X. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (III)

SONETOS SIGLO XX



JOSÉ FERNÁNDEZ ARROYO
España 1.928
Poeta.



EL CASI SONETO

Este que escribo, sonetillo a trece,
es ortodoxo, pero recortado
y, si corto de un verso lo he dejado,
que acuse tal cojera no parece.

Igual dificultad y gusto ofrece,
si bien un poco antes acabado
y aún estoy por decir que, no contado,
por entero la mengua desparece.

La parquedad comprime la agudeza,
fuerza la inspiración y su sentido,
aquilata la idea con justeza

y, si al final resulta conseguido,
la brevedad no amengua su belleza.

SONETOS SIGLO XX



MARÍA NIEVES FERNÁNDE BALDOVÍ

España. Siglo XX



IMPACIENCIA

Por temor a morir estando sola,
voy buscando al azar la mano amiga.
Cortan verdes mis dientes cada espiga,
y no dejo crecer a la amapola.

No entiendo de esperar. Soy caracola
de este dolor que escucho y me fustiga,
y sólo me fatiga una fatiga:
no ser infatigable como ola.

Si fuese luz y sombra como un día,
si el grano fuese fruto en primavera,
desesperada ya, esperaría

olvidarme de un día en que muriera,
¡y tantas primaveras viviría
si el grano fuese el fruto que se espera!

SONETOS SIGLO XX



MARÍA NIEVES FERNÁNDE BALDOVÍ

España. Siglo XX


DERRIBADA

Vencedora del sol del mediodía
me derribó el amor desde la cumbre.
Mírame deshojada, la bravía
rosa blanca, llorando incertidumbre.

Se ha despeñado el ara donde ardía
la palabra amasada ante la lumbre;
se ha tronchado inconsciente mi alegría
de nieve, fiel cristal de mi costumbre.

Agua soy en tu sien, para tu boca
agua clara, riéndome aunque llore,
bebe amor palpitante aquella roca,

antes de que en el tiempo se evapore
y a merced de los vientos, nube loca,
me pierda en otra tierra que me ignore.

SONETOS SIGLO XX



MARÍA NIEVES FERNÁNDE BALDOVÍ

España. Siglo XX


EL ASESINO AL HIPOCRITA

Prefiero que me cosa la navaja
del que me mata huyendo de la muerte,
que esperar que me pongan la mortaja
y pasar por la vida siempre inerte.

Quiero el sabor del pan del que trabaja,
el amor conseguido del más fuerte,
un corazón de hierro por alhaja
que a la sierpe en paloma la convierte.

Prefiero perdonar al asesino,
la bestia que destruye lo que pisa,
si cumple con la ley de su destino...

Odio al que intenta desterrar la risa
utilizando a Dios como camino,
y apaga con un cráneo la sonrisa...

SONETOS SIGLO XX



[b]Jesús Fernández Palacios
Cádiz. 1.947


Biografía

En 1971 crea el grupo literario Marejada junto a sus amigos poetas José Ramón Ripoll y Rafael de Cózar mediante un anuncio en las páginas del periódico local, el Diario de Cádiz. Ha sido subdirector de la Revista Atlántica de Poesía editada por la Fundación Provincial de Cultura de la Diputación Provincial de Cádiz y especializada en poesía española e hispanoamericana. Es director de la revista Campo de Agramante, dedicada a la española Literatura del 50 y editada por la Fundación Caballero Bonald del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. También fue director de la colección Libros de Bolsillo de la Diputación de Cádiz hasta su desaparición en 2009. En ella seleccionó a numerosos autores noveles de poesía y narrativa.
Colaborador y articulistas en diversos medios escritos, según sus propias palabras, dos autores han influido de manera fundamental en su poesía: el también gaditano Carlos Edmundo de Ory (1923-2010) y el peruano César Vallejo (1892-1938).

