CUBA
FELIPE POEY ( 1799 - 1891)
Poey y Aloy, Felipe. La Habana (Cuba), 26.V.1799 – 28.I.1891. Naturalista y pedagogo.
De padre francés y madre cubana, vivió parte de su niñez en Francia, donde su progenitor tenía negocios.
Allí, mientras realizaba estudios primarios, contrajo la poliomielitis, que le dejó como secuela la parálisis parcial de la parte derecha de su cuerpo. Continuó su educación en el Real Seminario de San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, donde fue uno de los discípulos predilectos del presbítero Justo Vélez, una de las principales figuras de la institución. Estudió Derecho en La Habana y luego en Madrid, donde recibió el título de abogado en 1821. Nunca practicó la jurisprudencia, pues desde niño se sintió atraído por el estudio de los animales, en especial los de vivos colores, como las mariposas y los peces. En 1826 viajó de nuevo a Francia, acompañado de su esposa y de su primer hijo, llevando consigo un tonel de peces de Cuba, conservados en aguardiente, colección que entregó a Georges Cuvier y Achille Valenciennes, quienes escribían por entonces la monumental Histoire Naturelle des Poissons. En esta obra figuran referencias a algunos de los ejemplares entregados por Poey. Durante su último año en Francia, 1832, Poey participó en la fundación de la Sociedad Entomológica de Francia y publicó dos décadas (veinte especies) de su Centurie des Lepidopteres, obra bellamente ilustrada con láminas a color, que permaneció inconclusa.
De regreso a La Habana, enseñó en varios colegios y publicó el primer libro de texto de geografía de Cuba (1836), que tuvo dieciocho ediciones posteriores.
Desde 1838, por encomienda de la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana, organizó un museo de historia natural, que luego pasó a la Universidad. Profesor de Zoología y Anatomía Comparada de la Universidad de La Habana desde su secularización en 1842, Poey llegó a ser decano de su Facultad de Ciencias. Alcanzó fama por sus interesantes conferencias y por su constante interacción con sus alumnos.
Como naturalista, Poey centró su atención en el estudio de los peces de Cuba. Llevó a cabo una cuidadosa revisión e identificación de las especies incluidas por Antonio Parra en su Descripción de Diferentes Piezas de Historia Natural (1787), publicó un conjunto de artículos en revistas de España, Cuba y los Estados Unidos, así como un extenso catálogo (1868) y una enumeración (1875) de los peces cubanos. La culminación de su labor en este campo fue su Ictiología Cubana o Historia Natural de los Peces de Cuba, terminada en lo esencial en 1878, cuyo manuscrito obtuvo Medalla de Oro en la Exposición Internacional Colonial de Ámsterdam, en 1883. A pesar de los esfuerzos realizados durante más de un siglo (que dieron lugar a la aparición de algunas partes de esta extensa monografía), la obra completa no pudo publicarse hasta el año 2000. En ella Poey describió e ilustró setecientas cincuenta y ocho especies de peces, muchas de ellas nuevas para la ciencia.
Felipe Poey estuvo relacionado con algunos de los debates teóricos en el ámbito de la biología que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XIX. Es posible que asistiera a la famosa discusión sobre los tipos morfológicos entre Georges Cuvier y Etienne Geoffroy Saint-Hilaire, que tuvo lugar en la Academia de Ciencias de París en 1830. Sobre este debate, premonitorio de los que luego tendrían lugar en torno a la evolución, escribió Poey en 1858 que “mis convicciones más firmes son por las creencias de Cuvier; pero he encontrado tanta filosofía en las doctrinas de la escuela contraria que me he dejado arrebatar por ellas en un movimiento simpático”.
En 1861 intervino en la discusión sobre la “unidad de la especie humana” en el Liceo de Guanabacoa (población cercana a La Habana), junto al conocido médico y literato Ramón Zambrana. Poey fundamentó la unidad de todos los hombres (a partir de la creación bíblica) y el carácter convencional de las definiciones de las diferentes “razas”. Al hablar de la igualdad entre las razas atacó de hecho la esclavitud, que todavía prevalecía en Cuba. En esta conferencia Poey se manifestó contrario a la teoría de la evolución por cuanto consideraba que se utilizaba para justificar la división de los seres humanos en razas “inferiores” y “superiores”. Sin embargo, en 1868, cuando contestó el discurso de ingreso del conde de Pozos Dulces en la Academia de Ciencias de La Habana, se negó a desestimar la posibilidad de la evolución, teoría a la cual en definitiva se adhirió (sin renunciar a su posición contraria al racismo). Años después se declaró “agnóstico”.
