BLANCA GASSÓ (1846-1877)

BLANCA GASSÓ Y ÓRTIZ  (1846 - 1877)

OBRA POÉTICA ( BIBLIOTECA VIRTUAL DE ALICANTE)


CORONA DE LA INFANCIA

24.


LA PASTORCITA







Doquier que huella



brotan las flores;



su voz envidian



los ruiseñores.





Llámase Estrella



y es la más bella



del cielo azul;



sale galana…



y ya el lucero



de la mañana



pierde su luz.





Doquier que huella



brotan las flores;



su voz envidian



los ruiseñores.





Por los senderos



ve sus corderos



libres vagar,



y así da al viento



la pastorcita



en su contento



dulce cantar:



-Es cual brisa



mi sonrisa,



que la pena



no enturbió;



son las flores



mis amores,



y es del ave



mi canción.-





Doquier que huella



brotan las flores;



su voz envidian



los ruiseñores.





Llámase Estrella,



y es la más bella



del cielo azul;



sale galana,



y ya el lucero



de la mañana



pierde su luz…





Y allá en el cielo,



tras tibio velo,



vuelve a asomar,



cuando entre rosas



la pastorcita



a su chocita



vase a ocultar





Doquier que huella



brotan las flores;



su voz envidian



los ruiseñores.

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CORONA DE LA INFANCIA

25.


AMOR DIVINO







Esa infinidad de estrellas



que en el cielo puso Dios



son chispas desprendidas



de la hoguera de su amor.

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CORONA DE LA INFANCIA

24.


LAS CORONAS







Bajaba todas las tardes



una niña a la pradera,



como las rosas rosada,



blanca cual las azucenas.



Iba de flores formando



la más graciosa diadema;



girando cual blanda brisa,



cantando cual ave tierna.



Al pie de un álamo blanco



hay una imagen de piedra,



oculta entre pabellones



de pintada enredadera.



Allí postrada de hinojos,



orando, la niña bella,



amorosa coronaba



a la Inmaculada Reina.



Mas ¡ay! La cándida niña



ya no baja a la pradera,



y en vano las bellas flores



su cáliz alzan por verla



……………………………………



Allá en los aires se extiende



nube que se transparenta,



dejando ver a la niña



en trono de blancas perlas.



En sus alas los querubes



entre cánticos la elevan



a do la Virgen la premie



con rica corona eterna.



Por el espacio se pierde



la grata visión etérea;



breves suspiran las flores…



Natura en silencio queda.

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CORONA DE LA INFANCIA

25.


TRES FLORES







Tres clavos María amante



con amargo lloro baña;



tres clavos…¡clavos impíos,



que a Cristo en la cruz clavaran!...



A riego tan puro y santo



brotan tres flores hermanas;



tres flores de eterno aroma:



las tres virtudes del alma.





26.





SECRETOS DEL ALMA





Si cantar pudiera el labio



todo lo que el alma siente,



hasta del mar se saldrían,



para escucharme, los peces.

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CORONA DE LA INFANCIA

27.

LA LIBERTAD


La libertad, don supremo



que del cielo descendió,



sin la cruz y sin virtudes



no puede elevarse a Dios.

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CORONA DE LA INFANCIA

28.


LA LIMOSNA



Balada









A cándida niña



viejecito enfermo



limosna demanda



con lánguido acento.



La niña, un suspiro



entregando al céfiro



que eleva en sus alas



de mágico aliento



con voz de querube



las auras meciendo



le dice amorosa



al mísero enfermo:



-En vano, ¡ay!, Amigo,



llamáis a mi pecho,



que ofreceros puede



tan sólo consuelo.-



Y lágrimas puras



de sus ojos bellos



silenciosas brotan,



cual lluvia del cielo.



Mas… pronto llevando



la mano a su seno,



sus labios sonríen



de júbilo llenos;



y exclama dichosa,



quitándose presto



la cruz de diamantes



que adorna su cuello:



-Bendito Dios sea,



que escucha mi ruego,



al fin me permite



poder socorreros!



Tomad esta joya,



tened, pobre viejo;



que yo al Dios amante



conmigo le llevo.



