por Lluvia Abril Sáb 13 Mayo 2023, 23:56
CUBA
ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR
(1930)
Desagravio a Federico
En un poema (por otra parte más bien malo) acabo de leer,
y me ha impresionado,
que no se grabó tu voz, de la que tanto hablan los que te
conocieron;
que no se grabó tu voz, y que esos nuevos viejos,
esos hombres de más de sesenta años que empiezan ahora
a extinguirse en masa,
y que fueron tus maravillados coetáneos,
están, al morirse, llevándose consigo, borrando de la tierra
la última memoria de tu voz.
Dentro de poco tiempo (digamos otros treinta años),
no quedará nadie en el planeta
que pueda recordar cómo tú hablabas,
cantabas,
reías,
presumiblemente llorabas.
Tu voz será olvidada para siempre.
Así también serás todo tú olvidado
dentro de trescientos,
tres mil
o treinta mil años.
Quizá se olvide hasta la idea misma de la poesía,
eso de que eras dueño,
y que por una parte mira a las palabras
y por la otra al alma.
Hay pues que apresurarse
a hacerte el desagravio,
fresca todavía la muerte.
Porque después de un deslumbramiento adolescente,
en que te pasábamos de mano en mano, hecho tan sólo un
nombre, como Sócrates o Leonardo
(Los otros eran Machado, Unamuno, Martí, Neruda, Alberti.
Sólo Juan Ramón y tú
eran Juan Ramón y Federico);
después de entonces,
llegaron los otros
y vinieron los días de negarte.
Qué injusticia, Federico,
qué injusticia —quizás imprescindible:
los vivos se nutren de los muertos,
pero no lo proclaman.
Ahora es necesario que te rindan homenaje
no sólo los discurseros
y los que te hacen biografías y estudios,
sino los negros magníficos que amaste y que desafían a perros
y a blancos,
las diez mil prostitutas que amenazan con desfilar por Santiago
de Chile,
los pobres muchachos equívocos, las salamandras de cinco
patas, arrojados del mundo,
los sobrantes, los estupefactos.
Y los poetas.
Ahora que vamos a tener la edad
que es la tuya para siempre,
es un acto de justicia
tan fatal, tan necesaria como la otra injusticia,
decir que teníamos razón entonces, a la salida apenas
de la niñez,
cuando Federico era un nombre electrizado,
una llama que se intercambia en las tinieblas,
un tesoro, un amigo inolvidable arrebatado en la noche en que
empezó el invierno.
Sabías más, eras mejor, y el candor o la inocencia
o la avidez o el desamparo
te descubrían para crecer.
Mi raro, mi sobrecogedor hermano mayor,
antes de que desaparezcas para siempre,
con los tobillos rotos, complicados instrumentos músicos
al cuello,
los ojos arrasados en lágrimas,
el pecho y la cabeza agujereados;
Antes de que desaparezcamos para siempre,
voy a abrazarte, más bien emocionado,
en este viento que nos enseñaste a nombrar
con palabras que te ibas sacando del bolsillo,
y eso que para entonces ya estabas muerto, muerto,
y no eras sino páginas, y ya habían empezado a perderse
las palabras de carne y hueso que hicieron estremecer al
mundo
hasta ese agosto de 1936, hace ahora treinta años,
en que las bestias siempre al acecho te fusilaron porque sí,
porque todo,
porque así se terminan los poetas.
Hoy a las 18:04 por Maria Lua
» Poetas murcianos
Hoy a las 16:33 por Pascual Lopez Sanchez
» NO A LA GUERRA 3
Hoy a las 15:38 por Pascual Lopez Sanchez
» Antonio Martínez Sarrión (1939-2021)
Hoy a las 15:38 por Pedro Casas Serra
» Claudio Rodríguez (1934-1999)
Hoy a las 15:31 por Pedro Casas Serra
» Rafael Guillén (1933-2023)
Hoy a las 15:25 por Pedro Casas Serra
» José Ángel Valente (1929-2000)
Hoy a las 15:16 por Pedro Casas Serra
» Rosaura Álvarez (1945-
Hoy a las 15:03 por Pedro Casas Serra
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Hoy a las 15:03 por cecilia gargantini
» Clara Janés (1940-
Hoy a las 14:54 por Pedro Casas Serra