José Manuel Caballero Bonald (1926-2021)

Siempre digo lo mismo, pero, me parece muy bueno.
Gracias, Pascual y besos.

José Manuel Caballero Bonald



TENGO MIS DUDAS
LABERINTO DE FORTUNA III


Entre papeles, entre cuerpos, entre lecciones vociferantes, me dispongo a dudar. Elegir la certeza, ¿de qué impostura me hace tributario? La afirmación en que me aferro disemina sus propias negaciones. Sólo me juramento contra mí y no sin proceder a equivocarme de antemano con no sé qué pretexto. Obscena atribución del desperdicio, allí hiede de pronto la bondad , se pudre la pureza. Algo que se me olvida rivaliza por fin con lo más recordable. El mugriento espesor del virtuoso colinda en todo caso con la sumaria pulcritud del réprobo.

José Manuel Caballero Bonald


INSEGURIDAD CIUDADANA
LABERINTO DE FORTUNA IV

Qué pobreza la mía mientras voy vacilando entre monsergas, transacciones, horóscopos, textos abominables instalados en las sucias compuertas del crepúsculo, farragosos ediles que deploran mis actos con una edulcorada impudicia de mártires. Qué resistencia más atrabiliaria frente a tantos expurgos, hordas de candidatos y prosélitos, contumacias de códigos fluyendo como saldos de la víspera y tratando también de malograr con bebidas infectas lo mejor de la noche. No vengáis a buscarme: voy a salir ayer a ningún sitio.

José Manuel Caballero Bonald


SOMBRAS LE AVISARON
LABERINTO DE FORTUNA IV

Hay un emisario procedente de algún febril recodo de la adolescencia que no ha tenido tiempo todavía de ser debidamente incorregible. Se ha detenido mucho y con temeridad excesiva en los halagos intermedios: su demora equivale tal vez a un simulacro de convalecencia. Ninguna incertidumbre puede ya, sin embargo, suplir esa credulidad de haber estado enfermo y haber sobrevivido merced a un simple error circulatorio de la sangre. ¿Quién espera de pronto entre la sombra y quién también espera al otro lado de la sombra? Un espacio vacío se interpone entre tantas inermes tentativas de agotar los consultorios del peligro. La muerte ocupa siempre el sitio reservado al mensajero que no pudo llegar a su destino.

José Manuel Caballero Bonald


INCOMPETENCIA DEL PASADO
LABERINTO DE FORTUNA IV

…………..(…ovieron la corneja diestra….)


¿Sabe que miente el que recuerda? Nadie ocupa dos veces un idéntico tramo de su vida, pero mientras lo dudo vuelvo a aquel extraviado hotel de Sibiu más irreal incluso que el transcurso del tiempo. Al filo de la plaza, donde tantos escombros de cultura se amontonan en los soportales de palacio de Brukenthal, descienden en turba las cornejas, escapan por el sueño al paso de las huestes. Tras los vidrios incautos, miro cómo compiten los agüeros: sangra la historia desde el páramo belicoso de Burgos y en la nieve de Sibiu se propala como una discordante escaramuza de melancolía. Mañana será hoy mismo: únicamente mi recuerdo se habrá modificado. Las cornejas devoran en los tilos una última carroña de silencio y hay dos cuerpos buscándose que tropiezan de lejos con el mío. Como la uña de la carne, la memoria se arranca de un pasado que ya empieza también a ser mentira.

José Manuel Caballero Bonald


DE LA CREENCIA INFANTIL EN LA LLUVIA
LABERINTO DE FORTUNA IV


La lluvia desfigura el rostro de la tarde, devuelve a las alfombras su olor lanar a alberca y a curtiente, deslustra con ceniza el voluble cristal de esa mirada que ya estaba empañándose en el sueño. Los jueves sobre todo la lluvia entra en la casa con su vaho amarillo de lebrel y lame y descoyunta la estatuaria pugnaz de las visitas. ¿Era cuestión de fe tanta libresca complicidad con lo accesorio? Gimen los artesones, crepita la humedad detrás de los espejos, se cuartean las manos y los mármoles. La lluvia también cae de pronto en otro sueño con una sensitiva credulidad de cómplice. Escrito está en el agua de algún libro: no es posible que nadie tenga fe en lo que es cierto.

