POESÍA SOCIAL XIII (en la primera página de poesía social I hay un índice de autores) (Pascual López Sánchez y Lluvia)

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

53.- ESTRIBILLO DE AMOR PARA DOMINGOS. CONT.

Y huye el tren por el llano, por caminos
de sol, de cielo, de cigarras
y se respira miel y mar y tierra
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - en la mañana sosegada.
La primavera pasa hoy, está pasando,
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - pasa...
y no hay voz solitaria en este día
porque todas las voces son hermanas
en barcos, galerías, y aposentos
y en todas partes el amor nos ata.
Hoy hay nuevas razones en los libros
y en los espejos ríen nuevas caras
y hay paz en cada pecho que respira
y en las hojas pisadas, esperanzas...!

¿Sientes la primavera?
- - - - - - - - - - - - - - pasa el agua.,
el agua musical, el agua rumorosa, pasa
y pasando va contenta, limpia , cándida,
sobre las piedras frías pasa
- - - - - - - - - - - - - - - - - - y pasando va
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - el agua
de la fuente.
- - - - - - - - De la fuente no, ¡del cielo!
¿Del cielo del domingo? No,
- - - - - - - - - - - - - - - - - - el agua
pasa como una música de armónica.
y es la primavera el agua
que pasa por el día
y hay en el día besos
y automóviles,
y trompas y caballos,
novias,
novios,
no, no, no,
del día no:
el agua-primavera pasa
y no es del cielo,
ni del domingo,
- - - - - - - - - - ni de la
- - - - - - - - - - - - - - - dulce tierra...

¿Del amor?
¡Sí!
¿Del amor...?
Del río del amor,
- - - de la alegría del amor,
- - - - - - - - - - - - - - de tu amor,
- - - - - - - - - - - - - - - - de tu amor,
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - de tu amor...!

"ESTRIBILLO DE AMOR PARA DOMINGOS"

¡Sublime! Me parece que rebosa belleza este poema que acabo de leer.

Gracias, Pascual.

Efectivamente, querida amiga. Desgraciadamente René es un poeta fallecido tempranamente. Su obra, sin embargo, es de un magisterio total y una belleza sublime. Eso es lo que hace que me esté entreteniendo en él. Esta mañana creo que podré volver a exponer algún poema suyo.

Besos.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

54.- EURIDICE INVENCIBLE

Digo amor
y es el tiempo de los pasos cantando,
y la increíble alondra que cuidó nuestro invierno.


Digo amor
y de pronto principio a conocerte
inmóvil junto al muro
con tu voz resignada...

Digo amor
y camino buscándote el aliento
con la misma mirada con que escribí tu nombre
al sur de aquella tarde
que , tibio, el mar lamía,
para que tú me dieras tu beso repetido.

Digo amor,
y regresas hacia los pastizales
aromados de lluvias y cercanas violetas:
tu cabeza de niña busca el dormido pecho
donde los días sueñan con tu risa y tu frente.

Digo amor
y hago un alto bajo el cielo que rueda
hacia ti suavemente, como rueda este canto
con que yo te recuerdo imperdonablemente...

Diré amor,
y esta isla tendrá tu nombre:
¡Eurídice...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

55.- MEDITACIÓN EN LA GUERRA

I

Todos lo sabían.
Lo sabía el leñador desdesu alba sudorosa.
Lo sabía el albañil,
y el hacedor de libros,
y el pescador …

También lo sabía el viento
cuando traía el agrio olor de los cadáveres,
y la novia que se quedaba sola,
y la Madre con los labios partidos
por el llanto...

Lo sabían también...
Lo sabían todos
sin preguntarse el día,
el sitio de las llamas,
el hogar del polvo y agria brisa.
Hasta los hombres timoratos lo sabían
sin querer repetírselo
hundiéndose en la cama por las noches
para no escuchar el estallido...

Todos lo sabían...
Por miedo, lo sabían.
Por odio, lo sabían.
por el luto
y la costumbre
lo sabían...

