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Diego Jesús Jiménez Biografía
Nacido en Madrid, Diego Jesús Jiménez pasó su infancia en Priego (Cuenca) y su adolescencia en la capital conquense. Estudió bachillerato en Barcelona y preuniversitario en Cuenca. Se licenció en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, especializándose en temas culturales. Trabajó en el Ministerio de Información y Turismo y en los años setenta fundó la colección de poesía Alfa de Editora Nacional, de la que fue despedido en 1977 por su defensa de las libertades durante la Transición, en la que militó en el Partido Comunista de España (fue miembro de su comisión de Cultura) y en el movimiento vecinal.
Tras su intensa militancia política, desde 1982 se dedicó exclusivamente a la pintura y a la poesía. En 1964 obtuvo el premio Adonáis por La ciudad, y en 1968, el Nacional de Poesía por Coro de ánimas, premio que volvió a obtener en 1997 por Itinerario para náufragos.
Situado entre la generación del 50 y los Novísimos, la poesía de Diego Jesús Jiménez se independiza de estos modelos, por lo que, para algunos, forma parte de la Generación del 68, con Pere Gimferrer y Manuel Vázquez Montalbán. Posee un carácter visionario, pero legible, que algunos han definido como un neorromanticismo cívico. Según Juan José Lanz:
Su poesía se funda en una concepción anticipatoria del arte: la poesía anticipa en su escritura, a través del sueño, algo que la realidad no puede darnos. La concepción del arte como anticipación adquiere una dimensión comprometida que revierte en la realidad soñada como materialización, a través de la escritura de una utopía superadora del sistema social de valores vigente. Si el arte posee una capacidad anticipadora de la realidad, la palabra poética adquiere un carácter performativo, por el que materializa en el lenguaje la utopía que nombra.
Como pintor, realizó su primera exposición pública en junio de 1991, en la galería Kreisler de Madrid. Según reconocía, "la pintura es el lenguaje que prefiero (...), me siento más pintor que poeta".
El Instituto de Educación Secundaria de la localidad de Priego lleva su nombre.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Diego Jesús Jiménez:
De La ciudad (1965):
RONDA DE LA NOCHE I
..........Nunca lo olvides:
sobre las noches negras de mi patria
era capaz
.................de besarte en los ojos.
Contémplame. ¿No es cierto
acaso, que es el dolor
el que regresa, el que vuelve a ocupar
la misma casa, el que anda perdido
ante el mismo dintel,
.................................y no se atreve;
ante los mismos campos,
.......................................y solloza;
ante el mismo huracán,
.....................................y se le lleva
¡oh fiel bondad! al hombre
su escapulario único y sencillo?
.................................................Nunca lo olvides.
Estamos esperando; de un momento a otro
vendrá el aire. No serán necesarios
nuestros sueños, nuestros turbios aullidos, nuestras primeras
elocuencias.
....................Bajo la noche
arde el silencio, tiembla
la soledad, crujen las sombras
de la muerte; alguien
desfavorablemente besa a una mujer, se enfrentan a solas.
Te pido que no olvides, que no lo olvides
nunca. Aquella madrugada y aquel himno guerrero nos recuerdan.
Estos son mis dos brazos, mis dos escalofríos, dos unidades
con temblor. Y, sin embargo, ves,
pueden herirte
dos momentos alegres, dos pulseras de cobre inofensivas
bajo la soledad, pura arcilla aldeana.
.............................................................Así he querido alzarte:
como a un sueño lejano y galopar contigo
bajo la dura siembra, el testamento duro
de la noche.
.....................Y así te tuve: única y amarga
como el buen peregrino, el necesario caminante
de la tierra vencida; como el que sabe
que su amor es único, que es único su mal
y eleva su pregunta, y va así caminando
bajo la alta palabra, bajo el mundo tranquilo
de su estrella, hombre
con su dolor, bestia nacida
llegando ya el vacío.
.................................Te pido que no olvides
mi voz; supo nombrarte. Descabalgué
cuando la tierra estaba dolorida, desmantelado
el hombre;
sobre las noches negras de mi patria
era capaz
.................de besarte en los ojos.
Como una sombra más se levantan los árboles;
arde el reloj con el incendio, nieva sobre el helado
refugio de la vida.
.............................Todo
como una sombra más, como un último adiós
se ilumina y nos grita.
Te pido que no olvides. Aquella magia era
nuestro celeste mal, y puedo hablarte
de cuando el hombre estaba a solas
hace ya muchos siglos.
RONDA DEL HOMBRE II
DESPEDIDA
El y ella caminan por un campo
de sombras. Sienten,
bajo la noche, el sonoro concierto
de sus cuerpos; van
manos unidas, casi como al compás del corazón
que manda.
.....................─Escucha,
amor, cuántos árboles juntos.
................................................Ella
los va mirando ardientemente.
..................................................─Mira
cuántos árboles tiemblan.
...........................................Ella prefiere
mirar, abrir los ojos bien. «Cuando me beses…».
(Pensaba en los países
por los que llueven flores, en góndolas
sin sueño, en la saliva recia
de su amado.)
........................Van caminando
hacia el convento; pasan,
sin darse cuenta, por un puente
y un prado. «Si no fuera de noche…».
Deja el agua su friso, su organda de Israel
en plateados salmos. Van
hacia el convento únicamente.
—Mira mi pecho —dice—
como las piedras. Se miran
a los ojos; pone su mano
junto al pecho.