Obra Literaria

Poesía

Poemas anuales (México, 1976)
• El ámbito del tigre (Sevilla, 1978)
• De un modo cotidiano (Madrid, 1981)
• Coplas de Israel Sivo (Madrid, 1982)
• Signos y Segmentos 1971-1990 (Granada, 1991)
• Los poemas de Sakina (Bilbao, 1997)
• Signos y Segmentos. Segunda antología (Madrid, 2007)
• Del mar y otras pasiones (Madrid, 2011)
• Poemías (Sevilla, 2012)

Antologías Poéticas

Signos y Segmentos. Segunda antología (Madrid, 2007)
• Poemías (Sevilla, 2012)

Revistas

Revista Atlántica (Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Cádiz)
• Campo de Agramante (Fundación Caballero Bonald, Jerez de la Frontera)

Ediciones

Diario 1944-2000 de Carlos Edmundo de Ory, (Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, 2004)
• Relecturas. Prosas reunidas (1956-2005) de José Manuel Caballero Bonald, (Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz, 2006).
• La memoria amorosa de Carlos Edmundo de Ory (Visor, 2011)
• Collages de Carlos Edmundo de Ory (Del Centro Editores, 2011).

SONETOS SIGLO XX



Jesús Fernández Palacios
Cádiz. 1.947




DESENCANTO

Qué lástima de tiempo es demorarse
en pasiones velándose la vida,
qué extraño es el trayecto de la herida
aunque no deje huella al disiparse.

Será porque el favor de equivocarse
la pérdida convierte en pretendida
ganancia, no en desdicha resentida
que en el trance no pueda superarse.

Por eso queda bien si así se acaba
lo que nunca debió haber comenzado
porque incierta fortuna le aguardaba.

Y ahora que este lance ha terminado
cuando apenas perfiles dibujaba,
qué triste otro cuaderno emborronado.

Pues cuando quieras, Pascual.
Te paso el testigo, amigo.

Muchas gracias, Pascual, por llegar a tiempo, como siempre, y menos mal, jeje.
Ahora dejo los sonetos encontrados, así que, esperas un poquito y ya sí, te doy paso.

SONETOS SIGLO XX



Jesús Fernández Palacios
Cádiz. 1.947



SAKINA

Temprano levantó la muerte el vuelo…
(Miguel Hernández)

I

Mi corazón se llena de la luna
al evocar la noche de tu muerte,
era una luna seductora y fuerte
que el viento desplazó como una duna.

Entró por la ventana y en tu cuna
distribuyó su luz para envolverte,
brillaba con afán de protegerte
ciñendo otro adjetivo a tu fortuna.

Como estabas dormida y agotada
después de tantos lunes de desvelo,
y estabas dulcemente descuidada,

la luna remontó de nuevo el vuelo
dejando tras de sí la madrugada
y una sombra implacable por el suelo.

SONETOS SIGLO XX



Jesús Fernández Palacios
Cádiz. 1.947



SAKINA

Temprano levantó la muerte el vuelo…
(Miguel Hernández)



II

Si acaso comprendiera que la muerte
te arrebató de mí por un castigo,
qué cosa, quién la dice, qué testigo
se apostó su maldad contra mi suerte.

Porque el inmenso daño de no verte
y el anhelo de estar siempre contigo,
me deja en un estado que maldigo:
no puedo oír tu voz ni responderte.

Y lo que grito, pues, lo que te llamo
el viento se lo lleva y tu respuesta
no llega ni te llega que te amo;

por eso me rebelo ante esa apuesta
y parezco un océano cuando bramo,
parezco los cristales de una fiesta.

SONETOS SIGLO XX



Jesús Fernández Palacios
Cádiz. 1.947



SAKINA

Temprano levantó la muerte el vuelo…
(Miguel Hernández)



III

Ahora vengo del mar de contemplarla,
de contemplar su rostro iluminado;
ahora vengo del mar de recordarla,
de entregarle mi aliento enamorado.