Todos estaban ciertos...
Vendría un turbio día de paredes calientes;
un día amarillento,
subterráneo,
anegado en aguas extrañas,
y cabezas de musgo endurecido...
Sería un día de largas uñas
y de fuerte madera bajo el brazo.
La misma forma del plomo
la tomaría la luz en las esquinas,
se alejarían las dulces cabelleras queridas
en una niebla de terror...
Nombres que eran para el amor
parecerían palabras enemigas:
y todo caería de repente
en el pozo del miedo,
en un sórdido túnel
con animales que huyen de la muerte...!

Todos estaban ciertos.
Vendría el momento de los dedos retorcidos
como raíces en la tierra.
Vendría el momento de las bocas rotas
contra el cemento y los cristales.
Vendría el momento del corazón crujiendo,
apretándose como un puño,
o una piedra...
vendría para todos...
Vendría.

Primero fue la voz
y la pisada...
después, la boca del fusil
y el golpe.
Luego vino la llama,
y fue la risa y la mano
en las cenizas,
el duro cráneo bajo el metal y el ruido
y los quemados pájaros
y la soledad...

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

55.- MEDITACIÓN EN LA GUERRA

II

Nuestros pies
en el polvo...

Nuestro amor en el polvo.

Nuestro llanto en el polvo.

Nuestro polvo
en el polvo...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

56.- ODA A CÉSAR BATISTA

Bajo los muelles,
en las pesadas aguas,
amargas y aceitosas:
sobre los hierros oxidados,
detrás de los vagones
y de los almacenes.

Por las calles soleadas,
en las casas oscuras,
en las tipografías,
en las espesas tintas,
en los potes vacíos,
en los libros manchados,
en los sombríos aposentos,
en todo cuanto fue tu amor y tu morada,
en todo lo que te dio dolor
y fuerza suficiente,
y sufrimiento,
estás tú,
está tu voz en esta hora
de rosas muertas
y de peces de plomo a la deriva.
Yo te siento, siento tu voz,
te siento caminar con tu camisa gris
bajo la tarde.

En lo profundo,
en lo más triste de tu barrio
de piedras y de obreros,
César Batista
estás de vuelta
un poco más allá del luto,
más allá del llanto espeso de tu Madre,
más allá de la pena
y la fiebre mortal de tus hermana...
César Batista
con los cabellos mojados en la playa.
César Batista
sobre una almohada dura,
César Batista
junto a una lámpara quemándose,
César Batista
en las imprentas,
en los Gremios, en las Federaciones,
César Batista
en el pueblo, en la inquietud, en la protesta,
y César Batista con una bandera amplia y pesada
por las calles y las plazas
llamando, uniendo, avanzando
bajo los gritos y las lágrimas...


CONT.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

56.- ODA A CÉSAR BATISTA

CONT.

Yo te veo otra vez
y pregunto por ti
y me contestan los muchachos de tu barrio
con los puños cerrados,
y las muchachas de tu barrio
con los libros abiertos,
y los hombres y mujeres de tu barrio
masticando palabras de amargura...
Yo pregunto por ti y te veo de regreso
más allá de tu muerte
y de tu grito,
más allá de las maderas de tu casa,
más allá de la fatalidad de tus verdugos,
más allá, más allá...!

César Batista,
hay un dolor aún
y una lámpara quemando a tus amigos,
aún hay banderas pesadas y rebeldes,
y brazos sudorosos,
y frentes amarillas,
y en tu barrio
el polvo, el sol,
y el hambre y la amargura,
y fuerza suficiente
para seguir sobre tus huellas
detrás de los depósitos, de las locomotoras,
de los hospitales
y los rieles …

Yo pregunto por ti, César Batista
y te veo de pie con tu bandera...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

57.- ODA SOBRE LA TUMBA DE MI AMIGO JESÚS

(A intención mía, de Jorge y de Miguel Enrique)


Tú, de limpia voz inmarcesible,
vegetal, vivo, erecto, persistente...
caja espaciosa eras, de flores y violines;
andando hacia la noche reías como un niño...
Yo digo, Luís Eduardo, que tú ya no podías
seguir pisando hojas en parques matinales,
habías dicho tanto el peso de tu sangre,
tanto te habías golpeado el pecho y las pupilas,
que solo bajo el tiempo de la muerte buscada
podía tu bandera flotar como era justo.
Era que el tiempo ese del mimbre entre los labios
huyendo de la sangre por caminos sin fecha,
había terminado años atrás, entonces
yo no te hubiera visto como te veo ahora...