.........................—Mira, mira
mi humanidad. Ella le pone
su juventud al lado.
.................................Aprovechan
las sombras, el sueño dulce
de cada religión, la vida,
la caridad del cuerpo.
....................................(Las caderas,
la leche tibia
de sus muslos, la suavidad
de las tranquilas venas de sus pechos,
tiemblan, parecen
redimir, son carnes joven
calentada, puesta
por una vez al fuego
de los hombres.)
............................«Cuando me case…».
(Pensaba en las fugaces sombras
de la espera, en magnolias
abiertas, en el redondo abril
de los naranjos. Sedas templadas
y perfumes.)
......................«Cuando regreses
del cuartel…».
.........................Eran
de familias distintas en el pueblo.
De Coro de ánimas (1968):
SERES QUE AMÉ, PÁGINAS...
Seres
que amé, páginas
de un libro antiguo, huesos
oxidados, medallas, craneos difuntos que se deshacen
bajo la luz, voces
que se quejan, gritos
de desamparo. Veo sólo deshonra ante la muerte,
................................................................................miedo,
desconsuelo tal vez.
He aquí todo cuanto un hombre
puede tocar con su memoria, medir con el recuerdo
de su vida.
...................Somos los restos Somos
de un amor, que la piedad diluye en el olvido.
el cazador de fieras
y la fiera encerrada, la esperanza del águila
y su jaula.
.................Se oyen allí los rezos , los conjuros, las músicas
donde el hombre soñó. Mas no hay nada,
sabed, sólo el vacío habita
nuestra sangre. Sólo
el perdido disfraz
............................de todo lo que amamos
nos habla.
EN LA MANCHA
...............Broma
de aldeanos y frailes
es el trigo; trajín de monjas y doncellas.
...............Vengo al lugar
de los oscuros arciprestes
y la locura;
del entierro y el cuévano; de las tinajas
y el amor.
.................¡Qué estropicio de clérigos
se oye! Alguien destapa, desde el amanecer,
las orzas; los calderos
y el humo.
.................Suena el buen despertar
de las caderas,
los pechos y la música, la luz del vientre
y el mandil.
...................Altas posadas
trae la voz; adivinanzas y refranes.
¡Oh!, qué demonios
huelen a vino y a cartón, a despensa
y a cámara.
.......................¡Como
los diablos de la harina
dan sus saltos mortales, gozan estas mujeres
del aceite y el asma
con su oración!
............................Empiece ya el oficio
de las brujas; salgan
los monaguillos del alcohol
y la gloria.
Vosotros, los concejales del corazón,
¡a vuestras lámparas! ¡De prisa!
Vuelen de aquí
los ángeles; ¡a los tejados con su cantar
y su lumbre!, hagan sus curaciones
en la aldea, pisen
por las alcobas de la luz
descalzos.
.................Sí; rueden los ángeles
en traspiés, con sus cintas; caigan en el lagar
del sueño, en el esparto
de esta orgía;
.......................abierta está la jaula
de la locura,
desmemoriadas van las adivinadoras
de la lluvia, chupan de la garrafa
y el pellejo. Nada saben después, y traen las brujas
sus ungüentos, sus bálsamos,
....................................................hacen sus líquidos
para el amor, fórmulas blancas
para los casamientos; filtros, decires
para la deshonra; para no envejecer,
secretos y vendajes.
...................................¡Qué extraña claridad
es esta! Rondan los duendes del organdí
y el luto; brillan sus dichos
en las hoces, abren los aceiteros, recomiendan
el aceite y la sangre, pisan la uva, piensan,
crecen...
.................¡Ah!, no son libres,
reconocen la luz
que está cercana; se martirizan
en torno al cáñamo,
..................................hacen crujir
su cuerpo y su malicia. Noche
de altas aliagas
y sequía, de carretas
y pozos.
...............Pisan la buena yerba
de los muertos, mujeres con asfixia y grasa,
con lamparones y jarabes
ocultos.
..............Qué verdadero ruido
festeja en su cintura; qué cierta algarabía
se sujeta a sus muslos, chasca
por las mortajas de su corazón.
......................................................Y nace el día,
caen los desmanes de la noche
en su fondo. ¡Qué nueva fiesta
se prepara! ¡Qué retorno! ¡Qué procesión de aparecidos
es esta, que da aliento a mi alma! ¡Cómo la noche
tan calmada de voces, hizo herida!
NOCHE DE NAVIDAD
Te veo vivo
y sin consuelo,
padre. Aun a pesar de todo. Viendo
la vieja calma
del tilo, la fresca sombra
del ciprés, la senda
de la hormiga.
.........................Tú, padre, cómplice
del mal,
no salgas; no saques ya
la oreja y la nariz, que luego
corres por estos campos
del trigo, se te hace el paso loco, y tu mala
memoria, pisa la siembra
y cantas.
................¡Que aún pertenece
a todas estas cosas
tu dolor!
.............¡Padre, padre! ¿Otra vez?
Vuelve a esconderte. Vaya, vaya... No hay que sacarlo
de su agujero, porque no ve
y se ciega
con las cosas; y alborota, y le hace mucho ruido
la bebida, y el coñac
le hace ir hasta el pueblo,
y lo denuncian, y no quiere, en esta Navidad,
salirse de las casas. Y entra, remueve los baúles,
las alacenas, saca viejos papeles,
canela, perejil, y huele, huele...
cada garrafa, cada orza
sin vida.