En 1849 el geógrafo español Miguel Rodríguez Ferrez hizo llegar a Poey dos cráneos aborígenes deformados, hallados por él en la región de Maisí (en el oriente de Cuba). Ese mismo año Poey describió las características de las deformaciones. Hoy se sabe que los cráneos eran de indios taínos (no de caribes, como entonces se pensaba). El naturalista conservó en adelante su interés en cuestiones antropológicas, y en 1877 fue elegido primer presidente de la Sociedad Antropológica de la isla de Cuba. También realizó Poey algunas incursiones en la paleontología, incluyendo la descripción de los fósiles de dos gigantescos selacios.
Felipe Poey tuvo un buen número de discípulos y fue también el centro de una red de corresponsales, compuesta de naturalistas de prácticamente todas las provincias cubanas. Poey mantuvo, además, una extensa correspondencia con reconocidos especialistas de varios países, entre ellos el suizo Louis Agassiz, el estadounidense Spencer Baird y el español Laureano Pérez Arcas. Sostuvo una fraternal colaboración, durante muchos años, con el naturalista alemán, radicado en Cuba, Juan Cristóbal Gundlach.
En revistas de la época publicó artículos literarios y de divulgación científica, así como poesías, que luego recopiló en un solo volumen en 1888. También realizó algunos estudios históricos y lingüísticos. Fue miembro de mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana (1838) y de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1861), de la cual fue uno de los miembros fundadores, y recibió del rey de los Países Bajos, Guillermo III, la Orden del León Neerlandés (1883).
Obras de ~: Centurie des Lepidopteres de l’ile de Cuba, Paris, 1832; Compendio de la geografía de la Isla de Cuba, La Habana, 1836 (1.ª ed.; la última fue en 1858); Compendio de geografía moderna, La Habana, 1840; Curso de Zoología, La Habana, 1843; Memorias sobre la Historia Natural de la Isla de Cuba, La Habana, vol. I, 1851; vol. II, 1856-1858; Synopsis Piscium Cubensium, La Habana, 1868; Oración Inaugural sobre la Composición y la Elocución pronunciado en la Iinauguración del Año Académico de 1864 a 1865 en la Real Universidad de La Habana, La Habana, 1864; Repertorio Físico-Natural de la Isla de Cuba (incluye algunos artículos de otros autores), La Habana, t. I, 1865-1866; t. II, 1866-1868; Curso elemental de mineralogía, La Habana, 1872 (1.ª ed.; la última fue en 1883); Obras Literarias, La Habana, 1888; Ictiología Cubana, ed. de M. Sánchez Roig y F. Gómez de la Maza, La Habana, t. I, 1955 [ed. de P. P. Duarte Bello, La Habana, t. I y atlas, 1962; ed. de D. Guitart, La Habana, Imagen Contemporánea, 2000, 3 ts. (única ed. completa)]; Obras, comp. de R.M. González, La Habana, Imagen Contemporánea, 1999.
Bibl.: J. M. Mestre, Memorias sobre la Historia Natural de la Isla de Cuba por D. Felipe Poey, La Habana, 1853; A. Vinageras, Elogio de Poey, París, 1858; D. S. Jordan, “Sketch of Professor Felipe Poey”, en The Popular Science Monthly (agosto de 1884), págs. 547-552; J. Vilaró, Felipe Poey, apuntes para su biografía, La Habana, 1885; C. de la Torre, D. Felipe Poey, La Habana, 1890; A. Mestre, Elogio del Sr. Felipe Poey, La Habana, 1891; L. Montané, Alrededor de la psicología de Poey, La Habana, 1917; M. Sánchez Roig, Felipe Poey, el máximo naturalista de Hispanoamérica, La Habana, 1937; J. Vivanco Díaz, Don Felipe Poey, su vida y su obra, La Habana, 1951; J. Álvarez Conde, Historia de la zoología en Cuba, La Habana, 1958; M. Cruz, El ingenioso naturalista don Felipe de La Habana, La Habana, Gente Nueva, 1979; R. Alpízar, Felipe Poey lingüista, La Habana, Ciencias Sociales, 1984; P. M. Pruna Goodgall, Momentos y figuras de la ciencia en Cuba, La Habana, Academia, 1988, 1994; P. M. Pruna Goodgall y A. García González, Darwinismo y Sociedad en Cuba. Siglo XIX, Madrid, CSIC, 1989; R. M. González, Felipe Poey. Estudio Biográfico, La Habana, Academia, 1989; “Ensayo Introductorio”, en F. Poey y Aloy, Obras, op. cit., 1999.
Por: Pedro M. Pruna Goodgall
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