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Rafael Espejo (Palma del Río, provincia de Córdoba, 3 de septiembre de 1975) es un poeta español en lengua española.
Biografía
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y Máster en Gestión Cultural por la Universidad de Granada y la Universidad de Sevilla.
Ejerce como profesor de escritura creativa, lector editorial, articulista de opinión en prensa y crítico literario en revistas especializadas como La Estafeta del Viento, Cuadernos Hispanoamericanos, El maquinista de la generación, Paraíso, Los diablos azules, etc.
Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al francés, al portugués, al árabe y al italiano.
En 2009 fundó La Catrina, agrupación que unía a sus poemas acompañamiento musical, danza y animaciones visuales, y que dio lugar en 2011 a Los duelistas, junto a Montañés (teclado y sintetizador) y Jhonny Moreno (acordeón y chelo).
Vive en Andalucía.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Espejo )
*
Algunos poemas de Rafael Espejo, de su libro Hierba en los tejados, Pre-Textos2015.
PRIMER ADIÓS A UNO DE LOS MÍOS
Sobre mi cama
qué postizo
.....................y que afín
tu cadáver. Virginia.
No era carne en alerta
ni espíritu en reposo.
No lo toqué, o quise.
¿Qué podía decirle
a un no-tú tan absurdo?
Pero sí, lo comprendo,
ya es difícil morir
como para ocuparse
de que el cadáver signifique algo.
Nada.
Quizá por eso
me hechizaba tu muerte, me aturdía
su perfección,
su antimilagro puro.
HIPÓTESIS
Si muero alguna vez
no quiero camposantos:
qué ridícula imagen de la muerte
que es inmensa,
apresada en un féretro.
Si llegase a morir
no me echéis a una hoguera:
debo respeto al cuerpo que me da cobijo,
y dado que es de agua
no lo ofendáis con fuego.
Si por error muriese
no me aromaticéis,
no me mortifiquéis,
dejadme estar.
Si finalmente he de morir un día
enterradme sin rito en un monte collado,
desnudo como vine
para que en otra era,
si una muchacha pasa silbando por ahí,
si tropieza con una piedra blanca
que se asoma a la tierra,
quizá la desincruste
y frote con cariño mi cráneo inmaculado,
y lo acerque a su oreja
...........................................y oiga atenta el rumor
de un teatro vacío.
GÉNESIS
Y una sorda explosión
con masas disparadas de energías eufóricas,
fisiones, colisiones,
espacios siderales
.................................más hondos cada vez
nebulosas gestando,
asteroides sin norte,
planjetas que se quedan a vivir
al calor de una estrella:
un amor verdadero.
Y en un colmo de azares,
cumplida ya una atmósfera
para hacer mundo,
una memoria basa el ciclo de los climas,
el baile de la luna con la Tierra
y el baile de los mares a la luna;
tras algún meteorito fecundado quizá
la primera molécula que se obedece a sí,
la voluntad primera con el sexo
un astro creativo que prolifera vida, compañía
en su8s múltiples modos:
lentas algas a ciegas
abandonando el agua,
ácaros serviciales
(unicornios a escala 1.000.000:1).
carnívoros sin fe,
vertebrados y no;
los que vuelan dan gracias por la oportunidad,
otros bucean, inconmensurables;
arbóreos, subterráneos, extinguidos, ocultos.
Y,m poco a poco, instando inteligencia
la adaptación al medio
he aquí el lenguaje,
buscando realidad a lo que significo.
DEL BUEN APETITO
Mientras troceo los calabacines
en dados imperfectos
tú cantas lo que canta
una italiana desde el transistor.
En la sartén
el aceite festeja la cebolla
con burbujas, la doran en seguida:
dramática belleza.
Tú sigues deambulando por las habitaciones,
de rama en rama como una calandria
absorta en su piar.
El tomate hace aguas,
los ajos machacados beben agua
de tomate.
Pasas por la cocina
silbando un estribillo.
Me abrazas por detrás:
¿estás pensando en mí?
En la sartén el huevo
envuelve de placenta las verduras.
Revuelto con espárragos, te digo.
Me besas: Yo también.
POSTAL ROTA CON MUJER EN PEDAZOS
Era invierno en aquella buhardilla
pero no le importaba levantarse desnuda,
calentar agua.
Pisaba sin temor, a planta llenja,
escuchando llover sobre el tejado.
Mística o terrenal,
tenía una pequeña isla de vello
en el cóccix.
Nos pasamos tres días entre mantas,
porque cuando se es joven no hay tiempo que perder.
¿Hemos llegado ya?
me preguntó su boca enrojecida.
Y era glucoso el vaho.
Luego todo acabó.
Como dioses errantes
regresamos al mundo.
Si digo invierno ahora
echo de menos a alguien que no sé
si alguna vez he sido.