...............Y es invierno,
y él se mete en el rio, y su catarro
tiembla
.............junto a los juncos
y la buena hierba. Padre, pero por qué ahora
bailas, ¡qué bien te veo!,
con qué pareja,
en este amanecer, va tu resaca, qué filtro vas a darle
sin precaución, qué beso en sus encias
o en su enagua
sin sangre, o dentro
del sostén.
...................¡Padre! ¡Padre!,
a qué este escándalo; ¿no ves...?, ¿no ves ... ?
Si ya te lo decía, y no haces caso
nunca.
...........Ven, ven, si tú estás muerto
ya. Hala, hala...,
no beses más aquí, ¡no le tires del pelo! Padre...
Si hace seis años de tu muerte.
Pero cómo decírtelo, si saltas, si no oyes, si va tu boca
casi al alba, y llegas a la alcoba, entras al dormitorio,
nos despiertas, te vas...
¡Qué amor habrá encontrado, si su aire
es de cansancio, y su camino es de tijeras y algodones
y gasas!
Aquí, si cada nochevieja
vengo, si en el bolsillo, junto a la voz de tu cadera
..................................................................................pongo
serpentinas, si traigo varias copas de más, y una botella
para ti. ¡Con qué cuidado
se la bebe! Y bromas, trucos, monjas sin cuerpo, ángeles, disfraces
de papel, hadas borrachas,
y alegría al andar; si traigo
mi ronquera y mi vino, la cal
de la pared de casa, aún en el hombro; y echo de la garrafa
como ladrón devoto
mi caridad.
...................Si así te sirvo. ¡Pero
qué juerga
piensas! ¡Padre!
............................Y nada,
nada, no se da cuenta que está muerto
y crece.
FIESTAS EN PRIEGO
Ahí, donde termina
la alta Alcarria, empieza el pino, hacen cuesta
las viñas, nacen sin esperanza
los centenos; ahí,
donde se oye sobre la piel el canto
de los grajos, está mi pueblo.
..................................................Lugar donde la noche se hace
desfiladero, sombra,
cañada...
..................Rondan las herramientas
mi corazón. Duermen las hoces
por mi sangre.
..........................Si al hombre
que soñó con el fruto
se le seca la flor, ¿vamos a estar alegres?
.......................................................................Tú,
que intentas hoy lucirte
con el pregón del año. Tú, que cuando empiece hoy
la música, en esta plaza
vas a buscar novia. Ahí, entre las sombras
del corral, está tu casa. Mucho
le ha crecido la hierba en estos
años de paz. Ves la ventana
de la cocina, las alacenas, los armarios... Buscas
tu habitación.
.........................En estas
tierras sin dueño
naciste tú. Desde aquí ves los montes, ves el trigo
que ardió. Quisieras
pensar que éste
no fue nunca tu pueblo.
........................................Árboles, sendas, atajos, hoces
y caminos. Sabes que nada
se celebra hoy aquí. Pero tu llegas siempre
para estas fechas. Y saludas a todos; los besas casi
con la mirada.
.........................Dicen
que en los más hondos lagares, sin dolor,
baila el buen vino. Mas aquí sólo
cantan secas tinajas, secos
corazones. ¡Fuera! ¡Fuera de aquí
los forasteros! ¡Estos que buscan
a la alegría! No entren. ¡Fuera! Si un año
hubo fiesta mayor, hoy sólo en estas gentes queda
la resaca y el miedo.
...................................¡Si hoy, la música,
no lucirá aunque toque; aunque despiertes
de madrugada, y oigas sus voces
de romería! Y, sin embargo, te parce q aún brilla un último
vaso de vino.
.......................Pero bien sé que tú nunca
te irás. Este
es tu pueblo.
Esta es tu casa. “Mira
la claridad del campo.” Y, mientras te despides, lloras
cerca del autobús. ¿Cómo
ibas a irte, tú que no sabes
que lo que salva a veces
es el odio?
De Fiesta en la oscuridad (1976):
FIESTA EN LA OSCURIDAD
Arrodillado ante tu cuerpo. ¡Oh tú!, verdad hecha de flores, apacible paisaje
de reyes y criados dando caza
sobre el jarrón vacío del recuerdo a ciervos encantados
bajo un ciclo de nubes en jauría
y sin paz. Y así la imagen
del séquito encendiéndose
en el fondo del ojo del animal que ha muerto. Brillan las armaduras
de los guerreros que regresan; se oyen en su mirada
los cascos del caballo que cruza
y el frío del relincho. Rocío de la noche,
sueño que me ha olvidado, eres; imaginada por mi lengua, nacida en el inmenso
nublo de la memoria. Álzase en el concierto de los aires y en la luz hecha música.
Inventada apareces, ¡oh tú!, espejo de las sombras, oscuridad de invierno,
pájaro de las corrientes dibujado en el agua. Hace tiempo
matáronme. La imagen de la muerte
reposa hoy en tus ojos. Sueña
el laúd en la alfombra de la noche, olvidado.
............Beso tu corta edad; subo la falda aquella de la infancia,
llora el deseo crecido en la niñez. Allá sobre el más hondo
dolor de haber vivido, yo te amo. Mientras, la luna entre los árboles
quema su sueño en libertad. Como un nido el deseo se sostiene en la cima
de un desnudo dichoso. Otros días
anduve entre las sábanas de la prostitución, donde se acepta nuestro beso
como negocio, no
como naufragio.