Regreso con afán de no olvidarla
y vuelvo con lo puesto y lo quitado;
este ir y venir a rescatarla
me tiene todo el tiempo obsesionado.

Si en el flujo diario lo lograra,
lograra traspasar la línea fría
y en su vida distinta la encontrara,

con cuánto sentimiento exigiría
que ya nada ni nadie, separara
su esencia cariñosa de la mía.

Sonetos incluidos en el libro Los poemas de Sakina (Bilbao, 1977)



Ahora sí, amigo mío. Después de dejar esta belleza de sonetos, te paso el testigo.

De acuerdo, amiga mía.

Gracias por tu trabajo.

SONETOS SIGLO XX

MIGUEL FERNÁNDEZ PERDIGÓN

"Santa Cruz de la Palma. 1.942
Profesor de E. G. B. reside en Tenerife."

Estos son los datos que registra RGG. Encuentro poco más y de escaso interés para el objeto de esta presentación: Pregonero mayor de la Semana Santa Cruz de la Palma en el Año 2015.

Existencia de una calle dedicada a los hermanos Fernández Perdigón, en dicha ciudad.

SONETOS SIGLO XX

MIGUEL FERNÁNDEZ PERDIGÓN (1942 - ?)

BODEGÓN

Adredemente, abandonadas, muertas,
varias naturalezas esparcidas
se prestan a modelo, extrovertidas,
sobre punta de mesa entre cubiertas.

Son tres coles rizando verde, abiertas
caldera y calabaza refulgidas,
frutas con maquillaje, pervertidas,
lujuria el vino, dos perdices yertas.

Grave la luz, como si todo fuera
sordo prejuicio de capilla ardiente,
añeja vela acábase en el fondo...

Firma el pintor la esquina muy orondo,
después le pone marco urgentemente
y ¡al comedor!... como si se comiera.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

Nació en Madrid en 1927 pero él siempre se consideró manchego, ya que

la mayor parte de su vida transcurrió en las poblaciones toledanas de Mora

y Puebla de Montalbán. Realizó estudios en la Universidad Central de Madrid.

Seminario de Idiomas, siendo profesor de Lengua Francesa. Ha ejercido de

Profesor de E.G.B hasta su muerte en Puebla de Montalbán.

BODEGÓN

Adredemente, abandonadas, muertas,
varias naturalezas esparcidas
se prestan a modelo, extrovertidas,
sobre punta de mesa entre cubiertas.

Son tres coles rizando verde, abiertas
caldera y calabaza refulgidas,
frutas con maquillaje, pervertidas,
lujuria el vino, dos perdices yertas.

Grave la luz, como si todo fuera
sordo prejuicio de capilla ardiente,
añeja vela acábase en el fondo...

Firma el pintor la esquina muy orondo,
después le pone marco urgentemente
y ¡al comedor!... como si se comiera.



Pues me ha gustado este bodegón, bien pintado, con palabras.
Gracias, Pascual.

Sigo en cuanto pueda. Ese cuando pueda puede prolongarse. RGG solamente cita un soneto. Tengo unos pocos más. Pero debo repasar toda la obra.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

1. MIRAD LA TORRE...

Mirad la Torre, mástil de velero;
prisma de luz al sol de la mañana.
Escuchad la canción de su campana.
Recita en bronce para el pueblo entero.

Miradla desde lejos, porque quiero
os fijéis qué gentil y que galana
se crece para ver la tierra llana
y el Tajo entre las frondas prisionero....

Torre que lleva a San Miguel por nombre.
Que nadie dude, ni después se asombre,
de que sea arcangélico su vuelo...

Espiga bien granada y bien nacida;
Alto faro de amor, palmera erguida.
Dedo de Dios que nos señala el Cielo.”

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

2. SONETO DEL OLIVAR

Poned una ilusión sobre una loma,
dadle color de verde primavera,
izadla como lírica bandera
y colocad sobre ella una paloma.