Lluvia: Que grato encontrarme con este gran poeta, novelista y ensayista Español, me llevo a revisar los libros que guardaba mi padre y encontré estos 2 que por supuesto de vez en cuando los vuelvo a leer.

Las adivinaciones (1952) · Memorias de poco tiempo (1954)

Por ahí dentro de una librería de venta de libros encontré: 1969.- Vivir para contarlo

Disfrutare con tiempo todos los poemas y escritos publicados

Gracias..

Pues que alegría encontrarte aquí y además teniendo obras suyas. Aquí encontrarás verdaderas joyas, te lo aseguro.
Lo dicho, gracias y buen día, Ángel.

José Manuel Caballero Bonald




OBITUARIO
LABERINTO DE FORTUNA IV

Llegan noticias comúnmente veraces de hace un siglo. O de hace en puridad doscientos veintisiete años. Una vez más ha muerto irreprochablemente el prócer, el perínclito, el precursor, el protomártir. Coronas y sudarios y epicedios fluyen alrededor de la necrología con efusión de teas. El cómputo del polvo devuelve así lo extinto como el mar sus basuras. Se cumple el ritual con puntual demora: un vetusto ataúd es exhumado y las cenizas caen sobre atónitas testas de neófitos.

José Manuel Caballero Bonald


VERSIÓN LIBRE DEL ARAMEO
LABERINTO DE FORTUNA IV

Cándidos son los ojos que buscan en los códices a la presunta reconstrucción de la verdad. Aquel a quien un ciego enseñó a no leer, ése será el vidente. Sólo el que ignora vaticina, pues ¿acaso no suple lo profético esa ausencia de azar de lo inmutable? Tal el sumo Alarife de Babel urdió la eternidad con deleznable omnipotencia y vio después su muerte reflejada en el oscuro azogue del recuerdo. Una verdad segrega siempre otros muchos vislumbres de verdades.

José Manuel Caballero Bonald



OTROS PRIMORES DE LO VULGAR
LABERINTO DE FORTUNA IV

El círculo denota un terco afán de prioridad sobre otras órbitas contiguas, a menudo propensas al desorden. Mas el riesgo de la pasión ha sido conjurado merced a temperancias, sinapismos, escrúpulos que criban de continuo esa quimera llamada comúnmente realidad. Todos los días constan por fortuna de porciones simétricas, son subsidiarios y recíprocos, se ensamblan pulcramente en cajones, memorias, cartapacios, despensas. Ninguna dispersión puede ya corregir esa futilidad en que incurre la lógica. Jamás contaminado, un rigor giratorio regula dócilmente su equidistancia con el centro. Así se cierra el círculo protocolario del conspicuo, la timorata geometría de quien cerca su vida de obediencias.

José Manuel Caballero Bonald


TEMA DE DURERO
LABERINTO DE FORTUNA IV

La imprecación del hierro irrumpe, se amotina en un paisaje de agrietadas cárcavas y un relumbre de filos belicosos atenúa el malsano sopor de la moheda. No el signo de la muerte al caballero escolta ni el diablo niega su ayuda a nadie que en la codicia de su fe milite, venda su alma a cambio de un galardón efímero. Sólo un deseo amorfo se estaciona, converge entre el lujoso ornato de los yelmos y el esplendor de las gualdrapas, mientras va señalando la locura su único rumbo a la clarividencia.

José Manuel Caballero Bonald




FUEGO PROVOCADO
LABERINTO DE FORTUNA IV

……………..(Agni: el dios uno,
el múltiple incendiado.

