Oye, Julio, llevo cinco meses y veinticinco días esperándote. ¿Qué te ha ocurrido?
Que las esperanzas y las famas no se ponían de acuerdo, y mientras tanto yo consumiéndome por salir a la vida.
Pues has sido bien oportuno Julio, porque hoy, 26 de agosto, llevamos ya dos meses, desde el 28 de junio con el atentado de Sarajevo, enzarzados en una guerra mundial. ¿Tú, siendo argentino, como se te ha ocurrido venir a nacer en Bruselas, que desde hace pocos días ha sido invadida por Alemania?
Ya lo ves, así son las cosas, pero mis padres están tramitando para ir a tu país, España, precisamente a Barcelona, donde las esperanzas me auguran que pasaré dos años y podré jugar en el Parque Güell.
Y como es que te llevas tan bien con las esperanzas y las famas, que te deparan ya satisfacciones para el mañana.
La verdad que no lo sé, pero mientras esperaba para nacer, les oí discutir acaloradamente cual debía ser mi cometido en la vida, y al fin se pusieron de acuerdo en cuanto al criterio expuesto por las famas, que sostenía que debía dedicarme a la literatura. Y tú, ¿que camino piensas emprender?
Yo, por ser cronopio, ese objeto verde y húmedo nada quiero saber de famas y esperanzas, y en lo posible, como tal cronopio, pienso llevar una vida cómoda, sin altibajos, grandes hazañas ni reconocimientos. Vaya palabrita que te inventas y además que bien nos defines: “esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio” Una pregunta, Julio, ¿sabes si vivirás muchos años?
Las famas me tienen reservada una vida muy movida en el espacio y también en el campo sentimental, al parecer conviviré sucesivamente con tres mujeres, y me han vaticinado que el fallecimiento de Carol Dunlop, mi segunda esposa, me causará una gran depresión y que no pasaré de los setenta años, acabando mis días en Paris. Hasta me han comunicado la fecha exacta, el 12 de febrero de 1984 Y tú, que presagios tienes sobre tu muerte.
Verás, Julio, como yo no me trato con esperanzas y famas, desconozco en absoluto ese extremo, aunque a decir verdad no me disgustaría pasar de los cien años.
Pues que tengas suerte y a ver si lo consigues.
Gracias Julio, y que a ti las famas no te abandonen nunca jamás, que las espranzas seguro que cumplirán con su misión.
Que las esperanzas y las famas no se ponían de acuerdo, y mientras tanto yo consumiéndome por salir a la vida.
Pues has sido bien oportuno Julio, porque hoy, 26 de agosto, llevamos ya dos meses, desde el 28 de junio con el atentado de Sarajevo, enzarzados en una guerra mundial. ¿Tú, siendo argentino, como se te ha ocurrido venir a nacer en Bruselas, que desde hace pocos días ha sido invadida por Alemania?
Ya lo ves, así son las cosas, pero mis padres están tramitando para ir a tu país, España, precisamente a Barcelona, donde las esperanzas me auguran que pasaré dos años y podré jugar en el Parque Güell.
Y como es que te llevas tan bien con las esperanzas y las famas, que te deparan ya satisfacciones para el mañana.
La verdad que no lo sé, pero mientras esperaba para nacer, les oí discutir acaloradamente cual debía ser mi cometido en la vida, y al fin se pusieron de acuerdo en cuanto al criterio expuesto por las famas, que sostenía que debía dedicarme a la literatura. Y tú, ¿que camino piensas emprender?
Yo, por ser cronopio, ese objeto verde y húmedo nada quiero saber de famas y esperanzas, y en lo posible, como tal cronopio, pienso llevar una vida cómoda, sin altibajos, grandes hazañas ni reconocimientos. Vaya palabrita que te inventas y además que bien nos defines: “esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio” Una pregunta, Julio, ¿sabes si vivirás muchos años?
Las famas me tienen reservada una vida muy movida en el espacio y también en el campo sentimental, al parecer conviviré sucesivamente con tres mujeres, y me han vaticinado que el fallecimiento de Carol Dunlop, mi segunda esposa, me causará una gran depresión y que no pasaré de los setenta años, acabando mis días en Paris. Hasta me han comunicado la fecha exacta, el 12 de febrero de 1984 Y tú, que presagios tienes sobre tu muerte.
Verás, Julio, como yo no me trato con esperanzas y famas, desconozco en absoluto ese extremo, aunque a decir verdad no me disgustaría pasar de los cien años.
Pues que tengas suerte y a ver si lo consigues.
Gracias Julio, y que a ti las famas no te abandonen nunca jamás, que las espranzas seguro que cumplirán con su misión.
Última edición por Affelix el Jue Ago 27, 2009 7:12 am, editado 1 vez
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