............................Y cae la tarde, y en los ojos del ciervo
las estrellas se olvidan. Cuántos
cuerpos que me despreciaron, desde el tuyo me aman. ¡Oh!, cuántos
rostros y pechos y desnudos
nacen de ti, silenciosa y oculta, fiesta en la oscuridad, flor que ha crecido
sin juventud, y yace
sobre la tumba de su arena, como un dios inventado.
Sobre el jardín
cae la lluvia incendiándose. Tras el disfraz de su linaje
monta el rey en las hembras
de los labriegos. Cruzan las águilas baldías
del corazón, la cumbre de la sangre. Rara es la complacencia de esta orgía
donde la servidumbre asciende, humillada entre risas
de licor medieval; movidos por los hilos del alcohol, amenazados
por la navaja del destino, bufones de este reino, donde tan sólo somos los residuos
de una hoguera apagada.
...........................................Mira nuestros desnudos, ese
reflejo de oro de nuestra pobreza, ardiendo en la mirada de cristal, tendido en los profundos bosques
de los ojos del ciervo que, hace años, mataron. Tu cuerpo es residencia
y es hogar de otros cuerpos. Sobre tu espalda crecen los milagros, vienen
a beber de mi sed otras espaldas. ¡Oh! mira, ésa de hombros tranquilos, llena de soledad
y de humildad, o esa
que respira en asombro, derribada y gentil; o aquella de
vuelo moreno como el del halcón; o esa otra de ahí , amiga de la noche,
que no tiene nombre, sino precio; o la que se arrodilla cuando ama, esa
que nace del olvido y ya tiembla
de amor. En tu cuello indefenso aún vive
toda la adolescencia y la inocencia
de aquellos días. Cárcel
y hospital es la luz para los sentidos. La claridad destiñe a la materia; envilece el sonido
de las palabras, quema las sombras, desvanece el recinto de los sueños
y el lecho donde amaban.
......................En qué perdido paraíso, sobre qué antiguas nubes
rezan por ti mis ángeles. Qué negras alas llevan
mi cerebro a tu cuerpo. En los altares de la carne cumplen
el dolor y la vida. Apaga tú esa noche, esa
que en la mentira crece, que fermenta en la nieve
del desdén y el olvido. Bajo las cumbres de la tarde
bajo esa luz que, por un momento, da color de azafrán
a la senda y al monte, la libertad nos mira
con sus ojos vacíos. Parece que no fuera
a cerrarlos jamás.
EL DEMONIO
............En ningún lugar
es venerado tanto nuestro demonio
como en las iglesias. Esta es la casa
de su infancia, y su sucio hospital. Y pasea ─¿qué impulso
o deseo mortal nos traicionó?─, vive
de las casullas, duerme bajo el oscuro
rincón de las sotanas. Nada amanece
tan borracho como él. ¡Subir, y poder maldecir allí
a la vida! Pero siempre, siempre se nos acuesta
con el ama del cura, nace
de entre las cortas
faldas de nuestra orfandad.
..................................................Prueba, prueba el mal vino
de nuestra sacristía, de nuestro atrio
o corazón en vela. ¿Sólo aquí es alabanza?, ¿sólo aquí se discute
su falso precio?, ¿su sombra
falsa y sin aventura? Miel
que comeríamos, si llegase a cuajar. Mas como el duende
de la niñez, nuestro demonio crece
por nuestra sangre, bajo la pálida vigilia
de nuestro miedo. Como
una vieja mañana, piso su habitación. ¡Oh, niños
rosarieros! No más, no más
llanto sobre la noche; nunca la voz, el alto
vicio y escándalo
de nuestra soledad, de vuestra sola
mirada sin perdón.
..................................¡Oh!, hueco raso del día,
que es ya la noche; acude, abre las puertas tú, deja
que la mañana pise nuestra alcoba. Aquí,
no fue el tranquilo
respirar de las sombras; no en el rincón de casa
vivió el duende, ni bajo la chimenea de nuestro ocio
guisó su caldo, mojó sus hierbas, sus crisantemos, hizo
sus recetas, sus fórmulas
para la salvación. No en este trago seco
de aguardiente o anís; ni tras la lumbre
de las putas viejas, hartas
de malicia y recados, de chismes y visitas,
se esconde. Ni en la mano invisible
del ladrón, él está. ¿Dónde entonces?,
¿dónde tú, bestia inútil, animal sin dueño?, ¿dónde
tu presencia, que yo tanto he buscado?
.......................................................................Siempre
bajo el reclinatorio de la incertidumbre, a la sombra del púlpito, cerca
del frescor de la cúpula, de nuestro ser, en vano.
.........................................................................................Perdida
la memoria de dios, el fraile
sólo a ti acude, y por huir de ti
te toca el ala. ¡Oh!, llegan los ángeles, nacen
de tu cuerpo los ángeles: en él tiembla
su amor. De qué odres o sombras
de mi vida naciste tú; en qué viejos altares
o sacrificios de mi sangre, recé por ti. Canta
en la seca llanura del deseo
mi infancia. Ven, ven como entonces, come
tú de mi bajo
ser que en ti anida. Gracias a ti
es la ciencia y el mundo.
............¡Ah, si al fin tú existieras!
