LA ENEIDA
LIBRO VII. CONT.
Mas he aquí que volvía de la Argos del Ínaco
la cruel esposa de Júpiter y volaba por los aires,
y divisó a los lejos desde el cielo al feliz Eneas
y a la flota dardania por encima del sículo Paquino.
Ve cómo se alzan ya las casas, que se entregan confiados a la tierra,
que han abandonado los barcos; clavada se quedó de aguda rabia.
Sacudiendo entonces la cabeza estas palabras saca de su pecho:
«¡Ay raza odiada y a nuestros hados contrarios
hados de los frigios! ¿Así que no cayeron en los campos sigeos,
no pudieron tampoco caer prisioneros, ni quemó el incendio
de Troya a sus guerreros? En plena batalla y entre el fuego
supieron hallar una salida. Así que, ya veo, al fin mi numen
yace agotado, o saciado mi odio me he cruzado de brazos.
¡Para eso me lancé a perseguirlos, arrojados de su patria,
con vehemencia por las aguas y a impedir por todo el mar su huida!
Agotado se han las fuerzas del mar y del cielo contra los teucros.
¿De qué me sirvieron las Sirtes o Escila, de qué Caribdis
enorme? Ya se refugian en el ansiado cauce del Tiber
sin miedo del piélago o de mí. Fue Marte capaz de perder
al pueblo de los Lápitas gigantes; el propio padre de los dioses
entregó la antigua Calidón a la ira de Diana,
¿y qué delito cometieron Lápitas y Calidón para merecerlo?
Y heme aquí, la gran esposa de Jove que, pobre de mí,
nada dejé por intentar, que a todo me he lánzado,
vencida ahora por Eneas. Pues bien, si mi numen
no es bastante, no he de dudar ciertamente en implorar donde sea:
si domeñar no puedo a los de arriba, moveré al Aqueronte.
No me será dado alejarlos del reino latino -seay
sin cambio sigue por el destino la esposa Lavinia;
mas añadir y acumular obstáculos puedo a cosas tan grandes,
en dos puedo dividir a los pueblos de estos reyes.
Este precio pagarán los suyos, si suegro y yerno se unen:
de sangre troyana y rútula tendrás la dote, muchacha,
y Belona será la diosa que presida tu boda. No ha sido sola
la hija de Ciseo en parir, preñada de la tea, fuegos conyugales;
también Venus tendrá su parto y habrá un nuevo Paris,
y de nuevo funestas alumbrarán las antorchas a la Pérgamo que renace.»
Luego que dijo esto horrenda descendió a tierra;
a la enlutada Alecto de la sede de las diosas crueles
saca y de la tiniebla infernal, a la que ama las guerras
dolorosas, las iras, las insidias y los crímenes dañinos.
Hasta Plutón, su padre, la odia y sus hermanas del Tártaro
odian al monstruo: en tantos rostros se transforma,
con tan crueles caras aparece, tan negra de culebras.
Juno la provoca con estas palabras, y así le dice:
«Bríndame tu ayuda favorable, muchacha nacida de la Noche,
colabora para que mi honor no ceda ni se quebrante
mi fama en el lugar, que con bodas no puedan los Enéadas
ganarse a Latino ni en territorio ítalo instalarse.
En tus manos está lanzar al combate a hermanos de igual alma
y derribar las mansiones con el odio; tú puedes meter tu fusta
en las casas y las antorchas funerales; tú tienes mil nombres
y mil formas de dañar. Sacude tu pecho fecundo,
rompe el arreglo de paz, siembra crímenes de guerra.
Que ansíe las armas, las pida y las empuñe la juventud.»
Sale Alecto infestada del veneno de la Gorgona
y el Lacio primero y los altos techos del caudillo
laurente busca, y se sienta en el callado umbral de Amata,
a la que, ardiente, quemaban además de la llegada de los teucros
y las bodas de Turno, cuitas y enojos de mujer.
A ella la diosa de cabellos cerúleos una sola serpiente
le lanza que se mete en su seno hasta lo hondo del pecho,
para que, enfurecida por el monstruo, sacuda la casa entera.
Se desliza ella entre el vestido y el suave pecho
yvueltas da sin contacto alguno y engaña a la enfurecida
inspirándole aliento de víbora; se vuelve la culebra
enorme collar de oro en su cuello, se vuelve remate de cinta
y ciñe sus cabellos y lúbrica vaga por sus miembros.
Y mientras el contagio primero con su húmedo veneno
ataca sus sentidos y envuelve sus huecos en fuego
y aún su ánimo no recibe la llama en todo el pecho,
habló dulcemente y a la manera que las madres acostumbran,
llorando y llorando por su hija y el himeneo frigio:
«¿A unos teucros sin patria será entregada mi Lavinia,
padre, y no tendrás piedad ni de ti ni de su hija?
¿Y no tendrás piedad de una madre a quien el pérfido pirata
dejará con el primer Aquilón, llevándose a su hija a alta mar?
¿Es que no fue así cómo entró en Lacedemonia el pastor frigio
y a Helena se llevó, la hija de Leda, a la ciudad troyana?
¿Qué hay de tu sagrada palabra? ¿Qué de tu antiguo cuidado por los tuyos
y de tu diestra, que tantas veces diste a tu pariente Turno?
Si para yerno se busca a uno de un pueblo que no sea latino
y así está decidido y el mandato te obliga de tu padre Fauno,
pienso en verdad que toda la tierra que está libre de tu cetro
es extranjera, y que así lo proclaman los dioses.
Y de Turno, si hay que buscar el origen primero de su casa,
Ínaco yAcrisio son los padres yMicenas la patria.»
Cuando advirtiendo que ha hablado en vano ve que Latino
sigue en su contra, y hasta el fondo de su corazón se desliza
el veneno furioso de la serpiente y por completo la gana,
entonces la infeliz empujada por terribles visiones
enloquece fuera de sí sin freno por la inmensa ciudad.
Como el trompo gira impulsado por la cuerda retorcida
con el que los niños en gran corro juegan por los patios vacíos
y practican atentos su juego: él va trazando círculos
al golpe de la cuerda; pasmados miran desde lo alto
los grupos de niños ante el boj volandero;
las vueltas le dan fuerzas. No en carrera más lenta
se agita Amata por la ciudad y entre la gente fiera.
CONT.
Hoy a las 00:13 por Lluvia Abril
» XII. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (VII)
Hoy a las 00:05 por Lluvia Abril
» POESÍA SOCIAL XX. . CUBA. (Cont.)
Ayer a las 23:59 por Lluvia Abril
» MAIAKOVSKY Y OTROS POETAS RUSOS Y SOVIÉTICOS, 3
Ayer a las 23:52 por Lluvia Abril
» CARLOS BOUSOÑO PRIETO (1923-2015)
Ayer a las 23:43 por Lluvia Abril
» José Manuel Caballero Bonald (1926-2021)
Ayer a las 23:40 por Lluvia Abril
» LA POESÍA PORTUGUESA - LA LITERATURA PORTUGUESA
Ayer a las 21:53 por Maria Lua
» Dhammapada. La poesia sagrada del Budismo
Ayer a las 21:48 por Maria Lua
» LA POESIA MÍSTICA DEL SUFISMO. LA CONFERENCIA DE LOS PÁJAROS.
Ayer a las 21:46 por Maria Lua
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Ayer a las 15:29 por cecilia gargantini