.
Cuando yo era pequeño, Milagros me sentaba en sus rodillas y me contaba cuentos. Trabajaba en casa de mi madre. Era gallega, de una aldea cercana a Barco de Valdeorras, en Ourense, y desde muy joven se había puesto a servir para ayudar en la economía de su familia. Era buena, fuerte, trabajadora e inteligente.
En los años 60, cuando la emigración española a Europa, se fue a Suiza a trabajar en casa de un médico. Eran católicos y vivían en una torre ajardinada de un pueblecito próximo a Zurich.
Durante un verano hice un intercambio con un hijo del doctor. Estuvo él un mes con nosotros en Lloret de Mar y yo otro en su casa cerca de Zurich. Recuerdo que allí solo se cenaba té y tarta de manzana. Suerte tuve de los chorizos que Milagros se había traído de su pueblo.
Cada vez que Milagros venía a Barcelona para visitar a una hermana casada, nos pasaba a ver. También venía después de jubilarse. En una de estas visitas, supo que yo me había separado y me dijo que cómo no se lo había dicho, y se ofreció para venir a cuidarme.
De jubilada, Milagros, con la pensión que recibía de Suiza, se fue a vivir a su pueblo. Siempre me decía que fuera a verla, que pasara unos días en su casa, pero nunca encontré el momento de hacerlo.
Milagros acostumbraba llamarme por Navidades para felicitarme las fiestas. Un año no lo hizo y la llamé yo. Se puso un hermano suyo al teléfono:
Pedro Casas Serra (Siento pasar el tiempo. Poemas reunidos 1987-2023)
2020-03-01 a 2020-04-12 RECUERDOS DURANTE EL CONFINAMIENTO: MILAGROS
Cuando yo era pequeño, Milagros me sentaba en sus rodillas y me contaba cuentos. Trabajaba en casa de mi madre. Era gallega, de una aldea cercana a Barco de Valdeorras, en Ourense, y desde muy joven se había puesto a servir para ayudar en la economía de su familia. Era buena, fuerte, trabajadora e inteligente.
En los años 60, cuando la emigración española a Europa, se fue a Suiza a trabajar en casa de un médico. Eran católicos y vivían en una torre ajardinada de un pueblecito próximo a Zurich.
Durante un verano hice un intercambio con un hijo del doctor. Estuvo él un mes con nosotros en Lloret de Mar y yo otro en su casa cerca de Zurich. Recuerdo que allí solo se cenaba té y tarta de manzana. Suerte tuve de los chorizos que Milagros se había traído de su pueblo.
Cada vez que Milagros venía a Barcelona para visitar a una hermana casada, nos pasaba a ver. También venía después de jubilarse. En una de estas visitas, supo que yo me había separado y me dijo que cómo no se lo había dicho, y se ofreció para venir a cuidarme.
De jubilada, Milagros, con la pensión que recibía de Suiza, se fue a vivir a su pueblo. Siempre me decía que fuera a verla, que pasara unos días en su casa, pero nunca encontré el momento de hacerlo.
Milagros acostumbraba llamarme por Navidades para felicitarme las fiestas. Un año no lo hizo y la llamé yo. Se puso un hermano suyo al teléfono:
- ¿Milagros? Milagros falleció hace unos meses. Gracias por llamar, ella se hubiera alegrado mucho de oírte.
Pedro Casas Serra (Siento pasar el tiempo. Poemas reunidos 1987-2023)
Hoy a las 04:50 por Pascual Lopez Sanchez
» MAIAKOVSKY Y OTROS POETAS RUSOS Y SOVIÉTICOS, 3
Hoy a las 04:20 por Pascual Lopez Sanchez
» POESÍA SOCIAL XX. . CUBA. (Cont.)
Hoy a las 04:00 por Lluvia Abril
» ANTOLOGÍA DE GRANDES POETAS HISPANOAMÉRICANAS
Hoy a las 02:18 por Lluvia Abril
» XII. SONETOS POETAS ESPAÑOLES SIGLO XX (VII)
Hoy a las 02:09 por Lluvia Abril
» POESÍA ÁRABE
Ayer a las 20:38 por Maria Lua
» LITERATURA LIBANESA - POESÍA LIBANESA
Ayer a las 20:37 por Maria Lua
» LA POESÍA PORTUGUESA - LA LITERATURA PORTUGUESA
Ayer a las 20:31 por Maria Lua
» CÉSAR VALLEJO (1892-1938) ROSA ARELLANO
Ayer a las 15:00 por cecilia gargantini
» EDUARDO GALEANO (1940-2015)
Ayer a las 14:43 por Maria Lua