………..ATHARVA-VEDA)



¿Se incendiará la casa mientras estoy dormido? ¿Irán cayendo sobre mi cabeza las remotas cenizas de esa hoguera que se quedó prendida en un ramal del sueño? Tal vez despierte entonces el testigo que me vio amontonando entre las sábanas las últimas pavesas: el ileso es también el inmolado. Tras el confín del fuego, con qué misericordia se restauran los arrasados lienzos de la noche. Fluyen memorias calcinadas y algo como un vapor de cuerpos apagándose después de haberse amado. Pero el indemne apela una vez más a su rango de víctima. Se oye un brusco silencio de maderas que acaban de quemarse, mientras trabajan las arañas en el envejecimiento ritual de las habitaciones. El miedo es ya esa atávica deportación a una caverna incandescente, ese asilo recóndito que acaso reproduzca la combustible cerrazón del útero. Quienes sueñan también se purifican con un múltiple fuego anterior a la tribu: serán sin duda como dioses.

José Manuel Caballero Bonald



VACACIÓN INTERRUPTA
LABERINTO DE FORTUNA IV

Una joven suicida está quejándose junto a los toldos de color salmón de la terraza veraniega. No ha cambiado apenas de postura desde el último orgasmo: vigila con horror minucioso una ventana abierta en el piso noveno. ¿Quién se ha asomado allí tan a deshora y con qué suerte de retrospectiva deformación de lo palmario? Una mueca espantosa reproduce el acto de vivir y es como si alguien más cayera desde lo alto como cae un vestido sin su cuerpo. No necesita expresamente nada: sólo quizá una mano que le ayude a volver al mismo sitio. Muerta de amor y de temor no viva, tiene la boca abierta como un sexo.

José Manuel Caballero Bonald



SELECCIÓN
LABERINTO DE FORTUNA IV


Con lo poco que ya me va quedando de aquel fervor, de aquella benemérita jactancia en cotejar lo que vivía, hago ahora un fogoso, un contumaz, un subprecario racimo de papeles. Son por fortuna exiguos y ni siquiera invocan su condición de subalternos. Remiten casi siempre a una imposible equivalencia con mi tenacidad en desmentirme. Pero ya son en parte irreparables: los voy distribuyendo según su decorosa graduación de artimañas, aparto los más dóciles, ato con suma delicadeza una arrogante cinta alrededor. Los devuelvo por fin a la basura.

Excepcional Caballero Bonald. Y excepcional trabajo el tuyo.

José Manuel Caballero Bonald



NARCISO DE AGUAS TURBIAS
LABERINTO DE FORTUNA V

La oscuridad incuba siempre un gusto prenatal a sangre. Sumidero voraz de la memoria, ¿Quién lo evita sin riesgo de no saber después reconocerse? El cuerpo se abre paso por un túnel concéntrico anterior a la vulva, tantea los tabiques placentarios del sueño. ¿Era por fin aquella la angostura, era aquél el retorno, prevención y deseo juntamente anudados a un sombrío registro del placer? Nadie se ama más así mismo que el que penetra en otro amparado en lo oscuro.

José Manuel Caballero Bonald



CRECIMIENTO CERO
LABERINTO DE FORTUNA V

Cuando por rutas, cuando por rincones donde nunca estuvimos, tú apareces de pronto y con paso anhelante desembocas al borde de mi cuerpo, ¿es a mí por ventura al que asedias sin excesivo encono o es a aquel que debía esperarte mañana en otro sitio? Con qué medrosa desnudez le confiesas a nadie tu condición de intrusa. Pero la realidad absorbe de ordinario ese otro excederte de los sueños que la imaginación hace verídicos. Tal la perseverancia de un recuerdo fluyendo ambiguamente por los desapacibles drenajes de los años. Vuelvo al lugar en que aprendí a olvidarme dónde estaba.