Bien poco es recordarte bajo la luz alegre
que envuelve la mañana fluvial de tu comarca,
aquí están tus pisadas sobre la yerba seca,
tu primera sonrisa retratada en el agua
y están todas las cosas que no pueden llevarse
los vientos ni la lluvia venidos de repente...

Puedo decir ahora que Luís Ibarra iba
hacia la luz, cazando mariposas de nácar,
que su pecho de liquen perfumado guardaba
ruiseñores y peces de metal espontáneo;
pero aquí están presentes los árboles más altos,
los que hicieron más limpia
tu voz viva y golpeada;
aquí está el aire claro que rodeaba la tarde
cuanto tú no sabías que el tiempo te esperaba.
Bien poco es recordarte. Los patios, los pasillos,
los libros, los ramajes, todo está como entonces,
como en aquellos días de las locomotoras
golpeándonos las sienes cansadas de esperanza;
ahora, cuando yo digo: "Luís ha puesto los ojos
a la altura precisa en que estuvo su alma..."
"Luís me dijo una noche que era inminente el luto..."
lo digo, pero pienso que faltan tus palabras.

Pero es que no podías seguir pisando hojas
indiferentemente, por los parques del mundo,
tú te habías acercado a los enfermos ojos,
habías puesto el oído sobre la gris arena
y fuiste alimentando tu propia cacería
con lluvias y lamentos oídos por la noche...
Ya no era posible detenerte los pasos.
Ningún río, ningún muerto, ninguna amiga alegre,
ningún país lejano, ningún silencio, ¡ nadie!
Nadie podía ponerte lejos de las cigarras
que hoy arrullan la tumba donde yaces despierto...
Yo digo, Luís Eduardo, que tu fusil tenía
la misma voz alegre con que entraste en el mundo...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

58.- JUSTIFICACIÓN DE LA ODA

Hay que cantar
precisamente bajo la noche,
ni obligatoriamente bajo el día...
Basta la calle cotidiana,
hojear el diario
o caminar los barrios llenos
de niños y estornudos,
o quizás baste también
con mirar a los ojos
a una muchacha costurera.

Ya lo he dicho más de una ve:
Ninguna voz es pura
ni a espaldas de estas cosas se levanta.
Y así comienza esta sencilla Oda
visitante de las casas pobres,
amiga de ají,
de las paredes de papel,
de la anemia,
de los niños con fiebre,
del carbón.
y de los partos dolorosos...
Alguien dirá
que estoy mintiendo en esta hora.
A este yo le mostraría
mi casa,
mis papeles
y mis propias espaladas...
Podría llevarle de la mano
hasta el fondo de mi escritorio,
a hurgar en mis apuntes,
en mis cartas,
en mis fotografías...
Y luego le dejaría ver la sombra de los golpes,
los viejos y los nuevos,
los de siempre, los golpes inacabables!
Entonces no diría más
que estoy mintiendo
en esta ni en ninguna hora de la tierra;
en ninguna hora de este pueblo
de lavanderas y albañiles;
en ninguna hora de esta tierra
de escolares en ayuna
y de muchachas pesadamente grávidas,
en ninguna hora de sudor y sacrificio,
de persecución y maldad,
en ninguna hora sombría...

Entonces, también repetiría
que esta Oda pequeña y resistente
es amiga del maíz y de la arena,
de la tuberculosis  y el cansancio,
del taller y de la cárcel.
También diría que es verdad
que yo canto a cualquier hora,
bajo la noche o bajo el día,
pero que canto
y vivo
igual que en esta Oda...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

59.- ODA A MIRAMAR

Por tus casas
amarillas,
por tus casas
verdes,
por las piedras
enterradas
en tus calles,
por el polvo
de tus calles,
por tus solares
de perdida yerba
y alta yerba,
por la noche
que te viene del mar
y por los aires delgados
que humedecen tus techos,
yo canto
en tu llanto
y en tu risa primordial.

