro en señal de friolentas pasiones
como si fuese una cama, mullida con sabanas
rojizas montañas teñidas de flores rojas casi negras;
que me llenan de saudades, transfusiones, perfumes,
locas pesadillas rociadas de fantasmas,
y me encuentro con payasos, de Niros obsoletos,
y creyéndome Cantinflas danzo pasos dobles,
y me lanzo en picada para besar la tierra,
y en lugar de besos solo hay dolores
hay aguas y oleajes, cochayuyos y peces,
diviso al cartero echándome el buzón de la esquina
y termino esta historia, relleno con mil sobres
que me cubren de infinitos con lenguas de fuego.
Y de pronto me acuerdo que no tengo término
que soy una mazmorra llena de sueños negros
que avanza y retrocede sin avanzar nada,
esa pérfida nada descolorida y vaga, no es nada,
mientras ésta carta vaga sin su remitente,
y va de un lado a otro como político sin rumbo
y es dejada como documento perdido.
Comienzo a correr sin piernas adheridas y no avanzo
creo me convierto en nada misma, sin nadeos,
y me convierto en gusano, un vulgar cienpiés
llenos de piernas sueltas que danzan lánguidas
como bailarines del nepal, pero avanzo, lento,
seguro, ritual, vulgar, amarillo de mirar atrás
y creerme lombriz para poder caminar.
Menos mal que los sueños t erminan
los calambres son cien, y el dolor arrecia.

Me miro a los ojos y me digo soy apenas,
un soñador de inauditas pesadillas,
mañana trataré de dormir despierto para evadirme
y volveré a ser carta, de la mano del cartero,
y trataré de escribir este poema raro
más termino esta odisea con un beefeater
lleno de cubos de hielo, a ver si me alivio, y me callo.

PASEO EN EL ALBOR HASTA TU CAMA VACÍA de RAMÓN CARBALLAL


Algunas veces fui yo, me digo.

Cuando la hora gris amanecía
y los cuerpos eran el cuerpo del tesoro,
el mapa infantil del azar.

Después, la sombra dentro de las sombras,
la cuidada hospitalidad de las calles,
el silencio de los letreros
y de los comercios que sueñan,
los portales como faros incomprensiblemente rotos
en el albor de las siete.

Y los placeres de la ruta, por una vez virgen
y la blancura de esas fachadas
que invitan a la flor a ser octubre,
simuladas como el gesto invisible
que en los bolsillos ahueca un nombre
y nos da los latidos,
el hambre que guarda en su frenesí
un rostro que se parece al deseo.

Mira la luz, a veces amarilla
-o azul-.

Mira los mensajes
entre el humo de las palabras volátiles,
siente el entresijo de la cacofonía
que se eleva hacia la inquietud del farol
sin hospitalidad
ni sueños.

Ya sé, tú solo crees en un principio sin caminos,
una flecha incómoda que el aire traslada
desde las hojas caídas
hasta el discurso de una primavera
que surge.

Bien, que tan solo empiece ahí la creencia de la vida,
que las manos conviden al estrépito
entre sábanas perdidas
o faces
que no se reconocen en los espejos.

Ramón Carballal

Te pienso

Quisiera habitar el silencio tuyo.

Es mi hogar un hondo espejo que sufre,
sus paredes llevan en sí la escritura de un paso azul,
las dulces incógnitas del ayer.

Si tú vieras este pedazo de luz,
el bisel que dibuja un rostro en la noche álgida,
lo que los objetos claman(la sensatez de un niño,
lo ajeno que ensombrece la raíz de la memoria,
la huella de un diminuto canto en la madrugada
rota, las rodillas sin piel que pesan como cicatrices
de horror) tras la voz difusa que se aleja en trenes perdidos
como un hedor o un frío desliz.

Si tú adivinaras la armonía de un corazón sin lucha,
si acaso en los sueños que no tienes
una geografía sin mapas nos escondiera el mar,
la virtud, el loco amanecer imprevisto;
quizá los párpados de la ciudad,
su territorio lánguido, serían eco de vidas
en nuestra vida blanca o latitud de éxtasis
en las flores de tu pelo,
ambigüedad sin relojes
ni futuro
ni ocasos.