Bañadla con la luz que se desploma
desde el manchego cielo, de manera
que cada rama quede prisionera
del viento que la mece o que la doma.

Alzad el tronco en la ladera incierta,
acariciad con mimo su ramaje;
que admire su humildad un mundo altivo...

Conseguiréis un árbol que se injerta
en la clara esperanza del paisaje:
llamadle “paz” o, si queréis, “olivo”

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

3. A LA TORRE DE LA VILLA DE CUERVA

Maravillosa Torre, gracia innata
elevada al azul de un claro cielo,
robusta espiga, esperanzado vuelo
que en un soplo de viento se desata.

Gentil, equilibrada, columnata
con pedestal de rezos y el consuelo
de ver su vertical que desde el suelo
en capitel de nubes se remata.

Ciega de bronces en la lejanía
consigue ser mi lazarillo y guía
que mis versos le sirvan de campana.

Mástil de piedra en el azul más puro;
no hay otra como ella, lo aseguro,
en toda la campiña toledana.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

4. SIEMPRE HAY UN NIÑO NUEVO...

Siempre hay un niño nuevo en cada escuela
cuando avanza diciembre y duele el frío.
Un niño que se acerca al lado mío
y se tiende al calor de la candela.

Un niño en duermerisa y duermevela
un niño que me mira; escalofrío.
Un niño que me llora, extraño río
que a pesar de las lágrima consuela.

Al preguntar su nombre te diría
que escuché “Yo soy hijo de María
y el nombre de mi padre disimulo”

Nací en Belén al filo de las doce…
Y como ya mi alma le conoce,
temblando de emoción le matriculo.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

5. DESCÁLZAME EL AFÁN...

Descálzame el afán, Madre Teresa,
que quiero hacer descalzo mi camino.
No me importan las zarzas, ni el espino
ni el guijarro que hiere por sorpresa.

Si tu eres viento yo seré pavesa,
trigo he de ser si tu te haces molino,
gorrión expectante si el destino
en el alero de tu amor me apresa.

Humo he de ser si tu madera arde;
me alargaré en la sombra de tu tarde
confundiré mis pasos con tus huellas…

Quítame las sandalias, que descalzo
me acerco más a Dios y más me alzo
por encima de almenas y de estrellas.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

6. AL CRISTO CRUCIFICADO

Yo no te quiero Cristo de madera
ni de bronce, ni plata, ni escultura.
Te quiero en carne viva, Carne Pura
y no adorno triunfal de cabecera.

Te quiero Cruz, pero también bandera.
Calor te quiero para en tu cintura
apoyar mi cabeza que, insegura,
se sabe más que nunca calavera.

Yo no te busco Cristo, bien tallado;
te necesito Luz, Resucitado
por encima de torres y de preces…

Y encontrarte, Señor, con mis hermanos
viendo como repartes con tus manos
el amor de unos panes y unos peces.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

7. SEGUNDO MISTERIO GOZOSO

(La Natividad de nuestroSeñor Jesucristo)
Contemplando el cuadro “La Adoración de
los pastores” de Giorgione. (Galería
Nacional de Washiston)

YA eres Madre, María. Ya Jesús es nacido,
aparta tus temores, aleja tu tristeza,
pues entre tanto frío y entre tanta pobreza,
en medio de la nieve, el rosal es florido.

Belén como un abrazo, como un oculto nido,
más intacta que nunca tu Virginal Pureza;
más radiante tu gracia, más clara tu belleza,
más cálido tu pecho para el Niño aterido.

Y la mula, y el buey, y los pobres pastores,
los ángeles cantando, -¿o son los ruiseñores?-,
y José con su vara, y el fulgor de una estrella...

La azucena impoluta, la nieve sin quebranto...
Decidme donde encuentro un recinto más santo,
donde hallar a una Virgen que es Madre y es Doncella.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

8. SI NO FUERA POR TI...

Si no fuera por ti no sufriría
esta espera de heridas y de gasas
Si no fuera por ti, por lo que pasas,
a gusto en un rincón me moriría.