Me satisface el sitio que hoy ocupo
junto a tus lámparas
de gas,
bajo la lluvia
de arena gris
que cae
desde la playa
cuando el viento bate por el sur
sobre los potreros arrasados
y mustios.
Yo canto
y deshenebro el hilo
de mi canto
por ti,
por tus sombríos ventorrillos,
por tus paredes de papel
y por tus niños livianos y desnudos
mojados diariamente
en la pesada sal de las espumas.


Cont.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

59.- ODA A MIRAMAR

Cont.

Soy el amigo,
el Compañero
de tus jóvenes hijos,
con ellos,
en tu nombre,
bebo y canto
y juntos nos miramos
al empañado espejo de tu día:
fuertes y delgados, ellos,
como piezas de hierro,
me acompañan
y conmigo conversan
acerca de los talleres y de los campesinos,
del precio del arroz
y de la falta de la luz, del agua
y de los libros...
Yo vivo junto a ti
y busco el aire de tu nombre
para hablar en amigable corro
con mis alegres camaradas
hechos de hollín,,
de negro lápiz,
de áspera piedra de litoral,
para alzar la voz
junto a las marinas espadas de tu noche
golpeada por los peces
y los viejos ramajes arrastrados;

hemos hablado y trabajado juntos,
numerosos,
como las olas,
como las gotas de la lluvia en los tejados
y bajo tu cielo amplio y profundo
cantan todos junto a mí...

Cont.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

59.- ODA A MIRAMAR

Cont.

Y las muchachas,
ciertamente tranquilas,
cumplidoras
como palomas mensajeras
nos han oído hablar largamente
acerca de la represión enemiga,
acerca del hambre y de l Paz,
de la Organización
y del Trabajo
y han juntado sus brazos
a los nuestros
y su risa a la nuestra
y su dolor al nuestro
y su liento
y su temor...
Todas ellas,
como de dulce bronce
o vidrio puro,
y compañeras
como las golondrinas en la tarde...
Todos
militan y cantan
como yo:
quieren cantar  junto a mí,
por tu tardes atrapadas frente al mar,
por la sal que se cierne
desde las olas sobre ti,
por tus muchachos nadadores,
por tus lámparas golpeadas por la brisa del sur,
por el sol que te enfoca
desde las aguas verdes...
Todos quieren cantar
y cantan junto a mí
en esta Oda
que yo dejo caer
como una lágrima
en tus calles...!

MEDITACIÓN EN LA GUERRA

I

Todos lo sabían.
Lo sabía el leñador desdesu alba sudorosa.
Lo sabía el albañil,
y el hacedor de libros,
y el pescador …

También lo sabía el viento
cuando traía el agrio olor de los cadáveres,
y la novia que se quedaba sola,
y la Madre con los labios partidos
por el llanto...

Lo sabían también...
Lo sabían todos
sin preguntarse el día,
el sitio de las llamas,
el hogar del polvo y agria brisa.
Hasta los hombres timoratos lo sabían
sin querer repetírselo
hundiéndose en la cama por las noches
para no escuchar el estallido...

Todos lo sabían...
Por miedo, lo sabían.
Por odio, lo sabían.
por el luto
y la costumbre
lo sabían...

Todos estaban ciertos...
Vendría un turbio día de paredes calientes;
un día amarillento,
subterráneo,
anegado en aguas extrañas,
y cabezas de musgo endurecido...
Sería un día de largas uñas
y de fuerte madera bajo el brazo.
La misma forma del plomo
la tomaría la luz en las esquinas,
se alejarían las dulces cabelleras queridas
en una niebla de terror...
Nombres que eran para el amor
parecerían palabras enemigas:
y todo caería de repente
en el pozo del miedo,
en un sórdido túnel
con animales que huyen de la muerte...!

Todos estaban ciertos.
Vendría el momento de los dedos retorcidos
como raíces en la tierra.
Vendría el momento de las bocas rotas
contra el cemento y los cristales.
Vendría el momento del corazón crujiendo,
apretándose como un puño,
o una piedra...
vendría para todos...
Vendría.