Ya sé que lo posible es una faz sin perfil
y que no hay espejismos de carne,
mudez de lenguas que tejen
una red en los ojos intactos de la senectud.

Te pienso en mi hogar,
peregrina,
con el vestido albo
de los mil nombres que callan tu ausencia,
tan lejos, tan no ser,
tan tú,
tan otras en ti.



Esta casa
por Ramón Carballal

No habrá quien cuente las habitaciones,
el espejismo de un desnudo, la raíz del ser.

Esta casa ha parido vientos de amargura,
sus paredes han vestido la luz del papel,
sus ágiles zócalos revientan como golpeados
por el azul de un sueño.

Hay una voz que regresa a la voz, y hay música
que va poblando la arquitectura del devenir.

Tres niñas, tres mujeres con un mensaje unívoco.

Mi sol de espejos, mi desnuda ausencia
en el salón hospitalario.

Las navidades sin carmín, el ojo exhausto
de la ceniza.

Podría nombrar el silencio de las grecas,
el timbre que nunca suena en mi nube.

Los años me devuelven a la habitación gris.

Es mi futuro el mástil de este barco que se llama edad.
Miro sus caderas(esmeriladas, torpes, afligidas
como un rosal marchito).

y siento la vida que fluye a pesar de mi.

Inmortal.

ERNESTO WÜRTH

HAY RUIDOS MI MENTE


Ruídos en mi mente, con borrascas,
tempestades y remolinos,
más temas inéditos tan latentes,
me zumban los oídos,
curvas en mis caminos
me marcho lejos de mi,
ha comenzado el nadeo en la nada misma.

Pero me percibo tránsfuga,
olvido mi ego,
¿será la eterna caminata?
entre huellas del pasado
canto triste, de arpegios con laúdes,

¿me quedé muy atrás, tan pausado?
Y ésta idea me preocupa.

Miré al viento, al firmamento,
un día allí lejos fui naciendo,
hace mucho, muchísimos años ha,
ahora eso sí lo he olvidado,
y siento un cambio,
hace frío, mucho frío


muy raro es este sentimiento,
frío, rápido, certero,
deseo ser eternamente joven,
duro como un templo,
a veces escribo poesías al pasado y lo venero,
prosas al presente y algunos sonetos,
y a veces me alejo,
de lo mío, mis amores, ¿perdido?
Pero siempre vuelvo a pensar en el mañana

De nuevo me pregunto: ¿me quedé atrás?
Me preocupa este vahído

vivir en el hoy, ¿podría hacerlo?
dejar ese ayer, ¿abandonarlo?
también recuperar, lo perdido ayer,
volver a volar con mi amigo cóndor
observar lo que no se ve, mi alma,
entre ríos y montañas, caminos en zig-zag,
recuperando todo, también mis mocedades,
son tantas cosas en que pienso

gozar el segundo. leer tus sonrisas,
jugar con borboletas, brillar auroras,
olvidar el colesterol, jugar ajedrez,
retroceder y avanzar todas direcciones, jaque mate,
con una palanca mover el mundo,
beber el cáliz con sauvignones, syrah y carmeneres,
pensar en ése lugar especial cerca de tus pestañas,
y recostarme encima de tu aliento,
darte la mano, sentir tu cuerpo, abrazar tu orgasmo,
cantar con mi alma tu tonada preferida, tus sueños,
callar y sentir tu silencio, apagar mi ventana.


Me preocupa dejar todo abandonado, tantas ventanas.

Quiero felicitarlos a ambos y darles gracias por ser poetas que dan tanto, sin reservas, con el alma en las letras.
Merecido galardón para ambos.
Los quiero y admiro
Un abrazo fuerte desde mi corazón.
Ana

Ramón Carballal



Noches de rubia seda

Tu cicatriz es lente y no reconoce la melancolía
de los estandartes, el sol en la penumbra
de tu canción de madrugada.

Mis pasos arrojan sus lágrimas sin viento, benefactores
signos del olvido. Escucha el murmullo del adoquín,
su primavera es abstracta como el dolor de los linces
o la canora efigie del silencio.

No admitas el horóscopo de la luna, guarda en su calendario
ojos de nieve, espectros que han varado en noches
sin enigma.