Diego Jesús Jiménez Biografía
Nacido en Madrid, Diego Jesús Jiménez pasó su infancia en Priego (Cuenca) y su adolescencia en la capital conquense. Estudió bachillerato en Barcelona y preuniversitario en Cuenca. Se licenció en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, especializándose en temas culturales. Trabajó en el Ministerio de Información y Turismo y en los años setenta fundó la colección de poesía Alfa de Editora Nacional, de la que fue despedido en 1977 por su defensa de las libertades durante la Transición, en la que militó en el Partido Comunista de España (fue miembro de su comisión de Cultura) y en el movimiento vecinal.
Tras su intensa militancia política, desde 1982 se dedicó exclusivamente a la pintura y a la poesía. En 1964 obtuvo el premio Adonáis por La ciudad, y en 1968, el Nacional de Poesía por Coro de ánimas, premio que volvió a obtener en 1997 por Itinerario para náufragos.
Situado entre la generación del 50 y los Novísimos, la poesía de Diego Jesús Jiménez se independiza de estos modelos, por lo que, para algunos, forma parte de la Generación del 68, con Pere Gimferrer y Manuel Vázquez Montalbán. Posee un carácter visionario, pero legible, que algunos han definido como un neorromanticismo cívico. Según Juan José Lanz:
Su poesía se funda en una concepción anticipatoria del arte: la poesía anticipa en su escritura, a través del sueño, algo que la realidad no puede darnos. La concepción del arte como anticipación adquiere una dimensión comprometida que revierte en la realidad soñada como materialización, a través de la escritura de una utopía superadora del sistema social de valores vigente. Si el arte posee una capacidad anticipadora de la realidad, la palabra poética adquiere un carácter performativo, por el que materializa en el lenguaje la utopía que nombra.
Como pintor, realizó su primera exposición pública en junio de 1991, en la galería Kreisler de Madrid. Según reconocía, "la pintura es el lenguaje que prefiero (...), me siento más pintor que poeta".
El Instituto de Educación Secundaria de la localidad de Priego lleva su nombre.
(Sacado de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] )
*
Algunos poemas de Diego Jesús Jiménez:
De La ciudad (1965):
RONDA DE LA NOCHE I
..........Nunca lo olvides:
sobre las noches negras de mi patria
era capaz
.................de besarte en los ojos.
Contémplame. ¿No es cierto
acaso, que es el dolor
el que regresa, el que vuelve a ocupar
la misma casa, el que anda perdido
ante el mismo dintel,
.................................y no se atreve;
ante los mismos campos,
.......................................y solloza;
ante el mismo huracán,
.....................................y se le lleva
¡oh fiel bondad! al hombre
su escapulario único y sencillo?
.................................................Nunca lo olvides.
Estamos esperando; de un momento a otro
vendrá el aire. No serán necesarios
nuestros sueños, nuestros turbios aullidos, nuestras primeras
elocuencias.
....................Bajo la noche
arde el silencio, tiembla
la soledad, crujen las sombras
de la muerte; alguien
desfavorablemente besa a una mujer, se enfrentan a solas.
Te pido que no olvides, que no lo olvides
nunca. Aquella madrugada y aquel himno guerrero nos recuerdan.
Estos son mis dos brazos, mis dos escalofríos, dos unidades
con temblor. Y, sin embargo, ves,
pueden herirte
dos momentos alegres, dos pulseras de cobre inofensivas
bajo la soledad, pura arcilla aldeana.
.............................................................Así he querido alzarte:
como a un sueño lejano y galopar contigo
bajo la dura siembra, el testamento duro
de la noche.
.....................Y así te tuve: única y amarga
como el buen peregrino, el necesario caminante
de la tierra vencida; como el que sabe
que su amor es único, que es único su mal
y eleva su pregunta, y va así caminando
bajo la alta palabra, bajo el mundo tranquilo
de su estrella, hombre
con su dolor, bestia nacida
llegando ya el vacío.
.................................Te pido que no olvides
mi voz; supo nombrarte. Descabalgué
cuando la tierra estaba dolorida, desmantelado
el hombre;
sobre las noches negras de mi patria
era capaz
.................de besarte en los ojos.
Como una sombra más se levantan los árboles;
arde el reloj con el incendio, nieva sobre el helado
refugio de la vida.
.............................Todo
como una sombra más, como un último adiós
se ilumina y nos grita.
Te pido que no olvides. Aquella magia era
nuestro celeste mal, y puedo hablarte
de cuando el hombre estaba a solas
hace ya muchos siglos.
RONDA DEL HOMBRE II
DESPEDIDA
El y ella caminan por un campo
de sombras. Sienten,
bajo la noche, el sonoro concierto
de sus cuerpos; van
manos unidas, casi como al compás del corazón
que manda.
.....................─Escucha,
amor, cuántos árboles juntos.
................................................Ella
los va mirando ardientemente.
..................................................─Mira
cuántos árboles tiemblan.
...........................................Ella prefiere
mirar, abrir los ojos bien. «Cuando me beses…».
(Pensaba en los países
por los que llueven flores, en góndolas
sin sueño, en la saliva recia
de su amado.)
........................Van caminando
hacia el convento; pasan,
sin darse cuenta, por un puente
y un prado. «Si no fuera de noche…».
Deja el agua su friso, su organda de Israel
en plateados salmos. Van
hacia el convento únicamente.