Primero fue la voz
y la pisada...
después, la boca del fusil
y el golpe.
Luego vino la llama,
y fue la risa y la mano
en las cenizas,
el duro cráneo bajo el metal y el ruido
y los quemados pájaros
y la soledad...


¡Estremecedor!
Aunque voy con bastante retraso, a esta hora y con la única compañía del silencio, es un gusto entrar
y escuchar desde lo más profundo.
Gracias, porque es grande René y no lo hubiese leído jamás si tú no lo traes aquí.
Sigo pues.

He decidido traer sus poesías completas... merece la pena. También lo merecen los  cuentos. Pero yo no puedo. Si te atreves, me lo dices.

Besos.


(Ahora mismo estoy agotado. )

Atrever me atrevo, pero solo porque sé que me lo pones muy sencillo, jeje.
Merece la pena intentarlo, es muy bueno en poesía, así será en los cuentos, no me cabe duda.
Gracias siempre y a descansar.
Besos.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

60.- PALABRAS A UNA MUCHACHA HALLADA EN UNA REVISTA. 

No sé quien eres,
pero mi corazón te piensa cerca del mar.
de un mar lejano y dulce,
de un mar cantando azul junto a dorados arrecifes,
cerca de un mar sin barcos y sin voces,
solo mar...

Mi corazón te piensa bajo la tarde suave
con la mano tendida hacia las verdes uvas,
hacia las caracolas, hacia el viento,
hacia los altos pinos de tu pueblo,
hacia los aromados campos de patatas,
hacia el humo y los caballos
y hacia la voz de los rubios hermanos campesinos...

No sé quie eres,
pero mi corazón te piensa;
mi corazón te ve bajo los claros árboles despiertos,
huyendo hacia la música, Diana de dulces senos,
danzando sin amor junto a las rosas,
guardando mariposas en el pecho
y piando las frutas ue aprendieron
a oler a tus axilas
y a tu pelo…

No sé quién eres,
pero te miro y siento
que alguien canta en tu sangre,
detrás de ti, dentro de ti, en tu sangre,
lejanamente adentro;
alguien con voz de piano, con voz guerrera y dulce,
con honda voz de piano triste y lento...
Si te miro, yo siento
que alguien con voz de águila canta detrás de ti
y siento
la pisada remota de alguien sobre la nieve,
la pisada de alguien que sabe pisar uvas,
de alguien que no le teme
a los lobos, ni al hambre
y dentro de ti camina con sus botas de fieltro.
Y yo te miro y siento
lejanas voces
y estampidos de valiente fusiles
y oigo cantar a los cansados campesinos
que en la nieve murieron llenos de plomo y fe...

Cont.

¡Qué y cuánta buena poesía! Voy página por página y aún no encontré un solo poema que pase desapercibido.
Sigo y te sigo, dándote las gracias siempre.

Es así, querida amiga.... tal como lo dices.

Voy a intentar continuar y terminar, al menos este poema. Pero es extenso y resulta que en verano tengo menos tiempo que en invierno...

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

60.- PALABRAS A UNA MUCHACHA HALLADA EN UNA REVISTA. CONT.

Miro tus ojos y veo rubios niños que huyen ycaen
y animales que huyen y mujeres que huyen
y ciudades mansas que caen
y aldeas que caen bajo el incendio:
yo siento si te miro también
la última voz de los solados de tu pueblo
que murieron mordiéndose las manos
en la oscura trinchera donde nunca supieron
que era posible conocerte.
Pero te miro.
¿Digo que te miro?
No, te siento...
te llamarás... No importa,
todo es igual y yo te siento,
o hablando sin palabras bajo el bosque
o llorando tal vez, con la frente caída
sobre un mapa de Europa...!

Lo cierto es que tú existes
(No sé bajo que cielo)
y a través de tu mirada grande
yo he conocido una ciudad distinta
donde transitan muchachas de ojos claros
bajo torres heroicas que sobreviven a los hombres;
unas muchachas como tú
vestidas de ese azul que se quiere morir
y poco a poco se muere suavemente sobre mi corazón
y como tú calladas...
y como tú con unos senos
inquietos y rosados,
que quieren irse al mar,
al mar, al mar azul,
al mar suave y sin voces,
solo mar...
A ese mar al que tú llegas bajo la tarde dulce,
al mar, al mar lejano
que canta en tu cabeza por la noche
mientras duermes bajo campanas yaños diferente...