¿Cuándo una luz encenderá la humedad de la palabra,
el rencor de un labio o las manos que entibian
el aire como palomas de crucifijo?

Era fácil el tránsito, un bar, una sala que desdobla
su espejismo. A veces el murmullo de la hoguera
nos enseñaba el hierro de una estrategia.

No encontré razón en la caricia- pese al dulzor
de las noches de enjambre, atenazado por los oídos
de la música que dibuja el hemisferio blanco-.

¿Si no amas la piedra, porqué ese roce de vértebras
en la testuz de los caballos, en el tímpano
de una nave maldita, en el dormitorio gris
de los obispos que invocan el instrumento
como acordeones sin un ojo, luz de un verso
en la memoria, tu lápiz de inquietud?.





Te veo en un hogar sin ventanas



Ahora te acostumbras a los pasos del grillo
cuando el mausoleo de la noche invita a sorbos
y a frenesí.

¿Y tu piel sin atmósfera, curioso manjar de pájaros inútiles,
ciega sombra de un espectro azul?

Te veo en un hogar sin ventanas, como una diosa
que va y vuelve a su edad. Pero yo sé que tienes
en tu pasión la luz que finge, el horóscopo del miedo,
las canallas partículas del error.

La humedad se cubre de sol porque una ráfaga de otoño
circunda tu cicatriz, áspera como el verbo infantil
de los equinoccios.

Miro tus botas de fieltro, la luna que imagino roja
desde ti hasta ti.

Hay calendarios que ya no habitan tu nombre,
hay incertidumbre cuando tu cuerpo viaja
como nao despoblada y oculta.

¿Qué te debo que no sea pensamiento o falanges,
zarpas de plata y lujuria?

No abramos las colmenas del tiempo, sus dedos
me corroen como laberintos sin músculo.

Mi juventud busca un horizonte, la razón
que explique los enigmas oscuros, el cabrestante
que azulee como un cuadro múltiple, para que
los días sean dulzor, penumbra vieja, materia gris
que ampara.

El refugio que oscila y no cede a su carmín.

ERNESTO WÜRTH

CAMPANARIOS IDEADOS
A CONTRALUZ DE TUS SONRISAS

si me diese paseo en el arcoiris tus ojos,
no me cabe dudas, estaría absorto,
el azul de ésas pupilas, roja tu mirada,
mujer lejana del Norte,
que a veces me olvida, pensando en mis
escritos de ojos de almendras, celos bonitos
rosas rojas casi negras, lirios azules los tuyos
míos mirándote de reojos
esperando tu sonrisa, galopando por olas
tomando las manos de una gaviota;

mujer del caribe, ensueño musgos verdes,
enredadera, poemas, escritos tus manos,
bellas palabras, tulipanes de Holanda,
pelo amarillo, colgando tus sienes,
abandoné otoños en las puertas tu casa
clavé primaveras tu ventana.
belleza y bullir campanarios ideados
a contraluz de tus besos,
espero nubes volando pájaros,
su cielo impertérrito mirando sus alas,
para verte de pié en un cirrus del cuando.






AL LATIR DE LOS SENTIDOS

Nada ha cambiado;
porque es el mismo sol mientras la brisa corre,
y si pregunto lo que tú esperas te diga,
ya que nada ha variado, mi amor es el de siempre,
cuando la prisa corre, mis dedos tocan cello
mis ojos clavan dagas;
¿Si te dijera que todo ha cambiado?
El sol no sería el mismo y no correría viento,
y se agitan relojes, se detendría el tiempo,
retrocederían las golondrinas
apagándose nuestros ojos;
y si te dijera realmente la verdad que nos abraza?
Apagaríamos al sol
y detendríamos la brisa,
para escuchar latir nuestros sentidos

Ernesto Würth


ERES FRÁGIL


Era frágil esa idea retornable en acertijos
como cristal delicado que suena silbidos
frotando mis dedos su suave garganta
eras frágil también dulce paloma volando cielos
con miradas dulces atravesando vallas
del imposible trauma perdido en tu alma
eres frágil lumbre apagándose lenta
tratando de adivinar futuros inesperados
esos humos grises semejando mi pelo
eres frágil nube deshaciéndose en agua
regando mis rosas negras casi rojas de amor ido
percibiendo agonías de cantos de pájaros
eres frágil dulce vida apagándose lenta
con parcimonia elegante en dulce trayecto
pisando baldosas, crujientes escalones, blancos muros
eres frágil cuando enflaqueces y te obnubilas.
Somos frágiles cuando sin querer erramos.