—Mira mi pecho —dice—
como las piedras. Se miran
a los ojos; pone su mano
junto al pecho.
.........................—Mira, mira
mi humanidad. Ella le pone
su juventud al lado.
.................................Aprovechan
las sombras, el sueño dulce
de cada religión, la vida,
la caridad del cuerpo.
....................................(Las caderas,
la leche tibia
de sus muslos, la suavidad
de las tranquilas venas de sus pechos,
tiemblan, parecen
redimir, son carnes joven
calentada, puesta
por una vez al fuego
de los hombres.)
............................«Cuando me case…».
(Pensaba en las fugaces sombras
de la espera, en magnolias
abiertas, en el redondo abril
de los naranjos. Sedas templadas
y perfumes.)
......................«Cuando regreses
del cuartel…».
.........................Eran
de familias distintas en el pueblo.
De Coro de ánimas (1968):
SERES QUE AMÉ, PÁGINAS...
Seres
que amé, páginas
de un libro antiguo, huesos
oxidados, medallas, craneos difuntos que se deshacen
bajo la luz, voces
que se quejan, gritos
de desamparo. Veo sólo deshonra ante la muerte,
................................................................................miedo,
desconsuelo tal vez.
He aquí todo cuanto un hombre
puede tocar con su memoria, medir con el recuerdo
de su vida.
...................Somos los restos Somos
de un amor, que la piedad diluye en el olvido.
el cazador de fieras
y la fiera encerrada, la esperanza del águila
y su jaula.
.................Se oyen allí los rezos , los conjuros, las músicas
donde el hombre soñó. Mas no hay nada,
sabed, sólo el vacío habita
nuestra sangre. Sólo
el perdido disfraz
............................de todo lo que amamos
nos habla.
EN LA MANCHA
...............Broma
de aldeanos y frailes
es el trigo; trajín de monjas y doncellas.
...............Vengo al lugar
de los oscuros arciprestes
y la locura;
del entierro y el cuévano; de las tinajas
y el amor.
.................¡Qué estropicio de clérigos
se oye! Alguien destapa, desde el amanecer,
las orzas; los calderos
y el humo.
.................Suena el buen despertar
de las caderas,
los pechos y la música, la luz del vientre
y el mandil.
...................Altas posadas
trae la voz; adivinanzas y refranes.
¡Oh!, qué demonios
huelen a vino y a cartón, a despensa
y a cámara.
.......................¡Como
los diablos de la harina
dan sus saltos mortales, gozan estas mujeres
del aceite y el asma
con su oración!
............................Empiece ya el oficio
de las brujas; salgan
los monaguillos del alcohol
y la gloria.
Vosotros, los concejales del corazón,
¡a vuestras lámparas! ¡De prisa!
Vuelen de aquí
los ángeles; ¡a los tejados con su cantar
y su lumbre!, hagan sus curaciones
en la aldea, pisen
por las alcobas de la luz
descalzos.
.................Sí; rueden los ángeles
en traspiés, con sus cintas; caigan en el lagar
del sueño, en el esparto
de esta orgía;
.......................abierta está la jaula
de la locura,
desmemoriadas van las adivinadoras
de la lluvia, chupan de la garrafa
y el pellejo. Nada saben después, y traen las brujas
sus ungüentos, sus bálsamos,
....................................................hacen sus líquidos
para el amor, fórmulas blancas
para los casamientos; filtros, decires
para la deshonra; para no envejecer,
secretos y vendajes.
...................................¡Qué extraña claridad
es esta! Rondan los duendes del organdí
y el luto; brillan sus dichos
en las hoces, abren los aceiteros, recomiendan
el aceite y la sangre, pisan la uva, piensan,
crecen...
.................¡Ah!, no son libres,
reconocen la luz
que está cercana; se martirizan
en torno al cáñamo,
..................................hacen crujir
su cuerpo y su malicia. Noche
de altas aliagas
y sequía, de carretas
y pozos.
...............Pisan la buena yerba
de los muertos, mujeres con asfixia y grasa,
con lamparones y jarabes
ocultos.
..............Qué verdadero ruido
festeja en su cintura; qué cierta algarabía
se sujeta a sus muslos, chasca
por las mortajas de su corazón.
......................................................Y nace el día,
caen los desmanes de la noche
en su fondo. ¡Qué nueva fiesta
se prepara! ¡Qué retorno! ¡Qué procesión de aparecidos
es esta, que da aliento a mi alma! ¡Cómo la noche
tan calmada de voces, hizo herida!
NOCHE DE NAVIDAD
Te veo vivo
y sin consuelo,
padre. Aun a pesar de todo. Viendo
la vieja calma
del tilo, la fresca sombra
del ciprés, la senda
de la hormiga.
.........................Tú, padre, cómplice
del mal,
no salgas; no saques ya
la oreja y la nariz, que luego
corres por estos campos
del trigo, se te hace el paso loco, y tu mala
memoria, pisa la siembra
y cantas.
................¡Que aún pertenece
a todas estas cosas
tu dolor!
.............¡Padre, padre! ¿Otra vez?
Vuelve a esconderte. Vaya, vaya... No hay que sacarlo
de su agujero, porque no ve
y se ciega
con las cosas; y alborota, y le hace mucho ruido
la bebida, y el coñac
le hace ir hasta el pueblo,
y lo denuncian, y no quiere, en esta Navidad,
salirse de las casas. Y entra, remueve los baúles,
las alacenas, saca viejos papeles,
canela, perejil, y huele, huele...
cada garrafa, cada orza
sin vida.