"Cuando por rutas, cuando por rincones donde nunca estuvimos, tú apareces de pronto y con paso anhelante desembocas al borde de mi cuerpo, ¿es a mí por ventura al que asedias sin excesivo encono o es a aquel que debía esperarte mañana en otro sitio? Con qué medrosa desnudez le confiesas a nadie tu condición de intrusa. Pero la realidad absorbe de ordinario ese otro excederte de los sueños que la imaginación hace verídicos. Tal la perseverancia de un recuerdo fluyendo ambiguamente por los desapacibles drenajes de los años. Vuelvo al lugar en que aprendí a olvidarme dónde estaba."

Como me alegro que estés nuevamente por aquí... ¡EXCEPCIONAL POEMA!

Besos.

Gracias mil y sí, vuelvo y además disfruto a tope.
Besos y seguimos.

José Manuel Caballero Bonald



ESPACIO CERRADO
LABERINTO DE FORTUNA V

La indolente codicia de una mano propensa a los lenguajes clandestinos, sólo un carnal susurro sorteando los pliegues de los sordos tapetes invernales, retrotrae mi alma a una propiciatoria adolescencia dirimida entre fábulas y sangre en el pulmón. Qué pureza de roces, mientras los paliativos del incesto propalaban la crédula hegemonía de lo tolerante. No a otra emoción recurro ahora, ya interceptado el curso del recuerdo, cuando hay una mano que aún conserva la táctil ansiedad de un inconmensurable amor a madre.

José Manuel Caballero Bonald


PLUSCUAMPERFECTO
LABERINTO DE FORTUNA V

No sé si fue ayer tarde o fue pasado mañana, no sé si es que a sabiendas me equivoco, si todo ha sucedido hace ya tiempo o va a ocurrir después de recordarlo. La historia muchas veces tiende a contravenir su propio curso para irnos confundiendo más aprisa. Pero aquel argumento de aquel día que ya pasó o que acaso siempre llegue a destiempo, vive conmigo como tú: me presupone del mismo modo que te presupongo, separa en dos mitades los erráticos tramos del pretérito.

José Manuel Caballero Bonald



EXAMEN DE INGENIOS
LABERINTO DE FORTUNA V

Un simposio de acólitos exonera sus cuitas intramuros del centro parroquial. La concurrencia ha sido caudalosa aunque no exorbitante. Repartiéronse insignias, portafolios, fármacos, cortaplumas. Los temarios remiten a otras arduas reservas de temarios: la intrepidez no agota la estulticia. Una generación ¿de qué lenguaje de qué año? exprime las esponjas de su innato furor corporativo. Canónicas pesquisas arrojan nueva luz sobre el verso anapéstico, mientras un coro de grafómanos propugna la otra apremiante estratagema de destrucción beata del lenguaje. Lo decadente ocupa ya el lugar de lo risible. No hay acuerdos finales, tampoco son unánimes los interludios de rigor. La asamblea decide no aventurar ningún pronunciamiento hasta un simposio póstumo.

José Manuel Caballero Bonald



ASTROLOGÍA JUDICIARIA
LABERINTO DE FORTUNA V


Durante aquella paulatina desertización donde se habían correlativamente enmohecido los engranajes de la historia, sólo algunos prohombres consiguieron sobrevivir en despoblado. Invictos frente a nadie, por ellos mismos impelidos hacia el confín de las inhabitables periferias castrenses, las bicéfalas dignidades y su preclara descendencia se dispersaron tras un equitativo reparto del botín. En realidad, ya habían abandonado toda esperanza de regreso al Supremo Consorcio de Rearmes. La historia en ningún caso se repite: se obceca nada más.