A VECES.

Hay lugares en las lejanías
donde no se siente ni el silencio,
donde conjugar un verbo
para decir lo bello del amanecer
se confunde con el ruido de las olas,
la llegada del viento
con el palpitar de un cante de gaviota.

A veces, siento que no siento nada,
colorean los rojos de mis rosas,
confundo el zumbar de las abejas,
con el color gris de las nubes
escucho el campanil de la Iglesia
me pregunto porqué ladra ese perro,
y leo el Canto General de Neruda
o el ruido del mar de Huidobro.

A veces me apabullan mis ideas
me dan vueltas cual giroscopio
se me cae el peso de la tarde
sobre mis ojos cansados, escucho,
ese ruídode la nada, que palpita
sobre apócrifos versos que pasan
sobre las olas que no descansan
rebuscando su camino, de perpetuo
movimiento, de constantes lejanías.

A veces veo pasar el viento….
a veces, no pasa nada.

Ramón Carballal



Tú, yo y un café

Busqué un piso naranja donde habitar mis sueños.

Afuera llovía sobre tejados permanentemente ocres,
adentro las horas caían de su extraño pedestal
como invisibles briznas de arena.

Salir al eco de automóviles sin nombre,
escuchar la palabra ayer en la boca de un amigo,
conversar con el silencio en los labios para que nadie
nos juzgue.

Desde mi ventana dibujo tus jeans de cálidos ejes,
sales a la quimera con los cabellos enredados
en un melancólico abril, como si ya hubieras vivido
en la memoria de un pájaro sin luz.

Es fácil seguirte a los trenes vacios, leyendo
sobre muerte y esperanza o con la mirada perdida
en el frío.

A mi me sobran las dudas de la infancia
para comprender cuando late tu sexo,
en qué descuidado precipicio juega la carne su partida.

Has mordido en el café desnudo porque tu palabra
me llega con aroma de cáliz negro, de prisión azul.




Te vas

Aún llueve en mi ataúd. La memoria de los pasos
es diminuta, igual que el abrigo que enciende mi cuerpo
o las horas que la tarde muerde con su lluvia transparente
o su equinoccio de almíbar. Tu rastro es inmortal, el corazón
de tus alas huele a mimbre, a verdad o a deseo. En las ventanas
no existen parasoles, allí la virtud juega a la blancura de los
pensamientos, al ojo abstracto que cumple su designio.
Las caricias de este hotel tiñen de amarillo las raíces secas que
no nombro, la palabra que buscó el hueco en las máculas
del plenilunio. Y sin embargo cada vez que me agrieto surge
tu alba, en promontorio, en laberinto azul. Hay códigos que son
como amapolas de un vientre eterno o pequeñas huellas
de un manantial apenas herido como si el sol de la pantomima
rastreara un teatro de párpados o tibieza. Yo no espero una mirada,
tampoco la misericordia de un menú gastado cuando las branquias del niño
te nombran. Hay herencias que adivinan el bosque, racimos escarlatas,
orugas que amanecen sin el esplendor del mediodía. Hemos hablado
de la verdad o de la mentira, del viento norte o del viento sur, de tus
rizos sin esgrima, de mis manos que ya no amparan el inútil
humo del vacío. Son la doce de una noche inacabada, los
comercios mueren… los transeúntes se arrojan al cálido eco
de sus hélices, pero tú y yo estamos aquí, con la mentira
y el dolor y éste tiempo que se agota para no volver. ¿caerán por fin
los adjetivos, los pronombres inversos, la sintaxis irreal del futuro?
Te vas con el insomnio de un mañana, toda tú incendio y negrura,
participio que invade mis rodillas de pájaro sin vuelo, hermafrodita
ejemplo de la virtud, rotura de pedestales que ya no suenan.