...............Y es invierno,
y él se mete en el rio, y su catarro
tiembla
.............junto a los juncos
y la buena hierba. Padre, pero por qué ahora
bailas, ¡qué bien te veo!,
con qué pareja,
en este amanecer, va tu resaca, qué filtro vas a darle
sin precaución, qué beso en sus encias
o en su enagua
sin sangre, o dentro
del sostén.
...................¡Padre! ¡Padre!,
a qué este escándalo; ¿no ves...?, ¿no ves ... ?
Si ya te lo decía, y no haces caso
nunca.
...........Ven, ven, si tú estás muerto
ya. Hala, hala...,
no beses más aquí, ¡no le tires del pelo! Padre...
Si hace seis años de tu muerte.
Pero cómo decírtelo, si saltas, si no oyes, si va tu boca
casi al alba, y llegas a la alcoba, entras al dormitorio,
nos despiertas, te vas...
¡Qué amor habrá encontrado, si su aire
es de cansancio, y su camino es de tijeras y algodones
y gasas!
Aquí, si cada nochevieja
vengo, si en el bolsillo, junto a la voz de tu cadera
..................................................................................pongo
serpentinas, si traigo varias copas de más, y una botella
para ti. ¡Con qué cuidado
se la bebe! Y bromas, trucos, monjas sin cuerpo, ángeles, disfraces
de papel, hadas borrachas,
y alegría al andar; si traigo
mi ronquera y mi vino, la cal
de la pared de casa, aún en el hombro; y echo de la garrafa
como ladrón devoto
mi caridad.
...................Si así te sirvo. ¡Pero
qué juerga
piensas! ¡Padre!
............................Y nada,
nada, no se da cuenta que está muerto
y crece.
FIESTAS EN PRIEGO
Ahí, donde termina
la alta Alcarria, empieza el pino, hacen cuesta
las viñas, nacen sin esperanza
los centenos; ahí,
donde se oye sobre la piel el canto
de los grajos, está mi pueblo.
..................................................Lugar donde la noche se hace
desfiladero, sombra,
cañada...
..................Rondan las herramientas
mi corazón. Duermen las hoces
por mi sangre.
..........................Si al hombre
que soñó con el fruto
se le seca la flor, ¿vamos a estar alegres?
.......................................................................Tú,
que intentas hoy lucirte
con el pregón del año. Tú, que cuando empiece hoy
la música, en esta plaza
vas a buscar novia. Ahí, entre las sombras
del corral, está tu casa. Mucho
le ha crecido la hierba en estos
años de paz. Ves la ventana
de la cocina, las alacenas, los armarios... Buscas
tu habitación.
.........................En estas
tierras sin dueño
naciste tú. Desde aquí ves los montes, ves el trigo
que ardió. Quisieras
pensar que éste
no fue nunca tu pueblo.
........................................Árboles, sendas, atajos, hoces
y caminos. Sabes que nada
se celebra hoy aquí. Pero tu llegas siempre
para estas fechas. Y saludas a todos; los besas casi
con la mirada.
.........................Dicen
que en los más hondos lagares, sin dolor,
baila el buen vino. Mas aquí sólo
cantan secas tinajas, secos
corazones. ¡Fuera! ¡Fuera de aquí
los forasteros! ¡Estos que buscan
a la alegría! No entren. ¡Fuera! Si un año
hubo fiesta mayor, hoy sólo en estas gentes queda
la resaca y el miedo.
...................................¡Si hoy, la música,
no lucirá aunque toque; aunque despiertes
de madrugada, y oigas sus voces
de romería! Y, sin embargo, te parce q aún brilla un último
vaso de vino.
.......................Pero bien sé que tú nunca
te irás. Este
es tu pueblo.
Esta es tu casa. “Mira
la claridad del campo.” Y, mientras te despides, lloras
cerca del autobús. ¿Cómo
ibas a irte, tú que no sabes
que lo que salva a veces
es el odio?
De Fiesta en la oscuridad (1976):
FIESTA EN LA OSCURIDAD
Arrodillado ante tu cuerpo. ¡Oh tú!, verdad hecha de flores, apacible paisaje
de reyes y criados dando caza
sobre el jarrón vacío del recuerdo a ciervos encantados
bajo un ciclo de nubes en jauría
y sin paz. Y así la imagen
del séquito encendiéndose
en el fondo del ojo del animal que ha muerto. Brillan las armaduras
de los guerreros que regresan; se oyen en su mirada
los cascos del caballo que cruza
y el frío del relincho. Rocío de la noche,
sueño que me ha olvidado, eres; imaginada por mi lengua, nacida en el inmenso
nublo de la memoria. Álzase en el concierto de los aires y en la luz hecha música.
Inventada apareces, ¡oh tú!, espejo de las sombras, oscuridad de invierno,
pájaro de las corrientes dibujado en el agua. Hace tiempo
matáronme. La imagen de la muerte
reposa hoy en tus ojos. Sueña
el laúd en la alfombra de la noche, olvidado.
............Beso tu corta edad; subo la falda aquella de la infancia,
llora el deseo crecido en la niñez. Allá sobre el más hondo
dolor de haber vivido, yo te amo. Mientras, la luna entre los árboles
quema su sueño en libertad. Como un nido el deseo se sostiene en la cima
de un desnudo dichoso. Otros días
anduve entre las sábanas de la prostitución, donde se acepta nuestro beso
como negocio, no
como naufragio.