No sé cómo te llamas...
En cambio existes...
y te siento,
te siento
y casi podría decirte
que te amo...!

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

61.- CARMEN SUGERIDA FRENTE AL MAR

Como el mar bajo la tarde,
como la verde alegría del mar
en olas repetidas,
batientes,
volcadas en ligera espuma
- - - - - - - - sobre los arrecifes,
- - - - - - - - sobre las algas aferradas...!
Era el viento de menta
- - - - - - - - regresado del sur
hacia tus pálidos cabellos,
hacia tu pecho limpio y deseoso...
Como la suave alegría del cielo,
del verde cielo levantado...

Y tus manos, livianas como las últimas violetas...
era la lejanía a tus espaldas,
más allá de la palabra presentida,
más allá del silencio,
- - - - - - - - más allá de las uvas
- - - - - - - - y de los incesantes pájaros en fuga...
Era la lejanía de las campanas y de los trenes,
la lejanía de las calles perdidas de repente.
Era el humo en los cerros
- - - - - - - - y la luz entregada
- - - - - - - - en tus ojos.
Eras , apenas bajo el cielo
- - - - - - - - - - - - - - - - - lejanamente verde,
- - - - - - - - bajo las golondrinas...
Nada hubiera cabido
- - - - - - - - salvo la plenitud del mar
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - y de tus ojos...!
Yo recuerdo aquel instante de tus ojos...
- - - - - - - - la tarde
- - - - - - - - sobre las margaritas cercanas...
Hojas secas bajo los pies,
- - - - - - - - desprendiéndose
- - - - - - - - lentas y perdidas
y  el mar, el verde mar alegre,
- - - - - - - - a lo lejos rompiéndose
como guitarra en las manos
de marineros perdidos en el sur...
Y tus ojos, límpidos, detenidos definitivamente
- - - - - - - - - - -  bajo el cielo...!





(No suelo hacer comentario de los poemas  que expongo. Yo solo deseo difundir poesía. Pero en este caso no me puedo sustraer a la expresión: ¡SUBLIME !  Un poema de amor difícilmente igualable..

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

62.- DESDE ENTONCES...

Desde que tu amor, como una lámpara,
ilumina mis pasos por la tierra,
y tu voz me acompaña y tu ternura,
me contiene, me acoge, me rodea,
el mundo es como un día luminoso
y yo soy un muchacho que regresa...

Desde que tu mirada, temeroso
me alumbra los caminos de la tierra,
y tu mano me entibia la esperanza
y tu beso defiende mi tristeza,
yo soy sólo el muchacho que sonríe
y el mundo es una calle que me espera...

Desde que estoy en ti, desde que tuve
tu amor acompañándome en la tierra,
y mi sed satisfecha en tu alegría
y ya mi voz rindiéndose a tu entrega,
el mundo del amor es una llama
y yo soy un muchacho que se quema...

Desde que tu palabra milagrosa
alumbró los senderos de la tierra
y tuve tu mirada y tu sonrisa
de muchacha llegada en primavera,
yo soy sólo un muchacho que te mira 
y el mundo un manantial que te refleja...

Por eso, desde entonces, para siempre,
bajo los claros días de la tierra,
bajo las horas dulces, bajo el tiempo,,
más allá de la sombra y la tristeza,
el mundo es una calle con tu nombre
y yo soy el muchacho que regresa...

Pues tienes toda la razón y leyendo, leyendo, creo que" SUBLIME" es el calificativo que mejor define su poesía.
De una belleza que engancha y encandila.
Gracias.

Cuando uno se encuentra un autor con la magia de René ( tanto en sus Cuentos como en sus Versos) lo cierto es que no desearía terminar. Pero versos no quedan muchos - algunos; pero voy terminando-. Cotejaré el otro listado que tenía de autores dominicanos. Y te diré si nos falta alguno. pronto tendremos que dar el salto a otro país..

...........