RAFAEL ESPEJO, Hierba en los tejados, Pre-Textos, 2015
Rafael Espejo (Palma del Río, provincia de Córdoba, 3 de septiembre de 1975) es un poeta español en lengua española.
Biografía
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y Máster en Gestión Cultural por la Universidad de Granada y la Universidad de Sevilla.
Ejerce como profesor de escritura creativa, lector editorial, articulista de opinión en prensa y crítico literario en revistas especializadas como La Estafeta del Viento, Cuadernos Hispanoamericanos, El maquinista de la generación, Paraíso, Los diablos azules, etc.
Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al francés, al portugués, al árabe y al italiano.
En 2009 fundó La Catrina, agrupación que unía a sus poemas acompañamiento musical, danza y animaciones visuales, y que dio lugar en 2011 a Los duelistas, junto a Montañés (teclado y sintetizador) y Jhonny Moreno (acordeón y chelo).
Vive en Andalucía.
(Sacado de https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Espejo )
*
Algunos poemas de Rafael Espejo, de su libro Hierba en los tejados, Pre-Textos2015.
PRIMER ADIÓS A UNO DE LOS MÍOS
Sobre mi cama
qué postizo
.....................y que afín
tu cadáver. Virginia.
No era carne en alerta
ni espíritu en reposo.
No lo toqué, o quise.
¿Qué podía decirle
a un no-tú tan absurdo?
Pero sí, lo comprendo,
ya es difícil morir
como para ocuparse
de que el cadáver signifique algo.
Nada.
Quizá por eso
me hechizaba tu muerte, me aturdía
su perfección,
su antimilagro puro.
HIPÓTESIS
Si muero alguna vez
no quiero camposantos:
qué ridícula imagen de la muerte
que es inmensa,
apresada en un féretro.
Si llegase a morir
no me echéis a una hoguera:
debo respeto al cuerpo que me da cobijo,
y dado que es de agua
no lo ofendáis con fuego.
Si por error muriese
no me aromaticéis,
no me mortifiquéis,
dejadme estar.
Si finalmente he de morir un día
enterradme sin rito en un monte collado,
desnudo como vine
para que en otra era,
si una muchacha pasa silbando por ahí,
si tropieza con una piedra blanca
que se asoma a la tierra,
quizá la desincruste
y frote con cariño mi cráneo inmaculado,
y lo acerque a su oreja
...........................................y oiga atenta el rumor
de un teatro vacío.
GÉNESIS
Y una sorda explosión
con masas disparadas de energías eufóricas,
fisiones, colisiones,
espacios siderales
.................................más hondos cada vez
nebulosas gestando,
asteroides sin norte,
planjetas que se quedan a vivir
al calor de una estrella:
un amor verdadero.
Y en un colmo de azares,
cumplida ya una atmósfera
para hacer mundo,
una memoria basa el ciclo de los climas,
el baile de la luna con la Tierra
y el baile de los mares a la luna;
tras algún meteorito fecundado quizá
la primera molécula que se obedece a sí,
la voluntad primera con el sexo
un astro creativo que prolifera vida, compañía
en su8s múltiples modos:
lentas algas a ciegas
abandonando el agua,
ácaros serviciales
(unicornios a escala 1.000.000:1).
carnívoros sin fe,
vertebrados y no;
los que vuelan dan gracias por la oportunidad,
otros bucean, inconmensurables;
arbóreos, subterráneos, extinguidos, ocultos.
Y,m poco a poco, instando inteligencia
la adaptación al medio
he aquí el lenguaje,
buscando realidad a lo que significo.
DEL BUEN APETITO
Mientras troceo los calabacines
en dados imperfectos
tú cantas lo que canta
una italiana desde el transistor.
En la sartén
el aceite festeja la cebolla
con burbujas, la doran en seguida:
dramática belleza.
Tú sigues deambulando por las habitaciones,
de rama en rama como una calandria
absorta en su piar.
El tomate hace aguas,
los ajos machacados beben agua
de tomate.
Pasas por la cocina
silbando un estribillo.
Me abrazas por detrás:
¿estás pensando en mí?
En la sartén el huevo
envuelve de placenta las verduras.
Revuelto con espárragos, te digo.
Me besas: Yo también.
POSTAL ROTA CON MUJER EN PEDAZOS
Era invierno en aquella buhardilla
pero no le importaba levantarse desnuda,
calentar agua.
Pisaba sin temor, a planta llenja,
escuchando llover sobre el tejado.
Mística o terrenal,
tenía una pequeña isla de vello
en el cóccix.
Nos pasamos tres días entre mantas,
porque cuando se es joven no hay tiempo que perder.
¿Hemos llegado ya?
me preguntó su boca enrojecida.
Y era glucoso el vaho.
Luego todo acabó.
Como dioses errantes
regresamos al mundo.
Si digo invierno ahora
echo de menos a alguien que no sé
si alguna vez he sido.
RAFAEL ESPEJO, Hierba en los tejados, Pre-Textos, 2015
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