............................Y cae la tarde, y en los ojos del ciervo
las estrellas se olvidan. Cuántos
cuerpos que me despreciaron, desde el tuyo me aman. ¡Oh!, cuántos
rostros y pechos y desnudos
nacen de ti, silenciosa y oculta, fiesta en la oscuridad, flor que ha crecido
sin juventud, y yace
sobre la tumba de su arena, como un dios inventado.
Sobre el jardín
cae la lluvia incendiándose. Tras el disfraz de su linaje
monta el rey en las hembras
de los labriegos. Cruzan las águilas baldías
del corazón, la cumbre de la sangre. Rara es la complacencia de esta orgía
donde la servidumbre asciende, humillada entre risas
de licor medieval; movidos por los hilos del alcohol, amenazados
por la navaja del destino, bufones de este reino, donde tan sólo somos los residuos
de una hoguera apagada.
...........................................Mira nuestros desnudos, ese
reflejo de oro de nuestra pobreza, ardiendo en la mirada de cristal, tendido en los profundos bosques
de los ojos del ciervo que, hace años, mataron. Tu cuerpo es residencia
y es hogar de otros cuerpos. Sobre tu espalda crecen los milagros, vienen
a beber de mi sed otras espaldas. ¡Oh! mira, ésa de hombros tranquilos, llena de soledad
y de humildad, o esa
que respira en asombro, derribada y gentil; o aquella de
vuelo moreno como el del halcón; o esa otra de ahí , amiga de la noche,
que no tiene nombre, sino precio; o la que se arrodilla cuando ama, esa
que nace del olvido y ya tiembla
de amor. En tu cuello indefenso aún vive
toda la adolescencia y la inocencia
de aquellos días. Cárcel
y hospital es la luz para los sentidos. La claridad destiñe a la materia; envilece el sonido
de las palabras, quema las sombras, desvanece el recinto de los sueños
y el lecho donde amaban.
......................En qué perdido paraíso, sobre qué antiguas nubes
rezan por ti mis ángeles. Qué negras alas llevan
mi cerebro a tu cuerpo. En los altares de la carne cumplen
el dolor y la vida. Apaga tú esa noche, esa
que en la mentira crece, que fermenta en la nieve
del desdén y el olvido. Bajo las cumbres de la tarde
bajo esa luz que, por un momento, da color de azafrán
a la senda y al monte, la libertad nos mira
con sus ojos vacíos. Parece que no fuera
a cerrarlos jamás.
EL DEMONIO
............En ningún lugar
es venerado tanto nuestro demonio
como en las iglesias. Esta es la casa
de su infancia, y su sucio hospital. Y pasea ─¿qué impulso
o deseo mortal nos traicionó?─, vive
de las casullas, duerme bajo el oscuro
rincón de las sotanas. Nada amanece
tan borracho como él. ¡Subir, y poder maldecir allí
a la vida! Pero siempre, siempre se nos acuesta
con el ama del cura, nace
de entre las cortas
faldas de nuestra orfandad.
..................................................Prueba, prueba el mal vino
de nuestra sacristía, de nuestro atrio
o corazón en vela. ¿Sólo aquí es alabanza?, ¿sólo aquí se discute
su falso precio?, ¿su sombra
falsa y sin aventura? Miel
que comeríamos, si llegase a cuajar. Mas como el duende
de la niñez, nuestro demonio crece
por nuestra sangre, bajo la pálida vigilia
de nuestro miedo. Como
una vieja mañana, piso su habitación. ¡Oh, niños
rosarieros! No más, no más
llanto sobre la noche; nunca la voz, el alto
vicio y escándalo
de nuestra soledad, de vuestra sola
mirada sin perdón.
..................................¡Oh!, hueco raso del día,
que es ya la noche; acude, abre las puertas tú, deja
que la mañana pise nuestra alcoba. Aquí,
no fue el tranquilo
respirar de las sombras; no en el rincón de casa
vivió el duende, ni bajo la chimenea de nuestro ocio
guisó su caldo, mojó sus hierbas, sus crisantemos, hizo
sus recetas, sus fórmulas
para la salvación. No en este trago seco
de aguardiente o anís; ni tras la lumbre
de las putas viejas, hartas
de malicia y recados, de chismes y visitas,
se esconde. Ni en la mano invisible
del ladrón, él está. ¿Dónde entonces?,
¿dónde tú, bestia inútil, animal sin dueño?, ¿dónde
tu presencia, que yo tanto he buscado?
.......................................................................Siempre
bajo el reclinatorio de la incertidumbre, a la sombra del púlpito, cerca
del frescor de la cúpula, de nuestro ser, en vano.
.........................................................................................Perdida
la memoria de dios, el fraile
sólo a ti acude, y por huir de ti
te toca el ala. ¡Oh!, llegan los ángeles, nacen
de tu cuerpo los ángeles: en él tiembla
su amor. De qué odres o sombras
de mi vida naciste tú; en qué viejos altares
o sacrificios de mi sangre, recé por ti. Canta
en la seca llanura del deseo
mi infancia. Ven, ven como entonces, come
tú de mi bajo
ser que en ti anida. Gracias a ti
es la ciencia y el mundo.
............¡Ah, si al fin tú existieras!
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