Y no necesito



de alarde superfluo



para dedicarle



mi vida y aliento.



Tomad, y este emblema



de perdón eterno



socorro os depare



y eleve a su reino.











……………………………



En ángel celeste



trocárase el viejo,



su tosco ropaje



en leve y etéreo.



La cruz en sus manos,



creciendo… creciendo…



reflejos lanzaba



de fúlgido fuego.



Alzárase el ángel,



las nubes hendiendo;



de célica esfera



rasgárase el velo,



y al trono esplendente



del Rey de los cielos,



entre himnos, humilde,



llegó el mensajero,



y a Dios entregara



el emblema eterno,



que en flor de virtudes



tranformose luego.

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28.


CIELO SIN NUBES







No te asuste la tormenta



sube del monte a la cumbre;



verás extenderse el cielo…



sin que lo empañe una nube.

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29.


LA BARQUILLA







Cual columpio de amorcillo,



más adentro va una barca;



la mecen con blando arrullo



las olas de la esperanza.



Es su barquero albo niño,



que entre sueños de oro y nácar,



dando al olvido los remos



navega en mar sin borrascas.



Sobre la frágil barquilla,



con vela bienhadada,



ondea de un ángel bello



la suelta túnica blanca.



Velado por ricas nubes,



vislúmbrase en lontananza



radiante puerto divino,



de amor eterna morada.



………………………………………



………………………………………



Es la barca, de virtudes;



el ángel, Ángel de Guarda;




es el mar, mar de la vida,




y es el barquero… tu alma

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30.



VERDADERA CIENCIA







De cuantas ciencias sabía,



sacó en limpio Salomón



que el libro en que más se aprende



es el gran libro de Dios.

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31.



EL ORGULLO







Era un leve arroyuelo



de linfa clara,



que entre plantas oculto



se deslizaba:



su curso manso



daba vida a las flores,



frescura al prado.



No lejos, un torrente



con voces fieras



orgulloso corría



de peña en peña,



y proclamaba



por prado, monte y llano



su marcha rápida.



---------



El torrente al arroyo



díjole altivo:



-Sólo sé tu existencia



por tus suspiros;



tan débil eres,



que ocúltante las flores



que el ser te deben



---------



Yo del poder gigante



emblema siendo,



a mi curso bravío



valla no encuentro,



y doy la muerte



a la flor que a mi lado



brillar se atreve.



---------



¿Te faltan brío y fuerza



para imitarme?



¡Oyeme!... Compasivo



quiero ayudarte.



Yo, desbordado,



tender hasta ti puedo




robusto brazo.-




---------




Dio el arroyo en respuesta




plegaria al cielo,




y a humilde violeta




amante beso.




Cándida niña




desoye del orgullo




la voz altiva.

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32.



VALOR DEL DINERO







Dicen que el dinero es todo,



mas yo digo que no es nada,



pues el dinero no compra



las dulzuras para el alma.

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33.


AL FALLECIMIENTO DE UN NIÑO



La muerte de los niños es



la sonrisa de los ángeles.









(Esta composición fue escrita al



fallecimiento de la preciosa niña



Luisa Manresa, amiguita de la autora)





Volaste, ¡oh niño! a la celeste esfera,



huyendo las miserias de este mundo:



de tus ojos yo vi la luz postrera,



y ora contemplo tu dormir profundo.



……………………………………………



¡Ah! Miradlo, allí reposa



como paloma dormida.



¡Yerta está su faz hermosa!...



Sonrisa de ángel anida



en su boquita graciosa.



Flor temprana,



pura y bella



cual la estrella



matinal,



muestra alegre



su sonrisa



a la brisa



celestial.



-----------------



No vuelvas, ángel de amor,



a esta vida transitoria,



do reina el mal y el dolor:



duerme en paz sueños de gloria



en los brazos del Señor.


Duerme sueños

perfumados,

encantados,

de oro y luz,

que en edenes

goza el alma

con la palma

de virtud.

-----------------

¿Por qué besas, suspirando,

tierna brisa, su alba sien?