José Manuel Caballero Bonald



MANUELA CIPRIANI Y TÚ
LABERINTO DE FORTUNA V

Se vengarán de ti una noche, próxima ya al solsticio de verano, mientras propaga la marea su abrupto aprendizaje por el borde fluvial de la marisma. Se vengarán de tu perpleja enemistad con la memoria. Un viento imprecatorio y con regusto a fango de batracios, te abatirá contra los últimos arrecifes de Argónida. Nunca podrás salir del cerco legendario que emerge de esas aguas: zozobrarán contigo cuantos hayan contigo abominado de las divinidades de la ciénaga. Y entonces, allí mismo, te encontrarás intempestivamente con aquella criatura a quien un día emancipaste de su propia vida y cuya alma vaga aún sin descanso por las esplendorosas covachas de Sanlúcar.

José Manuel Caballero Bonald


BONA FIDE
O LOS VALORES RELATIVOS

LABERINTO DE FORTUNA V

Una verdad conculca a veces el pacto en que compite conmigo la razón. Con qué sevicia irrumpe en las inocuas salvaguardias de la felicidad, penetra hasta los aposentos más inmunizados esa hija de perra, esa furiosa y honorable víbora. ¿Me acusa de ser su rival sin saberlo? En la inercia concurre el turno vengador de la mentira: todo revierte a ese silencio que falsamente anida en la concordia. Se juntan las madejas que entretejen el ocio y entre las cuñas de las horas fluye la placidez como un chorrito cándido de esperma. Pero llaman de pronto. ¿Quién vulnera, invalida ese canon que rige la conducta veraz de la ficción? Llaman de pronto y nuevamente llaman. Lo presunto se abisma en lo fehaciente. Es la razón que baja a tientas hacia el espanto, como Proserpina.

José Manuel Caballero Bonald



UTOPÍA COMPARADA
LABERINTO DE FORTUNA V

La supuesta semejanza entre la Mezquita Mayor de la mailia y la Catedral de Sal de Zipaquirá, no es perceptible para una estricta mirada de cartulario. Pero el que pasó su anónima vida juntando los fragmentos de papiros salvados del incendio de la Biblioteca de Alejandría, ése si logrará establecer la concordancia entre los materiales egipcios de construcción oriundos de Timsah y las claves geológicas ocultas en el esplendor de las tierras de los chibchas. Abolida la historia, sólo el fomento de las equivalencias indemostrables nos convierte en restauradores de la mitología.

José Manuel Caballero Bonald


ROMANCE FRONTERIZO
LABERINTO DE FORTUNA V


¿Sientes gemir la mano en la baranda, sientes también la mano aunque no gima aferrada a los hierros ferroviarios, tanteando las puertas más inhóspitas, adrede empavonadas de hollín y cardenillo? ¿No ves de súbito la sombra surcando los andenes, la estás viendo reptar bajo la marquesina donde un anónimo viajero se despide de nadie, donde tú mismo esperas la llegada de un tren que ya se ha ido?

José Manuel Caballero Bonald


QWERTY O FE LAS BELLAS LETRAS
LABERINTO DE FORTUNA V

Llegan sílabas solas, sin ninguna argamasa que las una. Y letras también llegan vacilando entre una enfurecida desavenencia de diagnósticos. O de argucias más bien que van incorporándose
al desorden hasta llegar a convertirse nuevamente en argucias. Es como un único fetiche disperso en muchos otros, una máquina abecedario de la imaginación que sólo desemboca en lo espontaneo. Nunca ninguna idea pudo prevalecer frente a tan vengativa contradicción de la semántica: la palabra inicial diseña la poesía; la siguiente, la borra.

José Manuel Caballero Bonald



ITEM MÁS
LABERINTO DE FORTUNA V

Si alguna noche llegas, retrocedes, te vas aproximando a la zona prohibida, no te amilanes de ninguna forma. Entra sin miedo (aunque con miedo lo hagas) en esa punitiva bifurcación del laberinto cuyo riesgo mayor consiste en desear que prevalezca. Quédate donde estabas hace sólo un momento, es decir, en la duda. Tal vez aprendas de repente a no creer en nada parecido a esa virtud mugrienta que arrastra a los gregarios. También podrás atestiguar sin proponértelo que ninguna verdad es la misma dos veces.