Si no fuera por ti la hoguera mía
ya sería cenizas, pero hay brasas
que tú mantienes y que tú acompasas
a tu propio vivir. Yo no podría

soportar esta espera junto a un lecho,
el que vendré a ocupar cuando maltrecho,
regrese de la dura operación.

Tras de tu larga espera ¿Nos veremos?
Pero no tengas miedo, viviremos,
en tus manos está mi corazón.

SONETOS SIGLO XX

RAFAEL FERNÁNDEZ POMBO

9. SONETO TRISTE EN UNA MAÑANA DE NIEVE

Un camino marcando la distancia,
la nieve cubre el encendido barro.
¿Dónde estarán las huellas de aquel carro
que nos hizo viajeros en la infancia?

¿Huele la nieve? tiene una fragancia
distinta el monte y en el despilfarro
de blanca claridad es un desgarro
cada carrasco oscuro. La importancia

de la nieve caída...En la memoria
otra nieve, otro tiempo y otra historia,
distinta la cadencia y la emoción...

(Confórmate, poeta lo que tienes
es la nieve del tiempo por las sienes
y frío en el herido corazón.)

SONETOS SIGLO XX

MERCEDES FERNÁNDEZ REQUEJO

No encuentro una biografía suya: Que ha obtenido algún premio de cuentos. y que participa en la compañía de Teatro Blas de Otero.

Esto es lo que pone RGG

"España. Siglo XX.
Maestra de Profesión y Poeta hallada en Internet"

SONETOS SIGLO XX

MERCEDES FERNÁNDEZ REQUEJO

EN EL VIENTO CABALGA

En el viento cabalga su figura.
En las letras, perpetua está su vida
y no existe olvido, ni caída
que puedan romperle la armadura.

Dicen las malas lenguas que es locura
lo que el empuja el alma enardecida
y es, sin embargo, amor lo que le anida
y le mueve a entregarse a la aventura.

Cabalga el buen Quijote, Caballero,
subido en la luz de la esperanza
y, aunque algunos le quieren dar por mero

alocados sin sesos, es su lanza
símbolo vivo del valor certero
que toma la locura en alabanza.

SONETOS SIGLO XX

MERCEDES FERNÁNDEZ REQUEJO

SANCHO PUEBLO

Sancho pueblo. Sancho de viento y tierra.
Hombre de campo, y parco de estatura,
te atreviste a lanzarte a la aventura
por ver si, al fin, la mala suerte yerra.

Con tu Hidalgo, subiste hasta la sierra.
Te dejaste el resuello en la llanura
soñando con mil ínsulas y altura
con que cambiar el sino que te aferra.

Mas no tornaste al pueblo hacho Señor,
ni gobernador rico, ni enjoyado,
pero sí revestido del valor

de la amistad profunda. Reforzado
tu espíritu de tierra, en el honor,
de escudero y amigo venerado.

TE TOCA, LLUVIA.

Pues gracias y tomado el testigo, amigo.

SONETOS SIGLO XX



PABLO FERNÁNDEZ REY
Barruecos. Burgos. 1.928

Poeta hallado en Internet.

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TRASCENDENCIA

Yo sé de una perenne primavera
tras de algún horizonte sin orilla.
Allí para mis ojos un sol brilla
saciativo y redondo en tensa espera.

Y será alguna tarde. Cando muera
entre mis amos esta lamparilla
de la luz de mi tiempo. Y a mi quilla
he enfilado hacia el lago sin ribera.

¿Cuándo será esa tarde, con su ocaso
perfumado de esencia de otras flores?
Mi alma es toda inquietud por sus caminos.

Todo se vuelva alfombras a mi paso:
Brisas, auroras, fuentes, ruiseñores.
Ya se alarga la sombra de los pinos.