Detén el suspiro blando,

no lo despiertes, detén,

que está en su sueño gozando.

Es la vida

pasajera

mensajera

de dolor,

y ese sueño

de la gloria

por victoria

lo da Dios.

-----------------

Bellas niñas candorosas,

que con inocente llanto

bañáis su lecho de rosas,

unid a mi triste canto

vuestras voces armoniosas.

Cese, cese

vuestro lloro;

blando coro

suene ya,

y a los himnos

de querubes

en las nubes

se unirá.

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34.



EDÉN







Luz, belleza y armonía



que en el suelo halla el mortal,



copia son leve y sombría



del Edén de eterno día



en la cumbre celestial.

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35.





UNA FLOR BLANCA







Cuando a la niña -que la Virgen llamallevó



la brisa celestiales cantos



sonrisa leve de querub dichoso



vagó en sus labios.





Cuando fiel brisa con gozoso vuelo



a su alba frente regaló un suspiro,



su seno de ángel, al amor extraño,



sintió un latido.





Cuando fragante silenciosa brisa



sus bucles de oro con placer rizaba,



en sus mejillas, al dolor ajenas,



secó dos lágrimas.





Cuando vertido su inocente lloro,



la brisa diole vaporoso beso,



tras de su dicha la gentil paloma



volose al cielo.





Cuando en su tumba la amorosa brisa



leve gimiendo derramó una lágrima,



brotó luciente, de perfumes llena



una flor blanca.

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41


MELODÍA







(Al temprano fallecimiento



de la niña poetisa señorita



doña Alejandrina Argüelles



Toral de Hevia)





-¿Dónde volamos?



-Al cielo



-¿Al cielo?...



-De eterno gozo.



-Mas ¡ay! Que luto y sollozo



afligen al hondo suelo.



-Esa vida es gota…es flor…



nube que al fin se disuelve,



y tras lágrimas devuelve



luz de eterno resplandor.



-¿Y los seres que abandono?



-Su dicha labrando están,



¿Los verá mi tierno afán?



-Al brillo de excelso trono.



-¿Por qué tan corta es mi vida?



-Hay ángeles, hay luceros,



que son raudos pasajeros



en la tierra dolorida.



-¿Quién eres, ¡oh ser divino!,



que así me elevas triunfante?



-La lumbrera que constante



Iluminó tu camino.



Quien trajo de excelsa altura



a tus manos lira de oro,



derramando en ti un tesoro



de inspiración y ternura.



Ansioso tu AMOR aguarda



formándote dulces lazos;



volemos pronto a sus brazos…



soy el ángel de tu guarda.

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50


LA ESTRELLA



DE LA MAÑANA







¡Venid, zagales,



venid, zagalas,



a ver la estrella



de la mañana;



que yo, gozosa,



por contemplarla



he despertado



antes que el alba!



¡Oh, que dulzuras



dice a mi alma



la pura estrella



de la mañana!





Cuando en el cielo



de noche plácida



miles de estrellas



su luz derraman,



tan sólo oculta



su frente blanca



la pura estrella



de la mañana.





Ora que el mundo



silencio guarda,



¡Venid, zagales,



venid, zagalas,



a ver la estrella



de la mañana!





¡Solita brilla



su faz de plata!



Dejad, zagales,



vuestra cabaña;



veréis la estrella



de la mañana.





¡Vedla!... Saluda



risueña al alba,



que en ricas nubes



viene velada.



¡Mirad cuán bella,



mirad cuán cándida



sus rayos luce



la solitaria



mágica estrella



de la mañana!





El sol ya sale,



ya huye el alba,



y ya la estrella



se oculta lánguida.



Grato me es verme



entre la grana



del rey del día,



que ardiente irradia;



mas, ¡ay!, la estrella



aún me es más grata,



que en ella miro



la semejanza



de la modestia



que se recata,



brillando entonces



más dulce y clara.



¡Oh, que dulzuras



dice a mi alma



la pura estrella



de la mañana!

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51


LA CARIDAD



Bálsamo es la caridad



de milagrosa dulzura,



y eterna felicidad



al humano le asegura