Desde que tu mirada, temeroso
me alumbra los caminos de la tierra,
y tu mano me entibia la esperanza
y tu beso defiende mi tristeza,
yo soy sólo el muchacho que sonríe
y el mundo es una calle que me espera...

.................

He tomado esta estrofa, pero, de principio a fin...S.C. (con tu permiso).
Muchas gracias y da pena que termine, es cierto, pero aquí está, aquí queda y desde aquí se seguirá disfrutando la poesía de René.
Muchas gracias por traerla, amigo mío.

Me uno a la celebración del descubrimiento ( al menos para mi) de este gran poeta, René del Risco.

Y muchas gracias a vosotros, Lluvia y Pascual, por la magnífica labor que realizáis en este blog.

Saludos,

A ti te damos las gracias, Rafael, por acompañarnos en esta travesía que comenzó Pascual y que a mi me ayudó a conocer muchos y buenos autores, por lo que también le estoy sumamente agradecida.
Como no suele venir nadie, se agradece doblemente tu paso por este lugar.
Hasta que venga él y lo haga personalmente pues lo hago yo, jeje.
Un abrazo.

Bueno, Rafael. Te dio las gracias Lluvia y como esto es una labor de dos ( más las fuentes que usamos, claro) considera que en su agradecimiento va también el mío. El que una persona como tú, nos lea y deje su comentario es suficiente recompensa para nuestro trabajo - cuya idea central es difundir poesía-.

Un fuerte abrazo.

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

63.- PALABRAS POR EURIDICE PERDIDA.

El caballo del mar huía por el sur
bajo la lluvia...
¿Quién cortó, con su mano de plomo,
la pálida madeja del invierno?
Todo ha cambiado , Eurídice,
ya los ahumados pastos
no mueren lentamente detrás de los portales
donde tu voz y la pisada de los bueyes
hoyaban a intervalos la mañana.

Eran los tiempos del beso y las avispas
bajos los húmedos almendros:
tú llorabas o reías, vencida y delirante
y te apegabas a mi pecho
con los ojos lejanos como una niña trágica.

Alguien cantaba en la distancia,
sobre los prados absortos,
y entonces yo comenzaba mis historias
de labradores, de perros, de muchachas,
mientras pesadamente giraban los molinos
pardos, roncos, innumerables...

Yo amé, te amaba en los lluviosos instantes
de aquel pueblo enterrado en el sur,
detenido, como un tren abandonado frente al viento;
me amabas y recuerdo tus palabras hirvientes,
tus manos estrujadas
y tus pequeños senos de muñeca
cuando de tarde en tarde
bajábamos a ver viajar los peces.... 

Te dormías sobre las rocas solitarias
bajo el chirrido de lejanas carretas,
bajo el cielo
y yo besaba tus cabellos de humo,
tus cabellos cercanos del mar
y de los árboles...


CONT:

REPÚBLICA DOMINICANA

RENÉ DEL RISCO BERMÚDEZ (1937 - 1972)

63.- PALABRAS POR EURIDICE PERDIDA. (CONT.)

Palabras de leñador yo te decía
cuando caía sobre ti,
sobre tus ágiles piernas
y la espuma jugaba entre tus dedos frágiles...

¡El mar, Eurídice!
Yo recuerdo las olas altas y brillantes
y tu voz apagándose
bajo las nubes, bajo las golondrinas...
Todo ha cambiado sin embargo
después de los faroles ardientes
en aquella noche junto al lecho;
era el cerrado tiempo de las lluvias y el maíz
y tú llorabas largamente
sobre mis pies
mientras yo trataba de explicarte
mi dolorosa certidumbre,
el cruel presentimiento
que aullaba como un perro
desde mi corazón oscuro y caluroso.

Era la tormenta silbante sobre la playa,
sobre los campos, sobre los cerros...
Después, Eurídice,
¡Quién sabe!

Recuerdo una paloma muriéndose
y unas palabras apuradas
escritas fatalmente
desde el lejano sufrimiento...!

Ya no importa el mar,
ni los caminos,
ni la tarde.
Sólo el sur
remoto como el beso
y tú, como una lámpara enterrada
bajo mis pies, bajo mi sombra,
bajo la lluvia,
bajo el tiempo...!